miércoles, 21 de agosto de 2013

LA PRINCESA Y EL MAGO



Volaba su imaginación, volaba como el trineo azul que la llevaba, tirado por duendes misteriosos rumbo al castillo donde el Príncipe vivía, era un arreglo entre padres, nadie a ninguno amaba, simplemente iba a ser dada en casamiento, al heredero de una gran corona. Así estaban las cosas cuando de pronto, por causa del destino o de la nieve acumulada, volcó el trineo, salió despedida la Princesa y los Hados del bosque se asustaron, ninguno quería que le pasara nada y todos corrieron enseguida a socorrerla, pero antes que todos ellos llego primero el Arlequín del Rey quien al reconocerla, la tomó en sus brazos y la llevó a su choza y la acostó en su lecho, luego se quedo a su lado, esperando que ella despertara de semejante golpe, para ello le hizo oler perfumes de flores ignoradas y refresco su frente, con agua de cascada milagrosa porque se debe tener presente, que el Arlequín era además Mago. Hizo algo más, pronuncio tres palabras y exhalo un suspiro, todo esto acompañado de un profundo deseo, que la Princesa despertara. Tanto tratamiento al final dio resultado, poco a poco la Princesa movió su cuerpo, sus parpados, sus manos hasta que de pronto, abrió los ojos y vio la luz de la selva embrujada, pero como ella no conocía el lugar donde estaba, pregunto con una débil vos.
--¿Dónde estoy?
--En la choza de Efraín el Mago, Arlequín del Rey y servidor de vos Princesa, hasta que estés curada.
--¿Este curada? ¿Qué me ha pasado?
--Volcó el trineo y saliste despedida, te rescate de entre la nieve y te traje al calor de mi choza, los duendes están arreglando el trineo y cuando estés bien, seguirás viaje.
--Debo agradecerte Efraín que me salvaste de mi caída, sino el frio de la nieve se hubiera convertido en frio de la muerte.
--No he hecho más que materializar el pensamiento de los Hados, son ellos que influenciaron en mi, para que me dé cuenta de lo que estaba sucediendo y actué de inmediato.
--Gracias a los Hados también entonces ¿Saben mis padres? ¿Saben mis futuros suegros?
--Nadie sabe nada Princesa ni nada sabrá, porque el tiempo se ha detenido para vos en este Reino,  hasta que estés bien y puedas continuar tu viaje, será para tus actos el mismo siempre, como si no hubiera transcurrido y estés en el trineo sobre la nieve blanca sin accidente alguno.
--No entiendo muy bien de que me hablas pero lo acepto Efraín, ya que viene de los Hados tal mandamiento. Tengo hambre Efraín.
Este hizo un chasquido con los dedos y apareció en el lecho, al alcance de la mano de la princesa, pollo, arroz, fruta y un vaso de agua casi lleno.
--Come te hará bien estoy seguro, veo en tus ojos que estas mejorando.
La princesa comió y una vez que lo hizo todo desapareció plato, vaso, cubiertos, todo. Sobresaltada miró al Mago que la veía, sentado en una silla cerca de ella.
--¿Que está pasando esto es magia?
--Me valgo de la magia para cuidarte y hasta el momento que estés bien y te vayas de aquí la seguiré usando, porque los poderes me fueron concedidos para ser bien usados y creo que ejerciéndolos con vos, eso hago.
--Gracias Efraín, cuando sepan mis padres de tu bondad serás recompensado.
--Nadie debe saber nada.
--¿Por qué Efraín a que ocultarlo?
--No recuerdas lo que te dije antes, el reloj de arena no funciona la sombra esta clavada, cuando arranque de nuevo vos estarás en tu trineo, como si nada hubiera pasado.
--¿Pero está pasando?
--Entre nosotros y los Hados nada más Princesa.
--Quiere decir Efraín, que lo que pase en tu choza entre vos y yo jamás el tiempo lo grabará en su libro, pondrá en su memoria, agregara al paso de los días.
--Así es Princesa, lo que pase en esta choza morirá en el trineo cuando arranque de nuevo.
La Princesa miró a Efraín, Efraín a la princesa y de pronto este Mago, el que mucho sabía pero no de todo lo que pasaba en otros reinos, le preguntó a la Princesa.
--¿Por qué haces este viaje atravesando el Reino, en tu trineo azul sobre la nieve blanca?
--Voy al Reino del Este, mi padre me ha dado por esposa al hijo de aquel Rey.
Entonces el Mago chasqueo los dedos y en el centro de la choza, apareció un globo y en el globo, un palacio y dentro de el, una habitación donde se veía a un hombre joven. La Princesa asustada de esa aparición  se fijó en el joven allí expuesto y sin saber porque, sintió aversión por ese donjuanesco. Pagado de si mismo, autoritario y pedante, parecía quizás el hijo del Rey tal como debía ser en su palacio -se dijo la Princesa- mientras miraba al Mago.
--¿Quién está en ese globo que tu magia suspendió en el aire y lo hizo transparente, como una pecera para que yo viera dentro de él lo que pasaba? ¿Es mi futuro esposo?
--Así es, y te lo mostré para que sepas adonde te conduce tu trineo, porque a él lo mueve tu deseo ya que los Hados que lo conducen, no hacen más que lo que tú quieres.
--¡No me gusta ese hombre!
Al decir esto la Princesa el globo desapareció y en su lugar, quedo una esfera que mostraba parte del bosque encantado donde ellos se encontraban.
--¿Ese es tu Reino Mago? -Preguntó la Princesa-
Si pero nadie debe saberlo y si vos lo sabes hoy, lo olvidaras mañana cuando vuelvas al Reino de tu padre, a decirle lo que sientes.
--¿Qué es lo que siento?
--Que no quieres ser la esposa de un Príncipe que no te agrada.
--¿Cómo lo sabes?
--Soy Mago. Pero además vos misma lo dijiste hace un instante, al verlo en su palacio como era y no como imaginabas que sería.
--Es así tal cual lo manifiestas, pero ahora que tengo conciencia de mis actos y se del futuro lo que fuera a sucederme, Mago, debo confesarte que el haberte conocido, Efraín me hizo presa del bosque encantado y quisiera estar en él para siempre, a tu lado.
--¿Cómo vera tu padre que fuiste en busca de un Príncipe y te quedas con un Mago?
--De lo que está pasando aquí nunca sabrá nada y con tu magia, te presentaras en Palacio convertido en un Príncipe poderoso, de cualquier reino que se te ocurra serlo. Solo te es necesario un chasquido de dedos y mi padre verá tal pompa frente a él, que aceptará el pedido de mi mano y estará entregando seguro a su hija, sin acordarse ya del Príncipe del Este ¿Lo harás Efraín, no soy maga y no puedo saber qué piensas?
--Princesa lo que pienso que los Hados, conocedores de todos los misterios provocaron el accidente, para que pudiéramos conocernos y encontrar el amor en nuestros ojos y que las palabras hablen para que ello se consuma, te tomo como Reina de este Imperio del Bosque Encantado, a partir de hoy y para siempre y con un chasquido de mis dedos, hare el trineo más fuerte y poderoso que Rey alguno ver pudiera y nos iremos en el de inmediato, para que vuestro padre el Rey nos vea y nos de la bendición para casarnos en el acto.
Dicho lo cual hubo un chasquido y un trineo, el más hermoso que pudiera verse en todos los reinos apareció en la choza, treinta perros blancos de él tiraban y su tapizado, era color turquesa y en sus agarraderas y en su piso, esmeraldas verdes lo iluminaban, como antorchas clavadas en la nieve, conducido estaba por los Hados y cuando Efraín y la Princesa a él subieron, arrancó veloz rumbo a Palacio, a anunciarle al Rey que su hija la Princesa se casaría con Efraín el Mago, el Rey del reino más poderoso de todos los conocidos hasta entonces.   

viernes, 9 de agosto de 2013

UN CRETINO



La carretera era todo el territorio, plana y uniforme parecía conducirlo a la felicidad, tal el hermoso tiempo soleado, el celeste cielo y el verdor de los campos que lo acompañaban, teniendo la mente despejada como la tenía, gozaba tranquilo del paisaje mientras manejaba sin destino previo, solo lo dirigía el azar y la casualidad de los acontecimientos que se fueran presentando. Pronto dejó atrás el llano y se encontró con las primeras alturas de los cerros, que poco a poco iban formando la cadena de futuras montañas, esperaba no llegar a ellas, ya que estaba decidido a detenerse en el primer pueblo que encontrara, para pernoctar en él y después ver lo que hacía, ya que no llevaba ningún plan establecido. Pronto las señales del camino le indicaron que su deseo se haría realidad, un pueblo se hallaba a veinte kilómetros de donde se encontraba, prácticamente al alcance de su mano, aminoro un poco la marcha y un rato después entraba en el. Le pareció igual a tantos que había visto en sus frecuentes viajes, freno el auto frente al hotel y bajo a ver si conseguía hospedaje, el lugar parecía concurrido y su vida comercial muy activa. En el lobby del mismo, una empleada jugaba con un lápiz amarillo, mientras distraída miraba el movimiento de algún que otro pasajero, que andaba por ahí, se acerco a ella y le pregunto por el alojamiento.
--Buen día.
--Buen día señor ¿Hermoso día no?
--Así es muy lindo, quisiera una habitación con media pensión.
--Tenemos ¿Por cuánto tiempo?
--Una semana.
--Tome aquí tiene las llaves, la ciento diez y seis en el primer piso, el desayuno es de ocho a diez de la mañana, si quiere que le acomoden la pieza deje las llaves en el tablero.
--Como no gracias.
Dijo y se alejo escaleras arriba, poco tiempo después ya en su habitación, empezó a observarla detenidamente, era pequeña pero cómoda, tenía un baño en suite y un pequeño escritorio, debajo de una ventana que daba a la calle, un placar, una cama y un espejo colgado en la pared, sobre la cabecera de la cama, un juego de luces para leer y al costado de la misma, una mesita de luz, perfecto pensó todo bien, tengo luz natural, artificial, un espejo para mirarme y puedo dormir cómodo que más quiero, nada más por supuesto, ahora solo me falta recorrer el pueblo y distraerme un poco, así de paso lo conozco también. Dicho lo cual salió y una vez en la calle, comenzó a caminar sin rumbo fijo, a ton y son como dicen, sin importarle para nada el tiempo, ni ninguna actividad que pudiera entrometerse en su vida de holgazán, eso, solo disfrutar del no hacer nada se decía, mientras caminaba por las calles y veía a su paso negocios, gente apurada y oficinas, con empleados trabajando a pleno. Ya era cerca del mediodía, razón por la cual decidió dejar de pasear e ir a comer algo, para lo cual busco algún restaurante común y corriente, donde pensó no le costaría mucho hacerlo, en la cuadra que había dejado atrás, le pareció haber visto uno que respondía a esas condiciones, así que volvió sobre sus pasos y se encamino al mismo. Se llamaba “Pastas al plato” y se animó a entrar, una vez dentro como estaba casi lleno, tuvo que aguardar a que alguna mesa se desocupara, no paso mucho tiempo sin que esto ocurra, por lo que se sentó y pidió la lista del menú, eligió ñoquis con salsa, acompañados de un pedazo de carne en estofado y una gaseosa. Ya servido se dedicó a comer, fue entonces cuando se dio cuenta que tenía hambre y hacia un día exactamente, que no había tenido frente suyo una comida como la gente, ahora sí y lo aprovecho. Mientras comía se puso a observa a las personas de su alrededor, siempre le gustaba saber quien andaba cerca, ya que nunca estaba de más enterarse frente suyo, un matrimonio ya mayor que podían ser chacareros andaban por los postres, más atrás, unos jóvenes comían con gran alboroto, parecían empleados, cerca de donde el estaba dos mujeres hablaban reservadamente tratando de no ser oídas, dos amigas pensó y no les prestó más atención dedicándose a lo suyo, llamó al mozo y le pidió un flan con crema, cerró la mesa con un café, lo estaba terminando de tomar, cuando se dio cuenta que de las dos mujeres una ya se había ido, quedándose la otra tratando de que la vea el mozo para pagar la cuenta e irse, de pronto sus miradas se cruzaron, de pronto ¿Existe la casualidad? ¿Aquello que aparece cuando uno menos lo piensa? El levanto su tacita de café y dirigiéndose a ella le dijo.
--¿Un café?
--Como un café si ni siquiera me conoce.
--Por eso mismo, porque no la conozco y café por medio podríamos saber quiénes somos.
--Está bien acepto pero solo una charla sin compromiso alguno.
--De acuerdo sin compromiso alguno, solo para pasar el rato que es lo único que pretendo.
Dicho lo cual él se levanto y se sentó a su mesa, volvió a llamar al mozo y esta vez fueron dos los cafés que pidió.
--Yo me llamo Luis -dijo-
--Y yo Carla -le contestaron-
--¿Es del pueblo Carla?
--Si vivo aquí hace años ¿Y usted?
--Yo soy un viajero, una visita, alguien que dentro de una semana se va y quizás no vuelva.
--Ideal entonces para tenerlo como interlocutor.
--Exacto sin responsabilidad alguna para usted.
--También de igual manera para vos ¿Podemos tutearnos?
--Podes, es mejor que tratarnos de usted ¿Esa mujer que estaba con vos era una amiga?
--Si lo es quizás mi mejor amiga.
--¿A que te dedicas Carla, sos casada?
--No divorciada ¿Y vos?
--Yo soltero y tranquilo ¿Tenes hijos?
--No, vivo para mi campo ¿Y vos que es lo que haces, a que viniste a este pueblo?
--Soy viajante de comercio, visito clientes y tomo pedidos.
--¿A quien tenes de cliente en este pueblo?
--A ninguno, es la primera vez que vengo, voy a ver si en la semana que estoy consigo hacerme de algunos, la verdad no me vendrían mal. Además es mi trabajo ese.
--¿Que vendes?
--Todo lo referente a limpieza, pero mi fuerte son los jabones en polvo para lavar, tengo buen precio en eso, muy bueno. Un amigo tiene una fábrica y me hace un descuento especial.
--Que suerte. Corres con ventaja.
--En ese rubro si ¿Y vos que cosechas en tu campo?
--Que voy a plantar soja ¿O acaso hay una cosa que rinda más?
--No la verdad que no, asombrado veo que estoy hablando con una terrateniente.
--No jodas ese término no es para mí, apenas tengo diez hectáreas no más, lo que pasa que rinden mucho, porque están en una zona buena.
--Me parece bien diría que sos una persona inteligente, pero veo que me quedo corto en mi apreciación.
--Gracias, me sigue dando vueltas esto del jabón y los artículos de limpieza, por ahí podríamos poner un boliche aquí en el pueblo.
--¿Socios?
--Si por supuesto porque no ¿Tenes algún capital guardado?
--Algo tengo.
--Yo también, podríamos juntar nuestros ahorros, alquilar un boliche, comprar mercadería y abrirlo. En estos tiempos se podría llamar la “Jabonería de Vieytes”
--Se podría y es una buena idea.
--¿Lo hacemos señor Luis?
--En principio si pero déjame consultarlo con la almohada mañana te contesto.
--Mientras tanto porque no salimos a dar vueltas y ver locales.
--Como quieras es una forma de adelantar tiempo, llamo al mozo y pago.
Un rato más tarde estaban caminando por las calles del pueblo buscando un local, dentro de una buena zona para abrir su jabonería. No era fácil encontrarlo y entraron y salieron de varios de ellos, hasta que uno en especial les pareció el indicado. Lo señaron por las dudas y le dijeron al de la inmobiliaria, que vendrían mañana para hacer el contrato de alquiler, se despidieron de este y volvieron a la calle. El lugar elegido no estaba muy lejos, ni del hotel ni de la casa de ella, el local ocupaba un vértice de un triangulo, que unía las tres viviendas y escondía una estafa, Luis habló.
--Hemos tenido suerte y el local que señamos me parece perfecto.
--A mi también lo raro de todo esto, que casi sin conocernos vamos a compartir un emprendimiento comercial.
--Mira Carla, yo diría que a la par del emprendimiento nos estamos conociendo y cuando este comience a funcionar, nosotros ya seremos amigos y sabremos como es el otro y nuestra relación, será mucho más fluida.
--Eso creo Luis.
--Bueno Carla me vuelvo al hotel, casi es noche ya y pienso que vos también tendrías que ir a tu casa.
--Si una cosa, cuando y en donde nos encontramos para ir a la inmobiliaria.
--Yo diría que mañana por la mañana, en el mismo restaurante donde nos encontramos hoy, y de allí vamos a concretar el alquiler del local.
--De acuerdo.
--Hasta mañana entonces.
Se separaron, Carla fue hacia su casa y Luis al hotel si vamos con el, vemos que cuando llegó fue directamente a su cuarto y se encerró en el, se dio una ducha y ya más relajado, comenzó a valorar lo que le había sucedido hasta ese momento. Conoció a una mujer y le apareció una socia, en un negocio que en su vida había hecho, le mintió, en realidad le dijo cualquier cosa y ahora le quedaban dos caminos, o se dedicaba a poner el negocio, cosa que no le interesaba en absoluto, o la estafaba y luego desaparecía del pueblo con algunos mangos encima, cosa que le parecía más lógica, por lo pronto había que cubrir las apariencias, era necesario comprar o al menos hacer que se compraba, un primer stock de jabón en polvo y algo de artículos de limpieza ¿Pero a quien llamar para esto? El  único polvo blanco que conocía y sabía dónde comprar no era el jabón precisamente, pero eso ahora no venía al caso, se rio por lo bajo y se puso contento, cada pueblo pensó tiene su negocito, la forma de ganarse unos mangos extras y este por lo que veo no es la excepción, sigámosle la corriente a la divorciada, a ver de cuantos mangos me puedo hacer, ahora lo interesante es saber dónde comprar la mercadería y a crédito, así sumo unos pesos más con el paga dios, se acordó de un chanta amigo de él, feriante municipal y lo llamo.
--Que tal Cacho te habla Luis.
--Hola Luis tanto tiempo ¿A quien queres cagar que te acordaste de llamarme?
--Cacho siempre tan ocurrente te llamo por lo siguiente, se me presento la posibilidad de abrir un boliche de venta de jabón en polvo y artículos de limpieza y necesito saber a quién puedo comprarle.
--A un mexicano vende barato, la mercadería le quema y quiere largarla rápido.
--¿Da boleta?
--De los colores que quieras, blanca, azul, verde, como te guste eso sí, si no le pagas te hace boleta.
--Lo que sucede que a ese no puedo pasarlo es guita en mano ¿No conoces otro al que pueda bicicletear?
--Otro hay, del mercado central pero es lo mismo, plata en mano o sino en el once, más caro pero con documentos.
--Che Cacho pensándolo bien me quedo con el del once total yo no voy a firmar los documentos.
--Correcto, te doy el número, llámalo y arréglate vos con el pero una cosa.
--¿Si?
--Que carajo te importa firmar si a vos no te sacan ni una moneda dado vuelta.
--Tenes razón Cacho, gracias ya lo llamo chau.
Se metió el número del mayorista en el bolsillo, seguro de que no iba a llamar a nadie nunca, pero por las dudas si no había más remedio, allí estaba para sacarlo de algún problema fuera de lugar que se le presentara. Por otro lado era hora de ir a cenar, bajo a la calle y decidió volver al restaurante del mediodía ya que le había traído suerte, una vez sentado y bien ubicado, pidió al mozo un menú y a continuación lo que comer en eso estaba, cuando vio que en una mesa cercana, estaba la amiga de Carla sola cenando también, tal circunstancia le alteró el ánimo y se dijo, que debía hablar con esa mujer pero ¿Cómo hacerlo? Lo del café no podía repetirlo ¿Entonces? No sabía cómo y esto lo puso más ansioso todavía, termino de cenar y ella también, pidió café y ella también, pidió la cuenta y lo mismo hizo ella, ambos pagaron y se dispusieron a salir del local, fue en ese momento que él tuvo una idea, cuando estaban saliendo se la llevó por delante bruscamente, tan bruscamente que casi la tira al suelo, presuroso le tomo un brazo y le pidió mil disculpas, haciéndose acreedor a las peores recriminaciones que a ella se le ocurran, por haber sido el tan grosero, pero ella lo miro y tan solo le dijo.
--No, discúlpeme usted a mí, fui yo la atolondrada que lo llevó por delante.
--Lamento decirle que no estoy de acuerdo el más atolondrado fui yo.
--No lo creo.
--Mire si me permite y para dirimir esta cuestión quisiera invitarla a tomar una copa no aquí, sino en el boliche que usted decida.
--¿Le parece que sea necesario?
--Más que necesario yo diría imprescindible, no puedo dejar este asunto así dando la sensación de que soy un total mal educado.
--Bueno, dada su insistencia y considerando que no tengo nada que hacer acepto, vamos.
Salieron y ella conocedora del lugar en donde estaban, se dirigió a un boliche no muy lejos de allí, buscaron un lugar discreto alejado de miradas inquisidoras y ya ubicados pidieron según dijo el champan, como en los grandes momentos, porque le explico a ella que ese encuentro le parecía uno de los grandes momentos de su vida.
--No estás exagerando -dijo ella- apenas me conoces y te conozco, es más no creo haberte visto nunca en mi vida.
--Así es nunca me viste, pero a partir de ahora tratare de que me veas más seguido, me llamo Mario.
--Yo Claudia y la verdad que estoy empezando a pensar que sos un desfachatado.
--No frio, frio, te estás equivocando no vas por el camino correcto no soy de esos, por el contrario soy un tipo serio y reservado.
--¿Será verdad?
--Lo juro -risas- ¿A qué te dedicas Claudia?
--Soy profesora de ingles en el secundario del pueblo ¿Y vos?
--Yo químico especialista en polvos industriales, recorro el país visitando a clientes de distintas provincias que necesitan asesoramiento y llevo sus pedidos para futuras entregas.
--Lindo trabajo.
--No creas más o menos, a veces algo aburrido, aunque tiene una parte muy interesante.
--¿Cuál?
--Cuando uno se encuentra con mujeres como vos.
--Empezamos con las mentiras.
--No que mentiras es la pura verdad, siempre que llegas a un pueblo estas solo como un hongo y necesitas compañía.
--Entonces vas a un boliche y enganchas a la primera gila que anda suelta. ¿Sería mi caso no?
--No, no sería tu caso primero porque no sos ninguna gila y segundo porque, algo importante, no sé si estas suelta, no hay ningún cartel colgado de tu ropa que lo diga.
--Pero si estoy cenando sola en un boliche da que pensar.
--Si pero que importa si estás sola o acompañada.
--¿Para el caso da lo mismo?
--A mí lo que me interesa que estemos juntos lo demás ni lo pienso.
--Está bien dejémoslo así entonces.
--¿Así como?
--Como que estoy sola.
--Bravo muy bien nos estamos entendiendo Claudia, yo estoy solo y vos ídem.
--Sí.
--Sería estúpido seguir en esta situación deberíamos estar juntos.
--Juntos ¿Cómo?
--Juntos yo y vos en tu casa o en mi hotel o donde se te ocurra, ya que vos sos de este pueblo y estás jugando de local.
--¿Dónde se me ocurra? Que ocurrente que sos, mira ni en mi casa ni en tu hotel, mejor en un hotel de la ruta.
--Ves sabía que eras inteligente pensas igual que yo ¿Pero como salimos de aquí? Pueblo chico infierno grande.
--De la siguiente manera. Yo me levanto y me voy, vos te quedas solo cinco minutos después salís, la otra calle paralela a esta sin cruzarla es Independencia, cuando estás en ella, dedícate a caminar en el sentido que va el transito, yo te levanto con el auto cuando lo crea conveniente.
--Caramba un plan de avanzada guerrilla urbana, la verdad no me esperaba esta forma de encontrarnos pero la acepto, porque vos mandas estás en tu territorio.
--De acuerdo chau me voy acordate cinco minutos y salí.
--Si.
Claudia se levanto y se fue, Mario se quedo haciéndose como el que nada esperando se cumplan los cinco minutos y llegados estos, llamó al mozo pago y también se fue. Una vez en la calle busco Independencia y entro a caminar lentamente por ella tal como le dijera Claudia, haría media hora que estaba caminando y ya las casas comenzaban a ser más espaciadas entre sí, siguió avanzando y en soledad vio no muy lejos de donde estaba las luces de la ruta, fue en ese instante en que un auto se le acerco y toco bocina, giro la cabeza y miró al conductor era Claudia, rápido subió al mismo y está acelerando se dirigió hacia la ruta, una vez en ella ambos se miraron y él le dijo.
--¿Dónde queda el telo?
--Aquí cerca.
Un rato después, hacían el ingreso al estacionamiento de un edificio de planta baja y tejas rojas, era una larga sucesión de piezas, una al lado de la otra, con una galería y la administración a comienzo de ellas. Les toco la número diez, Mario arreglo con el conserje y llave en mano se encontró con Claudia, tomados del brazo se encaminaron a la puerta que le correspondía, una vez dentro hicieron lo que siempre se hace en esos casos, se desnudaron, besaron, acariciaron, se penetraron y terminaron, todo ello con el énfasis y el calor humano que cada uno quiera darle, si a ellos los deberíamos calificar, diríamos que estuvieron en siete para ocho, nada del otro mundo lo que se dice normal, si los oficios influenciaran en los juegos sexuales de los seres humanos, también diríamos que fue el encuentro de una maestra de ingles con un viajante, en un pueblo perdido entre los cerros. Ya duchados y previo a retirarse lo vemos a Mario entregando las llaves y a Claudia, poniendo el auto en marcha. El auto se encamino hacia el pueblo llegando a él, Claudia le dijo.
--Mira bájate en esta calle, caminando por ella vas a llegar al hotel donde te alojas, mañana nos hablamos aquí tenes mi teléfono, llámame todo fue muy lindo.
--Lo mismo digo la pase de diez, mañana te llamo chau.
Fue un chau con beso incluido, el auto desapareció y Mario en medio de la noche, comenzó a transitar esa calle rumbo a su hotel, mientras lo hacía pensaba lo siguiente, primero, que había trabado relación con dos amigas, a una le ofreció un negocio para cagarla y a la otra sexo, tal vez para joderla también. Segundo, que nunca podía con su genio y siempre terminaba metiéndose en algún quilombo y tercero ¿Qué cuanto faltaba para este maldito hotel? Estaba cansado y quería dormir, por suerte unas pocas cuadras más y ya estaba en su cuarto, tirado vestido sobre la cama durmiendo plácidamente. Lo despertaron el sol y los ruidos de la calle, se fijo la hora, le quedaba tiempo para higienizarse y llegar al restaurante, donde se había encontrado por primera vez con Carla, para hablar sobre el asunto del negocio, rato después se hallaba en una de las mesas del boliche esperándola, no tuvo que hacerlo por mucho tiempo, porque apenas comenzó a leer el diario ella apareció.
--Hola Luis ¿Qué tal?
--¿Qué tal Carla todo bien?
--Todo perfecto ¿Dormiste bien anoche?
--Como un tronco.
--Se te nota.
--Tengo ramas acaso en el cuerpo.
--No se te ve despejado y tranquilo, como si hubieras tenido un buen dormir.
--Decime y volviendo a lo de ayer.
--Si Luis
--Ya tengo todo armado para la instalación del negocio, podemos desayunar y después ir a alquilar el local, ¿Qué te parece?
-- Perfecto pero quisiera saber una cosa.
--¿Si?
--¿Cuanto tengo que invertir?
--Alrededor de un millón de pesos saldría todo, yo podría invertir el treinta por ciento, el resto sería tuyo.
--¿Cómo habría que pagarlo?
--Contado, es la única forma de obtener precio, yo ya me conecte con los mayoristas y si estas conforme hoy mismo hago el pedido, mientras tanto ganamos tiempo acá, yendo a alquilar el local como arreglamos ¿Qué te parece?
--Me parece bien ¿En qué tiempo tengo que darte el dinero?
--¡Ya! Así hoy mismo lo giro y tenemos la mercadería lo más rápido posible.
--Bueno está bien, vamos a cerrar trato con el local y después me acompañas al banco y retiro la plata, así hoy mismo hacemos el pedido ¿Serían setecientos mil pesos no?
--Tal cual, el resto lo pongo yo.
--Vamos entonces.
Salieron y se dirigieron a la inmobiliaria, allí Luis dejo un cheque a cuenta por el alquiler del local y prometió volver al otro día para saldar la operación, después partieron hacia el banco, Carla de ventanilla retiró setecientos mil pesos y se los entregó a Luis, como su parte en la compra de la mercadería, luego se fueron a almorzar en un restaurante cercano al banco, en el lugar se encontraban pocos clientes, porque ya eran las tres de la tarde y la mayoría había almorzado, lo mismo pidieron algo rápido y se sentaron a comer y a charlar sobre su futuro comercial, Luis dijo que el jabón se vendería como agua y ella le explico, que en el pueblo hacia falta un verdadero local de artículos de limpieza y él le contesto, que no se preocupe, que él era un experto en eso de limpiar, entre risas quedaron en encontrarse mañana para ir juntos a preparar el local. Luis aduciendo compromisos comerciales la dejo y se fue a caminar por el pueblo, en pos de la visita a imaginarios clientes inexistentes, mientras esto hacia, estaba pensando en que momento debía tomarse el olivo de ese lugar, con los setecientos mil pesos limpios y sin ninguna pérdida, ya que el cheque de la inmobiliaria era de una cuenta cerrada, en eso estaba felicitándose a sí mismo de su viveza, cuando vio que no otra que Claudia se acercaba por la vereda, en dirección contraria a la que él llevaba, el encuentro sería inevitable y así lo fue.
--Hola Mario qué casualidad.
--¡Claudia! Ni que hubieras caído del cielo
--¿Por?
--Estaba pensando en vos y justo te me apareces.
--No te creo ¿Qué haces por aquí?
--Nada, visitando clientes por eso de los polvos industriales ¿Vos?
--Recién salgo del colegio de dar clase, el establecimiento esta por aquí cerca.
--Perfecto entonces te invito a tomar algo por el encuentro inesperado, así charlamos un rato.
--Bueno vamos.
Caminaron una cuadra más y encontraron el boliche que a ella le gusto, entraron entonces y tras humeantes cafés comenzaron la charla.
--Claudia pensaba llamarte para vernos, pero el destino quiso que nos encontremos sin querer.
--Viste así son las cosas, a veces uno planea algo y no sale y otras de golpe ¡Plaf! Sale perfecto.
--Seguro, hay que saber hacer planes.
--¿Pero si esta el destino como vos decís?
--Cierto Claudia, pero el destino es incierto, en cambio si vos planeas algo hasta en los menores detalles es difícil fracasar.
--Eso es cierto…pero se te puede dar.
--¿Qué cosa?
--Por ejemplo, que por un golpe del destino lo mejor planeado fracase.
--No lo creo.
--¡Créelo!
--¿Por qué?
-- Porque en el reservado de este bar, esta Carla con un policía amigo, esperando le devuelvas los setecientos mil pesos.
--¡Que estás diciendo!
--Digo lo que sabes lo que no podes saber, es que las mujeres hablamos entre nosotras y la chica que te atendió en el hotel, nos aviso de la llegada de un hombre solo al pueblo, es un deporte que tenemos, siempre nos gusta conocerlos y saber quiénes son, que hacen pero la verdad.
--¿Qué?
--Vos resultaste un cretino.