Las voces del televisor del departamento pegado al suyo le impedía
escribir. Buscaba hilar la trama de un cuento y esta se cruzaba con el diálogo
sin sentido proveniente del aparato. Viendo que no podía soportar más esta
situación, se levantó de su escritorio y salió al palier. Parado a la puerta
del departamento de su vecino, tocó timbre para terminar con este parloteo
infernal que lo incomodaba tanto, una vez, dos, tres…nadie respondía a su llamado,
intrigado empujó la puerta y esta se abrió, se encontró en un living frente al
tan maldito televisor. Sentada en un sofá una mujer absorta veía la novela, ni
se percato de su entrada como antes no había escuchado los timbres que él
tocara, dispuesto a decirle todo aquello que su bronca le impulsara a llegar
hasta allí, se le acercó, pero al momento de hacerlo maquinalmente le prestó
atención a la telenovela. Sintió que algo lo atrapaba y empujado por esa
sensación de no poder dejar de mirar, se sentó al lado de la mujer, se olvidó
de su cuento y de la puerta abierta, ambos ni ella ni él, le prestaron atención
al otro que a su lado estaba.
lunes, 28 de enero de 2013
miércoles, 23 de enero de 2013
PENSAMIENTOS DE MAR
En la soledad del mar, sobre las
velas del parao se refugia el leve viento que viene de las costas de borneo.
Solo el silencio nos cuenta aventuras extrañas de distintos combates que estas
aguas presenciaron, terribles abordajes, galeones saqueados, tesoros que
acompañaron nuestras vidas y riquezas que yacen eternas en el lecho profundo y
barroso del mar malayo. Es este el camino recorrido por nosotros piratas,
gentiles hombres de negocio y es también el rumbo que toman y tomarán los
galeones de todos los conquistadores que arrasan territorios para llevar
riquezas, ellos vienen, en las tempestuosas noches o en los calmos días, con
sus bodegas llenas de lingotes de ricos metales, abundantes licores y gente que
ama la vida como nosotros -igual de necesaria para ambos- a la luz de las
estrellas o frente al día solar que nos calcina. Allí estamos todos, ellos vienen
nosotros esperamos, ellos robaron nosotros vamos a robar. Arriba de este mar y
bajo el cielo azul y rojo nos encontraremos, ¡Feroces! ¡Terribles! Sin pedir ni
dar perdón, en nombre de que lo tuyo es mío y que solo el vencer nos habilita
para ser justos y que solo al vencernos podrán ser grandes. Exterminadores de
las costas y de los mares, del tiempo y del destino de los hombres, es así y no
de otra forma que nos estamos haciendo mundo, nación, estado. Existo y por lo
tanto pienso, me salpica el agua del mar mientras el parao la abre en dos
chorros de espuma veloz hacia el futuro, seguro pero frágil ante el eterno mar
que nos conmueve, mi mano sobre el timón siente el latido de la bestia de metal
y madera insensible y mi mano sobre mi me informa que soy bestia y lo que es
peor no insensible. Es el oficio dicen los malayos -los malayos piratas- es el
arte de matar o de morir en las costas de borneo, en el mar de malasia, o donde
se encuentren un galeón y un parao. Es el arte de entender porque seguimos
manteniendo igual de firme la barra del timón, surcando el mar, oteando el
horizonte y esperar seguir viviendo esta vida, siempre viendo al otro como
enemigo y deseando abordar su galeón para matarle…Pensamientos de mar en una
noche sin estrellas y con una tenue luz de conciencia en el horizonte, a bordo
todos duermen y delante de mí por mucho tiempo, solo hay silencio.
lunes, 21 de enero de 2013
LAS PALABRAS NO NOS PERTENECEN, ESTAN
Mis palabras y tus palabras son universales, repetidas
siempre entre un hombre y mujer café por medio, por lo tanto a veces pienso que
nada de lo dicho es tuyo o mío, sino que está en el tiempo entre nosotros, como
el ritmo musical en el instrumento quieto, que solo espera ser tomado, apretado
y conducido por la mano experta, para convertir en música la longitud exacta de
sus cuerdas, de esa longitud te hablo, de la distancia del alma a las palabras,
de ese espacio, entre el misterio y el mundo exterior, de esa posibilidad de
asimilar los textos, dejados por todos los que hablaron y repetir los nuestros,
lo dicho tantas veces por otros que antes que nosotros los expresaron. Tengo el
don de pensar ¿Pero yo pienso? ¿O selecciono del afuera lo que busco? Me hablas
te hablo, nuestras palabras van y vienen ¿Nacerán o morirán entre nosotros? ¿O
forman parte de este ambiente donde estamos? Y tal como los buscadores del
perlas al arrojarse al fondo del mar, solo así de la misma manera,
seleccionamos de aquellas, la que nuestro espíritu busca y necesita para darle
forma al dialogo ¿Tuviste alguna vez un lápiz en tu mano? ¿Volaste sobre el papel
con él? ¿No fueron acaso apareciendo solas las palabras? Mientras su afilada
punta recorría cada renglón, decí la verdad, si escribiste como alguna vez quizás
lo hayas hecho un relato, en un café cualquiera sentado a la mesa cercana a la
vidriera, no sentías que el lápiz dibujaba sobre la línea negra del renglón
impreso, palabra tras palabra, ajenas a tu voluntad a tu destino, a tu
condición humana de poseerlas, solas ahí, sin darte cuenta, sin quererlo
siquiera, iban apareciendo, formando el texto que ni vos mismo sabias adonde
llegaría la trama del final, pero la punta del lápiz sin parar proseguía,
seguía imperturbable al presagio dicho en el lugar en el preciso instante en
que se daba paso a un montón de palabras sueltas, que entraban y salían de la
punta exacta de tu lápiz, tan afilada, tan precisa, que cual pararrayos en el
trueno, atraía sobre si, el texto universal que desato la tormenta de las
palabras perdidas en el aire y en el tiempo, que se encontraban abiertas al sentimiento
del escriba que en el bar mismo, sumergido en un lienzo, de un infinito
discurso de pasado y presente, solo escribía. Eso es lo que hablas eso lo que
digo, no son tus sentimientos no son los míos, es el abecedario completo,
archivado en dados de caras muy prolijas que sin pensar tan solo se encuentra
prisionero, de un pasado que paso y lo cobija.
lunes, 14 de enero de 2013
UN DRUIDA UNA NINFA Y LA MAGIA
Esa
tarde perdido y asustado en los bosques de Britania tuve miedo y como Druida
que era, decidí buscar refugio bajo el amparo de la sombra tutelar de un viejo
roble. El viento que pasaba por sus hojas atravesaba mi cuerpo y la luz del sol
que este detenía, no iluminaba como candela en la noche los presagios oscuros
de mi mente. Así estaba, cuando de pronto una Ninfa escapada de las aguas de un
cercano lago, tal vez a mi encomendada por el viejo Odín oculto en el submundo
de las cosas, se acerco y me dijo.
--Han
decidido los Hados, esos seres que gobiernan del bosque sus secretos hacerte
mago y me eligieron a mí, para que te entregue los poderes sobrenaturales que
por ellos te fueron dados.
--Como
has de entregarme los poderes sobrenaturales? Si en la corta vida que nos da el
destino, apenas entendemos quiénes somos y ni siquiera sabemos de dónde
venimos.
--No
rechaces los dones de la raza sin nombre ya que de ellos recibirás, lo
necesario para dominar y transformar aquello de lo cual estas hecho y más aun,
interferir en la causa de las cosas y estar fuera del tiempo y del espacio,
transitando el uno y el otro a tu debido antojo.
--Y
quien me pregunto a mi si quiero ser mago? O si por el contrario es mi deseo
seguir siendo un Druida mas, perdido en los bosques interminables de esta mi
Britania recorriéndolos, siendo la protección del roble toda mi fortuna.
--Que
harás cuando del norte venga el invasor y declare tu muerte y siembre de fuego
los bosques que tanto amas?
--Que
puedo hacer si nada hace mi rey? Si solo gasta su energía en luchas intestinas
con otros clanes. No será un Druida perdido y solitario quien salve a esta
tierra de sus males.
--Pero
serás un mago.
--Pero
seré un mago….dentro del mundo sobrenatural en que vivimos, quizás tengas razón
y sea la magia lo único que detenga al enemigo.
--Entonces?
--Acepto
ser mago pero con una condición, el poder de mi magia será fruto de la rama
dorada que crece del roble allí, en el lugar del bosque mas oculto a todas las
miradas.
--Aceptado
será por los Hados tu pedido, ahora solo duerme y cuando despiertes, en este
bosque y sobre esta tierra serás mago ya que el Gran Odín lo ha presagiado. A
partir del instante en que te conviertas en interprete del destino, dejaras de
ser hombre para tomar tu nueva condición y nuevo nombre, te llamaras Merlín y
no cabe duda, serás el mago que iluminara de Britania la época más oscura.
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