sábado, 2 de marzo de 2013

EL LADO VENGATIVO DEL ESPIRITU



Sonó el teléfono una y otra vez insistentemente con el afán de ser atendido, pero ella no levanto su brazo para nada, sabia quien llamaba, seguro que era él quien buscaba una vez más salir con ella, empezar nuevamente la relación que se había cortado de repente no hacía mucho de esto, cuando ella decidió que así debía ser, porque podía soportar muchas cosas, pero la infidelidad no, compartir su amor con otra mujer le parecía patético, como si a él lo hubiera dividido en dos con una gran cuchilla, en dos partes iguales y simétricas ¿Cual de ellas le correspondía? ¿La izquierda? ¿La derecha? La del corazón -mas sentimental- La del hígado -mas viceral- ¿O ninguna de las dos? Porque un hombre roto no es un corazón entero, ni tampoco es amor el amor que se comparte con otra mujer ¿De que vale el vuelo de la gaviota en pos de su macho, si cuando lo alcanza el se retira dejándola sola entre el mar y el cielo, girando despechada en su triste y solitario vuelo? Nada es lo mismo, cuando la confianza se pierde y el ser que uno quería, nos traiciona, entonces que llame por teléfono y se ¡Muera llamando! Tomo aliento, el teléfono volvió a sonar, su brazo no se movio un milímetro pero su corazón se puso de pronto inquieto, algo le reclamaba, que lo atienda, su brazo respondiendo al cerebro se mantuvo firme decidido a no hacerlo, pero en cosas del amor a la larga, el corazón se impone sobre el lucido cerebro y en un acto incontrolado, decidio atenderlo y escucho la vos de el que le decía.
--¡Por fin atendiste! ¡Quiero hablarte!
--¿Qué pasa Ernesto?
--Pasa que te quiero, que me arrepiento de lo que paso, que te pido perdón por la macana que me mande, que me di cuenta de que solo quiero estar con vos.
--¿Necesitaste estar con otra para darte cuenta que querías estar conmigo?
--No seas cruel.
--No soy cruel, te pregunto nada más.
--¿Qué debo responderte?
--Que así fue, que dudaste de mi y de nosotros, que tu espíritu flaqueo o estaba decidido a vivir otras experiencias.
--¿Me estás diciendo que mi espíritu y no otra cosa, me llevo a cometer el error que tuve con vos?
--Si tu espíritu aventurero y sabes una cosa.
--¿Qué?
--Mi espíritu vengativo te dice, más que decirte te grita ¡No quiero verte más!
Y colgó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario