viernes, 22 de noviembre de 2013

HERACLITO




Nació en Éfeso, fue hijo de Blisón y lo llamaron Heráclito y por sus escritos el oscuro, no ambiciono riquezas ni poder alguno, solo la reflexión filosófica y la introspección religiosa fueron su norte. Frecuentó el Templo de Artemisa del cual llegó a ser Sacerdote. En el juego de dados entreveró su destino y en la vida contemplativa inició su camino. Dijo que era mejor esto que gobernar la república, fastidiado de los hombres se retiró a los montes, donde autodidacta formó sus pensamientos, en pos de poseer un reino lo cedió a su hermano y dado a la meditación prefirió escribir antes que hablar. Entregó al Templo de Artemisa su libro De la Naturaleza, hecho de su melancolía y su silencio. En el sostenía que todo proviene del fuego y en él, se resuelven las cosas según el deseo de los Hados, por la conversión de los contrarios formados por almas y demonios, siendo la naturaleza de la primera difícil de hallar. Seguro de que las cosas fluyen y en consecuencia cambian, dio como ejemplo el curso de un rio, en donde se entra y no se entra, pues somos y no somos los mismos. Determinó que el universo es infinito y el mundo único producido por el fuego, que la mutación, es un camino ascendente o descendente y este movimiento, es lo que genera cambios en los astros, que el fuego da lugar al agua y que del agua, proviene la tierra, siendo este el camino descendente. Que la evaporación del mar es su contrario, que el día, la noche, los meses, las estaciones anuales, los años, las lluvias y los vientos y cosas semejantes, se producen de acuerdo a las diferencias de exhalaciones y el mismo, según una diferencia de exhalación, entregó su alma -cuya naturaleza era difícil de hallar- a la diosa Deméter, en el Templo de Artemisa, justo en el primer día del comienzo de las festividades de tesmoforias.