Se encontraba en la costa del riachuelo, caminando entre la basura y la
noche al borde mismo de la villa, llevando en su mano un revolver. El oído
atento y los nervios despiertos, lo mantenían seguro de que nada iría a pasarle,
primero porque estaba armado y segundo, porque la sorpresa era su mejor arma de
combate, nadie lo estaría aguardando si llegaba desde ese lado y menos en plena
madrugada. Le molestaban un poco los pies mojados y el frío, que se hacía
sentir viniendo del río y subiendo por el riachuelo, pero eso no le importaba,
nada le era más necesario que cumplir con lo que había venido a hacer en la
villa y eso, ese destino si se quiere, era lo que lo mantenía activo en pos de
su cometido, matar o morir se dijo, pero estaba seguro que solo sería matar,
solo eso, un tiro en la cabeza de quien debía morir y él terminaría con todos
sus problemas, después huir, volver a escapar por la costa, perderse entre los
frigoríficos y ganar la ruta donde su auto oculto de miradas indiscretas lo
estaría esperando. Bordeó la pila de chatarra y se encaminó por la senda, que
los chicos en sus juegos habían abierto, para llegar a la costa y jugar en el
agua. Pegado a las sombras avanzaba lentamente de rancho en rancho, de tapera
en tapera, buscando aquel en el que le
interesaba entrar de sorpresa solo para matar. Sabía que el rancho que buscaba
se encontraba a dos cuadras de la costa, casi sobre el final del pasillo que
oficiaba de calle, el mismo se caracterizaba, por tener en el frente chapas de
carteles de publicidad, de esos que hay en la vía publica, tal vez sin puerta
le dijeron, seguro con solo un toldo que lo separe de la curiosidad de los
demás, un pedazo de género sucio que protegía a sus moradores de sus ansias de
matar pensó, mientras avanzaba entre el barro y la oscuridad total, rumbo al
lugar en donde llevaría a cabo su trabajo de esa noche. Presto más atención
porque estaba llegando, fue más cauteloso con sus pasos y el dedo del gatillo
acarició el metal del mismo, como se acaricia el cabello de la mujer amada, sus
ojos acostumbrados a las sombras divisaron por fin, los carteles de propaganda
y la entrada cubierta por una tela. Se detuvo y tomó aire, era el momento en el
cual no debía fallar y por lo tanto, repaso mentalmente todo lo que iría a hacer, tal como se lo imaginaba y en
relación a como le dijeron que era el sitio en donde se disponía a entrar, tomo
aire nuevamente y entro…El tiro le pegó en la frente y ya no supo nada más,
quizás podría haberse imaginado que lo mandaron matar, pero imposible saberlo.
domingo, 31 de marzo de 2013
viernes, 22 de marzo de 2013
DETRAS DE LAS NOTICIAS
La había visto una vez y le fue suficiente, enloqueció por ella y la
invito a salir, para lo cual puso en juego toda su experiencia y su fortuna, le
hizo ver que él era un hombre con dinero, que haría que su vida cambie
totalmente y no tuviera que preocuparse por su futuro ya que él estaría allí,
siempre para mantenerla y satisfacer todos sus deseos. Ella dejo pasar un
tiempo para resguardar su prestigio y después accedió a sus ruegos, pero fue más
allá todavía, le propuso directamente encontrarse en la casa de él, tener una
cena intima, lejos de miradas indiscretas y él, loco de contento, feliz por su
sagacidad con las mujeres acepto de buen grado. Quedaron en encontrarse ese
sábado a la noche y llegado el momento del encuentro, mientras la esperaba
ansioso controló la mesa, el ambiente, la cocina y lo que había preparado de
cenar, en eso estaba cuando escuchó el timbre, fue hacía la puerta y antes de
abrirla, se miró en el espejo del hall de entrada a ver como lucia, galán como
siempre pensó y abrió seguro de sí mismo yendo al encuentro de ella. Los
diarios del lunes publicaron que ese fin de semana, un influyente industrial
fue robado en su casa de Palermo, por una mujer y dos jóvenes, de los cuales
nada se sabía hasta el momento, del industrial informaban, que estaba haciendo
la denuncia del robo, en la comisaria correspondiente a su zona.
viernes, 15 de marzo de 2013
VAMOS
El baile había terminado, estaba cansado pero en el bolsillo tenía el
importe que cobrara por ese cansancio,
dos mil rublos, unos sesenta y cinco dólares pensó, mientras se encaminaba hacia
la salida del salón. Como estudiante
latinoamericano de la RUDN participo de
una fiesta cooperativa y gracias a estos ingresos ocasionales, podía tener un
poco de dinero más para los gastos fuera de la beca que lograra conseguir.
Estudiaba en Rusia desde hacía dos años y poco a poco se iba acostumbrando al
frio y la soledad, sabía que al frio se lo podía combatir con más abrigo pero
la soledad era difícil de combatir, algo muy personal que a veces ni la misma
compañía de sus pares llegaba a solucionar. Siempre estaba el recuerdo, ese
extraño tormento del pasado que se hacía presente de improviso en el aula, la
biblioteca o caminando como ahora por las frías y nevadas calles rumbo al
centro. Quedó con Olga en encontrarse en un bar en el campus de la universidad,
Olga como el estudiaba en ella y además trabajaba de cajera unas horas en un
supermercado. Era rusa pero de una provincia lejana y sola había venido a Moscú
para estudiar, ella también tenía soledad en un vasto territorio, la capital es
un punto tan alejado de la aldea donde uno nació, como lo estaba su patria del
campus de la universidad. Quizás la soledad no sea más que la distancia, que
nos separa de nuestra familia y del lugar que nos vio crecer, algo sencillo
pero contundente a la hora de partir y no volver. Como un amuleto al cual uno
recurre, se le aparecieron rostros familiares y queridos y la nostalgia le
anudo el corazón, me estoy convirtiendo en un ruso -se dijo- ya que el silencio y la melancolía pasan a
formar parte de mí, como una cascara más de las tantas que envuelven a mi
personalidad. Rato después, ya en el campus de la universidad siguió por una
avenida rumbo al bar, entrando en el
divisó a Olga sentada en una mesa que lo estaba esperando, se acerco a ella.
--¿Qué tal Olga como va eso? Aquí
se está bárbaro, afuera te digo hace bastante frio.
--Si estamos dejando atrás un invierno muy crudo, ¿Cómo te fue en la
fiesta corporativa?
--Bien, por suerte no tuve ningún problema y me pagaron que es lo
principal.
Se saco el abrigo y se sentó a la mesa entonces, pidieron algo de comer y
de beber porque ambos tenían hambre y después de hacerle honor a lo que habían
pedido se pusieron a charlar, Olga fue la que hablo primero.
--Seba.
--¿Si?
--¿Cuánto hace que nos conocemos y estamos juntos?
--Que nos conocemos dos años, que nos fuimos a vivir juntos un año y
nueve meses, porque eso fue al final del primer trimestre del año pasado ¿Por
qué me lo preguntas?
--Por nada me gustaba recordarlo. ¿Qué vamos a hacer hoy?
--Le dije a Iván que íbamos a pasar por su residencia, va a estar Nina
con él.
--¿Sigue hablando con Nina?
--Sigue, el es de Perú y me dice que los peruanos, no pueden amar por
mucho tiempo a una misma mujer y ella es de Italia,
--Te habla de que las italianas son apasionadas y aman para toda la
vida.
--Tal cual, tal vez sea esa forma diferente de ver el amor por la que se
mantienen juntos.
--No se Seba no lo creo.
--Bueno es un pensamiento mío, puedo estar equivocado, pero muchas veces
dejaron de verse y después volvieron a juntarse.
--No te das cuenta Seba es que están solos, que pueden hacer sino
acompañarse.
--Todos estamos solos aquí Olga, vos, yo, ellos, todos y sin embargo
estoy seguro que nosotros no estamos juntos a causa de nuestra soledad.
--O no solamente por eso Seba.
--¿Te parece Olga?
--No sé, me gustas como compañero, tanto lejos de mi hogar como si
hubieras sido de mi aldea igual, en cualquiera de esas circunstancias te
hubiera querido.
--Lo mismo siento y pienso yo y sin embargo, a veces tengo miedo que te
vuelvas a tu aldea y me resisto a regresar a mi patria porque temo perderte.
--¿Cuál es tu temor? Tenemos una carrera por delante años de estudio en
la RUDN, no entiendo.
--Mi temor es el después Olga.
--¿Quién puede saber cómo será ese después? Seba.
--Nadie, ni yo ni vos leeremos al futuro, pero alguno de los dos deberá
quedarse en el mundo del otro para siempre.
--¿Existe el para siempre?
--Existe el tiempo que quieras estar conmigo, que ambos queramos estar
juntos y llegará un momento, en que habrá que decidir donde quedarse, Rusia o Latinoamérica.
¿Me adaptaré? ¿Te adaptarás?
--Creo que estas equivocado.
--¿En qué?
--En que hablas de Rusia y Latinoamérica como entes que te contengan,
cuando en realidad no estarás en Rusia sino conmigo y yo no estaré en Latinoamérica,
sino formando pareja con vos, esa es la diferencia pienso, no sé, quizás no sea tan así, pero a mí
se me ocurre que es así.
--Puede ser porque no ¿Pero los afectos? ¿La familia?
--Formarás tu propia familia y esa será la mejor familia que puedas
tener en Rusia, Latinoamérica o China. Seba no digo que la nostalgia no vendrá
alguna vez a nuestros corazones, pero los requerimientos de nuestros hijos la
alejaran.
--¿Sabes una cosa?
--¿Qué Seba?
--No quería ir a lo de Iván para no hablar de la relación de él con
Nina.
--¿Por?
--Tenía miedo de que tarde o temprano se nos presentaran los mismos
problemas a nosotros.
--¿Pero?
--Luego de esta charla con vos ya me siento sin temor alguno, aunque no sé
del futuro sé que si habrá una familia allí, habrá una esperanza.
--Es así Seba como vos decís ¿Entonces?
--Vamos de Iván.
--¡Vamos!
Pagaron y se fueron la residencia estaba cerca y pronto llegarán allí.
la llovizna de nieve llevada por el helado viento empezaba a caer, apuraron el
paso abrazados y felices.
martes, 12 de marzo de 2013
TE LLEVO EN MI AUTO
Era noche ya, en el pequeño pueblo de la
costa, pocas personas caminaban por el lugar, apenas uno que otro transeúnte
apurado, se encontraba en la calle buscando su domicilio, para abrigarse de la
noche, de la oscuridad y del frío, cerca del Boulevard, donde la avenida
principal termina y empieza la plaza, en un chalet de estilo californiano, una
de las habitaciones de la planta alta con vista al mar, se encontraba
iluminada, en su interior un hombre joven, trataba mediante Internet, de
chatear con algún invisible interlocutor, al que no podía hallar, molesto,
busco su celular y envió un mensaje.
--Estoy online Sergio.
Volvió frente a su computadora y espero
paciente, a que el mensaje surtiera efecto, al rato, en la pantalla, apareció
la respuesta.
--q tal recién llego Olga.
--ok.
--como va todo¿¿
--bien hablaste¿¿
--si.
--q dijo.
--esta furioso
--por¿¿
--lo traicionaste.
--eso piensa¿¿
--si.
--le explicaste¿¿
--no entiende razones.
--q cagada!!
--tene cuidado.
--por¿¿
--no seas boludo.
--por¿¿
--Sergio pueden matarte.
--ok.
--ok q.
--lo tendré en cuenta.
--cuando nos vemos.
--imposible pueden seguirte.
--entonces¿¿
--espera que te llame.
--ok.
--llama a Luis.
--para¿¿
--decile q se vaya del país.
--por¿¿
--lo van a matar.
--no lo creo.
--sabe + q yo.
--estas seguro¿¿
--si.
--lo llamo.
--ok nos vemos corto.
--te quiero cuidate.
--eso hago chau.
Sergio dejo de chatear y miró la hora, eran
las nueve de la noche, necesitaba comer algo,
por un rato se quedo pensando lo que le había dicho Olga, era evidente
que Gonzalo, estaba convencido que la operación había fracasado por culpa de
él, la mejicaneada que le hicieron Gonzalo suponía, fue porque el Sergio soplo
el dato, del día y la hora del envío, a los tipos que se llevaron todo en un
segundo. La verdad, Olga tenía razón, su situación era jodida, ya que Gonzalo
era un tipo rencoroso y no entendía más razón que la suya, además lo que habían
mejicanizado era mucha guita, dos palos verdes o más, vaya uno a saber que
metió Gonzalo en esas cajas, la verdad, era un pelotudo, a que se ofreció él a
llevar esa mercadería al puerto y despacharla, en la lancha de Juan ¡Que
carajo! Ahora sin comerla ni beberla, podía terminar con un tiro en la cabeza,
en cualquier acantilado de la costa, para colmo, con él, llevando la merca
estaba Luis, que ya habia tenido un despelote , tiempo atrás con Gonzalo, eso
complicaba todo, aquel podía pensar con cierta lógica, que Luis le calentó la cabeza
para traicionarlo, bueno, le quedan pocos caminos para salvar su vida, irse del
país por un tiempo, tal como le aconsejo a Olga le diga a Luis, o caso
contrario, buscar a los tipos que afanaron la merca y si los conseguía ubicar,
ponerse en contacto con Gonzalo, para recuperarla, la verdad, esto último no le
interesaba mucho, se sabía con muy pocas dotes para trabajar de policía, pero
le guste o no, debía intentar hacerlo, nada más ni nada menos, porque su vida
estaba en juego. Ruidos extraños en el estomago, le hicieron comprender que
debía bajar a comer algo, por otro lado, esta casa, que era de los padres de
Olga, no le ofrecía mucha seguridad, debía buscarse algún otro lugar más seguro
para vivir, tanteo en su costado izquierdo, si, el revolver estaba allí, en el
lugar exacto, listo para defenderlo, más tranquilo, apago la luz y descendió a
la planta baja, fue al living, agarro la campera y la bufanda, que estaban
tiradas en un sillón y se abrigo bien, ya que la noche estaba muy fría, abrió
la puerta y salió. El viento de la playa le recordó que era invierno, cerro y
se dirigió en busca de algún sitio, que estuviera abierto, para comer algo, fue
caminando hacia el centro, pegado a los frentes de las casas, mirando muy bien
que pasaba por su alrededor, en la cuarta cuadra que cruzaba, encontró un
boliche abierto, donde podía comer, directamente entró y se sentó, en la mesa
más alejada del frente del local, cuando vino el mozo, le pidió una milanesa
con puré y una bebida sin alcohol, mientras le traían el pedido, recorrió con
sus ojos el local de cabo a rabo, necesitaba estar seguro, que nadie se
encontraría allí por él, una vez que comprobó que todo parecía normal, entonces
se decidió recién a comer lo que ya le habían traído, mientras estuvo
inspeccionando el local y quienes estaban en él, le llamó la atención una mujer
joven, que unas mesas más adelante se encontraba comiendo sola, con la
ubicación que ambos tenían podían verse sin dificultad, le dio la sensación,
que ambos casi habían entrado al mismo tiempo al local, porque también a ella
recién le habían servido la comida. Estaba solo y aburrido, hacia una semana ya
que se encontraba guardado en el chalet de la playa y la verdad, que no le
vendría mal, romper con ese aislamiento que se había impuesto y tratar de
hablar con alguien, para sentirse vivo de nuevo y por supuesto, ese alguien, le
pareció que no podía ser otro que la joven, a la cual en ese momento estaba
mirando, repaso en su pasado reciente, “tentativas para trabar comunicación con
joven hermosa” y cuando estuvo seguro, de lo que debía hacer, lo puso en
practica, tan pero tan mal lo puso en practica, que ya ambos estaban terminando
de comer y ella, la joven de unas mesas mas allá, la que supuestamente él iba a
conquistar, todavía ni lo había mirado siquiera. Ya era el momento del café y
Sergio, empezó a entender, que si no hacía algo rápido, la oportunidad de
trabar relación con ella, se le escaparía para siempre, nada se le ocurría, la clásica
torpeza masculina, comenzaba a invadirlo, decidió, levantarse e ir hacia la mesa
de ella, mientras avanzaba pensaba de que hablarle y nada le venia a la cabeza,
ya frente a ella la miró y atino a decir.
--Perdón, estoy un poco desorientado, creo
haberla visto en otra oportunidad, no se, a veces los parecidos engañan, ¿Puedo
sentarme a la mesa? A ver si hablando saco de donde la conozco.
La mujer lo miró, como que no entendía nada,
es más, estaba por decirle que no, cuando vio asombrada que él retirando la
silla, se sentaba, sin que ella le hubiera dicho ni que si ni que no.
--¡Que hace! ¿Esta loco? ¿Quién le dijo que se
sentara?
--¿Si en realidad estuviera loco? ¿Si solo
fuera un insano, que se sentó a su mesa para molestarla, o lo que es peor, para
cumplir con un ritual de su locura?
--Hablas demasiado bien para ser un loco, lo
que me preocupa que seas un vivo.
--Ni lo uno ni lo otro, si me permitís te
explico, hace una semana que estoy en la costa, en pleno invierno, solo, con un
frío infernal y un mar embravecido, agrégale a esto días de lluvia, ¿Puedo
decirte algo? Estoy podrido.
--¿Yo que tengo que ver con eso que me contas,
de que juego?
--¿En este momento? Estas jugando de algo, que
mi equipo necesita, compañía.
--¿Te preguntaste si yo quiero jugar de
compañía tuya? Por ahí prefiero estar sola.
--Si eso es lo que queres, ningún problema, me
levanto y me voy, no quiero fastidiarte ni que te sientas incomoda, pero lo que
pasa es que te estaba observando, te vi sola y pensé que tal vez, uniendo
nuestras soledades, podríamos pasarla mejor que separados.
--¿Sos del pueblo?
--No, de la capital, vengo poco a la costa,
¿Vos sos de aquí?
--Si vivo aquí, nací en el pueblo.
--De lo que se desprende, que soy un atrevido.
Que se acercó, a la vecina más acreditada del lugar y que desde este momento,
todo el pueblo sabe lo que he hecho.
--Mas o menos, todo el pueblo no, porque vivo
en las afueras, para la mayoría de la gente, igual que vos, soy una desconocida
en este lugar, sobre todo, en este boliche al que rara ves vengo.
--Mejor entonces, mucho mejor, cuando menos
gente nos conozca es una tranquilidad para mí.
--¿Estas escapando de algo? ¿Cómo te llamas?
¿En donde estas viviendo?
--Cuantas preguntas todas juntas.
--Me gusta preguntar, salvo que a vos no te
guste responder.
--Si porque no, sabes que el responder es algo
relativo, puedo decirte lo que se me ocurra, mentirte incluso.
--Empezarías mal si me mentirías, por otro
lado, no me resulta difícil, saber que me mienten.
--Que, ¿Tenes un sexto sentido que te pone en
alerta ante una mentira?
--Si, tengo dones y uno de ellos, es darme
cuenta si me mienten.
--No lo creo, me parece que me estas mintiendo
vos ahora.
--Pensa lo que quieras, no discuto mis dones,
por otro lado, ¿Vas a contestar lo que te pregunte?
--¿Con la verdad?
--Como vos quieras, lo que más acostumbrado estés
a hacer.
--Bueno te respondo, en la vida algunas veces
tuve que escapar, otras espere, otras, tuve suerte y gane yo, en esta
oportunidad, te diría que me estoy preparando para escapar, me llamo Sergio y
vivo en el chalet californiano que hay en la avenida principal, casi sobre la
playa.
--¿El chalet de los padres de Olga?
--¿La conoces?
--Fuimos a la primaria y parte de la
secundaria juntas, después se fue del pueblo, nunca más la vi, ¿Qué es tuya?
--Una amiga.
--Así simplemente, una amiga, o algo más que
no te conviene decírmelo.
--Puede ser algo más que no me conviene
decirte.
--Lo paso por alto, ¿Puedo hacerte una
pregunta quizás delicada?
--Podes.
--¿Por qué estas viviendo hace una semana en
esa casa, solo, sin salir siquiera y buscando la noche para hacerlo, para que
nadie te viera?
--Te puedo preguntar algo yo a vos.
--Si
--¿Por qué voy a contestarte si no te conozco
y al decírtelo, pondría mi vida en tus manos?
--¿Tan grave es?
--Así de grave, estoy en este pueblo, aquí en
la costa, frente al mar, con el único fin de que no me maten.
--¿Olga, tu casi más que amiga lo sabe,
supongo que si, ya que te brindo la casa de los padres?
--Si lo sabe.
--Si lo sabe ella, yo podría decirte que sin
que me lo digas, empiezo también a saberlo.
--¿Cómo es eso? ¡Explícate por favor!
--Voy a tratar de pensar en vos alta, así
escuchas lo que pienso, que al mismo tiempo es lo que te digo, ¿Por qué pueden
tratar de matar a un hombre? Porque se equivocó, algo que le encargaron lo hizo
mal y arruinó a quienes confiaban en el, si este hombre es intimo de Olga y
esta a su ves, algunas veces se encuentra con Gonzalo, que vivió en este pueblo
y es amante mío, circunstancia esta, por la cual se que le hicieron una
mejicaniada y está enloquecido, deduzco que vos sos, el hombre que Gonzalo
quiere matar y pienso más, imagino algo que tal ves al decírtelo te cause una
profunda decepción, pero debo decírtelo.
--¿Qué es lo que me provocaría una terrible
decepción? Hasta este momento estoy asombrado, con todo lo que estas diciendo,
es todo tan cierto lo que contas, que parecería que fueras una maga desplegando
su magia.
--¿Sabes lo que imagino? Mas que imaginarlo
casi estoy segura, Olga te presto la casa, para que Gonzalo tenga un lugar muy
seguro donde matarte, es más Sergio, yo que vos no volvería ahí esta noche.
--Es un poco loco todo lo que me estas
diciendo.
--Hace lo que quieras, conozco a Gonzalo y también
un poco a Olga, pienso que entre los dos, buscaron el lugar donde alojarte.
--Algo que se me ocurre en este momento y
quiero preguntarte, ¿Por qué me decís todo esto? ¿Por qué en cierta manera te
pones de mi lado, contándome lo que podría hacer Gonzalo? ¿A que se debe que
quieras salvarme? Ni siquiera sabemos quienes somos, no nos conocemos, ni se
como te llamas.
--Me llamo Andrea ¿Importa eso? ¿Porque quiero
salvarte? No se. ¿Por qué te sentaste a mi mesa? Vos me buscaste, yo ni te
mire, no me interesaste, pero de pronto tu historia me enfrentó con Gonzalo,
¡Que me tiene podrida! ¡Que quiero dejarlo! Tal ves sea por eso que busco
salvarte, pero lo que te cuento cierra, tiene su lógica, vos mismo entendes a
esta altura de los acontecimientos, que no podes volver a la casa, después de
lo que hablamos aquí, en esta mesa, eso es imposible Sergio.
--Quizás tengas razón y sea cierto todo lo que
decís, si lo analizo esta muy cerca de lo que pudo haber pasado.
--¿Que vas a hacer entonces?
--No se, no volveré a esa casa y buscaré un
hotel de mala muerte, algún lugar donde pueda pasar desapercibido.
--Yo se de un lugar, del cual Gonzalo nunca
sospecharía y pienso, que es ese el sitio donde te debes ocultar.
--¿Qué lugar?
--Mi casa, Gonzalo jamás imaginaria, que vos estarías
oculto en casa de su amante ¿No lo ves así?
--Andrea tenes una cabeza privilegiada, ese
lugar es el último, donde me iría a buscar Gonzalo o el primero, si estas
tratando de tenderme una trampa, ¿Cómo puedo confiar en vos, si no te conozco?
¿Cómo se que no estas preparando todo esto, para entregarme a él posteriormente
en bandeja? Para que con semejante favor, no te vea más como amante, sino que
pases a ser su esposa.
--Correcto lo que decís, pero equivocado lo
que pensas, yo no te voy a traicionar, ahora por supuesto, lo que te ofrezco
para vos tiene un riesgo, que todo lo que yo dije sea mentira y que al final,
tengas vos razón, pero ese riesgo lo tenes que correr vos Sergio, yo nada puedo
hacer para ayudarte, o me tenes confianza, o te volves a la casa de Olga y
después, veraz lo que pasa.
--Esto es lo más extraño que me ha sucedido en
mi vida, dependo de vos, como de un ángel guardián y apenas te conozco y es
más, la increíble casualidad, que me haya sentado en la mesa, de la amante de
Gonzalo.
--Este es un pueblo chico, Sergio.
--Este es un quilombo muy grande Andrea.
--Tenes razón, ¿Qué vas a hacer?
--No se, volver al chalet y no darte bola, olvidarme
de vos y de todo lo que hablaste...
--¿Pediste postre?
--No.
--Si vas a hacer lo que me dijiste, antes de
irte, pidamos el postre, al menos si te matan, te diste un gusto.
--Irónica estamos, lo pido, ¿Qué queres?
--Flan con crema.
--Mozo dos flan con crema por favor, uno cárguelo
a aquella mesa.
--¿Hace mucho que laburas con Gonzalo?
--Hace.
--¿Nunca lo cagaste?
--Nunca, esta es la primera ves y no se
porque, pasó lo que pasó, lo tenía todo planeado, para que la operación camine
sobre ruedas, pero no, cuando menos lo esperábamos, aparecieron seis tipos y
nos dejaron en bolas, se llevaron todo.
--¿Qué era?
--No se, no soy curioso, me dan cajas cerradas
y entrego cajas cerradas.
--¿Y la cana?
--Hasta ahora tuve suerte, nadie se cruzó
conmigo nunca.
--¿Qué pensas de los seis que te robaron?
--Que alguien les aviso.
--¿Olga? ¿Sabia Olga de esto?
--¿Cómo Olga? ¡Estas loca! ¿Cómo me iba a
traicionar Olga?
--No se, pero si quería sacarte del medio,
porque Gonzalo le interesaba más, era una buena oportunidad.
--No creo.
--Hace como te parezca, otra posibilidad es
que ella y Gonzalo, se hayan puesto de acuerdo y Gonzalo te dio, cajas sin
ningún valor y te las robo después, para de esa forma, tener un justificativo
para matarte.
--Para, para un poco me vas a volver loco,
mujer lógica, ¡Para con tus novelas! No termino de analizar una, que ya te
largas con otra, para, viene el postre, a ver si la glucosa te calma un poco la
imaginación. Gracias mozo.
--¿Crees que todo lo que digo es imaginación?
¿Pensas que no puede ser cierto?
--Que flan más rico, pienso que estas haciendo
todo lo posible para llevarme a tu casa, ¿Por qué?
--Cierto, el flan es muy rico. Porque estoy
sola igual que vos.
--Lo suponía, pero pienso que ese no es el
motivo, creo que hay otra cosa por la que queres, que estemos juntos y no me la
decís.
--Me canse de Gonzalo, no lo puedo dejar,
necesito que alguien lo mate y ese alguien, estoy pensando podes ser vos.
--Estas mintiendo.
--¿Por?
--Según vos, Olga esta queriéndose quedar con
el amor de Gonzalo.
--Sergio boludo, Gonzalo se va a quedar con
Olga y va a seguir saliendo conmigo, ¿O no lo conoces?
--Si lo conozco.
--¿Entonces?
--¿Entonces que?
--¿Vas a venir a mi casa, o vas a ir a la casa
de la playa.
--Paguemos, voy a tu casa.
Salieron a la calle y se dirigieron a un Ford k
, que era el coche de Andrea, una ves dentro Andrea le pregunto.
--¿Cómo dejaste la luz de tu habitación, en la
casa de la costa?
--Apagada.
--Esa luz debe estar prendida, yo no puedo ir
a la casa con el coche, porque pueden descubrirme y la pasaría mal, bajemos,
vuelvo al bar, vos anda a la casa, fíjate muy bien que nadie te siga ni haya
ninguna persona por los alrededores, prende la luz y volve a buscarme, después
vamos a casa.
--¿Te parece?
--Tengo una corazonada, veni, bajemos, vuelvo
al bar y vos, anda a la costa y deja la luz prendida.
--Como quieras, si te parece que así debe ser,
así será.
Se volvieron a bajar del auto y Andrea, entro
nuevamente en el bar, mientras Sergio volvió sobre sus pasos, en dirección a la
casa de la costa, la noche cerrada, hacia que prácticamente no haya gente en la
calle, eso le facilito ver si alguien lo seguía, cosa que como pudo darse
cuenta, no estaba sucediendo, un rato después llegó al chalet californiano,
abrió y subió a la habitación que ocupaba en él, encendió la luz y dejo todo
como estaba, bajo nuevamente y se encamino al bar, al llegar a las
inmediaciones se dio cuenta de algo, que le hizo ser más precavido, el auto de
Andrea ya no estaba en el lugar, entró al boliche y nadie había en el, localizo
al mozo que los había atendido y le pregunto.
--Perdón, te acordas que estuvimos hace un
rato, una chica y yo en esa mesa, salimos y después ella volvió a entrar, quedo
que me esperaba, ¿No la viste?
--Si, entró de nuevo, fue al baño y después
volvió a salir, no la vi más.
--Gracias che, disculpa, chau.
--Chau.
Salió pensando que iba a hacer, ¿Que carajo
pasó con Andrea? No lo sabia ni tenía la menor idea, de donde ir a buscarla, en
cuanto a todo lo que dijo, ¿Si era cierto porque no lo espero? En cuanto a
encontrarla, imposible, ni siquiera sabia donde vivía, era evidente, que lo
quiso dejar y el cayó, como un chorlito en la historia que le contó, de que
vaya a prender la luz del chalet, eso fue solo un ardid, para abandonarlo, ya
vería el lo que hacer, por lo pronto necesitaba dormir y decidió volver al
chalet, porque después de todo, la desaparición de Andrea, así imprevistamente,
le quitaba veracidad a todo lo que habia dicho. Empezó a caminar hacia la
playa, estaba cansado y quería dormir, por otro lado casi sin darse cuenta ya
se encontraba a dos cuadras del chalet, apuro el paso, tenía frío y sueño, fue
en ese momento, que escucho la sirena penetrante de una autobomba, que venia
por la avenida en la misma dirección que el iba, rumbo a la playa, el camión de
bomberos lo pasó y el levanto la mirada, a lo lejos, en dirección a lo que
sería el chalet californiano, se levantaba una columna de humo negro, que cada
ves se hacia más grande, corrió, una, dos cuadras y se detuvo, frente al chalet
donde vivía, las llamas poco a poco, lo estaban consumiendo, el esfuerzo de los
bomberos era en vano y estos, ya solo se dedicaban a proteger las casa vecinas.
Se mezclo con la poca gente que estaba en el lugar y pensó, en Andrea y en todo
lo que hablaron y no entendió, porque lo había dejado de esa manera, miró a su
alrededor salvo el incendio, todo parecía normal, la gente en su totalidad
aparentaban ser vecinos del lugar, esto lo tranquilizo un poco, lo cierto, que
el chalet donde vivía, ya no existía más y el debía dormir y escapar de ese
sitio, se dio vuelta y se alejo de la playa, en busca de un hotel, un lugar
donde pasar la noche, por suerte, tenia con el, todo el dinero y sus
documentos, lo que le pertenecía y se había quemado en el incendio era nada,
algo de ropa que trajo y libros, que no alcanzo a leer. Al rato de subir por la
avenida principal en dirección al centro, justo en una calle lateral, encontró
un hotel, tocó timbre y espero, poco después, la cara de un conserje medio
dormido lo atendió.
--Buenas noches, quisiera una habitación.
--Como no adelante.
Lo llevó hacia un pequeño mostrador, que
estaba al costado del living de la entrada, saco una llave del tablero.
--Primer piso, habitación quince, desayunamos
de ocho a diez ¿Cuánto piensa quedarse?
--No se, depende de lo que haga mañana, por el
momento me alojo por esta noche.
--Muy bien son ciento cincuenta pesos.
--Tome.
--Aquí tiene las llaves, buenas noches.
--Gracias, buenas noches.
Con las llaves en su poder, subió las
escaleras y cuando estuvo, frente a una puerta con el numero quince, abrió y
entró, el cuarto era común a tantos hoteles, que ni le presto atención, solo se
preocupo por ver, hacia donde daba la ventana, comprobó que estaba ubicada del
lado de la calle, bajo la cortina de madera y se acostó, se despertó
sorprendido, sin saber donde se encontraba, tardo un rato en darse cuenta del
lugar y recordar, que había pasado la noche en un cuarto de hotel, se levantó,
la verdad que nunca pensó dormir tanto, eran las diez, fue a la ducha y se dio
un baño, se vistió y salió, en la planta baja, apoyado en el mostrador de
entrada, había otro conserje, le dejo las llaves y salió, el día lo recibió con
un poco más de sol, decidió desayunar y pensó en ir al mismo boliche, donde
anoche se encontrara con Andrea, la verdad que estaba desorientado, por un lado
en cierta forma, Andrea tenía razón con lo que le había dicho, no debía dormir
esa noche en el chalet, si hubiera estado allí, hoy quizás no caminaría bajo el
sol, como lo estaba haciendo, por otro lado, esto le confirmaba que todo lo que
ella le dijera la noche anterior, era cierto, tan cierto, que debido a eso no sabia
que hacer, ni a donde ir, podía llamar a Olga y ver que le decía, pero ¿Si
estaba con Gonzalo y lo llevaba a una trampa? Su situación era delicada,
primero porque no tenia en quien confiar, segundo estaba solo, con poco dinero
y sin un lugar donde vivir y poder de esa manera, con más tiempo y
tranquilidad, ver como solucionaba este quilombo. Así pensando, se encontró de pronto
frente al boliche de la otra noche, entró decidido a desayunar, por la hora, el
lugar estaba más concurrido y habia pocas mesas vacías, también los mozos eran
otros, se decidió por una, que estaba lejos de la puerta y se sentó, pidió un
café con leche con medias lunas y mientras lo tomaba, hojeo un diario local, en
la sección policiales había dos noticias que atrajeron su atención, una
informaba del incendio en el chalet y decía, que para sorpresa de todos, el
mismo había sido un atentado, ya que los bomberos encontraron restos, de una
bomba incendiaria en el lugar, de esas que se ponen en funcionamiento a control
remoto, la otra, que una vecina reconocida de la zona, joven y emprendedora,
apareció muerta en su casa de las afueras del pueblo, sin que hasta ahora, se
sepa quien o quienes la mataron, la policía busca a una persona, con la que se
la vio , hablar ayer a la noche, en un bar cerca de la costa, donde la victima
estaba cenando, su nombre, Andrea…. A Sergio se le cayó el diario de las manos,
pago y se fue, decidió volver a la capital y enfrentarse con Gonzalo, no podía
seguir huyendo sin sentido, que ¡Carajo! Pensó, llevarían las cajas que el
debía entregar y se las robaron, ¿Qué habría en su interior? Para que originaran
tamaño despelote, o acaso ¿Gonzalo se estaría volviendo loco? Se encamino a la
terminal de ómnibus y abordo el primero que salía para la capital, llego a esta
a las siete de la tarde, una ves en retiro, se dirigió a un locutorio, sentado
frente a la computadora, busco en el chat
a Olga, no sabia si por suerte o desgracia la encontró conectada, tecleo.
--q tal como anda todo¿¿
--bien d estas¿¿
--sabes lo de la costa¿¿
--no.
--quemaron la casa.
--q¿¿
--eso.
--vos¿¿
--tuve suerte.
--por¿¿
--no estaba.
--d estas¿¿
--retiro q verte.
--florida garden dos horas.
--ok.
--chau.
--nos vemos chau.
Fue al mostrador, maquina seis dijo, pago y
salio a la avenida Libertador, caminó un rato sin rumbo fijo y terminó cruzando
la Plaza San Martín, rumbo a la calle Florida. Hizo tiempo caminando y viendo
locales, de ropa de hombre y librerías, cuando ya se cumplieron las dos horas,
que se habia impuesto Olga como tiempo, para encontrarse con el, entró en un
boliche de Diagonal y Florida y desde allí, la llamó al celular.
--¿Olga?
--Si.
--¿Dónde estas?
--Eso te lo pregunto yo a vos, ¿Dónde te
encontras, que llego al Florida Gardens y no te encuentro? Hace diez minutos
que te espero, ya pedí un café incluso, sabes que no me gusta esperar, me pone
mal.
--Calmate y escucha, yo estoy en el café
London de Rivadavia y Florida, venite para acá, te espero.
--Como venite para acá, ¿Estas loco Sergio? Me
citaste en la Gardens.
--Escúchame Olga, no me rompas las pelotas y
hace lo que te digo, me pasaron muchas cosas extrañas estos días, para que te
hagas la difícil, justo en este momento, déjate de joder y veni al London, es
más, fíjate bien la gente que tenes cerca de vos, si intuís que te siguen no
vengas, desaparece, chau.
Corto, pensó sorprendida Olga, pero su Sergio,
por lo visto, estaba muy preocupado y era mejor hacerle caso, pago y salio del
Gardens rumbo al London, en el camino mientras andaba miro distraídamente, a
ver si alguien la seguía, pero le pareció que no, todo a su alrededor era
normal, por otro lado, en la calle Florida, caminaba tanta gente que la verdad,
se hacia un poco difícil darse cuenta, si alguien la vendría siguiendo, tuvo la
sensación, que se avecinaban tiempos complicados y apuro el paso y una
pregunta, inevitable surgió en su mente mientras esto hacia, ¿Debía seguir
saliendo con Sergio? ¿No era mejor largarlo y listo? ¿No se estaba ella, exponiéndose
demasiado por él? Lo que más la preocupaba, era el incendio de la casa de sus
padres en la costa, Gonzalo por lo visto se habia vuelto loco y por primera
ves, tuvo miedo que la locura de Gonzalo, se volviera contra ella,
evidentemente debería decidir sobre el miedo o el amor y no sabia en ese
momento, cual de los dos vencería, lo quería a Sergio, pero podría resistir
este tipo de vida, mucho tiempo mas a su lado, así pensando entró al London, no
lo vio a Sergio, esto la sorprendió un poco, iba a echar mano nuevamente de su
celular, cuando de un resevado vio que le hacían señas disimuladamente, era él,
fue a su encuentro.
--Sergio, ¿Qué haces acá escondido?
--¿Te siguió alguien? ¿Te fijaste bien?
Quédate tranquilo, no vi a nadie que me
siguiera.
--Sentate, ¿Qué queres tomar?
--Un cortado.
--Por favor me traes un cortado, gracias.
--Sergio, ¿Qué pasa con vos que te noto tan
preocupado?
--Ahora te explico Olga, precisamente para eso
te pedí que vengas a este bar, para hablar y ver que hago, o a tu criterio, si
pienso bien, o estoy equivocado con lo que digo.
Paro de hablar y la miro en silencio,
directamente a los ojos, donde dicen que se ve el alma de la persona amada,
pero no noto nada raro en ella, como si fuera la Olga de siempre, la que
conociera casi desde toda su vida.
--¡Habla!, contame, te escucho, que haces ahí
en silencio, mirándome como si no me conocieras.
--No lo que pasa, es que estaba pensando como
empezar.
--Por el principio, por donde queres empezar.
--Tenes razón, entonces vamos, ¿Vos sabes lo
del robo de la merca de Gonzalo? ¿Sabes que por tu propio consejo? Fui a la
costa, a la casa de tus viejos, para hacer mutis por el foro un tiempo porque
la cosa, ambos sabíamos, se habia puesto un poco delicada, estando en la costa,
ese anochecer chatee con vos, que me diste los últimos informes de lo que
pasaba aquí en la capital, me pareció todo normal y fui a cenar, una ves que
deje de chatear con vos, el boliche donde estuve era el único abierto, sobre la
avenida principal a seis cuadras, mas o menos, del chalet de tus viejos, bueno
termino de cenar y veo frente mío una mujer joven, que también estaba cenando,
me agarro deseos de hablar con ella y decidí abordarla.
--¿Me ibas a hacer cornuda?
--Pensa lo que quieras, sigo.
--Me acerque a su mesa y empezamos a hablar,
le dije que estaba solo en la costa, que vivía en el chalet de tus viejos.
--¡A que decís esas cosas a una desconocida!
--No se, tal ves porque estaba podrido de la
lluvia, el frío, el viento y la soledad no lo se, pero se lo dije, tanto se lo
dije, que ella se quedo con la sensación, de que estaba escapando de algo.
--¿Espero que no vas a decirme que terminaron
en el telo? ¡Sería el colmo Sergio!
--No nada de eso, espera no te apresures déjame
hablar, cuando preguntó si estaba escapando de algo, le conteste, como lo
sabia, me dijo que conocía a los dueños del chalet, donde paraba y también te conocía
a vos, porque habia nacido en ese pueblo e ido, a la escuela con vos.
--¿Cómo se llama?
--Andrea.
--No la recuerdo para nada, ¿Cómo queres que
me acuerde de las chicas de esa época? Si no las vi nunca más en la vida.
--Sin embargo me dio la sensación, que ella te
conocía bien, porque me dijo, que te llamabas Olga y andabas, en líos
sentimentales con Gonzalo, que era un mafioso, del cual ella era su amante y
dado, que algo me unía a vos, ya que paraba en casa de tus padres, yo estaría
escapando de Gonzalo, al que de seguro le falle en algo.
--! ¡Eso te dijo!
--Si como te lo cuento, ahora que te tengo
frente mío, cabe preguntarte, ¿Qué pasa con vos y Gonzalo? ¿Además de salir
conmigo salís con él?
--¡Estas loco Sergio! ¿Cómo pensas semejante
cosa?
--Yo no pienso nada más, de lo que me dicen.
--¿Pero quien te lo dice? ¿De donde la conoces,
para que sus dichos te merezcan fe? ¿Acaso vos me fuiste infiel con ella?
--¡Estas loca!
--De la misma manera, que vos estas loco, si
pensas que yo tengo algo con Gonzalo, es más. Hace una reunión con ella y que
te asegure frente a mi, lo que me estas diciendo.
--Imposible.
--¿Imposible que?
--Hacer una reunión con ella.
--Porque ¿Tenes miedo que se confirme lo que
me decís? Quédate tranquilo pasaría todo lo contrario.
--No, no es por eso, no.
--¿Entonces?
--La mataron.
--¡Que!
--Si la mataron, la misma noche que hablo
conmigo y en el momento, que incendiaron el chalet de tus padres.
--¿Cómo incendiaron el chalet de mis padres?
--No te lo dije, fue un atentado, pusieron una
bomba incendiaria manejada a control remoto.
--Entonces Sergio, ¿Mataron a esa mujer e
incendiaron mi casa?
--Tal cual Olga y yo salve mi vida, por
hacerle caso a esa mujer.
--¿Cómo por hacerle caso?
--Si, yo me habia ido de tu casa, apagando la
luz de la habitación y dejando todo el chalet completamente a oscuras, como si
nadie viviera, ella me aconsejo dos cosas, que no viva más en ese chalet y que
vuelva y deje la luz prendida de la habitación, mientras yo hacia todo esto,
ella me esperaría en el bar, volví de hacer lo que me indico y ya no estaba, al
otro día leo en el diario que la mataron, dado que no estaba en el bar volví a
casa de tus padres y me encuentro, con los bomberos y un gran incendio, ¿Qué
llevaban las cajas de Gonzalo, para que además de robarlas, estén originando
todo este despelote posterior?
--Lo ignoro Sergio, ignoro eso y también
ignoraba toda la situación espantosa, por la que tuviste que pasar, pero lo que
no ignoro que tu vida corre peligro y es necesario ver, que hacemos, para que
Gonzalo no te mate.
--Otra cosa, Andrea, la mujer que te digo, además
me dio otro dato preocupante, muy preocupante.
--¿Cuál?
--Que en las cajas no había nada, que todo fue
montado, entre vos y Gonzalo para que después, él, tenga un justificativo para
matarme, ella estaba convencida que vos y Gonzalo, me querían sacar del medio,
porque molestaba en la relación amorosa que había entre ustedes.
--Ella estaba loca en imaginar semejante cosa,
de parte mía y vos recontraloco, en aceptar como cierto, todo lo que ella te contó.
--Pensa un poquito, me parece que estas
equivocada, si yo en este momento estoy aquí hablando con vos, contándote todo
lo que me paso, eso significa que te tengo confianza, eso significa que no le creí
a ella, lo que me contó, sino no estaría aquí con vos, imaginándote la querida
de Gonzalo, que quiere matarme.
--Espero que sea verdad todo lo que me decís,
al menos suena razonable, si te deja tranquilo, el único hombre con el que me
acuesto y lo quiero sos vos, no hay otro Sergio y menos Gonzalo, que te lo digo
despacito, me da asco.
--Mejor así, siempre tuve confianza en vos y
nunca imagine, que me hagas cornudo sin saberlo, imagino que el día que te
interese otro tipo, venís y me lo decís.
--Tal cual.
--Bueno pero hay una pregunta, ¿Por qué Andrea
dijo todo lo que dijo?
--Atendeme una cosa, ¿No se declaro amante de
Gonzalo? Tal vez no fueron ellos, que se pusieron de acuerdo, en algo que no
sabemos, que es y que hizo que ella te contara todo, lo que te contó.
--Puede ser, pero nuestro encuentro fue muy
casual, tan casual, que dependió únicamente de mi voluntad, no de la de ella.
--Quizás tengas razón, por el momento lo único
cierto, que ella esta muerta Sergio, porque aparentemente, se cruzo en el
camino de Gonzalo, al tomar contacto con vos.
--Tal ves estés en lo cierto, pero dejemos
esta historia, la misma sirvió, para que te pongas al tanto de lo que esta
pasando, pensemos en el presente, en mi situación, necesito buscarle una
solución a este quilombo con Gonzalo y además necesito trabajar de algo, dado
que de continuar así, el dinero que tengo, pronto se acabará y no tendré más
remedio que salir a robar.
--O a matar.
--¿Qué estas diciendo?
--Digo matar, ¿O acaso no te convendría que
Gonzalo este muerto?
--No me creo capas de matar a nadie Olga.
--Peor para vos entonces.
--¿Por?
--Porque la gente que anda tras tus pasos, si
es capaz de matar, no tiene escrúpulos Sergio.
--Esta bien Olga, llegado el momento se verá,
pero hasta ahora hablamos, hablamos, no hacemos mas que hablar, pero no hemos
conseguido hacer un plan, que nos permita safar de esta situación ¿Qué podemos
hacer Olga? ¿No se te ocurre nada?
--¿A vos Sergio? No soy yo la que tengo que
pensar, te recuerdo que quien llevaba la merca eras vos, el que trabajaba con
Gonzalo eras vos, el que vino con la historia que lo robaron seis tipos armados
fuiste vos, Yo Sergio, solo soy tu pareja, la mina que te banca todos estos
despelotes, en fin, tu mujer que tiene miedo de terminar como Andrea, muerta,
por el solo hecho de haber estado en la London con vos, charlando y tomando un
café.
--En tren de chistosos podríamos ponerle un
titulo a todo esto.
--¿Cuál?
--El café de la muerte.
--No jodas con eso, que tengo miedo y no estoy
en mi mejor momento.
--Perdona amor, discúlpame, fue un chiste de
humor negro, solo eso, pero a ver si nos ponemos de acuerdo en lo que deberíamos
hacer.
--Huir del país, desaparecer Sergio.
--¿Te parece?
--¿Qué otra cosa queres hacer? ¿Podemos nosotros
dos luchar, contra Gonzalo y su gente?
--La verdad no tengo idea, pero no me gusta
huir, ni irme porque me están amenazando.
--¿Sos macho?
--No, pero tengo mi pequeño orgullo y no
tolero que me aprieten, más si se que no tengo nada que ver, si realmente
hubiera afanado a Gonzalo, bueno, hago mi negocio y me las tomo, pero no fue
así, me afanaron a mi.
--Estas haciendo un discurso épico de la situación
y no tiene sentido, robaste o te robaron, de cualquiera de las dos formas que
hubiera pasado, lo mismo da Sergio, Gonzalo te busca para matarte. ¿Otra ves,
que debemos hacer entonces?
--Solo una cosa es posible.
--¿Cuál?
--Buscar a los que me robaron y enfrentarlos
con Gonzalo.
--¿Te parece?
--Si, pienso que esa es la única solución.
--¿Cómo lo hacemos Sergio?
--¿Sabes una cosa Olga?
--¿Qué?
--Contestar esa pregunta es lo difícil.
--Pero si la contestas, abrís la puerta a la
posibilidad de una solución para el problema, ¿Por qué no tratas de contestármela
a mi Sergio? Pensa como me explicarías, lo que vas a hacer, estoy casi segura
que si de esta mesa, sale una explicación, podríamos ambos saber lo que hacer
con el problema.
--¿Olga que paso con Luis? ¿Le pediste que se
fuera del país?
--No quiso irse Sergio, igual que vos, dijo
que prefería quedarse y afrontar las consecuencias.
--Muy bien, ¿Podrías ubicarlo? Quiero hablar
con el.
--¿Ya mismo Sergio?
--Si ya, si tenes su celu, llámalo.
--Lo cambio.
--¿Tenes el número nuevo?
--Si.
--Llámalo entonces por favor, cuando te
conectas pásamelo que hablo con el.
--¿Luis?
--Si ¿Quién habla?
--Olga ¿Cómo te va?
--Bien y vos.
--Bien, mira estoy con Sergio, te lo paso que
quiere hablar con vos.
--Hola Luis.
--Si Sergio ¿Qué tal?
--Bien, atendeme Luis necesito hablar con vos
ya mismo.
--¿De?
--Cuando estemos juntos te lo explico, mira,
yo estoy en el centro, en una hora te espero en Belgrano, en un café de
Juramento y Ciudad de la Paz, justo en la esquina, no te quedes en la planta
baja que es un quilombo, anda al primer piso, es más solitario, casi no hay
nadie, allí te espero.
--De acuerdo.
--¿Entendiste bien?
--Si Sergio, dentro de una hora estoy por
allí.
--Chau nos vemos, toma el teléfono Olga,
paguemos y nos vamos.
--¿Vamos en taxi Sergio?
--No si tenemos el subte en la esquina, no
hace falta nada mas, lo tomamos aquí y bajamos en la estación Juramento y ya
estamos, espero que Gonzalo no maneje el subte también.
--Estoy segura que no, pero debemos tener
cuidado.
--Seguro que si, por eso vamos en subte.
Pagaron y fueron caminando a la estación
Florida del subte D, una ves en la misma, abordaron un convoy que iba hacia
Congreso, mientras charlaban entre ellos, las estaciones fueron pasando, una
tras otra, el cartel del interior del subte iba colocando el nombre de la próxima,
hasta que llegaron a leer Juramento, bajaron, una ves arriba, se dirigieron a
la calle Ciudad de la Paz, justo en la esquina se encontraron con el boliche,
entraron y fueron directamente al primer piso, Luis todavía no había llegado,
pidieron dos cafés y se decidieron a esperarlo, no debieron aguardar mucho,
porque apenas estaban revolviendo el café, apareció Luis.
--Sergio, ¿Qué tal? ¿Cómo te va Olga?
--¿Que tal Luis?
--Bien y vos.
--Sentate Luis, ponete cómodo, ¿Qué vas a
pedir?
--Mira Sergio, ya le pedí un café al mozo
cuando lo vi, mientras subía, ¿Para que me llamaste? ¿Qué queres decirme?
--Yo tengo un problema, supongo que vos tenes
el mismo problema, ambos dependemos del humor de Gonzalo, nuestras vidas en
cierta forma depende de la buena o mala voluntad de Gonzalo y eso no me gusta
Luis, ¡No me gusta para nada! Pienso que a vos, tampoco.
--Así es Sergio, a mi también esta situación
me jode mucho y te diría, que juntos deberíamos buscarle una solución, ¿Es para eso que me llamaste?
--Exacto Luis, es para eso y me pone contento,
que ambos hayamos llegado a la misma conclusión, tenemos que unir nuestros
esfuerzos, para enfrentar a Gonzalo ¿Es así Luis?
--Tal cual, es así, tanto vos como yo, tenemos
condiciones para hacerlo, lo que hace falta es un plan.
--Para eso te llame, primero para ver si querías
aceptar este negocio, que te propongo y segundo, levantarnos de esta mesa, con
un plan ya listo, para llevarlo a cabo.
--De acuerdo, ¿Qué hacemos Sergio?
--Lo primero, que Olga nos explique, ¿Qué
tramo con Gonzalo para sacarnos del medio? y a quienes utilizaron, para
efectuar el robo.
--¿Qué estas diciendo Sergio? ¡Enloqueciste!
--¿Olga nos vendió?
--Si Luis, Olga nos vendió, porque es la
amante de Gonzalo, aunque hoy me lo desmintió y se hizo la súper fiel, no le
creí nada, de lo que me dijo, sácale el celu de la cartera y revísalo, a ver
adonde llamó las últimas veces.
--No me van a sacar nada de la cartera ¿Te
volviste loco?
--Puede ser, pero quédate tranquila que te conviene,
aquí arriba no hay nadie, ¡entendes! ni un alma y si te rompo el cuello, te
tiro al baño de damas y me voy, ¡Entendiste! Es tu vida o la mía, no me hagas
elegir, cual de las dos, dale Luis, revísale la cartera, el celu y si tiene un
arma, sácasela.
--Ya lo hago Sergio, a ver el celu, ¡Increíble!
Las tres últimas llamadas son con Gonzalo, conozco el número, aquí hay una
veintidós corta, se la saco Sergio.
--Fíjate si puede haber algo que nos interese.
--Ah esto es muy cómico Sergio.
--¿Qué?
--Una boleta de Farma ¿A que no sabes que
compro?
--No.
--Perfume de hombre, Asia Floral, justo.
--Justo el que es fana Gonzalo, perfume que me
tiene podrido.
--Que nos tiene Sergio, por lo tanto tenias
razón, me parece que la chica es fana de Gonzalo, con ella ya tenemos un plan.
--¿Cuál?
--¿Te gusta este Sergio? La matamos,
ahorcándola como dijiste, la tiramos en el baño de damas con un cartelito,
Gonzalo si no arreglas, tu cuello será el próximo, con la salvedad, que en el
baño de hombres por supuesto.
--Me parece una buena idea Luis, una
posibilidad diría interesante y quizás porque no efectiva.
--¿Qué van a hacer conmigo Sergio, hemos sido
pareja, de parte mía todavía lo somos, no se vos que pensas, por favor Sergio,
me parece que estas perdiendo la razón?
--.Olga lo he decidido, ya no somos pareja,
cuando en la costa Andrea me contó lo que me contó, a partir de ese momento, me
di cuenta que vos habías sido junto con Gonzalo, quienes nos entregaron a esos
seis tipos, para que nos roben , asi tenían el justificativo de matarme, o que
desaparezca para siempre, les estaba molestando y cuando a Gonzalo, le molesta
algo, no va con chiquitas, yo tampoco Olga, te juro que te mato, sin asco y con
rencor y te tiro al baño de mujeres, salvo que.
--¿Salvo que?
--Salvo que cooperes y digas que paso y cuales
son los planes de Gonzalo.
--No se nada de lo que estas hablando, no soy
la amante de Gonzalo, jamás trame nada de acuerdo con el y contra vos.
--¿Las llamadas a su celular, estando conmigo?
¿Haberle comprado el perfume que usa
y más le gusta? ¿Qué pasa con vos Olga? No soy pelotudo, es cierto, fuimos
pareja, nunca pensé, que me ibas a dejar de la manera que lo hiciste, pero ya
te jugaste y elegiste vos tu destino, no yo, elegiste Gonzalo y te pusiste a
sus ordenes y en sus brazos, como yo te jodia, decidieron cagarme y la verdad
que estuvieron a punto de conseguirlo, si Andrea, no me aviva. ¡Luis!
--Si Sergio.
--Esa veintidós tiene silenciador.
--Si.
--Pegale un tiro en la cabeza, ¡Hácela mierda!
Reventala de una ves y nos vamos, me tiene podrido, después sin ella, arreglamos con Gonzalo, es a matar o morir
hermano, empecemos nosotros también a matar.
Olga de pronto se quedó congelada, el miedo la
paralizo, el ataque de pánico, ese que le daba cuando chica, apareció de golpe,
Luis tal como le dijera Sergio, puso la punta del caño de la veintidós sobre su
cien, Sergio impávido, percibió que el dedo de Luis, poco a poco hacia que el
gatillo retrocediera lentamente, de pronto se escucho un leve murmullo, como el
de la brisa cuando atraviesa las hojas de bambú, era la vos de Olga que decía,
musitaba apenas.
--Esperen.
--Para Luis, para.
--Por mi la hago mierda.
--¡Espera carajo! Cálmate, vamos a ver que
quiere decir.
--Esperen por favor, no me maten, les voy a
decir lo que paso.
--¡Habla!
--Esto fue lo que paso Sergio, Gonzalo se
volvió loco por mi y me empezó a cortejar con regalos y amenazas, al final consiguió
vencer mi resistencia y salí con el una, dos, varias veces, hasta que me
consideró su pareja ideal y decidió matar a Andrea, porque sabía todo y además
, se enteró que había trabado relación con vos y ambos juntos, podrían ser un
peligro para él, es cierto, el fue quien mando, poner una bomba en casa de mis
viejos, porque pensó que todavía estabas allí durmiendo, antes que esto, cuando
decidió eliminarte, porque eras mi novio y estaba celoso de vos, te dio unas
cajas con canto rodado adentro, para que por el peso, creas que llevabas algo
importante, necesitaba una excusa para matarte y el robo de las cajas, fue la
excusa, no se que le pasa, esta celoso de cualquiera que se me acerque, me da
miedo.
--Muy bien, muy bien, las cosas así están
mejor Olga, hasta te diría que estoy empezando a quererte de nuevo.
--Sergio por favor.
--No, es cierto lo que digo amor, te estoy
empezando a querer de nuevo, porque me doy cuenta, que vos serás la parte
principal del plan que se me esta ocurriendo.
--Como Sergio, ¿Parte principal de que plan?
--De este Olga, ¿Dónde cojes con Gonzalo?
--Que pregunta, en cualquier lado Sergio,
donde se le ocurra, que se yo, su casa, un telo, depende.
--Muy bien depende, ¡Pero presta atención! La
próxima cojida, va a depender de vos.
--¿Cómo de mi?
--Si y te lo explico, no solo te lo explico,
sino que lo tenes que hacer muy bien
--¿Hacer que?
--Lo que te digo, presta atención, ¿Gonzalo en
Carilo tiene un chalet, cerca de la playa?
--Si.
--Entonces, si no queres morir Olga, si queres
seguir viviendo y porque no, que te perdone, total un desliz lo puede tener
cualquiera ¿No?
--Exacto.
--Bueno estas entendiendo, si no queres
terminar con tu vida como te dije, el próximo polvo te lo hechas con Gonzalo en
su chalet de Carilo, pone de tu parte todo el empeño para conseguirlo, sino te
juro, que el gatillo de tu propia arma, terminara el recorrido en las mano de
Luis y caerás muerta, con la cabeza destrozada, me importa un carajo, solo
quiero salvar mi pellejo.
--¡Sergio!
--Sergio ¡Pelota! Este es el plan, cuando
vayan a coger a Carilo, teneme informado de todo, el día que piensan ir, cuando
van a encamarse, todo, ¿Entendes?
--Si.
--Una cosa más, cuando Gonzalo coge ¿Dónde
deja el arma?
--Cosa rara, por lo común no le gusta dejar el
arma, en la misma habitación.
--Muy bien, es todo Olga, ahora perdete, una
cosa.
--¿Que?
--¿Sabes porque trabajamos juntos tantos años
Gonzalo y yo?
--No.
--Porque en realidad, hoy me doy cuenta, que
somos bastante parecidos, cuídate y no me falles, ahora ándate, pasa por el
baño de damas y arréglate un poco, no me gusta que los de abajo cuando salgas,
te vean desarreglada.
Olga se levanto y se fue, cuando se quedaron
solos, Luis le pregunto a Sergio.
--¿Ese es el plan?
--No hay otro Luis, quedemosno en el molde
esperando, a ver que hace Olga, hay dos posibilidades, una, que le diga toda la
verdad a Gonzalo y en Carilo, nos tiendan una trampa y la otra Luis, que
todavía me quiera más que a él y no me falle, me inclino por esta última,
entonces Luis, nuestro trabajo será el siguiente, seguirlos hasta Carilo y en
el mejor momento del polvo de Gonzalo, entramos y lo hacemos mierda.
--¿Y a Olga?
--Eso lo resuelvo yo sobre la marcha, en el
lugar veremos.
--Pero Sergio, se convierte en un testigo
peligroso, es mejor bajarla a ella también.
--Pensándolo bien, liquidamos a los dos y
listo, bueno Luis, ahora nos separamos, quedate guardado como hasta ahora,
cuando Olga me diga el día que va a Carilo, te llamo y nos ponemos en camino,
una cosa.
--Si.
--No tenemos auto, ¿Vos estas en contacto
todavía, con ese conocido que te los alquila?
--Si, no te hagas problema, yo alquilo el auto
y vengo con el.
--Después te doy la guita del alquiler.
--Quedate tranquilo, ¿Algo más?
--Si, lo último Luis, yo no tengo armas y
necesito una, si vos podes conseguir, porque no me das la veintidós que le
sacaste a Olga, estoy en bolas sabes y en esta situación, no puedo estar
desarmado por la calle.
--Ningún problema, te la pensaba dar antes de
irme, yo consigo es mas tengo, quedate con esta toma, me voy, entonces cuando
me llamas, vengo con el auto y nos juntamos para ir a Carilo.
--Exacto viejo, vos lo dijiste, la única solución
para nosotros, es matar a Gonzalo y Carilo, es el mejor escenario para ello,
chau Luis, me voy. Deja pasar un rato y después Salí vos, yo le pago al mozo,
chau.
Sergio se levantó, encontró al mozo, le pago,
bajo las escaleras y un rato después, estaba en la calle, no vivía lejos de
allí y se fue caminando, el caminar era un buen ejercicio para el, le despejaba
la mente, por primera vez creyó, había encontrado la solución a su problema,
fue mirando las vidrieras de Cabildo y al llegar a Monroe, dobló en dirección a
Libertador, camino una cuadra mas y coloco su llave, en la puerta de un
edificio de departamentos, entró y fue al cuarto piso, un rato después se
encontraba durmiendo, antes de apagar la luz, recordó que nadie sabia de la
existencia de este departamento, porque lo habia hecho alquilar, por un amigo,
apago la luz y se durmió tranquilo, de cualquier forma tenía dos revólveres en
su poder, el suyo propio y el de Olga que se lo dio Luis, buen muchacho este
Luis, un compañero casi, vería que hacer con él, cerro los ojos de a poquito,
como se duermen los chicos viendo la TV. Llegó la mañana y la costumbre lo despertó,
se acostara a la hora que fuera, siempre a las siete de la mañana, estaba arriba,
dispuesto a comenzar el día, lo primero que hizo, llamo a Olga a su celu.
--¿Olga?
--Si.
--Sergio habla, necesito verte ya, pero es preciso
que nadie nos vea juntos, ¿Cómo podemos hacer para vernos sin levantar
sospechas?
--Se me ocurre una locura, pero podría ser.
--¿Cuál?
--La sala parlante de la Biblioteca Nacional.
--Buena idea, conozco el lugar, puede ser,
¿Estas en condiciones de salir ya?
--Dame una hora.
--Bueno te doy dos, a las nueve de la mañana
en la Biblioteca.
--Allí estaré.
--No te vengas con Gonzalo.
--Loco, no jodas, espérame que voy sola.
--Chau te espero.
Salio y se fue a desayunar, después caminando,
siempre caminando, se fue a las Barrancas de Belgrano y se tomo el ciento
dieciocho, calculo mas o menos donde estaría el edificio de la Biblioteca y se
bajo, casi Avenida Pueyrredón, un rato después, estaba en la sala parlante, eligió
un lugar lejos de la entrada y si fuera posible con poca gente, una ves que se
ubico, espero paciente la llegada de Olga, esta no tardo mucho en venir, ambos
con un libro frente suyo, al cual nunca irían a leer, comenzaron a hablar.
--¿Qué queres ahora de mi, Sergio?
--¿Entendiste bien lo que te pedí?
--Si.
--¿Estas dispuesta a hacerlo, o me vas a
tender una trampa, junto con Gonzalo?
--Estoy dispuesta a hacerlo, vos, ¿Estas
dispuesto a seguir conmigo?
--Por supuesto que si, un desliz lo puede
tener cualquiera, ya te lo dije, una pregunta, ¿El arma que te sacamos ayer,
era tuya o te la dio Gonzalo?
--Me la dio Gonzalo.
--Me lo suponía, tómala entonces, no sea cosa
que en estos días, se le ocurra preguntar por ella y no la tengas encima.
--¿Me llamaste para eso?
--Si.
--¿Me hiciste salir de casa a las nueve de la
mañana para entregarme mi revolver?
--Si
--Lo menos que puedo hacer es pegarte un tiro
con el.
--Hacelo si te parece, no hay problema.
--¡Sos un loco Sergio!
--No solo te llame por el arma Olga, aunque pensándolo
bien, estarás de acuerdo conmigo, que el te la puede pedir y vos en ese momento,
¿Que le decís? Me la olvide en casa, no.
--Cierto.
--Estuve echando cuentas y es mejor que todo
este en orden, normal y correcto, pero también te llame por otra cosa.
--¿Qué cosa?
--No se que hacer con Luis.
--¿Cómo que no sabes que hacer con Luis?
--Si, no se si limpiarlo, junto con Gonzalo, o
dejarlo detrás mío como un testigo molesto.
--¿Qué me estas diciendo Sergio? ¿Qué estas
tomando que te cambio tanto el carácter? No te conocía en esta etapa de matón
que estas teniendo.
--Yo tampoco te imaginaba a vos haciendo de
puta.
--¡No soy una puta!
--Si es por eso yo tampoco un matón, te estoy
consultando ¿Qué hago con Luis? Si fuera un matón, hubiera decidido acabar con
el yo solo y listo, pero algo me dice, que me equivoco si lo mato y por otro
lado, también tengo dudas si no lo hago, por eso te consulto Olga, vos que
conoces a Luis igual que yo, ¿Crees que puede ser un peligro, para nuestra
seguridad en el futuro, que el quede vivo?
--No, nuestra seguridad en el futuro, no
depende de el, sino de cómo vamos a adornar la muerte de Gonzalo, para que
parezca lo más alejado de un asesinato y la cana, no sospeche nada. Ese es el
problema Sergio y no Luis, si arreglamos bien la forma de matarlo, Luis se
quedará en el molde, que le importa a él y si por el contrario, se dan cuenta
que lo mataron e investigan y caen sobre nosotros, entonces que importa que
Luis hable, si ya estamos en el horno.
--Esta muy bien, correcto tu planteamiento,
olvidemosno de Luis, es tal como vos lo explicas, cambiando de tema, pero
siempre sobre Carilo te quiero decir algo.
--¿Qué?
--El que va a entrar a la habitación donde van
a estar ustedes seré yo.
--¿Por qué vos solo?
--Porque con Gonzalo estas vos y no quiero líos
de ninguna especie, ni equivocaciones que lamentar, quiero estar seguro de que
vos no vas a sufrir, el mínimo rasguño en esto.
--Te lo agradezco Sergio, ¿Pero no es
arriesgado? No sería mejor que Luis este cerca tuyo por cualquier cosa.
--No, lo prefiero afuera, cubriendo el lugar,
por lo que pueda ocurrir, entonces estoy de acuerdo con vos Olga, me olvido de
liquidar a Luis, después de todo es un amigo, espero que tengas razón y no joda
para nada.
--No va a joder.
--Bueno Olga, te dejo me voy, espero tu
llamado, guarda el arma y tenela con vos a ver si te la pide Gonzalo, si este
negocio termina bien, te prometo que nos vamos a vivir juntos y trataremos de
comenzar una vida, menos complicada.
--Eso espero Sergio, más que esperar lo deseo,
cuando consiga arreglar todo te llamo, chau.
Sergio salio de la Biblioteca y se alejo rumbo
a su departamento, antes decidió ir a comer pizza por la calle Corrientes,
boludear un poco y en eso de andar sin hacer nada y libre de obligaciones, los
días fueron pasando, hasta que un viernes a la noche estando caminando por
Cabildo, le sonó el celular.
--Hola.
--Sergio.
--Si.
--Olga habla, este sábado a la noche, será la
fiesta.
--Ok allí estaremos, chau.
--Chau.
Cortó y llamó a Luis.
--Luis.
--Si Sergio.
--Mira atendeme, lo que íbamos a hacer es para
este sábado a la noche, así que venime a buscar al mediodía, a ese café de
Juramento y Ciudad de la Paz, que estuvimos con Olga, comemos algo y nos vamos
para allá, ¿Qué te parece?
--Correcto, mañana al mediodía estoy por allí.
Eran las doce de la mañana, de un sábado
soleado de invierno, cuando en una de las mesas del bar Lilio, dos hombres
estaban almorzando, quien los viera de la calle, supondría que eran dos amigos
solterones o divorciados, que se habían juntado en un almuerzo, para contarse
las aventuras de la semana que habia quedado atrás, pero si hubiera escuchado
su dialogo entre ellos, quizás otra sería la idea que se haría, del porque esos
dos hombres estaban ahí comiendo juntos.
--Luis, entonces esta todo claro, vamos allá,
tranquilos sin mucho apuro por la ruta, llegaremos supongo si todo va bien al
atardecer, no conviene ir a ningún hotel, para que nuestra presencia ahí no
quede registrada, paramos un tiempo en Pinamar y cuando cae la noche, nos dirigimos
a Carilo, una ves frente al chalet, vos me cubrís las espaldas, yo entro y lo
mato.
--No entendí bien.
--¿Qué parte no entendiste bien?
--No dijimos que Olga también por las dudas.
--Mira te la hago corta, estuve pensando y
cambie de parecer, me quiero quedar con Olga, la verdad que la quiero y pienso
que no voy a encontrar otra mina, como ella, para formar pareja, ¿Tenes algún
problema?
--Ninguno, es tu decisión, si van a vivir
juntos, es una garantía para mi, te soy sincero. Siendo así no tengo ningún
problema.
--Muy bien Luis, entonces todo esta claro
entre nosotros, cada cual sabe lo que tiene que hacer, vamos ya, no perdamos más
tiempo.
Se encaminaron al coche que Luis alquilara y
un rato después, se dirigían en el hacia Pinamar, primera etapa de su viaje en
busca de la solución del problema, que los tenia en vilo, sin poder rehacer la
vida que hasta ese momento, habían llevado. Pronto estuvieron en la ruta dos,
atravesaron esa cinta de asfalto, que corta a la provincia inclinándola hacia
la costa y ya en Dolores, empalmaron el camino a Pinamar, empezaba a oscurecer
cuando llegaron, dieron vueltas a ver si
encontraban un lugar donde comer, mas que todo además de comer, dejar
que el tiempo vaya pasando y se hagan las nueve de la noche, para enfilar a
Carilo, no fue necesario mas que entrar a la ciudad y andar unas cuadras, por
su avenida principal para encontrar un boliche abierto, estacionaron el auto y
bajaron a esperar se haga la hora de volver a partir, entraron y se sentaron a
una mesa, poca gente, alguna que otra pareja dispersa por el local, era el
signo de que en la costa estaban en pleno invierno, salvo los residentes del
lugar, muy pocos visitaban en esa época del año la ciudad.
--¿Qué vamos a comer Sergio?
--¿Qué te gustaría?
--Carne.
--Entonces pidamos un asado y lo compartimos
entre los dos, no quiero comer mucho.
--Agreguémosle un par de morcillas.
--Listo y una ensalada de lechuga y tomate ¿No
te parece?
--Un vino.
--Tal cual, cartón lleno, espera que lo pido.
Sergio llamó al mozo he hizo el pedido, al
rato ambos eran dos comensales más, dentro del boliche en esa fría noche de sábado.
--¿Saldrá todo bien Sergio?
--¿Por qué no Luis?
--No se, no estoy tranquilo ¿Sabes porque?
--No ¿Por qué? Si ya esta todo hablado, a
Gonzalo lo tenes acá en su casa, seguro imaginándose libre de todo peligro, en
este lugar solitario y olvidado por el mundo, ¿Qué puede pasar?
--Me da no se que decírtelo Sergio,
--Decime lo que sea, no hay problema.
--¿Si Olga nos traiciona, si ya le contó todo
a Gonzalo y nos están esperando?
--Te dije que eso, no va a ocurrir, quedate
tranquilo Olga esta cien por cien con nosotros.
--¿Por qué estas tan seguro?
--Te lo voy a decir de manera educada, es una cuestión
de penes, le gusta más el mío.
--¿Te parece?
--Estoy seguro, por eso la elegí para este
trabajo, como llave maestra en la encerrona que le vamos a hacer a Gonzalo,
porque se por instinto que no me va a fallar.
--Espero que tengas razón.
--La tengo, además antes de entrar a la casa,
vamos a dar una vuelta por los alrededores, no vamos a ser tan boludos, debemos
cerciorarnos que todo este bien y que no
nos vamos a llevar ninguna sorpresa, si vemos algo raro, nos volvemos y listo,
¿De acuerdo?
--Bueno así me dejas más tranquilo.
--Che, estamos casi solos en el local, porque
no pedimos que pasen una peli en la TV y después nos vamos, es una manera de
que el tiempo se vaya más rápido.
--Me parece bien, decile al de la caja.
Sergio se levanto y fue a hablar con el que parecía
ser el dueño del boliche, un rato después, por la tele estaban disfrutando de
una peli de aventuras, aventuras de ficción, que un poco mas tarde ellos las
convertirían, en aventuras de verdad, los diferentes cuadros fueron pasando por
la pantalla ante la mirada atenta de ambos, poco a poco, este ir y venir de
imágenes en el tiempo, los condujo a la palabra fin, se miraron, consultaron
sus relojes, eran las veintiuna hora, pagaron y se fueron al auto, tomaron por
el camino que lleva a Carilo y así se alejaron de Pinamar, en la ruta se
encontraron con sus clásicas lomas que subían y bajaban, en un quieto mar de
asfalto. Cerca de las diez de la noche, estaban casi sobre la casa de Gonzalo,
decidieron parar en un boliche bailable, que reunía a la poca gente del lugar,
en el rito de los sábados a la noche, el baile, dejaron el auto mezclado con
los otros que ya estaban estacionados, para que pase desapercibido y se fueron
a recorrer las inmediaciones de la casa, por si encontraban algo sospechoso,
nada, todo normal, Sergio pensó, que el ruido de la música sería muy útil,
porque no se escucharían los disparos, aunque a ambas armas la de Luis y la de
el, le colocaron silenciador.
--Separemosno Luis y revisemos cada uno, un
costado diferente de la casa y los frentes de las viviendas que dan a esta, si
todo esta en orden, entramos. Nos juntamos dentro de quince minutos en la
puerta de entrada.
--¿Cómo forzamos la puerta?
--No hay necesidad, Olga la va a dejar sin
llave.
--Ok nos vemos.
Ambos se separaron y recorrieron con atención
los alrededores de la casa de Gonzalo, nada raro, todo normal, solo en el
frente de la casa, estaba el coche de el, vino sin custodia, en los frentes de
las casas vecinas todo era soledad, estaban cerradas hasta la próxima
temporada, ni Luis ni Sergio dudaron un instante, todo en orden, se encontraron
frente a la puerta de entrada, la operación comenzaba a funcionar, debían
entrar, Sergio tanteo la puerta y la abrió, se volvió hacia Luis y le dijo.
--Quedate aquí en la puerta, cuidándome las
espaldas, se donde están, conozco la casa, yo entro y termino con Gonzalo, no
hagas nada hasta que vuelva, solo cuida que todo este normal.
--Anda tranquilo que estoy atento, métele.
Sergio termino de abrir la puerta y se
encontró con el pasillo, que habia recorrido tantas veces, sabia que este lo
comunicaba con el living y hacia la izquierda, ya dentro del living, otra
puerta lo llevaría al cuarto de Gonzalo, donde estaría jodiendo Olga y el, comenzó
a recorrer ese espacio final que lo separaba de Gonzalo, ¡Por fin! Se iba a
encontrar cara a cara con su perseguidor y arreglaría cuentas, para siempre,
¡Ya estaba! Ya habia llegado a la habitación donde ellos se encontraban, se
detuvo y escucho, ningún ruido, estarían durmiendo, abrió la puerta, el primer
tiro que recibió salió de la pistola de Olga manejada por Gonzalo, le pegó en
medio del pecho, cayó muerto como un pájaro cuando lo bajan de un hondazo,
Gonzalo se levanto de la cama y fue en busca del arma de Sergio, tenía en las
manos, guantes de látex, de esos que usan los médicos, le saco el arma de la
mano y la dirigió al cuerpo de Olga, que estaba acostada en la cama, amordazada
y atada a la misma, apunto y de lleno la bala entro en el pecho de ella, ni se
movió, solo quedo muerta, Gonzalo rápidamente sin sacarse los guantes, volvió a
colocar el revolver de Sergio en sus manos y el que habia usado para matarlo
que era de Olga, en las manos de ella, le saco el pañuelo que la amordazaba y
la desató, dio un último vistazo a la habitación, todo en orden, nada que lo
comprometía habia en ella, cuando salió, se saco los guantes y se los guardo en
un bolsillo del pantalón, atravesó el living y un rato después estaba en la
puerta.
--¿Todo bien Luis?
--Si jefe todo tranquilo.
--Como ves, es un despelote prestarle la casa
a un amigo, para que joda con una mujer. Siempre el asunto termina en crimen
pasional, ¿No te parece?
--Seguro jefe, como usted dice, primero se
aman y después se matan.
--Veni Luis te llevo en mi auto, vamos.
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