La vieja venía a visitar a la vieja y como ambas eran sordas, la que
llegaba golpeaba alocadamente la antigua puerta de chapa, para llamar la
atención de la que estaba adentro y estos golpes, huían por el barrio
introduciéndose en todas las casas y alterando todos los ánimos. A mí y a
Raquel, el sonido de chapa golpeada siempre nos encontraba cogiendo en la casa
de ella, a la misma hora de los días que nos juntábamos para eso, simplemente
para coger y cosa rara, todas las veces -como si ella estaría esperando ese
momento- su orgasmo aparecía con los golpes de la vieja sobre la antigua puerta
de chapa después, los golpes cambiaban de frecuencia y de pronto, el silencio
absoluto nos hacía saber que todo había terminado y yo también, junto con
Raquel.
martes, 25 de septiembre de 2012
UN PROFESIONAL
Si había un lugar que le gustaba en la ciudad era ese, la cortada entre Corrientes y Callao a la altura de Rio Bamba, convertida en peatonal.
Sobre todo los días de calor, cuando sentado en las mesas de la vereda de algún
boliche, se quedaba mirando pasar a la gente de un lado para otro, como peces
de un inmenso mar desconocido, eso representaba para el dicho lugar, un inmenso
mar lleno de gente peces, a los cuales miraba pasar dejándolos seguir sin
decirles nada, como buzo de las profundidades azules de un océano, extasiado
por las distintas especies que habitaban el mismo. Le habían explicado, más
bien le habían contado con mapas y lujo de detalles, que ella hoy estaría sola
en la oficina, sola en un edificio casi vacío, porque era viernes por la tarde
y se avecinaba un fin de semana largo y si ella estaba sola, el debía matarla,
aprovecharse de esa situación única e irrepetible, trabajo fácil le habían
dicho una vez más, te está esperando porque cree que venís a ofrecerle un
negocio, entras, matas y te vas, fácil le volvieron a decir ¿Con cuanto me
quedo yo?
Preguntó por preguntar, porque si
¿Como si le importara poco o mucho la plata? No, a él le gustaba el riesgo,
llevar adelante el trabajo para el cual había sido contratado y demostrar una
vez más, que su apodo el profe, le estaba bien puesto, porque no cabía dudas
que era un profesional, prolijo, contundente y sin dejar huellas de sus actos,
así era. De cualquier forma escuchó que le decían diez mil y respondió acepto,
denlo por hecho este viernes, el padrón femenino pierde un votante y hoy, por
todo esto estaba allí, sentado a la mesa en la vereda del boliche, justo al
lado del edificio de oficinas solitario, dispuesto a cumplir con el trabajo por
el cual fuera contratado. Por un instante más, dejó que sus ojos recorrieran la
calle peatonal, el mar por el cual un montón de gente huía hacia el fin de
semana largo, después se concentró en sí mismo y empezó a repasar todo el plan
de nuevo paso a paso como debía ser, era necesario que nada fallara. Volvió sus
ojos por enésima vez a la puerta de entrada del edificio, pero ahora con un
cambio en su actitud, se levantó y fue hacia ella, frente al tablero indicador
marcó el séptimo A, una voz metálica atravesó el mismo
--¿Si?
--¿Señorita Julia?
--Si ¿Quién es?
--Soy Gutiérrez de la inmobiliaria IBC tengo una cita con usted, tal
como quedara acordado en la conversación que tuvo con nosotros hace unos días.
--A sí…lo estaba esperando pero aguarde un segundo, es mejor que yo baje
y hablemos en un café, hoy es viernes sabe y toda la gente ya se va, esto está
muy solo.
--Si lo sé pero habíamos quedado en su oficina.
--Que importancia tiene eso, lo que tenemos que hablar podemos hablarlo
aquí o en un café.
--¡Que macana!
--¿Qué dijo?
--No que macana que usted se moleste de esta manera, cuando habría sido
mejor que yo suba a verla.
--No, no es ninguna molestia, imagínese que ya hace ocho horas que estoy
aquí dentro, para mi salir va a ser un placer, espere que ya bajo.
--Bueno la espero, tómese su tiempo yo no tengo apuro, total ahora ya no
tengo nada que hacer.
--Gracias ya bajo ¿Cuál es su nombre?
--Octavio, la espero.
Que cagada y ahora ¿Donde la mato?
¿En qué lugar le pego un tiro y la dejo patas para arriba? ¿En un café?
Imposible que la mate en un café de esta cuadra peatonal, para mi seria
arruinar el paisaje que tanto quiero y además, un tiro en presencia de mucha
gente sería un desastre, la verdad no sé qué hacer esto cambia todos mis
planes.
--¿Octavio?
Se dio vuelta en dirección a la entrada del edificio y allí parada
estaba ella. Morocha, joven, simpática linda hasta si se quiere, hasta si uno
no pensaría que la debe matar por contrato, por obligación de haber aceptado
hacerlo y porque cobro por ello, se daría el gusto como no de apreciar su
belleza, pero entendió rápidamente que no era momento para eso y se acerco a
ella.
--Si Octavio ¿Usted debe ser Julia verdad?
--Si soy Julia que suerte que decidí bajar e ir a charla a un café.
--Si tuvo mucha suerte.
--Si Octavio, lo digo porque la tarde es preciosa y la peatonal con este
calorcito y tanta gente esta hermosa.
--Si demasiada gente para lo que quiero hacer.
--¿Cómo dice?
--No, digo que mucha gente para tratar de negocios, mejor tal vez
hubiera sido en su oficina ¿No le parece que?...
--Nada, nada, arriba no vuelvo ¡Ni loca! No se preocupe en este barcito
de al lado del edificio, estaremos tranquilos y podremos hablar, venga
acompáñeme todos me conocen aquí…
Ella se dirigió al bar y el la siguió, maldiciendo su suerte, ya no solo
le era imposible cumplir su trabajo en la soledad de la oficina, sino que lo
llevaba a un boliche donde ella era conocida y el mismo también, porque había
estado un rato antes mientras hacía tiempo tomando un café, mala leche pensó,
mejor seguirle el juego y esperar una oportunidad. En función de ello la siguió
dócilmente adentro del boliche y en el lugar que ella eligiera para estar, una vez
sentados a la mesa y que hubieran pedido lo que ambos estaban tomando se
miraron, se estudiaron un instante y la primera que habló fue ella.
--Octavio somos dos desconocidos que nos presentó el portero eléctrico.
--Tal cual, pero usted estará de acuerdo conmigo que previo a esto, hubo
una llamada telefónica de mi compañía y una propuesta que usted aceptó discutir,
o al menos dijo que le interesaba.
--Exacto, pero vamos por partes, primero dejemos el usted y mejor nos
tuteamos, ambos somos jóvenes y de la misma edad más o menos.
--De acuerdo que más se te ocurre para esta charla.
--Tomar el vermut con esta picada mientras hablamos y empezar a
preguntar algunas dudas, que tengo sobre la operación comercial que me
proponen.
--De acuerdo adelante.
En ese momento Octavio quiso matarla allí mismo, sobre las papas fritas
y los maníes, porque en realidad muy poco sabía del negocio que le habían
ofrecido y menos para encarar una conversación sobre el particular pero se
contuvo, a duras penas pero se contuvo, pese a que por un momento llegó a
acariciar la culata de nácar blanca de su cuarenta y cinco color caramelo,
escuchó la vos de ella que le preguntaba…
--¿Habiendo tantos escribanos, porque me eligieron a mí para este
emprendimiento inmobiliario?
Estuvo a punto de contestarle, porque trabajas para Antonelo y
decidieron matarte porque sin vos, la organización de él no podría seguir
operando, pero en cambio respondió.
--A nuestra empresa llegaron referencias muy positivas de vos y valoradas
con la de otros profesionales, decidieron que eras la persona indicada para
este proyecto.
--Es un halago para mi entonces la confianza que ustedes depositaron en
mi persona ¿Qué comisión voy a cobrar por este trabajo?
--La que se estila en plaza.
--No Octavio, quiero un punto más.
Octavio sacó su libretita roja donde tenía anotado todo el plan para
matarla y empezó a escribir algo en ella.
--¿Qué escribís?
--Mira yo no decido, decide la junta de accionistas, todo lo que vos me
pidas o digas, lo anoto en esta libretita roja porque soy medio frágil de
memoria, después lo trasmito y te informo al respecto y te doy el ok.
--Pensé que vos me ibas a dar el ok definitivo.
--Eso pensé yo también, pero me cambiaste todo y no puedo -dijo mientras
acariciaba la culata de nácar-
--¿Cómo te cambie todo?
--Quiero decir, pensé que ya tenias todo resuelto…no había dudas en vos,
iba a ser más fácil pero bueno… es como es.
--Va a ser fácil Octavio no te preocupes.
--¡Ojala!
--Lo que solo quiero cerrar son pequeños detalles, otro que se me ocurre
¿Cuál va a ser el porcentaje blanco del negocio?
--En todos los casos Julia el sesenta por ciento.
--¿Cuándo crees que empezaré con las primeras escrituras?
--Mira esto se vende desde el pozo y como sabes es una manzana completa
con siete torres así que calcula de aquí a noventa días, porque ya
prácticamente empiezan con la excavación.
--Bueno muy bien de acuerdo, acepto el trabajo, si me reconocen ese
punto.
--O sea que de los honorarios te quedas con el cincuenta por ciento más
un punto que sería algo así como el sesenta y cinco por ciento ¿No?
--Si, así es.
Octavio volvió a sacar su libretita roja y escribió o hizo que escribía
mientras leía, mátala en su oficina. ¿Sos meticuloso Octavio?
--Trato, pero a veces no me dejan.
--¿Quiénes?
--Mis victimas.
--¿Tus victimas? ¿Qué victimas?
--No es un decir, las llamo
victimas a aquellas personas que tienen que soportar mis obsesiones.
--¿Sos muy obsesivo?
--Sabes Julia, más que obsesivo soy bien meticuloso, cuando me trazo un
plan quiero cumplirlo.
--Ya entiendo y si algo te sale mal.
--¡Me vuelvo loco!
--Tal cual, a veces a mí también me pasa algo parecido.
--¿A vos también?
--Si.
--¿Entonces podrás comprenderme?
--Por supuesto que te comprendo.
--¿Seguro Julia?
--Pero como que no a ver ¿En qué tengo que comprenderte?
--Te cuento, mira es una situación estúpida, si queres infantil, pero a
veces esas circunstancias tan estúpidas e infantiles cuando se te presentan,
son las que más te joden.
--Seguro a mi me ocurre algo parecido pero de nuevo ¿En qué debo
comprenderte Octavio, contame?
--Fíjate resulta que vine con toda la intención de tener una entrevista
con vos en la oficina, sentados escritorio por medio, valorando tu despacho y
las condiciones ambientales con las que se van a encontrar nuestros futuros
clientes y no se me dio porque vos, justo en vez de hacerme subir decidiste
bajar para entrevistarte en un café conmigo, en vez de cómo habíamos quedado la
entrevista sea en la oficina.
--¿Y esa pavada te vuelve loco?
--Esa pavada.
--Mira me caíste simpático y hoy estoy contenta, la oficina como sabes está
al lado, paguemos y subamos, así te saco de tu locura.
--¡Paguemos! ¡Gracias Julia! ¡Gracias! Por comprender la ansiedad de un
tipo meticuloso.
--Comprendo porque yo también soy muy meticulosa.
Pagaron y se encaminaron a la oficina de ella que como dijo, estaba al
lado del boliche, fue Julia la que puso la llave en la puerta de entrada y
abriendo lo hizo pasar, prendió la luz del hall y lo invito a subir al pequeño
ascensor para dos personas, de paredes de chapa de acero y doble puerta del
mismo material, frente a ellos un largo espejo los mostraba tal cual eran,
mientras a la vez reflejaba cada puerta que iba dejando atrás en su ascensión,
cuando llegaron a la séptima se paró y ellos dos bajaron, el abrió la puerta
del ascensor y ella su oficina, entraron…
--Octavio voy a prender la luz espera un segundo.
Cuando se dio vuelta lo vio sobre el marco de la puerta iluminado por la
luz del pasillo, en su mano derecha una pistola de culata resplandeciente se movió
hacia atrás, una, dos, tres veces y en cada movimiento ella sentía un dolor en
su cuerpo, el, meticuloso como siempre la dejo caer ya sin vida sobre la
alfombra, rápido se acerco y le retiró de sus manos las llaves que tenía, con
ellas cerró la oficina y tomo el estrecho ascensor para dos personas, ya en la
planta baja y a punto de salir, de un tirón arranco de su rostro el bigote y las
patillas postizas que llevaba, después abrió la puerta principal del edificio
que daba a la peatonal que tanto le gustaba, la cortada entre Corrientes y Callao a la altura de Rio Bamba, una vez en la vereda se sintió relajado y empezó a caminar
entre la gente, estaba tranquilo, como se lo propuso la había matado en la
oficina, seguía siendo un profesional.
lunes, 24 de septiembre de 2012
¿QUIEN PUEDE SABERLO?
--Tengo una luz prendida en esa costa.
--¿Qué costa?
--La costa que marca la felicidad en esta
vida.
--¿Porque no llegas a ella?
--Para llegar se debe ser hábil piloto,
afrontar infinidad de tempestades y no me da el carácter para ello.
--Si no te da el carácter, acepta y vive de la
manera que vos puedas, la felicidad es uno más de los tantos componentes de la
vida.
--¿Te parece?
--Estoy segura, siempre pienso, que una esta
condenada a vivir como pueda, el destino de su vida y llegar a la costa, es
aceptarse tal cual una es.
--¿Resignarse?
--No, comprender y comprenderse, buscar en el
día a día, mediante el trabajo diario de la vida, el lento camino hacia el
progreso personal.
--¿Si no ocurre así, si por ejemplo en el
diario vivir el cansancio te domina, padeces la soledad, porque la timidez es
tu compañera y el miedo, se aparece frenando el coraje necesario para toda
iniciativa? ¿De que forma entonces, se podría recorrer ese camino hacia el progreso?
¿O acaso supones que la normalidad es reina en esta vida?
--Voy a decirte algo, yo no padezco miedos, ni
timidez alguna me aparece, es más, los desafíos que la vida me presenta, son
para mi consecuencias de mi propia forma de ser y los mido y los resuelvo, de
la mejor manera que pueda hacerlo, pero sacando de ellos la enseñanza necesaria
para enriquecer mi personalidad.
--Por lo que cuentas, no dudo que estas bien
encaminada, hacia el lugar de la costa donde digo, que la felicidad espera, tu
nave esta adaptada al mar que ella navega y no habrá condición adversa, que le
impida llegar al puerto que desea.
--¿Así lo crees?
--Vienes de buenos padres, te han dado las
condiciones necesarias para el éxito, tu genes son maleables al medio en donde
vives y se adaptan, como sombra que se pega al camino nocturno de la vida, sin
inconveniente alguno, ante los problemas que esta le pone por delante.
--¿A vos ese camino te es esquivo?
--Diría intransitable, no tengo las
condiciones necesarias para recorrerlo, consecuencia de venir de una familia
que tampoco lo supo transitar, es raro pero a veces pienso, que el medio
ambiente creado por el ser humano para desarrollarse en el, cada vez responde
más, al desarrollo de minorías con características especiales y no a todos
aquellos que lo habitan y frecuentan, es como si la selección natural,
estuviera siendo manipulada por quienes manifiestan, tener las condiciones
necesarias e imprescindibles, para lo que llamamos éxito en nuestra sociedad.
--¿Cómo ser poder, dinero, sociabilidad y algo
de inteligencia imprescindible?
--Exacto, vos lo dijiste, a eso agrégale, el
nacer dentro de familias perfectamente adaptables al ambiente donde viven, sea
este un barrio acomodado o una villa miseria.
--¿En una villa miseria en medio de la
pobreza? ¿Se daría esa diferencia de aptitudes, que te llevan a ser más o menos
feliz en esta vida? ¿Pese a la pobreza? ¿Sucedería eso?
--Si, porque las angustias propias de la
existencia -y no otra cosa es la vida- hieren al individuo cuando las padece,
sea de la clase que sea y se vea rodeado, del dios de la riqueza o hundido en
el tembladeral que le otorga la pobreza, cuando tiene que tomar una decisión
-el ser humano- esta desnudo, sin oropeles ni harapos, solo vestido de su
carácter.
--¿Por lo tanto de tu carácter depende tu
felicidad y no de otra cosa? Como ser ¿Un golpe de fortuna? ¿Un hecho
inesperado? ¿Qué se cumpla de improviso tu mejor deseo?
--Todo eso es consecuencia de la casualidad y
la casualidad, esta ligada a la suerte, pero no hay suerte en el carácter, se
es lo que se es y nada más, toda otra cosa forma parte del deseo de querer, que
nada tiene que ver con la posibilidad de poder.
--¿Por lo que veo no sos feliz entonces,
porque deseas aquello que no puedes conseguir?
--Tal vez ¿Pero quien puso dentro mío ese
deseo que no puedo conseguir? ¿Por qué sabiendo que no soy para ser, mi mente
insiste equivocada para que lo sea? ¿Hay algo más allá de la comprensión y la
inteligencia, que gobierna nuestros deseos no siempre correspondidos, por nuestra
personalidad? Es como el mar que desea la playa y la bajamar que lo aleja de
ella, esa constante lucha que nos causa tristeza y dolor, entre el presente no
querido y el pasado, fruto del mismo presente repetido, replicado una y mil
veces, en el código genético del carácter escrito ininterrumpidamente, en las
hojas inmodificables del destino, no se, no reniego de luchar, de aprender, de
buscar, pero el sendero que recorro es una replica de si mismo, en una solución
que no se encuentra.
--Quizás sea tu error buscar la solución a tus
problemas ¿Qué te hace ir detrás del infinito misterio de las cosas? ¿Por qué
mejor no doblegarte a ellas y sin buscar ningún resultado favorable o negativo,
te aceptas tal cual sos y concluyes de una vez y para siempre, que no otra sino
esa es tu felicidad?
--Porque aceptarme tal cual soy, significaría
dejar de soñar en lo que quiero y soñar, es condición ineludible de la razón
humana.
--Si soñar es condición ineludible, debes
coincidir conmigo, que no de sueños solamente se vive en este mundo, también es
necesario despertar y valorar lo que uno sueña, entender que tu imaginación, no
puede ir más allá que tu realidad, todos soñamos, pero hay sueños imposibles de
los cuales nos debemos apartar.
--¿Sueños imposibles?
--Si, son aquellos que escapan a tu
posibilidad practica de encontrarte con ellos, es como que otra persona soñara
dentro tuyo y al despertar vos, se va y te deja, pero no puedes evitar el
recordarlo, aunque te haga daño y te des cuenta, que sea imposible de cumplirlo.
--¿Entonces?
--Entonces es necesario abandonar los sueños
que no te corresponden, el sendero de tu imaginación que equivocado te
encaprichas en seguir y prestarle oído, solo a aquello que sientas que puedes
realizar.
--¿Así de simple?
--Muchas veces las cosas más complicadas, se
resuelven de la manera más simple, sin ir más lejos….
--¿Qué?
-Esta charla entre los dos…
--¿Como terminarla?
--Apaguemos la lámpara y tratemos de dormir,
mañana será otro día igual o diferente ¿Quién puede saberlo?
lunes, 17 de septiembre de 2012
MUJER DE MUJERES
Carla buscó el sexo de Pilar y se lo acarició
dulcemente, ella unió su boca al sexo de Carla y lo beso con pasión, rodaron
por la cama, cayeron en mil posiciones diferentes y quedaron abrazadas, en un
profundo besuqueo, de bocas abiertas y lenguas enlazadas, habían terminado, sus
senos, se chocaban alborozados y sus piernas, refregaban sus sexos y los brazos,
sujetaban los cuerpos, era el final o el principio, había concluido el goce,
pero tiradas, desnudas en la cama, muy juntas, apretadas sin querer soltarse,
todo este momento de éxtasis, hacia sugerir que nuevamente, podía comenzar a
renacer la pasión, las suaves caricias que se prodigaban, podrían concluir en
un nuevo intento, de enloquecer al clítoris, hasta el espasmo, de convertirlo
en un grito de placer, volviendo los
cuerpos a entremezclarse, los sexos a ser presos de las bocas y las bocas,
buscándose en los sexos, entre el ir y venir de las caricias quedarán,
apretadas caras y piernas, un segundo después de que el orgasmo, haga
estremecer de placer al cuerpo entero. El sueño las venció, el deseo había sido
consumido totalmente, solo quedaba descansar, para mañana levantarse y comenzar
las actividades de todos los días, serian las ocho, cuando esto ocurrió.
--Voy a preparar el desayuno Pilar.
--Porque mejor no nos bañamos primero, así
estamos listas para salir.
--Tenes razón, preparo el baño entonces.
--Bueno Carla, mientras yo acomodo las cosas.
Mientras preparaba el baño Carla, Pilar
ordenaba la ropa, que ambas se iban a poner, vivían juntas desde hacia un par
de años, hasta el momento se llevaban bien, Pilar era fonoaudióloga en un
hospital público, Carla cajera de un banco privado, se habían conocido por
Internet y con el tiempo, decidieron vivir en pareja.
--Ya está listo Pilar, vení que nos duchamos.
--Si espérame que ya corro a tu lado.
Les gustaba bañarse juntas, recorrer sus
cuerpos, con la espuma del jabón y la suavidad de la esponja, dejar que el agua
juegue con su piel, camine por las partes más sensibles, donde se siente el
amor, para perderse entre las piernas, hermosas y torneadas, con el correr del
agua, se besaban y abrazaban, se juraban no separarse nunca, ya que sentían la
una por la otra, un verdadero amor, se secaron y se quedaron en ropa interior,
Carla fue a preparar el desayuno, mientras tanto, Pilar la siguió a la cocina,
ordenó platos, tazas, leche y galletitas sobre la mesa, así no perdían tiempo y
llegaban cómodas, al trabajo.
--Pilar traigo el café, alcánzame las tazas y
la leche, así lo sirvo.
--Acá te traigo todo lo que me pedis.
--¿Te gusto anoche?
--¡Si mucho! ¿Y a vos?
--¡También! Como todas las noches que nos
amamos juntas.
--Como todas las noches, como todos los días,
en los momentos que nos encontramos, cuando las dos compartimos la vida en común, yo me siento muy feliz a tu
lado, Carla.
--Igual yo, ¿Será por eso que nos llevamos tan
bien?
--Será por eso, ¿Qué hacemos esta tarde a la
salida del trabajo?
--Déjame pensar, te llamo por celular y nos
ponemos de acuerdo, levantemos la mesa así acomodamos las cosas.
Rápidamente lo hicieron, lavaron y una ves
todo en orden, se arreglaron para salir, ambas se fueron a sus respectivos
trabajos, en el de Pilar había una novedad, hacia unos días que ingresó, un
nuevo profesional al servicio, esto de alguna forma altero su rutina, ya que
debía dedicarse a otro médico más, por lo tanto, a una mayor cantidad de
pacientes. El colectivo que tomo estaba llegando al hospital, por lo tanto se
preparó para bajar, una ves en la entrada del mismo, pasó por la guardia y fue
derecho a otorrino, en la sala de profesionales, ya se encontraban, el nuevo
compañero Damian y la doctora Esther.
--¿Que tal chicos, como va todo, mucho
trabajo, alguna urgencia?
--No
-contestó Damian- todo tranquilo.
--Así es
-corroboró- Esther, hasta el
momento Pilar, el trabajo no es mucho.
--Bueno los dejo, tengo pacientes para
audiometría.
Fue a su tarea de todos los días, mediante
gráficos, a comprobar cuanto oía una persona, en cada uno de sus oídos, el
derecho, el izquierdo, ¿Será por este que llegan las palabras al corazón?
¿Aquel tendrá que ver con el cerebro? ¿O
todo lo que recibimos, ruidos y palabras, se mezclan con nuestros sentimientos
y forman, el carácter que tenemos? Esto, los gráficos no lo explicaban, tampoco
explicaban el porque, de que un hombre quiera a una mujer, y el como, de que
una mujer se enamore de otra perdidamente, y en este sentimiento del amor,
Pilar comenzó a darse cuenta, que el nuevo médico Damian, se estaba interesando
por ella, más aya del interés normal de un compañero de trabajo, esto la fastidiaba un poco, no le gustaban
los hombres, trataba de ser indiferente con ellos, para evitarse problemas de
este tipo, pero a veces, le resultaba imposible alejarlos de su lado, era
linda, simpática, resuelta en lo que quería conseguir, todo esto hacia de ella
una mujer agradable, una mujer que pese a ignorar a los hombres, despertaba en
estos el deseo de abordarla, la necesidad de romper ese circulo protector, que
ella construía alrededor de si misma, trataban de conquistar esa alma femenina,
tan reacia a ellos, siendo a la vez tan atractiva como era.
--¿Cómo pasaste el día de ayer Pilar?
El que había ingresado a su gabinete era
Damian, quien venia al ataque, en busca de su presa.
--Como siempre Damian, en casa con los míos,
después vine al hospital, todo bien.
--Pilar, te quiero preguntar algo.
--No hay problemas, yo se contestar a todo.
--Apenas hace unos días, que llevo en este
hospital, pero me fije en vos y me sentí flechado, pero también observo, que
sos indiferente a todo lo masculino, no nos das lugar, a que nos acerquemos a
vos, siempre pones distancia, solo aceptas hablar del trabajo, te cierras o te
alejas, cuando por ejemplo alguien, yo en este caso, busca intimar con vos,
tratar de saber que hay, detrás de esos hermosos ojos, que piensa esa cabeza,
que a veces hace sonreír dulcemente, a
tu bella cara.
--¿Cuál es la pregunta Damian, que queres
saber de mi, que te preocupa tanto?
--¡Ah! La pregunta, tenes razón, dije que iba
a preguntarte algo y no se, porque hasta ahora no lo hice.
--¿Tenes miedo de la respuesta?
--Tal ves tenga miedo de lo que vayas a decir,
porque no quisiera escucharlo, porque me imagine algo con vos y tus palabras,
podrían destrozar mis sueños, romper mis ilusiones, pero bueno, no se puede
vivir con la duda, frente a un sentimiento que nos invade el alma.¿Que
compromiso hay en tu vida sentimental, que hace imposible ganar tu corazón?
--¡Compromiso en mi vida sentimental! Ninguno
Damian, yo no comprometo mi vida sentimental ante nadie, mis sentimientos son
míos, los manejo como quiero, solo te respondo, que amo a otra persona, la amo
como nunca ame, y eso me hace ser fiel a mi pareja, e impermeable a los demás,
no me interesa otra cosa que lo que quiero, así que Damian, no insistas, si me
alejo de lo masculino, como vos decís, simplemente es para no desilusionar, a
gente como vos, que ve en mi, expectativas de amor que no puedo darle. Si rompo
tus sueños Damian, no he querido hacerlo, no esta en mi animo el fogonear
calenturas ajenas, el único que crea las fantasías sos vos, yo no te he dado
nunca, motivo para hacerlo.
--¡Me mataste Pilar!, no puedo responder nada,
ante tan contundente respuesta de tu parte, si algo te diría, es que
ciertamente me llene de fantasías, cuando te ví ¿Pero es reprochable eso? La
fantasía camina un poco antes que la realidad, nos valemos de ella para
abordarla, no me hubiera acercado a vos y dicho lo que dije, sino hubiera
previamente, llenado de fantasías mi corazón, por otro lado no me va lo de la
calentura, no es el deseo de acostarme, lo que me atrae hacia vos, no me
interesa eso, tu compañía como mujer, es lo que me hubiera gustado conocer,
pero bueno, ningún problema por mi parte y creo, que por la tuya tampoco, tan
compañeros de trabajo como siempre ¿No es así Pilar?
--Así es, pero creo que estas algo confundido,
o queres enredarme en sentimientos equivocados, mi compañía como mujer Damian,
hubiera terminado inexorablemente, con los dos en la cama y eso no puede ser,
por lo que ya te dije, compañeros como siempre, hablando de trabajo y nada más,
ahora ándate, que tengo que continuar con las audiometrías, sino tus pacientes,
no podrán ir a consultarte.
--Cierto, quizás tengas razón con la compañía
y el deseo, chau, nos vemos.
--Hasta luego Damian.
Siguió atendiendo, al atardecer poco antes de
la ora de salida, sonó el celular, era Carla, le parecía bien ir al cine y
cenar afuera, hacia tiempo que no se distraían un poco, suponía que esa salida les vendría bien, estuvo de acuerdo,
quedó que ella buscaba la película, más tarde ambas se encontrarían en un café,
de Juramento y Cabildo, para luego concurrir, a algún complejo cinematográfico
de la zona. La hora de salida había llegado, acomodó su gabinete, se quito el
guardapolvo y lo guardó en el bolso que llevaba, fue al baño y se arreglo un
poco, retoco sus ojos, puso color en sus mejillas, acomodo su pelo, se miró en
el espejo de frente y de perfil, la imagen que le devolvió este, era la que
quería ver, le agrado ser como era, no pretendía de ella, más de lo que la vida
le ofrecía, estaba contenta, abrió la puerta del gabinete y salió, ya comenzaba
a entrar el nuevo turno, saludo a algunos y atravesando la guardia, rápidamente
estuvo en la calle, por suerte ningún cargoso quería viajar con ella, la parada
estaba cerca y un colectivo, que la dejaría bien estaba llegando, apuro el paso
y con ayuda de la luz roja, lo pudo tomar, tuvo que viajar parada, pero esto no
le impedía pensar, por suerte Damian, decidió tirarse y ya se lo saco de encima,
uno menos que la molestaría, aunque las peores, las mas molestas, las
imposibles de hacer entrar en razón, son las lesbianas como ella, si se dan
cuenta, y se dan, que sos de su tribu te
vuelven loca, por suerte, pudo sortear bien, a las que había en el hospital, circunstancia
que le permitió vivir tranquila, junto a Carla, como le dijera a Damian su gran
amor. Ya estaba cerca del café, en la otra parada se debía bajar, se acerco a
la puerta aguardando el momento de apretar el timbre, así lo hizo, el colectivo
la dejó en Cabildo y Juramento, fue hacia el bar que ya lo conocía, porque había
estado otras veces, entró, sentada en una mesa, en el medio del local, Carla la
esperaba hojeando una revista.
--¡Carla llegaste antes!, lo siento amor si te
hice esperar mucho.
--No te preocupes, hará diez minutos que estoy
aquí, no pedí nada, le dije al mozo que esperaba una persona, si lo tenes a
mano llámalo.
--¿Qué vamos a pedir? Yo tengo hambre, podemos
tomar dos tes con leche, con dos tostados de jamón y queso, ¿No Carla?
--De acuerdo, los tostados de jamón y queso
son mi perdición.
--Mozo por favor.
Pilar hizo el pedido y mientras el mozo lo
traía, ambas se quedaron en lo suyo, Carla hojeando su revista, Pilar pensando
no sabemos lo que, porque era muy reservada.
--¡Carla! corre la revista que viene el mozo,
no va a tener lugar para todas las cosas.
--Si Pilar, ya esta, la cierro y listo, así
mientras comemos podemos charlar un poco.
Llegó el mozo con lo pedido, lo sirvió y se
fue.
--Carla.
--¿Si Pilar que?
--¿Tenemos muchos quilombos con los hombres
no?
--¿Quilombo porque Pilar?
--Por lo de siempre, vienen se te tiran, te
prometen amor, en el fondo traducido significa sexo, no entenderían nada, si le
decís la realidad de tu vida, los rechazas, pero se van con bronca, a la espera
de un desquite.
--¿Se te tiró uno hoy?
--Si, ese médico nuevo, me vino con el verso
del amor, del no sexo, de la compañía femenina, que se yo, ¡me dan asco! Son
unos pesados.
--Y bueno el que no sabe, es como el que no
ve, no llevas en la frente el cartelito de lesbiana, ni tampoco tu fisonomía
exterior lo demuestra.
--¿Y la tuya Carla, demuestra algo, estas
libre de ese maldito acoso?
--Quizás si, soy un poco mas masculina que vos,
siempre visto a lo hombre, mocasines negros, trajes de pantalón y saco, camisas
claras, pelo corto, ¡si! a mi me joden menos, porque tengo la misma histeria
que ellos, se me acercan y los freno, uso sus mismas armas de seducción, huyen
sin querer comprender, pero dándose cuenta, nunca tuve que explicar nada, a
ningún hombre, me dejan tranquila obvio, interpretan lo que soy, esa es mi
ventaja sobre ellos, pero en tu caso Pilar, posees todavía un don femenino,
quizás sea eso lo que me enloquece de vos, que siendo lesbiana, no dejas de ser
enteramente mujer, que es lo que yo necesito amar, amar a una mujer.
--Carla, yo te amo también y mucho amor, en
esa configuración masculina, que me detallas en tu persona, ¿No estaré acaso,
amando a una mujer, transformada en hombre para mi y, lo que en realidad este amando, sea a la
imagen masculina, que vos me ofreces y me enloquece?
--Creo que somos una pareja perfecta, nos entregamos
la una a la otra con pasión, pienso que por todo esto, de nuestras diferentes
personalidades, no cabe duda. ¿Qué le dijiste a ese medico Pilar?
--Que queres que le diga, lo saque carpiendo,
quiso saber porque procedía así, le explique que amaba a una persona, como
nunca antes ame, quería ser fiel a mi pareja, ¿Cómo lo ves?
--¡Muy bien! Quiero decirte Pilar que soy
celosa, celosa como una gata en celo, peleo con uñas y dientes en defensa de lo
que amo, no me engañes, porque me volvería loca y no se, lo que haría con vos.
--Carla ¡Soy tuya! ¡Te pertenezco! Te conté lo
que te conté, precisamente por eso, creo que no debe haber secretos estúpidos,
que empañen nuestra relación, como esto de los hombres me suele pasar, lo quise
comentar con vos, para que lo conozcas,!nada más! Ningún hombre me hará dejarte,
Carla, de eso esta segura.
--Lo estoy y es bueno hablar de estas cosas,
así nos conocemos más, falta poco para que empiece la película, podemos pagar e
ir para el cine.
--Si vamos. Mozo.
El cine se encontraba cerca, así que fueron
caminando tomadas del brazo, rumbo a él, Carla había tenido la precaución, de
sacar las entradas antes de ir a la confitería, de esa manera se evitaron las
colas, entraron directamente, al poco rato de llegar, comenzó la película, una
de aventuras y terror, como le gustaba a ambas, concluido el espectáculo,
decidieron cenar en un lugar cercano, al cual ya otras veces habían ido,
llegaron al restaurante y quedaban pocas mesas libres, pero encontraron una que
les agrado, se sentaron y la moza les acercó el menú del día, mientras pensaban
que comer, Pilar levantó la vista e inadvertidamente recorrió el local, tres mesas
más adelante, sentado cenando, estaba Damian, quien la observaba fijamente, sin
apartar los ojos, desvió rápido la mirada y prestó atención a Carla, que le
preguntaba.
--¿Qué pedimos Pilar, pastas, pizza, asado,
pollo, que?
--Si es por mi, yo me comería una pechuga de
pollo asada, con puré.
Bueno, y yo un bife de lomo, con ensalada de
lechuga y tomate, ¿Para tomar?
--Lo que vos quieras.
--Vino entonces, vino de la casa.
Llamaron a la moza e hicieron el pedido.
--¿Tuviste mucho trabajo en el banco, hoy
Carla?
--Si, se acerca fin de mes y todo se hace más
complicado, encima los feriados de la semana pasada, juntaron a toda la gente
en estos días, ¿Vos en el hospital?
--Un poco más, como te dije, hay un médico
nuevo, eso hace que aumenten las consultas, pero bien, pude acomodarme sin
ningún problema, mira aquí llega lo que pedimos.
--Que suerte, ya estaba cansada de masticar
glisines y manteca.
--¡Yo también!
Se dedicaron a hacer lo que correspondía,
comer, quien no hacia lo que debía hacer, era Damian, había concluido de cenar
bastante tiempo ya, pero ni se movía de la mesa, estaba como clavado en ella,
evidentemente interesado en verlas salir, para estudiar más a Clara, en ese
momento lo hubiera matado, pero el con su vida y su tiempo, tenia el derecho de
hacer lo que quisiera.
--¿Se come rico aquí, no Pilar?
--Si Carla, cocinan bien y a punto, ¿Pedimos
un postre?
--Bueno
¿Que te gustaría?
--Una copa helada, eso estaría bárbaro.
--Yo prefiero una sopa inglesa.
--De acuerdo. Moza
--Pilar una pregunta ¿No te llama la atención
ese tipo, que hace un rato nos mira insistentemente, tres mesas más adelante?
--Ni se de quien me hablas.
--Ese, de pantalón yin y camisa blanca.
--No se. No lo conozco, le debemos interesar
como mujeres, que se yo.
--Le debemos interesar, o le debes interesar,
porque me parece que sus miradas, van dirigidas a vos.
--¡Carla! Ni me di cuenta que estaba mirando,
ahora que me decís, no lo ví nunca en mi vida, que voy a hacer si atraigo la
mirada de un tipo, vos lo dijiste, será ese lado femenino que tanto te gusta en
mi, por otro lado, que te importa el tipo, que la gente, mira llegan los
postres, comamos y listo, lo importante que las dos estamos juntas, que esta
noche dormiremos juntas, abrazadas en la cama, todo lo demás me tiene sin cuidado,
menos un tipo sentado en una mesa, que no se ni siquiera quien es.
--Debes tener razón, -la sopa inglesa esta
exquisita- son los celos, que me hacen ver fantasmas, donde no hay nada.
--Exacto –el helado también está rico- no te
preocupes, vos lo dijiste, no hay nada, ni habrá nunca nada, salvo nosotras
dos.
Terminaron pidiendo un café, terminado este,
pagaron y se fueron, los ojos inquisidores de Damian, siguieron sus pasos hasta
que dejaron el local, él a su vez pidió un cortado, se quedó un rato más en el restaurante,
analizando lo que de forma totalmente casual, había observado esa noche,
evidentemente el gran amor de Pilar era una mujer, evidentemente Pilar era
lesbiana, evidentemente esto era una cagada, desde todo punto de vista, ¿Quien
hizo que se enamorara como un colegial, de una mujer sicológicamente
inaccesible, a la que solo le interesaban otras mujeres? !como no se dio
cuenta! ¡Que clase de pelotudo era, habrá sido o sería! No se podía perdonar
haber sido tan tonto, pero lo peor de todo, que le era imposible sacar de su
corazón, al amor que sentía por esa mujer, por esa mujer de mujeres, por ese
ser que nunca le daría pelota, aunque se lo pida de rodillas, que difícil iba a
ser la convivencia, a partir de mañana en el hospital, conociendo este secreto,
presintiendo que ella ya estaría sabiendo, que él lo conocía, bueno, lo mejor
sería hacerse el boludo, esperar con paciencia, que ella ataque primero y trate
de defenderse, si no lo hace, cueste lo que cueste, deberá callarse y no
hablar, llamó a la moza pagó, el también se fue a su departamento de soltero,
quería dormir, quería olvidar, deseaba que todo hubiera sido un sueño, pero no,
la realidad se imponia nuevamente.
--Que lindo Pilar, llegamos a casa.
--Cierto, no hay nada más hermoso que llega al
hogar, después de un largo día de trabajo, es como volver al lugar de uno, al
único sitio donde se está tranquilo y feliz.
--¿Qué vamos a hacer?
--Lo que vos quieras Carla, queres una
relación sexual, la tenemos, queres irte a dormir y gozar mañana, lo hacemos,
¿Cuál es tu deseo amor de mi vida, que lo cumplimos inmediatamente?
--Mi deseo dueña mía, es desnudarnos, ir a la
ducha y gozar, mientras nos bañamos, luego en la cama, seguir con el goce hasta
el final, ¿Te gusta?
--Me enloquece tanto lo que decís, que ya me
estoy desvistiendo y tirando la ropa, por cualquier lado.
--Lo mismo yo, vamos al agua, que no estará
tan caliente, como estamos nosotras.
Al agua fueron, los cuerpos femeninos más sutiles,
más predispuestos al goce del deseo, que sus opuestos, se entregaron al placer
de la caricia y el beso, a tocar cada lugar de la piel, a provocar y estremecer,
cada pliegue del alma, a morder primero y suspirar después, las yemas de los
dedos, recorrieron los caminos nerviosos, que desatan pasiones, y, los senderos
silenciosos, que expulsan quejidos, todo ello concluyo en el encuentro, de la
lengua y el clítoris, en la satisfacción de dos mujeres, que se unen para
producir un orgasmo, dos, un montón de flores, unidas en una única rama, el
fruto del amor, el agua tibia, siguió cayendo sobre cuerpos abrazados, que
cansados, buscaban la ternura de estar juntos.
--Carla.
--¿Qué?
--¿Vamos a la cama?
--¿Para seguir?
--No para dormir.
Se acostaron juntas desnudas, húmedas y
abrazadas, así las encontró el sol de la mañana, cuando con sus rayos, atravesó
la cortina del cuarto, a poco el despertador, anunciaba un nuevo día de
trabajo, era necesario entonces, comenzar por el desayuno, así lo hicieron,
desnudas como estaban, prepararon todo y se sentaron frente al café con leche,
las tostadas, la manteca y el dulce.
--¿Estuvo bueno, no Carla?
--Mejor imposible ¡de parada quede loca! Si no
tenia la cama cerca, me tiraba en el suelo.
--¿Tanto gozaste?
--Tanto me hiciste gozar.
--¿Tendremos fuerzas para trabajar?
--Con lo que dormimos y este desayuno, nos
recuperaremos sin lugar a dudas.
Se vistieron, maquillaron sus rostros y
arreglaron su pelo, dejaron en orden el departamento y cada cual, partió para
su trabajo, Pilar llegó temprano al hospital, en la sala de médicos estaba
sola, puso a calentar agua y se sirvió un café, estaba segura que Damian se dio
cuenta de todo, pero esto la tenía sin cuidado, no le importaba, ni tampoco le
importaba, como se iría a comportar frente a ella, su única preocupación, era
que nadie más lo supiera, que todo quede encerrado en él y de eso, debería
hablar, aunque se daba cuenta, que al dirigirle la palabra en pos de su
silencio, abría el grifo, de todos sus reproches y su amor herido, pero no
quedaba otra, era el silencio de él o la renuncia de ella, necesitaba el
trabajo, además estaba cómoda y contenta con el lugar, con los compañeros, tuvo
suerte, el segundo en llegar también temprano, fue Damian.
--¿Hola Pilar como estas?
--Igual que vos, herida y lastimada, pero no
hablemos aquí, es muy público, veni al gabinete, allí nadie nos oirá.
El fue tras ella y una ves dentro el dialogo
continuo así.
--Damian, ayer la maldita casualidad, te llevó
a conocer mi gran amor, y, lo que es peor para vos todavía, mis gustos
sexuales, eso no me interesa en lo más mínimo, pero si, lo que me preocupa es
tu silencio, ¡por favor te pido! Si decís quererme, por el amor que me tenes,
no hables con nadie de esto, si lo haces, si me entero que alguien más lo sabe,
debo renunciar al hospital y necesito este trabajo.
--Quédate tranquila no tengas miedo, nadie
sabrá nada, ¿Imaginas por casualidad, que tengo ganas de hablar con alguna
persona, sobre este tema? ¡Maldigo el momento! Que fui a cenar a ese
restaurante, y ví lo que ví, lo que supe, que nunca serás mía, lo que entendí,
que estabas tan lejos de mis deseos, como yo de los tuyos, lo que me doy cuenta,
que es imposible descubrir lo que sos, porque solo veo en vos a una mujer,
ahora mismo, en este instante, que se que es lo que escondes, detrás de esos
hermosos ojos, no me interesa en lo más mínimo lo que sos, me atrae lo que veo,
lo que huelo, lo que siento, la presencia cercana de una mujer, que me gusta y
a la que quiero, ¡no voy a hablar con nadie! ¿Pero podré conseguir no hablar
conmigo? ¿Entender que debo sacarte de mi cabeza? ¡Este es mi dilema Pilar! Por
supuesto a vos no te atañe, es solo mío, de la misma manera, como la decisión
es también solo mía, te prometo no hablar con nadie, de lo que vi, podes estar
absolutamente confiada, que así será.
--Gracias Damian, no esperaba otra cosa de
vos, en cuanto al amor que me tenes, ya pasara, piensa de mi como soy sexualmente,
esto te ayudara a comprender y olvidar, después de todo, si miras a tu
alrededor, hay un montón de mujeres preocupadas por el pene, a las que te será
fácil abordar, yo Damian, solo quiero el amor de otra mujer, ni el tuyo, ni el
de ningún otro hombre, aborrezco el pene y amo mi sexo, quizás demasiado, tal
vez desde una posición onírica, pero es así mi realidad y estoy feliz con ella,
tan feliz como vos, cuando encuentres una mujer que te quiera, y, haga que me
olvides totalmente Damian, vos estas hecho para una mujer, lo que te cuesta
entender, que yo también estoy hecha para otra mujer, así de simple.
--Así de simple te parece, exteriormente sos
una hermosa mujer, a la que amo, en tu interior, desprecias mi sexo, no
tolerarías mis caricias, ni que mi boca te bese, no soportarías estar desnuda
conmigo, un solo instante en una cama y me propones, olvidarme totalmente ¡y me
indicas como!, con otra mujer, y si de golpe ¿Te enamorarías de esa otra mujer,
que yo habría buscado para olvidarte? ¿Qué pasaría entonces Pilar? ¿Competirías
conmigo por hacerla feliz sexualmente? Mi pene contra tu lengua, mi pecho
contra tus senos, ¿Ganarías la partida Pilar, me podrías echar de la cama de
otra mujer? O simplemente no, tienes razón, estas hecha para otra mujer, pero
mi instinto sexual no percibe eso, aunque mi razón quiera entenderlo, si me
dejo llevar por mi pene, solo quisiera penetrarte, si escucho a mi corazón,
deseo quererte, si comprendo tus palabras, debo olvidarte, lo simple se me hace
complicado Pilar, pero espero que lo complicado, no se convierta en imposible,
para bien de los dos, aunque esto último el bien de los dos, poco te importe,
tal vez estés en lo cierto, que te importa a vos un hombre y sus sentimientos,
si no son los tuyos, si nunca te cruzarás conmigo, en una relación sentimental,
me consideras un mueble más de esta oficina, alguien con quien dialogar de los
problemas de trabajo, nada más, y a la noche, en medio de la penumbra de tu
cuarto, con tu amor al lado, si te acordaras de mi, te daría asco, creo incluso,
que alejarías de tu pensamiento el solo pensarme.
--¿Terminaste Damian?
--Si, supongo que si, no lo se.
--Entonces déjame sola, tengo que empezar a
atender y vos también.
Mucha gente frente a la ventanilla del banco
esa mañana, el laberinto encintado, en forma de víbora retorcida, llevaba a los
clientes de a uno por vez, frente a las cajeras, y, un movimiento de la cabeza
de estas, lo animaba a acercarse a la caja, Carla se sentía cansada, pero le
prestaba atención a su tarea, pues un error era plata que se perdía del sueldo,
también desde hacia unos días, no sabía porque, su atención se dirigía a una
mujer joven, atractiva, que siempre se las arreglaba, para que la atienda ella,
dejaba pasar gente de la fila, en fin lo que fuera, pero su turno siempre
terminaba, frente a su caja, conocedora del paño femenino, esto la alerto, ¿Qué
estaría queriendo, porque tanta insistencia en que sea ella que cuente su
dinero? Su curiosidad femenina pudo más, de pronto decidió que hoy debía saber,
de que se trataba todo esto, la clienta estaba primera en la fila, inclino la
cabeza y esta fue a su encuentro.
--Hola ¿Como estas?
--Bien, ¿Es mucho lo que vas a depositar hoy?
--Algo más que todos los días Carla.
--Ya que conoces mi nombre ¿cual es el tuyo?
--Paula.
--Bueno Paula, ahora por lo menos sabemos como
nos llaman ¿Quiero hacerte una pregunta?
--¿Cuál?
--¿Por qué me elegís a mi, todas las veces
como cajera?
--Porque me enamore de vos Carla, quiero
acostarme con vos, nada más ni nada menos que eso, es más, me estas preguntando
algo que se, ya te habrás dado cuenta sola.
--De algo me di cuenta Paula, pero nunca
espere una confirmación tan explicita como esta.
--Sexo explicito que le dicen, ¿Dónde nos
vemos, quiero hablarte?
--Conoces un café, que está en Callao y
Bartolomé Mitre ¿El Trial?
--Si lo conozco.
--Entonces allí, a las seis y media.
--Estaré aguardando con ansiedad, porque te
deseo Carla chau.
Paula recibió su boleta de deposito sellada,
otro cliente ocupó su lugar, se puso muy contenta, había conseguido lo que
quería y estaba segura, que la seduciría lo suficiente, para esa misma noche,
llevarla a su departamento y a su cama, sea como sea, se sentía ganadora y
estaba convencida de lo que hacia, esta mujer la volvió loca, poseerla para
ella era en ese momento, su mayor deseo, se dirigió al auto y fue a terminar
unos tramites por el centro, mas tarde visitó a una amiga para hacer tiempo, ya
cerca de las seis, decidió marcharse y aparecer por el Trial, al entrar no la
vio a Clara, miró el reloj, todavía faltaba un poco para las seis y media,
busco una mesa lo más alejada de todo el mundo y se sentó, pidió una lágrima y
aguardo expectante, por suerte no tuvo que esperar mucho, Carla llegaba en ese
momonto y al verla se dirigió a su encuentro.
--Hola Paula aquí estoy.
--Es hermoso que estés aquí Carla, ¿Qué queres
tomar?
--Un cortado.
--Te lo pido
-Por favor un cortado gracias-
--Paula ¿Qué he hecho yo, para que me demandes
amor de esa manera?
--Vos, solo vos diste tu cuerpo, tu cara, tus
ojos, tu forma de ser y de vestir, el resto lo puse yo, la calentura, el deseo,
la pasión, que no se puede contener y clama hacer realidad ese deseo, tómalo como
quieras, soy una loca, estoy sacada, no tengo control sobre mis actos, lo que
se te ocurra, pero quiero gozar sexualmente con vos y hacerte gozar a vos, lo
más que pueda entre mis brazos, ¡Hoy! ¡Ya! En este mismo momento, vamos a mi
cama en mi coche, juntas las dos, porque creo que si te niegas a hacerlo por
propia voluntad, te llevaría a la fuerza, ¡como sea! Estoy decidida a acostarme
hoy con vos, no acepto excusas estoy caliente, muy caliente, perdí el comportamiento
de la razón.
--Paula, pero supones que estoy sola, tengo
pareja, obligaciones, ¿que le digo?.
--¡lo que se te ocurra! ¡Que importa tu
pareja! Solo me interesa vos y tu cuerpo, a ella decile cualquier cosa, que se
te presento un problema, enferma a un familiar y listo, creo que sos lo
suficientemente grande, para saber como actuar.
Carla saco su celular y llamó a Pilar, la
verdad no sabía que decir, pero de lo que estaba segura, que Paula le había
contagiado su calentura, quería seguir esto hasta el final, hasta matar el
deseo que de pronto, la había invadido a ella también.
--¿Pilar?
--¿Si Carla que pasa?
--Mira algo imprevisto, mi papa sabes, tuvo un
percance, aunque hace mucho que no nos hablamos, me llamo a su lado, debo ir
Pilar, lo siento por nosotras, que no estaremos juntas esta noche.
--¿No vendrás en toda la noche?
--Así es Pilar, porque vive en una zona del
conurbano, un poco brava, una ves allá, tengo que esperar que se haga de día,
para volver, pero no te hagas problemas, cuando llego al trabajo mañana, te
llamo, pensa en mi y cuídate, no me seas infiel.
--Carla como dices eso, espero que lo de tu
papa no sea nada serio, quédate tranquila por mi, ceno y me voy a dormir, chau
amor, cuídate vos también.
Apago el celular, miro a los ojos de Paula,
esos focos celestes que la atraían, más allá de sus fuerzas y solo dijo.
--Vamos.
Salieron a la calle, una ves dentro del auto
de Paula, se confundieron en un abrazo y un beso de lengua interminable, lo
cual las unió más en su desesperación, Paula la aparto suavemente, haciéndose
cargo del volante, puso rumbo a su departamento, no hablaron, las palabras
estaban de más, solo esperaban el momento de llegar y acostarse, dejo Callao y
tomo por Las Heras, un rato después, el viaje concluía, en la cochera de un
edificio.
--Veni Carla ¡amor! hemos llegado a mi
departamento, vivo en el segundo piso, tomemos el ascensor.
Carla la siguió, estaba inquieta y anhelante,
esta aventura la había tomado totalmente desprevenida, pero no tanto, como para
no darse cuenta, que se estaba metiendo en un camino que no tenia retorno, el
deseo de Paula la estaba dominando, el deseo de Paula, se había fundido con su
propio deseo, de pronto tuvo miedo, que le sea imposible separarse de ella, una
ves en el ascensor se abrazaron nuevamente, sus bocas se encontraron, pero fue
un beso corto, el tiempo de planta baja al segundo piso, el tiempo, que pone
fin a lo que deseamos, y, da comienzo a lo que queremos hacer con ese deseo.
Paula abrió la puerta de su departamento y la hizo pasar, una vez dentro cerro,
en el pasillo, sin caminar un paso más, comenzaron a besarse y desnudarse,
fueron sacando con los dientes, con las manos, toda su ropa hasta quedar en
corpiño y tanga, volaron estas y saltaron los senos, de pezones endurecidos,
afloraron los sexos, deseosos de ser besados y acariciados, sus brazos se
juntaron, sus cuerpos se perdieron confundidos en uno solo, y, los clítoris
recibieron besos y caricias , interminables murmullos de amor, que provocaron
en ellas, la dulzura de un orgasmo de a poco, muchas veces repetido, como el
flujo y reflujo de las olas, mecidas por el viento, en un mar de aguas
tranquilas y serenas. Se quedaron largo rato tiradas en la alfombra, juntas,
pegadas al deseo, que no las quería soltar y pugnaba, por seguir prevaleciendo
entre ellas.
--Veni Carla, vamos a mi dormitorio, a la
cama, quiero que nos sigamos amando sobre mi lecho, quiero hacerte mía en el,
sino esto no tiene sentido para mí, necesito saber que las dos, en mi cama y no
en otro lugar, estamos juntas, y juntas espero que sigamos. Ahora por favor,
ahora no digas nada, que solo tu boca me bese y tu lengua me acaricie, no digas
nada amor, tendremos tiempo después, más tarde, de arreglar todo esto, solo en
este momento quiero tu cuerpo, tu sexo, tu boca, tu culo, pero no tus objeciones
, veni, mi cama nos espera y yo te necesito en ella.
Tomadas de los hombros, apretadas entre si,
con sus manos, sintiendo la piel del ser amado y sus pies, volando hacia el
deseo, atravesaron el living y terminaron, sobre un mullido y confortable lecho,
que unió mas sus cuerpos, para que asi estuviesen juntas y el calor, fuese más intenso
y las llamas de la pasión nunca apagadas, volvieran a renacer, en forma de
besos y caricias, de bocas que recorren y muerden lo que encuentran, en dedos,
convertidos en pequeños falos, que buscan acariciar allí, donde el placer es
más intenso, de estremecerse y ser estremecida, de provocar gritos y contestar
con entrecortados suspiros. Si Paula buscaba en su lecho, un segundo instante
de inmenso gozo, lo estaba consiguiendo plenamente, Carla, rendida ante sus
caricias, enloquecida de ansiedad, gozaba otro de sus tantos orgasmos, mientras
Paula se dejaba caer sobre ella, sin fuerzas, pero contenta de haberla
satisfecho, y, ella también de gozar esas caricias que había recibido, como
nunca antes, de manos, boca y lengua de otra mujer. Se quedaron dormidas, en
posiciones diferentes, en brazos enredados con piernas, en bocas descansando
sobre un pezón, hermosos cuerpos jóvenes y desnudos, que sobre las blancas sabanas,
daban la sensación de que Afrodita, era una realidad y estaba presente en ese
cuarto. La noche paso y llegó el día, el alboroto de la calle se introdujo por
la ventana y las despertó.
--Carla.
--¿Qué?
--No quiero que te vayas, necesito seguir con
esta pasión que me domina.
--Paula, puedo engañar a mi pareja, pero a mi
trabajo no, tomemos algo y voy para el banco.
--Te propongo un baño juntas, quiero tu cuerpo
y el mío, quiero sentir tus manos, como me recorren, mientras el agua tibia,
juega con tus dedos, la espuma de jabón forma esferas de aire, que se rompen y
se rehacen, como nuestros deseos.
--Me gusta mucho el juego que propones Paula,
además de gustarme me calienta. Pero tengo un problema.
--¿Cuál?
--No quisiera ir al banco con la misma ropa,
podrían imaginar que pase la noche fuera de casa.
--No te preocupes, ese no es un problema,
somos del mismo talle, la misma altura, en la cama, una arriba de la otra, nos
damos cuenta que nuestros sexos, se encuentran ambos, en un mismo lugar y
pueden besarse entre ellos, por lo tanto, en el placard tenes lo que ponerte,
elegí lo que queres y quedaras hermosa, vamos a ducharnos.
Fueron a la ducha y retozaron en el agua,
jugaron con ella, gozaron entre ambas,
tratando que sus cuerpos, fueran presas fáciles para sus caricias, sus bocas al
encontrarse, sellaban con sus lenguas un nuevo amor, que era incontenible, tan
intenso, que Pilar no existía más.
--Dejemos el agua Paula, se me va a hacer
tarde.
--Como vos digas ¿Por qué tanto apuro? Te
llevo en el auto, quédate tranquila, llegaremos a horario.
--Si es así esta bien, tenemos más tiempo, pero
lo mismo mientras desayunamos, quisiera hablar de esta situación, que ha
surgido entre nosotras.
--¿Que situación ha surgido entre nosotras?
Carla ¿De que tenes que hablar? Ya vos decidiste sola lo que hacer.
--Que yo decidí que, Paula.
--Dejar a tu pareja Carla, me di cuenta,
cuando por primera ves te desnude en el pasillo, y te bese en la boca, que ya
eras mía, no podes separarte de mi lado, me quieres, entre a tu vida para quedarme,
ambas nos necesitamos, porque encontramos la pareja perfecta, para satisfacer
nuestros instintos, para descargar todos nuestros deseos y sentir, que el otro
los acepta y devuelve, multiplicados, sobre nosotros, nos amamos Carla, vos y
yo, ¡con una furia loca!, si queres mas allá de lo razonable, pero no te
preocupes por esto, lo que te digo es cierto, hoy a la tarde en el café, terminaremos
de hablar, vos ahí me dirás, en que momento hablaras con tu pareja, para
dejarla, no, no me digas nada ahora, es tu decisión no la mía, esta noche volves
aquí, a dormir conmigo, tu padre sigue gravemente enfermo y debes cuidarlo,
amor, la realidad es esta, nos acabamos de conocer y nos amamos, como si fuera
un amor de toda la vida, ya no puedes estar con otra mujer, que no sea yo.
--Es cierto Paula, no puedo dejarte, otras
veces necesitaban de mi, hoy, por primera vez en mi vida, siento que te preciso,
que no puedo separarme, que te metiste en mi vida y sos la única mujer, que la
contiene y me colma de dicha, como yo quiero ser colmada.
Se besaron intensa y apasionadamente, porque
eso es el amor, intensidad y pasión, de dos seres en pos de uno, unción del
verbo tras el texto que nos contenga, la necesidad de ser uno en dos, cara y
seca de un circulo, sin principio ni fin, eterno en el tiempo y concentrado en
si mismo. Carla eligió ropa en el placard, se la probó, le quedaba como si
fuera de ella, ya vestida y lista para salir, fue al encuentro de Paula, quien
tenia el desayuno preparado para las dos, ella también estaba de riguroso sport,
en condiciones de acompañarla.
--Desayunemos Carla y nos vamos, dejemos todo
como esta, después yo vuelvo y arreglo, además es muy hermoso, ver nuestras
ropas que teníamos anoche, todas tiradas en el pasillo, parece un campo de batalla
del amor, en el hemos peleado y ambas ganado, estoy contenta, muy contenta de
haberte conocido, de que hallas sido mía, de que tu cuerpo me pertenezca, y ya
no puedas dejarme, veni, bajemos a la cochera, te llevo al banco.
Pilar, llegó a la sala de médicos, y, se
dispuso a atender a los pacientes, estaba inquieta, preocupada, por primera vez
en más de dos años, había dormido sola, sin abrazar a Carla, por primera vez
dudaba de ella, el padre ¿Quién era el padre? Jamás se lo escucho nombrar, todo
eso sonaba a una excusa, ¿Pero excusa de que? Por lo pronto -y eso era lo que más la enloquecía- de pasar la noche afuera, lejos de ella, y si
decidió pasar la noche lejos de ella, no cabía dudas, estaría en los brazos de
otra mujer, la estaba engañando, pero si por otro lado, lo del maldito padre
fuera cierto, ella la estaría prejuzgando y se convertía en una celosa idiota,
dudando de su amor. Debía hacer algo para solucionar este dilema, que su cabeza
había pergeñado, necesitaba verla, esperaba que hoy volviese a su casa,
entonces, hablaría de todas sus dudas y mientras hablara, miraría su cara, sus
ojos, en ellos se daría cuenta de todo el engaño, si lo hubo, estaría
fotografiado en las pupilas de Carla, ella sabía, siempre lo había hecho,
revelar ese tipo de fotos, más tarde cuando termine su turno, la llamaría al
celular para encontrarse, sería mejor hablar en un café y no en la casa, en un
lugar público, se vería mejor si miente o no, eso era lo único que le importaba
en ese momento, si había otra mujer, si otra boca beso la boca de Carla, todo
terminaría para ella, el amor de dos, es imposible compartir con tres, esto
pensó, mientras estaba revisando las audiometrías del día anterior, alguien
entró al gabinete, era Damian.
--Que tal Pilar, necesito la audiometría del
paciente Gonzáles ¿La tenes lista?
--Espera que me fijo y te digo, si aquí esta,
tómala es tuya.
--¿Tenes algún problema?
--Ninguno ¿Por qué?
--Porque tus ojos miran con dureza, porque el
mohín de tu boca luce apretado, porque no sonreíste ni un instante, desde que
me encuentro aquí.
--No sos un cómico para que me ria si estas
aquí, tampoco sos mi sicólogo personal, para que te cuente lo que me pasa ¿!Que
te dije yo!?
--Que no tenías ningún problema.
--¿Entonces? Debes tomar las cosas como te las
digo, no tengo problemas, si los tuviera te diría, si tengo problemas, ¿Eso es
todo no?
--Siempre tu lógica es superior a la mía, otra
vez más tenes razón Pilar, otra vez más discúlpame Pilar, soy un entrometido,
que no debo preguntarte nada.
--¡Ahí esta! Por primera vez tu lógica se
acerco a la mía, eso es lo que pienso, no debes preguntarme nada, ¿De acuerdo?
--Correcto, totalmente, chau.
Se quedó trabajando, todo el día trabajando
frente a la cabina de audio, hablando
palabras en vos baja, cuando su deseo hubiera sido gritar, accionando distintos
sonidos más agudos, más graves, cuando el único sonido, que le hubiera gustado
escuchar, era el silencio, el profundo silencio, que la llevara a su interior y
la hiciera pensar ¿Que estaba pasando con Carla? ¿Qué iría a suceder con ambas? De pronto su
celular llamó.
--¿Pilar?
--Si Carla amor ¿Como estas?, ¿Como esta tu padre? ¿Tuviste algún problema?
Te iba a llamar más tarde, para que nos encontremos antes de ir a casa, pero me
ganaste de mano.
--Pilar mi vida, te llamo precisamente para decirte
que mi padre, tiene una enfermedad terminal, su estado se agravó mucho, hoy
tampoco puedo ir a casa a estar con vos, a dormir abrazadas como siempre,
continuamente pienso en vos mi amor, pero perdóname, debo volver al conurbano
al lado de él, mañana te hablo.
--Mañana es un tiempo muy largo Carla,
demasiado largo para las dos, quiero verte hoy, a la salida del banco y hablar,
mirarte a los ojos, necesito que me digas que esta pasando, tu padre puede
esperar media hora, una hora, mi corazón no.
--Pilar es imposible lo que me pides, un
hermano de mi padre, viene a buscarme a la salida del banco, no puedo hacerlo
esperar, viene de muy lejos créeme, todo
esta bien, lo principal que te amo mucho y te extraño más, se comprensiva, tolérame,
mañana espero tener todo el tiempo, para hablar con vos.
--¿Para hablar conmigo? ¿Y para volver a casa
que tiempo te queda, Carla?
--El de siempre, el de toda la vida, mañana te
llamo, chau amor.
--Esta bien, si así lo deseas así será, chau
amor, pero te repito, no me gusta esto que esta pasando entre nosotras, ¿Será
tu padre o habrá otra persona?
--¡Por favor Pilar! Que estas diciendo, es mi
padre, tené confianza en mi, te amo mucho para hacerte una chanchada, no
empieces a tener celos, no trates de copiarme, la celosa en nuestra pareja soy
yo, de nuevo, chau amor.
--Lo repito de tus labios, chau amor.
Ambos celulares se quedaron mudos, el diálogo
a la distancia concluyo, pero no así los pensamientos, los de Pilar siguieron
funcionando, en pos de un solo deseo, hablar con Carla, ya más que una duda,
sentía una certeza, la única persona que se la podía confirmar, era ella, por
lo tanto decidió pedir permiso y retirarse un rato antes, en la puerta del
banco, además del hermano del padre de Carla, también la estaría esperando ella,
y no se iría a ningún lado, hasta que le explique lo que quería saber.
Como tantas otras tardes de su vida, Carla se
acerco a la puerta principal del banco, el ordenanza le abrió, un chorro de luz
solar entró de la calle, por un segundo esto la encegueció, cuando sus ojos se
acomodaron a la luz de la calle, lo primero que vio fue a Pilar, a pocos pasos,
que la estaba esperando.
--Pilar amor ¿Qué haces acá? No te dije que el
hermano de mi padre, viene a buscarme de afuera lejos, no puedo ir con vos a
ningún lado.
--Que hermano de tu padre ni ocho cuartos,
aquí la única estúpida que te espera soy yo, Carla, no hay nadie más, ¡ves!
Solo yo, y porque estoy acá, te pido de buenas o malas maneras, como a vos más
te guste, que vayamos a un café, nos sentemos
en una mesa y hablemos, de lo que esta pasando con vos.
--¿Adonde queres ir?
--Cerca de aquí, no quiero perder tiempo,
vamos al Claris.
--Lo que vos digas Pilar, vamos.
Caminaron juntas la cuadra que las separaba del
café, Pilar noto que Carla se sentía perdida, estaba dispuesta a hablar, pero
el sinceramiento de ella, la perjudicaría totalmente, e iría a destrozar su
corazón, entraron al lugar y se ubicaron en una mesa.
--¿Qué queres tomar Carla?
--Cualquier cosa, lo que vos tomes.
--Dos cortados por favor. Antes de empezar, o
quizás estemos arrancando por el final, mírame a los ojos, quiero hacerte una
pregunta ¿De quien es esa ropa que llevas puesta? ¿En donde dejaste la que
tenias, cuando saliste de casa Carla? Es lo mínimo que debo preguntar.
--Esta ropa que tengo puesta Pilar, esta ropa
que llevo en mi cuerpo, es el envoltorio del nuevo amor que me domina, no se
que paso conmigo, pero de pronto, inesperadamente una mujer, otra que no eras
vos, apareció en mi vida y me despertó, los más profundos deseos del amor, me
sentí enloquecer, no pude decir que no, me entregue a ella de cuerpo y alma, de
pies y de cabeza, tanto es así, tan grande es este amor que me domina, que te
mentí, me anime a no decirte la verdad, a vos que te quise tanto, no dude en
destrozar tu corazón por salvar el mío, no dude en engañarte -de que otra forma hubiera podido huir de tus
brazos- para caer en los de ella, para
que me apreté y me deshaga, estoy dispuesta a que me mate si lo quiere, de la
misma manera, estoy dispuesta a seguirla donde me lleve, Pilar, se que te hago
sufrir, se que te destrozo el alma, porque nos quisimos mucho, pero no puedo
seguir con vos, ya no te quiero, solo siento que ella, la mujer que no conoces,
se apodero de mi para siempre, soy suya, le pertenezco y por lo tanto, siento
que ya no me perteneces Pilar, no me anime a ser franca con vos es cierto, fui
cobarde, tuve miedo de herirte de lastimarte, pero ahora lo estoy haciendo y ya
no temo, ahora que te dije mi verdad, que destroce tu corazón, enloquecí tu
alma, te sumí en la soledad más absoluta, que produce una separación, mucho más
como la nuestra, en donde hubo tanto amor, te repito ahora no tengo miedo
¿sabes porque? Porque esta noche, cuando desnudas las dos ella me pregunte, ¿la
dejaste? podré decirle mirándola a los ojos, ¡si la deje!, ahora y para siempre
soy absolutamente tuya, ¿Entendes Pilar lo que me pasa? ¿Comprendes lo que te
digo? No te pido que me perdones no, no quiero tu perdón, solo una cosa quiero,
que me olvides, que me arranques de tu cabeza de una vez y para siempre.
--Tenes razón Carla, aunque me lo pidas, no
puedo perdonarte, porque pisoteaste con tu pasión egoísta y alterada, mas de
dos años de nuestra hermosa vida en común, porque tiraste por la borda y de una
sola ves, como un bulto inservible, todos los hermosos momentos que pasamos
juntas, no pusiste nada en la balanza de nuestra relación, no me tuviste en
cuenta como tu compañera, la mujer que durante un tiempo de tu vida, compartió
tu lecho y amo tu cuerpo, extrajo de el los bellos orgasmos que tuviste, solo
te importo otra y la manera que te hacia gozar, lo nuevo, lo desconocido, eso
que no tenes tiempo de valorar, te atrajo más y me cambiaste, tal vez por una
lengua diferente, por un monte de Venus más agudo, por dedos algo más ágiles
que los míos, tal vez, por un ser más arrebatado, esta bien, no caben dudas son
gustos, los tuyos, pero los tuyos destrozaron los míos, salvajemente y a tu
sola decisión, me dejaste sin tu sexo ni tu boca, nunca más nuestras lenguas,
buscaran el orgasmo, que hubiéramos querido tener, todo termino entre nosotras
Carla y me duele mucho, y me dolerá más, pero no voy a arrancarte de mi cabeza,
como me pides, has sido una parte de mi vida y no puedo negarte, fuiste un gran
amor para mi Carla, llegue a decir de vos, que te ame como no hube amado nunca,
ese sentimiento no debo arrancarlo, seria una estupidez, seria como arrancar un
pedazo de mi historia en este mundo, eso no lo debo hacer, lo que si debo hacer,
es ubicarte dentro de mi alma como un recuerdo más, como una foto, que vuelve,
cuando me es necesario recordar mi pasado, chau Carla, ya hemos hablado lo
suficiente, ya nos hemos dicho todo lo que nos teníamos que decir, te quise
mucho, te ame hasta demasiado para mis fuerzas, pero hoy, a partir de hoy ya no
te amo, se acabo todo entre nosotras Carla, vos me pediste que te saque de mi
cabeza, yo te pido algo más humano y real, no nos veamos nunca pero nunca más,
para bien de las dos, chau, paga el café, la que hiciste el gasto fuiste vos.
--Pilar por favor, quiero decirte algo mas
mundano y fuera de todo esto, te doy la dirección donde vivo, ¿me mandas mis
cosas?
--No Carla, no quiero tener ninguna dirección
tuya, te las empaqueto y se las dejo al portero, cuando te avise, pasa a
buscarlas, espero que sea en horas que yo estoy trabajando.
Al otro día Pilar decidió no ir a trabajar,
llamo y se tomo el día femenino, el dolor y la bronca, a ratos la tristeza, le
impedían estar tranquila con ella misma, aprovecho, al quedarse todo el día en
casa, para arreglar sus cosas, pidió en el Super unas cajas de cartón, acomodo
todo lo que era de Carla y se las dejo al portero, ya al terminar con eso, le dio
la sensación, que había terminado totalmente con Carla, concluido de alejarla
de su vida, para siempre, arreglo su departamento, salio, e hizo algunas
compras para tener comida ¿En que se equivoco, para que Carla la dejara de esa
forma? Recién ahora, se daba cuenta de lo inestable, que había sido el carácter
de Carla ¿Quizás ahí estaba uno de los problemas, que no supo valorar? Pero no
importaba nada, ya el mal había sido hecho, solo le restaba ser fuerte, tratar
de superarlo de la mejor manera posible, hay más mujeres en el mundo, y Carla,
no sería la última en su vida, mientras así pensaba, de pronto sonó el portero
eléctrico.
¿Quién es?
--Damian, quiero verte, estoy preocupado
porque hoy faltaste al trabajo.
--¡Y a vos eso que te importa! Ya te dije que
nada de mi vida, debe interesarte.
--De tu vida no, pero de tu salud si ¿Te pasa algo? ¿Puedo subir a tu
departamento?
--A mi departamento no sube ningún hombre.
--Perfecto, entonces baja vos, aquí cerca hay
un bar, que no tiene problemas en recibir hombres con mujeres, o mujeres con
hombres, podemos charlar un rato en el, tomar un café, ¡señora lesbiana! no le
estoy pidiendo que se acueste conmigo, simplemente un café, se quemara sus
hermosos labios, con un pocillo, no con los míos, quédese tranquila, si de algo
te calma, te informo que tengo un bloqueador sexual en el bolsillo, lo tomo y
listo.
--¡Tómatelo y ándate! ¡Me tenes podrida
Damian! Quiero estar sola, ¿porque oscura razón de tu pensamiento, se te ocurre
que quiero hablar con vos?
--Por la oscura razón de mi ignorancia, soy un
ignorante de tus sentimientos, de lo que te esta pasando, apenas te conozco
Pilar, es ese poco conocimiento tuyo, el que me pide saber más de vos,
bloqueador mediante, te invito nuevamente a tomar un café, no te estoy invitando
a la cama, ni a que me beses ¿Tanto te cuesta estar un rato a mi lado, separada
por una mesa? ¡Por favor Pilar! Te propongo buscar la mesa más larga del lugar,
sentarnos uno frente al otro, en los extremos de la misma, ¿Aceptas Pilar? ¿Qué
decís?
--Digo que sos un pesado, digo que me pago el
café, porque no quiero nada de los hombres, digo que bajo, porque solo quiero
saber, cual es el verso que preparaste
para esta ocasión, por ahí me río un poco, tal vez seas divertido y eso me haga
bien.
--¡Por fin Pilar! Que dura sos, métele te
espero.
Un rato después Pilar bajo, tenia mocasines ,
yin, camisa blanca y el pelo recogido sobre la nuca, uno no podía decir otra
cosa que no sea, que estaba preciosa, Damian opino lo mismo de inmediato, pero
no se lo dijo, temió espantarla de su lado , estaba decidido en su conversación,
a ser lo más asexuado posible, no quería líos, solo quería estar un poco con
ella, que se sienta cómoda y nada más, el era un corredor de largo aliento,
siempre le gustaron las maratones, no correr en cien o doscientos metros, eso
trataba de aplicarlo en su vida, caminaron juntos unas cuadras y llegaron al
bar, se sentaron en una mesa, ni la más larga ni la más corta y pidieron dos
gaseosas, era un final de día, con bastante calor.
--¿A que me trajiste aquí Damian?
--No te traje vinimos.
--Esta bien, vinimos, pero una ves que aquí
estamos, te pregunto ¿Qué queres de mi? ¿Qué estas maquinando en tu cabeza, que
necesitas provocar una cita en un café, para hablarme? Lo podrías haber hecho
mañana, en el hospital.
--No estoy maquinando nada, solo que cuando
supe que habías faltado al trabajo, me preocupe por saber si te pasaba algo,
vine a verte, eso es todo, algo si se quiere, correspondiente al ámbito social,
no se te vaya a ocurrir entender, ámbito sexual
--¡No te hagas el chistoso conmigo Damian! ¡No
me gusta!
--Tenes razón, perdona, ¿Sabes porque te traje
acá? Porque de golpe se me ocurrió una pregunta, una pregunta posible de que
haya sucedido.
--¿Cuál?
--No me contestas, como me contestaste aquel
día en tu gabinete, que puedes responder cualquier pregunta.
--No estoy para palabras sin sentido ¿Cuál
Damian?
--¿Te separaste de tu pareja?
--¡no te importa!
--¿Te separaste de tu pareja?
--¡No te importa!
--¿Te separaste de tu pareja?
--¡Si! No te importa.
--¡No!, me importa y mucho Pilar, te veía
triste y alterada, necesitaba saber el porque.
--¿Y ahora que lo sabes, en que cambia todo
para vos y para mi?
--Para vos, que yo se lo que te pasa, y para
mi, que comprendo tu dolor y quiero ayudarte, para los dos, que no me huyas mas
Pilar, tengo un pene, soy un hombre, pero eso es culpa de la naturaleza, no mía,
quiero estar a tu lado, nada más que eso, verte así, como estas sentada ahora,
frente mío, oír tu vos, no tus reproches, ver tus ojos, no tu nuca Pilar,
salvando las distancias, ambos atravesamos situaciones parecidas, tu alma con
toda razón, esta desconsolada porque sufre la traición, del abandono imprevisto,
certero, sin merecerlo, habiendo querido tanto, como vos quisiste, mi corazón,
sufre tu rechazo Pilar, tu altivez, tu desprecio, tu lejanía, tu ignorancia total
de que te amo, estamos los dos en el mismo tren y también están, las
consecuencias de los que nos pasa, en nombre de esas circunstancias, propias
del momento que nos toca vivir, te pido Pilar, que no te alejes de mi, no
quiero decirte te necesito, pero pienso que ambos deberíamos estar juntos, para
que podes preguntarte.
--Eso Damian ¿Para que?
--Dame la oportunidad de ganarte el corazón,
haz lo que quieras con tu vida, pero no me impidas que este cerca de tuyo.
--¿Te harías travesti para ello?
--Si lo queres, me haría travesti para ello,
si me pides que no te toque, que no te bese, que no te hable de mi amor, no lo
haré, pero no me digas que te deje, que me vaya de tu lado, eso va más aya de
mis fuerzas y no puedo acerté caso.
--No me hagas caso, si te digo que me dejes,
que te vayas de mi lado, pero háceme caso en todo lo demás, no se que buscas en
mi, o que encontraste en mi, habiendo tantas mujeres cerca de vos, tantas,
menos complicadas que yo, pero es cierto, muchas veces los designios del amor
son inexplicables, y este, no será una excepción más a la regla, estoy fuera de
tu circuito Damian, ya te dije mil veces, que me gustan las mujeres, ya lo
sabes y hoy sufro, por una que me dejo, y vos insistís con tu amor ¡Me pones
loca! No se que decirte para que me olvides, no se porque caray te enamoraste
justo de mi, una lesbiana, una mujer, que no puede devolverte un beso, que se
niega a ser penetrada por tu sexo, que siempre huirá de tus caricias, que
siempre sus deseos, serán opuestos a los tuyos, ¿Sos masoquista Damian, como yo
lesbiana? Debes serlo, sino de otra manera no me explico, como queres estar al
lado mío, pero esta bien, en nombre de ese tu masoquismo, te acepto, no sueñes
con cambiarme, no lo conseguirás nunca, aunque se que en el fondo de tu corazón,
crees que si , por eso me propones este juego, allá vos con tus sentimientos,
yo no soy quien para juzgarlos, pero queres que te adelante lo que va a pasar,
un día te cansaras y me dejaras Damian, un día, llegara otra mujer, que tome tu
sexo, muerda tu boca y vaya con vos a la cama, entonces ese día, igual que
Carla, te olvidaras de mi, la gran diferencia con ella, que cuando eso ocurra,
no te guardare rencor, es más, estaré contenta porque me dejaste, porque vas a
hacer lo que siempre debiste hacer, salir con una mujer, todo eso si en el
ínterin, no se me cruza un nuevo amor, otra mujer que me enloquezca, entonces
Damian, estarás perdido y yo habré vuelto a mi vida normal, ahora ¡basta de
charla! Llévame a casa, quiero dormir,
mañana te prometo estar en el hospital, como siempre, haciendo tus audiometrías,
viendo que capacidad de oír tiene la gente, no sabiendo que necesidad de que me
escuchen, tengo yo, vamos Damian, es tarde, yo pago lo mío, vos lo tuyo,
caminamos unas cuadras y te vas, quiero estar sola, mañana será otro día y me
dirás buen día, cuando me veas, yo te diré, que tal Damian como fue todo, vamos,
quiero dormir.
Salieron y Damian la dejo en su casa, el mismo
fue en busca de la suya. La amistad, entre un hombre y una mujer, no es el amor,
pero tal vez es, lo que más se le parece, que los diferencia, un beso
imprevisto, una caricia, sobre un pelo de mujer o la espalda de un hombre, dos
miradas, que de pronto se ven de otra manera y asoma en ellas, un fuego extraño,
que quizás preanuncia el comienzo, de otro sentimiento diferente, todo ello
puede ser causa, según las circunstancias, que en el encuentro de dos seres,
que eran amigos, aparezca de improviso el amor.
Pasaron varios meses, de la última conversación que tuvieran, Pilar y
Damian, aquella en que ella tolero, o permitió, que el estuviera a su lado, a
riesgo suyo y sin molestarla, el tiempo paso, como dijimos, ambos continuaron
trabajando en el hospital, el trató de estar cerca de ella, lo más posible, y
la amistad entre ambos se consolido, eran amigos de verse todos los días, de ir
a un café, a la salida del trabajo, para charlar de sus cosas, después, el
siempre la acompañaba a su casa, allí se separaban hasta el otro día, donde
volverían a encontrarse en el hospital, Pilar se sentía contenta, ya no
expresaba tanto rechazo hacia Damian, ¿Por qué no? Lo tomaba casi como una
amiga, un compinche necesario, para no estar sola en la vida, para verse
acompañada y comprendida, la herida de amor que le produjera Carla, se fue
diluyendo, cicatrizándose, el deseo de tener otra pareja femenina, la tenia sin
cuidado, de nuevo estaba organizando su vida y era amiga de Damian, que estaba
a su lado y la quería, no sabia porque, si ella no hacia nada para ello, pero
lo cierto que la quería, mas allá de todo, incluso de su indiferencia, con este
bagaje de cosas a su favor, un viernes como tantos otros, a la tarde, al salir
del trabajo, fueron con Damian a un café a charlar.
--Damian.
--¿Qué Pilar?
--Estuve pensando en estos últimos días y
estoy pensando ahora, que difícil que eres para mi, no siendo mujer, no se como
abordarte sentimentalmente, no se, porque nunca lo hice, encarar a un hombre,
no se que debo hacer, si te quiero, pero cosa extraña, estoy segura de que hacer,
si te odio, tal vez odiemos con la misma intensidad, a un hombre como a una
mujer, y con el amor sea diferente, si con el amor es diferente, yo que ame a mujeres y a ningún hombre, te pregunto ¿Qué
debo hacer, si por casualidad amara a alguno?
--Si por casualidad queres a un hombre, qué
deberías hacer, algo muy simple, decírselo.
--No es simple para mi Damian, es lo más
complicado de mi vida, es dejar de ser yo misma y pasar a ser, otra persona, en
el momento que mi boca, le dijera a un hombre mirándolo a los ojos ¡Te quiero!
Estaría dejando atrás, muchos ojos iguales a los míos, a quienes eran los
únicos que miraba, para los cuales me resultaba muy fácil, declararles mi amor,
porque formaban parte de un rostro de mujer, lo que te estoy diciendo, es otra
cosa Damian, en ese te quiero, iría implícito el fin de mi pasado, en ese te
quiero, frente a los ojos de un hombre, juego mi futuro de mujer, y no se si no
se, o no se, si puedo decirlo, esa es mi duda Damian.
--Las dos cosas son una y la misma Pilar, si
no sabes no puedes decirlo, no juegues tu destino de mujer, si no estas segura
de lo que haces, en lo profundo de tu corazón, en el fondo de tu alma, solo
allí, esta la respuesta, yo no la tengo, pero trata de encontrarla dentro tuyo,
si un día quieres a un hombre, los ojos de el te serán gratos, en su mirada
veras tu mirada, si tu boca le dice a esos ojos, te quiero, se lo estará
diciendo a la persona, a la cual le entregaste tu amor, ¿Tanto te cuesta
mirarme? ¿Tanto te cuesta reconocer, que me puedes amar, que tengo alma y
corazón que son tuyos? No son mis ojos, los ojos que vos miras, son los que te
ven, los que te saben hermosa, los que le dicen a mi mente, que debo quererte,
porque sos la mujer, que siempre soñé tener, como compañera de mi vida, esos
Pilar, son los ojos de un hombre, a los que te cuesta mirar y decirles te
quiero, es cierto, tenes razón en eso también, son los ojos que cambiaran el
destino de tu vida.
--Hoy por hoy, no se cual es el destino de mi
vida Damian, porque vos te metiste en ella, y lo complicaste todo, diste vuelta
sus gustos, cambiaste sus deseos, ella, mi vida, te reclama que la dejes en paz,
que la ayudes a comprender que esta pasando, que le permitas hacer lo que desea
y quiere, lo que le cuesta y necesita.
--Yo a vos, no a tu vida, te permito hacer lo
que deseas y quieres, lo que te cuesta y necesitas, solo te pido, que lo hagas,
cuando te encuentres segura de ello, cuando tu corazón te diga, este es el
momento y no importa, como te salga, lo único que importa, que estés convencida
que lo queres hacer.
--Estoy convencida que lo quiero hacer, Vamos
Damian, es tarde, llévame a casa.
Tomaron el colectivo de siempre, una media
hora más tarde, estaban frente al departamento de ella.
--Bueno Pilar, te dejo, mañana nos vemos en
audi.
--Damian
--¿Qué?
--No me lo hagas complicado, subí conmigo.
Lo tomo de la mano y noto, se dio cuenta, que
esa no era la mano, que enlazara tantas veces con sus dedos, para hacer el
amor, que esa piel, no correspondía a la que acariciara siempre, que la fuerza
que sentía la apretaba, actuaba diferente de otras fuerzas, que la acompañaron,
rumbo al lecho y a la dicha, pero lo que le parecía igual, tan igual, como
todas las veces que le toco amar, era su amor, ella lo amaba sin distinción
alguna, más halla de su sexo, o su condición de hombre, iba a entregarse por
amor, como en los momentos más felices de su vida, lo había hecho. Sin hablar,
sin decir una palabra, porque así lo habían querido ambos, llegaron al
departamento, Pilar abrió e hizo pasar a Damian, fueron hacia el living, una
vez ahí le dijo lo siguiente, porque la mujer es la que habla primero.
--Damian, si fueras una mujer, en este momento
te estaría desnudando, llenándote de besos, no lo puedo hacer, sos un hombre,
por lo tanto desnúdate solo, acá, en el baño, donde se te ocurra, yo mientras
tanto voy al dormitorio, me saco toda la ropas y me acuesto, allí te espero,
entre las sabanas seré tuya, pero ni se te ocurra prender la luz, que no quiero
verte, solo quiero sentirte, abrazarte y si puedo, besarte, no me llama tu
cuerpo desnudo, solo me interesas vos, como sentimiento, como deseo para calmar
mi deseo, como vaso para llenarlo, con las ansias del amor, que quiero darte,
Damian, como vos lo quisiste, como yo hoy lo quiero, me penetraras amor, con tu
sexo, que mi cuerpo siempre a rechazado , desde ese momento, podré mirarte a
los ojos, esos ojos de hombre que posees y decirte, te quiero, te quiero amor,
por eso hago lo que hago, por eso entierro mi pasado y abro, mi porvenir, por
eso espero no fallarte y que ninguna mujer, se cruce en mi camino.
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