jueves, 29 de septiembre de 2011

EXTENSIONES


La miro un segundo y le dijo.
--Siempre sospeche de usted como la asesina de el, pero la única prueba encontrada en la escena del crimen, un cabello, no corresponde a su ADN, por lo tanto no tengo evidencia alguna con que incriminarla en el hecho, puede retirarse.
Mientras caminaba gozando del sol y de la tarde, ella pensó que hizo muy bien en quemar esas extensiones de cabello, que usara la noche que se acostó con el para matarlo

jueves, 22 de septiembre de 2011

EL CAMINO DE LA BONDAD


En un lejano reino de la remota China un Mandarin había que se llamaba Chin-Chin, muy bueno con sus vasallos, justo con el pueblo y muy querido por todos y cada uno de los habitantes del imperio. Pero como todo en la vida para Chin-Chin, la felicidad no era completa, porque el mayor de sus hijos llamado Mhal-Mhal, hacia gala de un carácter muy pero muy malo y todo lo opuesto a la forma de ser de Chin-Chin, nadie, ninguno de todos los que vivían en el reino lo querían y el se encontraba en palacio solo, sin persona alguna que le hable porque tanto vasallos como princesas, dado su carácter le huían y le tenían miedo. Chin-Chin preocupado por esto, decidió llamar a un anacoreta, este resulto ser un monje solitario, habitante de las altas cumbres del Himalaya, que en ignorada cueva meditaba alejado por siempre de todos los mortales, su nombre en sánscrito que ese era su idioma, se pronunciaba Chi-cok-lou. El Mago de Palacio que había aprendido su magia del anciano Chi-cok-lou le aconsejó a Chin-Chin que solo el, podía curar la maldad de su hijo mayor y hacerlo bueno, pero fue entonces cuando el Mandarín Chin-Chin le pregunto al mago ¿Cómo harían para encontrar a Chi-cok-lou? Si nadie sabia de su cueva allá en el Tíbet, pensó un momento el mago y le contesto. Esa es la prueba Mandarín, envía a tu hijo Mhal-Mhal a que lo busque, diciéndole que lo espera una fortuna si lo encuentra y de esa forma, en  ese viaje que el emprenderá, tal ves en el camino que deba transitar en busca del anacoreta, sin que se de cuenta, encontrará las enseñanzas que Chi-cok-lou prepare para el dentro de ese recorrido, con el único propósito de que cure su maldad. Lo que Chin-Chin no sabía, que mediante la magia, el mago se había comunicado con la cueva de Chi-cok-lou en las montañas del Tíbet y le anticipo todo lo que estaba pasando en la corte, a lo que el anacoreta le respondió, no necesariamente debe llegar a mi presencia malo, para que yo con mi sabiduría lo haga bueno, dile que sea el quien venga a verme y yo en su camino hacia aquí antes que llegue, iré colocando entre montañas y valles, precipicios y mesetas, los peligros y asechanzas, que harán de el cuando ante mi se presente, sea un hombre bueno, Chin-Chin el Mandarín del reino de la china tan antiguo, que su nombre había desaparecido, estuvo de acuerdo con su mago y fue hacia los aposentos interiores, en busca de Mhal-Mhal su hijo mayor, lo encontró como de costumbre, haciendo una maldad, estaba despellejando a un pájaro vivo, enloquecido, Chin-Chin que no podía soportar estas cosas porque era un hombre bueno, se lo arrancó de las manos entregándoselo a sus curanderos para que lo curen -ya que el Mandarín nunca se hallaba solo, siempre su corte iba con el- viendo que el pájaro todavía estaba en condiciones de ser salvado, mas calmo, se volvió hacia su hijo y le hablo.
--Deja de hacer maldades.
--No puedo padre -respondió Mhal-Mhal- he nacido para eso.
--Los Magos dicen que el nacido puede cambiar.
--Si me traes a tus Magos los despellejare igual que al ave que me quitaste.
--¡Hijo! ¿Debe haber un medio que haga que dejes de ser así?
--No quiero cambiar como te dije padre, mi lugar en este reino esta entre los malos y mi ambición en esta vida, es ser el peor de ellos.
--¿No me preguntas a que vengo a verte?
--No padre porque siempre se que vienes a discutir conmigo.
--Esta ves no Mhal-Mhal mensajeros recién llegados de las montañas del Tíbet me han dicho, que un rey de allá, oculto en una cueva para que nadie tenga acceso a sus inmensas riquezas, esta a punto de morir y por esas raras determinaciones del destino, la entraña del ave le marcó en su misterio, que deberías ser vos el beneficiario de toda su fortuna, por lo tanto debes partir ya mismo en su búsqueda y cuando lo encuentres, pasaras a ser inmensamente rico, tan rico que mi reino para vos será una moneda.
--¿Es cierto padre lo que dices?
--Tal cual como que vos y yo nos estamos viendo.
Le costo mentir a Chin-Chin porque era demasiado bueno, pero ante la posibilidad de que su hijo deje de ser malo mintió para salvarlo. Mhal-Mhal, hizo todos los preparativos para partir y una vez ya pertrechado para ello, se presento ante su padre.
--Padre estoy listo para ir al encuentro de Chi-cok-lou ¿Pero como debo hacerlo? ¿Hay tantos senderos que conducen al Tíbet? ¿Por cual de todos ellos debo tomar para ir por el buen camino?
--Hijo, el mensajero que trajo el deseo del anacoreta, desapareció como vino sin darnos cuenta, solo dejó una paloma blanca y antes de desaparecer dijo, que aquel que sea el elegido la debe seguir para encontrarse con el anacoreta.
--¿Dónde esta la paloma?
--Ahí la tienes, ella hoy es tu destino.
Mhal-Mhal levantó los ojos y vio de improviso aparecer volando sobre su cabeza, a una hermosa paloma blanca, por un momento pensó en despellejarla viva, como hacía siempre que alguna se le cruzara, pero se dio cuenta que si eso hacía, jamás encontraría al anacoreta.
De esto podemos precisar, comenzando el camino que deberá recorrer Mhal-Mhal, que a veces ¿Porqué no? Nuestro propio interés nos hace buenos.
Mhal-Mhal se despidió de su padre y comenzó a seguir a la paloma, esta siempre a una distancia respetable de el, se encamino por un sendero, cruzó el puente de un arroyo y tomo por un camino bordeado de campos de arroz y amapolas chinas. Siguieron caminando y al caer la tarde, paloma y hombre se encontraron llegando a los comienzos de un inmenso bosque, atravesarlo era necesario, pero como empezaba  la noche a la paloma le pareció muy temerario y decidió detenerse y acampar al borde mismo de los frondosos árboles, para eso termino su vuelo en una rama y Mhal-Mhal, dándose cuenta de ello, armo su tienda y dentro de ella se durmió en el suelo, pero antes comió por supuesto, fruta y panes que del palacio había traído. No bien aclaro el día y el ya se despertaba, escucho a la entrada de su tienda, un fuerte ruido que lo hizo levantar apresurado, salio fuera y frente a el vio a un oso blanco que chillaba enloquecido, mientras hablaba entrecortado. Allí, allí, en el barranco mi hijo se ha caído y no puedo sacarlo, ¡Ayúdame señor te lo suplico! Sino se muere mi hijo. Mhal-Mhal, dirigió su mirada a la rama donde la paloma estaba, pero en ella no había nada, volviose al oso y le dijo, llévame al barranco donde en el fondo esta tu hijo. Gracias señor respondió el oso, juntos caminaron un buen trecho hasta que de pronto se abrió el bosque y una grieta profunda, que separaba árboles y suelo de la forma llana de la tierra lo detuvo a Mhal-Mhal impresionado, mientras se adelanto el oso y le dijo, allí en esa saliente esta mi hijo, vos puedes salvarlo, pero por favor si lo haces mal, sino pones el empeño necesario para ello, mi hijo dejara la saliente y morirá en el fondo oscuro del barranco, el cual apenas puedes ver dado lo profundo de su lecho, de ser así, como te digo morirá estrellado.
Mhal-Mhal no miró al oso. sino que dirigió sus ojos a la saliente y al pequeño osito, que casi al borde de la misma, estaba temblando el pobrecito, decidió salvarlo, no supo porque pero quiso hacer eso, miró muy bien los bordes del barranco y agarrandose a todo lo que podía sostenerlo, comenzó a descender hacia la saliente donde el osito estaba. Mucho le costo ir y demasiado volver, pero lo que nunca habia imaginado hacer estaba hecho por el, el osito en sus brazos alegre se acurrucaba y así paso de el al oso padre, que le agradeció mucho y sollozando le dijo. Sabia seguro que lo salvarías porque eres una persona buena.
En el camino hacía el anacoreta podemos sacar conclusiones junto con Mhal-Mhal, que a veces los valores que tenemos de nosotros mismos, son equivocados y los demás aciertan como verdaderamente somos.
Mhal-Mhal paso por alto esto de buena persona, no lo entendía, dejando al oso y a su hijo volvió sobre sus pasos rumbo al campamento, se encontraba preocupado, no vio a la paloma blanca en la rama verde y si se hubiera ido ¡Maldición! Con ella se fue toda la fortuna que podría haber conseguido. Así pensando llegó a su tienda y comenzó a desarmarla para seguir andando, justo cuando cargo su alforja al hombro, escucho un aleteo suave y vio a la paloma blanca que apareció volando sobre su cabeza, dio un amplio giro y se interno en el bosque, el fue tras ella, llegaron al barranco donde salvara al osito y fueron por sus bordes hasta encontrar un paso, donde la tierra y los árboles detuvieron a la grieta, para que no siga mas recorriendo parajes y robándoles el suelo, después caminaron unas horas más, pero cansados de caminar por un lugar sin senderos  ni caminos se detuvieron a descansar, lo hicieron al borde de un lago, aprovechando el lugar porque en el lago Mhal-Mhal se quería bañar, dejó todas sus cosas debajo de un árbol frondoso cubiertas por su sombra, se desnudo y se adentro en el agua del lago, dispuesto como dijimos a darse un baño, la paloma blanca en la orilla, dejo el aire y se apoyo en el suelo donde ella también comenzó a bañarse, en eso estaba la paloma, cuando de pronto apareció en escena veloz y cortante en raudo vuelo, un halcón negro, que entre sus garras se llevo a la paloma blanca, desesperado Mhal-Mhal vio la escena y mas desesperado aún entendió, que nada podía hacer para evitarlo, ya que desnudo adentro del agua se encontraba imposibilitado de seguir al halcón, que rápido con su presa se alejaba. Salió Mhal-Mhal del lago, se vistió, junto todas sus cosas y por primera ves en su vida no supo que hacer, nunca antes le habia faltado la compañía de nadie y nunca se vio en la necesidad de depender de los demás, para proteger su propia vida, pero si no encontraba a la paloma blanca si no la rescataba del halcón, se veía perdido, es más quizás ya ella hubiera muerto, entonces el por siempre estaría perdido, ¿Pero donde encontrar a un halcón en medio del bosque? Pregunto en alta voz muy angustiado y fue entonces, cuando apareció frente a el uno de esos pájaros por el desollados y moribundo ya, tal ves antes de morir le dijo. El halcón tiene su cueva en aquel pico gris que ves en la montaña de tu izquierda, sorprendido de todo lo que le pasaba se dio vuelta y efectivamente no muy lejos de el empezaban las primeras sierras, que daban comienzo a las inmensas cadenas montañosas del Tíbet, el pico gris ese que el pájaro le dijera estaría a un día de marcha ¿Pero puede vivir una paloma blanca en la cueva de un halcón un día entero? El pájaro desollado y mutilado le respondió ¡Puede!  Y murió nuevamente frente a el, como mucho tiempo atrás en el palacio de su padre Chin-Chin ocurriera, Mhal-Mhal consternado por la presencia del pájaro, que le hacia ver la condición terrible en la cual el lo dejara y sorprendido, que pese a que el lo matara, resucitara solo para ayudarlo, se sintió arrepentido por primera ves en la vida, hizo un hoyo en el suelo, enterró al pájaro y empezó su marcha hacía el pico gris en busca de la paloma blanca.
Esto en el camino hacia el anacoreta nos hace ver que el arrepentimiento es condición necesaria para ser bueno ya que Mhal-Mhal se arrepiente del mal que cometió.
Antes de partir por último, lleno de agua su cántaro en el lago y recogió frutos del bosque, pues comenzaba la ruta de las áridas rocas y debía ir preparado para el viaje miro al pico gris y calculo la distancia mas o menos que lo separaba y arranco hacia el, el bosque poco a poco se fue transformando en piedra y la piedra en altura y el día, en sombras y las sombras en día y la senda escabrosa por la cual subía, subía y subía hasta que ya sin fuerzas llegó a lo alto del pico gris, allí en donde la cueva del halcón como dijo el ave, se encontraría, detuvo su marcha y se sostuvo de las rocas para no rodar por la pendiente, sus ojos afanosamente recorrieron palmo a palmo, lentamente, el murallón que se erguía ante su vista, lleno de cuevas vacías y sin aves ya que el sol en lo alto fuerte rugía y todo iluminaba y los halcones  que buscan la oscuridad de ser posible, se habían retirado a los valles, zonas mas oscuras de la montaña ¿Cuál la cueva sería? ¿Cual? ¿En donde? ¿Estaría la paloma blanca? De pronto un poco más arriba, casi al final del pico vio que de un agujero, el sol que en el entrara salía refulgente, ahí es adivinó, el sol da sobre la paloma blanca y su rayo sale más fuerte, ansioso trepo la distancia que lo separaba del agujero en la roca, ese que la luz le indicara e introduzco la mano en el, cuando la saco traía entre sus dedos a la paloma blanca sola, sin que por lado alguno apareciera el halcón negro. Nunca como en ese momento estuvo tan cerca de ella y nunca se sintió tan contento, de estar acompañado, sus ojos y los ojos de la paloma se miraron y pareció por un momento, como si dos amigos muy queridos, se hubieran encontrado. Mhal-Mhal la retuvo un poco más en la cueva de su mano y acarició su cuerpo y acomodo sus alas, después, después la soltó al viento y la paloma blanca voló de nuevo sobre su cabeza, pero no tan alejada como antes, indicándole el camino a seguir rumbo al encuentro con el anacoreta.
Esto en el camino hacia el anacoreta nos hace ver que en el mundo no podemos estar solos, que dependemos de los demás, como los demás dependen de nosotros y que convivir en paz, también nos hace buenos.
Descendieron del pico gris pero no abandonaron la montaña, ya que ha partir de ahora deberían adentrarse en esa cadena montañosa, subiendo más y mas hacia la altas cumbres del Tíbet, dejando atrás pueblos pequeños afincados en sus mesetas y teniendo como meta solo un objetivo la cueva, la oculta cueva del anacoreta. Continuaron camino recorriendo un desfiladero peligroso en el fondo del cual un río caudaloso, producto de la nieve de los picos nevados, corría hacia el interior de otros reinos, Mhal-Mhal y su paloma blanca volando sobre el avanzaban lentamente, por la estrecha cornisa que servía de borde al desfiladero, se entretenía en mirar el río mientras con cuidado seguía las ondulaciones del camino, para no tropezar en el y terminar en el fondo de las aguas, cuando de pronto noto sobre estas, mezclado con las olas y los remolinos un punto pequeño que subía y bajaba al compás del torrente, mientras veloz huía en dirección a poniente, cual sería su sorpresa al ver que era un niño que sin remedio ni posibilidad alguna de salvarlo, moriría ahogado, fue entonces que miro a la paloma blanca y esta a el entonces grito casi ¡Por favor paloma blanca! ¡Hagamos algo! No me puedo permitir que ese niño muera ¡Quiero Salvarlo! La paloma lo miró y para su asombro habló. Si es tu deseo de salvarlo tan bueno y tan profundo como creo que es, yo me convertiré en águila y te llevaré allí para que lo rescates y de allí, iremos a dejarlo en brazos de su madre para que todos sepan Mhal-Mhal, lo bueno que eres. ¡Acepto! ¡Hazlo! -dijo- En este momento nada más deseo que salvarlo, ni bien pronunciara estas palabras, la paloma fue un águila hembra de poderosas garras e increíble fuerza, que lo tomo a Mhal-Mhal de los hombros y así fueron juntos y veloces, más rápido que el cauce, más ligero que el viento y en un segundo, estuvieron dentro de las paredes rocosas, sobre el agua misma de ese río inmenso y las manos de Mhal-Mhal, tomaron al niño en sus brazos y lo apretó fuerte contra su pecho, mientras el águila agitó sus alas y busco el cielo, más arriba estaba que el propio desfiladero, en esa posición sus ojos recorrieron la región y pronto descubrió la meseta en donde se encontraba el pequeño pueblo, voló hacia el y ya en las alturas pronto diviso a una desesperada mujer que agitaba sus brazos a la orilla del río, ¡Esa era la madre del pequeño! -Se dijo- y no fue más que decirlo, cuando en un rápido vuelo estuvo al lado de ella,  dejo a Mhal-Mhal en el suelo que la enfrentara con el pequeño en brazos y desapareció ¡Puff! En el espacio.
--No llores más mujer, aquí te traigo a tu hijo que encontré a punto de ahogarse aguas abajo y por suerte lo pude rescatar, pero no a sido solo triunfo mío, debo decirte que casi todo ha sido producto del destino.
--¡Gracias mil gracias! Forastero, te agradezco tanto, pero tanto, que me devuelvas a mi hijo vivo, cuando ya lo creía para mi perdido y muerto y vos me lo traes ¡Vivo! Se ve que eres un hombre muy, muy bueno.
Tan contenta se hallaba la mujer que contagio toda su alegría al pueblo y la gente del lugar, lo invito a pasar la noche en el e hicieron en su honor, una hermosa fiesta donde se comió, se bailo y sobre todo se agradeció al hombre más bueno de la tierra Mhal-Mhal. Este lleno de alegría por lo que le estaba sucediendo, no pudo evitar estar un poco triste, porque a su paloma, la paloma blanca, desde que el águila se había ido no la habia vuelto a ver y le hubiera gustado mucho, que compartiera esa noche su alegría con el.
Esto en el camino hacia el anacoreta nos enseña que los buenos actos, la ayuda a nuestros semejantes y compartir la vida de la gente, nos impulsa a ser buenos.
Al otro día se despertó en el pueblo, desayuno con ellos y no lo dejaron ir hasta que su alforja, estuviera cargada de alimentos, lo que le llamo la atención fue lo siguiente, cuando curiosos le preguntaron, que es lo que hacia en esos lugares tan lejanos y para que, había venido a ese reino y el le respondiera, para encontrar al anacoreta y su cueva, todos se asombraron y le dijeron, que era imposible eso, porque ningún mortal podría verle, salvo si fuera invitado por los dioses a hacerlo, el nada dijo de la paloma blanca y les respondió que lo que decían seguro debía ser cierto, pero el le había prometido a su padre Chin-Chin Mandarin de un reino muy lejano encontrarle para salvación del reino y por lo tanto, su deber era buscarle, comprendieron esto y lo vieron alejarse, siguiendo la orilla del río que lo llevaría al desfiladero de la montaña, donde se encontró con el niño, haría más de un día que estaba caminando ya sobre la cornisa del desfiladero, cuando una roca igual o diferente no pudo precisarlo, le hizo comprender que ya había llegado al punto exacto, al lugar en donde viera al niño en las aguas, en ese momento justo escucho un aleteo y levantando los ojos vio a la paloma blanca que volando le dio instrucciones para seguir caminando. Al ver a la paloma quiso hablarle, porque recordó de pronto que ella le hablo antes de ser águila pero prefirió callarse, porque entendió que la paloma era un mago y el con los magos, pese a haber sido tan malo ¿Haber sido dijo? ¿Tiempo pasado? ¿Raro no? El con los magos decía, no quería tener problemas. Dejaron el desfiladero y rápidamente como si el tiempo adelantara, se encontraron en plena cordillera, las montañas enormes, los caminos cerrados, precipicios a todos los costados y grandes paredes verticales de roca pura, impedían la marcha y hacían muy lenta la jornada, día a día poco se avanzaba, a nadie se veía a quien recurrir en busca de socorro y los alimentos en el transcurso de la larga marcha, se estaban acabando, solo quedaba casi agua del deshielo, algunas frutas un poco de pan y para morder el duro hielo. Fue así que en una noche fría, refugiados en una oscura cueva, la paloma volvió a hablar y le dijo, tengo hambre mucha hambre ¡Dame tu alimento! Es lo último que tengo dijo Mhal-Mhal, tengo hambre respondió la paloma y el le dio su comida y vio ante sus ojos como ella, despacito, saboreándolo todo, pero todo se lo comía, luego se recostó de lado sobre una saliente alta, protegida de la humedad del suelo y se quedo dormida. El tardo mucho en conciliar el sueño, porque también tenía hambre y no se podía dormir pero antes de conseguir hacerlo, le pareció escuchar que la paloma blanca con voz muy queda le decía, eres un hombre bueno, al haberme dado tu comida, cuando vos también tenias hambre, nada más hablo y el se quedo dormido.
Esto en el camino hacia el anacoreta nos enseña que se es bueno, cuando se esta dispuesto al sacrificio personal en la ayuda prestada a los demás.
Era ya media mañana cuando despertaron, tanto Mhal-Mhal como la paloma blanca, perdidos en medio de la cordillera tibetana, rodeados de altas cumbres, privados de caminos, sendas, nada que condujera a ningún lado, fue entonces cuando la paloma hablo por tercera ves dado que el tres es un número mágico.
--Mhal-Mhal, estamos justo en el centro exacto del camino terminado, hemos llegado a donde ningún hombre ni mujer alguna puede llegar, lugar este frecuentado por los dioses y los magos, donde el anacoreta, aquel que nadie ve pero en el que todos creen habita su cueva milenaria, el me ha pedido que te traiga, me dijo que te cuide y te proteja y si algo te pasaba yo también respondería con mi vida si vos la muerte hallaras, el quiere verte y yo he cumplido mi misión, aquí te he traído sano y salvo en el lugar mismo donde impera su morada, por última ves me convertiré en águila y te llevaré a su lado.
Así dicho la paloma en un ir y venir de sus alas blancas se convirtió en águila, lo tomo de los hombros y empezó a volar entre esos picos altos, subiendo y subiendo por rocas y cielos, nevadas y viento hasta el último pico aquel de todos el más inmenso, que parecía en su altura perforar el cielo, cuando llego a el busco una saliente, como un trampolín de piedra y nieve que indicaba en el silencio eterno la dirección del mundo hacia oriente. Hizo pie en el, junto a Mhal-Mhal y lo introdujo rápidamente en una cueva que en su frente había, una ves dentro se fue a posar sobre una silla y Mhal-Mhal se encontró de pie ante un bondadoso viejo que con inexpresivos ojos lo miraba, raros esos ojos, demasiado claros, demasiado fijos cuando miraban, parecía que el mundo entero entrase en su mirada y los siglos pasados y futuros confluyeran en ella, eran como el destino mismo creador y guía del universo entero, que pasaba lenta y sin prisa año tras año inmutable siempre, como el eterno tiempo a través del viejo, hablo al fin este y dijo.
--Mhal-Mhal en tu reino, el reino de tu padre este desespero siempre, porque en todo momento fuiste malo y tanto sufrió hasta que al fin su principal mago, me pidió por amor a su Mandarín Chin-Chin hacerte bueno y yo le manifesté que no era necesario, que fuera yo que me tomara tal trabajo, que por el contrario, te manden hacia mi, le dije al mago, que vengas solo y recorriendo el camino de la vida, que entonces yo en ese viaje que vos comenzarías te pondría ante situaciones que al enfrentarte con ellas vos por tu propio entendimiento dejarías de ser malo y creo Mhal-Mhal, que lo hemos logrado, porque si en el futuro que te resta por vivir , procedes con aquellos que se crucen en tu camino, de la misma forma que lo hiciste con aquellos que se te cruzaron cuando venias hacia mi, entonces ya y siempre serás bueno, pero algo te falta para que en vos la  bondad se manifieste totalmente y es el amor, es la pareja, es la compañera,  la mujer que te acompañe, pero sin saberlo vos todavía, eso ya también lo tienes, es más, ella siempre a estado a tu lado en este camino que emprendiste y estuvo con vos, en todo momento que algún peligro corriste y no es otra que la paloma blanca.
Cuando pronuncio el anacoreta el nombre de la paloma blanca, el ave que fuera compañera de el en su viaje, una bella muy bella joven apareció en la cueva, sentada en la silla en donde antes la paloma estuviera, producto todo esto de la magia ancestral del gran anacoreta.
--Aquí la tienes Mhal-Mhal, ella es la princesa Ojos de Cielo, mi preferida entre todas las princesas de mi reino que es la tierra, te la entrego a vos para que formen una pareja y aprendas de ella, lo poco que te falta para ser totalmente bueno.
Mhal-Mhal se abrazó intensamente con Ojos de Cielo y ahí mismo ambos príncipes, se juraron amor eterno. Ojos de Cielo se volvió al anacoreta y le dijo.
--Gran y querido Maestro, cada día que pase de nuestras vidas juntos, agradeceremos más y más tu gracia de unirnos para siempre y ahora solo te pedimos un deseo el único posible que queremos, que con tu magia puedes hacerlo, queremos ya volver al reino del Mandarín Chin-Chin nuestro reino de hoy en más, para que Mhal-Mhal este junto a su padre y yo junto a mi suegro.
--Así sea vuestra voluntad en todo el ámbito de la tierra porque yo puedo, dado que siendo quien todo lo ha hecho, he colocado cada cosa en su lugar y con mi poder, me es muy fácil transportarlos al reino del Mandarín Chin-Chin. Que sean felices, que coman perdices y que siempre me recuerden, como aquel que los ayudo pero no se olviden , de que ustedes también pusieron su parte en ello, dicho lo cual levantó su mano y coloco su palma, en dirección a oriente, repitió lentamente, “Cada cosa en su lugar y como debe estar” y hubo en la cueva un viento y una nube blanca, se introdujo en ella y se alejo de nuevo hacia lejanos cielos, cielos que pasaron y pasaron, hasta que llegaron después de un largo viaje a tierras del Mandarín Chin-Chin, donde en su palacio, en las habitaciones del Mandarín y la Mandarina se posó la nube y los dejo a ellos. Asombrados, padre y madre, miran al hijo malo que volvía bueno, porque su mirada así lo delataba y a la hermosa joven que a su lado estaba, princesa Ojos de Cielo se presento  ella, ante ustedes está la que será mi compañera para siempre, dijo el y así, todos juntos se unieron en un fuerte y prolongado abrazo y muy pronto, habría en el palacio del Mandarín Chin-Chin, una de las más grandes y hermosas fiestas de todos los reinos, porque su hijo mayor se casaba y festejaban además, el hecho de que habiendo sido por mucho tiempo malo, hoy gracias a un largo camino por el emprendido, se convertía para siempre, junto a Ojos de Cielo su prometida, en un hombre totalmente bueno.






UNA NOCHE DE RUIDOS



Aseguro la reja y cerro con doble llave la puerta de entrada, temeroso de que alguien entre por la noche, hecho esto hizo una recorrida por toda la casa y se fue a dormir, a la madrugada sobresaltado se despertó de golpe, un ruido se escuchaba intermitente abajo en el living, no pudo entender lo que pasaba y temeroso decidió bajar, por suerte al llegar abajo, se dio cuenta que no era más que un postigo mal cerrado, que el viento abriera y lo hacia golpear contra la ventana, lo cerró bien y volvió a su cuarto, ya en el, nuevamente el viento se hizo notar en el movimiento intenso de las cortinas de Wahl, que rara ves volaban, inquieto giro sobre si mismo y sus ojos buscaron  la cortina de enrollar del dormitorio, asombrado noto que a través de sus rendijas y junto con el viento, una forma de mujer entraba.
--¿Quién eres?
Balbuceo con miedo.
--Soy la muerte.
Respondió ella y a continuación pregunto
--¿Es este lugar donde me encuentro, el espacio literario de algún cuento?
--No es la realidad (Dijo el) Estamos en el mundo real ¡Que cuento!
--AH perdón entonces, ¡Mil perdones! Me equivoque, tanto trabajo tengo, siga durmiendo.

LA LOGICA IMPOSIBLE ANTE EL SENTIDO COMUN


El viaje en colectivo había sido largo y tedioso, de Puente LA Noria a Barrancas de Belgrano, casi del centro del imperio a la propia China, al Barrio Chino y a su arco de triunfo, que en vértice con las vías veloz hacia el Tigre se alejaba, bajo, cruzó las barreras y terminó recorriendo los negocios de velas, pulseras, anillos, sueños y esperanzas, comidas raras y olores, que su olfato nunca antes hubiera penetrado, en eso estaba, oliendo los sabores de comidas extrañas, cuando asombrado notó de pronto, que del dedo índice de su mano derecha, una replica de un dedo, una mano, un brazo, un hombro y una mujer entera, comenzó a surgir casi de forma instantánea al lado suyo, la recién llegada que había aparecido de el y estaba a su lado, unidos ambos por sus dedos índices de sus opuestas manos, levanto la suya y con la suya ambas y dio un beso, en el lugar donde el destino los hubiera unido y así se separaron, la carne de la carne, luego tomo su brazo, lo atrajo hacia su pecho y le dijo en vos muy baja.

--Caminemos
--No entiendo nada.

Respondió el mirando hacia todos lados, a ver si alguien los miraba, si alguno de los que por ahí pasaba se hubiera dado cuenta, de que forma y porque causa estaban juntos, como si fueran una pareja de las tantas que por allí paseaban, ella noto al instante su desasosiego, sus temores y su asombro y tomándolo de la mano suavemente, le volvió a insistir dulce pero firme, caminemos, mientras te explico esto que esta sucediendo entre nosotros. Echaron a andar juntos y entonces ella, mientras pasaba su brazo por la cintura de el y acortaba el paso, para que el andar por la calle fuera con el alma en paz y los sentimientos abiertos en busca de la felicidad  fue que dijo.

--Voy a explicarte todo para que entiendas que paso ¿Por qué estamos juntos? ¿Cómo es que de pronto sin que nadie estuviera a tu lado y estando solo aparecí yo de golpe junto a vos? Y lo que te resulta más extraño supongo, que fueras vos quien me engendrara a mi, voy a explicarte no tengas dudas, voy a decirte todo. En nuestro lejano país en la provincia de Twing-Ki ,(lugar de las almas errantes) deambulan los espíritus de las mujeres jóvenes, que el mal amor de un hombre las mató, esos espíritus están atados a sus parientes y sus parientes unidos a ellos por el recuerdo eterno de esa muerte, un día mis familiares decidieron dejar Twing-Ki y venir aquí al Barrio Chino, debes saber, porque para el caso es necesario que lo sepas, que las personas no viajan solas, en realidad no pueden hacerlo, pues los dioses no quieren que así sea, entonces, siempre cuando viajan lo hacen acompañados de sus espíritus y de sus recuerdos, así es como llegue yo a este Barrio Chino y ocupe en el mi lugar como espíritu del mismo, pero lo que aún no sabes y debo decirte y tal ves te cueste entenderlo, que los dioses los míos, los que ordenaron el universo y crearon el imperio, a aquellas jóvenes mujeres muertas por amor, estuvieron de acuerdo en darles una segunda oportunidad de visitar el mundo, para tratar de terminar bien lo que tan mal empezaron, para ello decidieron que si un espíritu, que es algo etéreo volátil e invisible, fuera tomado en el aire circundante por el olor de una comida y estos vapores, absorbidos por el cuerpo joven de un hombre que a ella le gustara, mediante el uso del olfato, el espíritu de mujer ya dentro de el, volvería a ser materia y se convertiría en compañera suya, por lo tanto yo y todo lo que has visto, ha sido consecuencia del designio de los dioses ¿Qué te parece entonces?

--No creo nada de lo que estas diciendo ¡Sos una tremenda loca! Y salió corriendo.

UN ENCUENTRO DIFERENTE


Sin lugar a dudas ese sería su día de suerte, después de mucho insistir ella al fin le había dicho que si, que aceptaba salir con el y fue entonces que concretaron una cita y hoy, justamente hoy, era el día determinado para ello, más que el día las primeras horas de la noche, que lo veían caminar por las calles en dirección al café en donde quedaron en encontrarse, se sentía contento, muy contento, ella le gustaba y le costó conseguir que aceptara salir con el, pero que ahora todo había ocurrido como el lo imaginó, no existía otra que dejarse llevar por la alegría que esto le producía, apuro el paso, aunque aun faltaba tiempo para que ella llegase, el quería estar en el café un rato antes así mientras la esperaba, sentado a la mesa, podía relajarse un poco y pensar todo lo que tendría que decirle, en otras palabras, como llevar adelante la conquista, ese momento con tanta adrenalina en donde uno percibe que las palabras en fin, el discurso que se diga, bien dicho, será de un efecto importante en los sentimientos de ella, sentimientos que no olvidaba por otro lado durante un tiempo le fueron esquivos. Sin notarlo, llevado por el ritmo de sus pasos llegaba ya al boliche donde quedaron en verse, allí y a su derecha en medio de la cuadra sobre esa avenida de Belgrano, estaba el café de la cita, el sitio donde no tenia ninguna duda pasaría un hermoso momento y recibiría en su ego, la satisfacción del conquistador aquel que consigue lo que quiere, esa mujer entre tantas que supo separar, individualizar y por último hacerla trofeo de su interés, no pensó mas y entro al boliche, se acomodó en la mesa más alejada de la calle y mas cerca de su intimidad, al venir la moza le dijo que todavía no hacia el pedido, porque estaba esperando a otra persona, cuando la moza se retiró comenzó a darle forma en su cabeza a lo que le diría a ella cuando llegue, cosas como que estaba contento que haya aceptado salir con el, que si bien eso no significaba ningún compromiso para ambos, lo que si sin duda permitía, era que ellos se conozcan y a partir de ese conocimiento, estarían en condiciones de ver de que forma iría transcurriendo esa relación, así estaba el en ese instante, rodeado de palabras y conversaciones inconclusas, sin interlocutor válido, porque solo hablaba su deseo y algo ansioso también, dado que de pronto se dio cuenta, que el tiempo volaba y la hora del encuentro ya había pasado y ella no venia cuando noto, que abriéndose camino entre las mesas, se dirigía a la suya una chica de la calle, aquellas que entran a los boliches para dejarnos estampitas, lapiceras, evitando a las mozas para que no noten su presencia y las echen, cuando llegó frente a el y sin que pudiera evitarlo, le dejó una cajita sobre la mesa y como vino desapareció, sin que se diera cuenta casi, pero antes de irse le dijo como en un susurro para que solo el lo escuchara “Esto es para usted, de parte de la joven que esperaba”  Se quedó de una pieza, no entendía nada, cierto temor ocupó su cuerpo y sorprendió su mente, receloso dirigió sus ojos a la cajita que descansaba en la mesa al alcance de su mano, como deseando que la abra, de pronto pensó que algo malo habría dentro de esa cajita que lo podía perjudicar, o de última, por todo lo que estaba sucediendo que ella fuera una bruja, metida en cosas de hechicería y por más que le gustaba ya no le interesaba una mujer así, complicada pensó, supersticiosa siguió y algo loca concluyo, e impulsado por un repentino miedo que tomo posesión de sus sentidos, se levantó de la mesa y escapo del lugar lo más pronto que le fue posible hacerlo. A la moza atendiendo mesas en medio del boliche, le llamó la atención ver la mesa vacía y concluyo que a su cliente le habían fallado y decidió irse, igual que tantas veces le habia ocurrido con otros tantos pero no, algo era distinto esta ves y esa diferencia la obligó a acercarse a la mesa vacía, lo extraño, era una cajita que sobre ella había, tal ves olvidada en el apuro por quien tan rápido se habia ido, su forma cuadrada de madera le recordó a esas cajitas que se venden a montones en el Barrio Chino, la tomó en sus manos y curiosa la abrió, dentro se encontró con un papel que contenía un escrito, lo saco del interior y leyó lo que decía.
“Si pasas la prueba de la cajita y lees este escrito, seguro saldré con vos, te estaré esperando media hora más donde nos vimos por primera ves”.

ENCUESTAS



--¡Che! –Le dijo a la empleada que frente a la computadora recorría Internet como una tienda de ropa en oferta sin comprar nada- ¡Che! Háceme una planilla de encuestas que tengo que ir a ver al gobernador y quiero ponerlo contento esta mañana.
--¿Una planilla para ponerlo contento?
--Si, necesito que me tire unos mangos ¿Cuánto le pusimos la ultima ves de intención de voto?
--40-32 a solo ocho puntos del candidato opositor.
--¡Bárbaro! Hoy hácela 40-34 a solo seis puntos del candidato opositor.
--¿Se pondrá contento con haber subido solo dos puntos?
--Que te parece, le puedo decir que dos puntos es un millón de personas más que lo votan, que se yo cualquier cosa, después de todo lo que importa acá, es la difusión que los medios dan a las encuestas, por eso me pagan, por eso cobro, salvando las distancias es como ir a ver a un adivino, esperas que te diga lo que queres escuchar y el gobernador quiere oír que se acerca al triunfo y yo se lo digo, por medio de la encuesta que le llevo.
--Vos se lo decís y todos cobramos el sueldo y la consultora sigue adelante con bombos y platillos.
--Exacto, me gustó eso del bombo es característico.
--¿De que?
--Del gobernador y de su entorno y de mis contactos políticos, en este buen momento económico por el cual atravieso, el bombo es eso, es una liberación económica para quienes lo tocan o para los que como yo estamos muy cerca de quienes utilizan ese instrumento, tan cerca que vivimos de ellos.
--Hacemos encuestas en los distritos donde ellos pierden por muerte y allí para nosotros siempre están muy cerca del ganador, o ganan por dos puntos de diferencia, puntos que después como no acertamos los atribuimos a un error de probabilidades 2 más o menos 2 y no nos hacemos cargo del resultado, en realidad nunca nos hacemos cargo de nada salvo de la guita que cobramos.
--Es tal cual  como vos lo estas describiendo y esta planilla que le llevo, es uno de esos resultados imposibles que la ceguera del poder lo hace posible ¿Entendes?
--Perfecto, tanto entiendo que yo le pondría 40-35 cinco puntos de diferencia con el candidato opositor, suena más redondito, hace aflojar más la billetera
--Sabes que tenes razón, ponele 40-35, siempre dije que eras una empleada inteligente.
--Y amorosa y dulce y en la cama muy ardiente.
--¡Para! Eso es un secreto entre nosotros del cual nadie debe enterarse.
--Pensas acaso que en la encuesta voy a poner; hoy con cinco puntos de diferencia entre candidatos, mañana que nos toca telo le podemos hacer una con cuatro, tres o dos puntos igual que dos en la cama divirtiéndose, equivalente a vos y yo juntos en el telo amor.
--No jodas que esto es alta política, es la ciencia de la sociología al servicio de la politiquería, para salvarme yo por el resto de mi vida.
--¿Y yo?
--¿Qué pasa con vos?
--Te vas a salvar vos solo y a mi, que confecciono las planillas, que verifico las encuestas, que llamo por teléfono, que dibujo los números día a día, que me acuesto con vos y te hago el aguante en todos los quilombos de tu vida ¿Qué será de mi en tu futuro?
--¡Che!...que pregunta que me haces. Justo ahora que voy a ver al gobernador, que necesito paz y concentración para que el verso me salga mejor, ¡Me venís con semejante pregunta!
--¿Cómo con semejante pregunta? Hace tiempo que estamos juntos, hace tiempo que en todas las encuestas me das como ganadora y ahora de improviso -no se si se te escapó un secreto guardado en el fondo de tu alma- salís gritando ¡Me voy a salvar solo! ¿Qué pasa con vos esta mañana? ¿Te olvidaste de mí?
--Amor como que me olvide de vos, jamás me voy a olvidar de vos, eso que dije “para salvarme yo” en ese yo estabas también incluida vos.
--En español no decimos yo para incluir, ¡Decimos nosotros!
--Cierto decimos nosotros vos y yo, yo y yo ¡Que se yo! Se me hace un lío bárbaro cuando pienso en otra cosa, que no sea la guita que voy a cobrar, pero todo esta bien no te hagas problemas, vamos a estar juntos siempre que hagamos encuestas.
--¿Si no las hacemos?
--¿Las hacemos que?
--Las encuestas.
--¿Qué encuestas?
--¡Dijiste que íbamos a estar juntos mientras hagamos encuestas! Te pregunto ¿Qué va a pasar entre nosotros cuando dejemos de hacerlas?
--¿Dejemos de hacerlas? Nunca dejaremos de hacerlas, ¿No te das cuenta? Está el bombo que con su sonido cubre todo, atrapa nuestras vidas, mientras oigas su sonido siempre pero siempre habrá encuestas, no te preocupes seguiremos eternamente juntos, ahora déjame, ¡Necesito guita  mucha guita! Voy a ver al gobernador y vuelvo, alcánzame las encuestas.     

UN DIALOGO POSIBLE PARA HACER COSAS


Sabes le dijo al Negro que mientras tomaba cerveza lo miraba, este es un negocio piola Negro podemos hacer mucha guita, es mas podriamos afanar sin ir en cana.
--Guita, afanar, cana, ¿Cuál es el negocio Loco?
--Me vinieron a tocar a ver si podiamos hacer política.
--Hacer politica ¿Eso que es?
--Laburar en el barrio para el intendente.
--¿Laburar? ¡Dejate de joder! ¿Voy a juntar basura? ¿Limpiar las calles?
--No Negro no seas boludo, laburar en política es conseguir gente para ir a los actos que el intendente diga, apretar a la gente que se le oponga y también ir a manifestaciones en la ciudad, en el centro, en Plaza Mayo ¿Entendes? Eso es trabajar en política, no trabajar con la pala boludo.
--¡Eso suena mejor Loco! ¿Y que tendríamos que hacer nosotros dos?
--Explotar lo que le damos a la gente.
--A la gente no le damos nada loco, ¿Qué le vamos a dar?
--Si negro, le damos, ¿Sabes lo que le damos?
--¿Qué?
--Miedo le damos, eso es lo que le damos Negro y con el miedo que nos tienen van a hacer todo lo que nosotros queramos.
--¿Y que es lo que queremos que hagan? ¿Si no sabemos nada Loco?
--Pero Negro el que va a decir que hay que hacer  es el intendente, no nosotros pelotudo.
--AHH   ¿Entonces nosotros vamos a hacer que la gente haga, lo que el intendente quiera?
--Eso es Negro, tienen que ir a un acto ¡Llévenlos al acto! Un corte de calles ¡Hagan el corte de calle! ¿Entendes ahora Negro? ¡Sos duro Eh!
--Si ahora entiendo, lo que no veo es la guita Loco ¿Dónde esta la guita Loco?
--Bueno el intendente dijo que vamos a crear una cooperativa.
--¿Una que?
--C o o p e r a t i v a.
--Yo no quiero cooperar con nadie loco, yo quiero guita como dijiste vos.
--De ahí viene la guita boludo.
--De que me hablas boludo, no entiendo de donde viene la guita.
--¡Otra ves! ¡De la cooperativa!
--De la cooperativa ¿Cómo? ¿El que coopere con nosotros nos va a regalar plata?
--Sos un nabo pero acertaste Negro fíjate que te explico, el intendente va a recibir plata para emprendimientos.
--Emprendi…¿Qué? Loco.
--Para hacer cosas boludo, nosotros formamos esa cooperativa para hacer cosas y entonces nos dan la guita y con esa guita después nosotros vemos que cosas hacemos.
--Te dije Loco que con la pala no.
--Negro ¡Deja la pala! ¡Olvídate de la pala! Vamos a hacer cosas más….como te diría….cosas que no se vean.
--No entiendo un carajo Loco ¿Cómo cosas que no se vean?
--Si negro no te das cuenta que agarramos la guita y no vamos a hacer ¡Nada! Nada de nada vamos a hacer, ¡Ese es el negocio Negro! Para nosotros y para el intendente.
--Empiezo a entender.
--Menos mal, estas dejando de ser boludo Negro, con esa plata vivimos bien nosotros y mal unos cuantos, a los que vamos a usar para que ellos si, agarren la pala y vayan a los actos y a donde se le ocurra mandarlos al intendente.
--Empiezo a entender Loco y como estoy entendiendo, no quiero repartir mucho la guita que nos den, a decir verdad, ¡La quiero repartir lo menos posible Loco!
--Ahora estoy seguro que entendiste pelotudo, pero algo tenemos que repartir.
--¿Porqué?
--Porque hay que disimular Negro, hay que hacer parecer como que se trabaja, aunque en el fondo no se haga nada. ¿Viste cuando un pesado corta una salida de la villa y si queres pasar le tenes que dejar unos mangos?
--Como no lo voy a saber Loco si eso hacíamos nosotros.
--Bueno boludo no es necesario que lo digas, pero es así, imagina que la poca guita que repartimos con los otros, es la guita que nos permite hacer creer a todo el mundo, que lo que tenemos es una cooperativa de trabajo como nos dijo el intendente. A cada uno que trabaje para nosotros le pagamos lo menos posible, nos quedamos con su plata como a la salida de la villa y listo, te digo es así, no queda otra para hacer guita y vamos a hacer mucha Negro, seguro. ¿Te das cuenta?
--Me doy cuenta Loco y ahora que me doy cuenta vos y yo sabemos lo que es una cooperativa de trabajo.
--¡Acertaste el loto Negro!
--¡Rompimos la banca Loco! Decile al intendente que vamos a trabajar como nunca.
--Ahora voy a verlo y se lo digo ¡El Negro y el Loco agarran la papa de la cooperativa intendente y se meten en política!
--Si Loco anda y desicelo pero no le digas que vamos a trabajar como nunca, vos y yo sabemos que vamos a laburar como siempre.

 



CAMINAR


Salio a caminar como todos los días su rutina de gimnasia, con la única diferencia de que hoy estaba mas contento que otras veces, porque estrenaba zapatillas nuevas y se sentía más pleno en el andar, por lo que presumía que su caminata sería muy estimulante. Apuro el paso y tomó por el camino de siempre, ese que bordeaba el lago y después se internaba en el bosque, dejo que su imaginación vuele y de memoria siguió la senda del paisaje, cual si fuera la cinta de una máquina en el gimnasio, la brisa era cálida y el sol alegre, un sopor como de sueño poco a poco lo fue invadiendo y se dejó llevar por esa placidez que da la ausencia de problemas. El verse inmerso y contenido por la naturaleza le dio tranquilidad, siguió andando, cada paso era un paso que oxigenaba su alma y llenaba de paz a su espíritu, hoy como nunca el correr se le hacía un viaje rumbo a la felicidad, le parecía que en cada movimiento de las zapatillas nuevas, el dejaba atrás todo su pasado y se despegaba del mundo y se veía distinto de todo lo que hasta ese momento había sido. Algo extraño sucedía, presentía que estaba dejando de ser el, para convertirse en otro, tuvo la sensación que las zapatillas nuevas lo llevaban trote a trote hacia una percepción desconocida, de la cual recibía una nueva forma de verse y de pensar, con valores que lo convertían en un ser despojado de total intranquilidad. ¿Las zapatillas nuevas? Se detuvo de golpe y presto atención en derredor suyo, el paisaje, las cosas más cercanas, el cielo y la vegetación, nada era igual a lo común de todos los días en su recorrido, no estaba en el circuito que siempre estuvo desde que corriera, de pronto se dio cuenta, se encontraba en otro mundo, en otro lugar del universo, integrado a otra naturaleza totalmente diferente a la que antes lo había cobijado, ¡Se hallaba perdido! ¡Desorientado! ¿En donde buscar la explicación a todo esto? No sabía pero de pronto tuvo una corazonada ¡Sus zapatillas nuevas! Bajo la vista ¡Ahí estaban cubriendo sus pies! Con su doble suela de goma y sus cilindros de resorte revestidos y su capellada de lustroso cuero y su puntera reforzada, se le ilumino la mente y tuvo la certeza, ya no cabía ninguna duda ¡Ellas fueron la causa de todo lo que estaba sucediendo! Ellas guiaron sus pasos hacia ese mundo desconocido, ellas abrieron la grieta que separa a los continentes que habitan dentro de la misma esfera, tan cerca y tan distante ¡Si ellas fueron! Se las sacó de golpe y se sentó en el suelo, entonces como en los cuentos aunque esto no era un cuento, de las mismas zapatillas apareció un ser pura cabeza y ojos y boca, cubierto por un humo azul espeso que hacia imposible saber su cuerpo y le habló, para que lo escuche en silencio.

--Yo soy el sueño, el único que si quiere puede guiarte a mundos diferentes y yo quise y te elegí a vos entre tantos, para llevarte en un viaje de iniciados, a través de la grieta que dejo el supremo para mantener sus mundos conectados, hace de cuenta que has nacido de nuevo, porque si no lo sabes te lo digo, todo nace cuando muere y vos aquí en este lugar, has sido condenado a vivir de nuevo, los sueños que soñaste y las pesadillas extrañas que sufriste, porque si bien lo piensas esto que te ofrezco nuevamente ¡La vida! No es más que eso, un sueño, un continuo sueño imaginado que se corta de repente, solo si por casualidad hubieras despertado, sigue soñando que serás eterno, de eso se trata amigo mío y no de otra cosa, vivirás en este nuevo mundo del averno.    

LA CULPA



Dejo la gran ciudad y su auto buscó la ruta que lo llevaba a la provincia, de todos sus pueblos, eligió uno pequeño a orillas del largo río que la atravesaba y entre las casas de ese pueblo, busco la de una sanadora que le dijeron, tenia el don de curar las culpas del amor, las infidelidades que se cometen a espaldas de la mujer que se dice amar y que pese a ese amor, se la engaña con otra , cosa extraña esta aventura no obstante ser buscada, genera en algunos una culpa insoportable, al volver a encontrarse con el ser así engañado. El pertenecía a la especie de esos algunos, por ello con su culpa a cuestas se dirigía en busca de la que le contaron lo aliviaría de ella. Sería el mediodía cuando divisó la casa, la misma se encontraba algo lejos del pueblo, casi sobre el costado de la avenida que conducía hacia la capital, tenía un jardín al frente y un parque bien cuidado detrás, se hallaba enclavada en medio del lote, encerrada de verde y flores a su alrededor, un camino de cemento gris separaba la entrada de la puerta principal, por ese sendero comenzó a transitar en busca del timbre y el posterior acceso a la vivienda, una ves frente a la puerta llamó, en el interior se escucharon pasos que se fueron acercando y un instante más tarde, se encontraba delante de una mujer de edad indefinida, ni joven ni vieja, que le pregunto.

--¿El señor que viene por la culpa?
--Si.
--Pase, lo esperaba antes ¿Qué le pasó?
--Me atrase en la ruta, mucho transito.
--Como siempre.
--Como siempre ¿Qué?
--Una excusa, todos lo que vienen a verme atrasan su llegada, nadie en el fondo quiere perder sus miedos porque tal ves dejarían de ser como son, los culpables aman su culpa como los valientes su coraje.
--¿Usted cree eso, supone por un segundo de su vida, que estoy contento con esta culpa que en el fondo me impide ser feliz? Ya que no gozo como quiero lo que deseo hacer.
--No digo eso señor-culpable, simplemente le hago ver que usted convive con su culpa, le pregunto ¿Conviviría con una mujer que no ama?
--¡No!
--Ve, entonces tan equivocada no estoy, aunque reconozco que todas las personas no son iguales, por lo tanto no debo generalizar en mis conceptos sino por el contrario, escuchar atentamente el problema de aquel que viene a verme, pero venga sígame por favor, no nos quedemos de pie aquí en el living, vayamos a esos dos sillones sobre el ventanal, allí donde el sol genera un cálido ambiente estaremos mejor y lo escuchare a usted atentamente, hablare después de oírle y mis palabras tendrán dos consecuencias sobre usted, lo liberaran de sentirse culpable, o harán que no haga más cosas que lo pongan en situación de culpa, porque usted debe saber que si domina la culpa puede incurrir en ella, pero por el contrario, si la culpa lo domina a usted ¿A que entonces meterse con ella? Mejor ignorarla.
--El problema es muy simple señora que adivina y consuela, es que amo a una mujer pero por otro lado, busco sin amar a todas las mujeres y cuando me encuentro con una que me gusta y me acepta, me voy con ella para después volver culposo y angustiado al lado de mi verdadero amor.
--¿Será su verdadero amor?
--Si por supuesto ¡Como que no! Aunque en relación a lo que le estoy contando, poco tiene que ver que sea o no mi verdadero amor, en el fondo es la mujer que me produce el sentimiento de culpa y con ello, es más que suficiente.
--Buen razonamiento señor-culpable, del cual dedujo que usted no considera y tal vez no quiera hallar, una mujer que cubra todas las expectativas de su ansiedad curiosa y lo haga quedarse con ella y olvidar a todas las otras que gustoso saldría a buscar.
--¿Existe esa mujer?
--No se, no se si existe esa mujer, como tampoco se si existe un hombre que tenga tan puros sentimientos frente a una mujer, pero mi experiencia me dice, que si usted como en un sueño soñara que su deseo fue colmado y satisfecho por el objeto que lo produce, entonces su deseo mas allá del objeto mismo dejaría de ser, nadie desea más de lo que tiene si considera que es lo necesario, porque mas allá del límite de lo necesario llega la avaricia y se pierde el deseo y solo queda el temor ¿No será señor-culpable? Que usted en realidad, es un avaro del amor y su necesidad de salir con mujeres, muchas mujeres, es el temor de perderlas. Acumulo fortuna no porque me haga falta sino para el día que no sabre que hacer si me hace falta.
--No me cuadra eso, me considero canchero con las mujeres, se conseguirlas, conquistarlas, nunca me quedaré solo.
--Nunca se quedará solo ¿Pero se está acompañado cuando únicamente el deseo o la culpa es lo que nos une al ser amado?
--No lo se puede que no, puede que más allá del deseo o la culpa este el verdadero amor.
--Siguiendo su razonamiento ¿Si encontrara el verdadero amor?
¿No habría más deseo ni culpa? O en otras palabras ¿Es posible una mujer que le haga prescindir de todas las otras mujeres? ¿Existirá la pareja que se auto desee en todos los momentos de su vida? Si esto fuera así no habría culpa entre ellos, porque el deseo esta eterno en el núcleo de su unión.
--¿Los seres que formen esa pareja que usted menciona se encontrarían fácilmente en este mundo?
--Lo ignoro no soy adivina, pero lo cierto que en una situación así, la culpa no aparecería en usted.
--De lo que se desprende de todo esto, que la culpa en mi es inevitable, porque a mi deseo no lo comparto solo con la mujer que amo.
--Exacto usted no tiene anclado su deseo en la que es su pareja, sino que el a la ves que sucumbe ante ella, vuela suelto detrás de toda mujer, como lo manifestara usted mismo cuando empezamos esta charla, de ahí su culpa, porque esta traicionando los sentimientos de una mujer que ama, no de una que convive con usted.
--¿Que debo hacer entonces para no tener culpa?
--Aceptarla, o otra cosa que podría hacer, no amar a ninguna mujer, ni tratar de formar pareja con nadie y vivir solo. La soledad del hombre, le da la oportunidad de conocer mujeres y no quedarse con ninguna de ellas, en esa situación, no hay lugar para la culpa.
--¿Y en que otra situación no hay lugar para la culpa?
--Como le dije antes, cuando tiene de compañera una mujer que no le interesa, alguien que usted utiliza, para ocultar de los demás su propia soledad.
--¿Entonces?
--De usted depende, sujetar su deseo, vivir solo, buscarse una mujer que no le interese, o sufrir la culpa en harás de esa mujer que ama, pero a la que le es imposible encerrar ella sola todos los deseos que usted tiene.
--¿Solo yo soy el culpable?
--Si, uno solo es el culpable de su propia culpa, por no actuar en consonancia con lo que  se es, acá en esto último hay un nuevo camino para poner en práctica, acostúmbrese a lo que se es.
--¿Y si no me acostumbro?
--Lo despido con esto ¡Será culpable!

UN PACTO



Volvía a su casa por el camino de la costa, solitaria en ese mes de junio donde solo había en ella, pescadores de pie con sus cañas hundidas en la arena y su vista clavada en el agua del mar, el helado viento y el sol que rápido desaparecía en el horizonte, cambiaban de lugar rápidamente a los seres y las cosas, el paisaje se le ofrecía chato y monótono, arena y mas arena, balnearios cerrados, sillas y mesas apiladas, mostradores barridos por el viento, algún que otro perro vagabundo deambulando por los medanos, todos los lugareños encerrados en sus casas y los menos, reunidos en los pocos cafés abiertos en el pueblo. Hablando de cafés, tenía frío y algo caliente no le vendría mal, calculo que si dejaba la playa en línea recta, terminaría en el centro, casi sobre un bar al cual le gustaba ir y por consiguiente era habitué, cambio de dirección y poco a poco, fue dejando tras de si el rumor de las olas y un rato mas tarde, sus oídos se encontraron con el ruido del pueblo, sus pasos cambiaron el suelo ondulante blando y húmedo de la playa, por el duro cemento de la vereda y sus ojos, el infinito horizonte del mar por los edificios, el frente de los negocios y todo lo que involucra dejar la soledad y volver a tomar contacto con la vida urbana. Poco tiempo pasó y ya se encontraba sentado en el interior del bar, tomando un café doble y gozando del cálido ambiente propio del lugar, dejando el posillo de lado, recorrió con atención todas las mesas y la barra, solo el estaba allí ya que le resultaban extraños todos los demás, se desatendió de lo que sucedía a su alrededor y dejo que su mente elija de que pensar y su mirada viaje por donde quiera viajar. Sin embargo no estaba solo como suponía, alguien estaba sentada en una de las mesas que lo conocía y se asombro de verlo llegar, porque nunca imagino que fuera tan fácil y tan rápido para ella encontrarlo. Ella era una mujer joven ¿Treinta y cinco años? No mas de eso quizás menos, que se hallaba no muy lejos de el tomando un te, a su costado apoyado en el suelo un bolso como de viaje, al verla no se podía decir si recién llegaba o estaba por partir, ya que el bar no quedaba muy lejos de la terminal de micros que iban y volvían de la capital, pero no se notaba en ella apuro alguno, solo atención a los movimientos del hombre, que habia ingresado poco tiempo atrás y se acomodara no muy lejos de donde ella estaba, ese hombre, nunca podría imaginar cuanto tiempo y sinsabores le llevó encontrarlo y ahora que lo tenía tan cerca, de una manera casual que nunca la hubiera pensado, no sabía como actuar, como encararlo, que decirle. Había llegado allí a ese balneario alejado de todo con el único fin de ver si lo encontraba, porque después de mucho averiguar pudo conseguir saber que quizás se hallara en ese pueblo, aunque le advirtieron, mira que de cualquier forma te vas a tener que quedar un tiempo allí, ya que el rara ves viene a ese lugar, tal ves cada quince días o una ves al mes, según se le ocurra ir o su soledad lo empiece a enloquecer y ahora, así de pronto, sin pensarlo casi, estaba frente a el y lo que siempre imagino que le sería fácil, esa misión que ella misma se propusiera y por la cual estaba decidida a seguir hasta las últimas consecuencias,  por un instante la creyó imposible, es como si estaría paralizada y le fuera negado por su propio cuerpo, recorrer la breve distancia que los separaba. No sabía como abordarlo, la desarmo su quietud, tal ves la sensación que daba el de soledad, de un hombre parado al borde de la pista de la vida, solo viendo bailar a los otros indiferente a todos, sintió ante ella un obstáculo, su propia indecisión, pero al mismo tiempo se dio cuenta de que si no lo enfrentaba y hacia lo que habia venido a hacer a ese pueblo, jamás podría volver de donde salió y nunca, estaría tranquila en ningún lado, así la cosa, así de simple, debía verlo y hablarle para seguir siendo ella, sino dejaría de ser. Miró su taza de te, en el fondo todavía quedaba el líquido marrón claro y lo termino de un sorbo, sacó de su cartera un espejo y se miró era ella, como siempre igual que siempre era ella, estaba todo bien, su mano izquierda tomo el bolso que tenía a su lado y sin pensar, decidida a llevar a cabo lo que habia venido a hacer, se dirigió a la mesa de el, al enfrentarlo lo miró a los ojos fijamente el no hablo y ella si.

--¿El señor Souto verdad?
--Así me dicen.
--Disculpe mi atrevimiento, usted no me conoce.
--No, la verdad que no.
--Yo tampoco a usted, pero a mi me explicaron quien era usted y donde lo podría encontrar y debido a esa explicación es que lo encontré y quiero hablarle.
--¿Alguien puede explicar a otro que no conoce?
--Si por supuesto si ese sabe que hace el otro que no conoce y averigua entre conocidos que hagan lo mismo.
--Tal vez tenga razón ¿Señorita?
--Amelia ¿Puedo sentarme?
--Puede hay sillas y lugar, estoy solo.
--Gracias.
--¿Cuál es el motivo por el cual necesita hablar conmigo? ¿Hace mucho que llegó al pueblo?
--No lo va a creer hace un rato, con tanta suerte que al primero que veo es al hombre que quería encontrar.
--¿Cómo sabe que ese hombre era yo?
--Me mostraron varías fotos suyas y me dijeron, que cuando usted venia al pueblo paraba en este café y casi siempre se sentaba en esta mesa.
--Uno de mis graves defectos que va a terminar por perderme, soy rutinario, camino por la misma senda y frecuento siempre los mismos lugares.
--Eso me dijeron.
--¿Qué más le dijeron?
--Que aunque no me conozca, no iba a tener problemas con usted, porque era una buena persona.
--Le pregunto nuevamente, ¿Por qué motivo viene a verme? ¿Qué quiere hablar conmigo?
--Vengo a verlo por su pasado señor Souto, a las personas siempre se las juzga por lo que hicieron, no por lo que van a hacer.
--Entonces le han informado mal señorita, yo no tengo pasado, solo soy presente, cada día que vivo concluye a la media noche, el diablo se lo lleva y lo guarda consigo, no se en que medianoche iremos el día y yo juntos con el, el pacto es ese entre nosotros, no acomodo sombras detrás de mi, no llevo en la mochila sucesos sucedidos sucesivamente, no, lo mío es estar y concluir como le dije, empezar de cero cada día.
--Siendo así, como sabe del bar este donde para, los caminos que transita, la gente que su rostro le resulta conocido.
--Es que mi vida es una rutina, siempre llevo a cabo las mismas cosas, no guardo hechos diferentes a los que siempre repito, en cuanto a los rostros cada cara es una circunstancia de ese día nada mas, cada día que empiezo está en blanco y lo que no es rutina se convierte en olvido, se lo estoy diciendo, no tengo pasado por lo tanto nada me queda en el recuerdo, puedo matar hoy que mañana no sabría, los hechos que llevo a cabo fuera de lo rutinario del día, los ignoro, quedan en poder del diablo que como le dije, colecciona cada día de mi vida, le agradezco que haya venido, así Lucifer se encontrará mañana con un día interesante.
--Señor Souto.
--Si
--Míreme a los ojos ¡Me está mintiendo! Invento este insólito e incomprobable pacto con el diablo, porque sabe que su pasado tiene circunstancias que prefiere olvidar y no quiere que nadie le hable de ellas.
--Piense lo que quiera y hábleme de lo que le guste, estoy inmune a todos los recuerdos.
--Hay un hecho en ese pasado, en ese pasado que usted muy suelto de cuerpo dice que ya no posee, una circunstancia de su vida que no estará de seguro en  sus recuerdos pero sucedió, hay testigos de ello y el diablo puede llevarse sus acciones, pero no las acciones de aquellos que estuvieron cerca suyo y tienen pasado y por lo tanto recuerdan.
--Sería usted tan amable señorita de decirme que recuerdan, de traer mediante sus palabras un hecho que no existe en mí, pero que según testigos he realizado y estará perdido en los anaqueles del infierno ¡Por favor! Viendo sus ojos me doy cuenta de lo triste que es no recordar, viéndola a usted en el curso de la vida puedo pensar aunque no deba, que a veces el pasado de un hombre, tan solo puede ser el recuerdo de una mujer. Pero yo estoy libre de recuerdos por el pacto que hice con Satanás y solo hoy escucharé de que acordarme, para a la medianoche no saber más de usted ni de su historia, ¡Hable entonces! Cuente rápido porque el tiempo vuela y el infierno esta cerca.
--Hablaré por las palabras que me dijeron los testigos que vieron.
--Solo así se enuncia el pasado.
--Exacto, solo así no de otra forma, es que se entra en el hecho sucedido hace mucho tiempo atrás y que hoy  vengo aquí, con el único fin de contárselo a usted. Era una mujer, un marido y una niña, una casa en la ciudad y una vida tranquila de familia, de amor y de trabajo, cuando un día se cruzó inesperadamente un hombre en el camino de la mujer y la sedujo y ella cayó presa de ese amor, unida a el, huyo del hogar y de los suyos para siempre, pero otro hombre su marido, transformo su amor en odio y la busco hasta encontrarla y una vez frente a ella la mató y se mató. Yo soy la hija de esos dos seres desgraciados y usted, el hombre que fue la causa de que yo creciera sin padres, de que desarrollara en mí, este odio que vengo a volcar en su persona, hoy al fin que después de tanto tiempo lo he encontrado.
--No se de que me habla porque como le dije ignoro mi pasado no lo tengo conmigo, solo esta usted que me habla de circunstancias sucedidas hace tiempo, como si yo acaso pobre de mi pudiera saber de que se trata todo esto que cuenta, pero no obstante se me da por pensar de acuerdo a lo que usted dice, que el no tener pasado quizás no me libre de las consecuencias de el, Lucifer me borro la memoria, pero evidentemente mis actos anteriores como dijera usted, quedaron en la memoria de aquellos a los cuales frecuente y a través de sus comentarios, producto de sus propios recuerdos, es que esta usted hoy aquí, vuelvo a decirle no se de que me habla por lo tanto no la juzgo, pero habla del amor, de una pasión, de la venganza, de cerrar un triangulo de injusticias aquí y para siempre, todo esto debido a que usted sostiene, que ante la muerte de seres que se amaron y dejaron de hacerlo, el autor o mejor dicho aquel que fue la causa de esa desgracia, debe morir, ¡Hágalo! Sea la mano ejecutora del destino que igual que el señor de las tinieblas, solo tiene presente y lleva a cabo sus designios valiéndose de los mas extraños mensajeros, pero apúrese, porque es casi medianoche y el fin de un día más se me aproxima, seguro usted también se ira con este día porque todo en mi desaparece y solo el presente queda, pero bien pensado, quizás termine usted también con el.

Así hablaba el hombre y porque mucho tiempo ya habia pasado sin nadie darse cuenta de pronto llegó la medianoche, fue entonces que en el instante en que la mujer llevaba su mano al interior de su ropa, para buscar el arma que pondría fin a su venganza, asombrada noto, que un mendigo que pedía entre las mesas se acercó rápido a la de ellos y clavándole sus ojos que le pareció despedían fuego, dijo sin hablar aunque todo se le entendía perfectamente.

--¡No lo haga! Hoy me pertenece a mi, tanto su día como su persona, lo único que le quedaba que era su presente me lo llevo también, no es necesario que lo mate, vuélvase de donde ha venido, el ya no existe.

   
  

EL TIEMPO DE ESCRIBIR

--¿Sabes una cosa?
--¿Qué?
--Pienso, ¿Qué sería de nosotros? De no habernos conocido.
--¿Qué sería?
--No se, pero de seguro yo al menos, no me habría sentido tan acompañada y comprendida, como lo estoy desde el momento que te conocí.
--Ni yo tan apoyado por una mujer, segura y eficiente como sos vos, además de demostrarme cuanto me queres.
--No creo en la casualidad, pero si aquella noche, no nos hubiéramos cruzado en el boliche.
--Hoy seguro no estaríamos viviendo juntos, siendo pareja.
--Tal cual ¿Qué te llevo a aquel boliche? Yo era habitúe porque con mis amigas íbamos siempre ¿Pero vos?
--Yo, la verdad, ¿Es extraño no? Fui porque creí que me iba a encontrar con una amiga, que no estaba y en cambio termine encontrándome con vos, que no te conocía.
--Entonces ¿La casualidad es tu amiga que no fue?
--Yo creo en el destino, e imagino que utilizo a mi amiga como puente entre nosotros.
--¿Sin ella entonces, no nos hubiéramos encontrado?
--Sin duda, sin ella y con su ausencia, solo así nos pudimos conocer.
--Que raros los encuentros y desencuentros de la gente, si hoy yo te dijera, que me quiero separar ¿Qué pensarías vos? Que te sentís tan apoyado por una mujer segura y eficiente.
--Diría que estas loca, hace un momento apenas te escuche decir, que te sentías acompañada y comprendida por mí, como nunca lo habías estado.
--Si eso dije, pero me calle decirte que eso ya pasó, que no se porque, de repente algo cambio en mi y lo que ayer me ponía feliz -estar a tu lado, juntos- hoy me resulta una carga, un fastidio que ya no puedo soportar.
--No entiendo, no note en vos, en los últimos tiempos, nada que me hubiera hecho pensar, de lo que estas hablando.
--Trate de no herirte, oculte mis nuevos sentimientos hasta aquí, hasta este instante en que no puedo más y te lo digo.
--¡Estoy desconcertado! ¿Qué vamos a hacer ahora? ¿Cómo termina esto que nunca creí me sucediera?
--Termina como empezó, fuimos felices y nos quisimos, hoy que todo va a terminar, te pido que nos respetemos y aceptes la realidad que te planteo, me cuesta mucho el paso que estoy dando, pero seguir juntos, sería estar fingiendo una situación que ya no quiero.
--Bueno esta bien yo…

--¡Alberto! ¡Deja de escribir ese cuento y vine a cenar, que la cena está servida!
--Voy querida.

Apago su PC y fue hacía la planta baja, más que apurado, ya que hacía un largo rato que quería comer.


DIFERENTES



Habían dejado la fiesta y por un momento, salieron al balcón a gozar del fresco de la noche y porque no, charlar un rato más íntimamente, lejos del barullo festivo del interior del departamento, el lugar donde ahora se encontraban era agradable, amplio, su vista, daba sobre los bosques de Palermo, incluso detrás del edificio que regulaba el agua de la ciudad, podía verse el río en toda su inmensidad, por un segundo, Claudia apoyada en la baranda, sintió vibrar su alma con esa amplitud que da la noche y el silencio, el paisaje de sombras de las plantas y la planicie, allá a lo lejos, del agua moviéndose lenta y pausadamente -tal ves como el tiempo a través del espacio lo hiciera- suspiro y se volvió hacia Alejandro, que estaba a su lado.

--¡Que hermoso todo! Parece una instalación del creador sobre la tierra.
--Parece… o parece un lugar distinto dentro de un mundo injusto.
--Tu mundo y mi mundo.
--No se, tu mundo seguro que si, el mío no siempre fue así, tengo bien claro lo que pasa afuera.
--¿Afuera de que?
--De estos sitios privilegiados de la ciudad, de estos barrios hermosos, de las viviendas que habitamos, de su lujo de su confort.
--De nada…para mi la vida es esto y nada más, se divide entre uniformes de colegios privados y guardapolvos blancos, cada cual en su lugar y todo perfecto.
--¿Todo perfecto?
--Si, todo perfecto, al menos para mi, no se vos, cada cual en su lugar, si estas donde estas, por algo será.
--¿Por algo será?
--Si seguro.
--¿Qué es ese algo? ¿La inteligencia que la casualidad te dio? ¿Un carácter de mierda, egoísta y atropellador, que te permite esclavizar a todo el que puedas, para vos vivir fenómeno? ¿De donde sale esa mágica idea, de que somos los mejores, elegidos por un dios, que siempre se apoya en los más ricos y poderosos?
--No se Alejandro, siempre me salís con las mismas cosas, ¿Sabes lo que pienso yo? Que sos un vivo, mientras hablas así, vivís de la manera que criticas, yo no, soy más sincera, nací en este ambiente, mi ambiente y defiendo a muerte a los míos contra los otros, los que te dije.
--¿Quiénes?
--Esos, los que son diferentes, los que no veo en mi secundario ni en mi universidad, los que nunca se rozan conmigo, ni siquiera cuando limpian mi casa.
--¡Claudia! ¡Claudia! Hace un tiempo que salimos, hace un tiempo que me dije, encontré una mujer, a la cual debo llamar al otro día, porque no puedo dejar de verla, pero ¿Debido a que? Sos tan dura con la gente que no es de tu nivel social ¿Cuál es la causa por la cual solo te interesa todo aquello, que provenga de nuestra clase -entre comillas- y nada más?
--Me extraña esa pregunta, es más, a mi ves podría preguntarte ¿Por qué te interesa lo que no te corresponde? La vida es así, por un lado, los que nacieron para ganar y por el otro, aquellos que llegaron a este mundo, para perder, en esto no sirven los argumentos, o atropellas vos o te pasan ellos por encima.
--¿La selva? ¿El garrote? ¿El poder sobre la justicia?
--Eso, el poder, quien puede manda, ordena, goza, obtiene todos los privilegios y el que obedece, allá el con su vida, para el esta escrito hacer lo que se pueda.
--¿Y si en ese pueda, mata, roba te jode la vida?
--¡AH! Entonces muy simple, ese es un peligro para nosotros, -su pueda- se convirtió en un puede jodernos, ¡Hay que matarlo! ¡Encerrarlo! Hacerle conocer el peso de la ley.
--¿Qué ley?
--¿Cómo que ley? Nuestra ley, esa de los siete mandamientos, la de la Revolución Francesa, la de nuestros próceres, la de la constitución, los diferentes están controlados por la ley.
--¿Y nosotros?
--Nosotros Alejandro, no necesitamos de la ley para controlarnos, somos la ley ¿O acaso los que hacen las leyes no ostentan el poder? Si lo ostentan y lo disfrutan y crean la ley, precisamente para eso, para no perderlo.
--Totalmente de acuerdo.
--Viste amor que coincidimos, por eso volvemos a encontratrnos el día después.
--No coincidimos.
--¿Cómo que no coincidimos? Si vos dijiste totalmente de acuerdo.
--Si, de acuerdo con vos en lo último que hablaste, eso de cómo se hizo la ley, pero disiento totalmente, con que la ley sea hecha, para mantener el privilegio de aquellos que tienen el poder.
--Alejandro ¡Amor! ¿Estas sonado? ¿Para que otra cosa, se puede hacer la ley acaso?
¿Vos te crees que si los diferentes tuvieran el poder, no harían leyes para proteger sus intereses?
--Creo que si, es más estoy seguro que si, pero ese no es el punto.
--¿Cuál es el punto?
--El punto somos todos los humanos, no los unos o los otros, todos, mientras no resolvamos que hacer con el conjunto de nosotros, cualquier solución que proteja a distintos grupos sociales, nos será ajena, si no engloba a toda la sociedad.
--¿Estas loco Alejandro? No hay todos en el mundo que yo pienso, ni nosotros es el conjunto, nosotros somos la clase a la que pertenezco, la gente que conozco, los lugares que frecuento, la universidad que curso, la iglesia que concurro, los demás, los otros, son los que no existen, vagos con falta de iniciativa, vienen y van a un mundo distinto, que no es ni puede ser jamás, compartido por mi, es un horror estar un segundo con ellos, te repito ¡Estas loco! Porque además de pertenecer a nuestra condición social, tus pensamientos se avienen a considerar a los diferentes, como nuestros posibles iguales, nunca toleraría eso.
--Querida mía, lamentablemente lo tolerarías por necesidad, aunque no te des cuenta, porque hasta ahora nunca necesitaste de verdad nada, pero eso tampoco serviría, porque la necesidad enseña, pero una vez satisfecha, se olvida rápidamente de lo aprendido.
--Solo te digo una cosa, para mi todo esta muy claro, nunca tendré necesidad, porque pertenezco al poder.
--Si bien esa pertenencia puede cambiar, hoy por hoy debo decirlo, tenes razón en lo que afirmas.
--Yo siempre tengo razón Alejandro, porque mis razones salen de la lógica y la lógica es lógica.
--¡Bravo muy bien dicho!
--¡Así es! Dejemos que las cosas sigan su curso y vamos a divertirnos amor, ¿Queres? Volvamos al living y bailemos un poco, deseo disfrutar esta fiesta.
--De acuerdo yo también vamos.

Tomados de la mano, ingresaron de nuevo al interior del departamento y se mezclaron con los otros invitados, formando parte de la rueda de baile, que en ese momento todos bailaban, la música terminó y agitados, un poco cansados, se acercaron a la mesa a tomar una bebida, fue en ese momento que Claudia mirando a Alejandro le pregunto.

--¿Me queres?

El, dejando la copa sobre la mesa la miro un segundo, de pronto recordó de nuevo, lo que habían hablado en el balcón y le pareció que su conciencia, le reprochaba algo, no obstante debía contestarle a Claudia, lo que le preguntaba, sin embargo lo contestó de forma complicada, como un intelectual herido en sus convicciones,

--Voy a crearte una pequeña necesidad, aunque no sirva para nada, ¡Ya no!

Se dirigió a la puerta, la abrió y se perdió tras el silencio del palier, rumbo a la luz del ascensor que lo esperaba.