jueves, 13 de septiembre de 2012

CELOS



--Siempre fui celoso, lo confieso, cuando amo celo y cuando celo, señal que estoy amando, nunca pudo en mí, el amor hacia una mujer, impedir despertar inmediatamente, la otra pasión enfermiza y destructora, de celarla de todos. Yo no amo sufro, yo no quiero padezco, padezco la incertidumbre de la duda, ¡Tanto la siento mía! ¿Quién me la sacará? ¡Cuánto la necesito! ¿Por la mirada de que hombre la perderé? Así las cosas, puedo decirles que vivo en una continua zozobra, imaginando hechos que nunca sucederán , pero totalmente angustiado como si realmente, estarían o hubiesen sucedido, ¿Por qué soy así? ¿Por qué tengo un sentimiento de propiedad, tan atroz, sobre la mujer que amo? Y a la vez ¿Por qué me considero tan poca cosa, frente a cualquier hombre que enseguida supongo, la puede conquistar y llevársela de mi lado? Tal es mi angustia, que en este infernal galimatías, a veces, diría que siempre o que nunca, tomo en cuenta que piensa ella, que quiere ella, ¿Por qué ella va a dejarme por cualquier hombre que aparezca? ¿Cómo valoro, su amor hacia mí, que la creo tan voluble? ¿De que manera hiero sus sentimientos, al pensar que me será infiel, con el primero que se cruce en su camino? ¿Soy tan ignorante, que no valoro sus sentimientos para conmigo? ¿Soy tan basura, que necesito esclavizarla para poder amarla? ¿Tan pero tan inseguro, que me da miedo su libertad de elegir y pienso, que en esa elección siempre saldré perdiendo, aunque ya ella se hubiera decidido por mi, entre tantos que habrán estado cerca suyo, en el momento que el amor, se despertara en su corazón? No lo se, no le encuentro la vuelta, no gozo, no vivo feliz, solo celo. De todas las circunstancias habidas y por haber, entre un hombre y una mujer, yo elijo la peor, el sufrimiento dentro del amor, la razón de la sinrazón, que destruye toda pareja que trato de formar, que aleja de mi, a lo que más quiero, que tanto estoy detrás de la infidelidad, que la termino engendrando, que los arrebatados sueños de mis dudas, se convierten a la larga, en realidades de pesadillas y no les cuento, lo peor, lo que más me deshace el alma lastimada, mi descontrolada alma que no tiene paz, las mujeres conmigo sufren, se ven perseguidas, asediadas, rodeadas de mi temor y desconfianza, vigiladas por el control de una mente enferma, que a cada acto de ellas, aun el más insignificante, lo ve como una provocación al sexo opuesto, como un deseo de dejarme e irse con otro, ¡El otro! El tercero en discordia, aquel ser, sin identidad ni presencia física alguna, pero que lo tengo siempre, continuamente, a toda hora, en todo momento, incrustado en la cabeza, junto a la imagen de la mujer que quiero, con una mefistofélica sonrisa, seguro de que me la va a quitar y yo, más convencido que él, de que podrá llevarlo a cabo cuando quiera, ¿Qué debo hacer? Les confieso nuevamente, pensé, imaginé, busque comprender a donde me conduce todo esto, ¿Que es lo que estoy haciendo de mi vida? De mis sentimientos, del pequeño goce de vivir, que me concedió la fortuna de haber nacido y por ende, conocer la vida, lo más hermoso de lo bello y todo esto, lo estoy perdiendo entre los avatares de los celos, que el amar a una mujer engendran en mi, oscuras pasiones de dolor, ¿Entonces? ¿Lo están descubriendo al igual que yo lo siento? ¿Debo hacerlo? ¿Será la solución a mis tormentos? ¿La calma necesaria para seguir viviendo? Superar la angustia de los celos me significa, no amar más a mujer alguna, no fijar mi destino a lo femenino de la especie, no ver a lo que amo, atar mi corazón, cubrir mi alma, borrar de mi mente,  sus ojos, su boca, su sonrisa, romper con todo aquello que sea compañía y vivir solo, ¿Será posible esto? ¿Conseguiré una vida más tranquila, un sueño reposado, negando el amor que es el fruto salvaje de la vida? Lo lamento, creo una vez más estar equivocado, no puedo aunque quisiera, apartar de mi mente, su mirada, su voz, la luz que de su rostro vuelve, solo puedo sufrirla, para después amarla, solo viven mis celos, solo ellos manda y organizan mi vida, soy un extraño ser que solo espera angustiado y celoso, perder su amor en manos de otro hombre, solo eso.
--Dame un beso.
--¡Ya te dije que no!, ¡Estoy cansada! De venir siempre a este hotel alojamiento y después de amarnos, escuchar que me hablas de tus celos. ¡Por última vez! Hoy te lo digo, deja a tu novia y veni conmigo, no quiero ser la otra, sino tu compañera, decidite soy yo o es ella.
¡Es ella!, Porque sabes, no se si te das cuenta, si alcanzas a comprender lo que te cuento, aquí en este hotel todas las veces, es ella, dado que no tengo celos de vos.
--¿Y entonces?
--Yo no te amo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario