Estábamos en casa, en mi casa, después de un tiempo de salir juntos ese
día, se me ocurrió llevarla para que conozca realmente como soy, ya que le dije
mientras veníamos, soy como vivo y así soy yo y supongo que todos también, dado
que el hogar donde uno vive y la manera en que este está implementado, nos hace
ver el carácter de los dueños de esa casa, mas allá de cualquier cosa que ellos
nos quieran explicar de cómo son. Y ese día ella iba a ver mi carácter, libre
de mi subjetividad y expuesta a través de ambientes, cacharros de cocina libros
y herramientas de trabajo, mi forma de ser ante sus ojos. Parece que no le caí
tan mal yo y mi casa, porque la sentí a gusto en ella. Hacía calor, así que
decidimos -en realidad yo decidí- ir a tomar un té al pequeño patio con plantas
que tengo al fondo, entre la cocina y el lugar donde los fines de semana, a
veces hago mis manualidades tan imprescindibles para mí. Una vez que llevamos
el té, unas galletitas y dulce, nos sentamos y comenzamos a disfrutar de estar
juntos, en lo que parecía una isla en medio de la ciudad, silenciosa por el fin
de semana y el mes donde muchos salían de vacaciones, de pronto le llamó la
atención mis macetas de cemento y comento.
--Que bien quedan las plantas dentro de ellas.
--Si -le dije- planta y maceta quedan muy lindas pega bien lo verde, lo
natural con el cemento -como ella las está viendo les explico a ustedes que no
las ven, las macetas tienen forma de wock japonés y lucen el gris claro del
cemento seco- Y no es difícil hacerlas –proseguí-
--¿No? –me respondió- con ese mohín que le queda tan simpático.
--No –conteste- es fácil ¿Queres que te explique?
--Bueno escucho atentamente.
La verdad, se lo iba a explicar a ella sola para que ustedes no se
enteren, no porque quiera que no lo sepan, sino porque me parece que en un
cuento que es literatura, no viene al caso introducir una parte técnica, aunque
bien pensado ¿Qué es un cuento? Sino contar lo que vemos, pensamos y hacemos o
hacen los demás que nos rodean, por lo tanto me pareció que quizás podría
interesarles a ustedes, esta explicación de “Como hacer una Maceta” al menos a
ella hoy en mi casa, divertidos y alegres de estar juntos le interesa tanto,
como saber cualquier cosa que todavía no sepa de mi, así sea la más
insignificante o ridícula que se les pueda ocurrir. Ahí va entonces.
--Mira presta atención.
--Si escucho.
--Esto es papel mache y lo hago de la siguiente manera. Necesitas pulpa
de papel, usas un rollo de papel higiénico, los grises, los más baratos. Lo
metes en un balde con agua caliente.
--¿Caliente?
--Si caliente y lo deshaces todo, cuando esta deshecho con un colador le
sacas el agua y ya tenes la pulpa lista.
--¿La tibia pulpa de papel que pasará a formar parte de las paredes de
mi maceta?
--Exacto, a este volumen de pulpa que tenes, le agregas el mismo volumen
de cemento portland y revolves todo hasta conseguir una masa homogénea.
--¿Masa homogénea? Me suena a receta de cocina.
--Es que la cocina ha sido la madre de todas las industrias, de ella salieron
casi todas las técnicas más importantes.
--¿Si?
--Si, pero sigamos. Una vez que tenes la masa lista te buscas un molde
que tenga la forma de wock, o cualquiera parecida que se te ocurra y le pasas
aceite con un trapo todo alrededor -para que no se te pegue la maceta cuando ya
seca la vayas a sacar- con las manos lo cubrís totalmente con la masa que
preparaste, lo pones al sol hasta que se seque, desmoldas y ya tenes lista a la
maceta.
--Desmoldar, reminiscencias de cocina también.
--Como ves la vida es un continuo retorno y a veces con lo más sencillo
podemos ir en búsqueda de lo más difícil.
--¿Cómo por ejemplo?
--No sé, lo más sencillo para mi es mi casa y quizás lo más difícil sea
conquistarte.
--Entonces estas tratando de ir de lo más sencillo a lo más difícil.
--Estoy tratando y pensando al mismo tiempo si lo iré a conseguir.
--Porque no, ahora se me ocurre a mi también pensar, que lo más sencillo
bien aplicado, termina por conquistar a lo difícil.
--¿Aprendiste a hacer macetas?
--Si aprendí y no se me olvida más.