--Ponete el forro y ponela de una vez, ya la
tenes parada, déjate de joder con la franela.
--Me gusta acariciarte, porque tan apurada.
--Porque pagaste para coger, hay un límite de
tiempo, afuera espera otro, si tardas pierdo plata, así que ponela de una ves y
terminamos, es la hora.
--Esta bien, te la pongo término y listo, otra
vez voy a sacar tarifa doble.
--No lo hagas, porque no me interesa joder, lo
único que quiero, es que se les pare rápido, la ponen, con el forro por
supuesto, como ahora lo estas haciendo vos y como vos, terminan ligerito y se
van, ¿Ya terminaste? Se acabo, chau pibe, tira el forro en ese tacho, decile
afuera que entre al que le toque.
--¿Por el culo cuanto vale?
--No me gusta que me la pongan por el culo,
conmigo no va, si queres esa joda pedí con Clarita, ella coge por donde le
pidan, te digo para que sepas, que por el culo vale doble, como ves, soy una
boluda estoy perdiendo plata, pero así soy, lo que no quiero, no quiero, tómatelas,
no me preguntes más nada, decile que pase al otro.
El pibe salió, Carla desnuda, se quedó tirada
en la cama, esperando el próximo cliente, miró la hora, terminaba su turno y
este, sería el último, se abrió la puerta y apareció en el cuarto, un hombre
más, igual a todos los otros, que ese día la visitaron, en busca de su sexo.
--Pasa, cerra la puerta, desvestite, deja la
ropa en la silla y acostate, yo te ayudo a que se te pare, antes de coger
ponete forro, toma acá te lo dejo, metele que pasa el tiempo.
El que estaba allí en ese lugar, el hombre
necesario, se desnudo tal como le dijeron, se acostó en la cama, Carla toco su
sexo y se lo acaricio, hasta que estuvo bien firme.
--Listo, colócate el forro y ponela, si
terminas antes te jodes, dale.
Así lo hizo él, se puso el forro, Carla, se
abrió de piernas y se hecho para atrás, lo atrajo hacia ella, le guió el pene,
para que entrara en la vagina, se movió un poquito y ya esta, el último señor, había
acabado, fin de la jornada laboral.
--Tira el forro en el tacho, que tenes ahí,
vestite rápido y ándate, cerra la puerta cuando te vas.
Se quedó en la cama, esperando que el tipo
haga como le dijo, una ves que salió, se levanto de la cama y fue hacia el
baño, se saco el profiláctico vaginal femenino y se baño, un buen baño de agua
caliente, renueva el cuerpo. Hoy, se había despachado a dieciséis tipos, en las
cinco horas que trabajaba, en el quilombo, de la plata a ella le quedaba el
cuarenta por ciento, el resto era para los dueños, que por supuesto, nunca
habían dado la cara, ella, arreglaba todo con Lola, una mujer madura, que
estaba en la casa y manejaba, la vida del quilombo, Carla vivía sola, por el
Once, cerca de ahí, era una puta, que nunca supo independizarse y siempre,
necesito estar, dentro de una organización, pero aceptaba la forma de vida que
llevaba, se sentía feliz, para el pensamiento de ella, esos dieciséis tipos que
se volteo hoy, equivalían a dieciséis remeras, que hubiera debido confeccionar,
si seguía en el laburo de costurera, pero no, aquí ganaba mucho más, cuando
abría la puerta y salía a la calle, cuando dejaba el quilombo, ese mundo
desaparecía de su cabeza, ya nada le preocupaba de él, en su vida diaria, vivía
con la mentalidad y la desenvoltura, de una oficinista, o de una mujer que
trabajara en un banco, no tenía culpas ni complejos, solo una cosa, eso si, le
gustaba la plata que ganaba, porque sentía que podía vivir bien, como ella quería,
lo demás, algún día vería que hacer con todo eso, por ahora le resultaba cómoda
la vida que llevaba, era joven, tenía veintiocho años, hacia tres que se
dedicaba a trabajar de puta, oficio tan respetable como cualquiera, pero al que
no podía nombrar nunca, en sus relaciones con la gente, su vida sentimental,
había sufrido altibajos, tuvo algunos novios, pero en el momento de formar
pareja y dejar el quilombo, le pareció más seguro, seguir con el quilombo y los
dejó, o fue más dura y les contó la realidad de su vida, entonces la dejaron, punteándola
por el análisis de sida, que se debían realizar, cosa de ellos, sabía que
estaba jugando con fuego y se podía quemar, que de caer enferma, nunca más
seguiría en su laburo, su vida pasaría a ser un infierno, pero en ese sentido
tenía la cuota de irresponsabilidad de pensar, a mi no ¿Por qué a mi? Pese a
todo se cuidaba, ella usaba forro y todo el que cogia con ella, también, pensándolo
bien, no había encontrado un hombre que la pueda, alguien por el cual pierda la
cabeza, quizás fuera por su oficio, estaba con dieciséis hombres por día, haciendo
el acto sexual con ella, los manejaba como quería, los hacia eyacular, en el
tiempo justo para que pase el que sigue, además, cada ves notaba, que estaba
más harta, de todo lo que tuviera relación con el sexo masculino, no, no era
cosa, de que no vaya a enamorarse, eso le ocurría y plenamente, la pasaba bien,
se entregaba al otro, pero cuando iba a la cama con su pareja, en el momento de
verlo desnudo, junto a ella, se le cruzaba en la cabeza, la otra cama, los
otros hombres que la buscaban, como máquina eyaculadora y sentía algo, un no se
que, que le nacía de la vagina y, cosa paradójica, le impedía tener una buena relación,
con el hombre que amaba, con su compañero, con su pareja, a veces, inclusive
esto fue causa de peleas y separaciones, pero bueno, ella sabía que no era una
colegiala, era una puta y todo, no se puede pedir, mejor dejar que las cosas,
se vayan presentando y ver que pasa, reconocía, en sus charlas consigo misma,
que este laburo dependía fundamentalmente, de un cuerpo joven, por lo tanto,
solo lo podría hacer, por algunos años más, entonces debía juntar guita, como
lo estaba haciendo, ponerse metas en su futuro, no quería terminar como Lola,
-hablando de Lola- ya estaba lista para irse, fue a buscarla, quería cobrar y
desaparecer, la encontró en un cuarto pequeño, cerca de la entrada.
__Lola amor, me pagas que estoy apurada.
--¿Cuantos te bajaste hoy Carla?
--Dieciséis
--¿Cuánto calculaste vos, mil?
--Así es Lola.
--Toma mil hasta mañana.
--Chau Lola, mañana te traigo medias lunas, para
el café con leche, no compres vos
--Bueno Carla como quieras.
--Saludos a las chicas, cuando las veas.
--Se los voy a dar Carla, chau.
Ya en la calle camino, siempre le gustaba
caminar un rato, cuando salía del laburo, cinco horas tirada en la cama, moviendo
tipos, a un promedio de uno cada quince minutos, la volvía loca, necesitaba
darse un respiro, después de un rato, se dio cuenta, que no sabía adonde iba,
ni lo que tenía que hacer, porque estaba sola, sola como un hongo, en medio del
campo, e ir de un lado para otro, no le resolvía nada, solo la cansaría más,
decidió ir a un café, así se sentaba y tomaba algo, pero antes –en el café
también estaría sola- decidió entrar a una librería de viejos y buscar un
libro, para leer, así la pasaría mejor, pensó en una novela rosa de amor, esas
aventuras que nunca pasan en su vida, ni en la vida de nadie, recorrió los
estantes, revolvió los cajones, de pronto encontró, la mano de alguien, que la
frenaba en el intento, de alcanzar el libro, que supuestamente le interesaba.
--Perdón, es extraño lo que pasa, vas a
agarrar el libro, al que yo también deseo ver.
--Es que yo lo vi primero, supongo, ya que mi
mano llego antes, que la tuya.
Lo miró rápido, a ver que quería el tipo y
como le caía, le pareció que era sincero, peleaba por su libro, le pareció que
podría pasar un rato con él, antes de estar sola, decidió llevarlo al café.
--Eso esta por verse, deberíamos discutir,
quien llegó primero.
--Mira te propongo algo.
--No quien va a proponer algo soy yo, compro el
libro, porque mi mano llego primero, vamos a ese café de enfrente y discutimos,
a ver quien se queda con él.
--Sos una chica ecuánime e inteligente,
descubriste dos cosas, que me gusta tomar un café acompañado, y que, realmente
buscaba ese libro.
--Es lo que pensé, por eso te invite a
hacerlo, veni, el libro por el momento es mío, vamos a la caja, pago y nos
cruzamos al café ¿Cuál es tu nombre?
--Matías, ¿el tuyo?
--Carla, vamos Matías, discutiremos alla.
Del cajón de los usados, se fue un libro,
detrás de un hombre y una mujer, los que lo vieron dicen, que era una novela de
amor, ellos que lo llevan, solo ven una excusa, una manera de estar
acompañados, frente a una taza de café.
--¿Te gusta leer Carla?
--Cuando estoy sola, si Matías, en un bar como
este, con el ruido de la gente, con el tintinear de las tazas y los vasos, el
movimiento de las sillas , el murmullo de la voz humana, me introduzco en sus
páginas y me voy del lugar, estoy dentro de la historia, soy la protagonista,
por eso para estas ocasiones, siempre busco novelas de amor, lo que me llama la
atención, que vos Matías, un hombre, supuestamente macho argentino, se incline,
por las novelas rosa.
--¿Estas sola Carla?
--¿Por qué te inclinas por las novelas rosas, Matías?
--No me interesan.
--¡Como que no te interesan! Si estuvimos
peleando por ella.
--Estuviste, yo solo pelee por estar con vos,
si hubieras agarrado un libro de gramática inglesa, igual te hubiera dicho, que
era el interés de mi vida, la gramática inglesa, cosa que odio, pero bienvenida
sea, si hubiera sido la causa por la cual ahora, estamos sentados los dos,
tomando un café juntos.
--Primera desilusión, me engañaste.
--No te engañe, todavía cabe la posibilidad,
de que hubiera visto el libro antes que vos, que lo hubiera agarrado por
curiosidad, pero aproveche las circunstancias, seguí tu juego, te digo más, soy
yo el que se esta desilusionando.
--¿Por qué?
--No sos sincera conmigo, evitas responder a
mi pregunta.
--¿Cuál pregunta?
--¿Estas sola Carla?
--Eso a que viene, hoy estoy sola, mañana
puedo estar acompañada, no vinimos acá a forma una pareja, ni a buscar una
compañía, que no me interesa, ¡Matías desperta! Solo vinimos a tomar un café,
ver quien se queda con un libro.
--Tan simple, tan matemáticamente falto de
sentimientos, siendo así, el libro es tuyo, yo me quedo con el café,
--¿Sos sentimental Matías?
--No, no soy sentimental, lo que pasa que
estoy solo y esta ciudad, esta inmensa cantidad de gente, que no te da pelota,
se vuelve insoportable, cuando estas solo, eso es todo. Buscaba engancharme con
alguien, escuchar que me hablen y poder hablar.
--¿El enganche fui yo?
--Tal cual.
--Ahora para cerrar el circulo, necesitas
saber si estoy sola, porque si estoy sola, mañana podríamos volver a salir,
pasado también, después la cama y bingo, Matías no está más solo, gracias a
Carla, dejo que eso le joda, por el momento.
--Sos un poco cruel ¿O me equivoco?
--No, no soy cruel, por el contrario, te
quiero hacer ver, que estas equivocado, busca a una mujer, porque te gusta, porque
te la queres coger, pero no porque estas solo.
--Si te digo que me gustas, que por eso te
encare en la librería.
--Puede ser, pero te contesto, que no vas a
coger conmigo, no me gusta tener en la cama, a un tipo que esta solo.
--¿A quien te gusta tener en la cama?
--Es cosa mía no te interesa.
--¿De que trabajas Carla?
--Trabajo de lo que puedo, de lo que aparece y
me resulta interesante, trato de ser libre, busco ganar la plata, sin que me
jodan demasiado. ¿Y vos Matías?
--Soy taxi boy, vivo de las viejas y las minas
solitarias, de la desesperación por tener sexo, sin amor y pagando. Es algo que
no debería decirte, es una situación que no hubiera querido que sepas, te
podría haber mentido, sos una de las pocas mujeres, que están a mi lado, sin
que mi celular, halla tenido nada que ver, pero no se porque, te lo dije de
una, como no lo hubiera imaginado decir, nunca, a una mujer que como vos, me
interesa para algo mas, que una simple joda. Quizás, porque después de esta
conversación, no nos veamos nunca más, tal vez, porque me dio en las pelotas,
que dijeras, no me acostaría con un tipo que esta solo, entonces te largue
quien soy, que hago, estoy solo, pero cojo con todo el mundo, tengo el celular
apagado, si lo prendo, seguro alguna vieja loca, me estaría pidiendo por favor
que la coja.
--Que triste es vivir así, Matías.
--No se si es triste Carla, pero me acuesto
con tantas, que no gozo con ninguna, tantas conozco, que cuando más son, más
solo me siento, esa es la soledad de que te hablo, estoy podrido Carla, quiero
largar y no se como, es muy buena guita, no la ganaría en ningún lado, también
hay gente con la cual debo repartir, que no te la hacen fácil. Cambio de tema,
si estamos peleando por un libro Carla, se me ocurre preguntarte ¿Cuál sería el
titulo del libro, que cuente tu novela rosa? Te pregunto, porque quiero saber
algo más de tu vida, las respuesta que me diste, no me dejaron conforme, creo
que fui mas sincero que vos, en que sepas quien soy, que es lo que hago, más
halla que te guste o no.
--¿De mi novela rosa? Te voy a decir, el
título sería. Te mentí sin conocerte, no trabajo de lo que puedo Matías, para
que te quedes tranquilo y pensemos juntos, soy puta, trabajo en un quilombo, mi
especialidad, hacer eyacular a los tipos, lo más rápido posible. Ese es mi
laburo.
--Deberíamos romper el libro de la novela
rosa.
--Para que, lo más correcto sería devolvérselo
al librero, no es para nosotros.
--Sin embargo Carla, quien te dice, no
perdamos la esperanza, quizás un autor, no se cual, ni quien, pueda hacer de
nosotros, una novela rosa.
--¿Cómo el libro?
--Como las páginas sueltas, de tu vida y la
mía, voladas al viento, mezcladas de nuevo, para que terminen quedando, como un
buen final.
--¿Crees en los finales buenos, donde ellos,
se liberan de esos tipos, que vos decís?
--No creo.
--¿Qué crees entonces?
--Que elegimos un camino, muy fácil, con un
final muy difícil, nos equivocamos, estamos condenados, a no poder amar, el día
que salgamos de esto, si antes no nos detiene el sida, será porque ya no
sirvamos más, para nada, cuando nuestro deseo halla desaparecido, nuestro
cuerpo envejecido, entonces Carla, no nos encontraremos en ningún café, nos
estaremos puteando eternamente.
--Ves muy bien el futuro, Matías, pues tenes
claro el presente, si lo tenes tan claro ¿Por qué no paras? Hasta aquí llegue,
tranzas con los tipos, te las tomas de la ciudad, del país, con un martillo,
rompes tu celular y nunca más, viejas y minas solitarias, ¿Por qué no lo haces
Matías? ¿Por la guita? ¿Por miedo? ¿Por qué en el fondo te gusta meter la
pistola en cualquier lado? Ves a las viejas que mueren por vos, a las minas
solitarias, que no te dejan ir, te sentís un pene importante, Matías, un pene,
buscado y requerido, un pene, que se burla de la mujer, reduciéndola a la
condición de esclava, de sus caprichos. ¿Qué es de todo eso, lo que te impide
terminar, con lo que haces? ¿O será que en realidad, queres seguir haciéndolo,
pero te mata la culpa?
--No lo se Carla, a veces pienso que nací para
esto, otras estoy podrido y quiero dejarlo, pero en definitiva, si me apuras un
poco, te digo que la guita y el laburo fácil, son dos cosas que me detienen, a
la hora de rajar, vos Carla ¿Por qué vos no dejas de ser puta, de acostarte
diariamente con tantos tipos, perdón, acostarte es un decir, en realidad, que
tantos tipos, pasen por tu cama, con el único fin, de embocarla en tu sexo, no
es eso horrible?
--Lo es, es lo más asqueroso que hay, pero al
igual que vos, no tengo respuesta para darte, pienso también, que lo hago por
la guita y la comodidad, el poco esfuerzo, en función del dinero que uno gana,
de última somos débiles, nos enredamos en esto y no podemos salir, porque en
definitiva, es lo único, que sabemos hacer, usar nuestro cuerpo, para beneficio
de aquellos, que al suyo por si mismos, no consiguen darle, ninguna felicidad.
--Según vos, somos servidores sociales, de la categoría,
“Haga conmigo, lo que no puede hacer con nadie, debido a la estupida
personalidad, que usted posee”.
--Exacto Matías, nos deberíamos asumir como
benefactores, de la sociedad, eso nos dejaría mucho más tranquilos, una
pregunta ¿Te acostas con tipos?
--No, con tipos no, eso no me gusta, no se me
para, no me interesa, lo derivo a otros colegas, que tienen esas apetencias.
--Con las minas, ¿Siempre se te para Matías?
--¿Con las minas? Depende de la mina y el
cansancio, si no va, tomo viagra y listo.
--Yo no tengo ese problema, para mí, todos
van.
--Ya lo se, el orgasmo fingido, es el mejor
hecho teatral, que se haya producido, en la historia del arte.
--Ni eso, solo les interesa, meterla, eyacular
y chau.
--La famosa sensibilidad, masculina.
--¿Vos sos sensible, Matías? En relación, a
esa sensibilidad masculina, que decís.
--Cuando quiero a una mujer, trato de serlo,
cuando trabajo, nada me interesa más, que cobrar e irme.
--¿Alguna mujer te quiso?
--Si.
--¿Le dijiste que eras taxi boy?
--No, ¡estas loca! decirle semejante cosa.
--¿Vos la querías mucho?
--Si, la quise mucho.
--No entiendo, -yo también, he cometido la
falta, que quiero me expliques- Como, queriendo mucho a una persona, no le
decimos lo que hacemos, con nuestro cuerpo, nos acostamos con ella y la
exponemos, a toda clase de riesgos. ¿Cuál es el amor, que tenemos hacia el
otro? Pienso que es el mismo, que manifestamos para nosotros, ninguno, yo, he
amado mucho a un hombre, le he permitido, que haga con mi cuerpo, todo lo que
quisiera y no tuve, remordimiento alguno, sabiendo la cantidad de tipos
distintos que pasaron, por él. ¿Qué estaba pensando? Solo estaba pensando en
mi, en satisfacer mi deseo, de él nada me importaba, -aunque mucho lo amaba-
solo buscaba me diera el amor, que yo quería, el amor que como mujer
necesitaba.
--Ahí en eso ultimo, la necesidad, podría
estar la explicación de todo lo que me dices, ,Carla, en un momento de nuestras
vidas, hartos de todo lo que hacemos, necesitamos, vernos como seres comunes,
vivir un amor, igual que ellos, sentir que nos quieren y que queremos, saber
que la persona, que esta al lado nuestro, no paga para estarlo, sino, por el
contrario, está, porque nos ama y a la vez, busca nuestro amor, entonces, nos
entregamos sin decir nada, nuestro pasado desaparece, porque el amor, a colmado
nuestro corazón, una vez, aunque sea una, nos enredamos en la vida normal, que
no podemos tener, ¿Cómo decirle al otro lo que somos? Destrozaríamos todo el
amor que nos profesa, ¿Cómo castigarnos así? Si muy rara ves en una relación,
hemos sido amados, queridos de verdad, como se debe, como es necesario que lo
hagamos y nos lo hagan. Lo dejamos pasar Carla, ¿Somos irresponsables? Seguro,
pero no te olvides, que no podemos dejar de ser humanos, con todo lo que esto
significa.
--¿Cuándo trataste de levantarme, en la
librería de viejos, con el asunto de la novela rosa, estabas queriendo vivir un
amor, como los seres comunes?
--De verdad que si.
--De lo cual debo entender, que hay algo en mí,
que te seducía.
--¿Por qué hablas de tiempo pasado, seducía?
--Sabes porque, imagino que ahora, que conoces
toda mi verdad, esa primera ilusión, habrá desaparecido, soy una puta Matías,
trabajo de eso.
--Yo un taxi boy Carla, también trabajo de
eso, no se si me dejaste de gustar, porque sos una puta, pero debo reconocer,
que la ilusión no es la misma, con la que me acerque a vos, te imaginaba una
mina común, en cambio sos una mina, que detrás de si, lleva una historia, de
infinidad de penes, que la penetraron.
--Pero yo no ame a ninguno, me cuide, use
preservativo, con cada uno de ellos, ni me fije en la cara de su dueño, es más,
nadie nunca salió conmigo, del quilombo, siempre me creí y comporte como una
máquina que hacia eyacular, a un montón de nabos, que pagaban para eso, nada
más, es verdad, no soy una mina común, pero mi corazón, es tal cual, al de una
mina común, mis sentimientos, los guardo bajo siete llaves, solo se los voy a
dar, al hombre, que yo decida amar, al que me quiera sin conocer, o conociendo
mi pasado, soy una mujer, que necesita amar y ser amada, igual que cualquier
mujer, Matías, una cosa tengo clara, seré fiel, sumamente fiel, al hombre que
me entregue para siempre.
--Las preguntas despejan dudas, Carla, ¿Yo
como taxi boy, que chanse tengo en tu vida, algo más, de la que tiene un hombre
solo?
--Primero, deberías querer entrar en mi vida,
después, quien puede tirar la primera piedra, Matías, que es lo que `podría
reprocharte, de tu forma de vivir, que no me lo haya reprochado yo, de la mía,
en la librería sin conocernos, nos creíamos diferentes, he aquí, pensamos, el
ser normal, para disfrutar un rato de verdadero amor, nos equivocamos feo, aquí
en el café, en este lugar, hablando entre nosotros, nos dimos cuenta, ambos nos
contamos, que estamos en la misma, no somos seres normales, ahora bien te dejo
la pregunta, ya que dices que disipan dudas. ¿Pese a eso, igual podríamos
disfrutar, un rato de verdadero amor? Eso es lo que no se, tampoco quiero
saberlo ahora, se me ocurre, que es demasiado rápido para ello, solo quiero
decirte algo, me gustas Matías, cuando te vi, en la librería, pensé que con
vos, me sería fácil enamorarme, disfrutar un poco del verdadero amor, si te
digo ¡Te quiero! Soy sincera, si te digo, pensemos bien lo que vamos a hacer,
soy precavida, si te digo, no se que sientes por mi, Matías, y lo quisiera
saber, soy curiosa.
--Me gusta que seas curiosa, porque hace todo
más fácil, cierto, en la librería me gustaste, apenas te vi., decidí que serías
la mujer, que me haría olvidar para siempre, de las viejas y las minas
solitarias, busque acercarme y levantarte, convencido que te quería, si te
interesa saber, que siento por vos Carla, muy simple, me gustas, formaría una
pareja ya, te quiero, te quise de primera, cuando te vi, en la mesa de saldos
de los libros, que buscabas fueran tuyos, más te quiero ahora, después de todo
lo que hablamos, en este café, pero estoy un poco confundido, también como vos
dices, yo te pido tiempo, para asimilar los otros penes, esos competidores
intrascendentes, ¡Pero malditos competidores al fin!
--Trata que al asimilarlos, no te joda el
macho argentino.
--¡Mi peor enemigo!
--Por eso te aviso antes, si te agarra el
macho, pierdo para siempre, no quisiera que eso ocurra, porque me gustas
Matías, casi como si fuera, el comienzo de una relación, con un hombre común.
--¿Un hombre común, libre de viejas y mujeres
solitarias?
--Exactamente, rompiendo el celular, que lo
conecta a ese mundo desgraciado.
--¿Vos que harías?
--Esta demás decirlo, dejar el quilombo, mi relación
indiferente, con los penes anónimos.
--¿Podremos hacer eso?
--Veremos, por lo pronto, nos separaremos y
nos daremos unos días, para pensarlo, si nunca más te veo, si no me ves frente
a tus ojos, porque todo fracaso, Matías, no fuimos capaces, mediante el amor,
de cambiar nuestros destinos. Si por el contrario, dentro de unos días, tus
ojos y mis ojos, se encuentran frente a frente, serenos y sin miedo, para
hablar por nosotros y decirnos, lo hacemos, entonces Matías, la casualidad y un
libro de novela rosa, hará que nos unamos, para siempre, pensa amor, mírame
como mujer, no como puta, espero que en esta charla que tuvimos , hallas
conocido el interior de mi alma, el sitio no contaminado, libre y puro, que
guardo para vos, de la misma manera, yo te veré no como taxi boy, sino como el
muchacho, que sos y que imagine que eras, cuando te vi., en la librería, cuando te acercaste para
hablarme, no por nada, terminamos juntos, en una mesa de este café, donde te
prometo, pensar seriamente, en todo lo que te digo y te pido, Matías, solo
deseo que vos hagas lo mismo, conmigo amor.
--Te lo prometo Carla, ahora una pregunta más,
de las tantas que nos hacemos ¿Cuándo pasen los días y tenga decidido que
decirte, donde te veo?
--Puede resultarte muy extraño, el lugar que
te pida donde me veas, pero para mi, tiene un sentido, algo que necesito hacer,
quiero que me esperes, a la salida del quilombo, todos los días, a las dos de
la tarde salgo.
--¿En cual quilombo trabajas, Carla, no me lo
dijiste?
--El Gallo Rojo, ¿Conoces la dirección?
--No me digas mas nada, se perfectamente cual
es el lugar, cuando resuelva todo, cuando me limpie la cabeza de machismo y
deje actuar, a la razón, allí estaré, esperándote a la salida, tal como vos
queres, para hablar de lo que haya pensado, sobre nosotros dos.
--Eso es lo que quiero, que pensemos unos
días, el tiempo necesario, para voltear fantasmas, después vernos, para saber
como sigue, nuestra historia, Matías, ¿La podríamos llamar, una historia de
amor?
--Porque no, si se da, si terminamos juntos
Carla, yo la llamaría así, una historia de amor, de verdadero amor.
--Matías, quiero irme, tengo una ilusión y
quiero mantenerla intacta, en mi cerebro, mañana debo laburar y necesito dormir
un poco, cuando vos lo decidas nos vemos, estoy convencida, que el tiempo que
vos tardes, para tomar una resolución, será el mismo que yo necesite, para
saber que quiero hacer, veni, acompáñame hasta la parada del colectivo, después
te vas, no me gusta esperarlo sola, preciso que me acompañes.
--Es un placer estar a tu lado, prolongar el
tiempo cerca de ti, me hace muy bien, vamos, te repito, cuando la tenga clara
nos vemos.
Dejaron el café, se encaminaron a la parada
del colectivo, que llevaría a Carla a su casa, una vez que ella lo tomó,
Matías, fue rumbo a la suya, mientras viajaba se la paso pensando, en cuanto tiempo tardaría, para encontrarle la vuelta, a todo lo que habían
hablado, llego a la conclusión, que lo mejor era no apurarse, ver como el paso
de los días, solucionaba para bien o para mal, la relación con Carla, mientras
tanto, esta llegaba a su departamento, se hizo un te y comió un pedazo de
tarta, que le sobrara de la noche anterior, hoy estaba cansada, no tenia ganas
de cocinar, terminó esa frugal cena y se acostó, mañana, la esperaba un día más
en el quilombo, pero en verdad, como ella suponía, no fue un día más, fueron
varios, pasaron diez días, desde que tuviera el encuentro con Matías y este
aún, no la esperaba a la salida, cuando se iba, de pronto se le dio por pensar,
que todo había concluido, que a él, no le interesaba ella y había decidido, ni
venir siquiera, total pensaría, será mejor para los dos. Justamente esa tarde,
tirada en la cama del quilombo, estaba por recibir al penúltimo cliente, por
suerte, uno más y listo, se terminaba el día, podría darse un baño y escapar de
allí, ya que estaba repodrida, miró la puerta y vio que esta se habría, el antepenúltimo
pensó, también pensó, que trataría que terminara, lo más rápido posible y adiós.
--Ya pasaste, bueno desnúdate, agarra un forro
de la mesita, te lo pones, después veni aquí a la cama y tirate, encima mío.
Así lo hizo el hombre, que una vez desnudo, se
puso el forro, sobre su pene erecto y se acostó, encima de Carla, esta evitó
besos y otras cosas, se movió muy profesionalmente, para que el hombre, pudiera
introducir su pene en la vagina, cuando lo sintió adentro, hizo sus clásicos y
estudiados movimientos de rápida eyaculacion, el hombre termino.
--Listo ya esta, levántate, salí de encima mío,
que pesas un montón, tira el forro en ese tacho, vestite y ándate, que ya se venció
el tiempo que pagaste.
El hombre se vistió y se fue, Carla se preparó
a recibir al último turno, ¡Por fin!, pensó, estaba agotada, la puerta se abrió
y en el marco de la misma, se ubico la figura inconfundible de Matías.
--¿Matías, que haces acá?
--Lo que hacen todos, te diré, esta mañana me
levante, con muchas ganas de coger, busque y no encontré a nadie, entonces me
dije, lo mejor es ir a coger con una puta, aquí estoy, vengo a coger con vos.
--Matías, ¡No puedes hacerme esto! Me niego, a
tener la más minima relación con vos, en este lugar.
--Como me niego, soy un cliente, acabo de
pagarle a Lola por sexo, tu obligación es darme sexo, caso contrario, saldré y
le diré a Lola, que una de sus chicas, tiene prejuicios para acostarse conmigo,
que ella arregle la situación.
--Me estas extorsionando.
--No, te estoy diciendo, que vos sos una puta
y yo, un cliente, como tal, yo vengo dispuesto a coger con vos, en consecuencia
vos debes aceptar mi pedido, ya que pague por eso y es parte de tu trabajo,
Carla ¿O no trabajas de puta?
--Si, trabajo de puta.
--¿Entonces que vas a hacer?
--Coger, no tengo más remedio.
--Me parece bárbaro, solo te pido una cosa,
soy el último, por lo tanto, varios te han visitado antes que yo, me gustaría,
que te des un baño y te perfumes, así le ponemos al asunto, un poco más de
romanticismo.
--¿Y las sábanas, han tenido un traqueteo
impresionante?
--No te preocupes, se de esto, mientras te
bañas, yo las cambio, ojo, te digo que yo vengo bañado y perfumado de casa.
--¿Te sacaste a todas las viejas y las minas
solitarias, de encima?
--Así es.
--Y Lola, si ve que tardo mucho en salir, vendrá
a ver que pasa.
--No te preocupes, Lola es una de mis clientas
favoritas, en mi vida de taxi boy, así que no dirá nada de nada, de todo lo que
pase aquí, pues la amenace de no verla más, si no se convertía en compinche mío.
--¿Acepto?
--Por supuesto, está muy caliente conmigo.
--No puedo creerlo, ¿Qué Lola?
--Carla.
--¿Qué?
--Quiero coger, porque no te das un baño y
hablamos después, del acto sexual, es más entretenido, ¿No te parece?
--Ya no se lo que me parece, pero esta bien
vos sos el cliente y yo la puta, prepara la cama, mientras me doy un baño,
cuando salga quisiera verte desnudo en ella.
--Allí, estaré esperándote, para que me hagas
gozar, como una buena puta.
--Tratare, si te gusta como cojo, espero que
seas generoso y me dejes una propina, ya sabes desnudo y en la cama, ya vengo.
Matías, buscó en el placard, de la habitación,
un juego de sabanas limpias y una funda, cambio la ropa de la cama, se desnudo
y se acostó enseguida, hasta sus oídos llegaba el murmullo, del agua que bañaba
a Carla, de improviso el ruido seso, un silencio corrió por el cuarto, que no
estaba acostumbrado a ese tipo de romanticismo, sus ojos se clavaron el la
puerta del baño, esperando algo, deseando con intensidad, que aparezca el
cuerpo desnudo y desconocido de Carla, el cuerpo, virginal para él, ya que
nunca había sido suyo, la figura de mujer por la cual, ese día, a esa hora, en
ese quilombo, él se encontraba deseando, para poseerla y hacerla suya, porque
ya lo tenía decidido, lo había pensado, su corazón le decía, que era esa y no
otra, la que debía ser su compañera, quien lo acompañe en la nueva vida, que
estaba decidido a emprender, cansado de las viejas y las minas solitarias, de
su vida sin sentido, había concebido un plan, una nueva forma de encarar su
vida y en ese plan, era necesaria la presencia de Carla, del amor que sentía
hacia ella, fue por eso entonces, que de pronto se le ocurrió, venir aquí al
quilombo, su horrible lugar de trabajo que influía en su relación, para tener
en este lugar, en su lugar, antes de emprender ambos el nuevo camino, una
relación sexual, la primera, para de esta forma y en ese acto, único de amor y
entrega entre los dos, romper con el pasado, con todos los otros actos, sin
amor y por dinero, era necesario sobre el mismo lecho, como atávico altar del
sexo confundido, dar lugar a una ofrenda de purificación, al verdadero sexo, al
sexo de su amor y el de ella, a la relación que los purifique y una, para
juntos, comenzar una etapa diferente, esa que solo transitan los seres comunes,
aquellos a los cuales, a partir de hoy, tratarían de imitar, esas eran sus
reflexiones, cuando de pronto, su deseo fue colmado, la puerta del baño, se
abrió de golpe y allí, estaba Carla, desnuda frente a él, con su largo cabello
negro, mojado sobre sus hombros, su franca sonrisa, sus hermosos y medianos pechos,
su bien formado bajo vientre, arriba su cintura y debajo el sexo, sin un solo
bello y cual madura fruta, que se ofrece, todo ello sobre dos piernas largas,
flacas y cuyos pies, terminaban en pequeños, bellos y delicados dedos, cuyas
uñas pintadas de un rojo muy fuerte, parecían pequeñas flores del suelo
naciendo, como se quedo él, como yo, perdón, como cualquiera, como todo aquel,
que viera desnuda y dispuesta, a una atrayente mujer, que a ser suya se le
ofrece.
--Matías, que bien preparaste la cama amor, ya
me acuesto, ya estoy a tu lado, ya te busca mi cuerpo, ya encuentran mis senos
a tu pecho, mis brazos a los tuyos en un profundo abrazo, ya estamos juntos
amor, bañados, perfumados, con sábanas limpias, frescas, que te reciben, como húmedos
pétalos, que quisieran escondernos, de las miradas del mundo, para que ambos, gocemos,
mucho más, Matías, déjame explorar un poco amor, Uh estas armado, ¿Tuviste que
tomar algo?
--No solo verte y me puse al palo.
--Ya que estas al palo corazón y yo, muy
caliente, acércate más, así la pongo dentro mío, quiero sentir todo tu sexo en
mi vagina, que me la colme totalmente, ¡Así mi cielo! ¡Mi amor! Está entrando
como deseo, hacia el fondo de mi alma, de mi vida, de mi corazón, me siento
tuya, porque me estas penetrando y gozo, pero pido no te muevas, tratemos de
estar quietos, tranquilos, abrazados, quiero gozar mucho este momento y si nos
movemos, terminamos, si te mueves, vos también terminaras, perderé tu pene,
quiero poseerlo un rato más, sentirme tuya, como vos sos mío, porque te tengo
atrapado, dentro de mi sexo ahora y para siempre, mientras el amor, inunde
nuestros cuerpos. Ahora en este cuarto y en este instante, nos es imposible
separarnos, nuestros sexos nos unen, nuestros brazos nos enriedan, si yo no hablaría
tanto, nuestras lenguas, locas volarían tras un beso, pero quiero hablar amor,
no se lo que me pasa, decirte que me haces feliz y que te quiero, que estuviste
muy astuto de venir aquí, a este lugar, para nuestro primer encuentro, siento
que me estas redimiendo, sobre este lecho y junto a vos, de todo lo que he
hecho, eres mi primer hombre, a partir de hoy, a quien amo y me entrego, para
siempre.
Carla se callo, no hablo más, porque tenia
necesidad, ganas de darle a Matías un dulce, tierno, profundo beso, al fin los
cuerpos se movieron, las piernas se pelearon, a ver quien sujetaba a quien, en
el intento de parar el orgasmo, pero de pronto Carla se estremeció, sintió
dentro de su sexo, algo así como el nacimiento, de luces que estallaban,
pequeñas estrellitas que inundaban su alma, un quejido dulce, prolongado, les
anunció en el cuarto, en la tarde, en su misterio total y abarcativo, que el
acto sexual, iniciático y profundo, necesario y buscado, así de golpe, como
siempre, en un instante imprevisto y muy querido, había terminado.
--¡Hay mi vida! Me mataste, estoy muerto de
amor junto a tu lado, sobre tu hermoso cuerpo, cerca mío tus senos, palpitantes
y dulces, sensuales los labios, que más puedo pedir, solo una cosa, que me
quieras igual que yo te amo, sin importarme nada del pasado, deseando el “a
partir de ahora” como destino nuestro, para siempre, eres hermosa Carla, eres
mujer yo te amo.
--Matías amor, también te quiero, como imagino
que ya habrás pensado, lo que juntos haremos, solo te digo, estoy de acuerdo
amor y te pregunto ¿Cómo sigue esto?
--Sencillo, nos vestimos y nos vamos, nunca
más en tu vida, este lugar inmundo, nunca más en la mía celulares que llamen,
tengo pensado como y después te lo digo, trataremos de abrirnos un nuevo
camino, vamos amor, no soporto un minuto más, en este sitio, afuera le decís a
Lola que te pague, yo le miento, que la veré mañana y nos vamos, juntos, para
no separarnos.
Así lo hicieron, se vistieron, abrieron el
cuarto, lo cerraron y se fueron, hacia el cuarto pequeño, cerca de la puerta,
allí estaba Lola.
--¿Que tal Lola?
--Bien, como te va Carla, cuanto te envidio.
--¿Porqué?
--Por Matías.
--No la envidies Lola, mañana te toca a vos,
te lo prometo.
--Siendo así, está todo bien.
--Lola quisiera arreglar cuentas.
--Esta bien Carla, son novecientos, ¿Estas de
acuerdo?
--Perfecto, a mí la suma me da igual, gracias
Lola, chau, mañana nos vemos.
--Chau chicos, cuídense.
Salieron caminaron una cuadra y Matías, la
tomo del hombro, ella se dejo llevar enamorada.
--Carla.
--¿Qué Matías?
--Vamos al bar de la otra ves, al que está
frente a la librería, tomamos algo y hablamos, necesito decirte lo que quiero
que hagamos, te adelanto una cosa.
--¿Cuál amor?
--Te hice caso.
--¿Caso de que?
--Del celular, antes de venir a verte, le saque
la batería y lo rompí a martillazos, se acabo, no más taxi boy, ni nada que se
le parezca, de ahora en más auto Carla, quiero estar junto a vos y que hagamos
algo los dos, para salir de todo esto, que nos jode tanto.
--Estoy muy contenta con lo que me cuentas
Matías, pero sigamos hablando en el bar, es mucho mejor, más intimo, sin darnos
cuenta ya casi hemos llegado, es ahí en la media cuadra, por supuesto, frente a
donde los dos, dimos con nosotros y el libro al mismo tiempo, que suerte que
tuvimos, no, era una novela rosa, algo parecido nos está pasando, pero basta,
te digo a vos que no hables en la calle y yo, charlatana, me hablo todo, veni
entremos, entremos al bar de nuestro comienzo, para que vos mi amor, me
expliques como seguimos.
Entraron, no había mucha gente, buscaron una
mesa, en donde se encontraran cómodos y se sentaron, pidieron café con leche y
medias lunas de manteca, tenían hambre, pero no solo de comer, una necesidad
más profunda, de hablar y de entenderse, de encontrarle por fin, una salida a
lo difícil, de sus vidas.
--Matías, te escucho, ¿Qué pensaste para
nosotros amor?
--Mira, ambos ahorramos unos pesos, con esos
ahorros, necesitamos participar de un emprendimiento comercial, que nos permita
hacer plata, para vivir, no creo que lo podamos llevar a cabo aquí, en nuestro
país, por dos cosa, la primera no conozco a nadie, que me ofrezca la
posibilidad de hacer negocio alguno, que sea lícito, por otro lado, por las
relaciones que ambos tenemos aquí, a veces temo por nosotros, tengo miedo, que
nos obliguen a volver, donde no queremos estar más, por lo tanto, pensé en
irnos del país, alejarnos un tiempo, hasta que nos olviden, ver si en otro
lugar, podemos ubicarnos mejor, para eso se me ocurrió Chile, ¿Sabes porque?
Allí vive una hermana mía, desde hace muchos años y esta casada, con un chileno
que es comerciante allá, nos ofreció algún negocio que podría ser interesante,
entonces amor, vamos a Chile, pero no ya, si quiero irme esta misma noche, de
Buenos Aires, de esta capital, de nuestra ciudad, no quiero estar más un
segundo aquí, como te dije, rompí el celular, pero no pude romper el vinculo,
con gente, que recibía una parte de mi trabajo y se puede, sentir molesta por
esto, también es tu caso, los dueños del Gallo Rojo, son pesados y no les va a
gustar, que una puta los deje así, porque si, por todo esto Carla, tengo amigos
en Mendoza, esta misma noche, viajamos para allá, ya tengo los pasajes del
micro conmigo, desde Mendoza nos será fácil, ir a Chile, como te dije, allá
veremos a mi hermana, es muy gaucha y en la calle no nos vamos a quedar, por
otro lado, con la plata que juntamos, seguro algo podremos hacer, esto es lo
que pensé, ¿Qué te parece? Si estas de acuerdo, vamos a tu casa, levantamos
todo, después en la mía hacemos lo mismo y listo, yo alquilo, ya arregle con el
dueño que hoy me iba ¿Habla Carla que hacemos?
--Vamos a Mendoza, después a Chile, después tranquilos
veremos, trabajaremos como todos y si trabajamos como todos, no tengas dudas,
saldremos adelante, donde vivo, el departamento se lo alquilo a mi hermana, así
que no hay problema, paso, le dejo las llaves y le digo que me voy de
vacaciones, eso es todo Matías, o más que todo amor, es lo que debemos hacer,
es más que eso, es lo que entre los dos, podemos llevar adelante.
--Entonces no hablemos más Carla, te acompaño
a tu casa, te llevas lo que creas hace falta, me acompañas a la mía, hago lo
mismo, después si queda tiempo, vamos a caminar un poco por la ciudad, como
verdaderos comunes enamorados que somos, a partir de hoy, luego cenamos en
cualquier boliche, Retiro, micro, Mendoza, lo más rápido posible, Chile, ¿Estas
de acuerdo?
--Un hermoso plan Matías, hermoso y bello como
vos, ¿Sabes cual era el título de la novela rosa? Aquella por la cual hoy
estamos juntos.
--No, la verdad ni me acuerdo.
--Yo si, me quedo grabado en estos días,
“Siempre se puede ser feliz” ¿Demasiado rosa no?
--Demasiado amor, pero vamos, se nos hace
tarde y debemos apurarnos, por todo el tiempo que perdimos.
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