jueves, 3 de enero de 2013

FIGURA DE MUJER



Maguid me tira un cambio, un nuevo secreto tal vez de un antiguo texto, perdido en el pasado. Juancho mi lector, me lee apresurado, trata de interpretarme. Son las cinco de la tarde, la hora del café, sentado en Átame Gabriela tratando de no pelearme con el áspero cortado que me han servido, me encuentro ubicado  en la ventana que hace ochava con el Parque Virrey Loreto,  observo las bellas barrancas llenas de vegetación que hay en la plaza, la cantidad de perros que en ella se encuentran, la gente que la atraviesa y los colectivos que transitan a su alrededor, todo mezclado de mil maneras diferentes. En el interior del boliche el mostrador dando toda la vuelta, cierra el lugar donde se despacha y forma la barra, donde la gente habitué se reúne para contarse cosas  y cambiar confianza con los dueños, al fondo, los espejos, determinan el fin del local y unen al mostrador con la larga vidriera que da sobre la calle  Pampa, mesas que pueblan el ambiente, donde se sientan parejas y solos, antiguos y modernos con sus Notebook, seres humanos que sufren el pasado y velan el futuro. Están los que hacen nada, quienes esperan, aquellos que huyen de un lugar buscando  lo mismo en otro, los que rara vez se piensan amados y están los otros, los cancheros y felices aparentes que siempre ríen y pareciera, viven dentro de un spot televisivo. Es un café, cofre de juguetes varios, donde apilados por Laquesis, sufridos en silencio, dichosos mientras gritan, divagan seres que ven pasar el tiempo. Bostezo, clavo la mirada en el cielorraso, la bajo lentamente giro y quedo sumergido, en la pantalla de la Notebook de una mesa vecina, brillante, me muestra la figura de una mujer desnuda, sus ojos infinitos, las manos cruzadas sobre el pecho, su delgado cuerpo, su oscuro y largo cabello acariciando una piel blanca. De pronto me da miedo esa forma virtual, esa nada, que podría desaparecer con un simple clic de maus, ya que tiene la virtud más que la virtud, la extraña sugerencia de que absorbida por mi mente, pierde su condición de imagen virtual  y se convierte en una realidad, hecha carne en mi pensamiento. Que es lo que me atrae? De esa figura plana y ausente enmarcada en la pantalla fría, pienso, callo, observo. Maguid me dice: mira sus ojos. Si, no cabe duda, esos ojos ausentes, sin mirada, parecen eternos en su silencio, atraviesan mi vida hurgando mis palabras para desenterrar de ellas el pasado. Juancho, mi lector apresurado, me dice que es una chica nada más. Yo la imagino como Clotos, hilando el hilo de mi vida, diciéndome ya llegaste, ya falta poco, no he arrollado todo todavía pero has usado mucho, cuida de ti el tiempo que te queda. Quisiera levantarme, ir hacia la Notebook y clavar mis labios en los de la imagen, para aspirar aquello que no existe. ¿Será Cronos nomás? Las formas literarias que fueron construyendo mi destino? Estaremos los humanos, formados por imágenes y palabras y hoy, el resplandor de ese destello, despierta fantasmas ignorados? !No viejo estas equivocado! Me dice Juancho, mí texto es diferente, yo soluciono esto con una relación sexual verdadera, por ahí va el relato. Es verdad, a veces me equivoco pierdo la orientación de lo que escribo -le contesto- sale así, sin rumbo cierto, mientras Maguid me lo dicta y Juancho lo lee, apresurado. Conseguir la clave de Ariadna debería, para continuar en este laberinto, en donde las palabras, son las sombras de las cosas, las imágenes, nuestro propio espejo que nos mira. Pero no puedo apartarla, el relato se pierde entre sus dones, como una Isis altiva en su poder y falta de amor en sus deseos, que buscara decirnos nuevamente."Soy todo lo que existe, lo que es ahora y lo que será, ningún mortal, a descorrido jamás, mi velo" Eso es, a lo que me hallo sometido, sufro, por no entender cuál es el velo de la imagen de mujer de la Notebook, de sus fríos ojos, de su quieta ausencia de los hechos, tal vez, de no tener la inmanencia de ella y pertenecer, a lo eterno e inmutable. ¿Que estoy contando?  Espera dice Maguid, de lo virtual salta a lo real, busca el bullicio del lugar, el sol, la risa, quizás esto te oriente.
Puede ser si fuera cierto, que muchos relatos ordenados están en el archivo de la mente, pero no siempre es así, hoy se da lo contrario, hay una sola imagen univoca en el texto, es la mujer desnuda, es su contacto visual y virtual al mismo tiempo, hablar de ella sin nombrarla, penar, porque no existe, saber que la miro en la Notebook de otra mesa. Juancho lector dijo.

--Estoy en desacuerdo, según yo, me alejaría en procura de aventuras más reales, amores juveniles, hay en este café chicas solas, con Notebook que no usan, deberíamos marcar inicio y buscar sus tristezas, sus faltas, el porqué de sus vidas, un nuevo sendero impondríamos al texto, necesitamos un argumento más real, soy joven quiero joda.

Ante estas divergencias, volvió Maguid, divino poder que revela lo que se debe hacer, en cada caso.

--¿Porque no te decides?
--Lo que vos digas será Maguid.
--Cambia el rumbo del relato, los distintos velos de mis textos, me dicen que en la mesa de la Notebook y solo en ella, está el lugar de cambio por donde encontraras la salida a este entuerto.

Mire a Maguid, invocando al pasado, cuando el presente me resulta esquivo y fui tras su consejo, en realidad el es yo en la escritura. Camine los pocos pasos que nos separaban de la mesa, donde la imagen de la mujer desnuda lucia titilante en la pantalla,  mientras me acercaba, interrogaba mi interior en procura de encontrar algo lógico, a lo ilógico de la situación, quien estaba sentado a la mesa, leía un diario con atención, tratábase de un joven alto y varonil.

--Perdón, quisiera hablarte.-fue lo primero que se me ocurrió decirle- Levanto su frente sorprendido.
--¿Que queres?
--Escúchame por favor, solo necesito hablarte de algo que me intriga, una explicación para la mujer desnuda que tenes en la pantalla de tu Notebook, me ha impresionado desde que llegue al café, no puedo darme cuenta cual es su embrujo, pero lo cierto que a partir del momento que pose mi mirada en ella, no puedo apartarla de mis pensamientos Que es lo que me pasa? Solo vos me lo podes explicar,  necesito entenderlo.
-- ¡Ese es tu interés!  ¿Si te digo no te importa?  ¿Armo un escándalo?  ¿Llamo a la moza?  ¡No te conozco!
--Un momento, seguro que no me conoces, pero ambos tenemos algo en común, la mujer desnuda, yo recién me he apasionado por ese misterio, como creo que vos lo estas mucho antes que yo, por eso quiero  la revelación del mismo, saber porque  la imagen de esa mujer se apodero de mí y me intriga tanto.
--Por lo que veo te interesa demasiado,  ¿Cuál es tu nombre?
--Autor.
--Está bien autor sentate a la mesa, quizás por la pasión que yo también poseo, te entienda y acceda a develar el misterio de la imagen de mujer que ves en la pantalla de mi Notebbok, me llamo Luis.

Retire la silla frente a él y me senté, atento a todo lo que Luis dijera.

--Hace tiempo más del que hubiera creído, soy pareja de la imagen, nos amamos, con un profundo y loco amor, que nunca hubiera soñado tener por nadie, pero la imagen es perfecta, salvo en un detalle, que es necesario saber, para aceptar el loco amor que me atraviesa quizás porque no, sin que nunca llegues a comprenderlo.
--Precisamente Luis me acerque a vos, para descubrir lo desconocido de la imagen, de eso se trata, quiero conocer todas las causas y entender todos los hechos.
No sé si el conocimiento te servirá de algo pero allá vos, para que sea más fácil entender la atracción que la imagen nos produce ahí va el detalle, el punto neural del asunto, la figura de la Notebook  responde al nombre de Olga, es un travesti de los bosques de Palermo, para verla y sentirla como hubiese querido sea, mediante photoshop le saque los genitales,   ¡Conforme!
--Si, gracias.

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