lunes, 14 de noviembre de 2011

JUGAR A LOS DADOS


Las tres se sentaron alrededor de la mesa circular y una de ellas, tomó el cubilete con cinco dados dentro y agitándolo, arrojó los mismos sobre la mesa 2-3-6-2-4 diecisiete puntos y anotó en la hoja de papel colocada a su lado, la otra recogió los dados de la mesa y volvió a tirar 6-6-4-3-2 veintiún puntos y le dio el cubilete a la tercera con los dados dentro, esta agitó levemente y arrojo los dados como imaginando saber el resultado 6-6-6-6-6 generala servida. Todas se miraron, quien había ganado era la muerte, las otras dos que perdieron esta vez, la casualidad y la suerte.

domingo, 13 de noviembre de 2011

¿CUANDO?

¿Cuando vuelve uno en la vida, para corregir lo mal que hizo en ella?

LA JOVEN Y EL DIABLO


Era invierno, noche y hacía mucho frío, volvía a su casa de soltero después de trabajar todo el día en la oficina, la cara cubierta con la bufanda, apenas le permitió ver a la joven que tan abrigada como el, venía en dirección contraria, quizás por eso, fue inevitable chocarse en la oscuridad. Ella lo miró y le dijo lo que nunca se imagino oír de labios de una mujer. Estoy sola, abandonada, no tengo donde ir ¿Por qué no me llevas con vos? El que siempre fue un cobarde, jamás se vio con tanto valor como en ese instante, tomándola del brazo se escucho a si mismo diciendo veni, vamos a casa. Mientras caminaban juntos, el sintió que bajo el abrigo que apretaba, latía un cuerpo joven de mujer, un rato mas tarde ya llegaban a su casa y una ves en su interior,
entibio el ambiente encendiendo las estufas, cuando se volvió en busca de ella, no la encontró en el lugar donde la había dejado y al escuchar ruidos en el dormitorio, fue rápido para allá, al trasponer la puerta la vio parada arriba de la cama, ya no tenía el gorro que le cubría su cabeza, ni la bufanda que envolviera su cuello y una negra y larga cabellera, le caía casi hasta la cintura, sus ojos oscuros y profundos, de los cuales el no se había percatado antes, lo miraron y esa mirada, le impidió moverse, quedo sujeto al sitio en donde estaba, como si una fuerza exterior de golpe lo inmovilizara y así  observándola a ella en su accionar, solo llegó a pensar, que no entendía nada de lo que le estaba sucediendo y mucho menos todavía, que una mujer tan hermosa este en su cuarto, de la manera que esta lo estaba. Ella mientras tanto, sin dejar de mirarlo empezó a desvestirse, primero la campera, le siguió el pulóver, la blusa y por último el corpiño, al llegar a este punto le dedicó a el una sonrisa, después imperturbable se quito los Yin y las largas medias negras, que hacían un violento contraste con su piel extrañamente blanca, se las retiró suavemente, moviéndose como en un baile inventado por ella para la ocasión, evitando de esa manera no caer sobre las sabanas. El no sabía que hacer, debido quizás a que no podía dar un paso hacía ningún lado, sometido a la mirada de ella que inexplicablemente lo mantenía preso, en la misma  posición que cuando llegara a la pieza. ¡Ya esta! Murmuro en el cuarto la vos de ella y se quedó frente a el, sin medias y sin nada, solamente en tanga, volvió a sonreírle tal ves algo más picara y meneándose provocativa, empezó poco a poco a bajarse por las piernas, el diminuto genero negro, que como una boca satánica, fue besando lentamente mientras caía, las piernas blancas y al llegar al extremo de sus pies, se lo sacó de un tirón al diablo y a la prenda que era su morada, esto hizo que todo su cuerpo quedara desnudo y libre de ropa, al suceder tal cosa, ocurrió otra sin poder el evitarlo ni comprender lo que pasó, ella, desapareció.

EL FINAL DEL ASTROLOGO



Lo hizo sentar frente suyo y extrajo del mazo de Tarot la carta que lo representaba “El Mago”. A continuación le dio el mazo para que lo mezcle y luego, lo colocara con la mano izquierda, separado en tres montones  boca abajo sobre la mesa, hecho lo cual el recogió los tres montones y los volvió a poner como estaban antes, pero boca arriba. Retiró del mazo las once cartas, correspondientes a la Cruz de los Celtas y las fue ordenando en fila paralela a el mismo, una a una en el lugar de la mesa que era su territorio, después, invocando al número cinco, que es la aspiración al conocimiento, separo la quinta carta de la fila y la interpretó, al hacerlo el destino, que era quien se encontraba frente a el le dijo, as visto en la baraja lo que muy pocos mortales ven en este mundo, tu vida entera, el conocimiento de todas las cosas que te pasaron y te pasaran, es tiempo entonces de que te des cuenta que ella, ha llegado a su final.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

PALABRAS DE MUJER



Una tarde de café, escuche de boca de una amiga el siguiente dialogo, que me quedó grabado desde entonces y el cual me parece útil dar a conocer, no creo con ello ser infiel a ninguna promesa, porque solo fue una conversación que surgió espontánea, consecuencia de la charla que ambos manteníamos, sus palabras fueron estas, las pronunció mirándome a las ojos y sin pestañear siquiera.
--Quise ser ordenada con mis cosas, simple y sencilla y lo conseguí, no desear más de lo que pueda tener, no buscar parejas complicadas que me saquen de mi normalidad, tratar de ganarme el dinero con que me pago la vida en este mundo y en lo posible, no depender de nadie, ser yo siempre y si amo, en el momento que ese amor deje de ser tal, sepa dejarlo. No comprometerme con el otro, hasta el punto que joda mi propia vida.

martes, 8 de noviembre de 2011

EL CORTADOR Y SU TELA


En  la mesa de corte tenia desparramado el tul negro, que resaltaba más sobre la superficie blanca iluminada por los tubos fluorescentes, lo estrujó entre sus manos y el tul se hizo mujer apretada por sus dedos, acarició la tela como quien lo hace con un recuerdo y a su imaginación llegaron mujeres de piel blanca con tules negros, odaliscas, producto de la fantasía de un hombre, bailando sobre las mesas vacías y tristes de un cafetín del puerto, todo eso pasó rápido por su mente y sus ojos buscaron la tijera ¡La maldita tijera! Que siempre se perdía entre las telas, para empezar el corte. Revolvió un raso rojo, un tafetán bordó y un genero de lino color hueso, hasta que al final dio con ella ¡Por fin! Se dijo tras un insulto a la tijera que se había perdido de su lado, volvió a la mesa, tiró el molde sobre el tul negro, marco con tiza y tomando la tijera con su mano, buscaron sus ojos la línea del dibujo para empezar el corte y así separarlo al tul por partes, hecho formas de un futuro arreglo, que adornaría aún mas todavía el vestido de una mujer hermosa, o tal ves iría junto a la ropa interior, que suave se desliza hacia el suelo de la habitación, en una noche de amor y dulce dicha. En eso estaba la tijera, cerrándose sus hojas sobre la tela y en el momento  en que sus dos filos lastimaban, el borde del tul negro para adentrarse en el con su profundo corte hubo un movimiento, como las olas del mar sacudidas por el viento, así de igual se contorsiono el tul sobre la mesa y adquirió volúmenes nunca vistos por el cortador en tela alguna, se inflaba, se sacudía, ora volaba para luego formar un remolino, de cuyo centro surgió una mujer joven y atrayente y a medida que surgía el tul negro la cubría, ante los ojos del cortador que asombrado la veía.
--¿Por qué lastimas mi cuerpo con tus tijeras si no te he hecho nada,  siquiera te conozco ni vos sabes quien soy?
--No se de que me hablas, yo solo corto tela y de golpe apareciste vos.
--No sabes nada de esto, eres un joven simple que para colmo no vive en el oriente de donde vengo yo, entonces si sabrías que allá lo natural es mágico y la realidad una ilusión. Debo decirte como primera cosa que con tu tijera, cortaste el hilo de un conjuro de la odiosa bruja que me convirtió en tela para librarse de mi, ya que su hijo me amaba locamente y ella pretendía alguien con más fortuna para el, entonces hecha tela me vendió en el mercado, en un barco de carga dentro de un container con miles de rollos más, cruce los mares, llegué a tu país y termine en un negocio de mayoristas, donde ahí fue que me vendieron a vos, que sin saberlo -como te dije antes- rompiste el hechizo que me tenía presa y hoy vuelvo a ser humana, pero estoy triste porque me se lejos, muy lejos de mi amor.
Pensó un rato el cortador, que después de todo era un hombre bueno de buen corazón, miro a la muchacha y le dijo.
--No puedo reparar lo del hechizo, pero si puedo si me dices de que país vienes, solucionarte los problemas del corazón que seguro tienes, solo haré una cosa que me parece la más lógica para que regreses a tu tierra, ir ya mismo a comprarte un pasaje de avión.
La muchacha lo miro y le contesto.
--No gracias, tu bondad ha roto la maldad de la bruja, puedo ser y no ser.
Y así de golpe sin decir nada desapareció. Frente al cortador, el tul negro quedó sobre la mesa, dicen los que lo conocen que a esa tela, el jamás la volvió a  cortar.





domingo, 6 de noviembre de 2011

RESPUESTAS EN UNA SESIÓN DE TERAPIA


--Yo recorrí los sueños de mi vida como la mano experta del pianista las teclas de un piano y si el saco bellas melodías, yo por el contrario no he sacado nada.
--Pero debes coincidir conmigo que el se preparó años para ello, en cambio vos ¿Qué has hecho de tu vida? ¿Cuál fue tu meta? ¿Qué tiempo dedicaste para ser útil a vos mismo y a los demás necesario?
--¡Un momento! Me lastiman tus palabras, sos mi terapeuta y yo te pago cada sesión que tengo, pero eso no te da derecho a tratarme a mí como si fuera un vago.
--No te hablo como si fueras vago, más bien te indago ¿Por qué no has hecho lo que según vos debías hacer y no lo hiciste? ¿Cuál es la causa que deseando vivir de una manera tu deseo, no puede convertir en realidad el mundo que te rodea?
--¡Que pregunta! No se la respuesta, por eso vengo a verte, para que la encuentres vos y me la muestres.
--Yo no soy mago.
--¡Pero deberías serlo! Porque necesito curarme y si vos no puedes ¿Quién lo puede?
--A veces lo que un hombre no puede se convierte en desafío para otro, el hecho de que no pueda curarte debería hacerte ver, que solo en uno mismo esta la cura.
--¿En uno mismo que no se cura? ¿No te entiendo?
--En uno mismo que llega a conocerse y exigirse entonces, solo aquello que por temperamento puede.
--Lo que por mi carácter puedo, no es en verdad lo que quiero.
--Es error de nosotros pretender más de lo que nos fue permitido realizar, cuando al nacer y crecer, nos dimos cuenta de nuestras limitaciones.
--¿Quién me impide realizar mis deseos? ¿Quién si o no me los permite? Aquel que sembró el mundo donde vivo, de multitud de cosas que me agradan y nada consigo con quererlas, dado que el miedo que tengo de alcanzarlas, me hace imposible de llegar a ellas.
--Hay cosas imposibles que nunca alcanzaras, por lo tanto es de necio correr tras lo imposible, además, la construcción del mundo que habitamos fue producto indudable de muchísimos deseos, antagónicos algunos, complementarios otros y es lógico por lo tanto, que todo lo que quieras no te sea factible conseguir, hay un  punto al menos que siempre encontraras si lo deseas, el equilibrio entre lo que quieras y aquello que por tu carácter conseguir puedas. No eres más que un destino y a el estas obligado, liberarte de tu sino, será el final de lo que en vos fue creado.
--¿Me llevará la vida encontrar lo que quiero?
--A veces si, otras no, nadie puede saberlo ¿Quién es capaz de conocer el futuro de las cosas si solo vivimos en el presente de ellas mismas? Pero algo es cierto y debes entenderlo, cualquier cosa que hagas, cualquiera, te llevara tiempo.

viernes, 4 de noviembre de 2011

AUTOR, PERSONAJE Y ESCRITURA


--¿Sabes lo que pienso?
--¿Qué?
--Que el escribir es ir vaciando de la mente, las aventuras que guardamos en ella y nunca pudimos materializar y un día de pronto en un descuido, se nos cae el lápiz de la mano, rueda por nuestro dedo pulgar y nunca más vuelve la escritura, porque hemos contado la última aventura que quedaba en nuestro pensamiento.
--¿Vos contaste esa última aventura? Te pregunto porque por lo que se, ya hace tiempo que no escribís, dejaste de mandar tus cuentos a la revista, tu pagina en la Web está clavada en una fecha que data de un año atrás.
--Quizás sí, uno no se da cuenta, es como el amor que surge entre un hombre y una mujer que antes ni siquiera se conocían y un instante después ya no pueden separarse, el hecho cierto es que aunque ya no cuentes nada, si has hecho un relato, te sentirás escritor toda la vida.
--¿El amor que surge es el nuestro y el escritor que deja de contar sos vos?
--El amor que vivimos y la ausencia de aventuras en mi mente y vos, entrelazando todo en mi pensamiento, juntando las piezas sueltas de este juego literario y guardándolas en lo profundo del mar inquieto de tus claros ojos, eso es lo que me pasa, lo que me sucede, mientras te miro y me das el tema, de un cuento que ya no se si escribiré.
--¿Soy culpable entonces, de que hayas escrito tu última aventura imaginada?
--No, solo eres culpable de mi felicidad, del sentido del tiempo que le has dado a mi vida, pero de la continuidad de mi escritura no, esta es como un deseo, idéntico quizás al que tengo de estar contigo. Es como la necesidad de contar al personaje, que de pronto se hace el dueño de tu interior, algo parecido a lo que has hecho vos con mi corazón, adueñarte de el, marcarle un sentido más de los muchos por los cuales vale la pena vivir.
--¿Me estas queriendo decir que yo soy el cuento que no escribís, el personaje que se hizo realidad escapándose del papel y de la tinta y vos lo llevas contigo, creando de esa forma el relato de tu propia vida?
--No serías eso exactamente, pero a veces cuando estamos juntos, de pronto pienso que bien podrías ser la heroína de todos los distintos cuentos que he escrito, suponiendo quizás mientras lo hacia, que por el influjo mágico del propio relato, algún día vendrías a mi y la verdad, a veces siento que eso ha sucedido entre nosotros, el personaje de mujer por mi deseado, a consecuencia de no se yo que conjuro extraño se apareció a mi lado, llegó a mi corazón y se adueño de mi, no ya en el papel cuadriculado ni en los arabescos de las letras pintadas en cada renglón de mi cuaderno, sino aquí en la vida real, donde habitamos vos y yo, autor y personaje, viviendo ambos un amor que siempre imagine, pero nunca creí pudiera convertirse en una realidad.
--Por lo que escucho entonces, soy la chica del cuento, la chica de las páginas impresas de la revista semanal, tu muletilla principal para empezar a narrar y terminar cada relato, en todas las entregas era yo quien te ayudaba, te daba el comienzo y el final y siempre estaba allí sin saber a quien favorecía.
--Hoy lo sabes.
--¡Por favor amor! ¡Pura fantasía! ¿Vas a decirme ahora que no escribís más porque personaje literario, de pronto pase a ser parte humana de tu vida?
--No se ¿Quién puede saberlo? ¿Quién puede saber con certeza de donde viene cada uno, de todos aquellos que se cruzan en nuestra vida? Pueden ser tus iguales en forma, pero no en contenido y a veces distintos en ambos sentidos ¿Acaso que sabemos de nosotros dos? ¿Apenas del lugar donde nos conocimos?
--En un baile ¿Recuerdas? En casa de A… amiga común que nos presentó esa noche hace de esto un año, si no me equivoco.
--Estas en lo cierto y desde ese momento estamos juntos, vivimos bajo el mismo techo y yo muy contento y vos feliz, al menos así lo pareces. Pero amor mío a veces, en la mitad de la noche, cuando despierto en el lecho y te encuentro a mi lado, entibiando mi cuerpo con el tuyo pienso ¿Por qué no escribo? Más aún al mirarte me digo ¿Por qué es tan igual a mi personaje? Y tengo la duda de no saber si estoy contigo dentro de un relato, o en el cuarto de la casa que hace tiempo vivo.