Nació en Éfeso, fue hijo de Blisón y lo llamaron Heráclito y por sus
escritos el oscuro, no ambiciono riquezas ni poder alguno, solo la reflexión
filosófica y la introspección religiosa fueron su norte. Frecuentó el Templo de
Artemisa del cual llegó a ser Sacerdote. En el juego de dados entreveró su
destino y en la vida contemplativa inició su camino. Dijo que era mejor esto
que gobernar la república, fastidiado de los hombres se retiró a los montes,
donde autodidacta formó sus pensamientos, en pos de poseer un reino lo cedió a
su hermano y dado a la meditación prefirió escribir antes que hablar. Entregó
al Templo de Artemisa su libro De la Naturaleza, hecho de su melancolía y su
silencio. En el sostenía que todo proviene del fuego y en él, se resuelven las
cosas según el deseo de los Hados, por la conversión de los contrarios formados
por almas y demonios, siendo la naturaleza de la primera difícil de hallar.
Seguro de que las cosas fluyen y en consecuencia cambian, dio como ejemplo el
curso de un rio, en donde se entra y no se entra, pues somos y no somos los
mismos. Determinó que el universo es infinito y el mundo único producido por el
fuego, que la mutación, es un camino ascendente o descendente y este movimiento,
es lo que genera cambios en los astros, que el fuego da lugar al agua y que del
agua, proviene la tierra, siendo este el camino descendente. Que la evaporación
del mar es su contrario, que el día, la noche, los meses, las estaciones
anuales, los años, las lluvias y los vientos y cosas semejantes, se producen de
acuerdo a las diferencias de exhalaciones y el mismo, según una diferencia de
exhalación, entregó su alma -cuya naturaleza era difícil de hallar- a la diosa
Deméter, en el Templo de Artemisa, justo en el primer día del comienzo de las
festividades de tesmoforias.