Andrés
quería explicarse lo que paso, pero no podía entender el porqué de todo
aquello, su relación con Beatriz, había sido muy buena hasta el momento, en que
le dijo que la amaba, pero que no estaba dispuesto a tener una vida en pareja
con ella todavía, dado que eso seria, ceder su libertad y no se encontraba en
condiciones, de asumir responsabilidades que a su criterio, irían en perjuicio
de aquella. Beatriz no dijo nada, lo miro y se puso a caminar nuevamente por el
lago, rumbo a la parada del colectivo, que la llevaría a su casa.
--¿Te
acompaño?
--No
prefiero ir sola, después hablamos.
Desde
entonces ese después, se convirtió en un tiempo que el ya no manejaba, solo le
restaba esperar un llamado, un mail, que ella debía enviar, pero que no llegaba
nunca. Así pensaba hoy, caminando solo
por el mismo lago, donde tiempo atrás se habían separado. Es la peor de las
ausencias -se dijo- la ausencia, del que sin manifestar que se va se lo espera
sin que vuelva, evidentemente, estuvo mal en ser sincero, quizás debió mentir,
decir más adelante estoy dispuesto, pero tenemos que planear como, sería
conveniente esperar hasta afianzarnos más económicamente ¡Pero no! Fue un estúpido
y se lo demostraba la actitud de Beatriz para con él, que no contestaba sus
llamadas, no respondía sus mail, tampoco pudo cruzarse con ella, en ningún
lado, hasta recurrió a amigas comunes, pero nada, debía aceptar con dolor, que
todo se acabo ¡ Cuanto cuesta entender, lo que no queremos saber que haya
sucedido! Lastimado, herido por la
ausencia, en soledad consigo mismo, se sentó en un banco del paseo y decidió
dar vuelta la página, no podemos poner en la balanza pensó, las malas y buenas
cosas del ayer, que vivimos con un amor pasado, suponernos victimas, cuando
ambos fuimos culpables, si ella me dejo, yo construí el momento para eso. Se
encontraba en un estado, entre filosófico y nostálgico cuando vio, que una de
las tantas personas que caminaba por el lugar, era Marta, amiga de Beatriz,
venia sola aparentemente, con el único motivo de gozar el hermoso día de sol,
dudo un momento, pero decidió abordarla, no podía dejar pasar así porque si,
una oportunidad mas, de ver que estaba pasando con Beatriz. Se levanto y camino
un trecho, hasta acercarse a ella
--Hola
Marta ¿Como te va?
--Que
tal Andrés !Que sorpresa¡ Vos por acá?
--Salí
a caminar un poco, ¿Puedo acompañarte? ¿Tenes algún inconveniente?
--No
para nada, mejor que nos encontramos, así no camino sola, ¿Que es de tu vida?
--De
mi vida, complicada, inmerso en la duda podría decirte, que aunque no pueda
creerlo, no consigo sacarme a Beatriz de la cabeza.
--Entonces
esperas que a tu cabeza, yo te la acomode un poco, para que tu duda deje de
serlo y se convierta en algo con certeza?
--Mira
no sé, solo me interesa comprender que piensa ella de lo que paso entre nosotros,
quizás mejor, debería preguntarme, ¿Si paso realmente algo?
--Creo
que paso mucho entre ustedes, le critico a Beatriz, que se halla enculado y no
te hable más y se crea con la razón absoluta, pero así son las cosas.
--¿Que
cosas?
--Las
cuestiones del amor, las consecuencias del capricho, el orgullo de no poder
hablar con el otro, porque consideramos que pisoteo nuestra ilusión, no le
damos posibilidad de llegar a un acuerdo, en una discusión mano a mano, de lo
que fuimos y podemos ser como pareja.
--Tenes
razón es cierto, ahora te pregunto,
¿Puedo yo ser el artífice de esa discusión? Tan lógica que vos planteas,
sinceramente, tengo mucha necesidad de hablar y sobre todo, sentarme con
Beatriz para conversar sobre nosotros, es más, te lo voy a decir, darnos una
nueva oportunidad, pero lo cierto, es que no sé cómo hacerlo y ella tampoco, muestra
ganas de volver a tener un mínimo dialogo conmigo, para ver de como arreglamos
lo nuestro, de forma tal que podamos seguir estando juntos.
--¿Vos
la llamaste, después del lío que armaste?
Diciendo que la querías, pero no estabas dispuesto a formar pareja con
ella.
--Algunas
veces, después no le hable más, pensando que la había lastimado y no me correspondía,
romper el silencio que por mi culpa, ella se había impuesto
--¡Pavadas! Se calentó por lo que dijiste, tu
imagen de compañero se le vino al suelo, siempre le demostraste cariño,
comprensión, se que estuviste al lado de ella en todo momento que te necesito,
entonces, a que viene todo esto ¿Cuanto
hace que estaban saliendo?
--Cuatro
años.
--¿Te
parece poco?, Para tirar por la ventana, un papel arrugado que fue fruto de la
escritura de sus sueños, no Andrés, debes tratar de luchar para salvar tu
pareja si verdaderamente la queres. Me parece, que el principal error de
ustedes es la incomunicación, a la que ambos se han sometido, tienen que volver
a sentarse y arreglar su situación, eso es lo que pienso, es más, si me pedís
un consejo te diría llámala, creo que aceptaría hablar.
--Supones
Marta, que estaría dispuesta a escucharme, darme la oportunidad de volver a vernos,
decirle que la libertad, es estar junto al ser amado?
--No
solo lo creo, estaría por afirmar que en el fondo, ella también aunque orgullosa,
está esperando ese llamado, debes hacerlo Andrés, será bueno para los dos.
--Pensándolo
bien la falta de dialogo, es lo que me ha metido en este berenjenal, estás en
lo cierto, la voy a llamar, para tratar de salvar nuestra pareja, porque como
te explique, no puedo sacármela de la cabeza, me doy cuenta que quiero estar
con ella.
--Entonces
para que esperar más, comunícate uno de estos días, estoy segura que todo se va
a arreglar
--Gracias
Marta, es lo que voy a hacer, que macana, no me di cuenta que se está haciendo noche,
estuvimos conversando mucho, ¿Queres que te acompañe a tu casa?
--Vamos
no hay problema.
Se
alejaron a la búsqueda del colectivo, un tiempo después, Andrés despedía a
Marta en la puerta de su casa, más feliz que nunca se encamino a la suya. Marta
subió a su departamento, saludó a su madre y se encerró en su dormitorio, saco
el celular.
--Hola
Beatriz,
--Si
Marta ¿Como fue?
--Todo
bien, tal cual lo pensamos, en uno de estos días te llama.
--Así
espero, que suerte, chau.
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