--Vengo a verlo,
porque en todo el silencio de mi vida, tuve miedo, vengo a verlo, porque en el
oscuro manto, de mi existencia, la timidez, todo lo tapó, vengo a verlo, porque
ninguna decisión, pude llevar a cabo, ya que el dominio de la duda, fue mi
eterna reflexión, vengo a verlo, porque solo la tristeza, gobierna mi destino,
y, en este corto relato, de lo que soy, nunca he visto, que la felicidad,
pasara por mi lado, vengo a verlo, porque el corazón marchito que poseo, jamás
amo, ni fue amado, hombre alguno, se intereso por mí, toco mi cuerpo, beso mis
labios, vengo a verlo, porque en la inutilidad de mi, sigo aferrada a la vida y
como no tengo coraje, no me mato, vengo a verlo, porque junto al desencanto que
poseo, de mi misma, en algún lugar recóndito, de mi cerebro, todavía me amo,
vengo a verlo, porque nunca he gozado, reído o amado, vengo a verlo, porque no
puedo resolver nada, de todo lo que me pasa, no encuentro quien me ayude, porque
no despierto el amor de nadie en este mundo, vengo a verlo, porque estoy sola y
triste, desesperada, pero sin perder la razón, siento que lo mío, me impide
vivir como quisiera, vengo a verlo en fin, porque me dijeron que usted, cura
los problemas del alma y de la mente, que son los míos, los problemas, miedos y
sensaciones, que desde que nací, los sentí propios, me acompañaron siempre, no
se dejarlos y me impiden vivir, si la felicidad, es hacer lo que uno quiere, yo
nunca pude hacer lo que he querido, si lo razonable es llevar a cabo, lo que
uno puede, jamás he podido, ¡Hábleme! Dígame que tengo, quisiera un día, no se
cuando, ver en mi rostro una sonrisa, sentir en mi alma torturada una alegría y
en el presagio extraño de mi suerte, ver que todavía es posible sentirse parte
de la vida, común a tantos seres ¡Hable lo escucho! Me dicen que usted sabe, el
comienzo equivocado de las cosas, que usted reconstruye el relato, de un pasado
incomprensible, que explica, el porque del sufrimiento humano, que sin ser
Dios, es un hombre, que siendo un hombre, puede con la palabra, ser entendido
por el otro, que mi sufrimiento, encuentre paz con lo que me dice, que el miedo
retroceda, si en precisas frases, que forman un continuo comprendido, usted
pueda captar, el mensaje de mi voz herida, lo transforme en una explicación,
que despeje las dudas, esas eternas compañeras mías, me haga ver, en lo
profundo de mi noche, un leve amanecer de mi esperanza, ¡Hable por favor! Lo
escucho, entre la muerte y yo, solo está su palabra, en toda la amplitud de mi
tristeza, ninguna voz humana, fue escuchada, la primera y por lo tanto la
única, será la suya, hable, no me mire y dilate su discurso.
--Yo soy la voz,
del que no habla, pero sabe decir lo que se siente, escucho, más de lo que
digo, aprendo del otro, que es mi hermano, por lo tanto, lo primero que debes
comprender, que tu cura solo está, en lo que hables, solo lo que digas, es la
puerta abierta, para explorar tus males adquiridos y desentrañar el misterio de
tu alma.
--Siendo así,
recorro mi pasado que es la causa actual de mi presente, nací mujer en una
casa, donde mi madre, parió confiada y decidida, en que el fruto de su
insoportable embarazo, sería un varón, no tuvo suerte, ni ella ni yo, nos
odiamos del primer día hasta que murió, pase mi infancia sola, en el primario, comencé
a tener ataques de fobia, al secundario no lo termine, porque tuve miedo de
salir de casa, viví encerrada en ella, por cuenta y orden de mi propio destino,
cuando mi reloj biológico, marcó veintidós años, pude empezar a salir, trabajar
en simples tareas de oficina acompañada por mi pánico, cosa que hago hasta hoy,
por eso, junte miedo y vine a verlo.
--Es difícil
saber de que se trata, cuando aquel que llega, no se entiende, no tiene
registrado en su pasado, el momento verbal, donde un relato quizás equivocado,
marcó el principio de un sinfín, de traumas sin palabras.
--Por mucho
tiempo, fui tartamuda, me olvide de decirle.
--Eso influye, no
cabe duda, que si a la timidez, de una personalidad fóbica, le agregamos la
tartamudez es evidente, que por el mal manejo de las palabras, que puedan
explicarle mentalmente, las causas de sus miedos, dentro de ese entorno, que le
toco crecer, aumenta el grado de reclusión social y alejamiento del ser, de su
propia realidad.
--Rara vez hablaba,
la burla de los chicos me impedía hilar palabras, al igual que la risa de los
profesores, cuando pasaba al frente. El mudo es puesto en un limbo -pobre no habla- y nada se le dice, al tartamudo en cambio, se
lo persigue con la crueldad de la burla, el desprecio ante su impotencia de un
articulado correcto de palabras, durante mucho tiempo, nunca dije nada salvo,
si me obligaban a hacerlo las circunstancias, por las que atravesaba mi corazón
herido. Pase años de mucha vergüenza, por mis propias palabras salidas de mi
boca, repetitivamente, aunque mi cerebro las pensaba, tan hermosas como
cualquier otro las pudiera decir, mi boca las convertía en pájaros
incontrolables, cuyas alas no seguían, el normal ritmo de vuelo hacia la
altura.
--La timidez,
detiene el discurso de lo humano, el deseo, es imposible de realizar con ella,
paraliza la acción social de nuestra mente, tienes ahí un enemigo importante a
tener en cuenta, que esta contigo, a tu lado, siempre y que es imperioso y
necesario que combatas. En cuanto a la tartamudez, si casi se te ha ido como dices,
ya que solo te aparece en picos de ansiedad extrema, lo mismo seguro, yo diría
indudable, que ha dejado en tu personalidad, un bloqueo muy difícil de
combatir, en cuanto a tus vivencias sociales, además una baja muy importante de
tu autoestima, en la tartamudez, no tienes un enemigo, sino alguien, que sufrió
a la par tuya, al que tienes que ayudar a través del lenguaje, para que ambos
reconstruyan, la palabra, el dialogo, que será fundamental en tu recuperación.
Volver a la vida normal, a una vida social razonable, simplemente, es volver a
hablar con el otro, dialogar, de igual a igual, como los niños, cuando están
libres de condicionamientos externos. Entonces, algo más que debes saber, la
cura, es aprender el dialogo con el otro. El ser normal dialoga. El neurótico
dialoga con él, dentro de un sistema, de espacio y realidad, producto de su
propia enfermedad. El fóbico, dialoga consigo mismo y la enfermedad del miedo,
que le produce interiormente, un dialogo, con un futuro por el imaginado,
completamente irreal de lo que al final sucede, en donde siempre, la palabra y
el pensamiento, van en una única función, crear pánico. Por lo cual, es
necesario que apliquemos dos técnicas, la primera, tratar de destruir, objetiva
y gramaticalmente, el dialogo enfermizo que tengamos, si conseguimos terminar
con ese relato equivocado, debemos, como un recién nacido, comenzar de nuevo
lentamente, a darle un significado lógico a nuestras palabras, porque el ser
humano solo puede afrontar el miedo, con la palabra, que lógicamente lo
interprete y lo calme, de nada vale hablar, es preciso tener un idioma, que nos
evite los problemas, del medio donde estamos, el que descubre que decir, maneja
la situación, los niños se protegen de los grandes solo, por la frase que
puedan hilvanar, necesitas saber, que la palabra justa, desarma, el silencio te
acorrala y el hablar sin sentido, te expone a ser agredida, entonces entre el
silencio y el sin sentido, estalla el pánico, tu pánico.
--Entiendo lo que
dices, necesito aprender a través de lo que digo, a conseguir del otro lo que quiero,
pues si esto puedo hacer no tendré miedo, ya que se cumple mi deseo, estoy en
territorio que comprendo, se que el otro, accederá a mi juego, pues no puede eludir
el dialogo que lo enfrenta, que me iguala ante él, como persona social que lo
interpreta. Pero pienso yo, quiero que sepas lo que mi mente calla ¿Cuándo conseguiré
esto? ¿Es posible cambiar, dentro mío,
todo lo que mal pensé, en tanto tiempo? ¿Acaso se puede inculcar un relato, a
alguien que no hablo nunca?
--Heráclito dijo
“que las palabras son las sombras de las cosas” yo digo, que de las nuevas
cosas que tú hagas, a partir de ahora, nacerá tu nuevo diálogo, que será, producto
de una clara interpretación de lo que sucede, cuando te enfrentas a las nuevas
sombras, que proyectan en tu mente los viejos diálogos, que deberemos corregir
a través de hechos, que vos deberías esforzarte en realizar, en función de la
cura. Te explico, yo creo que, pienso porque existo, del mismo modo estoy
convencido, que a toda palabra lógica, debe proceder siempre y en todo momento,
un acto comprendido, si no entendes lo que te pasa, no podes dialogar sobre lo
que sientes, la palabra es una respuesta a una interpretación de la mente, para
estar bien síquicamente, este hecho,
debe estar sincronizado con la lógica social, producto del medio donde
el individuo se desenvuelve, una mínima falla entre mente-palabra y lógica,
produce, inestabilidad emocional, causa de tu pánico y tu fobia. Debemos
conseguir, que cuando pienses y hables de lo que te esta pasando, ambas cosas,
respondan a la lógica social, de aquello que te sucede.
--Entonces, si
amo a un hombre, si busco su deseo, si equivocadamente, oculto el mío y no lo
muestro ante sus ojos, si enferma como soy me siento fea e incapaz, de merecer
sus besos y caricias, ¿Qué debo hacer? ¿Huir de él? o mostrarme tal cual soy, a
ver si lo conquisto. Pensándolo bien, ¿Cuál es el deseo del otro, que yo no
pueda satisfacer? ¿No será posible, que
la fealdad que yo imagino, no sea vista por él, hermosura que desea conquistar?
¿En que soy fea, si ese hombre que miro, me encuentra linda, por ser frente a
sus ojos, el instinto del deseo que busca conseguir? ¿Lo relativo entra en el
amor? Un seno grande, uno chico, una mujer así o de otro modo, un cuerpo alto,
bajo, flaco, sustancioso, piernas, brazos y sexos, ¿Cuál es lo ideal que una
posea, cual la idea que de una, él tenga en su cabeza? ¿Acaso, una boca besa
por su forma, o besa por la pasión que la desborda? No debo imaginar nada, soy
como soy, como fui hecha, por lo tanto, así debo entregarme a quien, con amor
hacia mi, venga a buscarme.
--Eso es, tal
cual lo dices, entonces mañana cuando vuelvas a tu trabajo, si en el se
encuentra el hombre que quisieras te ame, te comprenda, acércate a el tal cual
eres, muéstrate como sos, si el no te lo dice dile que quieres, si el no te comprende,
no vale la pena pensar en quien no ve, lo bueno que vos tienes, es mejor dejar
al que no sabe, buscar de seguir con quien te entiende.
--Trataré si
puedo te aré caso, pues entiendo lo que dices, las palabras valen, si el acto
las confirma, si de lo que aquí hablamos, resulta un cambio en mi, debe ser consecuencia
de que he decidido afrontar, lo que nunca pude hacer ¿Cómo voy al encuentro, de
lo que nunca hice? ¿Teniendo presente la forma de encararlo? ¿Cuál es me pregunto esa manera? ¿Encontrar
las palabras, que al pronunciarlas, suenen lógicas y aceptables, en el ambiente
social en que las digo? ¿Tendré éxito? No lo se, quien puede saberlo, más lo
importante es haber hablado. Yo me llamo Belén, el hombre al que quisiera
abordar, si lo aquí dicho me lo permitiera, Damian, compañero mío en la
oficina, ¿Debo intentarlo verdad? ¿Ustedes que opinan? ¿Debe un fóbico, seguir
el camino trazado por su terapeuta, llevar a la practica, el dialogo encarado
entre ambos, con el fin de solucionar sus problemas –en mi caso Damian- como les
dije? ¡Digan que sí! Lo necesito, necesito la aprobación del medio social en donde
vivo, para intentar que él sea mi pareja y yo, pueda dejar de estar sola en
este mundo. Voy al trabajo, estoy en el colectivo, el subte no lo tomo me da pánico,
en la próxima parada bajo, camino y entro a la oficina, ahí en ella como
siempre, esta Damian y yo frente a el me siento, haciendo mi trabajo, el
trabajo del día que ambos realizamos, el es el contador el responsable de todo,
nuestro empleador, viene más tarde, el hombre para el cual trabajamos, visita a
sus clientes, después viene y nos deja, lo que se debe hacer, en eso consiste
la tarea nuestra de todos los días, por si no lo saben, elegí ese lugar para sentarme,
así estoy de espaldas al amplio ventanal de la oficina, si estaría frente a el,
no podría dominar el vértigo que me produce, ver a través de sus cristales, la
gente, los autos y las cosas tan chiquitas allá abajo, para mí la altura es un
espanto, pero bueno, ya entro –les diré que el ascensor produce pánico- ya
llegue, deséenme suerte, es mi primer intento de curarme.
--Buen día Damián,
¿Cómo pasaste el fin de semana?
--Bien Belén,
pero me asombra.
--¿Qué te
asombra?
--Lo mucho que hablaste
a tu llegada, sos de decir hola nada más, sentarte frente mío, muda como un
mueble de esta oficina.
--¿Eso hago?
--Sí, te diría
más, si me preguntan con quien trabajo, quienes son mis compañeros de oficina,
digo nadie, pues de verdad en este ambiente, siempre estoy solo.
--Como solo ¿Y yo?
--No te das
cuenta, Belén, no dices nada, hace dos años que trabajamos juntos, solo se tu
nombre, Belén, que me lo dijeron cuando nos presentaron.
--Tenes razón, me
acuerdo de eso.
--De pronto hoy,
a tu buen día. Le agregaste ¿Cómo pasaste el fin de semana? Asombroso,
percibiste por primera vez que frente tuyo, había alguien que pudo haber pasado,
bien o mal, un fin de semana como todo humano, nuevamente, no puedo salir de mi
asombro, tus labios pronunciaron seis palabras seguidas, interesándose por mi
¿Qué tomaste de nuevo, hoy antes de venir, Belén?
--El colectivo de
siempre, sabes que el subte,
--Te da miedo.
--Estoy sentada
frente tuyo.
--Por el vértigo,
que el ventanal produce en vos.
--¿Soy
complicada?
--Lo complicado,
que no hablas una palabra.
--Estoy hablando.
--Maravilloso,
escucho tu voz y no lo puedo creer, estar solo aquí, como en un túnel,
--Del subte que
me da pánico.
--Exacto, de
pronto escuchar una voz humana, que te diga, estoy hablando, por fin Belén, no
me importa si tomaste el colectivo u otra cosa, si te da pánico el subte, si el
ventanal te bambolea, puedo dialogar con vos, rompiste el silencio ineludible,
dejaste de ser mueble, para ser persona.
--Me costo mucho,
Damian.
--¿Ser persona?
--Hablar, persona
soy, porque tengo sentimientos, sufro y sueño como vos, o cualquier otro.
--Que sabes si
sufro o sueño, si nunca cambiaste una palabra.
--Escuche tus
suspiros, Damian ¿No indican sufrimiento? Observe tu mirada ausente ¿No estabas
soñando?
--Ambas cosas son
ciertas, pero porque nunca, nunca dijiste nada.
--Porque siempre pensé
que no podía, que mi dialogo no era necesario, que nadie se detendría a oírlo,
ya que hilvanar palabras me costaba, como cocer una tela desgarrada, con hilo y
aguja despuntada.
--Belén, es increíble,
te puedo preguntar, ¿Por qué ahora?
--¿Debo decírtelo?
¿Es necesario, que descubra ante vos esta pavada?
--No es pavada,
es cosa seria, nos involucra, pasamos juntos dos años sin hablarnos, durante
ocho horas, de lunes a viernes, solo un saludo, una mirada, un hasta mañana y
después, te ibas y a otra cosa.
--Con otro
colectivo, distinto al de la ida, porque a la vuelta, este atraviesa un túnel y
me da miedo.
--No sabia eso,
pero no interesa, quiero saber, ¿Debido a que este diálogo?
--Debido a que, a
ese que, también le tengo miedo, Damian.
--¿Al motivo del
dialogo?
--No, al motivo
que me interesa hablarlo no, sino a las consecuencias, si lo digo.
--¿Cuál es el
miedo? Yo te escucho.
--¿Pero sabrás
responderme, a lo que diga?
--Por supuesto,
me considero amplio y liberal, digamos sin prejuicios, con sentido común,
solamente una cosa, respondo como pienso, no te engaño.
--Eso esta bien,
es generoso de tu parte, entonces Damian; va el relato, espero que lo
entiendas, quizás, sea el producto de años de silencio, de años que vos
tampoco, escuchaste nada, hoy necesito decirte todo, todo lo que siento y estoy
aprendiendo a decirlo en palabras, para que otro, quizás vos, lo interprete y
pueda decirme, si estoy equivocada.
--Habla te
escucho, no me pierdo palabra.
--Damian, en el
silencio, del tiempo transcurrido, que trabajamos solos, mientras mis labios no
decían nada, aunque mis sentidos lo interpretaban todo, busque tus ojos y encontré
los míos, en cada papel que nos pasamos, mis manos temblaron por las tuyas,
junte suspiros que lleve a mi alma, en donde con ellos, hice pájaros de fuego,
que volaron en busca de tu amor, nunca pude saber, si te alcanzaron, dado que
nunca, jamás, te pregunte nada, hoy que quiero saber, es cuando digo ¿Damian,
estos pájaros, mis sueños te llegaron? No, no contestes todavía, quiero que
sepas, por si no esta claro, si lo dicho por mí no lo comprende, tu corazón
algo lejano, si tal vez, tu alma está ocupada por otro amor, que no es el mío,
es preciso que entiendas que te amo, que te quiero, que te busco y te deseo,
por todo el tiempo que nunca hablamos.
--Que te digo Belén,
solo te escucho y ansío saber de tus palabras, la música del encanto que ellas
tienen, ahora bien, durante dos años sentí que me ignorabas, sufrí, porque no
hablabas, temí, que solo conmigo te sucediera esto, que era tan poco, tu interés
hacia mí, que preferías callar a hablarme, decidí sacarte de mi vida, decidí no
verte como mujer, trate de hacerme a la idea que estaba solo en este cuarto,
frente al inmenso ventanal, busque que seas una mancha de ese cristal iluminado,
no pude, debo reconocer que pese a todo mi esfuerzo de ignorarte, siempre
fuiste una mujer enfrente mío, con un buen día y un adiós, interminables, con
una incógnita pendiente en mi memoria ¿Qué querrá de mí, esta mujer
impenetrable? Lo más probable nada, ¿Si pudiera saberlo? ¿Si pudiera acaso,
alcanzar su silencio y develarlo? Nunca pude, hasta hoy, que me lo dices, jamás
entendí porque no hablabas y bien, ya lo
has hecho.
--Debes
contestarme, necesito saber si soy amada, de la misma manera que te amo.
--De la misma
manera, es tu propio mundo el que me llama a decir que te quiero, son tus
palabras las que hablan, e impulsan a las mías a que sepas que te amo, Belén,
montado en el silencio del tiempo transcurrido, descubro hoy, que siempre te he
querido.
--Entonces
Damian, amor mío, cuando termine el día de trabajo, el día distinto, diferente
a todos los días que han pasado, nos iremos juntos, abrazados, tomados de la
mano, mirándonos a los ojos, como quieras amor, como nos salga, como podamos
hacerlo, nos iremos a casa, a disfrutar de este amor por tanto tiempo oculto,
solo te pido una cosa, ningún hombre ha tomado mi cuerpo, ninguna boca beso mis
labios, mano alguna me toco, soy virgen Damian, soy rara, soy extraña, fui
sola, hoy estoy contigo, estoy contigo no para dejar de estar sola, Damian ¡no!
Eso sería injusto de mi parte, estoy contigo, a tu lado, porque pude decirte
que eres mío, el hombre que elegí, para acostarme, el hombre que quisiera me
haga suya, independiente de todo yo te amo, solo una cosa quiero, cuando
estemos juntos, en el lecho, los dos abrazados, que seas dulce conmigo, que no
te precipites, que la primera ves, sea para mi la más hermosa, que quede en mis
recuerdos para siempre, como un momento de amor inolvidable, ¿Podrás hacerlo Damian? Quiero que lo hagas,
necesito de vos, me des ternura, en el momento que hieras mi himen para
siempre, cuando descorras, el velo vaginal de mi santuario y entres en el, para
hacerme tuya.
--Cuando descorra
el velo, estaré a tu lado, cubriendo con un beso, ese momento, entrando
lentamente, a tu santuario, sin forzar, más de lo que debo y buscar tu placer,
antes que el mío. Será un instante hermoso, no lo dudes, porque quiero que así
sea, ya que siento respeto por tu cuerpo.
--Gracias Damian,
ahora trabajemos, hoy a sido un bello día, falta todavía, para irnos de aquí,
cuando llegue el momento, partiremos.
Estuvieron
ocupados en sus cosas, vino el empleador y trajo balances, resúmenes de cuenta,
extractos bancarios, listas de debe y haber, formularios, todo fue leído,
visto, analizado, el trabajo del día poco a poco terminado, hasta que como
todo, como el primer resumen y el último balance, llegó la hora de irse, Damián,
corrió del ventanal la cortina de plástico, apagó las luces, ambos salieron, el
pasillo y luego el ascensor los llevó a planta baja, la calle estaba cerca,
hacia allí fueron, una ves solos, entre la gente y la noche que llegaba, Damian
la tomo del hombro, Belén, pasó un brazo por su cintura, empezaron a caminar,
rumbo adonde, no lo sabían, suponían, que hacia la casa de ella.
--¿Es lejos tu
casa Belén?
--Si Damian,
mejor amor, en la otra cuadra, tomemos el colectivo.
--¿Ese que no
pasa bajo el túnel?
--Si, ese que me
permite llegar, sin contratiempos.
--Es lo que
quiero, que te sientas cómoda a mi lado.
--Lo estoy
Damian, se que me quieres, segura estoy de que te amo, entonces entre los dos,
debemos cuidarnos, de todos nuestros miedos y problemas, si alguna vez te
cuento, lo que en mi cabeza pasa, el miedo compartido, explicado al otro mi
pareja, deja de ser miedo obsesivo, se diluye, se va, pierde su efecto, pues no
impera ya como amo y señor sobre mi misma, lo destruí al hablarte de el, me lo
saque de encima, cuando vos lo analizaste desde otra óptica, diferente a la mía
¿No es difícil, no Damián lo que te digo? Estoy hablando de mi y de nosotros,
te explico en este colectivo que tomamos, rumbo a casa donde vamos, que es
fácil estar juntos, si nos comprendemos y ayudamos, si te digo lo que me pasa y
vos me respondes: No te preocupes, eso no es así, el pensamiento tuyo es
irreal, fuera de texto, no te hará nada, solo existe en vos y si charlamos se
irá, por la puerta abierta de tu mente. Con esto solo Damian, con que yo hable
y tu me digas, seremos felices y nuestra relación muy saludable, si le agregas
el amor, todo perfecto,
si aparece el
deseo al cual buscamos, maravilloso, que más pedir, un beso, tu mirada, tu
cuerpo y tu memoria, fundidos con mi alma, en pos de estar juntos, unidos,
apretados, sin querer separarnos, tan solo, simplemente, porque los dos nos
amamos.
Pronto se dieron
cuenta, que el viaje llegaba a su fin, la parada próxima, era el departamento
de Belén, bajaron, se tomaron del hombro y vieron alejarse al colectivo,
siguiendo su camino, de repartidor de gente en sus hogares.
--¿Cuál es tu
casa Belén?
--Aquel edificio
de balcones a la calle, algo antiguo cerca de la esquina, en la mano de
enfrente, vení Damian crucemos, la luz está en rojo, como nuestro deseo, quiero
llegar a casa, quiero que estemos juntos, quiero que seas mío.
--Yo también lo
quiero.
Es fácil llegar
cuando se quiere, la vereda de enfrente, la entrada, el ascensor, un pasillo,
la puerta.
--Esta es mi casa
Damián, mi mundo, mi misterio, la celda que ocupo en este universo inmenso, que
no nos pertenece y hoy, vos la invades, penetras en ella, te conviertes en
habitante de mi vida, siento que no estoy sola y es más, percibo que me quieres
y se que yo te amo, entonces este nido desierto, apenas ocupado, de pronto se
convierte en un nido perfecto, guarda en el y cobija, a dos seres felices que
se aman, Damian, hemos llegado, estamos aquí para consumar el bello acto de
nuestra unión, ante la vida, lo que nunca podremos volver a repetir, el comienzo
de nuestro amor, ¿Te das cuenta? Lo que
hoy hagamos, quedará en el pasado de nosotros, tratemos amor, que sea el
recuerdo más bello que tengamos, dado que es el primer recuerdo, es el
comienzo, es la primera puntada de un bordado, que nos irá mostrando lo que
somos, mientras tratamos de ser, lo que queremos. Amor, tesoro, ¿Cómo hacemos
esto? Habla te escucho ¿Cómo armamos el decorado? ¿La ilusión? ¿El punto de
partida, que dará sentido a todo lo demás? ¡Habla, quiero oírte!
--Son las
palabras mías, las que indiquen que debemos hacer, no lo se, no hay un plan
establecido cuando amamos, ni un camino fijo a recorrer, si nos queremos, solo
un lecho, un silencio, dos cuerpos en él que se desean y una forma de amar que
ambos practican, solo la forma, el deseo desplegado que cada uno agita, es lo
que vale, deja que tu alma corra libremente, que tu corazón, derrame su delirio
en pos del ser amado, con la mente en blanco, solo puesta en él, ama, abraza,
besa, muerde, has lo que tengas ganas y cuando llegue el fin, cuando el
orgasmo, rey y señor de los finales, venga en tu auxilio, toma su cuerpo y abrázalo,
fúndete en él, besa su boca, húndete en su alma, que la eyaculación, por si
sola no dice nada, es un acto fugas e indecoroso, necesario al fin, más no
sublime, eso es todo, después vendrá el relax, se miraran, alguien dirá, te
quiero, otro te amo, con las manos tomadas, con la cara en el pecho, con los
largos cabellos de ella desbordados, sobre la piel de él aún latente, llegará
la ternura, llegará de golpe, el saber que están juntos y no separados, que se
aman, se necesitan y tal vez sin saberlo, han comenzado a vivir, la pareja que
soñaron.
--¿Todo es así,
Damian como lo dices? Suena hermoso, en tu voz y tus palabras, vamos entonces
en busca de lo nuevo, pero pregunto, digo, pienso ¿Cómo hacemos? Soy nueva en
el detalle de los hechos, aunque hace tanto que te quiero, explícate amor, ¿En
que consiste, el preparativo previo?
--Algo muy
simple, tan sencillo, date una ducha y anda a la cama, después yo hago lo
mismo, cuando juntos en el lecho, nuestros cuerpos se encuentren, ya veremos,
nuestra pasión entonces, dirá que hacemos, el amor surgirá, sin saber como.
Así fue, debió
ser, fue necesario que así sea, Belén baño su cuerpo, se acostó en el lecho, Damian,
del mismo modo, fue a su encuentro, juntos en la cama, desnudos, se buscaron,
cada boca mordió un labio, sus lenguas sedientas se enroscaron, las manos,
ávidas de piel y sexo, como siempre, como nunca, se encontraron, el le beso los
senos, ella beso su cuerpo, el busco su cuello, su vientre y su sexo, se
acariciaron, de adelante, de atrás, de todos lados, hasta los hermosos y
pequeños dedos, de Belén, junto a sus pies, fueron besados, uno por uno, sin
llegar a diez, porque el labio de él, fue hacia su boca y allí arriba, cuando
se encontraron, en profundo y apasionado beso, Belén sintió, como su alma, su
corazón y su sexo, eran penetrados, suave y dulcemente, como Damian dijera, por
el sexo de él, enarbolado, en pos de descubrir, tras aquel velo, el misterio,
que Belén gozo al instante, un orgasmo, fuerte y ondulante, de más a menos, de
poco a mucho, de gemido a grito, de tiempo que se muere, lentamente y vuelve a
resurgir, apasionado, gimió una, dos ¿Cuántas veces? ¿Quién lo sabe? Quedaron ambos, tendidos en
la cama, como volviendo de un sueño, se miraron, y, sin saber que decir, solo
se hablaron.
--Damian amor mío,
he sido amada, dulcemente amada, me has hecho tuya, soy feliz a tu lado.
--Te siento mía
Belén, es tan hermoso, que el tiempo pase y estamos juntos, aquí en el cuarto,
lejos de la gente, solos vos y yo, hemos creado nuestro propio lugar, nuestro
sendero, nuestro jardín lleno de flores, que comenzara a poblarse de recuerdos,
mientras estemos así los dos desnudos, viendo el cielo. Ahora sabes Belén que
nos amamos, ahora se yo, que nos queremos, hemos gozado tanto este momento, que
ya estar separados, no podremos.
--Damian, amor,
respecto a eso, quiero que ya, ahora, en este instante, que no pase más el
tiempo solitario, por favor cariño, quiero desde hoy compartir tu techo,
podemos elegir donde vivir ¿Te gusta mi casa? Trae tus cosas y en ella
formamos, nuestro nido, ¿Te agrada más tu departamento? A el vamos, no tengo
problemas, de hacer lo que vos quieras, Damian, juntamos nuestros sueldos,
llevamos contabilidades en casa, no se, lo que vos digas, pero quiero estar
junto a vos y vos al lado mío, que toda mañana cuando despierte, vea tu rostro,
toque tu cuerpo y si en la noche, tuvimos sexo, bese tus labios, porque te
quiero.
--Estoy de acuerdo,
me gusta más tu casa, porque tiene mucho de vos, Belén, que la transforma, en
un nido hermoso para ambos, hoy a la tarde, le digo a nuestro empleador, falto
al trabajo y hago la mudanza.
--¿Tendré que
cerrar yo sola la oficina, me da miedo?
--No temas, llegaré
justo a la hora de salida, cerrare y nos iremos juntos, a tomar algo, al cine
si te gusta, después vendremos aquí, a nuestra casa, tu lugar, mi lugar, el de
nosotros.
--Gracias Damian,
solo una cosa, vamos a dormir que es muy tarde, mañana nos aguarda, nuestro
primer día juntos, abrázame amor, lo necesito, quiero que llegue el sueño a mi
cabeza, mientras me siento rodeada de tus brazos y mis senos dormitan en tu
pecho.
La claridad del
día, inundo el cuarto y como siempre, la luz descubre los detalles, dos cuerpos
jóvenes, desnudos, abrazados, dos bocas cerca, sin besarse, los parpados,
cubriendo las pupilas, ¿Estarán soñando?
Piensen ¿Qué soñarían ustedes en ese lecho, desnudos junto a él o ella y
abrazados? ¿Qué soñaría yo, si pudiera
compartir los sueños, de mis personajes, sus cuerpos y mi abrazo? No lo se,
ustedes quizá sí, que suene el despertador entonces y continuemos, en el
cuento, con la historia que la relatan ellos.
--Damián, la hora
amor a levantarnos, se nos hará tarde, date vos un baño, mientras preparo el
desayuno, después me baño yo y nos vamos, vos al trabajo, yo voy a entrar un
poco más tarde, porque voy a ver al terapeuta, Damian, escuchas amor, o estas
dormido.
--Te escucho Belén,
no te hagas problema, tenemos tiempo, voy a darme una ducha, a mi háceme café
con leche, en cuanto a la oficina, anda tranquila, que el empleador, hoy viene
por la tarde.
--¿Cuanto de café
y cuanto de leche, Damian?
--Mitad y mitad
amor, para comer lo que tengas, pan, galletitas, dulce, no tengo problemas.
--Hablando de
comer Damián, a la noche, o mejor si puedo yo, a la mañana, tenemos que ir al Súper,
somos dos, es necesario comprar algunas cosas.
--Si podes anda
vos, a la salida del terapeuta, así no se nos arruina la salida de la noche,
por otro lado, yo hoy a la tarde, cuando me mude, traigo toda la comida que
tengo en casa, por el momento, deja el Súper, no creo que sea necesario.
--De acuerdo
amor, apúrate con la ducha, voy a la cocina, nunca imagine, caminar desnuda,
frente a un hombre en esta casa, pero es maravilloso, hacerlo frente tuyo
Damian.
--Lo mismo digo Belén,
sos hermosa desnuda, es muy lindo ver tu cuerpo, mientras libre de ropa,
preparas el desayuno.
--Por favor, no
sigamos hablando, este tema calienta Damian, vamos a volver a la cama y es muy
tarde para ello, date el baño, que el desayuno esta casi listo.
--Es tarde, tenes
razón, sino con gusto volvería. Chau, me baño y salgo, serví el desayuno.
Desayunaron
contentos y felices, Damian se fue a la oficina, Belén se baño, vistió su
cuerpo y puso rumbo a lo del terapeuta, llegó casi justo, ya que el paciente
anterior a ella estaba saliendo, entró y se acomodó frente a él, por un rato,
se miraron en silencio, ella esperando, a ver si él se daba cuenta de su
cambio, él –no puedo develar el secreto de un profesional- digamos que él,
estaba atento, esperando, ¿Esperando que? Que su paciente hable, ya que no era
Dios, para saber lo que pasaba por su mente, cual sería hoy su problema, que
debería decirle, lo saco de sus cavilaciones propias de su profesión, la voz de
Belén.
--Hace tiempo,
vine aquí para contarle que estaba sola y triste, que jamás hombre alguno, beso
mi boca, acaricio mi cuerpo, hundió en el su mano, buscando mi sexo. Después de
eso, hablamos mucho, me dijo del poder de la palabra, le explique que nunca había
hablado, tratamos de hurgar en mi pasado, el discurso nuevo que pudiera
cambiar, de algún modo mi destino, al fin creo, yo y usted, quizás ambos,
llegamos a la conclusión de que estaba preparada para decir, para explicarle al
otro, en palabras que el interpretara, lo que yo quería, lo que yo buscaba, lo
que yo deseaba y hable, le hable en primer término a quien debía hablarle, al
hombre que quería fuera mío, al hombre que deseaba me hiciera suya, fuera mi
pareja y estuviera al lado mío en esta vida, me acerque y le dije, yo te amo,
me acerque y le dije, yo te quiero, necesito ser tuya pero antes, preciso
saber, si tu corazón y tu alma, ya me pertenecen, si tu cuerpo es mío antes de
poseerlo, si tu boca saciara mi beso, luego calle y lo mire a los ojos, a sus
bellos ojos iluminados por la llama del amor y solo dijo, escuche de sus
labios, oí de su boca, ¡Si quiero! Desde entonces estamos juntos, acaricio mi
cuerpo, beso mi boca, penetro mi sexo, es mío, yo suya, nos amamos, formamos
pareja, viviremos juntos bajo un mismo techo, le dije además, lo que necesito
que sepa para estar conmigo, que soy fóbica, que tengo miedo, pánico, pero que
debe comprenderme y ayudarme, porque nos queremos, ambos estuvimos en el lecho,
fuimos felices, ambos compartimos el amor y nos amamos, acepto, entendió mis
miedos, si me asalta alguno, se lo explico, con esto siento alivio, siento que
el miedo no me oprime como antes, se diluye, se va con él, tomado en su relato,
que me explica lo absurdo de aquello, que le digo. Soy feliz, estoy contenta,
¿Cómo sigo? ¿Cómo sigue el cuento, que le cuento? ¿Qué debo hacer, de ahora en
más?
--Solo una cosa
debes, seguir viviendo, seguir hablando con la gente, buscando la palabra, que
te abra la atención del otro que te escucha, si has encontrado una pareja
inteligente, que entiende tu relato obsesivo y lo corrige, todo irá mejor, el
miedo huye cuando es interpretado, por dos seres, que se quieren y que en su
amor, se sienten contenidos, lo demás es la vida, con sus más y sus menos,
nunca dejarás el miedo, pero lo importante, es que lo aceptes, sepas vivir con
él y tengas a tu lado un compañero que te ayude, a superarlo.
--Una pregunta
¿En estas condiciones a usted, debo dejarlo?
--Lo que debes
hacer es olvidarme, suplantarme por otros en tu vida, yo soy un receptor de tus
desdichas, soy un ser humano, falible y comerciante. Si ya entiendes, de que se
trata el juego que jugamos y creo que si, debes dejarme, siempre estoy aquí si
lo precisas, pero si tu pareja funciona como pienso, nunca vendrás, otras
palabras guiaran tus pasos, porque no soy yo que te curo, sino vos, que me
tomas como tu curador, yo solo soy, lo que vos proyectas sobre mi, si me vieras
fuera de este cuarto, en la vida diaria, en el mercado, seguro te asombrarías
de que alguien como yo, pudo curarte, por lo tanto Belén, aquí te dejo, en la
puerta del cuento terminado.