En la corte del Reino de la Sublime Puerta, imperaba el Gran Sultán Ojo
de Gato, quien era reconocido por su astucia e inteligencia además de su
bondad. Una mañana, en que los pájaros del reino hablaban entre ellos y las
cigüeñas del estanque, limpiaban su plumaje y el Búho, dormido sobre la rama
del árbol más alto del inmenso parque, gozaba del sol primaveral que todo lo
envolvía, llegó a palacio un hombre, un beduino de los lejanos desiertos,
integrante de las inmensas caravanas, que cruzaban agua y reinos en pos de
mercadería y pócimas milagrosas, pidiendo hablar con el soberano. Ojo de Gato
era un Sultán muy dispuesto a recibir a quien se lo pidiera, porque decía que
uno no está solo en este mundo y es necesario entonces, ayudar a los demás, por
lo tanto accedió al pedido del visitante y un rato más tarde, el Gran Visir lo
dejo ante el Gran Sultán quien le hablo así.
--Me han dicho que vienes de muy lejos, quizás de lugares a los cuales
yo nunca llegue, para decirme lo que tienes en mente y entre tantos hombres que
habéis visto, a mi casualmente has elegido para decírmelo.
--Alteza dijo el hombre, dirigiéndose al Sultán, no hay en los reinos
que he recorrido ninguno más poderoso que vos ni mas bondadoso, por todo ello
es que vengo a verte.
--Habla te escucho.
--Hay en el Reino de Kursag sobre el rio Éufrates una hermosa mujer, tan
hermosa como vos astuto y tan bella, como vos bueno. Pero esta mujer no sabe el
destino que le espera, porque la Gran Bruja Oniomed se ensaño con ella y está
dispuesta a matarla, no más allá que la segunda luna llena que nos queda por
ver, ni mas acá, que la segunda luna llena que aguardamos ver.
--¿Por qué debo salvar a esa mujer? Tantas mueren a través de las brujas
o sin ellas, que salvarla me parece no me corresponde es más, debería dejar que
su destino se cumpla totalmente.
--En el libro del destino del Pequeño Templo de Nin-Kursag, está escrito
que esa mujer vino a ese reino con el fin único, de que vos la hagas tu esposa
y desde este momento que lo sabes, deberás salvarla.
--¿No estás loco extranjero? ¿Qué sabes de mis sentimientos? No me conoces y me impones una mujer, no sabes nada
de mis deseos y pretendes que debo casarme ¿Qué sabes vos del Gran Sultán Ojo
de Gato como para planificar su futuro?
El extranjero en este punto y ante lo manifestado por
el Soberano, se irradió de una fuerte luz que envolvió todo su contorno
mientras dijo.
--Soy el espíritu de la luz mandado por los Hados, a
que conozcas de vos aquello que no sabes, porque está impreso en el libro del
futuro y para que lo sepas, es necesario que vayas tu mismo en persona a verlo
no otro, deberás ir al Reino de Kursag y luchar contra Oniomed, por esa mujer
que se llama Naim y es la cuarta hija del sultán del reino vos, Ojo de Gato
sabes que hacer, si no me crees, consulta al Búho que duerme en la rama más
alta del parque y el te lo dirá, sube a la Cigüeña que está en el estanque
junto al murallón de acacias y ella te llevará, más rápido que el pensamiento
al Reino de Kursag, mi misión está cumplida como la luz, desapareceré en un
instante, pero vos tendrás un tiempo para resolver todos tus problemas, hazlo y
con Naim serás feliz, no quieres salvarla déjala morir, pero cuando ella muera
vos también dejaras de existir, porque como te dije antes, en el Reino de
Kursag está escrito que uno nació para el otro y el destino de ambos, es estar
juntos, ¡Adiós! Ojo de Gato, recuerda al Búho y a la Cigüeña y tu decisión de
hacerlo, al pronunciar estas últimas palabras, el extranjero que estaba rodeado
de luz de pronto desapareció, como se apaga la llama de una antorcha, puesta de
golpe frente al fuerte viento. Ojo de Gato quedó solo y pensativo y por primera
vez le peso su soledad, dubitativo como estaba salió al parque, para
encontrarse con el Búho y aclarar la situación, este al verlo voló de la alta
rama donde se encontraba y fue a posarse en el hombro del Sultán. Ojo de Gato
le contó lo que le había pasado con el extranjero y el Búho respondió.
--El extranjero no es tal sino el alma hechizada de
Naim, que ha venido en tu búsqueda y lo cierto es lo que te conto y la verdad,
fue lo que anunció, mi sabiduría te dice que debes aceptar el desafío y además,
me debes llevar a mí para que te ayude en la lucha contra Oniomed, no olvides
Ojo de Gato que si vos eres astuto, yo soy el emblema de la sabiduría y
necesitaras de mi para resolver este problema, es más, mi primer consejo es que
nos vayamos cuanto antes porque el tiempo, ese implacable compañero, pasa fuera
e independiente de nosotros.
Asintió Ojo de Gato lo dicho por su Búho, al cual le tenía
respeto y confiaba de sus consejos, por lo tanto se dirigió al Gran Visir y
hablo con el del eminente viaje, sin decirle los motivos del mismo, solo de que
debía ausentarse un tiempo del Reino, por circunstancias de fuerza mayor y lo
dejaba a él, a cargo del mismo. Luego de explicarle detalladamente todo lo que
debía hacer, día por día hasta que el volviera, le dijo que a nadie le diga de
su ausencia y que no se preocupe por preparativo alguno para el viaje, ya que
el se iría con la Cigüeña del estanque. Sorprendido pero temeroso del Gran
Sultán, acepto en silencio todo lo que le dijo y solo le deseo suerte, en el
emprendimiento que iba a comenzar. Ojo de Gato le agradeció y poco después,
nuevamente en el parque se uniría con el Búho, que volvió a volar sobre su
hombro y así ambos, fueron en busca de la Cigüeña que en el estanque estaba
frente al murallón de acacias. Esta al verlos llegar les hablo.
-- Los estaba esperando porque nací para llevarlos al
Reino de Kursag, de donde soy oriunda y no para otra cosa, suba sobre mi Alteza
con su Búho, agárrese fuerte que en un abrir y cerrar de ojos estamos en el
Reino.
Aunque mucho no creía en esto Ojo de Gato y menos su
Búho, ambos se acomodaron sobre la Cigüeña, que una vez que sintió que sus
compañeros estaban seguros, levanto vuelo y se perdió en el blanco cielo, mucho
más rápido de lo que uno pueda contar como lo hizo.
Así fue que un rato después -un tiempo muy breve- la
Cigüeña aterrizo en el Reino de Kursag, sobre la terraza de un Palacio magníficamente
ornamentado, como demostrando que los que allí vivían serían poderosos señores
de esos lares. Ojo de Gato y el Búho bajaron de la Cigüeña y esta les explico
donde estaban.
-- Se encuentran en el Palacio del Sultán de Kursag,
llamado el Descalzo Ilustre porque nunca usa calzado en el interior del mismo,
con el viven su esposa y sus siete hijos, yo los dejo y me voy, cuando el
destino considere que cumpliste lo que él imagino Sultán, volve aquí y yo
estaré esperando para llevarte nuevamente al Reino de la Sublime Puerta adiós,
dicho lo cual desapareció en las alturas perdiéndose rápidamente de vista. Ojo
de Gato miró al Búho y hablo.
--Bajaremos al parque y nos presentaremos al Sultán
Descalzo Ilustre, diciéndole de dónde venimos y que estamos recorriendo reinos,
para saber gobernar mejor aquel al cual pertenecemos, con la experiencia
adquirida en nuestros viajes.
--Así sea -dijo el Búho-
Ambos comenzaron a bajar de la terraza y sin saberlo, fueron a dar a un
laberinto tapizado de plantas y flores de diversos orígenes, cuyos altos muros hacían
imposible superarlo, Ojo de Gato sin embargo comenzó a recorrerlo cuando el Búho
habló.
--Este laberinto es un círculo perfecto que va y vuelve a la terraza, es
imposible salir de el salvo si encontramos la puerta en el muro, bien
disimulada para que nadie de con ella.
--¿Cómo haremos nosotros para encontrarla? -pregunto el Sultán-
--Ojo de Gato, solo un brujo podría dar con ella y yo soy un brujo, por
eso me has traído -contesto el Búho- y a renglón seguido comenzó a caminar por
el laberinto seguido por el Sultán, cada paso era un pequeño vuelo y cada vuelo,
un pequeño paso, hasta que completara diecisiete de ellos, una vez en el sitio
adonde había llegado, hizo en el suelo un círculo de tiza y mirando a Ojo de
Gato le hablo.
--Aquí estamos en el lugar de esta marca que hago sobre el circulo, si
prestas atención veras que una rama de muérdago que esta sobre la marca, señala
una dirección, siguiendo la misma en su prolongación finalmente daremos con la
puerta que de no equivocarme, se encuentra en el otro extremo perpendicular a
este donde nos encontramos vamos Alteza, ten confianza en los Magos. Dicho lo
cual, el Búho voló al hombro de Ojo de Gato y ambos caminaron, hacía el extremo
opuesto de donde se hallaban, una vez allí el Sultán, comenzó a inspeccionar
detenidamente la pared de esa parte del laberinto, hasta que de pronto dio con
una gema verde engarzada en la piedra, no fue más que tocarla y parte de la
pared se abrió, para que ellos pudieran salir al exterior, así lo hicieron y se
encontraron a la entrada de un hermoso Palacio, Ojo de Gato no dudo y entro al
mismo, pronto salió a su encuentro un Visir al que le dijo.
--Me llamo Ojo de Gato, soy un Sultán de un Reino muy lejano que he
emprendido un viaje, llevando como única compañía a un Búho y viajo entre diferentes
Reinos, para de esa manera todo lo que vea y aprenda en ellos, me sirva para
gobernar mejor al mío y en este aprendizaje, quisiera conocer al Gran Sultán
Descalzo Ilustre, quien seguro sabrá aconsejarme muy bien sobre como gobernar
de forma recta y justa.
--Un segundo Alteza, respondió el Gran Visir que los anuncio.
Mientras este iba en busca de su Sultán, el Búho no paraba de mirar y
anotar en su menoría todo lo que estaba allí dentro, conocedor del poder de
Oniomed, sabía que lo mejor era tener información de todos los movimientos de
palacio. Volvió el Visir y los hizo pasar a una sala revestida de oro y sedas
de oriente, en un trono sentado Descalzo Ilustre los estaba aguardando.
--Sultán Ojo de Gato, me honra vuestra visita y me pongo a su
disposición para lo que necesite.
--El honrado soy yo Descalzo Ilustre, lo que quiero es aprender a
gobernar y de ser posible me gustaría quedarme unos días en tu Reino, así
aprendo de vos siempre y cuando no te parezca mal, lo que te propongo.
--De acuerdo me parece perfecto, empezaremos por el principio, el Gran
Visir te dará un aposento para vos y tu Búho y después te estaré esperando para
almorzar con mi familia.
--Será una gran honra para mi Descalzo Ilustre, muchas gracias.
--Gran Visir acompaña al Sultán Ojo de Gato a sus aposentos.
--Por aquí Alteza.
Siguieron al Visir y un rato después el Sultán y su Búho, se encontraban
en el lugar que les había sido asignado para vivir en Palacio, el búho hablo.
--Veo que estas habitaciones están sobre la gran muralla del laberinto,
cosa que nos vendrá bien cuando tengamos que partir.
--¿Pero la puerta para entrar en él? ese es el problema.
--Sultán la puerta está en su lugar y yo sé ese lugar, se de la gema
verde que al tocarla abrirá la misma.
--Un problema menos entonces, arreglemosno para el almuerzo así
estaremos listos cuando vengan a buscarnos.
--Cuando vengan a buscarnos irá usted solo Alteza, yo mientras tanto
recorreré el Palacio, quiero ver si consigo saber algo de Oniomed y si estamos
en condiciones de vencerla.
--¿Piensas que Oniomed se interpondrá entre yo y la princesa Naim?
--Estoy seguro pero estamos aquí para impedirlo, para que no se cumplan
los planes de Oniomed.
--Mi sabio Búho, para que no se cumplan los planes de Oniomed yo debo
casarme con la princesa.
--Ve al almuerzo y después me cuentas.
-¿Qué quieres que te cuente?
--Lo que la princesa ha despertado en vos.
--Así sea, ahí vienen a buscarnos separemosno.
Tal como lo dijo el Sultán, este se encamino a su almuerzo y el búho
aprovecho para internarse en el palacio y conocerlo mejor, para ver también si
podía encontrar a Oniomed en ese lugar, tan lejos de su rama alta en el parque
del Reino de la Sublime Puerta. Mientras tanto Ojo de gato, hacia su entrada al
comedor del Palacio donde en una gran mesa, colmada de exquisitos manjares y
buenos vinos, lo aguardaba el Sultán Descalzo Ilustre y toda su familia,
compuesta de su esposa y siete hijos entre ellos Naim que al verlo entrar,
sintió que su corazón despertaba a un
sentimiento desconocido hasta entonces por ella, el extranjero que llegaba a
almorzar la cautivo, como nunca antes ningún hombre lo hiciera.
--Adelante Sultán Ojo de Gato le presento a mi familia, dijo Descalzo
Ilustre y prosiguió, mi mujer Aíla, mis tres hijos Arin, Self y Jolus mi gran
amor Naim y por último mis tres bellas damas
Estel, Laeg, y Ronna Ojo de gato se inclino profundamente ante todos en
forma de respeto y después, se sentó a la mesa en el lugar que le había sido
guardado frente a Naim, el almuerzo transcurrió como todos los almuerzos, se alabo
la bebida, la comida y se hablo de temas generales, del pasado y de diferentes reinos
por ellos conocidos, todo sin ahondar mucho en ninguno de ellos, a los postres
los comensales se fueron separando según sus necesidades y llegó un momento, en
que Naim y Ojo de Gato se encontraron solos frente a frente, con la oportunidad
de hablar de aquello que había sido imposible hacerlo en la mesa familiar, para
Ojo de Gato la belleza de Naim, le pareció más grande que su astucia y más
importante que su bondad, por lo tanto se sintió inmediatamente atraído por la
joven y agradeció en secreto, a aquel extranjero que le dijera en su reino que
habían nacido el uno para el otro, deseando que así sea y esperando que a Naim
le sucediera lo mismo hablo.
--Vengo de un Reino que se llama de la Sublime Puerta, tan vasto y
poderoso como veo es el de tu padre, con el único fin de rogarte seas mi esposa,
ya que los magos de mi reino me anunciaron, que vos eras la elegida para mí por
el destino y no debía desobedecer el mandato de este.
--Mi Gran Sultán Ojo de Gato, Oniomed el espíritu del mal me dijo que
ningún hombre se fijaría en mi, porque ya tengo dueño y ese dueño vendría a
buscarme de un reino muy lejano, junto con un Búho como vos ahora y yo debía
partir detrás de el, porque así estaba escrito.
--Correcto Naim como vez más o menos ambos coincidimos en el relato,
pero yo no quiero que nuestra unión se lleve a cabo solo por designio de los
Hados, sino que deseo que sea porque ambos nos amamos, por mi parte al verte
sentí un estremecimiento y goce por primera vez del amor, sentimiento este que
hasta ahora me doy cuenta que no había
experimentado nunca.
--Lo mismo Sultán me ha pasado a mi, fue solo verte y entender que eras
el hombre elegido por mí para ser tu esposa, si así fuera tu deseo.
--Lo es.
Al decir esto Ojo de Gato, se fundieron en un fuerte abrazo y un
prolongado beso. Mientras ambos disfrutan de su amor, lo mejor es dejarlos
solos y aprovechar entonces para ver que es de la vida del Búho en Palacio.
Este Búho mitad volando mitad caminando, recorría pasillos y dependencias en
busca de Oniomed, ya hacia largo rato que deambulaba sin saber nada de ella,
cuando de pronto diviso una construcción alejada de palacio que llamó su
atención, era en forma hexagonal y en su centro ostentaba una claraboya que
servía como mirador, tal como el observatorio de esos magos orientales, que
conversan de noche con las estrellas y terminan adquiriendo profundo
conocimiento del mundo terrenal. Movido por la curiosidad, se acerco a la
mencionada construcción y fue observando el interior de la misma, a través de
las muchas ventanas que tenía. En un cuarto separado de los demás por un largo
corredor, vio a Oniomed sentada mirando fijo por la claraboya al claro cielo de
ese mediodía, no aguardo más y decidió entrar, para lo cual busco como y pronto
lo halló en la forma de una pequeña ventana, abierta sobre una de las paredes
del edificio, una vez dentro busco el largo corredor que lo llevaría a Oniomed,
pronto lo encontró y empezó a caminar por él, pero para sorpresa de muchos si
lo vieran, ya no era el Búho quien se dirigía a Oniomed sino un muchacho joven
y muy apuesto, irresistible para cualquier mujer que lo tuviera enfrente, es
que el Búho era Mago y había decidido transformarse así para presentarse ante
Oniomed . Un instante después, está sorprendida al verle entrar pero dando
cuenta de todos sus conocimientos le pregunto.
--¿Búho a que vienes a verme convertido en hermoso caballero? Me hubiera
gustado más, que fueras un pájaro
volando por mi cuarto.
Y el Búho se transformó en ave y voló y trino por el cuarto de ella.
--O en tigre le dijo, para verte correr por el parque.
Y entonces el Búho se convirtió en tigre y de pronto, saltando con sus
garras la mato. Muerta Oniomed el tigre
fue nuevamente Búho y voló en busca del Sultán, a quien halló en el comedor
junto a Naim. Ojo de Gato al verlo se lo presento a Naim, este Búho le dijo es
mi consejero de la sabiduría y a él puedes recurrir cuando necesites ayuda.
--Así lo hare -dijo ella-
--¿Y a vos Búho como te ha ido? -pregunto el Sultán-
--Majestad por culpa del destino Oniomed está muerta y por gracia del
destino, ni la princesa ni vos ya corren peligro.
--¿! Que Oniomed ha muerto!? -estallo la princesa-
--Así es princesa -dijo el Búho- las criaturas malas como las buenas y
los demonios nacen y mueren en estos reinos todos los días, Oniomed era uno de
ellos y te hubiera hecho daño de estar viva, pero aquel que planifica todas las
cosas decidió que no lo este y un tigre la mato.
--¿Un tigre? Cosa extraña en este reino.
--Las decisiones del destino a veces nos parecen extrañas, pero no lo
son todo tiene su lógica, solo hace falta interpretarla.
--¿Que haremos ahora Búho? -pregunto Ojo de gato-
--Irnos Alteza, ya que la Cigüeña dijo que estaría esperando donde tú
sabes, en el momento que llegues, eso significa que muerto el demonio solo
queda pedir por Naim a Descalzo Ilustre y partir lo antes posible.
Así lo hicieron, los tres fueron en busca del Sultán y una vez frente a
el Ojo de Gato, le explico en realidad a que había venido, el cuidado que debía
tener con Oniomed y porque no le había pedido antes la mano de Naim y se la
pedía ahora. Descalzo Ilustre miró a su hija y le pregunto si estaba de acuerdo
con partir con Ojo de Gato, esta le dijo que sí, que lo quería mucho y
apreciaba su astucia y bondad. Una vez que su hija hablara, Descalzo Ilustre
consintió en la partida de ambos y los bendijo, deseándoles el mejor de los
mundos la felicidad. El Búho recomendó irse del Reino la más rápido posible,
porque no sabía si Oniomed tendría algún secuas que la quisiera vengar. Todos estuvieron de acuerdo con lo dicho por
el Búho y decidieron partir ya mismo. Cuando Descalzo Ilustre ofreció sus
caravanas, Ojo de Gato le dijo que tenía un transporte mejor e inmediatamente
se iría para tomarlo, quiso acompañarlo pero tercio el Búho -Majestad le dijo-
nuestro transporte es encantado y de verlo otra persona, que no sean los que
viajan se rompería el encantamiento y no podríamos partir. Descalzo Ilustre
pensó que los del Reino de la Sublime Puerta eran muy raros en sus creencias,
pero acepto y los dejo partir solos, abrazando y besando antes muchas veces a
su hija Naim. Ya solos los tres Ojo de Gato, Naim y el Búho se encaminaron
hacia el laberinto en búsqueda de la puerta secreta para entrar en el mismo, el
Búho volaba algo adelante indicando el camino y Ojo de Gato y Naim lo seguían
detrás haciéndose arrumacos, pronto llegaron a la pared del laberinto y el Búho
busco la pequeña ramita de muérdago, perpendicular a la pared del mismo y que
solo sus penetrantes ojos podrían ver, sabía que esa era la señal y una vez que
la vio, se detuvo frente a esa zona del muro donde busco la gema verde, cuando
la encontró la apretó fuertemente y la pared se corrió, todos entraron al
laberinto y un rato más tarde, estaban en la terraza del Palacio donde ya los
esperaba la Cigüeña, quien al verlos llegar les dijo.
--Súbanse arriba mío y agárrense fuerte, que en un rato apenas nos
espera el Reino de la Sublime Puerta,
para que se hagan realidad los sueños de el Gran Sultán, Ojo de Gato y
la Princesa Naim y sin más, rauda partió hacia el cielo infinito.