--Siempre fui celoso, lo confieso, cuando amo
celo y cuando celo, señal que estoy amando, nunca pudo en mí, el amor hacia una
mujer, impedir despertar inmediatamente, la otra pasión enfermiza y
destructora, de celarla de todos. Yo no amo sufro, yo no quiero padezco,
padezco la incertidumbre de la duda, ¡Tanto la siento mía! ¿Quién me la sacará?
¡Cuánto la necesito! ¿Por la mirada de que hombre la perderé? Así las cosas,
puedo decirles que vivo en una continua zozobra, imaginando hechos que nunca sucederán
, pero totalmente angustiado como si realmente, estarían o hubiesen sucedido,
¿Por qué soy así? ¿Por qué tengo un sentimiento de propiedad, tan atroz, sobre
la mujer que amo? Y a la vez ¿Por qué me considero tan poca cosa, frente a
cualquier hombre que enseguida supongo, la puede conquistar y llevársela de mi
lado? Tal es mi angustia, que en este infernal galimatías, a veces, diría que
siempre o que nunca, tomo en cuenta que piensa ella, que quiere ella, ¿Por qué
ella va a dejarme por cualquier hombre que aparezca? ¿Cómo valoro, su amor
hacia mí, que la creo tan voluble? ¿De que manera hiero sus sentimientos, al
pensar que me será infiel, con el primero que se cruce en su camino? ¿Soy tan
ignorante, que no valoro sus sentimientos para conmigo? ¿Soy tan basura, que
necesito esclavizarla para poder amarla? ¿Tan pero tan inseguro, que me da
miedo su libertad de elegir y pienso, que en esa elección siempre saldré
perdiendo, aunque ya ella se hubiera decidido por mi, entre tantos que habrán
estado cerca suyo, en el momento que el amor, se despertara en su corazón? No
lo se, no le encuentro la vuelta, no gozo, no vivo feliz, solo celo. De todas
las circunstancias habidas y por haber, entre un hombre y una mujer, yo elijo
la peor, el sufrimiento dentro del amor, la razón de la sinrazón, que destruye
toda pareja que trato de formar, que aleja de mi, a lo que más quiero, que
tanto estoy detrás de la infidelidad, que la termino engendrando, que los
arrebatados sueños de mis dudas, se convierten a la larga, en realidades de
pesadillas y no les cuento, lo peor, lo que más me deshace el alma lastimada,
mi descontrolada alma que no tiene paz, las mujeres conmigo sufren, se ven
perseguidas, asediadas, rodeadas de mi temor y desconfianza, vigiladas por el
control de una mente enferma, que a cada acto de ellas, aun el más
insignificante, lo ve como una provocación al sexo opuesto, como un deseo de
dejarme e irse con otro, ¡El otro! El tercero en discordia, aquel ser, sin
identidad ni presencia física alguna, pero que lo tengo siempre, continuamente,
a toda hora, en todo momento, incrustado en la cabeza, junto a la imagen de la
mujer que quiero, con una mefistofélica sonrisa, seguro de que me la va a
quitar y yo, más convencido que él, de que podrá llevarlo a cabo cuando quiera,
¿Qué debo hacer? Les confieso nuevamente, pensé, imaginé, busque comprender a
donde me conduce todo esto, ¿Que es lo que estoy haciendo de mi vida? De mis
sentimientos, del pequeño goce de vivir, que me concedió la fortuna de haber
nacido y por ende, conocer la vida, lo más hermoso de lo bello y todo esto, lo
estoy perdiendo entre los avatares de los celos, que el amar a una mujer
engendran en mi, oscuras pasiones de dolor, ¿Entonces? ¿Lo están descubriendo
al igual que yo lo siento? ¿Debo hacerlo? ¿Será la solución a mis tormentos?
¿La calma necesaria para seguir viviendo? Superar la angustia de los celos me
significa, no amar más a mujer alguna, no fijar mi destino a lo femenino de la
especie, no ver a lo que amo, atar mi corazón, cubrir mi alma, borrar de mi
mente, sus ojos, su boca, su sonrisa,
romper con todo aquello que sea compañía y vivir solo, ¿Será posible esto? ¿Conseguiré
una vida más tranquila, un sueño reposado, negando el amor que es el fruto
salvaje de la vida? Lo lamento, creo una vez más estar equivocado, no puedo
aunque quisiera, apartar de mi mente, su mirada, su voz, la luz que de su
rostro vuelve, solo puedo sufrirla, para después amarla, solo viven mis celos,
solo ellos manda y organizan mi vida, soy un extraño ser que solo espera
angustiado y celoso, perder su amor en manos de otro hombre, solo eso.
--Dame un beso.
--¡Ya te dije que no!, ¡Estoy cansada! De
venir siempre a este hotel alojamiento y después de amarnos, escuchar que me
hablas de tus celos. ¡Por última vez! Hoy te lo digo, deja a tu novia y veni
conmigo, no quiero ser la otra, sino tu compañera, decidite soy yo o es ella.
¡Es ella!, Porque sabes, no se si te das
cuenta, si alcanzas a comprender lo que te cuento, aquí en este hotel todas las
veces, es ella, dado que no tengo celos de vos.
--¿Y entonces?
--Yo no te amo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario