martes, 25 de septiembre de 2012

YO TAMBIEN



La vieja venía a visitar a la vieja y como ambas eran sordas, la que llegaba golpeaba alocadamente la antigua puerta de chapa, para llamar la atención de la que estaba adentro y estos golpes, huían por el barrio introduciéndose en todas las casas y alterando todos los ánimos. A mí y a Raquel, el sonido de chapa golpeada siempre nos encontraba cogiendo en la casa de ella, a la misma hora de los días que nos juntábamos para eso, simplemente para coger y cosa rara, todas las veces -como si ella estaría esperando ese momento- su orgasmo aparecía con los golpes de la vieja sobre la antigua puerta de chapa después, los golpes cambiaban de frecuencia y de pronto, el silencio absoluto nos hacía saber que todo había terminado y yo también, junto con Raquel.

UN PROFESIONAL



Si había un lugar que le gustaba en la ciudad era ese, la cortada entre Corrientes y Callao a la altura de Rio Bamba, convertida en peatonal. Sobre todo los días de calor, cuando sentado en las mesas de la vereda de algún boliche, se quedaba mirando pasar a la gente de un lado para otro, como peces de un inmenso mar desconocido, eso representaba para el dicho lugar, un inmenso mar lleno de gente peces, a los cuales miraba pasar dejándolos seguir sin decirles nada, como buzo de las profundidades azules de un océano, extasiado por las distintas especies que habitaban el mismo. Le habían explicado, más bien le habían contado con mapas y lujo de detalles, que ella hoy estaría sola en la oficina, sola en un edificio casi vacío, porque era viernes por la tarde y se avecinaba un fin de semana largo y si ella estaba sola, el debía matarla, aprovecharse de esa situación única e irrepetible, trabajo fácil le habían dicho una vez más, te está esperando porque cree que venís a ofrecerle un negocio, entras, matas y te vas, fácil le volvieron a decir ¿Con cuanto me quedo yo?
Preguntó por  preguntar, porque si ¿Como si le importara poco o mucho la plata? No, a él le gustaba el riesgo, llevar adelante el trabajo para el cual había sido contratado y demostrar una vez más, que su apodo el profe, le estaba bien puesto, porque no cabía dudas que era un profesional, prolijo, contundente y sin dejar huellas de sus actos, así era. De cualquier forma escuchó que le decían diez mil y respondió acepto, denlo por hecho este viernes, el padrón femenino pierde un votante y hoy, por todo esto estaba allí, sentado a la mesa en la vereda del boliche, justo al lado del edificio de oficinas solitario, dispuesto a cumplir con el trabajo por el cual fuera contratado. Por un instante más, dejó que sus ojos recorrieran la calle peatonal, el mar por el cual un montón de gente huía hacia el fin de semana largo, después se concentró en sí mismo y empezó a repasar todo el plan de nuevo paso a paso como debía ser, era necesario que nada fallara. Volvió sus ojos por enésima vez a la puerta de entrada del edificio, pero ahora con un cambio en su actitud, se levantó y fue hacia ella, frente al tablero indicador marcó el séptimo A, una voz metálica atravesó el mismo
--¿Si?
--¿Señorita Julia?
--Si ¿Quién es?
--Soy Gutiérrez de la inmobiliaria IBC tengo una cita con usted, tal como quedara acordado en la conversación que tuvo con nosotros hace unos días.
--A sí…lo estaba esperando pero aguarde un segundo, es mejor que yo baje y hablemos en un café, hoy es viernes sabe y toda la gente ya se va, esto está muy solo.
--Si lo sé pero habíamos quedado en su oficina.
--Que importancia tiene eso, lo que tenemos que hablar podemos hablarlo aquí o en un café.
--¡Que macana!
--¿Qué dijo?
--No que macana que usted se moleste de esta manera, cuando habría sido mejor que yo suba a verla.
--No, no es ninguna molestia, imagínese que ya hace ocho horas que estoy aquí dentro, para mi salir va a ser un placer, espere que ya bajo.
--Bueno la espero, tómese su tiempo yo no tengo apuro, total ahora ya no tengo nada que hacer.
--Gracias ya bajo ¿Cuál es su nombre?
--Octavio, la espero.
Que cagada y ahora ¿Donde la mato?  ¿En qué lugar le pego un tiro y la dejo patas para arriba? ¿En un café? Imposible que la mate en un café de esta cuadra peatonal, para mi seria arruinar el paisaje que tanto quiero y además, un tiro en presencia de mucha gente sería un desastre, la verdad no sé qué hacer esto cambia todos mis planes.
--¿Octavio?
Se dio vuelta en dirección a la entrada del edificio y allí parada estaba ella. Morocha, joven, simpática linda hasta si se quiere, hasta si uno no pensaría que la debe matar por contrato, por obligación de haber aceptado hacerlo y porque cobro por ello, se daría el gusto como no de apreciar su belleza, pero entendió rápidamente que no era momento para eso y se acerco a ella.
--Si Octavio ¿Usted debe ser Julia verdad?
--Si soy Julia que suerte que decidí bajar e ir a charla a un café.
--Si tuvo mucha suerte.
--Si Octavio, lo digo porque la tarde es preciosa y la peatonal con este calorcito y tanta gente esta hermosa.
--Si demasiada gente para lo que quiero hacer.
--¿Cómo dice?
--No, digo que mucha gente para tratar de negocios, mejor tal vez hubiera sido en su oficina ¿No le parece que?...
--Nada, nada, arriba no vuelvo ¡Ni loca! No se preocupe en este barcito de al lado del edificio, estaremos tranquilos y podremos hablar, venga acompáñeme todos me conocen aquí…
Ella se dirigió al bar y el la siguió, maldiciendo su suerte, ya no solo le era imposible cumplir su trabajo en la soledad de la oficina, sino que lo llevaba a un boliche donde ella era conocida y el mismo también, porque había estado un rato antes mientras hacía tiempo tomando un café, mala leche pensó, mejor seguirle el juego y esperar una oportunidad. En función de ello la siguió dócilmente adentro del boliche y en el lugar que ella eligiera para estar, una vez sentados a la mesa y que hubieran pedido lo que ambos estaban tomando se miraron, se estudiaron un instante y la primera que habló fue ella.
--Octavio somos dos desconocidos que nos presentó el portero eléctrico.
--Tal cual, pero usted estará de acuerdo conmigo que previo a esto, hubo una llamada telefónica de mi compañía y una propuesta que usted aceptó discutir, o al menos dijo que le interesaba.
--Exacto, pero vamos por partes, primero dejemos el usted y mejor nos tuteamos, ambos somos jóvenes y de la misma edad más o menos.
--De acuerdo que más se te ocurre para esta charla.
--Tomar el vermut con esta picada mientras hablamos y empezar a preguntar algunas dudas, que tengo sobre la operación comercial que me proponen.
--De acuerdo adelante.
En ese momento Octavio quiso matarla allí mismo, sobre las papas fritas y los maníes, porque en realidad muy poco sabía del negocio que le habían ofrecido y menos para encarar una conversación sobre el particular pero se contuvo, a duras penas pero se contuvo, pese a que por un momento llegó a acariciar la culata de nácar blanca de su cuarenta y cinco color caramelo, escuchó la vos de ella que le preguntaba…
--¿Habiendo tantos escribanos, porque me eligieron a mí para este emprendimiento inmobiliario?
Estuvo a punto de contestarle, porque trabajas para Antonelo y decidieron matarte porque sin vos, la organización de él no podría seguir operando, pero en cambio respondió.
--A nuestra empresa llegaron referencias muy positivas de vos y valoradas con la de otros profesionales, decidieron que eras la persona indicada para este proyecto.
--Es un halago para mi entonces la confianza que ustedes depositaron en mi persona ¿Qué comisión voy a cobrar por este trabajo?
--La que se estila en plaza.
--No Octavio, quiero un punto más.
Octavio sacó su libretita roja donde tenía anotado todo el plan para matarla y empezó a escribir algo en ella.
--¿Qué escribís?
--Mira yo no decido, decide la junta de accionistas, todo lo que vos me pidas o digas, lo anoto en esta libretita roja porque soy medio frágil de memoria, después lo trasmito y te informo al respecto y te doy el ok.
--Pensé que vos me ibas a dar el ok definitivo.
--Eso pensé yo también, pero me cambiaste todo y no puedo -dijo mientras acariciaba la culata de nácar-
--¿Cómo te cambie todo?
--Quiero decir, pensé que ya tenias todo resuelto…no había dudas en vos, iba a ser más fácil pero bueno… es como es.
--Va a ser fácil Octavio no te preocupes.
--¡Ojala!
--Lo que solo quiero cerrar son pequeños detalles, otro que se me ocurre ¿Cuál va a ser el porcentaje blanco del negocio?
--En todos los casos Julia el sesenta por ciento.
--¿Cuándo crees que empezaré con las primeras escrituras?
--Mira esto se vende desde el pozo y como sabes es una manzana completa con siete torres así que calcula de aquí a noventa días, porque ya prácticamente empiezan con la excavación.
--Bueno muy bien de acuerdo, acepto el trabajo, si me reconocen ese punto.
--O sea que de los honorarios te quedas con el cincuenta por ciento más un punto que sería algo así como el sesenta y cinco por ciento ¿No?
--Si, así es.
Octavio volvió a sacar su libretita roja y escribió o hizo que escribía mientras leía, mátala en su oficina. ¿Sos meticuloso Octavio?
--Trato, pero a veces no me dejan.
--¿Quiénes?
--Mis victimas.
--¿Tus victimas? ¿Qué victimas?
--No es un decir,  las llamo victimas a aquellas personas que tienen que soportar mis obsesiones.
--¿Sos muy obsesivo?
--Sabes Julia, más que obsesivo soy bien meticuloso, cuando me trazo un plan quiero cumplirlo.
--Ya entiendo y si algo te sale mal.
--¡Me vuelvo loco!
--Tal cual, a veces a mí también me pasa algo parecido.
--¿A vos también?
--Si.
--¿Entonces podrás comprenderme?
--Por supuesto que te comprendo.
--¿Seguro Julia?
--Pero como que no a ver ¿En qué tengo que comprenderte?
--Te cuento, mira es una situación estúpida, si queres infantil, pero a veces esas circunstancias tan estúpidas e infantiles cuando se te presentan, son las que más te joden.
--Seguro a mi me ocurre algo parecido pero de nuevo ¿En qué debo comprenderte Octavio, contame?
--Fíjate resulta que vine con toda la intención de tener una entrevista con vos en la oficina, sentados escritorio por medio, valorando tu despacho y las condiciones ambientales con las que se van a encontrar nuestros futuros clientes y no se me dio porque vos, justo en vez de hacerme subir decidiste bajar para entrevistarte en un café conmigo, en vez de cómo habíamos quedado la entrevista sea en la oficina.
--¿Y esa pavada te vuelve loco?
--Esa pavada.
--Mira me caíste simpático y hoy estoy contenta, la oficina como sabes está al lado, paguemos y subamos, así te saco de tu locura.
--¡Paguemos! ¡Gracias Julia! ¡Gracias! Por comprender la ansiedad de un tipo meticuloso.
--Comprendo porque yo también soy muy meticulosa.
Pagaron y se encaminaron a la oficina de ella que como dijo, estaba al lado del boliche, fue Julia la que puso la llave en la puerta de entrada y abriendo lo hizo pasar, prendió la luz del hall y lo invito a subir al pequeño ascensor para dos personas, de paredes de chapa de acero y doble puerta del mismo material, frente a ellos un largo espejo los mostraba tal cual eran, mientras a la vez reflejaba cada puerta que iba dejando atrás en su ascensión, cuando llegaron a la séptima se paró y ellos dos bajaron, el abrió la puerta del ascensor y ella su oficina, entraron…
--Octavio voy a prender la luz espera un segundo.
Cuando se dio vuelta lo vio sobre el marco de la puerta iluminado por la luz del pasillo, en su mano derecha una pistola de culata resplandeciente se movió hacia atrás, una, dos, tres veces y en cada movimiento ella sentía un dolor en su cuerpo, el, meticuloso como siempre la dejo caer ya sin vida sobre la alfombra, rápido se acerco y le retiró de sus manos las llaves que tenía, con ellas cerró la oficina y tomo el estrecho ascensor para dos personas, ya en la planta baja y a punto de salir, de un tirón arranco de su rostro el bigote y las patillas postizas que llevaba, después abrió la puerta principal del edificio que daba a la peatonal que tanto le gustaba, la cortada entre Corrientes y Callao a la altura de Rio Bamba, una vez en la vereda se sintió relajado y empezó a caminar entre la gente, estaba tranquilo, como se lo propuso la había matado en la oficina, seguía siendo un profesional.  








lunes, 24 de septiembre de 2012

¿QUIEN PUEDE SABERLO?




--Tengo una luz prendida en esa costa.
--¿Qué costa?
--La costa que marca la felicidad en esta vida.
--¿Porque no llegas a ella?
--Para llegar se debe ser hábil piloto, afrontar infinidad de tempestades y no me da el carácter para ello.
--Si no te da el carácter, acepta y vive de la manera que vos puedas, la felicidad es uno más de los tantos componentes de la vida.
--¿Te parece?
--Estoy segura, siempre pienso, que una esta condenada a vivir como pueda, el destino de su vida y llegar a la costa, es aceptarse tal cual una es.
--¿Resignarse?
--No, comprender y comprenderse, buscar en el día a día, mediante el trabajo diario de la vida, el lento camino hacia el progreso personal.
--¿Si no ocurre así, si por ejemplo en el diario vivir el cansancio te domina, padeces la soledad, porque la timidez es tu compañera y el miedo, se aparece frenando el coraje necesario para toda iniciativa? ¿De que forma entonces, se podría recorrer ese camino hacia el progreso? ¿O acaso supones que la normalidad es reina en esta vida?
--Voy a decirte algo, yo no padezco miedos, ni timidez alguna me aparece, es más, los desafíos que la vida me presenta, son para mi consecuencias de mi propia forma de ser y los mido y los resuelvo, de la mejor manera que pueda hacerlo, pero sacando de ellos la enseñanza necesaria para enriquecer mi personalidad.
--Por lo que cuentas, no dudo que estas bien encaminada, hacia el lugar de la costa donde digo, que la felicidad espera, tu nave esta adaptada al mar que ella navega y no habrá condición adversa, que le impida llegar al puerto que desea.
--¿Así lo crees?
--Vienes de buenos padres, te han dado las condiciones necesarias para el éxito, tu genes son maleables al medio en donde vives y se adaptan, como sombra que se pega al camino nocturno de la vida, sin inconveniente alguno, ante los problemas que esta le pone por delante.
--¿A vos ese camino te es esquivo?
--Diría intransitable, no tengo las condiciones necesarias para recorrerlo, consecuencia de venir de una familia que tampoco lo supo transitar, es raro pero a veces pienso, que el medio ambiente creado por el ser humano para desarrollarse en el, cada vez responde más, al desarrollo de minorías con características especiales y no a todos aquellos que lo habitan y frecuentan, es como si la selección natural, estuviera siendo manipulada por quienes manifiestan, tener las condiciones necesarias e imprescindibles, para lo que llamamos éxito en nuestra sociedad.
--¿Cómo ser poder, dinero, sociabilidad y algo de inteligencia imprescindible?
--Exacto, vos lo dijiste, a eso agrégale, el nacer dentro de familias perfectamente adaptables al ambiente donde viven, sea este un barrio acomodado o una villa miseria.
--¿En una villa miseria en medio de la pobreza? ¿Se daría esa diferencia de aptitudes, que te llevan a ser más o menos feliz en esta vida? ¿Pese a la pobreza? ¿Sucedería eso?
--Si, porque las angustias propias de la existencia -y no otra cosa es la vida- hieren al individuo cuando las padece, sea de la clase que sea y se vea rodeado, del dios de la riqueza o hundido en el tembladeral que le otorga la pobreza, cuando tiene que tomar una decisión -el ser humano- esta desnudo, sin oropeles ni harapos, solo vestido de su carácter.
--¿Por lo tanto de tu carácter depende tu felicidad y no de otra cosa? Como ser ¿Un golpe de fortuna? ¿Un hecho inesperado? ¿Qué se cumpla de improviso tu mejor deseo?
--Todo eso es consecuencia de la casualidad y la casualidad, esta ligada a la suerte, pero no hay suerte en el carácter, se es lo que se es y nada más, toda otra cosa forma parte del deseo de querer, que nada tiene que ver con la posibilidad de poder.
--¿Por lo que veo no sos feliz entonces, porque deseas aquello que no puedes conseguir?
--Tal vez ¿Pero quien puso dentro mío ese deseo que no puedo conseguir? ¿Por qué sabiendo que no soy para ser, mi mente insiste equivocada para que lo sea? ¿Hay algo más allá de la comprensión y la inteligencia, que gobierna nuestros deseos no siempre correspondidos, por nuestra personalidad? Es como el mar que desea la playa y la bajamar que lo aleja de ella, esa constante lucha que nos causa tristeza y dolor, entre el presente no querido y el pasado, fruto del mismo presente repetido, replicado una y mil veces, en el código genético del carácter escrito ininterrumpidamente, en las hojas inmodificables del destino, no se, no reniego de luchar, de aprender, de buscar, pero el sendero que recorro es una replica de si mismo, en una solución que no se encuentra.
--Quizás sea tu error buscar la solución a tus problemas ¿Qué te hace ir detrás del infinito misterio de las cosas? ¿Por qué mejor no doblegarte a ellas y sin buscar ningún resultado favorable o negativo, te aceptas tal cual sos y concluyes de una vez y para siempre, que no otra sino esa es tu felicidad?
--Porque aceptarme tal cual soy, significaría dejar de soñar en lo que quiero y soñar, es condición ineludible de la razón humana.
--Si soñar es condición ineludible, debes coincidir conmigo, que no de sueños solamente se vive en este mundo, también es necesario despertar y valorar lo que uno sueña, entender que tu imaginación, no puede ir más allá que tu realidad, todos soñamos, pero hay sueños imposibles de los cuales nos debemos apartar.
--¿Sueños imposibles?
--Si, son aquellos que escapan a tu posibilidad practica de encontrarte con ellos, es como que otra persona soñara dentro tuyo y al despertar vos, se va y te deja, pero no puedes evitar el recordarlo, aunque te haga daño y te des cuenta, que sea imposible de cumplirlo.
--¿Entonces?
--Entonces es necesario abandonar los sueños que no te corresponden, el sendero de tu imaginación que equivocado te encaprichas en seguir y prestarle oído, solo a aquello que sientas que puedes realizar.
--¿Así de simple?
--Muchas veces las cosas más complicadas, se resuelven de la manera más simple, sin ir más lejos….
--¿Qué?
-Esta charla entre los dos…
--¿Como terminarla?
--Apaguemos la lámpara y tratemos de dormir, mañana será otro día igual o diferente ¿Quién puede saberlo?



  


lunes, 17 de septiembre de 2012

MUJER DE MUJERES



Carla buscó el sexo de Pilar y se lo acarició dulcemente, ella unió su boca al sexo de Carla y lo beso con pasión, rodaron por la cama, cayeron en mil posiciones diferentes y quedaron abrazadas, en un profundo besuqueo, de bocas abiertas y lenguas enlazadas, habían terminado, sus senos, se chocaban alborozados y sus piernas, refregaban sus sexos y los brazos, sujetaban los cuerpos, era el final o el principio, había concluido el goce, pero tiradas, desnudas en la cama, muy juntas, apretadas sin querer soltarse, todo este momento de éxtasis, hacia sugerir que nuevamente, podía comenzar a renacer la pasión, las suaves caricias que se prodigaban, podrían concluir en un nuevo intento, de enloquecer al clítoris, hasta el espasmo, de convertirlo en un grito de placer,  volviendo los cuerpos a entremezclarse, los sexos a ser presos de las bocas y las bocas, buscándose en los sexos, entre el ir y venir de las caricias quedarán, apretadas caras y piernas, un segundo después de que el orgasmo, haga estremecer de placer al cuerpo entero. El sueño las venció, el deseo había sido consumido totalmente, solo quedaba descansar, para mañana levantarse y comenzar las actividades de todos los días, serian las ocho, cuando esto ocurrió.

--Voy a preparar el desayuno Pilar.
--Porque mejor no nos bañamos primero, así estamos listas para salir.
--Tenes razón, preparo el baño entonces.
--Bueno Carla, mientras yo acomodo las cosas.

Mientras preparaba el baño Carla, Pilar ordenaba la ropa, que ambas se iban a poner, vivían juntas desde hacia un par de años, hasta el momento se llevaban bien, Pilar era fonoaudióloga en un hospital público, Carla cajera de un banco privado, se habían conocido por Internet y con el tiempo, decidieron vivir en pareja.

--Ya está listo Pilar, vení que nos duchamos.
--Si espérame que ya corro a tu lado.

Les gustaba bañarse juntas, recorrer sus cuerpos, con la espuma del jabón y la suavidad de la esponja, dejar que el agua juegue con su piel, camine por las partes más sensibles, donde se siente el amor, para perderse entre las piernas, hermosas y torneadas, con el correr del agua, se besaban y abrazaban, se juraban no separarse nunca, ya que sentían la una por la otra, un verdadero amor, se secaron y se quedaron en ropa interior, Carla fue a preparar el desayuno, mientras tanto, Pilar la siguió a la cocina, ordenó platos, tazas, leche y galletitas sobre la mesa, así no perdían tiempo y llegaban cómodas, al trabajo.

--Pilar traigo el café, alcánzame las tazas y la leche, así lo sirvo.
--Acá te traigo todo lo que me pedis.
--¿Te gusto anoche?
--¡Si mucho! ¿Y a vos?
--¡También! Como todas las noches que nos amamos juntas.
--Como todas las noches, como todos los días, en los momentos que nos encontramos, cuando las dos compartimos la  vida en común, yo me siento muy feliz a tu lado, Carla.
--Igual yo, ¿Será por eso que nos llevamos tan bien?
--Será por eso, ¿Qué hacemos esta tarde a la salida del trabajo?
--Déjame pensar, te llamo por celular y nos ponemos de acuerdo, levantemos la mesa así acomodamos  las cosas.

Rápidamente lo hicieron, lavaron y una ves todo en orden, se arreglaron para salir, ambas se fueron a sus respectivos trabajos, en el de Pilar había una novedad, hacia unos días que ingresó, un nuevo profesional al servicio, esto de alguna forma altero su rutina, ya que debía dedicarse a otro médico más, por lo tanto, a una mayor cantidad de pacientes. El colectivo que tomo estaba llegando al hospital, por lo tanto se preparó para bajar, una ves en la entrada del mismo, pasó por la guardia y fue derecho a otorrino, en la sala de profesionales, ya se encontraban, el nuevo compañero Damian y la doctora Esther.

--¿Que tal chicos, como va todo, mucho trabajo, alguna urgencia?
--No  -contestó Damian-  todo tranquilo.
--Así es  -corroboró-  Esther, hasta el momento Pilar, el trabajo no es mucho.
--Bueno los dejo, tengo pacientes para audiometría.

Fue a su tarea de todos los días, mediante gráficos, a comprobar cuanto oía una persona, en cada uno de sus oídos, el derecho, el izquierdo, ¿Será por este que llegan las palabras al corazón? ¿Aquel tendrá que ver con el cerebro?  ¿O todo lo que recibimos, ruidos y palabras, se mezclan con nuestros sentimientos y forman, el carácter que tenemos? Esto, los gráficos no lo explicaban, tampoco explicaban el porque, de que un hombre quiera a una mujer, y el como, de que una mujer se enamore de otra perdidamente, y en este sentimiento del amor, Pilar comenzó a darse cuenta, que el nuevo médico Damian, se estaba interesando por ella, más aya del interés normal de un compañero de trabajo,  esto la fastidiaba un poco, no le gustaban los hombres, trataba de ser indiferente con ellos, para evitarse problemas de este tipo, pero a veces, le resultaba imposible alejarlos de su lado, era linda, simpática, resuelta en lo que quería conseguir, todo esto hacia de ella una mujer agradable, una mujer que pese a ignorar a los hombres, despertaba en estos el deseo de abordarla, la necesidad de romper ese circulo protector, que ella construía alrededor de si misma, trataban de conquistar esa alma femenina, tan reacia a ellos, siendo a la vez tan atractiva como era.

--¿Cómo pasaste el día de ayer Pilar?

El que había ingresado a su gabinete era Damian, quien venia al ataque, en busca de su presa.

--Como siempre Damian, en casa con los míos, después vine al hospital, todo bien.
--Pilar, te quiero preguntar algo.
--No hay problemas, yo se contestar a todo.
--Apenas hace unos días, que llevo en este hospital, pero me fije en vos y me sentí flechado, pero también observo, que sos indiferente a todo lo masculino, no nos das lugar, a que nos acerquemos a vos, siempre pones distancia, solo aceptas hablar del trabajo, te cierras o te alejas, cuando por ejemplo alguien, yo en este caso, busca intimar con vos, tratar de saber que hay, detrás de esos hermosos ojos, que piensa esa cabeza, que a veces  hace sonreír dulcemente, a tu bella cara.
--¿Cuál es la pregunta Damian, que queres saber de mi, que te preocupa tanto?
--¡Ah! La pregunta, tenes razón, dije que iba a preguntarte algo y no se, porque hasta ahora no lo hice.
--¿Tenes miedo de la respuesta?
--Tal ves tenga miedo de lo que vayas a decir, porque no quisiera escucharlo, porque me imagine algo con vos y tus palabras, podrían destrozar mis sueños, romper mis ilusiones, pero bueno, no se puede vivir con la duda, frente a un sentimiento que nos invade el alma.¿Que compromiso hay en tu vida sentimental, que hace imposible ganar tu corazón?
--¡Compromiso en mi vida sentimental! Ninguno Damian, yo no comprometo mi vida sentimental ante nadie, mis sentimientos son míos, los manejo como quiero, solo te respondo, que amo a otra persona, la amo como nunca ame, y eso me hace ser fiel a mi pareja, e impermeable a los demás, no me interesa otra cosa que lo que quiero, así que Damian, no insistas, si me alejo de lo masculino, como vos decís, simplemente es para no desilusionar, a gente como vos, que ve en mi, expectativas de amor que no puedo darle. Si rompo tus sueños Damian, no he querido hacerlo, no esta en mi animo el fogonear calenturas ajenas, el único que crea las fantasías sos vos, yo no te he dado nunca, motivo para hacerlo.
--¡Me mataste Pilar!, no puedo responder nada, ante tan contundente respuesta de tu parte, si algo te diría, es que ciertamente me llene de fantasías, cuando te ví ¿Pero es reprochable eso? La fantasía camina un poco antes que la realidad, nos valemos de ella para abordarla, no me hubiera acercado a vos y dicho lo que dije, sino hubiera previamente, llenado de fantasías mi corazón, por otro lado no me va lo de la calentura, no es el deseo de acostarme, lo que me atrae hacia vos, no me interesa eso, tu compañía como mujer, es lo que me hubiera gustado conocer, pero bueno, ningún problema por mi parte y creo, que por la tuya tampoco, tan compañeros de trabajo como siempre ¿No es así Pilar?
--Así es, pero creo que estas algo confundido, o queres enredarme en sentimientos equivocados, mi compañía como mujer Damian, hubiera terminado inexorablemente, con los dos en la cama y eso no puede ser, por lo que ya te dije, compañeros como siempre, hablando de trabajo y nada más, ahora ándate, que tengo que continuar con las audiometrías, sino tus pacientes, no podrán ir a consultarte.
--Cierto, quizás tengas razón con la compañía y el deseo, chau, nos vemos.
--Hasta luego Damian.

Siguió atendiendo, al atardecer poco antes de la ora de salida, sonó el celular, era Carla, le parecía bien ir al cine y cenar afuera, hacia tiempo que no se distraían un poco, suponía que  esa salida les vendría bien, estuvo de acuerdo, quedó que ella buscaba la película, más tarde ambas se encontrarían en un café, de Juramento y Cabildo, para luego concurrir, a algún complejo cinematográfico de la zona. La hora de salida había llegado, acomodó su gabinete, se quito el guardapolvo y lo guardó en el bolso que llevaba, fue al baño y se arreglo un poco, retoco sus ojos, puso color en sus mejillas, acomodo su pelo, se miró en el espejo de frente y de perfil, la imagen que le devolvió este, era la que quería ver, le agrado ser como era, no pretendía de ella, más de lo que la vida le ofrecía, estaba contenta, abrió la puerta del gabinete y salió, ya comenzaba a entrar el nuevo turno, saludo a algunos y atravesando la guardia, rápidamente estuvo en la calle, por suerte ningún cargoso quería viajar con ella, la parada estaba cerca y un colectivo, que la dejaría bien estaba llegando, apuro el paso y con ayuda de la luz roja, lo pudo tomar, tuvo que viajar parada, pero esto no le impedía pensar, por suerte Damian, decidió tirarse y ya se lo saco de encima, uno menos que la molestaría, aunque las peores, las mas molestas, las imposibles de hacer entrar en razón, son las lesbianas como ella, si se dan cuenta, y se dan, que sos  de su tribu te vuelven loca, por suerte, pudo sortear bien, a las que había en el hospital, circunstancia que le permitió vivir tranquila, junto a Carla, como le dijera a Damian su gran amor. Ya estaba cerca del café, en la otra parada se debía bajar, se acerco a la puerta aguardando el momento de apretar el timbre, así lo hizo, el colectivo la dejó en Cabildo y Juramento, fue hacia el bar que ya lo conocía, porque había estado otras veces, entró, sentada en una mesa, en el medio del local, Carla la esperaba hojeando una revista.

--¡Carla llegaste antes!, lo siento amor si te hice esperar mucho.
--No te preocupes, hará diez minutos que estoy aquí, no pedí nada, le dije al mozo que esperaba una persona, si lo tenes a mano llámalo.
--¿Qué vamos a pedir? Yo tengo hambre, podemos tomar dos tes con leche, con dos tostados de jamón y queso, ¿No Carla?
--De acuerdo, los tostados de jamón y queso son mi perdición.
--Mozo por favor.

Pilar hizo el pedido y mientras el mozo lo traía, ambas se quedaron en lo suyo, Carla hojeando su revista, Pilar pensando no sabemos lo que, porque era muy reservada.

--¡Carla! corre la revista que viene el mozo, no va a tener lugar para todas las cosas.
--Si Pilar, ya esta, la cierro y listo, así mientras comemos podemos charlar un poco.

Llegó el mozo con lo pedido, lo sirvió y se fue.

--Carla.
--¿Si Pilar que?
--¿Tenemos muchos quilombos con los hombres no?
--¿Quilombo porque Pilar?
--Por lo de siempre, vienen se te tiran, te prometen amor, en el fondo traducido significa sexo, no entenderían nada, si le decís la realidad de tu vida, los rechazas, pero se van con bronca, a la espera de un desquite.
--¿Se te tiró uno hoy?
--Si, ese médico nuevo, me vino con el verso del amor, del no sexo, de la compañía femenina, que se yo, ¡me dan asco! Son unos pesados.
--Y bueno el que no sabe, es como el que no ve, no llevas en la frente el cartelito de lesbiana, ni tampoco tu fisonomía exterior lo demuestra.
--¿Y la tuya Carla, demuestra algo, estas libre de ese maldito acoso?
--Quizás si, soy un poco mas masculina que vos, siempre visto a lo hombre, mocasines negros, trajes de pantalón y saco, camisas claras, pelo corto, ¡si! a mi me joden menos, porque tengo la misma histeria que ellos, se me acercan y los freno, uso sus mismas armas de seducción, huyen sin querer comprender, pero dándose cuenta, nunca tuve que explicar nada, a ningún hombre, me dejan tranquila obvio, interpretan lo que soy, esa es mi ventaja sobre ellos, pero en tu caso Pilar, posees todavía un don femenino, quizás sea eso lo que me enloquece de vos, que siendo lesbiana, no dejas de ser enteramente mujer, que es lo que yo necesito amar, amar a  una mujer.
--Carla, yo te amo también y mucho amor, en esa configuración masculina, que me detallas en tu persona, ¿No estaré acaso, amando a una mujer, transformada en hombre para mi  y, lo que en realidad este amando, sea a la imagen masculina, que vos me ofreces y me enloquece?
--Creo que somos una pareja perfecta, nos entregamos la una a la otra con pasión, pienso que por todo esto, de nuestras diferentes personalidades, no cabe duda. ¿Qué le dijiste a ese medico Pilar?
--Que queres que le diga, lo saque carpiendo, quiso saber porque procedía así, le explique que amaba a una persona, como nunca antes ame, quería ser fiel a mi pareja, ¿Cómo lo ves?
--¡Muy bien! Quiero decirte Pilar que soy celosa, celosa como una gata en celo, peleo con uñas y dientes en defensa de lo que amo, no me engañes, porque me volvería loca y no se, lo que haría con vos.
--Carla ¡Soy tuya! ¡Te pertenezco! Te conté lo que te conté, precisamente por eso, creo que no debe haber secretos estúpidos, que empañen nuestra relación, como esto de los hombres me suele pasar, lo quise comentar con vos, para que lo conozcas,!nada más! Ningún hombre me hará dejarte, Carla, de eso esta segura.
--Lo estoy y es bueno hablar de estas cosas, así nos conocemos más, falta poco para que empiece la película, podemos pagar e ir para el cine.
--Si vamos. Mozo.

El cine se encontraba cerca, así que fueron caminando tomadas del brazo, rumbo a él, Carla había tenido la precaución, de sacar las entradas antes de ir a la confitería, de esa manera se evitaron las colas, entraron directamente, al poco rato de llegar, comenzó la película, una de aventuras y terror, como le gustaba a ambas, concluido el espectáculo, decidieron cenar en un lugar cercano, al cual ya otras veces habían ido, llegaron al restaurante y quedaban pocas mesas libres, pero encontraron una que les agrado, se sentaron y la moza les acercó el menú del día, mientras pensaban que comer, Pilar levantó la vista e inadvertidamente recorrió el local, tres mesas más adelante, sentado cenando, estaba Damian, quien la observaba fijamente, sin apartar los ojos, desvió rápido la mirada y prestó atención a Carla, que le preguntaba.

--¿Qué pedimos Pilar, pastas, pizza, asado, pollo, que?
--Si es por mi, yo me comería una pechuga de pollo asada, con puré.
Bueno, y yo un bife de lomo, con ensalada de lechuga y tomate, ¿Para tomar?
--Lo que vos quieras.
--Vino entonces, vino de la casa.

Llamaron a la moza e hicieron el pedido.

--¿Tuviste mucho trabajo en el banco, hoy Carla?
--Si, se acerca fin de mes y todo se hace más complicado, encima los feriados de la semana pasada, juntaron a toda la gente en estos días, ¿Vos en el hospital?
--Un poco más, como te dije, hay un médico nuevo, eso hace que aumenten las consultas, pero bien, pude acomodarme sin ningún problema, mira aquí llega lo que pedimos.
--Que suerte, ya estaba cansada de masticar glisines y manteca.
--¡Yo también!

Se dedicaron a hacer lo que correspondía, comer, quien no hacia lo que debía hacer, era Damian, había concluido de cenar bastante tiempo ya, pero ni se movía de la mesa, estaba como clavado en ella, evidentemente interesado en verlas salir, para estudiar más a Clara, en ese momento lo hubiera matado, pero el con su vida y su tiempo, tenia el derecho de hacer lo que quisiera.
--¿Se come rico aquí, no Pilar?
--Si Carla, cocinan bien y a punto, ¿Pedimos un postre?
--Bueno  ¿Que te gustaría?
--Una copa helada, eso estaría bárbaro.
--Yo prefiero una sopa inglesa.
--De acuerdo. Moza
--Pilar una pregunta ¿No te llama la atención ese tipo, que hace un rato nos mira insistentemente, tres mesas más adelante?
--Ni se de quien me hablas.
--Ese, de pantalón yin y camisa blanca.
--No se. No lo conozco, le debemos interesar como mujeres, que se yo.
--Le debemos interesar, o le debes interesar, porque me parece que sus miradas, van dirigidas a vos.
--¡Carla! Ni me di cuenta que estaba mirando, ahora que me decís, no lo ví nunca en mi vida, que voy a hacer si atraigo la mirada de un tipo, vos lo dijiste, será ese lado femenino que tanto te gusta en mi, por otro lado, que te importa el tipo, que la gente, mira llegan los postres, comamos y listo, lo importante que las dos estamos juntas, que esta noche dormiremos juntas, abrazadas en la cama, todo lo demás me tiene sin cuidado, menos un tipo sentado en una mesa, que no se ni siquiera quien es.
--Debes tener razón, -la sopa inglesa esta exquisita- son los celos, que me hacen ver fantasmas, donde no hay nada.
--Exacto –el helado también está rico- no te preocupes, vos lo dijiste, no hay nada, ni habrá nunca nada, salvo nosotras dos.

Terminaron pidiendo un café, terminado este, pagaron y se fueron, los ojos inquisidores de Damian, siguieron sus pasos hasta que dejaron el local, él a su vez pidió un cortado,  se quedó un rato más en el restaurante, analizando lo que de forma totalmente casual, había observado esa noche, evidentemente el gran amor de Pilar era una mujer, evidentemente Pilar era lesbiana, evidentemente esto era una cagada, desde todo punto de vista, ¿Quien hizo que se enamorara como un colegial, de una mujer sicológicamente inaccesible, a la que solo le interesaban otras mujeres? !como no se dio cuenta! ¡Que clase de pelotudo era, habrá sido o sería! No se podía perdonar haber sido tan tonto, pero lo peor de todo, que le era imposible sacar de su corazón, al amor que sentía por esa mujer, por esa mujer de mujeres, por ese ser que nunca le daría pelota, aunque se lo pida de rodillas, que difícil iba a ser la convivencia, a partir de mañana en el hospital, conociendo este secreto, presintiendo que ella ya estaría sabiendo, que él lo conocía, bueno, lo mejor sería hacerse el boludo, esperar con paciencia, que ella ataque primero y trate de defenderse, si no lo hace, cueste lo que cueste, deberá callarse y no hablar, llamó a la moza pagó, el también se fue a su departamento de soltero, quería dormir, quería olvidar, deseaba que todo hubiera sido un sueño, pero no, la realidad se imponia nuevamente.

--Que lindo Pilar, llegamos a casa.
--Cierto, no hay nada más hermoso que llega al hogar, después de un largo día de trabajo, es como volver al lugar de uno, al único sitio donde se está tranquilo y feliz.
--¿Qué vamos a hacer?
--Lo que vos quieras Carla, queres una relación sexual, la tenemos, queres irte a dormir y gozar mañana, lo hacemos, ¿Cuál es tu deseo amor de mi vida, que lo cumplimos inmediatamente?
--Mi deseo dueña mía, es desnudarnos, ir a la ducha y gozar, mientras nos bañamos, luego en la cama, seguir con el goce hasta el final, ¿Te gusta?
--Me enloquece tanto lo que decís, que ya me estoy desvistiendo y tirando la ropa, por cualquier lado.
--Lo mismo yo, vamos al agua, que no estará tan caliente, como estamos nosotras.

Al agua fueron, los cuerpos femeninos más sutiles, más predispuestos al goce del deseo, que sus opuestos, se entregaron al placer de la caricia y el beso, a tocar cada lugar de la piel, a provocar y estremecer, cada pliegue del alma, a morder primero y suspirar después, las yemas de los dedos, recorrieron los caminos nerviosos, que desatan pasiones, y, los senderos silenciosos, que expulsan quejidos, todo ello concluyo en el encuentro, de la lengua y el clítoris, en la satisfacción de dos mujeres, que se unen para producir un orgasmo, dos, un montón de flores, unidas en una única rama, el fruto del amor, el agua tibia, siguió cayendo sobre cuerpos abrazados, que cansados, buscaban la ternura de estar juntos.

--Carla.
--¿Qué?
--¿Vamos a la cama?
--¿Para seguir?
--No para dormir.

Se acostaron juntas desnudas, húmedas y abrazadas, así las encontró el sol de la mañana, cuando con sus rayos, atravesó la cortina del cuarto, a poco el despertador, anunciaba un nuevo día de trabajo, era necesario entonces, comenzar por el desayuno, así lo hicieron, desnudas como estaban, prepararon todo y se sentaron frente al café con leche, las tostadas, la manteca y el dulce.

--¿Estuvo bueno, no Carla?
--Mejor imposible ¡de parada quede loca! Si no tenia la cama cerca, me tiraba en el suelo.
--¿Tanto gozaste?
--Tanto me hiciste gozar.
--¿Tendremos fuerzas para trabajar?
--Con lo que dormimos y este desayuno, nos recuperaremos sin lugar a dudas.

Se vistieron, maquillaron sus rostros y arreglaron su pelo, dejaron en orden el departamento y cada cual, partió para su trabajo, Pilar llegó temprano al hospital, en la sala de médicos estaba sola, puso a calentar agua y se sirvió un café, estaba segura que Damian se dio cuenta de todo, pero esto la tenía sin cuidado, no le importaba, ni tampoco le importaba, como se iría a comportar frente a ella, su única preocupación, era que nadie más lo supiera, que todo quede encerrado en él y de eso, debería hablar, aunque se daba cuenta, que al dirigirle la palabra en pos de su silencio, abría el grifo, de todos sus reproches y su amor herido, pero no quedaba otra, era el silencio de él o la renuncia de ella, necesitaba el trabajo, además estaba cómoda y contenta con el lugar, con los compañeros, tuvo suerte, el segundo en llegar también temprano, fue Damian.

--¿Hola Pilar como estas?
--Igual que vos, herida y lastimada, pero no hablemos aquí, es muy público, veni al gabinete, allí nadie nos oirá.

El fue tras ella y una ves dentro el dialogo continuo así.

--Damian, ayer la maldita casualidad, te llevó a conocer mi gran amor, y, lo que es peor para vos todavía, mis gustos sexuales, eso no me interesa en lo más mínimo, pero si, lo que me preocupa es tu silencio, ¡por favor te pido! Si decís quererme, por el amor que me tenes, no hables con nadie de esto, si lo haces, si me entero que alguien más lo sabe, debo renunciar al hospital y necesito este trabajo.
--Quédate tranquila no tengas miedo, nadie sabrá nada, ¿Imaginas por casualidad, que tengo ganas de hablar con alguna persona, sobre este tema? ¡Maldigo el momento! Que fui a cenar a ese restaurante, y ví lo que ví, lo que supe, que nunca serás mía, lo que entendí, que estabas tan lejos de mis deseos, como yo de los tuyos, lo que me doy cuenta, que es imposible descubrir lo que sos, porque solo veo en vos a una mujer, ahora mismo, en este instante, que se que es lo que escondes, detrás de esos hermosos ojos, no me interesa en lo más mínimo lo que sos, me atrae lo que veo, lo que huelo, lo que siento, la presencia cercana de una mujer, que me gusta y a la que quiero, ¡no voy a hablar con nadie! ¿Pero podré conseguir no hablar conmigo? ¿Entender que debo sacarte de mi cabeza? ¡Este es mi dilema Pilar! Por supuesto a vos no te atañe, es solo mío, de la misma manera, como la decisión es también solo mía, te prometo no hablar con nadie, de lo que vi, podes estar absolutamente confiada, que así será.
--Gracias Damian, no esperaba otra cosa de vos, en cuanto al amor que me tenes, ya pasara, piensa de mi como soy sexualmente, esto te ayudara a comprender y olvidar, después de todo, si miras a tu alrededor, hay un montón de mujeres preocupadas por el pene, a las que te será fácil abordar, yo Damian, solo quiero el amor de otra mujer, ni el tuyo, ni el de ningún otro hombre, aborrezco el pene y amo mi sexo, quizás demasiado, tal vez desde una posición onírica, pero es así mi realidad y estoy feliz con ella, tan feliz como vos, cuando encuentres una mujer que te quiera, y, haga que me olvides totalmente Damian, vos estas hecho para una mujer, lo que te cuesta entender, que yo también estoy hecha para otra mujer, así de simple.
--Así de simple te parece, exteriormente sos una hermosa mujer, a la que amo, en tu interior, desprecias mi sexo, no tolerarías mis caricias, ni que mi boca te bese, no soportarías estar desnuda conmigo, un solo instante en una cama y me propones, olvidarme totalmente ¡y me indicas como!, con otra mujer, y si de golpe ¿Te enamorarías de esa otra mujer, que yo habría buscado para olvidarte? ¿Qué pasaría entonces Pilar? ¿Competirías conmigo por hacerla feliz sexualmente? Mi pene contra tu lengua, mi pecho contra tus senos, ¿Ganarías la partida Pilar, me podrías echar de la cama de otra mujer? O simplemente no, tienes razón, estas hecha para otra mujer, pero mi instinto sexual no percibe eso, aunque mi razón quiera entenderlo, si me dejo llevar por mi pene, solo quisiera penetrarte, si escucho a mi corazón, deseo quererte, si comprendo tus palabras, debo olvidarte, lo simple se me hace complicado Pilar, pero espero que lo complicado, no se convierta en imposible, para bien de los dos, aunque esto último el bien de los dos, poco te importe, tal vez estés en lo cierto, que te importa a vos un hombre y sus sentimientos, si no son los tuyos, si nunca te cruzarás conmigo, en una relación sentimental, me consideras un mueble más de esta oficina, alguien con quien dialogar de los problemas de trabajo, nada más, y a la noche, en medio de la penumbra de tu cuarto, con tu amor al lado, si te acordaras de mi, te daría asco, creo incluso, que alejarías de tu pensamiento el solo pensarme.
--¿Terminaste Damian?
--Si, supongo que si, no lo se.
--Entonces déjame sola, tengo que empezar a atender y vos también.

Mucha gente frente a la ventanilla del banco esa mañana, el laberinto encintado, en forma de víbora retorcida, llevaba a los clientes de a uno por vez, frente a las cajeras, y, un movimiento de la cabeza de estas, lo animaba a acercarse a la caja, Carla se sentía cansada, pero le prestaba atención a su tarea, pues un error era plata que se perdía del sueldo, también desde hacia unos días, no sabía porque, su atención se dirigía a una mujer joven, atractiva, que siempre se las arreglaba, para que la atienda ella, dejaba pasar gente de la fila, en fin lo que fuera, pero su turno siempre terminaba, frente a su caja, conocedora del paño femenino, esto la alerto, ¿Qué estaría queriendo, porque tanta insistencia en que sea ella que cuente su dinero? Su curiosidad femenina pudo más, de pronto decidió que hoy debía saber, de que se trataba todo esto, la clienta estaba primera en la fila, inclino la cabeza y esta fue a su encuentro.

--Hola ¿Como estas?
--Bien, ¿Es mucho lo que vas a depositar hoy?
--Algo más que todos los días Carla.
--Ya que conoces mi nombre  ¿cual es el tuyo?
--Paula.
--Bueno Paula, ahora por lo menos sabemos como nos llaman ¿Quiero hacerte una pregunta?
--¿Cuál?
--¿Por qué me elegís a mi, todas las veces como cajera?
--Porque me enamore de vos Carla, quiero acostarme con vos, nada más ni nada menos que eso, es más, me estas preguntando algo que se, ya te habrás dado cuenta sola.
--De algo me di cuenta Paula, pero nunca espere una confirmación tan explicita como esta.
--Sexo explicito que le dicen, ¿Dónde nos vemos, quiero hablarte?
--Conoces un café, que está en Callao y Bartolomé Mitre ¿El Trial?
--Si lo conozco.
--Entonces allí, a las seis y media.
--Estaré aguardando con ansiedad, porque te deseo Carla chau.

Paula recibió su boleta de deposito sellada, otro cliente ocupó su lugar, se puso muy contenta, había conseguido lo que quería y estaba segura, que la seduciría lo suficiente, para esa misma noche, llevarla a su departamento y a su cama, sea como sea, se sentía ganadora y estaba convencida de lo que hacia, esta mujer la volvió loca, poseerla para ella era en ese momento, su mayor deseo, se dirigió al auto y fue a terminar unos tramites por el centro, mas tarde visitó a una amiga para hacer tiempo, ya cerca de las seis, decidió marcharse y aparecer por el Trial, al entrar no la vio a Clara, miró el reloj, todavía faltaba un poco para las seis y media, busco una mesa lo más alejada de todo el mundo y se sentó, pidió una lágrima y aguardo expectante, por suerte no tuvo que esperar mucho, Carla llegaba en ese momonto y al verla se dirigió a su encuentro.

--Hola Paula aquí estoy.
--Es hermoso que estés aquí Carla, ¿Qué queres tomar?
--Un cortado.
--Te lo pido  -Por favor un cortado gracias-
--Paula ¿Qué he hecho yo, para que me demandes amor de esa manera?
--Vos, solo vos diste tu cuerpo, tu cara, tus ojos, tu forma de ser y de vestir, el resto lo puse yo, la calentura, el deseo, la pasión, que no se puede contener y clama hacer realidad ese deseo, tómalo como quieras, soy una loca, estoy sacada, no tengo control sobre mis actos, lo que se te ocurra, pero quiero gozar sexualmente con vos y hacerte gozar a vos, lo más que pueda entre mis brazos, ¡Hoy! ¡Ya! En este mismo momento, vamos a mi cama en mi coche, juntas las dos, porque creo que si te niegas a hacerlo por propia voluntad, te llevaría a la fuerza, ¡como sea! Estoy decidida a acostarme hoy con vos, no acepto excusas estoy caliente, muy caliente, perdí el comportamiento de la razón.
--Paula, pero supones que estoy sola, tengo pareja, obligaciones,  ¿que le digo?.
--¡lo que se te ocurra! ¡Que importa tu pareja! Solo me interesa vos y tu cuerpo, a ella decile cualquier cosa, que se te presento un problema, enferma a un familiar y listo, creo que sos lo suficientemente grande, para saber como actuar.

Carla saco su celular y llamó a Pilar, la verdad no sabía que decir, pero de lo que estaba segura, que Paula le había contagiado su calentura, quería seguir esto hasta el final, hasta matar el deseo que de pronto, la había invadido a ella también.

--¿Pilar?
--¿Si Carla que pasa?
--Mira algo imprevisto, mi papa sabes, tuvo un percance, aunque hace mucho que no nos hablamos, me llamo a su lado, debo ir Pilar, lo siento por nosotras, que no estaremos juntas esta noche.
--¿No vendrás en toda la noche?
--Así es Pilar, porque vive en una zona del conurbano, un poco brava, una ves allá, tengo que esperar que se haga de día, para volver, pero no te hagas problemas, cuando llego al trabajo mañana, te llamo, pensa en mi y cuídate, no me seas infiel.
--Carla como dices eso, espero que lo de tu papa no sea nada serio, quédate tranquila por mi, ceno y me voy a dormir, chau amor, cuídate vos también.

Apago el celular, miro a los ojos de Paula, esos focos celestes que la atraían, más allá de sus fuerzas y solo dijo.

--Vamos.

Salieron a la calle, una ves dentro del auto de Paula, se confundieron en un abrazo y un beso de lengua interminable, lo cual las unió más en su desesperación, Paula la aparto suavemente, haciéndose cargo del volante, puso rumbo a su departamento, no hablaron, las palabras estaban de más, solo esperaban el momento de llegar y acostarse, dejo Callao y tomo por Las Heras, un rato después, el viaje concluía, en la cochera de un edificio.

--Veni Carla ¡amor! hemos llegado a mi departamento, vivo en el segundo piso, tomemos el ascensor.

Carla la siguió, estaba inquieta y anhelante, esta aventura la había tomado totalmente desprevenida, pero no tanto, como para no darse cuenta, que se estaba metiendo en un camino que no tenia retorno, el deseo de Paula la estaba dominando, el deseo de Paula, se había fundido con su propio deseo, de pronto tuvo miedo, que le sea imposible separarse de ella, una ves en el ascensor se abrazaron nuevamente, sus bocas se encontraron, pero fue un beso corto, el tiempo de planta baja al segundo piso, el tiempo, que pone fin a lo que deseamos, y, da comienzo a lo que queremos hacer con ese deseo. Paula abrió la puerta de su departamento y la hizo pasar, una vez dentro cerro, en el pasillo, sin caminar un paso más, comenzaron a besarse y desnudarse, fueron sacando con los dientes, con las manos, toda su ropa hasta quedar en corpiño y tanga, volaron estas y saltaron los senos, de pezones endurecidos, afloraron los sexos, deseosos de ser besados y acariciados, sus brazos se juntaron, sus cuerpos se perdieron confundidos en uno solo, y, los clítoris recibieron besos y caricias , interminables murmullos de amor, que provocaron en ellas, la dulzura de un orgasmo de a poco, muchas veces repetido, como el flujo y reflujo de las olas, mecidas por el viento, en un mar de aguas tranquilas y serenas. Se quedaron largo rato tiradas en la alfombra, juntas, pegadas al deseo, que no las quería soltar y pugnaba, por seguir prevaleciendo entre ellas.

--Veni Carla, vamos a mi dormitorio, a la cama, quiero que nos sigamos amando sobre mi lecho, quiero hacerte mía en el, sino esto no tiene sentido para mí, necesito saber que las dos, en mi cama y no en otro lugar, estamos juntas, y juntas espero que sigamos. Ahora por favor, ahora no digas nada, que solo tu boca me bese y tu lengua me acaricie, no digas nada amor, tendremos tiempo después, más tarde, de arreglar todo esto, solo en este momento quiero tu cuerpo, tu sexo, tu boca, tu culo, pero no tus objeciones , veni, mi cama nos espera y yo te necesito en ella.

Tomadas de los hombros, apretadas entre si, con sus manos, sintiendo la piel del ser amado y sus pies, volando hacia el deseo, atravesaron el living y terminaron, sobre un mullido y confortable lecho, que unió mas sus cuerpos, para que asi estuviesen juntas y el calor, fuese más intenso y las llamas de la pasión nunca apagadas, volvieran a renacer, en forma de besos y caricias, de bocas que recorren y muerden lo que encuentran, en dedos, convertidos en pequeños falos, que buscan acariciar allí, donde el placer es más intenso, de estremecerse y ser estremecida, de provocar gritos y contestar con entrecortados suspiros. Si Paula buscaba en su lecho, un segundo instante de inmenso gozo, lo estaba consiguiendo plenamente, Carla, rendida ante sus caricias, enloquecida de ansiedad, gozaba otro de sus tantos orgasmos, mientras Paula se dejaba caer sobre ella, sin fuerzas, pero contenta de haberla satisfecho, y, ella también de gozar esas caricias que había recibido, como nunca antes, de manos, boca y lengua de otra mujer. Se quedaron dormidas, en posiciones diferentes, en brazos enredados con piernas, en bocas descansando sobre un pezón, hermosos cuerpos jóvenes y desnudos, que sobre las blancas sabanas, daban la sensación de que Afrodita, era una realidad y estaba presente en ese cuarto. La noche paso y llegó el día, el alboroto de la calle se introdujo por la ventana y las despertó.

--Carla.
--¿Qué?
--No quiero que te vayas, necesito seguir con esta pasión que me domina.
--Paula, puedo engañar a mi pareja, pero a mi trabajo no, tomemos algo y voy para el banco.
--Te propongo un baño juntas, quiero tu cuerpo y el mío, quiero sentir tus manos, como me recorren, mientras el agua tibia, juega con tus dedos, la espuma de jabón forma esferas de aire, que se rompen y se rehacen, como nuestros deseos.
--Me gusta mucho el juego que propones Paula, además de gustarme me calienta. Pero tengo un problema.
--¿Cuál?
--No quisiera ir al banco con la misma ropa, podrían imaginar que pase la noche fuera de casa.
--No te preocupes, ese no es un problema, somos del mismo talle, la misma altura, en la cama, una arriba de la otra, nos damos cuenta que nuestros sexos, se encuentran ambos, en un mismo lugar y pueden besarse entre ellos, por lo tanto, en el placard tenes lo que ponerte, elegí lo que queres y quedaras hermosa, vamos a ducharnos.

Fueron a la ducha y retozaron en el agua, jugaron con ella,  gozaron entre ambas, tratando que sus cuerpos, fueran presas fáciles para sus caricias, sus bocas al encontrarse, sellaban con sus lenguas un nuevo amor, que era incontenible, tan intenso, que Pilar no existía más.

--Dejemos el agua Paula, se me va a hacer tarde.
--Como vos digas ¿Por qué tanto apuro? Te llevo en el auto, quédate tranquila, llegaremos a horario.
--Si es así esta bien, tenemos más tiempo, pero lo mismo mientras desayunamos, quisiera hablar de esta situación, que ha surgido entre nosotras.
--¿Que situación ha surgido entre nosotras? Carla ¿De que tenes que hablar? Ya vos decidiste sola lo que hacer.
--Que yo decidí que, Paula.
--Dejar a tu pareja Carla, me di cuenta, cuando por primera ves te desnude en el pasillo, y te bese en la boca, que ya eras mía, no podes separarte de mi lado, me quieres, entre a tu vida para quedarme, ambas nos necesitamos, porque encontramos la pareja perfecta, para satisfacer nuestros instintos, para descargar todos nuestros deseos y sentir, que el otro los acepta y devuelve, multiplicados, sobre nosotros, nos amamos Carla, vos y yo, ¡con una furia loca!, si queres mas allá de lo razonable, pero no te preocupes por esto, lo que te digo es cierto, hoy a la tarde en el café, terminaremos de hablar, vos ahí me dirás, en que momento hablaras con tu pareja, para dejarla, no, no me digas nada ahora, es tu decisión no la mía, esta noche volves aquí, a dormir conmigo, tu padre sigue gravemente enfermo y debes cuidarlo, amor, la realidad es esta, nos acabamos de conocer y nos amamos, como si fuera un amor de toda la vida, ya no puedes estar con otra mujer, que no sea yo.
--Es cierto Paula, no puedo dejarte, otras veces necesitaban de mi, hoy, por primera vez en mi vida, siento que te preciso, que no puedo separarme, que te metiste en mi vida y sos la única mujer, que la contiene y me colma de dicha, como yo quiero ser colmada.

Se besaron intensa y apasionadamente, porque eso es el amor, intensidad y pasión, de dos seres en pos de uno, unción del verbo tras el texto que nos contenga, la necesidad de ser uno en dos, cara y seca de un circulo, sin principio ni fin, eterno en el tiempo y concentrado en si mismo. Carla eligió ropa en el placard, se la probó, le quedaba como si fuera de ella, ya vestida y lista para salir, fue al encuentro de Paula, quien tenia el desayuno preparado para las dos, ella también estaba de riguroso sport, en condiciones de acompañarla.

--Desayunemos Carla y nos vamos, dejemos todo como esta, después yo vuelvo y arreglo, además es muy hermoso, ver nuestras ropas que teníamos anoche, todas tiradas en el pasillo, parece un campo de batalla del amor, en el hemos peleado y ambas ganado, estoy contenta, muy contenta de haberte conocido, de que hallas sido mía, de que tu cuerpo me pertenezca, y ya no puedas dejarme, veni, bajemos a la cochera, te llevo al banco.

Pilar, llegó a la sala de médicos, y, se dispuso a atender a los pacientes, estaba inquieta, preocupada, por primera vez en más de dos años, había dormido sola, sin abrazar a Carla, por primera vez dudaba de ella, el padre ¿Quién era el padre? Jamás se lo escucho nombrar, todo eso sonaba a una excusa, ¿Pero excusa de que? Por lo pronto  -y eso era lo que más la enloquecía-  de pasar la noche afuera, lejos de ella, y si decidió pasar la noche lejos de ella, no cabía dudas, estaría en los brazos de otra mujer, la estaba engañando, pero si por otro lado, lo del maldito padre fuera cierto, ella la estaría prejuzgando y se convertía en una celosa idiota, dudando de su amor. Debía hacer algo para solucionar este dilema, que su cabeza había pergeñado, necesitaba verla, esperaba que hoy volviese a su casa, entonces, hablaría de todas sus dudas y mientras hablara, miraría su cara, sus ojos, en ellos se daría cuenta de todo el engaño, si lo hubo, estaría fotografiado en las pupilas de Carla, ella sabía, siempre lo había hecho, revelar ese tipo de fotos, más tarde cuando termine su turno, la llamaría al celular para encontrarse, sería mejor hablar en un café y no en la casa, en un lugar público, se vería mejor si miente o no, eso era lo único que le importaba en ese momento, si había otra mujer, si otra boca beso la boca de Carla, todo terminaría para ella, el amor de dos, es imposible compartir con tres, esto pensó, mientras estaba revisando las audiometrías del día anterior, alguien entró al gabinete, era Damian.

--Que tal Pilar, necesito la audiometría del paciente Gonzáles ¿La tenes lista?
--Espera que me fijo y te digo, si aquí esta, tómala es tuya.
--¿Tenes algún problema?
--Ninguno ¿Por qué?
--Porque tus ojos miran con dureza, porque el mohín de tu boca luce apretado, porque no sonreíste ni un instante, desde que me encuentro aquí.
--No sos un cómico para que me ria si estas aquí, tampoco sos mi sicólogo personal, para que te cuente lo que me pasa ¿!Que te dije yo!?
--Que no tenías ningún problema.
--¿Entonces? Debes tomar las cosas como te las digo, no tengo problemas, si los tuviera te diría, si tengo problemas, ¿Eso es todo no?
--Siempre tu lógica es superior a la mía, otra vez más tenes razón Pilar, otra vez más discúlpame Pilar, soy un entrometido, que no debo preguntarte nada.
--¡Ahí esta! Por primera vez tu lógica se acerco a la mía, eso es lo que pienso, no debes preguntarme nada, ¿De acuerdo?
--Correcto, totalmente, chau.

Se quedó trabajando, todo el día trabajando frente a la cabina  de audio, hablando palabras en vos baja, cuando su deseo hubiera sido gritar, accionando distintos sonidos más agudos, más graves, cuando el único sonido, que le hubiera gustado escuchar, era el silencio, el profundo silencio, que la llevara a su interior y la hiciera pensar ¿Que estaba pasando con Carla?  ¿Qué iría a suceder con ambas? De pronto su celular llamó.

--¿Pilar?
--Si Carla amor ¿Como estas?,  ¿Como esta tu padre? ¿Tuviste algún problema? Te iba a llamar más tarde, para que nos encontremos antes de ir a casa, pero me ganaste de mano.
--Pilar mi vida, te llamo precisamente para decirte que mi padre, tiene una enfermedad terminal, su estado se agravó mucho, hoy tampoco puedo ir a casa a estar con vos, a dormir abrazadas como siempre, continuamente pienso en vos mi amor, pero perdóname, debo volver al conurbano al lado de él, mañana te hablo.
--Mañana es un tiempo muy largo Carla, demasiado largo para las dos, quiero verte hoy, a la salida del banco y hablar, mirarte a los ojos, necesito que me digas que esta pasando, tu padre puede esperar media hora, una hora, mi corazón no.
--Pilar es imposible lo que me pides, un hermano de mi padre, viene a buscarme a la salida del banco, no puedo hacerlo esperar, viene de muy lejos créeme,  todo esta bien, lo principal que te amo mucho y te extraño más, se comprensiva, tolérame, mañana espero tener todo el tiempo, para hablar con vos.
--¿Para hablar conmigo? ¿Y para volver a casa que tiempo te queda, Carla?
--El de siempre, el de toda la vida, mañana te llamo, chau amor.
--Esta bien, si así lo deseas así será, chau amor, pero te repito, no me gusta esto que esta pasando entre nosotras, ¿Será tu padre o habrá otra persona?
--¡Por favor Pilar! Que estas diciendo, es mi padre, tené confianza en mi, te amo mucho para hacerte una chanchada, no empieces a tener celos, no trates de copiarme, la celosa en nuestra pareja soy yo, de nuevo, chau amor.
--Lo repito de tus labios, chau amor.

Ambos celulares se quedaron mudos, el diálogo a la distancia concluyo, pero no así los pensamientos, los de Pilar siguieron funcionando, en pos de un solo deseo, hablar con Carla, ya más que una duda, sentía una certeza, la única persona que se la podía confirmar, era ella, por lo tanto decidió pedir permiso y retirarse un rato antes, en la puerta del banco, además del hermano del padre de Carla, también la estaría esperando ella, y no se iría a ningún lado, hasta que le explique lo que quería saber.
Como tantas otras tardes de su vida, Carla se acerco a la puerta principal del banco, el ordenanza le abrió, un chorro de luz solar entró de la calle, por un segundo esto la encegueció, cuando sus ojos se acomodaron a la luz de la calle, lo primero que vio fue a Pilar, a pocos pasos, que la estaba esperando.

--Pilar amor ¿Qué haces acá? No te dije que el hermano de mi padre, viene a buscarme de afuera lejos, no puedo ir con vos a ningún lado.
--Que hermano de tu padre ni ocho cuartos, aquí la única estúpida que te espera soy yo, Carla, no hay nadie más, ¡ves! Solo yo, y porque estoy acá, te pido de buenas o malas maneras, como a vos más te guste, que vayamos a un café, nos sentemos  en una mesa y hablemos, de lo que esta pasando con vos.
--¿Adonde queres ir?
--Cerca de aquí, no quiero perder tiempo, vamos al Claris.
--Lo que vos digas Pilar, vamos.

Caminaron juntas la cuadra que las separaba del café, Pilar noto que Carla se sentía perdida, estaba dispuesta a hablar, pero el sinceramiento de ella, la perjudicaría totalmente, e iría a destrozar su corazón, entraron al lugar y se ubicaron en una mesa.

--¿Qué queres tomar Carla?
--Cualquier cosa, lo que vos tomes.
--Dos cortados por favor. Antes de empezar, o quizás estemos arrancando por el final, mírame a los ojos, quiero hacerte una pregunta ¿De quien es esa ropa que llevas puesta? ¿En donde dejaste la que tenias, cuando saliste de casa Carla? Es lo mínimo que debo preguntar.
--Esta ropa que tengo puesta Pilar, esta ropa que llevo en mi cuerpo, es el envoltorio del nuevo amor que me domina, no se que paso conmigo, pero de pronto, inesperadamente una mujer, otra que no eras vos, apareció en mi vida y me despertó, los más profundos deseos del amor, me sentí enloquecer, no pude decir que no, me entregue a ella de cuerpo y alma, de pies y de cabeza, tanto es así, tan grande es este amor que me domina, que te mentí, me anime a no decirte la verdad, a vos que te quise tanto, no dude en destrozar tu corazón por salvar el mío, no dude en engañarte  -de que otra forma hubiera podido huir de tus brazos-  para caer en los de ella, para que me apreté y me deshaga, estoy dispuesta a que me mate si lo quiere, de la misma manera, estoy dispuesta a seguirla donde me lleve, Pilar, se que te hago sufrir, se que te destrozo el alma, porque nos quisimos mucho, pero no puedo seguir con vos, ya no te quiero, solo siento que ella, la mujer que no conoces, se apodero de mi para siempre, soy suya, le pertenezco y por lo tanto, siento que ya no me perteneces Pilar, no me anime a ser franca con vos es cierto, fui cobarde, tuve miedo de herirte de lastimarte, pero ahora lo estoy haciendo y ya no temo, ahora que te dije mi verdad, que destroce tu corazón, enloquecí tu alma, te sumí en la soledad más absoluta, que produce una separación, mucho más como la nuestra, en donde hubo tanto amor, te repito ahora no tengo miedo ¿sabes porque? Porque esta noche, cuando desnudas las dos ella me pregunte, ¿la dejaste? podré decirle mirándola a los ojos, ¡si la deje!, ahora y para siempre soy absolutamente tuya, ¿Entendes Pilar lo que me pasa? ¿Comprendes lo que te digo? No te pido que me perdones no, no quiero tu perdón, solo una cosa quiero, que me olvides, que me arranques de tu cabeza de una vez y para siempre.
--Tenes razón Carla, aunque me lo pidas, no puedo perdonarte, porque pisoteaste con tu pasión egoísta y alterada, mas de dos años de nuestra hermosa vida en común, porque tiraste por la borda y de una sola ves, como un bulto inservible, todos los hermosos momentos que pasamos juntas, no pusiste nada en la balanza de nuestra relación, no me tuviste en cuenta como tu compañera, la mujer que durante un tiempo de tu vida, compartió tu lecho y amo tu cuerpo, extrajo de el los bellos orgasmos que tuviste, solo te importo otra y la manera que te hacia gozar, lo nuevo, lo desconocido, eso que no tenes tiempo de valorar, te atrajo más y me cambiaste, tal vez por una lengua diferente, por un monte de Venus más agudo, por dedos algo más ágiles que los míos, tal vez, por un ser más arrebatado, esta bien, no caben dudas son gustos, los tuyos, pero los tuyos destrozaron los míos, salvajemente y a tu sola decisión, me dejaste sin tu sexo ni tu boca, nunca más nuestras lenguas, buscaran el orgasmo, que hubiéramos querido tener, todo termino entre nosotras Carla y me duele mucho, y me dolerá más, pero no voy a arrancarte de mi cabeza, como me pides, has sido una parte de mi vida y no puedo negarte, fuiste un gran amor para mi Carla, llegue a decir de vos, que te ame como no hube amado nunca, ese sentimiento no debo arrancarlo, seria una estupidez, seria como arrancar un pedazo de mi historia en este mundo, eso no lo debo hacer, lo que si debo hacer, es ubicarte dentro de mi alma como un recuerdo más, como una foto, que vuelve, cuando me es necesario recordar mi pasado, chau Carla, ya hemos hablado lo suficiente, ya nos hemos dicho todo lo que nos teníamos que decir, te quise mucho, te ame hasta demasiado para mis fuerzas, pero hoy, a partir de hoy ya no te amo, se acabo todo entre nosotras Carla, vos me pediste que te saque de mi cabeza, yo te pido algo más humano y real, no nos veamos nunca pero nunca más, para bien de las dos, chau, paga el café, la que hiciste el gasto fuiste vos.
--Pilar por favor, quiero decirte algo mas mundano y fuera de todo esto, te doy la dirección donde vivo, ¿me mandas mis cosas?
--No Carla, no quiero tener ninguna dirección tuya, te las empaqueto y se las dejo al portero, cuando te avise, pasa a buscarlas, espero que sea en horas que yo estoy trabajando.

Al otro día Pilar decidió no ir a trabajar, llamo y se tomo el día femenino, el dolor y la bronca, a ratos la tristeza, le impedían estar tranquila con ella misma, aprovecho, al quedarse todo el día en casa, para arreglar sus cosas, pidió en el Super unas cajas de cartón, acomodo todo lo que era de Carla y se las dejo al portero, ya al terminar con eso, le dio la sensación, que había terminado totalmente con Carla, concluido de alejarla de su vida, para siempre, arreglo su departamento, salio, e hizo algunas compras para tener comida ¿En que se equivoco, para que Carla la dejara de esa forma? Recién ahora, se daba cuenta de lo inestable, que había sido el carácter de Carla ¿Quizás ahí estaba uno de los problemas, que no supo valorar? Pero no importaba nada, ya el mal había sido hecho, solo le restaba ser fuerte, tratar de superarlo de la mejor manera posible, hay más mujeres en el mundo, y Carla, no sería la última en su vida, mientras así pensaba, de pronto sonó el portero eléctrico.

¿Quién es?
--Damian, quiero verte, estoy preocupado porque hoy faltaste al trabajo.
--¡Y a vos eso que te importa! Ya te dije que nada de mi vida, debe interesarte.
--De tu vida no, pero de tu salud si  ¿Te pasa algo? ¿Puedo subir a tu departamento?
--A mi departamento no sube ningún hombre.
--Perfecto, entonces baja vos, aquí cerca hay un bar, que no tiene problemas en recibir hombres con mujeres, o mujeres con hombres, podemos charlar un rato en el, tomar un café, ¡señora lesbiana! no le estoy pidiendo que se acueste conmigo, simplemente un café, se quemara sus hermosos labios, con un pocillo, no con los míos, quédese tranquila, si de algo te calma, te informo que tengo un bloqueador sexual en el bolsillo, lo tomo y listo.
--¡Tómatelo y ándate! ¡Me tenes podrida Damian! Quiero estar sola, ¿porque oscura razón de tu pensamiento, se te ocurre que quiero hablar con vos?
--Por la oscura razón de mi ignorancia, soy un ignorante de tus sentimientos, de lo que te esta pasando, apenas te conozco Pilar, es ese poco conocimiento tuyo, el que me pide saber más de vos, bloqueador mediante, te invito nuevamente a tomar un café, no te estoy invitando a la cama, ni a que me beses ¿Tanto te cuesta estar un rato a mi lado, separada por una mesa? ¡Por favor Pilar! Te propongo buscar la mesa más larga del lugar, sentarnos uno frente al otro, en los extremos de la misma, ¿Aceptas Pilar? ¿Qué decís?
--Digo que sos un pesado, digo que me pago el café, porque no quiero nada de los hombres, digo que bajo, porque solo quiero saber, cual es el verso que  preparaste para esta ocasión, por ahí me río un poco, tal vez seas divertido y eso me haga bien.
--¡Por fin Pilar! Que dura sos, métele te espero.

Un rato después Pilar bajo, tenia mocasines , yin, camisa blanca y el pelo recogido sobre la nuca, uno no podía decir otra cosa que no sea, que estaba preciosa, Damian opino lo mismo de inmediato, pero no se lo dijo, temió espantarla de su lado , estaba decidido en su conversación, a ser lo más asexuado posible, no quería líos, solo quería estar un poco con ella, que se sienta cómoda y nada más, el era un corredor de largo aliento, siempre le gustaron las maratones, no correr en cien o doscientos metros, eso trataba de aplicarlo en su vida, caminaron juntos unas cuadras y llegaron al bar, se sentaron en una mesa, ni la más larga ni la más corta y pidieron dos gaseosas, era un final de día, con bastante calor.

--¿A que me trajiste aquí Damian?
--No te traje vinimos.
--Esta bien, vinimos, pero una ves que aquí estamos, te pregunto ¿Qué queres de mi? ¿Qué estas maquinando en tu cabeza, que necesitas provocar una cita en un café, para hablarme? Lo podrías haber hecho mañana, en el hospital.
--No estoy maquinando nada, solo que cuando supe que habías faltado al trabajo, me preocupe por saber si te pasaba algo, vine a verte, eso es todo, algo si se quiere, correspondiente al ámbito social, no se te vaya a ocurrir entender, ámbito sexual
--¡No te hagas el chistoso conmigo Damian! ¡No me gusta!
--Tenes razón, perdona, ¿Sabes porque te traje acá? Porque de golpe se me ocurrió una pregunta, una pregunta posible de que haya sucedido.
--¿Cuál?
--No me contestas, como me contestaste aquel día en tu gabinete, que puedes responder cualquier pregunta.
--No estoy para palabras sin sentido ¿Cuál Damian?
--¿Te separaste de tu pareja?
--¡no te importa!
--¿Te separaste de tu pareja?
--¡No te importa!
--¿Te separaste de tu pareja?
--¡Si! No te importa.
--¡No!, me importa y mucho Pilar, te veía triste y alterada, necesitaba saber el porque.
--¿Y ahora que lo sabes, en que cambia todo para vos y para mi?
--Para vos, que yo se lo que te pasa, y para mi, que comprendo tu dolor y quiero ayudarte, para los dos, que no me huyas mas Pilar, tengo un pene, soy un hombre, pero eso es culpa de la naturaleza, no mía, quiero estar a tu lado, nada más que eso, verte así, como estas sentada ahora, frente mío, oír tu vos, no tus reproches, ver tus ojos, no tu nuca Pilar, salvando las distancias, ambos atravesamos situaciones parecidas, tu alma con toda razón, esta desconsolada porque sufre la traición, del abandono imprevisto, certero, sin merecerlo, habiendo querido tanto, como vos quisiste, mi corazón, sufre tu rechazo Pilar, tu altivez, tu desprecio, tu lejanía, tu ignorancia total de que te amo, estamos los dos en el mismo tren y también están, las consecuencias de los que nos pasa, en nombre de esas circunstancias, propias del momento que nos toca vivir, te pido Pilar, que no te alejes de mi, no quiero decirte te necesito, pero pienso que ambos deberíamos estar juntos, para que podes preguntarte.
--Eso Damian ¿Para que?
--Dame la oportunidad de ganarte el corazón, haz lo que quieras con tu vida, pero no me impidas que este cerca de tuyo.
--¿Te harías travesti para ello?
--Si lo queres, me haría travesti para ello, si me pides que no te toque, que no te bese, que no te hable de mi amor, no lo haré, pero no me digas que te deje, que me vaya de tu lado, eso va más aya de mis fuerzas y no puedo acerté caso.
--No me hagas caso, si te digo que me dejes, que te vayas de mi lado, pero háceme caso en todo lo demás, no se que buscas en mi, o que encontraste en mi, habiendo tantas mujeres cerca de vos, tantas, menos complicadas que yo, pero es cierto, muchas veces los designios del amor son inexplicables, y este, no será una excepción más a la regla, estoy fuera de tu circuito Damian, ya te dije mil veces, que me gustan las mujeres, ya lo sabes y hoy sufro, por una que me dejo, y vos insistís con tu amor ¡Me pones loca! No se que decirte para que me olvides, no se porque caray te enamoraste justo de mi, una lesbiana, una mujer, que no puede devolverte un beso, que se niega a ser penetrada por tu sexo, que siempre huirá de tus caricias, que siempre sus deseos, serán opuestos a los tuyos, ¿Sos masoquista Damian, como yo lesbiana? Debes serlo, sino de otra manera no me explico, como queres estar al lado mío, pero esta bien, en nombre de ese tu masoquismo, te acepto, no sueñes con cambiarme, no lo conseguirás nunca, aunque se que en el fondo de tu corazón, crees que si , por eso me propones este juego, allá vos con tus sentimientos, yo no soy quien para juzgarlos, pero queres que te adelante lo que va a pasar, un día te cansaras y me dejaras Damian, un día, llegara otra mujer, que tome tu sexo, muerda tu boca y vaya con vos a la cama, entonces ese día, igual que Carla, te olvidaras de mi, la gran diferencia con ella, que cuando eso ocurra, no te guardare rencor, es más, estaré contenta porque me dejaste, porque vas a hacer lo que siempre debiste hacer, salir con una mujer, todo eso si en el ínterin, no se me cruza un nuevo amor, otra mujer que me enloquezca, entonces Damian, estarás perdido y yo habré vuelto a mi vida normal, ahora ¡basta de charla!  Llévame a casa, quiero dormir, mañana te prometo estar en el hospital, como siempre, haciendo tus audiometrías, viendo que capacidad de oír tiene la gente, no sabiendo que necesidad de que me escuchen, tengo yo, vamos Damian, es tarde, yo pago lo mío, vos lo tuyo, caminamos unas cuadras y te vas, quiero estar sola, mañana será otro día y me dirás buen día, cuando me veas, yo te diré, que tal Damian como fue todo, vamos, quiero dormir.

Salieron y Damian la dejo en su casa, el mismo fue en busca de la suya. La amistad, entre un hombre y una mujer, no es el amor, pero tal vez es, lo que más se le parece, que los diferencia, un beso imprevisto, una caricia, sobre un pelo de mujer o la espalda de un hombre, dos miradas, que de pronto se ven de otra manera y asoma en ellas, un fuego extraño, que quizás preanuncia el comienzo, de otro sentimiento diferente, todo ello puede ser causa, según las circunstancias, que en el encuentro de dos seres, que eran amigos, aparezca de improviso el amor.  Pasaron varios meses, de la última conversación que tuvieran, Pilar y Damian, aquella en que ella tolero, o permitió, que el estuviera a su lado, a riesgo suyo y sin molestarla, el tiempo paso, como dijimos, ambos continuaron trabajando en el hospital, el trató de estar cerca de ella, lo más posible, y la amistad entre ambos se consolido, eran amigos de verse todos los días, de ir a un café, a la salida del trabajo, para charlar de sus cosas, después, el siempre la acompañaba a su casa, allí se separaban hasta el otro día, donde volverían a encontrarse en el hospital, Pilar se sentía contenta, ya no expresaba tanto rechazo hacia Damian, ¿Por qué no? Lo tomaba casi como una amiga, un compinche necesario, para no estar sola en la vida, para verse acompañada y comprendida, la herida de amor que le produjera Carla, se fue diluyendo, cicatrizándose, el deseo de tener otra pareja femenina, la tenia sin cuidado, de nuevo estaba organizando su vida y era amiga de Damian, que estaba a su lado y la quería, no sabia porque, si ella no hacia nada para ello, pero lo cierto que la quería, mas allá de todo, incluso de su indiferencia, con este bagaje de cosas a su favor, un viernes como tantos otros, a la tarde, al salir del trabajo, fueron con Damian a un café a charlar. 

--Damian.
--¿Qué Pilar?
--Estuve pensando en estos últimos días y estoy pensando ahora, que difícil que eres para mi, no siendo mujer, no se como abordarte sentimentalmente, no se, porque nunca lo hice, encarar a un hombre, no se que debo hacer, si te quiero, pero cosa extraña, estoy segura de que hacer, si te odio, tal vez odiemos con la misma intensidad, a un hombre como a una mujer, y con el amor sea diferente, si con el amor es diferente, yo que ame a  mujeres y a ningún hombre, te pregunto ¿Qué debo hacer, si por casualidad amara a alguno?
--Si por casualidad queres a un hombre, qué deberías hacer, algo muy simple, decírselo.
--No es simple para mi Damian, es lo más complicado de mi vida, es dejar de ser yo misma y pasar a ser, otra persona, en el momento que mi boca, le dijera a un hombre mirándolo a los ojos ¡Te quiero! Estaría dejando atrás, muchos ojos iguales a los míos, a quienes eran los únicos que miraba, para los cuales me resultaba muy fácil, declararles mi amor, porque formaban parte de un rostro de mujer, lo que te estoy diciendo, es otra cosa Damian, en ese te quiero, iría implícito el fin de mi pasado, en ese te quiero, frente a los ojos de un hombre, juego mi futuro de mujer, y no se si no se, o no se, si puedo decirlo, esa es mi duda Damian.
--Las dos cosas son una y la misma Pilar, si no sabes no puedes decirlo, no juegues tu destino de mujer, si no estas segura de lo que haces, en lo profundo de tu corazón, en el fondo de tu alma, solo allí, esta la respuesta, yo no la tengo, pero trata de encontrarla dentro tuyo, si un día quieres a un hombre, los ojos de el te serán gratos, en su mirada veras tu mirada, si tu boca le dice a esos ojos, te quiero, se lo estará diciendo a la persona, a la cual le entregaste tu amor, ¿Tanto te cuesta mirarme? ¿Tanto te cuesta reconocer, que me puedes amar, que tengo alma y corazón que son tuyos? No son mis ojos, los ojos que vos miras, son los que te ven, los que te saben hermosa, los que le dicen a mi mente, que debo quererte, porque sos la mujer, que siempre soñé tener, como compañera de mi vida, esos Pilar, son los ojos de un hombre, a los que te cuesta mirar y decirles te quiero, es cierto, tenes razón en eso también, son los ojos que cambiaran el destino de tu vida.
--Hoy por hoy, no se cual es el destino de mi vida Damian, porque vos te metiste en ella, y lo complicaste todo, diste vuelta sus gustos, cambiaste sus deseos, ella, mi vida, te reclama que la dejes en paz, que la ayudes a comprender que esta pasando, que le permitas hacer lo que desea y quiere, lo que le cuesta y necesita.
--Yo a vos, no a tu vida, te permito hacer lo que deseas y quieres, lo que te cuesta y necesitas, solo te pido, que lo hagas, cuando te encuentres segura de ello, cuando tu corazón te diga, este es el momento y no importa, como te salga, lo único que importa, que estés convencida que lo queres hacer.
--Estoy convencida que lo quiero hacer, Vamos Damian, es tarde, llévame a casa.

Tomaron el colectivo de siempre, una media hora más tarde, estaban frente al departamento de ella.

--Bueno Pilar, te dejo, mañana nos vemos en audi.
--Damian
--¿Qué?
--No me lo hagas complicado, subí conmigo.

Lo tomo de la mano y noto, se dio cuenta, que esa no era la mano, que enlazara tantas veces con sus dedos, para hacer el amor, que esa piel, no correspondía a la que acariciara siempre, que la fuerza que sentía la apretaba, actuaba diferente de otras fuerzas, que la acompañaron, rumbo al lecho y a la dicha, pero lo que le parecía igual, tan igual, como todas las veces que le toco amar, era su amor, ella lo amaba sin distinción alguna, más halla de su sexo, o su condición de hombre, iba a entregarse por amor, como en los momentos más felices de su vida, lo había hecho. Sin hablar, sin decir una palabra, porque así lo habían querido ambos, llegaron al departamento, Pilar abrió e hizo pasar a Damian, fueron hacia el living, una vez ahí le dijo lo siguiente, porque la mujer es la que habla primero.

--Damian, si fueras una mujer, en este momento te estaría desnudando, llenándote de besos, no lo puedo hacer, sos un hombre, por lo tanto desnúdate solo, acá, en el baño, donde se te ocurra, yo mientras tanto voy al dormitorio, me saco toda la ropas y me acuesto, allí te espero, entre las sabanas seré tuya, pero ni se te ocurra prender la luz, que no quiero verte, solo quiero sentirte, abrazarte y si puedo, besarte, no me llama tu cuerpo desnudo, solo me interesas vos, como sentimiento, como deseo para calmar mi deseo, como vaso para llenarlo, con las ansias del amor, que quiero darte, Damian, como vos lo quisiste, como yo hoy lo quiero, me penetraras amor, con tu sexo, que mi cuerpo siempre a rechazado , desde ese momento, podré mirarte a los ojos, esos ojos de hombre que posees y decirte, te quiero, te quiero amor, por eso hago lo que hago, por eso entierro mi pasado y abro, mi porvenir, por eso espero no fallarte y que ninguna mujer, se cruce en mi camino.