domingo, 31 de marzo de 2013

IMPOSIBLE SABERLO




Se encontraba en la costa del riachuelo, caminando entre la basura y la noche al borde mismo de la villa, llevando en su mano un revolver. El oído atento y los nervios despiertos, lo mantenían seguro de que nada iría a pasarle, primero porque estaba armado y segundo, porque la sorpresa era su mejor arma de combate, nadie lo estaría aguardando si llegaba desde ese lado y menos en plena madrugada. Le molestaban un poco los pies mojados y el frío, que se hacía sentir viniendo del río y subiendo por el riachuelo, pero eso no le importaba, nada le era más necesario que cumplir con lo que había venido a hacer en la villa y eso, ese destino si se quiere, era lo que lo mantenía activo en pos de su cometido, matar o morir se dijo, pero estaba seguro que solo sería matar, solo eso, un tiro en la cabeza de quien debía morir y él terminaría con todos sus problemas, después huir, volver a escapar por la costa, perderse entre los frigoríficos y ganar la ruta donde su auto oculto de miradas indiscretas lo estaría esperando. Bordeó la pila de chatarra y se encaminó por la senda, que los chicos en sus juegos habían abierto, para llegar a la costa y jugar en el agua. Pegado a las sombras avanzaba lentamente de rancho en rancho, de tapera en tapera, buscando  aquel en el que le interesaba entrar de sorpresa solo para matar. Sabía que el rancho que buscaba se encontraba a dos cuadras de la costa, casi sobre el final del pasillo que oficiaba de calle, el mismo se caracterizaba, por tener en el frente chapas de carteles de publicidad, de esos que hay en la vía publica, tal vez sin puerta le dijeron, seguro con solo un toldo que lo separe de la curiosidad de los demás, un pedazo de género sucio que protegía a sus moradores de sus ansias de matar pensó, mientras avanzaba entre el barro y la oscuridad total, rumbo al lugar en donde llevaría a cabo su trabajo de esa noche. Presto más atención porque estaba llegando, fue más cauteloso con sus pasos y el dedo del gatillo acarició el metal del mismo, como se acaricia el cabello de la mujer amada, sus ojos acostumbrados a las sombras divisaron por fin, los carteles de propaganda y la entrada cubierta por una tela. Se detuvo y tomó aire, era el momento en el cual no debía fallar y por lo tanto, repaso mentalmente todo lo que iría  a hacer, tal como se lo imaginaba y en relación a como le dijeron que era el sitio en donde se disponía a entrar, tomo aire nuevamente y entro…El tiro le pegó en la frente y ya no supo nada más, quizás podría haberse imaginado que lo mandaron matar,  pero imposible saberlo.  

viernes, 22 de marzo de 2013

DETRAS DE LAS NOTICIAS



La había visto una vez y le fue suficiente, enloqueció por ella y la invito a salir, para lo cual puso en juego toda su experiencia y su fortuna, le hizo ver que él era un hombre con dinero, que haría que su vida cambie totalmente y no tuviera que preocuparse por su futuro ya que él estaría allí, siempre para mantenerla y satisfacer todos sus deseos. Ella dejo pasar un tiempo para resguardar su prestigio y después accedió a sus ruegos, pero fue más allá todavía, le propuso directamente encontrarse en la casa de él, tener una cena intima, lejos de miradas indiscretas y él, loco de contento, feliz por su sagacidad con las mujeres acepto de buen grado. Quedaron en encontrarse ese sábado a la noche y llegado el momento del encuentro, mientras la esperaba ansioso controló la mesa, el ambiente, la cocina y lo que había preparado de cenar, en eso estaba cuando escuchó el timbre, fue hacía la puerta y antes de abrirla, se miró en el espejo del hall de entrada a ver como lucia, galán como siempre pensó y abrió seguro de sí mismo yendo al encuentro de ella. Los diarios del lunes publicaron que ese fin de semana, un influyente industrial fue robado en su casa de Palermo, por una mujer y dos jóvenes, de los cuales nada se sabía hasta el momento, del industrial informaban, que estaba haciendo la denuncia del robo, en la comisaria correspondiente a su zona.  

viernes, 15 de marzo de 2013

VAMOS



El baile había terminado, estaba cansado pero en el bolsillo tenía el importe que  cobrara por ese cansancio, dos mil rublos, unos sesenta y cinco dólares pensó, mientras se encaminaba hacia la salida del salón.  Como estudiante latinoamericano de la RUDN  participo de una fiesta cooperativa y gracias a estos ingresos ocasionales, podía tener un poco de dinero más para los gastos fuera de la beca que lograra conseguir. Estudiaba en Rusia desde hacía dos años y poco a poco se iba acostumbrando al frio y la soledad, sabía que al frio se lo podía combatir con más abrigo pero la soledad era difícil de combatir, algo muy personal que a veces ni la misma compañía de sus pares llegaba a solucionar. Siempre estaba el recuerdo, ese extraño tormento del pasado que se hacía presente de improviso en el aula, la biblioteca o caminando como ahora por las frías y nevadas calles rumbo al centro. Quedó con Olga en encontrarse en un bar en el campus de la universidad, Olga como el estudiaba en ella y además trabajaba de cajera unas horas en un supermercado. Era rusa pero de una provincia lejana y sola había venido a Moscú para estudiar, ella también tenía soledad en un vasto territorio, la capital es un punto tan alejado de la aldea donde uno nació, como lo estaba su patria del campus de la universidad. Quizás la soledad no sea más que la distancia, que nos separa de nuestra familia y del lugar que nos vio crecer, algo sencillo pero contundente a la hora de partir y no volver. Como un amuleto al cual uno recurre, se le aparecieron rostros familiares y queridos y la nostalgia le anudo el corazón, me estoy convirtiendo en un ruso -se dijo-  ya que el silencio y la melancolía pasan a formar parte de mí, como una cascara más de las tantas que envuelven a mi personalidad. Rato después, ya en el campus de la universidad siguió por una avenida  rumbo al bar, entrando en el divisó a Olga sentada en una mesa que lo estaba esperando, se acerco a ella.
--¿Qué tal Olga como va eso?  Aquí se está bárbaro, afuera te digo hace bastante frio.
--Si estamos dejando atrás un invierno muy crudo, ¿Cómo te fue en la fiesta corporativa?
--Bien, por suerte no tuve ningún problema y me pagaron que es lo principal.
Se saco el abrigo y se sentó a la mesa entonces, pidieron algo de comer y de beber porque ambos tenían hambre y después de hacerle honor a lo que habían pedido se pusieron a charlar, Olga fue la que hablo primero.
--Seba.
--¿Si?
--¿Cuánto hace que nos conocemos y estamos juntos?
--Que nos conocemos dos años, que nos fuimos a vivir juntos un año y nueve meses, porque eso fue al final del primer trimestre del año pasado ¿Por qué me lo preguntas?
--Por nada me gustaba recordarlo. ¿Qué vamos a hacer hoy?
--Le dije a Iván que íbamos a pasar por su residencia, va a estar Nina con él.
--¿Sigue hablando con Nina?
--Sigue, el es de Perú y me dice que los peruanos, no pueden amar por mucho tiempo a una misma mujer y ella es de Italia,
--Te habla de que las italianas son apasionadas y aman para toda la vida.
--Tal cual, tal vez sea esa forma diferente de ver el amor por la que se mantienen juntos.
--No se Seba no lo creo.
--Bueno es un pensamiento mío, puedo estar equivocado, pero muchas veces dejaron de verse y después volvieron a juntarse.
--No te das cuenta Seba es que están solos, que pueden hacer sino acompañarse.
--Todos estamos solos aquí Olga, vos, yo, ellos, todos y sin embargo estoy seguro que nosotros no estamos juntos a causa de nuestra soledad.
--O no solamente por eso Seba.
--¿Te parece Olga?
--No sé, me gustas como compañero, tanto lejos de mi hogar como si hubieras sido de mi aldea igual, en cualquiera de esas circunstancias te hubiera querido.
--Lo mismo siento y pienso yo y sin embargo, a veces tengo miedo que te vuelvas a tu aldea y me resisto a regresar a mi patria porque temo perderte.
--¿Cuál es tu temor? Tenemos una carrera por delante años de estudio en la RUDN, no entiendo.
--Mi temor es el después Olga.
--¿Quién puede saber cómo será ese después? Seba.
--Nadie, ni yo ni vos leeremos al futuro, pero alguno de los dos deberá quedarse en el mundo del otro para siempre.
--¿Existe el para siempre?
--Existe el tiempo que quieras estar conmigo, que ambos queramos estar juntos y llegará un momento, en que habrá que decidir donde quedarse, Rusia o Latinoamérica. ¿Me adaptaré? ¿Te adaptarás?
--Creo que estas equivocado.
--¿En qué?
--En que hablas de Rusia y Latinoamérica como entes que te contengan, cuando en realidad no estarás en Rusia sino conmigo y yo no estaré en Latinoamérica, sino formando pareja con vos, esa es la diferencia  pienso, no sé, quizás no sea tan así, pero a mí se me ocurre que es así.
--Puede ser porque no ¿Pero los afectos? ¿La familia?
--Formarás tu propia familia y esa será la mejor familia que puedas tener en Rusia, Latinoamérica o China. Seba no digo que la nostalgia no vendrá alguna vez a nuestros corazones, pero los requerimientos de nuestros hijos la alejaran.
--¿Sabes una cosa?
--¿Qué Seba?
--No quería ir a lo de Iván para no hablar de la relación de él con Nina.
--¿Por?
--Tenía miedo de que tarde o temprano se nos presentaran los mismos problemas a nosotros.
--¿Pero?
--Luego de esta charla con vos ya me siento sin temor alguno, aunque no sé del futuro sé que si habrá una familia allí, habrá una esperanza.
--Es así Seba como vos decís ¿Entonces?
--Vamos de Iván.
--¡Vamos!
Pagaron y se fueron la residencia estaba cerca y pronto llegarán allí. la llovizna de nieve llevada por el helado viento empezaba a caer, apuraron el paso abrazados y felices.

martes, 12 de marzo de 2013

TE LLEVO EN MI AUTO




Era noche ya, en el pequeño pueblo de la costa, pocas personas caminaban por el lugar, apenas uno que otro transeúnte apurado, se encontraba en la calle buscando su domicilio, para abrigarse de la noche, de la oscuridad y del frío, cerca del Boulevard, donde la avenida principal termina y empieza la plaza, en un chalet de estilo californiano, una de las habitaciones de la planta alta con vista al mar, se encontraba iluminada, en su interior un hombre joven, trataba mediante Internet, de chatear con algún invisible interlocutor, al que no podía hallar, molesto, busco su celular y envió un mensaje.

--Estoy online Sergio.

Volvió frente a su computadora y espero paciente, a que el mensaje surtiera efecto, al rato, en la pantalla, apareció la respuesta.

--q tal recién llego Olga.
--ok.
--como va todo¿¿
--bien hablaste¿¿
--si.
--q dijo.
--esta furioso
--por¿¿
--lo traicionaste.
--eso piensa¿¿
--si.
--le explicaste¿¿
--no entiende razones.
--q cagada!!
--tene cuidado.
--por¿¿
--no seas boludo.
--por¿¿
--Sergio pueden matarte.
--ok.
--ok q.
--lo tendré en cuenta.
--cuando nos vemos.
--imposible pueden seguirte.
--entonces¿¿
--espera que te llame.
--ok.
--llama a Luis.
--para¿¿
--decile q se vaya del país.
--por¿¿
--lo van a matar.
--no lo creo.
--sabe + q yo.
--estas seguro¿¿
--si.
--lo llamo.
--ok nos vemos corto.
--te quiero cuidate.
--eso hago chau.

Sergio dejo de chatear y miró la hora, eran las nueve de la noche, necesitaba comer algo,  por un rato se quedo pensando lo que le había dicho Olga, era evidente que Gonzalo, estaba convencido que la operación había fracasado por culpa de él, la mejicaneada que le hicieron Gonzalo suponía, fue porque el Sergio soplo el dato, del día y la hora del envío, a los tipos que se llevaron todo en un segundo. La verdad, Olga tenía razón, su situación era jodida, ya que Gonzalo era un tipo rencoroso y no entendía más razón que la suya, además lo que habían mejicanizado era mucha guita, dos palos verdes o más, vaya uno a saber que metió Gonzalo en esas cajas, la verdad, era un pelotudo, a que se ofreció él a llevar esa mercadería al puerto y despacharla, en la lancha de Juan ¡Que carajo! Ahora sin comerla ni beberla, podía terminar con un tiro en la cabeza, en cualquier acantilado de la costa, para colmo, con él, llevando la merca estaba Luis, que ya habia tenido un despelote , tiempo atrás con Gonzalo, eso complicaba todo, aquel podía pensar con cierta lógica, que Luis le calentó la cabeza para traicionarlo, bueno, le quedan pocos caminos para salvar su vida, irse del país por un tiempo, tal como le aconsejo a Olga le diga a Luis, o caso contrario, buscar a los tipos que afanaron la merca y si los conseguía ubicar, ponerse en contacto con Gonzalo, para recuperarla, la verdad, esto último no le interesaba mucho, se sabía con muy pocas dotes para trabajar de policía, pero le guste o no, debía intentar hacerlo, nada más ni nada menos, porque su vida estaba en juego. Ruidos extraños en el estomago, le hicieron comprender que debía bajar a comer algo, por otro lado, esta casa, que era de los padres de Olga, no le ofrecía mucha seguridad, debía buscarse algún otro lugar más seguro para vivir, tanteo en su costado izquierdo, si, el revolver estaba allí, en el lugar exacto, listo para defenderlo, más tranquilo, apago la luz y descendió a la planta baja, fue al living, agarro la campera y la bufanda, que estaban tiradas en un sillón y se abrigo bien, ya que la noche estaba muy fría, abrió la puerta y salió. El viento de la playa le recordó que era invierno, cerro y se dirigió en busca de algún sitio, que estuviera abierto, para comer algo, fue caminando hacia el centro, pegado a los frentes de las casas, mirando muy bien que pasaba por su alrededor, en la cuarta cuadra que cruzaba, encontró un boliche abierto, donde podía comer, directamente entró y se sentó, en la mesa más alejada del frente del local, cuando vino el mozo, le pidió una milanesa con puré y una bebida sin alcohol, mientras le traían el pedido, recorrió con sus ojos el local de cabo a rabo, necesitaba estar seguro, que nadie se encontraría allí por él, una vez que comprobó que todo parecía normal, entonces se decidió recién a comer lo que ya le habían traído, mientras estuvo inspeccionando el local y quienes estaban en él, le llamó la atención una mujer joven, que unas mesas más adelante se encontraba comiendo sola, con la ubicación que ambos tenían podían verse sin dificultad, le dio la sensación, que ambos casi habían entrado al mismo tiempo al local, porque también a ella recién le habían servido la comida. Estaba solo y aburrido, hacia una semana ya que se encontraba guardado en el chalet de la playa y la verdad, que no le vendría mal, romper con ese aislamiento que se había impuesto y tratar de hablar con alguien, para sentirse vivo de nuevo y por supuesto, ese alguien, le pareció que no podía ser otro que la joven, a la cual en ese momento estaba mirando, repaso en su pasado reciente, “tentativas para trabar comunicación con joven hermosa” y cuando estuvo seguro, de lo que debía hacer, lo puso en practica, tan pero tan mal lo puso en practica, que ya ambos estaban terminando de comer y ella, la joven de unas mesas mas allá, la que supuestamente él iba a conquistar, todavía ni lo había mirado siquiera. Ya era el momento del café y Sergio, empezó a entender, que si no hacía algo rápido, la oportunidad de trabar relación con ella, se le escaparía para siempre, nada se le ocurría, la clásica torpeza masculina, comenzaba a invadirlo, decidió, levantarse e ir hacia la mesa de ella, mientras avanzaba pensaba de que hablarle y nada le venia a la cabeza, ya frente a ella la miró y atino a decir.

--Perdón, estoy un poco desorientado, creo haberla visto en otra oportunidad, no se, a veces los parecidos engañan, ¿Puedo sentarme a la mesa? A ver si hablando saco de donde la conozco.

La mujer lo miró, como que no entendía nada, es más, estaba por decirle que no, cuando vio asombrada que él retirando la silla, se sentaba, sin que ella le hubiera dicho ni que si ni que no.

--¡Que hace! ¿Esta loco? ¿Quién le dijo que se sentara?
--¿Si en realidad estuviera loco? ¿Si solo fuera un insano, que se sentó a su mesa para molestarla, o lo que es peor, para cumplir con un ritual de su locura?
--Hablas demasiado bien para ser un loco, lo que me preocupa que seas un vivo.
--Ni lo uno ni lo otro, si me permitís te explico, hace una semana que estoy en la costa, en pleno invierno, solo, con un frío infernal y un mar embravecido, agrégale a esto días de lluvia, ¿Puedo decirte algo? Estoy podrido.
--¿Yo que tengo que ver con eso que me contas, de que juego?
--¿En este momento? Estas jugando de algo, que mi equipo necesita, compañía.
--¿Te preguntaste si yo quiero jugar de compañía tuya? Por ahí prefiero estar sola.
--Si eso es lo que queres, ningún problema, me levanto y me voy, no quiero fastidiarte ni que te sientas incomoda, pero lo que pasa es que te estaba observando, te vi sola y pensé que tal vez, uniendo nuestras soledades, podríamos pasarla mejor que separados.
--¿Sos del pueblo?
--No, de la capital, vengo poco a la costa, ¿Vos sos de aquí?
--Si vivo aquí, nací en el pueblo.
--De lo que se desprende, que soy un atrevido. Que se acercó, a la vecina más acreditada del lugar y que desde este momento, todo el pueblo sabe lo que he hecho.
--Mas o menos, todo el pueblo no, porque vivo en las afueras, para la mayoría de la gente, igual que vos, soy una desconocida en este lugar, sobre todo, en este boliche al que rara ves vengo.
--Mejor entonces, mucho mejor, cuando menos gente nos conozca es una tranquilidad para mí.
--¿Estas escapando de algo? ¿Cómo te llamas? ¿En donde estas viviendo?
--Cuantas preguntas todas juntas.
--Me gusta preguntar, salvo que a vos no te guste responder.
--Si porque no, sabes que el responder es algo relativo, puedo decirte lo que se me ocurra, mentirte incluso.
--Empezarías mal si me mentirías, por otro lado, no me resulta difícil, saber que me mienten.
--Que, ¿Tenes un sexto sentido que te pone en alerta ante una mentira?
--Si, tengo dones y uno de ellos, es darme cuenta si me mienten.
--No lo creo, me parece que me estas mintiendo vos ahora.
--Pensa lo que quieras, no discuto mis dones, por otro lado, ¿Vas a contestar lo que te pregunte?
--¿Con la verdad?
--Como vos quieras, lo que más acostumbrado estés a hacer.
--Bueno te respondo, en la vida algunas veces tuve que escapar, otras espere, otras, tuve suerte y gane yo, en esta oportunidad, te diría que me estoy preparando para escapar, me llamo Sergio y vivo en el chalet californiano que hay en la avenida principal, casi sobre la playa.
--¿El chalet de los padres de Olga?
--¿La conoces?
--Fuimos a la primaria y parte de la secundaria juntas, después se fue del pueblo, nunca más la vi, ¿Qué es tuya?
--Una amiga.
--Así simplemente, una amiga, o algo más que no te conviene decírmelo.
--Puede ser algo más que no me conviene decirte.
--Lo paso por alto, ¿Puedo hacerte una pregunta quizás delicada?
--Podes.
--¿Por qué estas viviendo hace una semana en esa casa, solo, sin salir siquiera y buscando la noche para hacerlo, para que nadie te viera?
--Te puedo preguntar algo yo a vos.
--Si
--¿Por qué voy a contestarte si no te conozco y al decírtelo, pondría mi vida en tus manos?
--¿Tan grave es?
--Así de grave, estoy en este pueblo, aquí en la costa, frente al mar, con el único fin de que no me maten.
--¿Olga, tu casi más que amiga lo sabe, supongo que si, ya que te brindo la casa de los padres?
--Si lo sabe.
--Si lo sabe ella, yo podría decirte que sin que me lo digas, empiezo también a saberlo.
--¿Cómo es eso? ¡Explícate por favor!
--Voy a tratar de pensar en vos alta, así escuchas lo que pienso, que al mismo tiempo es lo que te digo, ¿Por qué pueden tratar de matar a un hombre? Porque se equivocó, algo que le encargaron lo hizo mal y arruinó a quienes confiaban en el, si este hombre es intimo de Olga y esta a su ves, algunas veces se encuentra con Gonzalo, que vivió en este pueblo y es amante mío, circunstancia esta, por la cual se que le hicieron una mejicaniada y está enloquecido, deduzco que vos sos, el hombre que Gonzalo quiere matar y pienso más, imagino algo que tal ves al decírtelo te cause una profunda decepción, pero debo decírtelo.
--¿Qué es lo que me provocaría una terrible decepción? Hasta este momento estoy asombrado, con todo lo que estas diciendo, es todo tan cierto lo que contas, que parecería que fueras una maga desplegando su magia.
--¿Sabes lo que imagino? Mas que imaginarlo casi estoy segura, Olga te presto la casa, para que Gonzalo tenga un lugar muy seguro donde matarte, es más Sergio, yo que vos no volvería ahí esta noche.
--Es un poco loco todo lo que me estas diciendo.
--Hace lo que quieras, conozco a Gonzalo y también un poco a Olga, pienso que entre los dos, buscaron el lugar donde alojarte.
--Algo que se me ocurre en este momento y quiero preguntarte, ¿Por qué me decís todo esto? ¿Por qué en cierta manera te pones de mi lado, contándome lo que podría hacer Gonzalo? ¿A que se debe que quieras salvarme? Ni siquiera sabemos quienes somos, no nos conocemos, ni se como te llamas.
--Me llamo Andrea ¿Importa eso? ¿Porque quiero salvarte? No se. ¿Por qué te sentaste a mi mesa? Vos me buscaste, yo ni te mire, no me interesaste, pero de pronto tu historia me enfrentó con Gonzalo, ¡Que me tiene podrida! ¡Que quiero dejarlo! Tal ves sea por eso que busco salvarte, pero lo que te cuento cierra, tiene su lógica, vos mismo entendes a esta altura de los acontecimientos, que no podes volver a la casa, después de lo que hablamos aquí, en esta mesa, eso es imposible Sergio.
--Quizás tengas razón y sea cierto todo lo que decís, si lo analizo esta muy cerca de lo que pudo haber pasado.
--¿Que vas a hacer entonces?
--No se, no volveré a esa casa y buscaré un hotel de mala muerte, algún lugar donde pueda pasar desapercibido.
--Yo se de un lugar, del cual Gonzalo nunca sospecharía y pienso, que es ese el sitio donde te debes ocultar.
--¿Qué lugar?
--Mi casa, Gonzalo jamás imaginaria, que vos estarías oculto en casa de su amante ¿No lo ves así?
--Andrea tenes una cabeza privilegiada, ese lugar es el último, donde me iría a buscar Gonzalo o el primero, si estas tratando de tenderme una trampa, ¿Cómo puedo confiar en vos, si no te conozco? ¿Cómo se que no estas preparando todo esto, para entregarme a él posteriormente en bandeja? Para que con semejante favor, no te vea más como amante, sino que pases a ser su esposa.
--Correcto lo que decís, pero equivocado lo que pensas, yo no te voy a traicionar, ahora por supuesto, lo que te ofrezco para vos tiene un riesgo, que todo lo que yo dije sea mentira y que al final, tengas vos razón, pero ese riesgo lo tenes que correr vos Sergio, yo nada puedo hacer para ayudarte, o me tenes confianza, o te volves a la casa de Olga y después, veraz lo que pasa.
--Esto es lo más extraño que me ha sucedido en mi vida, dependo de vos, como de un ángel guardián y apenas te conozco y es más, la increíble casualidad, que me haya sentado en la mesa, de la amante de Gonzalo.
--Este es un pueblo chico, Sergio.
--Este es un quilombo muy grande Andrea.
--Tenes razón, ¿Qué vas a hacer?
--No se, volver al chalet y no darte bola, olvidarme de vos y de todo lo que hablaste...
--¿Pediste postre?
--No.
--Si vas a hacer lo que me dijiste, antes de irte, pidamos el postre, al menos si te matan, te diste un gusto.
--Irónica estamos, lo pido, ¿Qué queres?
--Flan con crema.
--Mozo dos flan con crema por favor, uno cárguelo a aquella mesa.
--¿Hace mucho que laburas con Gonzalo?
--Hace.
--¿Nunca lo cagaste?
--Nunca, esta es la primera ves y no se porque, pasó lo que pasó, lo tenía todo planeado, para que la operación camine sobre ruedas, pero no, cuando menos lo esperábamos, aparecieron seis tipos y nos dejaron en bolas, se llevaron todo.
--¿Qué era?
--No se, no soy curioso, me dan cajas cerradas y entrego cajas cerradas.
--¿Y la cana?
--Hasta ahora tuve suerte, nadie se cruzó conmigo nunca.
--¿Qué pensas de los seis que te robaron?
--Que alguien les aviso.
--¿Olga? ¿Sabia Olga de esto?
--¿Cómo Olga? ¡Estas loca! ¿Cómo me iba a traicionar Olga?
--No se, pero si quería sacarte del medio, porque Gonzalo le interesaba más, era una buena oportunidad.
--No creo.
--Hace como te parezca, otra posibilidad es que ella y Gonzalo, se hayan puesto de acuerdo y Gonzalo te dio, cajas sin ningún valor y te las robo después, para de esa forma, tener un justificativo para matarte.
--Para, para un poco me vas a volver loco, mujer lógica, ¡Para con tus novelas! No termino de analizar una, que ya te largas con otra, para, viene el postre, a ver si la glucosa te calma un poco la imaginación. Gracias mozo.
--¿Crees que todo lo que digo es imaginación? ¿Pensas que no puede ser cierto?
--Que flan más rico, pienso que estas haciendo todo lo posible para llevarme a tu casa, ¿Por qué?
--Cierto, el flan es muy rico. Porque estoy sola igual que vos.
--Lo suponía, pero pienso que ese no es el motivo, creo que hay otra cosa por la que queres, que estemos juntos y no me la decís.
--Me canse de Gonzalo, no lo puedo dejar, necesito que alguien lo mate y ese alguien, estoy pensando podes ser vos.
--Estas mintiendo.
--¿Por?
--Según vos, Olga esta queriéndose quedar con el amor de Gonzalo.
--Sergio boludo, Gonzalo se va a quedar con Olga y va a seguir saliendo conmigo, ¿O no lo conoces?
--Si lo conozco.
--¿Entonces?
--¿Entonces que?
--¿Vas a venir a mi casa, o vas a ir a la casa de la playa.
--Paguemos, voy a tu casa.

Salieron a la calle y se dirigieron a un Ford k , que era el coche de Andrea, una ves dentro Andrea le pregunto.

--¿Cómo dejaste la luz de tu habitación, en la casa de la costa?
--Apagada.
--Esa luz debe estar prendida, yo no puedo ir a la casa con el coche, porque pueden descubrirme y la pasaría mal, bajemos, vuelvo al bar, vos anda a la casa, fíjate muy bien que nadie te siga ni haya ninguna persona por los alrededores, prende la luz y volve a buscarme, después vamos a casa.
--¿Te parece?
--Tengo una corazonada, veni, bajemos, vuelvo al bar y vos, anda a la costa y deja la luz prendida.
--Como quieras, si te parece que así debe ser, así será.

Se volvieron a bajar del auto y Andrea, entro nuevamente en el bar, mientras Sergio volvió sobre sus pasos, en dirección a la casa de la costa, la noche cerrada, hacia que prácticamente no haya gente en la calle, eso le facilito ver si alguien lo seguía, cosa que como pudo darse cuenta, no estaba sucediendo, un rato después llegó al chalet californiano, abrió y subió a la habitación que ocupaba en él, encendió la luz y dejo todo como estaba, bajo nuevamente y se encamino al bar, al llegar a las inmediaciones se dio cuenta de algo, que le hizo ser más precavido, el auto de Andrea ya no estaba en el lugar, entró al boliche y nadie había en el, localizo al mozo que los había atendido y le pregunto.

--Perdón, te acordas que estuvimos hace un rato, una chica y yo en esa mesa, salimos y después ella volvió a entrar, quedo que me esperaba, ¿No la viste?
--Si, entró de nuevo, fue al baño y después volvió a salir, no la vi más.
--Gracias che, disculpa, chau.
--Chau.

Salió pensando que iba a hacer, ¿Que carajo pasó con Andrea? No lo sabia ni tenía la menor idea, de donde ir a buscarla, en cuanto a todo lo que dijo, ¿Si era cierto porque no lo espero? En cuanto a encontrarla, imposible, ni siquiera sabia donde vivía, era evidente, que lo quiso dejar y el cayó, como un chorlito en la historia que le contó, de que vaya a prender la luz del chalet, eso fue solo un ardid, para abandonarlo, ya vería el lo que hacer, por lo pronto necesitaba dormir y decidió volver al chalet, porque después de todo, la desaparición de Andrea, así imprevistamente, le quitaba veracidad a todo lo que habia dicho. Empezó a caminar hacia la playa, estaba cansado y quería dormir, por otro lado casi sin darse cuenta ya se encontraba a dos cuadras del chalet, apuro el paso, tenía frío y sueño, fue en ese momento, que escucho la sirena penetrante de una autobomba, que venia por la avenida en la misma dirección que el iba, rumbo a la playa, el camión de bomberos lo pasó y el levanto la mirada, a lo lejos, en dirección a lo que sería el chalet californiano, se levantaba una columna de humo negro, que cada ves se hacia más grande, corrió, una, dos cuadras y se detuvo, frente al chalet donde vivía, las llamas poco a poco, lo estaban consumiendo, el esfuerzo de los bomberos era en vano y estos, ya solo se dedicaban a proteger las casa vecinas. Se mezclo con la poca gente que estaba en el lugar y pensó, en Andrea y en todo lo que hablaron y no entendió, porque lo había dejado de esa manera, miró a su alrededor salvo el incendio, todo parecía normal, la gente en su totalidad aparentaban ser vecinos del lugar, esto lo tranquilizo un poco, lo cierto, que el chalet donde vivía, ya no existía más y el debía dormir y escapar de ese sitio, se dio vuelta y se alejo de la playa, en busca de un hotel, un lugar donde pasar la noche, por suerte, tenia con el, todo el dinero y sus documentos, lo que le pertenecía y se había quemado en el incendio era nada, algo de ropa que trajo y libros, que no alcanzo a leer. Al rato de subir por la avenida principal en dirección al centro, justo en una calle lateral, encontró un hotel, tocó timbre y espero, poco después, la cara de un conserje medio dormido lo atendió.

--Buenas noches, quisiera una habitación.
--Como no adelante.

Lo llevó hacia un pequeño mostrador, que estaba al costado del living de la entrada, saco una llave del tablero.

--Primer piso, habitación quince, desayunamos de ocho a diez  ¿Cuánto piensa quedarse?
--No se, depende de lo que haga mañana, por el momento me alojo por esta noche.
--Muy bien son ciento cincuenta pesos.
--Tome.
--Aquí tiene las llaves, buenas noches.
--Gracias, buenas noches.

Con las llaves en su poder, subió las escaleras y cuando estuvo, frente a una puerta con el numero quince, abrió y entró, el cuarto era común a tantos hoteles, que ni le presto atención, solo se preocupo por ver, hacia donde daba la ventana, comprobó que estaba ubicada del lado de la calle, bajo la cortina de madera y se acostó, se despertó sorprendido, sin saber donde se encontraba, tardo un rato en darse cuenta del lugar y recordar, que había pasado la noche en un cuarto de hotel, se levantó, la verdad que nunca pensó dormir tanto, eran las diez, fue a la ducha y se dio un baño, se vistió y salió, en la planta baja, apoyado en el mostrador de entrada, había otro conserje, le dejo las llaves y salió, el día lo recibió con un poco más de sol, decidió desayunar y pensó en ir al mismo boliche, donde anoche se encontrara con Andrea, la verdad que estaba desorientado, por un lado en cierta forma, Andrea tenía razón con lo que le había dicho, no debía dormir esa noche en el chalet, si hubiera estado allí, hoy quizás no caminaría bajo el sol, como lo estaba haciendo, por otro lado, esto le confirmaba que todo lo que ella le dijera la noche anterior, era cierto, tan cierto, que debido a eso no sabia que hacer, ni a donde ir, podía llamar a Olga y ver que le decía, pero ¿Si estaba con Gonzalo y lo llevaba a una trampa? Su situación era delicada, primero porque no tenia en quien confiar, segundo estaba solo, con poco dinero y sin un lugar donde vivir y poder de esa manera, con más tiempo y tranquilidad, ver como solucionaba este quilombo. Así pensando, se encontró de pronto frente al boliche de la otra noche, entró decidido a desayunar, por la hora, el lugar estaba más concurrido y habia pocas mesas vacías, también los mozos eran otros, se decidió por una, que estaba lejos de la puerta y se sentó, pidió un café con leche con medias lunas y mientras lo tomaba, hojeo un diario local, en la sección policiales había dos noticias que atrajeron su atención, una informaba del incendio en el chalet y decía, que para sorpresa de todos, el mismo había sido un atentado, ya que los bomberos encontraron restos, de una bomba incendiaria en el lugar, de esas que se ponen en funcionamiento a control remoto, la otra, que una vecina reconocida de la zona, joven y emprendedora, apareció muerta en su casa de las afueras del pueblo, sin que hasta ahora, se sepa quien o quienes la mataron, la policía busca a una persona, con la que se la vio , hablar ayer a la noche, en un bar cerca de la costa, donde la victima estaba cenando, su nombre, Andrea…. A Sergio se le cayó el diario de las manos, pago y se fue, decidió volver a la capital y enfrentarse con Gonzalo, no podía seguir huyendo sin sentido, que ¡Carajo! Pensó, llevarían las cajas que el debía entregar y se las robaron, ¿Qué habría en su interior? Para que originaran tamaño despelote, o acaso ¿Gonzalo se estaría volviendo loco? Se encamino a la terminal de ómnibus y abordo el primero que salía para la capital, llego a esta a las siete de la tarde, una ves en retiro, se dirigió a un locutorio, sentado frente  a la computadora, busco en el chat a Olga, no sabia si por suerte o desgracia la encontró conectada, tecleo.

--q tal como anda todo¿¿
--bien d estas¿¿
--sabes lo de la costa¿¿
--no.
--quemaron la casa.
--q¿¿
--eso.
--vos¿¿
--tuve suerte.
--por¿¿
--no estaba.
--d estas¿¿
--retiro q verte.
--florida garden dos horas.
--ok.
--chau.
--nos vemos chau.

Fue al mostrador, maquina seis dijo, pago y salio a la avenida Libertador, caminó un rato sin rumbo fijo y terminó cruzando la Plaza San Martín, rumbo a la calle Florida. Hizo tiempo caminando y viendo locales, de ropa de hombre y librerías, cuando ya se cumplieron las dos horas, que se habia impuesto Olga como tiempo, para encontrarse con el, entró en un boliche de Diagonal y Florida y desde allí, la llamó al celular.

--¿Olga?
--Si.
--¿Dónde estas?
--Eso te lo pregunto yo a vos, ¿Dónde te encontras, que llego al Florida Gardens y no te encuentro? Hace diez minutos que te espero, ya pedí un café incluso, sabes que no me gusta esperar, me pone mal.
--Calmate y escucha, yo estoy en el café London de Rivadavia y Florida, venite para acá, te espero.
--Como venite para acá, ¿Estas loco Sergio? Me citaste en la Gardens.
--Escúchame Olga, no me rompas las pelotas y hace lo que te digo, me pasaron muchas cosas extrañas estos días, para que te hagas la difícil, justo en este momento, déjate de joder y veni al London, es más, fíjate bien la gente que tenes cerca de vos, si intuís que te siguen no vengas, desaparece, chau.

Corto, pensó sorprendida Olga, pero su Sergio, por lo visto, estaba muy preocupado y era mejor hacerle caso, pago y salio del Gardens rumbo al London, en el camino mientras andaba miro distraídamente, a ver si alguien la seguía, pero le pareció que no, todo a su alrededor era normal, por otro lado, en la calle Florida, caminaba tanta gente que la verdad, se hacia un poco difícil darse cuenta, si alguien la vendría siguiendo, tuvo la sensación, que se avecinaban tiempos complicados y apuro el paso y una pregunta, inevitable surgió en su mente mientras esto hacia, ¿Debía seguir saliendo con Sergio? ¿No era mejor largarlo y listo? ¿No se estaba ella, exponiéndose demasiado por él? Lo que más la preocupaba, era el incendio de la casa de sus padres en la costa, Gonzalo por lo visto se habia vuelto loco y por primera ves, tuvo miedo que la locura de Gonzalo, se volviera contra ella, evidentemente debería decidir sobre el miedo o el amor y no sabia en ese momento, cual de los dos vencería, lo quería a Sergio, pero podría resistir este tipo de vida, mucho tiempo mas a su lado, así pensando entró al London, no lo vio a Sergio, esto la sorprendió un poco, iba a echar mano nuevamente de su celular, cuando de un resevado vio que le hacían señas disimuladamente, era él, fue a su encuentro.
--Sergio, ¿Qué haces acá escondido?
--¿Te siguió alguien? ¿Te fijaste bien?
Quédate tranquilo, no vi a nadie que me siguiera.
--Sentate, ¿Qué queres tomar?
--Un cortado.
--Por favor me traes un cortado, gracias.
--Sergio, ¿Qué pasa con vos que te noto tan preocupado?
--Ahora te explico Olga, precisamente para eso te pedí que vengas a este bar, para hablar y ver que hago, o a tu criterio, si pienso bien, o estoy equivocado con lo que digo.

Paro de hablar y la miro en silencio, directamente a los ojos, donde dicen que se ve el alma de la persona amada, pero no noto nada raro en ella, como si fuera la Olga de siempre, la que conociera casi desde toda su vida.

--¡Habla!, contame, te escucho, que haces ahí en silencio, mirándome como si no me conocieras.
--No lo que pasa, es que estaba pensando como empezar.
--Por el principio, por donde queres empezar.
--Tenes razón, entonces vamos, ¿Vos sabes lo del robo de la merca de Gonzalo? ¿Sabes que por tu propio consejo? Fui a la costa, a la casa de tus viejos, para hacer mutis por el foro un tiempo porque la cosa, ambos sabíamos, se habia puesto un poco delicada, estando en la costa, ese anochecer chatee con vos, que me diste los últimos informes de lo que pasaba aquí en la capital, me pareció todo normal y fui a cenar, una ves que deje de chatear con vos, el boliche donde estuve era el único abierto, sobre la avenida principal a seis cuadras, mas o menos, del chalet de tus viejos, bueno termino de cenar y veo frente mío una mujer joven, que también estaba cenando, me agarro deseos de hablar con ella y decidí abordarla.
--¿Me ibas a hacer cornuda?
--Pensa lo que quieras, sigo.
--Me acerque a su mesa y empezamos a hablar, le dije que estaba solo en la costa, que vivía en el chalet de tus viejos.
--¡A que decís esas cosas a una desconocida!
--No se, tal ves porque estaba podrido de la lluvia, el frío, el viento y la soledad no lo se, pero se lo dije, tanto se lo dije, que ella se quedo con la sensación, de que estaba escapando de algo.
--¿Espero que no vas a decirme que terminaron en el telo? ¡Sería el colmo Sergio!
--No nada de eso, espera no te apresures déjame hablar, cuando preguntó si estaba escapando de algo, le conteste, como lo sabia, me dijo que conocía a los dueños del chalet, donde paraba y también te conocía a vos, porque habia nacido en ese pueblo e ido, a la escuela con vos.
--¿Cómo se llama?
--Andrea.
--No la recuerdo para nada, ¿Cómo queres que me acuerde de las chicas de esa época? Si no las vi nunca más en la vida.
--Sin embargo me dio la sensación, que ella te conocía bien, porque me dijo, que te llamabas Olga y andabas, en líos sentimentales con Gonzalo, que era un mafioso, del cual ella era su amante y dado, que algo me unía a vos, ya que paraba en casa de tus padres, yo estaría escapando de Gonzalo, al que de seguro le falle en algo.
--! ¡Eso te dijo!
--Si como te lo cuento, ahora que te tengo frente mío, cabe preguntarte, ¿Qué pasa con vos y Gonzalo? ¿Además de salir conmigo salís con él?
--¡Estas loco Sergio! ¿Cómo pensas semejante cosa?
--Yo no pienso nada más, de lo que me dicen.
--¿Pero quien te lo dice? ¿De donde la conoces, para que sus dichos te merezcan fe? ¿Acaso vos me fuiste infiel con ella?
--¡Estas loca!
--De la misma manera, que vos estas loco, si pensas que yo tengo algo con Gonzalo, es más. Hace una reunión con ella y que te asegure frente a mi, lo que me estas diciendo.
--Imposible.
--¿Imposible que?
--Hacer una reunión con ella.
--Porque ¿Tenes miedo que se confirme lo que me decís? Quédate tranquilo pasaría todo lo contrario.
--No, no es por eso, no.
--¿Entonces?
--La mataron.
--¡Que!
--Si la mataron, la misma noche que hablo conmigo y en el momento, que incendiaron el chalet de tus padres.
--¿Cómo incendiaron el chalet de mis padres?
--No te lo dije, fue un atentado, pusieron una bomba incendiaria manejada a control remoto.
--Entonces Sergio, ¿Mataron a esa mujer e incendiaron mi casa?
--Tal cual Olga y yo salve mi vida, por hacerle caso a esa mujer.
--¿Cómo por hacerle caso?
--Si, yo me habia ido de tu casa, apagando la luz de la habitación y dejando todo el chalet completamente a oscuras, como si nadie viviera, ella me aconsejo dos cosas, que no viva más en ese chalet y que vuelva y deje la luz prendida de la habitación, mientras yo hacia todo esto, ella me esperaría en el bar, volví de hacer lo que me indico y ya no estaba, al otro día leo en el diario que la mataron, dado que no estaba en el bar volví a casa de tus padres y me encuentro, con los bomberos y un gran incendio, ¿Qué llevaban las cajas de Gonzalo, para que además de robarlas, estén originando todo este despelote posterior?
--Lo ignoro Sergio, ignoro eso y también ignoraba toda la situación espantosa, por la que tuviste que pasar, pero lo que no ignoro que tu vida corre peligro y es necesario ver, que hacemos, para que Gonzalo no te mate.
--Otra cosa, Andrea, la mujer que te digo, además me dio otro dato preocupante, muy preocupante.
--¿Cuál?
--Que en las cajas no había nada, que todo fue montado, entre vos y Gonzalo para que después, él, tenga un justificativo para matarme, ella estaba convencida que vos y Gonzalo, me querían sacar del medio, porque molestaba en la relación amorosa que había entre ustedes.
--Ella estaba loca en imaginar semejante cosa, de parte mía y vos recontraloco, en aceptar como cierto, todo lo que ella te contó.
--Pensa un poquito, me parece que estas equivocada, si yo en este momento estoy aquí hablando con vos, contándote todo lo que me paso, eso significa que te tengo confianza, eso significa que no le creí a ella, lo que me contó, sino no estaría aquí con vos, imaginándote la querida de Gonzalo, que quiere matarme.
--Espero que sea verdad todo lo que me decís, al menos suena razonable, si te deja tranquilo, el único hombre con el que me acuesto y lo quiero sos vos, no hay otro Sergio y menos Gonzalo, que te lo digo despacito, me da asco.
--Mejor así, siempre tuve confianza en vos y nunca imagine, que me hagas cornudo sin saberlo, imagino que el día que te interese otro tipo, venís y me lo decís.
--Tal cual.
--Bueno pero hay una pregunta, ¿Por qué Andrea dijo todo lo que dijo?
--Atendeme una cosa, ¿No se declaro amante de Gonzalo? Tal vez no fueron ellos, que se pusieron de acuerdo, en algo que no sabemos, que es y que hizo que ella te contara todo, lo que te contó.
--Puede ser, pero nuestro encuentro fue muy casual, tan casual, que dependió únicamente de mi voluntad, no de la de ella.
--Quizás tengas razón, por el momento lo único cierto, que ella esta muerta Sergio, porque aparentemente, se cruzo en el camino de Gonzalo, al tomar contacto con vos.
--Tal ves estés en lo cierto, pero dejemos esta historia, la misma sirvió, para que te pongas al tanto de lo que esta pasando, pensemos en el presente, en mi situación, necesito buscarle una solución a este quilombo con Gonzalo y además necesito trabajar de algo, dado que de continuar así, el dinero que tengo, pronto se acabará y no tendré más remedio que salir a robar.
--O a matar.
--¿Qué estas diciendo?
--Digo matar, ¿O acaso no te convendría que Gonzalo este muerto?
--No me creo capas de matar a nadie Olga.
--Peor para vos entonces.
--¿Por?
--Porque la gente que anda tras tus pasos, si es capaz de matar, no tiene escrúpulos Sergio.
--Esta bien Olga, llegado el momento se verá, pero hasta ahora hablamos, hablamos, no hacemos mas que hablar, pero no hemos conseguido hacer un plan, que nos permita safar de esta situación ¿Qué podemos hacer Olga? ¿No se te ocurre nada?
--¿A vos Sergio? No soy yo la que tengo que pensar, te recuerdo que quien llevaba la merca eras vos, el que trabajaba con Gonzalo eras vos, el que vino con la historia que lo robaron seis tipos armados fuiste vos, Yo Sergio, solo soy tu pareja, la mina que te banca todos estos despelotes, en fin, tu mujer que tiene miedo de terminar como Andrea, muerta, por el solo hecho de haber estado en la London con vos, charlando y tomando un café.
--En tren de chistosos podríamos ponerle un titulo a todo esto.
--¿Cuál?
--El café de la muerte.
--No jodas con eso, que tengo miedo y no estoy en mi mejor momento.
--Perdona amor, discúlpame, fue un chiste de humor negro, solo eso, pero a ver si nos ponemos de acuerdo en lo que deberíamos hacer.
--Huir del país, desaparecer Sergio.
--¿Te parece?
--¿Qué otra cosa queres hacer? ¿Podemos nosotros dos luchar, contra Gonzalo y su gente?
--La verdad no tengo idea, pero no me gusta huir, ni irme porque me están amenazando.
--¿Sos macho?
--No, pero tengo mi pequeño orgullo y no tolero que me aprieten, más si se que no tengo nada que ver, si realmente hubiera afanado a Gonzalo, bueno, hago mi negocio y me las tomo, pero no fue así, me afanaron a mi.
--Estas haciendo un discurso épico de la situación y no tiene sentido, robaste o te robaron, de cualquiera de las dos formas que hubiera pasado, lo mismo da Sergio, Gonzalo te busca para matarte. ¿Otra ves, que debemos hacer entonces?
--Solo una cosa es posible.
--¿Cuál?
--Buscar a los que me robaron y enfrentarlos con Gonzalo.
--¿Te parece?
--Si, pienso que esa es la única solución.
--¿Cómo lo hacemos Sergio?
--¿Sabes una cosa Olga?
--¿Qué?
--Contestar esa pregunta es lo difícil.
--Pero si la contestas, abrís la puerta a la posibilidad de una solución para el problema, ¿Por qué no tratas de contestármela a mi Sergio? Pensa como me explicarías, lo que vas a hacer, estoy casi segura que si de esta mesa, sale una explicación, podríamos ambos saber lo que hacer con el problema.
--¿Olga que paso con Luis? ¿Le pediste que se fuera del país?
--No quiso irse Sergio, igual que vos, dijo que prefería quedarse y afrontar las consecuencias.
--Muy bien, ¿Podrías ubicarlo? Quiero hablar con el.
--¿Ya mismo Sergio?
--Si ya, si tenes su celu, llámalo.
--Lo cambio.
--¿Tenes el número nuevo?
--Si.
--Llámalo entonces por favor, cuando te conectas pásamelo que hablo con el.
--¿Luis?
--Si ¿Quién habla?
--Olga ¿Cómo te va?
--Bien y vos.
--Bien, mira estoy con Sergio, te lo paso que quiere hablar con vos.
--Hola Luis.
--Si Sergio ¿Qué tal?
--Bien, atendeme Luis necesito hablar con vos ya mismo.
--¿De?
--Cuando estemos juntos te lo explico, mira, yo estoy en el centro, en una hora te espero en Belgrano, en un café de Juramento y Ciudad de la Paz, justo en la esquina, no te quedes en la planta baja que es un quilombo, anda al primer piso, es más solitario, casi no hay nadie, allí te espero.
--De acuerdo.
--¿Entendiste bien?
--Si Sergio, dentro de una hora estoy por allí.
--Chau nos vemos, toma el teléfono Olga, paguemos y nos vamos.
--¿Vamos en taxi Sergio?
--No si tenemos el subte en la esquina, no hace falta nada mas, lo tomamos aquí y bajamos en la estación Juramento y ya estamos, espero que Gonzalo no maneje el subte también.
--Estoy segura que no, pero debemos tener cuidado.
--Seguro que si, por eso vamos en subte.

Pagaron y fueron caminando a la estación Florida del subte D, una ves en la misma, abordaron un convoy que iba hacia Congreso, mientras charlaban entre ellos, las estaciones fueron pasando, una tras otra, el cartel del interior del subte iba colocando el nombre de la próxima, hasta que llegaron a leer Juramento, bajaron, una ves arriba, se dirigieron a la calle Ciudad de la Paz, justo en la esquina se encontraron con el boliche, entraron y fueron directamente al primer piso, Luis todavía no había llegado, pidieron dos cafés y se decidieron a esperarlo, no debieron aguardar mucho, porque apenas estaban revolviendo el café, apareció Luis.

--Sergio, ¿Qué tal? ¿Cómo te va Olga?
--¿Que tal Luis?
--Bien y vos.
--Sentate Luis, ponete cómodo, ¿Qué vas a pedir?
--Mira Sergio, ya le pedí un café al mozo cuando lo vi, mientras subía, ¿Para que me llamaste? ¿Qué queres decirme?
--Yo tengo un problema, supongo que vos tenes el mismo problema, ambos dependemos del humor de Gonzalo, nuestras vidas en cierta forma depende de la buena o mala voluntad de Gonzalo y eso no me gusta Luis, ¡No me gusta para nada! Pienso que a vos, tampoco.
--Así es Sergio, a mi también esta situación me jode mucho y te diría, que juntos deberíamos buscarle una solución,  ¿Es para eso que me llamaste?
--Exacto Luis, es para eso y me pone contento, que ambos hayamos llegado a la misma conclusión, tenemos que unir nuestros esfuerzos, para enfrentar a Gonzalo ¿Es así Luis?
--Tal cual, es así, tanto vos como yo, tenemos condiciones para hacerlo, lo que hace falta es un plan.
--Para eso te llame, primero para ver si querías aceptar este negocio, que te propongo y segundo, levantarnos de esta mesa, con un plan ya listo, para llevarlo a cabo.
--De acuerdo, ¿Qué hacemos Sergio?
--Lo primero, que Olga nos explique, ¿Qué tramo con Gonzalo para sacarnos del medio? y a quienes utilizaron, para efectuar el robo.
--¿Qué estas diciendo Sergio? ¡Enloqueciste!
--¿Olga nos vendió?
--Si Luis, Olga nos vendió, porque es la amante de Gonzalo, aunque hoy me lo desmintió y se hizo la súper fiel, no le creí nada, de lo que me dijo, sácale el celu de la cartera y revísalo, a ver adonde llamó las últimas veces.
--No me van a sacar nada de la cartera ¿Te volviste loco?
--Puede ser, pero quédate tranquila que te conviene, aquí arriba no hay nadie, ¡entendes! ni un alma y si te rompo el cuello, te tiro al baño de damas y me voy, ¡Entendiste! Es tu vida o la mía, no me hagas elegir, cual de las dos, dale Luis, revísale la cartera, el celu y si tiene un arma, sácasela.
--Ya lo hago Sergio, a ver el celu, ¡Increíble! Las tres últimas llamadas son con Gonzalo, conozco el número, aquí hay una veintidós corta, se la saco Sergio.
--Fíjate si puede haber algo que nos interese.
--Ah esto es muy cómico Sergio.
--¿Qué?
--Una boleta de Farma ¿A que no sabes que compro?
--No.
--Perfume de hombre, Asia Floral, justo.
--Justo el que es fana Gonzalo, perfume que me tiene podrido.
--Que nos tiene Sergio, por lo tanto tenias razón, me parece que la chica es fana de Gonzalo, con ella ya tenemos un plan.
--¿Cuál?
--¿Te gusta este Sergio? La matamos, ahorcándola como dijiste, la tiramos en el baño de damas con un cartelito, Gonzalo si no arreglas, tu cuello será el próximo, con la salvedad, que en el baño de hombres por supuesto.
--Me parece una buena idea Luis, una posibilidad diría interesante y quizás porque no efectiva.
--¿Qué van a hacer conmigo Sergio, hemos sido pareja, de parte mía todavía lo somos, no se vos que pensas, por favor Sergio, me parece que estas perdiendo la razón?
--.Olga lo he decidido, ya no somos pareja, cuando en la costa Andrea me contó lo que me contó, a partir de ese momento, me di cuenta que vos habías sido junto con Gonzalo, quienes nos entregaron a esos seis tipos, para que nos roben , asi tenían el justificativo de matarme, o que desaparezca para siempre, les estaba molestando y cuando a Gonzalo, le molesta algo, no va con chiquitas, yo tampoco Olga, te juro que te mato, sin asco y con rencor y te tiro al baño de mujeres, salvo que.
--¿Salvo que?
--Salvo que cooperes y digas que paso y cuales son los planes de Gonzalo.
--No se nada de lo que estas hablando, no soy la amante de Gonzalo, jamás trame nada de acuerdo con el y contra vos.
--¿Las llamadas a su celular, estando conmigo? ¿Haberle comprado el perfume       que usa y más le gusta? ¿Qué pasa con vos Olga? No soy pelotudo, es cierto, fuimos pareja, nunca pensé, que me ibas a dejar de la manera que lo hiciste, pero ya te jugaste y elegiste vos tu destino, no yo, elegiste Gonzalo y te pusiste a sus ordenes y en sus brazos, como yo te jodia, decidieron cagarme y la verdad que estuvieron a punto de conseguirlo, si Andrea, no me aviva. ¡Luis!
--Si Sergio.
--Esa veintidós tiene silenciador.
--Si.
--Pegale un tiro en la cabeza, ¡Hácela mierda! Reventala de una ves y nos vamos, me tiene podrido, después sin ella,  arreglamos con Gonzalo, es a matar o morir hermano, empecemos nosotros también a matar.

Olga de pronto se quedó congelada, el miedo la paralizo, el ataque de pánico, ese que le daba cuando chica, apareció de golpe, Luis tal como le dijera Sergio, puso la punta del caño de la veintidós sobre su cien, Sergio impávido, percibió que el dedo de Luis, poco a poco hacia que el gatillo retrocediera lentamente, de pronto se escucho un leve murmullo, como el de la brisa cuando atraviesa las hojas de bambú, era la vos de Olga que decía, musitaba apenas.

--Esperen.
--Para Luis, para.
--Por mi la hago mierda.
--¡Espera carajo! Cálmate, vamos a ver que quiere decir.
--Esperen por favor, no me maten, les voy a decir lo que paso.
--¡Habla!
--Esto fue lo que paso Sergio, Gonzalo se volvió loco por mi y me empezó a cortejar con regalos y amenazas, al final consiguió vencer mi resistencia y salí con el una, dos, varias veces, hasta que me consideró su pareja ideal y decidió matar a Andrea, porque sabía todo y además , se enteró que había trabado relación con vos y ambos juntos, podrían ser un peligro para él, es cierto, el fue quien mando, poner una bomba en casa de mis viejos, porque pensó que todavía estabas allí durmiendo, antes que esto, cuando decidió eliminarte, porque eras mi novio y estaba celoso de vos, te dio unas cajas con canto rodado adentro, para que por el peso, creas que llevabas algo importante, necesitaba una excusa para matarte y el robo de las cajas, fue la excusa, no se que le pasa, esta celoso de cualquiera que se me acerque, me da miedo.
--Muy bien, muy bien, las cosas así están mejor Olga, hasta te diría que estoy empezando a quererte de nuevo.
--Sergio por favor.
--No, es cierto lo que digo amor, te estoy empezando a querer de nuevo, porque me doy cuenta, que vos serás la parte principal del plan que se me esta ocurriendo.
--Como Sergio, ¿Parte principal de que plan?
--De este Olga, ¿Dónde cojes con Gonzalo?
--Que pregunta, en cualquier lado Sergio, donde se le ocurra, que se yo, su casa, un telo, depende.
--Muy bien depende, ¡Pero presta atención! La próxima cojida, va a depender de vos.
--¿Cómo de mi?
--Si y te lo explico, no solo te lo explico, sino que lo tenes que hacer muy bien
--¿Hacer que?
--Lo que te digo, presta atención, ¿Gonzalo en Carilo tiene un chalet, cerca de la playa?
--Si.
--Entonces, si no queres morir Olga, si queres seguir viviendo y porque no, que te perdone, total un desliz lo puede tener cualquiera ¿No?
--Exacto.
--Bueno estas entendiendo, si no queres terminar con tu vida como te dije, el próximo polvo te lo hechas con Gonzalo en su chalet de Carilo, pone de tu parte todo el empeño para conseguirlo, sino te juro, que el gatillo de tu propia arma, terminara el recorrido en las mano de Luis y caerás muerta, con la cabeza destrozada, me importa un carajo, solo quiero salvar mi pellejo.
--¡Sergio!
--Sergio ¡Pelota! Este es el plan, cuando vayan a coger a Carilo, teneme informado de todo, el día que piensan ir, cuando van a encamarse, todo, ¿Entendes?
--Si.
--Una cosa más, cuando Gonzalo coge ¿Dónde deja el arma?
--Cosa rara, por lo común no le gusta dejar el arma, en la misma habitación.
--Muy bien, es todo Olga, ahora perdete, una cosa.
--¿Que?
--¿Sabes porque trabajamos juntos tantos años Gonzalo y yo?
--No.
--Porque en realidad, hoy me doy cuenta, que somos bastante parecidos, cuídate y no me falles, ahora ándate, pasa por el baño de damas y arréglate un poco, no me gusta que los de abajo cuando salgas, te vean desarreglada.

Olga se levanto y se fue, cuando se quedaron solos, Luis le pregunto a Sergio.

--¿Ese es el plan?
--No hay otro Luis, quedemosno en el molde esperando, a ver que hace Olga, hay dos posibilidades, una, que le diga toda la verdad a Gonzalo y en Carilo, nos tiendan una trampa y la otra Luis, que todavía me quiera más que a él y no me falle, me inclino por esta última, entonces Luis, nuestro trabajo será el siguiente, seguirlos hasta Carilo y en el mejor momento del polvo de Gonzalo, entramos y lo hacemos mierda.
--¿Y a Olga?
--Eso lo resuelvo yo sobre la marcha, en el lugar veremos.
--Pero Sergio, se convierte en un testigo peligroso, es mejor bajarla a ella también.
--Pensándolo bien, liquidamos a los dos y listo, bueno Luis, ahora nos separamos, quedate guardado como hasta ahora, cuando Olga me diga el día que va a Carilo, te llamo y nos ponemos en camino, una cosa.
--Si.
--No tenemos auto, ¿Vos estas en contacto todavía, con ese conocido que te los alquila?
--Si, no te hagas problema, yo alquilo el auto y vengo con el.
--Después te doy la guita del alquiler.
--Quedate tranquilo, ¿Algo más?
--Si, lo último Luis, yo no tengo armas y necesito una, si vos podes conseguir, porque no me das la veintidós que le sacaste a Olga, estoy en bolas sabes y en esta situación, no puedo estar desarmado por la calle.
--Ningún problema, te la pensaba dar antes de irme, yo consigo es mas tengo, quedate con esta toma, me voy, entonces cuando me llamas, vengo con el auto y nos juntamos para ir a Carilo.
--Exacto viejo, vos lo dijiste, la única solución para nosotros, es matar a Gonzalo y Carilo, es el mejor escenario para ello, chau Luis, me voy. Deja pasar un rato y después Salí vos, yo le pago al mozo, chau.

Sergio se levantó, encontró al mozo, le pago, bajo las escaleras y un rato después, estaba en la calle, no vivía lejos de allí y se fue caminando, el caminar era un buen ejercicio para el, le despejaba la mente, por primera vez creyó, había encontrado la solución a su problema, fue mirando las vidrieras de Cabildo y al llegar a Monroe, dobló en dirección a Libertador, camino una cuadra mas y coloco su llave, en la puerta de un edificio de departamentos, entró y fue al cuarto piso, un rato después se encontraba durmiendo, antes de apagar la luz, recordó que nadie sabia de la existencia de este departamento, porque lo habia hecho alquilar, por un amigo, apago la luz y se durmió tranquilo, de cualquier forma tenía dos revólveres en su poder, el suyo propio y el de Olga que se lo dio Luis, buen muchacho este Luis, un compañero casi, vería que hacer con él, cerro los ojos de a poquito, como se duermen los chicos viendo la TV. Llegó la mañana y la costumbre lo despertó, se acostara a la hora que fuera, siempre a las siete de la mañana, estaba arriba, dispuesto a comenzar el día, lo primero que hizo, llamo a Olga a su celu.

--¿Olga?
--Si.
--Sergio habla, necesito verte ya, pero es preciso que nadie nos vea juntos, ¿Cómo podemos hacer para vernos sin levantar sospechas?
--Se me ocurre una locura, pero podría ser.
--¿Cuál?
--La sala parlante de la Biblioteca Nacional.
--Buena idea, conozco el lugar, puede ser, ¿Estas en condiciones de salir ya?
--Dame una hora.
--Bueno te doy dos, a las nueve de la mañana en la Biblioteca.
--Allí estaré.
--No te vengas con Gonzalo.
--Loco, no jodas, espérame que voy sola.
--Chau te espero.

Salio y se fue a desayunar, después caminando, siempre caminando, se fue a las Barrancas de Belgrano y se tomo el ciento dieciocho, calculo mas o menos donde estaría el edificio de la Biblioteca y se bajo, casi Avenida Pueyrredón, un rato después, estaba en la sala parlante, eligió un lugar lejos de la entrada y si fuera posible con poca gente, una ves que se ubico, espero paciente la llegada de Olga, esta no tardo mucho en venir, ambos con un libro frente suyo, al cual nunca irían a leer, comenzaron a hablar.

--¿Qué queres ahora de mi, Sergio?
--¿Entendiste bien lo que te pedí?
--Si.
--¿Estas dispuesta a hacerlo, o me vas a tender una trampa, junto con Gonzalo?
--Estoy dispuesta a hacerlo, vos, ¿Estas dispuesto a seguir conmigo?
--Por supuesto que si, un desliz lo puede tener cualquiera, ya te lo dije, una pregunta, ¿El arma que te sacamos ayer, era tuya o te la dio Gonzalo?
--Me la dio Gonzalo.
--Me lo suponía, tómala entonces, no sea cosa que en estos días, se le ocurra preguntar por ella y no la tengas encima.
--¿Me llamaste para eso?
--Si.
--¿Me hiciste salir de casa a las nueve de la mañana para entregarme mi revolver?
--Si
--Lo menos que puedo hacer es pegarte un tiro con el.
--Hacelo si te parece, no hay problema.
--¡Sos un loco Sergio!
--No solo te llame por el arma Olga, aunque pensándolo bien, estarás de acuerdo conmigo, que el te la puede pedir y vos en ese momento, ¿Que le decís? Me la olvide en casa, no.
--Cierto.
--Estuve echando cuentas y es mejor que todo este en orden, normal y correcto, pero también te llame por otra cosa.
--¿Qué cosa?
--No se que hacer con Luis.
--¿Cómo que no sabes que hacer con Luis?
--Si, no se si limpiarlo, junto con Gonzalo, o dejarlo detrás mío como un testigo molesto.
--¿Qué me estas diciendo Sergio? ¿Qué estas tomando que te cambio tanto el carácter? No te conocía en esta etapa de matón que estas teniendo.
--Yo tampoco te imaginaba a vos haciendo de puta.
--¡No soy una puta!
--Si es por eso yo tampoco un matón, te estoy consultando ¿Qué hago con Luis? Si fuera un matón, hubiera decidido acabar con el yo solo y listo, pero algo me dice, que me equivoco si lo mato y por otro lado, también tengo dudas si no lo hago, por eso te consulto Olga, vos que conoces a Luis igual que yo, ¿Crees que puede ser un peligro, para nuestra seguridad en el futuro, que el quede vivo?
--No, nuestra seguridad en el futuro, no depende de el, sino de cómo vamos a adornar la muerte de Gonzalo, para que parezca lo más alejado de un asesinato y la cana, no sospeche nada. Ese es el problema Sergio y no Luis, si arreglamos bien la forma de matarlo, Luis se quedará en el molde, que le importa a él y si por el contrario, se dan cuenta que lo mataron e investigan y caen sobre nosotros, entonces que importa que Luis hable, si ya estamos en el horno.
--Esta muy bien, correcto tu planteamiento, olvidemosno de Luis, es tal como vos lo explicas, cambiando de tema, pero siempre sobre Carilo te quiero decir algo.
--¿Qué?
--El que va a entrar a la habitación donde van a estar ustedes seré yo.
--¿Por qué vos solo?
--Porque con Gonzalo estas vos y no quiero líos de ninguna especie, ni equivocaciones que lamentar, quiero estar seguro de que vos no vas a sufrir, el mínimo rasguño en esto.
--Te lo agradezco Sergio, ¿Pero no es arriesgado? No sería mejor que Luis este cerca tuyo por cualquier cosa.
--No, lo prefiero afuera, cubriendo el lugar, por lo que pueda ocurrir, entonces estoy de acuerdo con vos Olga, me olvido de liquidar a Luis, después de todo es un amigo, espero que tengas razón y no joda para nada.
--No va a joder.
--Bueno Olga, te dejo me voy, espero tu llamado, guarda el arma y tenela con vos a ver si te la pide Gonzalo, si este negocio termina bien, te prometo que nos vamos a vivir juntos y trataremos de comenzar una vida, menos complicada.
--Eso espero Sergio, más que esperar lo deseo, cuando consiga arreglar todo te llamo, chau.

Sergio salio de la Biblioteca y se alejo rumbo a su departamento, antes decidió ir a comer pizza por la calle Corrientes, boludear un poco y en eso de andar sin hacer nada y libre de obligaciones, los días fueron pasando, hasta que un viernes a la noche estando caminando por Cabildo, le sonó el celular.

--Hola.
--Sergio.
--Si.
--Olga habla, este sábado a la noche, será la fiesta.
--Ok allí estaremos, chau.
--Chau.

Cortó y llamó a Luis.

--Luis.
--Si Sergio.
--Mira atendeme, lo que íbamos a hacer es para este sábado a la noche, así que venime a buscar al mediodía, a ese café de Juramento y Ciudad de la Paz, que estuvimos con Olga, comemos algo y nos vamos para allá, ¿Qué te parece?
--Correcto, mañana al mediodía estoy por allí.

Eran las doce de la mañana, de un sábado soleado de invierno, cuando en una de las mesas del bar Lilio, dos hombres estaban almorzando, quien los viera de la calle, supondría que eran dos amigos solterones o divorciados, que se habían juntado en un almuerzo, para contarse las aventuras de la semana que habia quedado atrás, pero si hubiera escuchado su dialogo entre ellos, quizás otra sería la idea que se haría, del porque esos dos hombres estaban ahí comiendo juntos.

--Luis, entonces esta todo claro, vamos allá, tranquilos sin mucho apuro por la ruta, llegaremos supongo si todo va bien al atardecer, no conviene ir a ningún hotel, para que nuestra presencia ahí no quede registrada, paramos un tiempo en Pinamar y cuando cae la noche, nos dirigimos a Carilo, una ves frente al chalet, vos me cubrís las espaldas, yo entro y lo mato.
--No entendí bien.
--¿Qué parte no entendiste bien?
--No dijimos que Olga también por las dudas.
--Mira te la hago corta, estuve pensando y cambie de parecer, me quiero quedar con Olga, la verdad que la quiero y pienso que no voy a encontrar otra mina, como ella, para formar pareja, ¿Tenes algún problema?
--Ninguno, es tu decisión, si van a vivir juntos, es una garantía para mi, te soy sincero. Siendo así no tengo ningún problema.
--Muy bien Luis, entonces todo esta claro entre nosotros, cada cual sabe lo que tiene que hacer, vamos ya, no perdamos más tiempo.

Se encaminaron al coche que Luis alquilara y un rato después, se dirigían en el hacia Pinamar, primera etapa de su viaje en busca de la solución del problema, que los tenia en vilo, sin poder rehacer la vida que hasta ese momento, habían llevado. Pronto estuvieron en la ruta dos, atravesaron esa cinta de asfalto, que corta a la provincia inclinándola hacia la costa y ya en Dolores, empalmaron el camino a Pinamar, empezaba a oscurecer cuando llegaron, dieron vueltas a ver si  encontraban un lugar donde comer, mas que todo además de comer, dejar que el tiempo vaya pasando y se hagan las nueve de la noche, para enfilar a Carilo, no fue necesario mas que entrar a la ciudad y andar unas cuadras, por su avenida principal para encontrar un boliche abierto, estacionaron el auto y bajaron a esperar se haga la hora de volver a partir, entraron y se sentaron a una mesa, poca gente, alguna que otra pareja dispersa por el local, era el signo de que en la costa estaban en pleno invierno, salvo los residentes del lugar, muy pocos visitaban en esa época del año la ciudad.

--¿Qué vamos a comer Sergio?
--¿Qué te gustaría?
--Carne.
--Entonces pidamos un asado y lo compartimos entre los dos, no quiero comer mucho.
--Agreguémosle un par de morcillas.
--Listo y una ensalada de lechuga y tomate ¿No te parece?
--Un vino.
--Tal cual, cartón lleno, espera que lo pido.

Sergio llamó al mozo he hizo el pedido, al rato ambos eran dos comensales más, dentro del boliche en esa fría noche de sábado.

--¿Saldrá todo bien Sergio?
--¿Por qué no Luis?
--No se, no estoy tranquilo ¿Sabes porque?
--No ¿Por qué? Si ya esta todo hablado, a Gonzalo lo tenes acá en su casa, seguro imaginándose libre de todo peligro, en este lugar solitario y olvidado por el mundo, ¿Qué puede pasar?
--Me da no se que decírtelo Sergio,
--Decime lo que sea, no hay problema.
--¿Si Olga nos traiciona, si ya le contó todo a Gonzalo y nos están esperando?
--Te dije que eso, no va a ocurrir, quedate tranquilo Olga esta cien por cien con nosotros.
--¿Por qué estas tan seguro?
--Te lo voy a decir de manera educada, es una cuestión de penes, le gusta más el mío.
--¿Te parece?
--Estoy seguro, por eso la elegí para este trabajo, como llave maestra en la encerrona que le vamos a hacer a Gonzalo, porque se por instinto que no me va a fallar.
--Espero que tengas razón.
--La tengo, además antes de entrar a la casa, vamos a dar una vuelta por los alrededores, no vamos a ser tan boludos, debemos cerciorarnos que todo este  bien y que no nos vamos a llevar ninguna sorpresa, si vemos algo raro, nos volvemos y listo, ¿De acuerdo?
--Bueno así me dejas más tranquilo.
--Che, estamos casi solos en el local, porque no pedimos que pasen una peli en la TV y después nos vamos, es una manera de que el tiempo se vaya más rápido.
--Me parece bien, decile al de la caja.

Sergio se levanto y fue a hablar con el que parecía ser el dueño del boliche, un rato después, por la tele estaban disfrutando de una peli de aventuras, aventuras de ficción, que un poco mas tarde ellos las convertirían, en aventuras de verdad, los diferentes cuadros fueron pasando por la pantalla ante la mirada atenta de ambos, poco a poco, este ir y venir de imágenes en el tiempo, los condujo a la palabra fin, se miraron, consultaron sus relojes, eran las veintiuna hora, pagaron y se fueron al auto, tomaron por el camino que lleva a Carilo y así se alejaron de Pinamar, en la ruta se encontraron con sus clásicas lomas que subían y bajaban, en un quieto mar de asfalto. Cerca de las diez de la noche, estaban casi sobre la casa de Gonzalo, decidieron parar en un boliche bailable, que reunía a la poca gente del lugar, en el rito de los sábados a la noche, el baile, dejaron el auto mezclado con los otros que ya estaban estacionados, para que pase desapercibido y se fueron a recorrer las inmediaciones de la casa, por si encontraban algo sospechoso, nada, todo normal, Sergio pensó, que el ruido de la música sería muy útil, porque no se escucharían los disparos, aunque a ambas armas la de Luis y la de el, le colocaron silenciador.

--Separemosno Luis y revisemos cada uno, un costado diferente de la casa y los frentes de las viviendas que dan a esta, si todo esta en orden, entramos. Nos juntamos dentro de quince minutos en la puerta de entrada.
--¿Cómo forzamos la puerta?
--No hay necesidad, Olga la va a dejar sin llave.
--Ok nos vemos.

Ambos se separaron y recorrieron con atención los alrededores de la casa de Gonzalo, nada raro, todo normal, solo en el frente de la casa, estaba el coche de el, vino sin custodia, en los frentes de las casas vecinas todo era soledad, estaban cerradas hasta la próxima temporada, ni Luis ni Sergio dudaron un instante, todo en orden, se encontraron frente a la puerta de entrada, la operación comenzaba a funcionar, debían entrar, Sergio tanteo la puerta y la abrió, se volvió hacia Luis y le dijo.

--Quedate aquí en la puerta, cuidándome las espaldas, se donde están, conozco la casa, yo entro y termino con Gonzalo, no hagas nada hasta que vuelva, solo cuida que todo este normal.
--Anda tranquilo que estoy atento, métele.

Sergio termino de abrir la puerta y se encontró con el pasillo, que habia recorrido tantas veces, sabia que este lo comunicaba con el living y hacia la izquierda, ya dentro del living, otra puerta lo llevaría al cuarto de Gonzalo, donde estaría jodiendo Olga y el, comenzó a recorrer ese espacio final que lo separaba de Gonzalo, ¡Por fin! Se iba a encontrar cara a cara con su perseguidor y arreglaría cuentas, para siempre, ¡Ya estaba! Ya habia llegado a la habitación donde ellos se encontraban, se detuvo y escucho, ningún ruido, estarían durmiendo, abrió la puerta, el primer tiro que recibió salió de la pistola de Olga manejada por Gonzalo, le pegó en medio del pecho, cayó muerto como un pájaro cuando lo bajan de un hondazo, Gonzalo se levanto de la cama y fue en busca del arma de Sergio, tenía en las manos, guantes de látex, de esos que usan los médicos, le saco el arma de la mano y la dirigió al cuerpo de Olga, que estaba acostada en la cama, amordazada y atada a la misma, apunto y de lleno la bala entro en el pecho de ella, ni se movió, solo quedo muerta, Gonzalo rápidamente sin sacarse los guantes, volvió a colocar el revolver de Sergio en sus manos y el que habia usado para matarlo que era de Olga, en las manos de ella, le saco el pañuelo que la amordazaba y la desató, dio un último vistazo a la habitación, todo en orden, nada que lo comprometía habia en ella, cuando salió, se saco los guantes y se los guardo en un bolsillo del pantalón, atravesó el living y un rato después estaba en la puerta.

--¿Todo bien Luis?
--Si jefe todo tranquilo.
--Como ves, es un despelote prestarle la casa a un amigo, para que joda con una mujer. Siempre el asunto termina en crimen pasional, ¿No te parece?

--Seguro jefe, como usted dice, primero se aman y después se matan.
--Veni Luis te llevo en mi auto, vamos.