Malcolm Smith salió
a la calle esa mañana fría de invierno, tomo un atajo del distrito de South
London, en el barrio de Brixton, y
termino en la cervecería Baywaster, allí pidió un desayuno con panceta, huevo,
tomate y pan frito, mientras hacia tiempo esperando al hombre, con el cual
deseaba hablar, sabia de antemano que era un asesino, un personaje sin escrúpulos,
que hacía cualquier trabajo sucio, por sexo y dinero, las dos cosas juntas y no
separadas, en ese arrabal de Londres, donde Malcolm se encontraba, no era
difícil hallar tipos así, lo dificultoso en esos casos, solía ser, que una vez
encargado el trabajo, no lo traicionen, no lo dejen a uno pegado en el asunto,
para eso Malcolm, pasaba por ser un experto, sabía manejar la lacra social sin
ningún problema, porque el venía de allí, de ese mundo, donde todas las
miserias humanas se albergaban, para dar paso a las atrocidades mas grandes,
como a los renunciamientos más extraños, todo aquello, que encontraría en el
carácter de la persona que esperaba, había sido también, parte de su vida, la
casualidad, solo esa diva incoherente de
la fortuna, hizo que su historia cambiara, que dejara de ser un merodeador de
los bajos fondos londinenses, para convertirse en un caballero respetable,
¿Cómo había sido ese cambio? ¿Esa transformación social? A que contarlo, a
nadie le importa, solo a él y Malcolm, es muy celoso de que alguien sepa, cosas
de su vida, pero lo cierto, es que hoy de nuevo y quizás, por única vez, se
sentía uno mas de esos hampones, sin corazón, que mataban como dijimos, por
sexo o por plata, o por ambas cosas a la vez, lo que le interesaba a Malcolm,
más que nada, era la persona que esperaba en esa cervecería, llena de humo y
suciedad, con sus mesas y sillas, marcadas por miles de peleas, producto de la
borrachera y el descontrol de la droga, aguardaba la presencia de John Durber,
un polaco británico, que apareció en los puertos de Londres y se quedó allí,
anclado para siempre, necesitaba hablar con John, porque estaba harto de su
esposa, de no poder administrar todos sus bienes, como deseaba, entonces, la
única ocurrencia para alguien, que no podía esperar, para quien habituado a la
pobreza extrema, un día llegó a gozar del dinero fácil, era la muerte, la
pobreza se puede tolerar, el no tener nada, equivocadamente nos puede hacer
creer, que no somos nada, quedarnos quieto, en el misero lugar que nacimos,
pero aquel que salió de la pobreza, conoció el dinero, gozo del poder que este
da, ya no puede volverse atrás, solo quiere más y más, va por todo y no le
importa como, ese resultaba ser el caso de nuestro Malcolm, desayunando en la
cervecería, mientras aguardaba a John. No estaba conforme, con la cuota mensual
elevada por cierto, que su señora le asignaba, no podía soportar que otros,
tomen decisiones en la Compañía, sin consultarlo, se creía capaz, se creía
dueño de las acciones de los hombres, porque habiendo venido de muy abajo, hoy,
-estaba seguro que así sería siempre- se encontraba muy arriba, pero no en la
cúspide, como hubiera querido, la cúspide para él, tenía nombre y cargo, el
mando total de la Compañía, el manejo absoluto, en el control de ese monstruo,
que era sin lugar a dudas, tan importante, como el mismísimo Banco de Londres,
para crear moneda, cientos de miles de libras esterlinas, pasaban por sus
fauces, la única forma de conseguir ser él, capitán de ese barco, sería matando
a su mujer, única heredera, de ese maravilloso emporio comercial, para eso,
precisaba a John, experto en esas cosas, viejo conocido de andanzas pasadas,
que hoy le vendría muy bien, para sus planes, ya que conocía su carácter y
siendo así, le sería fácil manejarlo, para el propósito que el buscaba, ¡Pero
cuanto tardaba John! Se habrá emborrachado de nuevo, estaría tirado en
cualquier hueco, de una calle brumosa de Londres, miró por la ventana, la mugre
de los vidrios y la bruma, le impidió ver con claridad, quien si y quien no,
transitaba por el lugar, conocía al barrio, aunque se había ido de el hacia bastante
tiempo, todavía, muchas caras le eran familiares, por supuesto entre ellas, la
de John, que entraba en ese momento, aparentemente sobrio se dirigía a su
encuentro.
--¿Qué tal Malcolm,
como estas? ¡Tanto tiempo!
--Si John, tanto tiempo, como vos decís, pero
se me ocurre por lo que veo, que el tiempo no hizo mella en vos, estas como siempre,
como aquellos días, que vagábamos por el barrio, sin rumbo y en busca de
fortuna.
--Así es Malcolm, por el contrario, al que veo
muy cambiado es a vos, sos un perfecto gentleman, si no hubieras tratado de
cambiar tu aspecto, en función de la forma que vestís, más algo de suciedad,
que agregaste a tu rostro, te diría que no sos de este lugar, que no perteneces
aquí, seguro te estaría asaltando, en
cualquier esquina Malcolm, con seguridad te habría matado, de la forma
silenciosa, que mata el puñal, bien empleado en medio de la bruma, para que
nadie se de cuenta de nada.
--Es así John cambie, cambié mucho, debí
adaptarme a las nuevas circunstancias, nuevos ambientes, otro tipo de gente,
fina y educada, me hizo modificar mis hábitos, hoy no me conocerías, si me ves
actuar, pero John, solo he dejado de ser lo que era, en mi forma externa, en el
fondo de mi alma, en lo oscuro de mi corazón, sigo igual que siempre, no tengo
piedad ni amor, solo ambición, coraje para llegar donde quiero, yo también al
igual que vos, te puedo clavar un puñal, sin importarme nada, solo tratando que
me beneficie, en lo que quiero hacer, ¿Entendes John? Somos dos ratas, de este
barrio infectado, de Londres, salvo, que por imperio de la casualidad, yo me
convertí en una rata blanca, si queres de laboratorio, vos seguís manteniendo
el color gris acero, de las que pueblan estos lugares, pobres y miserables, es
la fortuna, solo la fortuna me eligió, para actuar de otra manera, pero no me
pudo cambiar, soy el que siempre fui, por eso John, te voy a encomendar un trabajo,
si lo haces bien, tendrás dinero y algunas putas, visitaran tu cama , si no lo
llevas a buen termino, pagarás con tu vida, un puñal no el mío, terminará con
vos, entre la bruma como te gusta decir.
--Siempre fuiste muy conversador Malcolm, eso
a mi me saca de quicio, empeza a explicarme de una vez, cual es el trabajo,
todo lo demás no me interesa, ¡Ahora si! Quiero un grado de libertad, para mi,
el de aceptarlo o no, si estas dispuesto a correr este riesgo, habla, sino me
levanto y me voy, quiero decidir yo sobre mi vida, si es que vale morir
apuñalado, por lo que me pidas hacer, yo al final cuando te escuche, cuando valore
lo que me propones, te diré si o no, si no hay arreglo, tan desconocidos como
siempre, yo seré una tumba y vos no serás mi sepulturero, si estas conforme con
lo que digo, habla, sino me voy, tu decides Malcolm.
--Esta bien John, es un negocio, debo aceptar
tus condiciones, por otro lado confío en tu reserva, se que el polaco mi viejo
amigo, no hablará con nadie, de todo lo que le proponga, hablando de proponer,
esto es lo que quiero que hagas: yendo al grano, por razones que no quiero
explicar, necesito matar a mi esposa, ella es presidenta, de una muy reconocida,
compañía industrial, su vida transcurre dentro de los ambientes, más granados
de Londres, para que tengas acceso a ella, te propuse como su nuevo chofer, ya
que el que tiene ahora, esta a punto de jubilarse, acepto sin decir una palabra,
porque me quiere y tiene confianza en mi, por lo tanto, se me ocurre -no se lo
que pensarás vos- que la forma de matarla, debe estar relacionada, con un
accidente automovilístico, o algo parecido, el hecho debe producirse después de
un tiempo, que estés trabajando en tu puesto, levantaría lógicas sospechas, que
mi señora muera al tercer día, de haber cambiado de chofer, ¿Que tenes que
objetar a esto John?
--Primero si tomo el asunto, sobre el terreno
veremos que pasa, y seré yo quien determine, lugar y momento para matarla,
segundo ¿Con cuanto voy en este asunto? ¿Cuál es mi paga Malcolm, mi seguridad
de que quede impune, después del crimen?
--¿Cuanto es lo que vale en libras este asunto?
dejo que al precio lo pongas vos, en cuanto a la impunidad, que me pedís, el
único que puede ofrecerte impunidad, sos vos mismo John, cuanto mejor hagas tu
trabajo, más impune serás, no estoy hablando con un novato John, si en el lugar
del hecho, dejas marcadas tus huellas digitales, estas perdido, pero si por el
contrario, tienes habilidad de crear confusión, desorientación, si todo se
parece, a la realidad de un accidente inevitable, nadie te hará nada John,
quedarás libre de culpa y cargo, como un colegial, si sobre el hecho aparece una
pequeña duda, discutible en ámbitos judiciales, tendrás los mejores abogados de
Londres, otra cosa no puedo hacer por vos, este es un trabajo duro John ¿Cuánto
vale para vos?
--Cien mil libras Malcolm, ni una más ni una
menos.
--John, si tengo que poner abogados, me saldrá
mucho más, hagamos una cosa que creo es racional, mi precio es de ochenta mil,
si todo sale bien y sin problemas, cerramos en noventa mil, partimos la
diferencia y listo, ¿De acuerdo John?
--Acepto, estoy convencido que todo saldrá
limpio y bien, las noventa mil serán mías.
--Bueno ¿Con las mujeres y el sexo que hacemos
John?
--Nada, eso no corre en este asunto, solo me
interesa el dinero ¿Sellamos el acuerdo con un pacto de sangre Malcolm? es lo
mejor en estos casos.
Acercaron sus pulgares sobre la mesa, John
extrayendo su filoso puñal, hizo pequeños cortes a ambos, así mezclaron su
sangre y su destino, estos dos caballeros de la muerte.
--Malcolm.
--Si John.
--Al presentarme ante tu señora, para ser su
chofer, necesito ropa adecuada y no la tengo, necesito cortar mi pelo,
afeitarme, estar tan presentable, como el mejor chofer de Londres, eso cuesta
dinero Malcolm, mercancía esta, que siempre se encuentra escasa para mí.
--No te preocupes, hoy es viernes, el lunes,
preséntate a las ocho de la mañana en casa, aquí tenes la dirección, además te
dejo cinco mil libras, para que hagas de vos, un perfecto chofer ingles y hasta
el más perspicaz, crea que lo sos.
--De acuerdo esto es lo que necesito, el lunes
a las ocho, me tendrás ocupando mi puesto.
--Con esto John, pienso que todo esta claro
entre nosotros, no hay mas nada que decir, a medida que pasen los días, si
ocurren problemas, veremos como solucionarlos, te dejo, espera un rato largo
para irte vos, no me interesa que nos vean, a un mismo tiempo, por la calle ¿De
acuerdo?
--Todo bien Malcolm, me tomo una cerveza y
hago tiempo, a partir del lunes, volveremos a estar juntos como antes.
Comencemos a retirarnos, como hacen ellos, de
la cervecería, de la bruma y del barrio marginal que nos rodea, para encontrarnos
de pronto en La City, impresionante centro de negocios londinenses, en la parte
más antigua de la ciudad, donde convergen, las oficinas y los principales
directorios, del mundo financiero e industrial Ingles, en uno de esos
imponentes edificios, que desafían al cielo con su altura, en el piso treinta y
cinco, sobre la avenida Wigmore ciento treinta y dos, se encuentran las
oficinas de Embamkment S.A., la Compañía que lidera Katie, esposa de nuestro
conocido y bien ponderado Malcolm, en ese despacho, abrumador en su decoración
clásica, además de Katie, hablando con ella precisamente, esta también Maggie,
prestigiosa abogada, del fuero penal Ingles, funcionaria de alto rango de
Scontlard Yard, ambas, son amigas de la infancia, recorrieron todo el camino
educativo, obligado a una chica de la alta sociedad inglesa, son amigas
entrañables desde siempre y confidentes, de todos sus problemas.
--Que suerte que llegaste Maggie, te estaba
esperando con cierta ansiedad, primero, porque hace un tiempo, que no nos vemos,
debido a nuestras diferentes ocupaciones, segundo, porque estoy preocupada, muy
preocupada por Malcolm, últimamente, mi olfato femenino, me alerta que está
tramando algo, y el personaje principal de esa trama, soy yo, creo que busca
deshacerse de mi, Maggie
--¿Cómo decis eso Katie? Siempre se llevaron
perfecto, el actúa como un caballero, esta dispuesto en todo para ayudarte.
--Si Maggie, pero esto que esta pasando, lo
vengo notando hace muy poco tiempo, hay una actitud diferente en el, me pregunta
cosas de la Compañía, está interesado en su gestión, se preocupa por controlar
los balances, las acciones en la bolsa, inversiones, es como si intentara
desplazarme, como si de pronto, se diera cuenta, que puede ser dueño de todo,
sin compartir nada, para ser dueño de todo y no compartir nada, solo hay un
obstáculo, yo, por primera vez en mi vida, le tengo desconfianza, por primera
vez en mi vida, cuando me besa y acaricia por las noches, siento sus besos
falsos y sus caricias, parte de un trabajo, que viene haciendo hace mucho, para
estar donde está, en mi lecho como esposo, en mi Compañía, como marido
hereditable, tengo desconfianza, más que miedo, desconfianza, porque todavía
quiero amarlo, si tuviera miedo, ya no lo querría más y me separaría de él,
agregado, a todas estas dudas que te planteo, en los últimos días lo vi,
sumamente interesado, en cambiarme el chofer, que está conmigo hace años, por
otra persona de su conocimiento, está bien que Charlie, el chofer actual, este
mes se retira, pues se acoge a la jubilación, pero a que tanto apuro por
contratar uno nuevo, momentáneamente, como muchas veces lo he hecho, puedo
manejar mi auto perfectamente, e ir a donde se me ocurra sola, tanto es su
apuro, que este lunes ya entra a mi servicio, el nuevo chofer, le dije que si,
para no despertarle sospechas, de mi desconfianza, pero en realidad, no estoy
tranquila, debo exponer mi vida y mi seguridad, a una persona que no conozco,
elegida por mi marido, del cual desconfío cada ves más,¿Tenes un panorama claro,
de todo lo que te digo, es más, que me aconsejas hacer, Maggie, en tu condición
de abogada penalista, alta funcionaria de Scontlard Yard? Por eso estas aquí,
al lado mío Maggie, necesito no que aclares mis dudas, sino que me des los
consejos necesarios, para protegerme de ellas.
--Lo que me estas planteando, tiene un viso de
realidad Katie, más, conociendo el pasado de él, cuando decidiste casarte,
porque lo amabas y no se puede luchar, contra el amor, recuerda que en esa
oportunidad, yo te traje todo el archivo de Scontlard Yard, sobre su vida
anterior a conocerte, vida que era común, a la de tantos personajes marginales,
que viven en los suburbios de Londres, lo que paso, que de pronto tu esposo,
dejo esa vida, como consecuencia de una estafa, que jamás pudo ser probada,
ascendió de escala social, te enamoro, consiguió que lo quieras, como a nadie
antes, se caso con vos y está a tu lado, mantenido por vos Katie, mi gran
amiga, seamos sinceras, dentro de tus pagos, en esa cantidad de cheques que
envías, firmados, para tantos
proveedores, hay uno, quizás el más importante para vos, que va destinado, a
mantener tu inversión sentimental, le pagas al hombre, que amas como a nadie en
la vida, una mensualidad, que le permite vivir a tu lado, sin problema alguno,
gozando de una posición social, envidiada por muchos aquí en Londres, esa es tu
pareja Katie, la pareja que vos creaste, un pequeño monstruo, que ahora de
pronto, despierta y saca cuentas, lee balances, se fija en las cotizaciones de
la bolsa, piensa en razón de su avaricia, que vos le das diez, pero que si todo
pasaría a ser de el solo, ganaría mil, de ahí a querer eliminarte, hay un solo
paso, la oportunidad que tenga para hacerlo, por consiguiente, decide
introducir en tu entorno, un chofer amigo suyo, seguro un tipo del bajo fondo,
uno de su misma calaña, quien en definitiva, será el encargado de sacarte del
medio.
--Estas muy cruel conmigo, esta mañana Maggie,
estas rompiendo mi corazón, estas destrozando al hombre que amo, a la vez me
haces ver, que el dejó de quererme y piensa, con perfecta lógica comercial,
deshacerse de mi, te pregunto y me pregunto, ¿El amor, donde está? Todas sus
palabras, sus besos, sus caricias, fueron papel moneda, que hoy se desintegra
en mis manos, lo quise y lo quiero Maggie, independiente, de su condición
social y de donde viene, el amor, ¡mi maldito amor! Ha sido ciego a todo eso,
solo tuvo ojos para verlo, en el presente de mi vida, nada más, es cierto, pude
haber pagado su amor, no lo se, pero lo hice imaginando, que del otro lado,
existía el mismo amor, ese cheque, ese cheque que vos mencionas, el más
importante para mi, en realidad pasaba por dar algo, que para mi resultaba
común a los dos, yo trabajaba, el estaba conmigo, me ayudaba, me amaba, me
hacia feliz Maggie ¿Comprendes lo que es ser feliz, Maggie? ¿Pagarías por tu
felicidad, si fuera necesario hacerlo, para conseguirla? Lo quiero, éramos los
dos, una pareja sin problemas, ese cheque, simplemente formaba parte, de
nuestros bienes matrimoniales, nuestras cosas en común, pero lamentablemente,
hoy su sed de poder, de querer más, de no compartir nada conmigo, lo cambio,
este mes, por primera vez en los años que llevamos juntos, cuando firme ese
cheque, tan importante, estaré firmando, la posibilidad de enloquecerlo, con
más dinero fácil, que esa forma de ganar para él, sea la perdición para mi,
nuevamente Naggie ¿Qué hacer?
--Primero que nada, tomar todas las precauciones,
quiero que hoy lleves el auto, a esta dirección, allí haré que le coloquen,
cámara fotográfica, para registrar el rostro del nuevo chofer, micrófono, así
escuchamos las conversaciones, de este dentro del auto, el lunes, cuando tome
su nuevo trabajo, sabremos quien es y si es posible, lo que busca, no quiero ponerle
un coche que lo siga, pues estos tipos, pueden darse cuenta de ello, con
facilidad y arruinaríamos todo, te voy a dar un teléfono celular, que si lo
accionas de una manera en especial, tenes línea directa con Scontlard Yard,
podes pedir auxilio, ante cualquier cosa, fuera de lo común que observes, a
Malcolm, lo dejaremos tranquilo por el momento, no quiero lastimar más tus
sentimientos, hoy que estamos juntas te pregunto ¿Estará perdido
definitivamente para vos, o, todavía mujer al fin, en el fondo de tu corazón,
queres salvarlo de la locura de su avaricia, desear, porque no, regenerarlo y
que vuelva, a ser tuyo como antes? ¿Es una incógnita, verdad Katie?
--Una incógnita que no te puedo responder, lo
único que si se, que si llego a corroborar, fehacientemente, su intento de
matarme, de cambiar mi amor por mi dinero, todo habrá terminado, si un segundo
antes, si en el momento preciso de mi muerte, se vuelve atrás y decide mi vida,
a cambio de su loca avaricia, entonces, no podría abandonarlo jamás, aunque
halla planificado, hacerme desaparecer para heredarme, si en el minuto final,
tira todo por la borda y vuelve a mi, como era antes, como yo lo veía, en el
principio de nuestro amor, te digo Maggie, más allá de tu asombro y mi
desprecio por mi misma, no podría dejarlo, es más fuerte que yo, lo amo, lo
seguiría amando, aunque en un momento de locura, -eso pienso- planifico mi
muerte.
La del lunes, resultó ser una mañana fría y
destemplada, del otoño londinense, las hirientes gotas de agua, se mezclaban
con el smog y la humedad del clima, propio de la ciudad para esa época, todo
ello hacia que John, maldijera el momento, que había salido del calor de una
habitación, y se encontraba en plena calle, frente al número trescientos diez, de Pall Mall, hermosa
residencia, del barrio de Notting Hill, donde vivía su amigo Malcolm, conocedor
de por donde debía entrar la servidumbre, en esas mansiones, se dirigió a una
puerta más pequeña, retirada unos diez metros, de la principal, toco el timbre,
un sirviente de librea, que se entero después, era el mayordomo, lo hizo pasar,
previa consulta de quien era y a que venia, se encaminaron a la cocina, lugar
de reunión del personal de servicio, en espera, de que sus ocupaciones sean
requeridas, allí le ofrecieron un te caliente, que decidió tomar y espero
tranquilo, el momento que se lo convoque, para ser el chofer de la señora Katie,
esto no tardo en suceder, fue el mayordomo, quien lo puso al tanto
--Señor John por favor, me puede acompañar,
iremos al garaje y le presentare a la señora Katie, para quien a partir de hoy,
será su chofer.
--Perfecto señor Ian –así se llamaba el
mayordomo- voy con usted.
Salieron de la cocina, atravesaron un comedor,
lugar en que aparentemente comía, todo el personal de servicio, terminando en
un amplio garaje, donde se encontraban, cuatro modernos automóviles europeos, a
cual más aerodinámico, al lado de uno de ellos, de color azul metalizado, se
encontraba una hermosa mujer, alta, bien proporcionada, de ojos claros y pelo
negro, que tendría aproximadamente, entre treinta y cinco y cuarenta años, Ian
presento a ambos.
--Señora Katie, su nuevo chofer, el señor John
Durber, John, a partir de hoy, entra al servicio de la señora, a la cual deberá
respetar y cumplir, con todos sus deseos. ¿Algo más señora, puedo retirarme?
--Si Ian puedes irte, yo me arreglo con el
señor John.
--Gracias señora, que pase usted un muy buen
día.
--John, como le dijeron, a partir de hoy pasa
a ser mi chofer, lo necesito entre las ocho y las veinte horas, tiempo en el cual estoy
fuera de casa, cumpliendo con mis obligaciones, por lo común dentro de ese
horario, son pocos los viajes que habremos de efectuar, dado que la mayoría del
tiempo, estoy en mi oficina, si me encuentro fuera de ella, es para dirigirme a
distintos lugares, en función de reuniones comerciales, en los largos momentos,
que este sin acceder a mi servicio, no es necesario que se quede en el auto,
puede caminar por las inmediaciones, tomar algo, pero siempre cerca del mismo,
yo tengo su celular, lo llamaré cuando lo necesite, ¿Todo claro John?
--Perfecto señora, solo me resta preguntar, ¿A
donde vamos ahora?
--A mis oficinas, en Avenida Wigmore ciento
treinta y dos, allí, me deja en la cochera del edificio y espera, por los
alrededores, en que momento lo necesite nuevamente.
--De acuerdo señora, vamos entonces.
John le abrió la puerta trasera del auto, para
que Katie se acomode en el, y luego se dirigió al volante, puso primera y
arranco, hacia su nuevo trabajo y al lugar, donde le habían indicado, a través
del espejo retrovisor, muy disimuladamente, estudio a la esposa de Malcolm, se
la veía hermosa, esos ojos claros en un cutis moreno, esa cabellera negra, hacían
de ella un conjunto muy encantador, por un momento pensó, que estaba bien, que lo mínimo que se debía cobrar, para
matarla, era eso, noventa mil libras esterlinas, ni una más, ni una menos.
Katie, por otro lado, observaba la nuca de John, analizaba al hombre, con el
cual había hablado minutos antes, se lo veía vulgar, quizás, de carácter firme
y nada más, una persona, que si le pagaban bien, podría hacer cualquier
trabajo, porque no, incluso matar a otra, llegaron a las oficinas, e ingresaron
al garaje, John detuvo el auto cerca de los modernos ascensores, que aguardaban
a sus pasajeros y le abrió, la puerta a Katie.
--Señora, hemos llegado.
--Gracias John, quédese por aquí cerca, o
frecuente la charla con otros chóferes, lo que usted quiera, cuando me haga
falta lo llamo.
--Muy bien señora, como usted disponga.
Katie se encaminó, al ascensor más cercano,
instantes después entraba a su despacho, en el piso treinta y cinco, ya en él,
igual que todas las mañanas, de los últimos tiempos, se encontraba Malcolm,
buscando el protagonismo, que antes había delegado en ella, sin importarle
mucho la Compañía, ni los negocios que esta generaba.
--Hola amor, como te va, me di cuenta que te
levantabas temprano esta mañana, pero nunca imagine, verte tan rápido por aquí,
pensé que habías ido a jugar, o golf o tenis, no se, ¿Qué te pasa que estas tan
concentrado últimamente, en el trabajo Malcolm, ya que este antes te importaba
tan poco?
--Ni antes ni ahora, siempre me importo saber
el rumbo, de nuestros negocios, si por
varios años, quizás equivocadamente, deje todo sobre tus espaldas, en este
último tiempo, como vos decís, me di cuenta que lo mío fue un error, un
lamentable error, de hombre poco perspicaz, del sacrifico de su esposa, por lo
tanto debía recuperar terreno en tu consideración, volcándome de lleno, a
compartir con vos, todo tipo de tarea, más específicamente esta, que había
dejado tanto tiempo de lado, sin reparar en ella, en resumidas cuenta, la
conducción de nuestra empresa, Katie, amor mío, mi vida toda, debería pedirte
perdón, por haberte dejado en este lugar, tanto tiempo sola, afrontando, las
responsabilidades y circunstancias especiales, que hoy empiezo a conocer, la
verdad cariño, me siento culpable, tremendamente culpable ante vos, de haber
sido tan cómodo y desligarme totalmente, de la responsabilidad de conducir la
Compañía, tal vez he sido un tarambana
en esto, colocando sobre tus débiles hombros de mujer, toda la responsabilidad
de ello, me siento un vividor Katie, sabes que eso jamás, lo he querido hacer
con nadie, mucho menos con vos, la persona, a quien más amo en este mundo. Pero
me equivoque, fui un estúpido, no tuve en cuenta, tu sacrificio por nosotros y
ahora que lo comprendo, de un tiempo a esta parte, como te digo, entiendo quien
eres, como engranaje fundamental, de esta Compañía, por lo tanto, he decidido ponerme a tu lado,
ayudarte en todo lo necesario, para que no seas vos sola, quien lleve adelante,
la difícil tarea, de manejar esta empresa, mi amor sueño de mi vida.
--Querido, me apabullas con este discurso,
suena más bien a composición escolar, sobre el día del trabajo, o decálogo, de
cómo debo manifestar solidaridad, con mi esposa, no se Malcolm ¡te noto raro!
Hace un tiempo estas acá, pero se me da por pensar, que hace un tiempo, no
estas conmigo Malcolm, cuando no te veía en la empresa, sentía que me amabas,
que eras mío, como yo tuya, pero últimamente, palpo una pared, un muro
divisorio entre ambos, que nos impide ser sinceros, como lo éramos y hablar, de
la forma que lo hacíamos, me parece Malcolm, que ese muro que se interpuso
entre nosotros, es un deseo , un deseo tuyo, superior a todos los deseos, que
puedas tener, incluso superior al deseo,
de amarme, de estar conmigo, de que siga siendo tu compañera, como siempre lo
quisiste, te pregunto y si sos hombre, como se que lo sos, te exijo que me lo
digas, ¿Cuál es ese deseo Malcolm? ¿Qué
maquinas en tu cabeza últimamente, que me alejaste de ella, no se si para
siempre? ¡Debes decírmelo hoy! en este momento y en este lugar, porque abajo,
en el garaje, se encuentra una persona, que creo forma parte de ese deseo,
Malcolm, si es necesario, aunque me vaya la vida en ello -no se porque se me
ocurre esto Malcolm, pero lo pienso- si
es preciso, haré que suba y hable, ante nosotros Malcolm, si no lo haces vos,
como quiero que lo hagas, sin rodeos, claramente, aunque duela lo que vayas a
decirme, aunque sea las últimas palabras, que escuche de tu boca. ¡Habla
Malcolm! Lo necesito, quiero saber, que será de nosotros dos, de aquí en más, cuando
me digas, que quieres de mí.
--No se que decirte
Katie, yo, que viví toda la vida, haciendo uso de la palabra, como mi última salvación,
no se que poder argumentar, que me justifique ante vos, del terrible deseo que
me domina, que no me deja vivir, que me aleja de vos, aunque no hubiera querido
que así sea Katie, ¡Estoy dominado por la pasión del dinero! por el deseo del
poder, por la necesidad absoluta, de querer cada vez más, en esta loca carrera,
tras la ansiedad de quererlo todo, absolutamente todo, arrastro nuestro
matrimonio, atropello tu vida, ¡si! Loco ya, pensé en matarte para heredarte,
destruido ya, no tuve el coraje -jamás lo
tendría- de hacerlo yo mismo, contrate a un mercenario, el hombre que esta
abajo, en el garaje, para que lo haga y habrías muerto, si no hablabas como lo
hiciste, en este momento, y yo, habría sido inmensamente rico, sino fuera tan
estúpido y te estuviera hablando, claramente, como me lo pides, fracase Katie,
no sirvo para estar aquí con vos y ocupar, el lugar que ocupo en tu vida, tengo
un fondo ruin, mezquino, que a la larga aflora y me domina, me convierte, en lo
que siempre fui y no puedo dejar de ser, un ampón, un miserable, que ve dinero
y a la larga pierde los estribos, un hombre que sin quererlo, dominado por el
fondo de su alma, prefiere el poder, al amor, la plata, a la felicidad , se
acabo Katie, ¡me voy! no puedo seguir a tu lado, experimente por vos, el
deseo más cruel, que se puede desear, a
una persona, a partir de ahora, como querernos, como besarnos, como vas a creer
en mi, cuando te diga te amo ¿Y yo podría decirlo? mirándote a los ojos, luego
de haber planeado, tu asesinato Katie, quisiste escuchar la verdad, ¡esta es la
verdad! la verdad de la locura, que hubiera cometido, de no estar de por medio
tus palabras, el amor que juntos nos tuvimos, la clave del destino, la fortuna,
todo esto a contribuido, a que este juego macabro y absurdo, que locamente
quise jugar, por suerte terminara bien, pero por desgracia acabo con nosotros,
como pareja, de todas maneras, es mejor que halla pasado, lo que esta pasando,
porque empiezo a darme cuenta, que nada hubiera sido igual, si te mataba,
porque no entendí, tondo de mi, que existía una mujer, entre mi locura y el
poder que anhelaba alcanzar, no entendí, que si el precio de alcanzarlo, era la
soledad absoluta de tu muerte, no valía la pena hacerlo, Katie, tenias razón,
ocultaba un deseo superior a todos mis deseos, pero ya lo conoces y te
pertenece, como todos los sentimientos que compartí contigo, debo irme, creo
que es mejor para los dos.
Malcolm se alejó del lugar, Katie se quedo
sola, sorprendida del giro inesperado, que habían tomado los acontecimientos,
de pensar, que debería luchar día a día, por protegerse de los planes, que su
esposo había urdido para ella, debido a esta confesión inesperada de el, que
desbarataba todo lo planificado y ponía fin, a sus preocupaciones, transcurrió
un lapso tan breve de tiempo, que le costaba comprender, lo que estaba pasando,
es más, no sabia que actitud tomar, ante estas nuevas circunstancias, aunque de
hecho, se daba cuenta, que por el momento, se encontraba en la mejor situación posible,
se saco sin proponérselo siquiera, a Malcolm de encima y aparentemente, era
ella quien debía decidir legalmente, como concluía todo entre ellos, respiró
profundo y se sereno, decidió llamar a Maggie y pedirle que venga, de ser
posible ya mismo, para contarle todo, a ver que opinaba ella, así lo hizo, a la
hora de haberla llamado, ya se encontraban juntas, charlando del asunto.
--Maggie, lo mas raro a veces se da, sucede,
encaré a Malcolm y le dije, que lo notaba extraño en el ultimo tiempo, dominado
por un deseo, superior al de quererme, le pedí que me dijera, que estaba
pasando entre nosotros, que esta situación no podía seguir así, de pronto se
quebró y ante mi asombro, me contó todo, me confeso de sus ambiciones sin
control, de que quería matarme, para así heredarme, hacerse único dueño de todo
lo nuestro, que su pasado de ampón, le exigía ser lo que en definitiva era, un
ser vil y despreciable, al cual le resultaba imposible dominarse, ante el deseo
del poder y el dinero, pero también me dijo, que fracaso, que ya no podía seguir
más conmigo, porque este mi mundo, no era para él, me dejo Maggie, abandonó el
campo de batalla, con todas sus armas, incluso aparentemente, quedo en mis
manos, resolver toda la parte legal, que corresponda hacer entre nosotros ¿Qué hago
Maggie, estoy desorientada? Debería estar loca de alegría, por lo que paso y
más bien noto, que me invade la tristeza.
--Que le pasa a Malcolm, no puedo saberlo
Katie, pero si se que el, no es un sentimental, más bien es un practico,
alguien que actúa fuera de los sentimientos, jugando directamente, con la
realidad de las cosas, cuales son estas, una sola, el dinero, no hay otra cosa
en este momento entre ustedes dos, mas que esa.
--¿Y el amor Maggie? ¿Y nuestra relación de
tantos años? Todo esto tendrá algún valor para el, era un sentimental cuando me
amaba, o un práctico sin escrúpulos, ¿Como saberlo?
--¿Para que queres saberlo?
--Porque ese será mi karma eterno Maggie,
aquella boca que vuelva a besar, ¿me estará besando, porque me ama, o será un
práctico más, que se cruzó en mi camino?
--Dejemos estas respuestas sentimentales, para
después Katie, volvamos a la cosas practicas, ¿Cuáles son estas? Tus bienes
gananciales, el error que cometiste, cuando te casaste con Malcolm, fue el de
no haber hecho un previo contrato, especificando claramente cual era lo tuyo,
de haber un divorcio entre ambos, que el volvía a su condición económica,
anterior al casamiento y que por lo tanto, tu capital personal, quedaba
intacto, ahora, por ese pequeño error, que tu amor te impidió subsanar, deberás
compartir con Malcolm, el cincuenta por ciento de tus bienes, digamos que se
quebró, te confeso todo, decidió no matarte ¿Habrá sido por amor? Pero me debes
reconocer, que con mucho menos riesgo, que matándote, obligándote al divorcio, se
hace dueño, de la mitad de tu patrimonio de soltera, la mitad de tu Compañía,
algo realmente nada despreciable ¿Te habrá pedido perdón cuando se fue? no lo
se , pero si no lo hizo, debió hacerlo, esa es la parte practica, del
temperamento de Malcolm Katie, mientras se confesaba ante vos, estaría evaluando
que era lo mejor para el, de pronto lo tuvo ante sus ojos, porque vos con tus
reclamos, le dabas la oportunidad de hacerlo, el divorcio, claro, debía irse de
tu lado, después de semejante confesión, que otra cosa le quedaba a ambos sino,
la única salida sería separarse, mira, no se si en el fondo, Malcolm, además de
un practico, nos resulta un gran estratega, urdió todo esto de tu asesinato,
con el único fin de crear el escenario, adecuado para lo que esta pasando, el
divorcio, una manera elegante, sino de quedarse con el cien por ciento de la Compañía, aventura que ofrecía sus
riesgos, ser dueño absoluto, del cincuenta por ciento de la misma, sin ningún
problema y además, sino tu esposo -papel que no se si le interesaba- continuar
siendo tu
socio eterno en la misma.
--Estas demasiado lógica esta mañana, Maggie,
no se que decirte, pero debo reconocer, que tu relato goza de credibilidad, es
muy posible, todo lo que sugieres de Malcolm, si es así, con mucho dolor, debo
acallar mis sentimientos hacia él, reconocerlo como un vulgar cazafortunas, un
ser despreciable, que como el mismo, en cierto modo lo manifestó, solo quiere
mi dinero, de ser cierto esto, como vos decís que es, ¿Entonces que debo hacer? ¿Cuáles serán los
pasos a seguir Maggie?
--Nómbrame tu abogada, en el juicio de
divorcio, yo lo citaré y hablare con él, veremos lo que quiere, por supuesto,
pienso ofrecerle un porcentaje menor, que el cincuenta por ciento de la
Compañía, lo ideal, seria que el siga recibiendo, una asignación mensual, hasta
su muerte, hablando de muerte, si no acepta ninguna condición y se mantiene
firme, en el cincuenta por ciento de tus bienes, se me ocurre que de ultima,
deberías hacer, lo que el quiso hacer con vos , ¡matarlo Katie! matarlo y
listo, no se si es eso lo que se merece.
--Maggie ¡que estas diciendo! Es el hombre que
quise y aun quiero, como podría hacer eso, es una posibilidad de solución que
me das, que por supuesto la tomo, como una ironía de tu parte, esta bien, serás
mi abogada, cítalo y habla con el, cualquier cosa imprevista que suceda, te
llamo, trata por favor que este asunto, se resuelva lo mas rápido posible,
necesito terminar con el amor de Malcolm, pero me es imposible hacerlo, si el
no decide terminar conmigo, este juicio dirá, que quiere él y que debo hacer
yo.
Cuando Malcolm bajo al garaje, John estaba en él
charlando con otros chóferes, al verlo llegar, fue a su encuentro.
--¿Qué pasa Malcolm, que apareces tan rápido
por estos lugares, sin haberme dicho nada, algo salió mal?
--Todo salió mal John, terminamos este asunto,
sin haberlo siquiera empezado, tuve una discusión con Katie, nos peleamos y la
dejo, me estallo el pasado entre las manos, no quiero volver a el, pero me
harto el presente que llevaba, solo quiero irme de acá, ver el rumbo que toma
mi vida, deja la gorra de chofer por cualquier lado, veni conmigo, tu trabajo
aquí, a concluido mucho más rápido, de lo que ambos hubiéramos imaginado,
quiero arreglar cuentas con vos y que nos dejemos de ver, hasta que te necesite
por algún motivo John, así debe ser, así lo quiero, necesito estar solo para
pensar, solo par saber, quien carajo soy y que es lo que deseo ser.
Malcolm se quedo solo como quería, alquilo una
casita de una planta, en el suburbio de Islington, barrio de clase media
Inglesa, que aspiraba a llegar más alto, de lo que podía, con eso y una pequeña
oficina, que abrió en la city, acomodo su vida, volvió a jugar con las
operaciones en bienes raíces, que siempre habían sido su pasión, trato de
olvidar -si podía hacerlo- la fastuosa vida que antes llevara, alegremente y
sin preocuparse de nada, solo tratar de estar al lado de Katie, hacerla feliz
para a su vez el, gozar de su propia felicidad, consecuencia directa de la de
ella, ¿Había sido un ruin como suponía? ¿Quería a esa mujer? O tan solo la uso,
para vivir un sueño, del cual un día y por propia decisión, decidió despertar
¿Qué de diferente, hallaba en el mundo que dejo y en este, que volvía a vivir?
Posiblemente, la cantidad de dinero que podía manejar, tal ves las puertas, que
se habrían a su paso, por ser el esposo de y hoy, se serrarían, al divorciado
de, pero lo cierto, que en todo esto, no reconocía al amor, se pasó años con
ella, compartiendo su lecho, besando su boca, acariciando su sexo, penetrándola,
pero nada, si hoy alguien le preguntara, quien y como era Katie, no sabría que
decir, si alguien lo interrogara, buscando en su conciencia la verdad y le
preguntaría ¿Cuánto la amaste? ¿La quisiste? ¿Escuchaste en el fondo de tu corazón,
la música sublime del amor? No sabría que responder, nada podría decirle a esa
vos, que buscaba esclarecer sus sentimientos, su pareja, esa mujer que en
realidad quiso mucho, ¿Debería incluirla en su pasado? ¿Si aún era una
incógnita en su presente? le parecía, no sabía explicarlo bien, que Katie fue
el genio mágico, que le ofreció convertir en realidad, todos los deseos por el
solicitados, pero a su vez no le pertenecían, era propiedad del mago, que le
otorgaba el conocimiento de ella, era inaccesible para el , porque estaba un
poco más allá de lo real, de lo que el había conocido de la vida, de lo
distinto, que ella le mostraba de la misma, sí, le es necesario reconocer que
la uso, quizás lamentablemente para el, prefirió más usarla, que amarla, aunque
no tenia muy claro, cuales instantes de los que pasaron juntos, correspondían a
una, u otra situación, ¿En el balance final de su pareja, cual era la
comparación a hacer? En esa
circunstancia, sentía que el amor supero al uso, el deseo fue más fuerte que el
interés, pero pensándolo bien, también el uso de nuestra pareja, para
determinados fines ¿Sería bastardear el amor que le tenemos? ¿O estaríamos gozando nuestra propia
individualidad, dentro de ese amor? Lo cierto que hoy, estaba frío por dentro,
sin ninguna pasión, sin ningún deseo, que lo moviera a hablar con nadie, Katie,
podía quedarse con su Compañía, con todo su dinero y con el amor, que le había
tenido, solo una cosa hubiera querido saber, aunque ya se hacia imposible de
conseguirlo, ¿Dónde quedo el amor por esa mujer, porque la busco y la introdujo
en su corazón, la hizo suya y la amo, como siempre quiso amar, si hoy por hoy,
no le interesa nada de ella? No, no estaba loco, ni siquiera su dinero y su maldita
Compañía, así las cosas, mientras trabajaba pensando y pensaba trabajando, le
sonó el celular.
--¿Señor Malcolm Smith?
--A sus órdenes.
--Soy la doctora Maggie Brown, Katie me nombró
su abogada, en el juicio de divorcio, que entabló contra usted, quiero tener
una entrevista, para exponerle las razones de mi cliente ¿Cuándo usted podría
pasar por mi estudio?
--Nunca, no me gustan los estudios de abogados
londinenses, me deprimen brutalmente, sus ambientaciones, doctora Maggie, si
usted se quiere encontrar conmigo, en un café, frente a dos tazas de te
humeante, con scones, allí si estaré gustoso, a la hora y lugar que usted
indique, de otro modo no, es más, ni deseo tampoco que pase por las oficinas mías,
estos tramites, este tema, es hablar de un pasado que me pertenece, si debemos
evocar fantasmas, cosa que duele y hace daño en el corazón, quiero tener el
privilegio de hacerlo, en el ámbito que a mi me resulte, más agradable para
ello, por lo tanto, ¿Cuál es el café y
la hora que elije doctora Maggie?
--Nunca hago esto señor Malcolm, pero como Katie,
más que cliente es una amiga, acepto lo que usted propone, ¿Puede ser el café
Picadilly en Grosvenor al mil? En cuanto a la hora, ya que usted ofreció te
con scones, por supuesto debe ser, a las cuatro de la tarde en el día de
mañana.
--Correcto doctora, allí estaré sin problema
alguno, le agradezco la deferencia, de que halla decidido aceptar mi pedido,
que reconozco, fuera de toda normalidad, pero que necesito sea así, de esa
manera, para mi propia tranquilidad , buenas tardes doctora, mañana allí, nos
conoceremos los dos.
Cerró la tapa del celular y se quedo pensando,
en algo que aunque no quería, llegaba a su vida, el divorcio, estaba decidido a
terminar cuanto antes, con este asunto, rápidamente se hizo a la idea, de aceptar todo
lo que Katie propusiera, a través de su abogada, total, Katie, siempre había
propuesto cosas en su vida, su asignación mensual, sus gustos en el vestir,
todo lo que el había sido con ella, era espejo, de lo que ella quería que
fuera, a que cambiar ahora, estaba harto de todo, quería vivir su realidad, no
ser comparsa, de la realidad de los demás, sabia, no pasaba por tonto, que
podía exigir el cincuenta por ciento, de la Compañía y se lo tendrían que dar,
sabia que podría volver, a la Avenida Wigmore ciento treinta y dos, siendo el
vicepresidente primero, dueño absoluto de la mitad de la empresa, pero era
sacarle la magia a Katie, por primera vez, hacer lo que el quisiera, sin importarle
nada de ella, eso no le interesaba ya, ¿Cosa extraña? En un momento, le pareció
lo único a alcanzar en su vida, e incluso estaba dispuesto a matar, para
conseguirlo, hoy, que se lo ofrecían en bandeja, no lo aceptaba, no quería
entrar en la locura, de no vivir, de no gozar la vida, es más, quizás lo que
más le hubiera interesado alcanzar, fuera el conocimiento, para el importante,
de quien era realmente Katie Ellis, su adorable esposa, a quien nada podía
reprocharle y por la cual sentía un amor, que en el fondo se negaba a reconocer,
pensándolo bien, lo mejor sería dejar
que hable la abogada, después el vería que decir, era tarde ya, decidió hacerse
algo de comer, e irse a dormir, mañana se encontraría con el pasado,
nuevamente.
Se hizo la tarde del otro día, a la hora
indicada Malcolm, llegaba al café Picadilly, miró las mesas ocupadas, en
ninguna vio una mujer sola y joven, con un tinte de abogada sobre ella, por lo
tanto la doctora Maggie, todavía no había llegado, mejor así, le sería más
fácil localizarla, cuando entrara al local , se sentó en una mesa, que daba a
las vidrieras, que lo separaban de la calle y espero, siempre era paciente para
esperar, como el animal depredador, que aguarda su presa, así funcionaba él, de
pronto se movió inquieto, dio el zarpazo, allí estaba ella indecisa, parada
frente a la puerta, se levanto ágil y caballero.
--¿Doctora Maggie?
--Si ¿Señor Malcolm?
--El mismo, por favor moléstese por aquí,
elegí una mesa no muy lejos.
Caminaron un trecho y ambos se sentaron, en la
mesa que Malcolm, había determinado sería suya.
--¿Doctora, que quiere tomar?
--Lo que dijimos ayer, te con scones.
Malcolm hizo el pedido y volvió sus ojos hacia
la doctora, era una amiga de Katie según dijo, pero en realidad el, era la
primera vez que la veía, joven y hermosa típicamente inglesa, ojos claros, piel
muy blanca, pelo rubio ceniza, flaca y desenvuelta, noto además, que venia
pertrechada de numerosa documentación, en su mirada estaba la decisión
inquebrantable, de defender a su amiga a capa y espada, hasta las últimas
consecuencias, mejor así, le gustaba la gente peleadora, que argumentaba con
agudeza y no se entregaba fácilmente.
--¿Termino de analizarme Malcolm, de tratar de
darse cuenta, con quien se encuentra frente suyo.
--Si Maggie, es lo que siempre hago, trato de
saber quien es el otro, de que forma va a tratar vencerme y si lo conseguirá.
--¿A que conclusiones llego Malcolm?
--Que tengo frente mío, a una persona, que
esta dispuesta a tratar, de que salga lo menos favorecido en este arreglo, a
defender, si es preciso con mi muerte, los intereses de su cliente, perdone que
mencione una palabra tan fea, como muerte, pero donde hay tanta plata en juego,
se que esta es una alternativa más, de un posible acuerdo.
--¡Esta exagerando Malcolm!
--Puede ser, pero es mejor exagerar, a creer
que sus propuestas, están en todo de acuerdo, con mis pretensiones.
--¿Cuáles son sus pretensiones Malcolm?
--Las que usted me ofrezca Maggie, nada más
que esas, vine aquí a escucharla, aceptar o rechazar, no me siento en
condiciones de proponer nada, además de proponer algo, usted no es la persona
indicada, para recibir mis proposiciones.
--¿Quién es Malcolm?
--Me reservo contestarle, es asunto mío, ajeno
al juicio que nos convoca hoy aquí ¿Qué viene a proponerme Maggie? Hable, la
escucho con atención, es más, tengo curiosidad por saber de que se trata, como
se resuelve esto.
--Muy bien Malcolm le explico, según la
realidad, usted estaría en condiciones, de ser dueño del cincuenta por ciento,
de los bienes gananciales de mi clienta, bienes que ella, poseía de soltera y
estaban a su nombre, anterior al momento que se casara con usted, esto le crea
un problema Malcolm, pues llevaremos a los tribunales y haremos todo lo posible
en demostrar, que esos bienes de soltera de mi clienta son eso, bienes de
soltera, de su exclusiva propiedad, por lo tanto usted no tuvo ninguna
ingerencia, en la creación de los mismos, por consecuencia directa, tampoco
debe gozar de ellos, como división de bienes conyugales, en este divorcio,
estamos en condiciones de afirmar, que con el equipo de abogados que tenemos,
más las relaciones que podemos conseguir, usted pierde el juicio Malcolm y nos
deberá pagar, costas y honorarios, esto lo hunde económicamente para siempre,
Malcolm, por otro lado mi clienta, en consideración al amor que se tuvieron, a la
relación que pasaron juntos ambos, esta dispuesta a reconocerle una
contribución mensual de dinero, como la que ha tenido hasta ahora, por el fin
de sus días, ¿Qué opina Malcolm?
--Dos cosas, la primera que espero que el fin
de mis días, se encuentre lo suficiente lejos, como para no verlo todavía, la
segunda, que es usted una hermosa abogada, defensora perfecta de los intereses
de su amiga, agregare una más, que podemos llamar mi ponencia principal, estoy
completamente de acuerdo con usted, la Compañía existía en la vida de Katie,
mucho antes, de que yo llegara a compartir su lecho y sus sentimientos, por lo
tanto, le parecerá extraño lo que voy a decirle, quiero firmarle el divorcio ya,
o cuando el tiempo de la ley así lo disponga, sin recibir un peso de parte de
ella, ni la más mínima moneda, de su maldita fortuna, solo, quiero dejarla
legalmente libre, absolutamente libre de mi, que con su Compañía y su vida,
haga lo que se le ocurra, como yo, estoy haciendo en este momento doctora
Maggie, decido rechazar todo valor pecuniario, que pueda surgir del divorcio
con Katie Ellis, mi esposa, solo pido la tramitación más rápida del mismo, para
cerrar una etapa de mi vida, de la cual no me arrepiento, pero tampoco me
enorgullezco, esto es lo que deseo, de ser posible, manifestar mis deseos a
través de un escrito, en papel sellado de curso legal, hágalo, la espero que
termine, se lo firmo y así podrá presentarlo al juzgado, como primera hoja, del
expediente de nuestro divorcio, renuncio a toda prebenda, no quiero saber nada,
con el dinero de Katie Ellis, lo raro de esto último doctora Maggie, que si
me niego a saber nada sobre el dinero de
mi esposa, nunca podré saber, quien fue ella para mi, porque ambas cosas,
dinero y Katie, son inseparables e imposibles de diferenciar, pero bueno, es así
y no se puede cambiar, por lo tanto le pregunto ¿Es factible hacer un escrito
como el que le propongo? Escríbalo, se lo firmo acá mismo en este café, sobre
esta mesa, ganamos un montón de tiempo y una tranquilidad, para Katie.
--Es factible, si me da tiempo lo redacto
Malcolm, si esta de acuerdo con los términos lo firma.
--Empiece a confeccionarlo por favor doctora,
es lo único que me falta por hacer, para reencontrarme conmigo mismo, le digo
la verdad, esto último lo necesito mucho, quizás más de lo que hubiera
imaginado.
Mientras Maggie daba forma legal, a los deseos
manifestados por Malcolm, este la observaba escribir, lo hacia rápidamente y
con eficiencia, la estilográfica iba y venia, en pos de los renglones del papel
sellado, creando letras, palabras, frases enteras que desplegaban el relato
judicial, de lo que el quería hacer de su divorcio, en ese relato se separaban
para siempre, los destinos de el y de Katie ¿Habían estado unidos alguna vez?
desaparecía la fortuna, que insensato, pensó manejar a su antojo y conveniencia
¿Qué habría ganado con poseer tanto dinero? Si era necesario matar para
conseguirlo, se creyó más ruin de lo que era, al pensar que podría ser feliz,
edificando las consecuencias de su felicidad, sobre los cimientos de un crimen,
no, no había sido tan ruin, como para llegar a eso, ni tan necio, como para
pretender seguir siendo mantenido, por su ex mujer, su determinación le pareció
la mas correcta, aunque por supuesto, hubiera sido desaprobada por mucha gente,
sobre todo la de su calaña, pero era mejor así, para su criterio, todo estaba
terminado como debía terminar, lo saco de sus reflexiones la vos de Maggie.
--Por favor señor Malcolm, léalo y fírmelo si
esta de acuerdo.
Tomo el papel y deslizo los ojos, por la letra
pequeña y apretada, ligeramente recostada sobre la izquierda, hurgo cada
palabra y su significado, cada frase y su intensión, llego a la consideración,
que lo que allí estaba escrito, era el texto que el llevaba impreso, en su mente,
firmo donde le correspondía hacerlo y devolvió a Maggie, la primera hoja de su
expediente de divorcio, hoja que el sabia, nadie pero nadie, imagino jamás, que
iría a firmar, que pensaría Katie de todo esto, no era una manera de devolverle
todo, lo que le fuera dado, no era una forma de hacerle ver, que en el su
fortuna, ya no era ninguna consideración, para valorarla a ella, y si entonces
paso tanto tiempo a su lado, a título de que había sido, un dilema que le
costaba resolver, tal vez a partir de este momento, quizás también fuera preocupación
de ella, el buscar, la respuesta a porque, estuvieron juntos sin saber nada, el
uno del otro.
--¿Termino señor Malcolm, puede devolverme el
escrito así lo llevo, e iniciamos de inmediato, los tramites de separación .
--Ah si como no,
tome Maggie, estaba pensando lo extraño de las cosas, entre a la vida de Katie,
como pueden pensar muchos, usted incluso, en pos de una fortuna colosal y me
alejo de ella, despreciando lo que para muchos, repito, fuera el motivo único y
excluyente, de mi relación con ella, a partir de esta firma Maggie, todos
aquellos que me creían ruin y vividor, pasaran a considerarme un verdadero estúpido,
pienso que ni lo uno ni lo otro, ¿Cual será mi punto medio, señorita Maggie? Se
lo pregunto a usted, que imagino me conoce bien, ya que creo adivinar que además
de abogada, es funcionaria de Scontlard Yard, como amiga de Katie, se habrá
preocupado por alcanzarle mi prontuario, para que sepa mi vida toda y se aleje
de mi, ¿Cuál es la vida toda, de un hombre Maggie? Que nació en el distrito de
South London, en el barrio de Brixton, vivió y creció en el barro y un día, sin
tal vez saber como, termino transitando, por los mismos pasillos que usted
anduvo ¿Puede decirme doctora, si en ves de abogada fuera doctora del alma,
cual es ese punto medio, en la vida toda de un hombre? Marginal y arribista,
seductor e insensible, realmente malo, pero por esa misma condición, puede si
se lo propone, ser verdaderamente bueno.
--Malcolm ¡por
favor! no se que decirle, no me humille con su acción y su discurso, nunca
hubiera pensado que usted, como es y de donde viene, se decidiera a firma un
escrito semejante, propuesto por usted
mismo, e ahí lo más asombroso del asunto, por otro lado, no se cual es su punto
medio, ni su vida toda, solo se su prontuario Malcolm y quiere que le diga una
cosa, con eso me basta, lo considero un tipo de cuidado, frío, calculador,
realmente me asombra y desorienta, su actitud en este momento, si quiere que le
diga la verdad, siento que no es usted el que actúa, que tiene un plan, que
permitió aflorar de si, al Malcolm que ninguno de nosotros conocía, pero en
cualquier momento lo matara, Malcolm, volverá a ser el que su prontuario, tan
bien me relata cuando lo leo.
--Por lo tanto, no tengo salvación posible
Maggie, soy y pertenezco a mi prontuario, al relato que en el transcurre,
quizás tenga razón y también usted sea lo que es, todos, absolutamente todos,
buenos y malos, jóvenes y viejos, cumplan sin poder cambiar, con el relato
escrito en el destino, de su propia vida, no se, por primera vez releo lo que
soy y no me gusto, como actor de lo que he hecho, tal vez este comienzo, a de
ser el punto medio de toda mi vida, volverme a leer, tratar de cambiar la
narración y crear el nuevo texto, que sea el reverso de la moneda tirada al
azar, de mi propia vida, si fuera como ayer, si existiría como fui, tal vez le
estaría diciendo que es usted muy hermosa, le ofrecería acostarse conmigo y le
diría porque, por el simple hecho que la haría gozar, ¿Conoce usted algo más
importante, que su felicidad señorita Maggie? No, por supuesto que no, pero quédese
tranquila, como bien dice usted, afloro en mi el Malcolm bueno y tonto, imposible
de semejante proposición, a sido un gusto conocerla y desorientarla, un placer
de mi parte, haber actuado contrariamente, a lo que mi prontuario le decía,
buenas tarde Maggie, voy a retirarme, ya no tengo mas nada que hacer aquí.
--Señor Malcolm, un momento más tan solo,
necesito su dirección, por si lo debo notificar de algo.
--¿Mi dirección? No tengo dirección, vivo en Brixton , soy
habitante del smog, de la niebla y la nostalgia, de la continua lluvia y de la
humedad penetrante, cuando necesite algo de mi, llámeme, como lo hizo y nos
volveremos a encontrar aquí, después de todo te con scones mediante, es un hermoso lugar, más lindo que una
oficina o una casa, esta lleno de ruido y de gente, puedo mirar sus ojos y
varios otros ojos a la vez, puedo firmar escritos y alejar fantasmas, pero no
puedo hacer el amor, señorita Maggie, porque para eso, al menos yo, necesito la
soledad de una habitación, si me precisa llámeme, siempre estaré a sus ordenes,
adiós.
Maggie se quedo sorprendida y aturdida, había
estado frente a un ampón, un ser sin escrúpulos, un vividor y de improviso, sin
proponérselo nadie, dio el solo un vuelco definitivo y totalmente favorable, al
divorcio de Katie, en sus manos tenia firmado, el escrito que así lo
atestiguaba, iría de inmediato a hablar con ella, para ponerla al tanto de esta
increíble novedad, por otro lado, seria cierto que la hubiera hecho gozar tanto,
vaya una a saber, estos hombres al final, siempre dicen más de lo que hacen,
fue hacia su auto, ya en el, se dirigió a Avenida Wigmore ciento treinta y dos,
las clásicas oficinas donde como habían quedado, Katie la estaría esperando.
--¿Pero es verdad todo lo que me cuentas,
sobre Malcolm? Si no tuviera ante mis ojos el escrito con su firma, no lo
podría creer ¿Por qué hizo esto Maggie?
¿Qué busca de mí? Trato de entender lo que esta buscando Maggie, trato
de comprender, cual es el daño que quiere hacerme, desprecia tal vez -me cuesta
decirlo porque no lo creo- lo que más lo atrajo de mi, el dinero, tras ese
desprecio busca hacerme ver, que si no aceptó lo que más quería en mi, menos
querrá retener, lo que tal vez nunca le intereso, o sea yo, ¡ese es su mensaje
Maggie! Me hace ver, que no quiere lo que siempre quiso, que nunca me amo,
porque yo solo era la dueña de lo que el dejo de amar, esta siendo muy cruel
conmigo y no me lo merezco Maggie, porque aunque no lo creas, todavía lo amo,
aunque quiso matarme, siempre lo perdono, soy un estúpida si, tan estúpida como
él, que en este escrito que tengo ante mis ojos, decidió perder una fortuna,
aunque también busca, deshacerse de mi y para siempre.
--¿Qué pensas hacer, Katie?
--Nada, lo mejor es dejar pasar el tiempo,
seguir con mis cosas y con el juicio, no ir tras los acontecimientos, esperar
que estos me obliguen a seguirlos, por otro lado Maggie, ¿Tenes la dirección de
donde vive?
--No Katie, no me la quiso dar, solo el teléfono
que vos me diste, lo podes llamar.
--No quiero llamarlo, no me interesa oír su
vos, quiero ver sus ojos y sus manos, el rictus de su boca cuando le hablo, te
pido algo por favor Maggie.
--¿Qué Katie?
--Buscame por Scontlard Yard, la dirección o
el lugar, donde se lo pueda ubicar a ese
amigo de él, que fue por un día chófer mío, John creo que se llama.
--¿Para que queres la dirección, de semejante
tipo Katie? Te estarías metiendo en la boca del infierno, más o menos.
--Por favor, tráeme la dirección y no me hagas
preguntas, nada voy a hacer, que ponga en riesgo mi persona, se cuidarme muy
bien sola Maggie, aunque parezca lo contrario, por otro lado no se que voy a
hacer, depende de las circunstancias, pero si fuera necesario para mi, hablar
con Malcolm, no lo dudes, iría a la misma boca del infierno para ello, alcánzame
la dirección de ese tipo, o donde encontrarlo, necesito tenerla conmigo, nada
más que eso, después veré lo que hago , ¿De acuerdo Maggie?
--Bueno Katie, como vos quieras, no estoy de
acuerdo en lo que imagino pensas hacer, pero ya sos lo suficientemente grande,
para llevar a cabo lo que desees.
--Gracias, por favor otra cosa, ahora que
tenes este escrito, acelera el tramite de divorcio, quiero separarme de Malcolm,
lo más rápido posible, de ser mañana, mañana mismo.
--Katie no entiendo nada, por un lado decís
que todavía lo amas, por el otro, queres separarte lo más rápido posible.
--Yo me entiendo Maggie, no te preocupes por
favor, teneme al tanto de todo, ahora te dejo, porque tengo reunión de directorio,
cualquier cosa nos hablamos, chau.
--Chau Katie.
Paso un mes de esta charla y lo vemos a
Malcolm, aguardando a Maggie en el café Picadilly, según ella, debía firmar los
últimos escritos, porque el divorcio mejor dicho el juicio, ya había llegado a su
fin, en más o menos una semana, habría sentencia definitiva de separación, esto poco le importaba en general,
nada le importaba, solo quería que esto terminara de una vez, y no encontrarse
nunca más con nadie, ni Maggie, ni Katie, ni ninguna de las voces del pasado,
que quería o trataba de olvidar, por lo demás, su vida actual transcurría
normalmente, sus operaciones bursátiles, funcionaban bien y se había convertido,
en un burgués más, al amparo de la bolsa londinense, en este momento, con el
pensamiento fugas de la bolsa londinense, dejó de pensar y se preparó a recibir
en su mesa, a Maggie, que ya entraba al local y se dirigía a su encuentro.
--Que tal señor Malcolm, hemos convertido a
este café, en nuestras oficinas comerciales.
--Así es señorita Maggie, por favor siéntese y
póngase cómoda ¿que le pido?
--Una cerveza ligera Malcolm, nada más que
eso.
--Ahí viene el mozo, una larger por favor para
esta mesa, gracias, bueno estoy a su disposición, para la firma de todos los
escritos, me los puede ir pasando.
--Aquí los tiene, léalos y firme donde esta la
crucecita.
--No hace falta leerlos Maggie, le tengo
confianza, se que no me va a hacer firmar, mi sentencia de muerte, ¿Es cierto
que en una semana, habrá sentencia?
--Seguro, no pasará más tiempo, una semana
Malcolm ¿Por qué tanto apuro, piensa en casarse nuevamente?
--No ni loco, es mejor estar solo Maggie, uno
maneja su vida como quiere, deseo ver libre a Katie de mi persona, nada
más, me gustaría mucho saber, que ya no
le pertenezco, ni siquiera legalmente.
--¿La odia Malcolm, de la misma manera que
llego a amarla?
--¿Odiarla? No por favor, no tengo ningún
motivo para ello, si alguien debería odiar, en lo que fue nuestra pareja, no
sería yo precisamente quien deba hacerlo, por otro lado Maggie, no se si llegue
a amarla, me resulta difícil entender, porque estuvimos juntos tanto tiempo,
cual es la causa que hoy, precisamente hoy, no volvería a estar con ella, así me
lo pidiera. Esta duda que me persigue, lo que me pasa con Katie, creo que usted
me lo dijo, la primera vez que nos encontramos en este café, ¿Recuerda? Mi
prontuario, en el fondo no tengo sentimientos, solo vivo de la razón y en la
razón muero, no me interesa nada que sea ajeno a mi conveniencia, a lo que
quiera para mí, en ese momento.
--Es triste señor Malcolm, no poder amar,
lastimoso, el no saber escuchar a nuestro corazón, deplorable, el que pasemos
por alto, sentimientos propios y ajenos, en haras de lo que nos conviene
racionalmente, ¿Qué es la razón Malcolm? ¿La razón sola sin amor? Una máquina
que actúa y no siente lo que hace, un poder ilimitado, que conquista a una
mujer, pero no puede amarla, ¿Cuál es la dicha, de la desdicha de la razón pura,
Malcolm? Su tristeza manifiesta, su falta de cariño por los otros, su soledad,
me parece lógico que ya no quiera más a Katie, lo que no puedo entender Malcolm,
es que nunca la halla querido, si vivió a su lado racionalmente, tal como se lo
exigía su carácter, que hizo del amor, esa máquina sexual tan perfecta, que
debe ser usted, nada, no dio cariño Malcolm, solo cultivo y cosecho, lo que su
razón quería, la buena vida, el dinero fácil, la comodidad, el lujo, la
relevancia social, en definitiva su prontuario Malcolm, ese del cual usted
quiere alejarse y no puede, si bien no soy una doctora del alma, como también
me diría usted en nuestro primer encuentro, digo, no siendo una doctora del
alma, le aconsejo que busque reconciliar a su razón, con sus sentimientos, le
aconsejo que olvide a esa mujer, que no pudo o no sabe si pudo amar, porque
mientras el recuerdo de esa mujer Malcolm, ocupe su razón, usted nunca sabrá
que hacer con ella, le seguirá por todos los rincones de su vida, la imagen del
amor, que nunca dejo crecer en su corazón, de eso se trata Malcolm, nada más,
por otro lado, usted está perdido y lo sabe Malcolm, sabe que esa mujer, que
según usted nunca quiso -aunque me permito dudarlo- algún día tarde o temprano,
vendrá a exigirle que la quiera y entonces, ¿Que pasara con su razón Malcolm?,
quizás esto que le digo no suceda, tal vez sea mejor que siga solo, hundido en
su prontuario y su destino, pero es problema suyo Malcolm, no mío, yo
únicamente vine acá, para que me firme unos papeles, como ya usted a terminado
de firmarlos, me levanto y me voy.
--Un momento doctora, no es fácil levantarse e
irse así nomás, después de todo lo que dijo, no creo no tener sentimientos por
causa de mi razón, por el contrario, es esta la que me indica, que debo hacer
con aquellos, no uso a mi cerebro, para acostarme con una mujer, mi corazón en
ese caso, cultiva los extraños laberintos del alma humana, que hacen posible,
que dos seres se encuentren en un lecho y al contacto de sus cuerpos, estallen
los sentimientos más hermosos , no practico el deporte de formar pareja, con
una mujer, si no la quiero, por el contrario, necesito quererla para estar con
ella, de otra manera sería imposible para mi, por otro lado, lo más importante
quizás de su dialogo, no me siento acorralado por la mujer, que quise, si la
tuviera frente mío, se lo que decirle, como hablarle, en otro orden de cosas
señorita Maggie, usted es la abogada, de la mujer, que supuestamente antes quise
y ahora no, si ella le pidiera consejo profesional, dígale que no trate de
buscarme , no porque no quiero verla sino, porque no se, para que debemos encontrarnos,
ahora si señorita Maggie, ya la despido, hasta alguna vez, que nos encontremos
en la vida, buenas tardes, ya puede llevarse sus papeles, como usted dice, están
todos firmados, lo único que le pido, que cuando salga la sentencia, me lo haga
saber por teléfono, gracias.
Nos encontramos en el despacho de Katie, donde
esta lee, lo que le acaba de hacer llegar por mail Maggie, el fallo definitivo
de su sentencia de divorcio, ha partir de ese momento, ya es legalmente libre
de Malcolm, por otro lado, acaba de cerrar una operación comercial muy
importante, que la tuvo ocupada en los últimos tiempos, la integración de su
Compañía, a una Multinacional, lo cual le permitirá, ampliar sus horizontes
comerciales, pero fundamentalmente para ella, verse libre de ser la única
cabeza, al frente de una empresa, situación que ya se le iba de las manos, de
esta forma estará integrada, dentro de un directorio colegiado y así, podrá
disfrutar más del tiempo que se guarda
para ella, hacer cosas que antes le resultaban difícil realizar, por lo pronto
decidió terminar hoy, con las tareas del día y volver a su casa, necesitaba
llevar a cabo un deseo, que hacia mucho tenia y estaba esperando el fallo de su
divorcio, para tratar de que fuera realidad, bajo a la cochera, fue hacia su
coche y una vez en el, se dirigió a su casa, Pall Mall trescientos diez, una
ves en ella llamó al mayordomo Ian, le pidió que le diga a Nicole, la mucama de
cuarto que vaya a verla, quería hablarle, poco rato después, Nicole se
encontraba frente a ella.
--¿Me llamó señora?
--Si Nicole, quiero hablar con vos, necesito
que me escuches y hagas todo lo que te pido, sin contarle a nadie, lo que
hablemos entre nosotras ¿De acuerdo?
--Si señora.
--Nicole ¿Conoces el barrio Brixton, en el
distrito de South London y en el a la cervecería Baywaster? si es así ¿Me podes decir como llegar allí?
--Los conozco señora, pero no es un barrio
para que a esta hora, vayan mujeres solas.
--Lo se, pero eso es problema mío, no te
preocupes, no iré sola.
--Bueno siendo así le explico, debe tomar el
tranvía treinta, que pasa aquí cerca, por la calle Strand, en donde termina su
recorrido, allí es el barrio Brixton, la deja en la calle Baywaster, al mil al
mil quinientos de esa misma calle, esta la cervecería, que lleva el mismo
nombre que la calle, es muy fácil y difícil de perderse, como usted ve señora.
--Si tal cual, entendí perfectamente, una cosa
más, las dos creo tenemos el mismo talle, necesito que me prestes ropa, para ir
a ese barrio, no puedo ir con las prendas mías, tráteme un vestido, una remera,
una pollera, lo que imagines me quedará bien, para ir allá, también un par de zapatos, hace lo más rápido que puedas,
necesito salir ya, antes que anochezca ¿Entendiste Nicole?
--Si señora, pero…
--No hay pero que valga Nicole, apúrate que te
espero, no te olvides de nada.
Nicole salió rumbo a su habitación, volvió al
poco rato, con todo lo que la señora le pidiera, se lo dejo a ella y se retiró,
una vez sola Katie se cambio, quedo convertida en una mujer de clase media baja,
dispuesta a volver a su hogar, en los suburbios de Londres, recogió dinero
chico, las indicaciones de cómo llegar y llamó a Ian, este se asombro, de ver a
su señora de esa manera vestida, pero ella le dijo, que no debía preguntar nada,
callarse de todo lo que vea y estar al tanto, de lo que pase en la casa, ya que
ella, no volvería hasta el día siguiente, cualquier cosa, lo llamaría en caso
de necesitar algo, que este atento, por otro lado si alguien llamase, que le
dijera, que se retiró a dormir, porque se sentía un poco indispuesta, le dijo a
Ian que se fuera, se miro en el espejo, desarreglo un poco su pelo, le quito a
su cara el maquillaje que le quedaba, ya
estaba como quería, plenamente al natural, tal vez como nunca se vio frente al
espejo, que se estaba mirando, salio a la calle y se encamino en dirección a Strand,
era raro, muy raro, caminar hacia su destino, solo caminar sin ir con el auto,
era raro muy raro, tener a la gente cerca de uno, esperar la luz verde para
cruzar la calle, llegar a la parada del tranvía , más raro aún conocer, como
era un tranvía por dentro, sus amplias ventanas, sus pasillos, sus asientos,
uno frente al otro, la clase distinta de gente que lo ocupa, la indiferencia
absoluta de todos por todos, pese a estar pegados uno al lado del otro, parados
o sentados, pero allí estaba ella, en el pasillo de un tranvía, apretada por
gente, que nunca más vería en su vida, rumbo al barrio de Brixton, distrito de
South London, eso jamás le había sucedido, en todos los años de su existencia,
que diferencia, cruzarse con un tranvía, yendo una dentro de un auto
confortable, en el tránsito de Londres y otra, ir dentro de él, colgada de una
argolla para no caer, en busca del final de un recorrido, que nunca transito y
al cual recién, estaba conociendo, a medida que avanzaba con el, veía como las
calles, los barrios y la gente, iban cambiando, mientras el tranvía se alejaba
cada vez más, del centro de la ciudad, como un pequeño tren se introducía, en
los suburbios de Londres, en la miseria, en la niebla, en la soledad. No pudo
dejar de pensar, que en esos lugares, nació y fue criado Malcolm, no pudo
tampoco dejar de pensar, que sería de ella, si hubiera nacido y criada, en esos
mismos barrios, cada vez fue quedando, más vacío el tranvía, por último en una
parada, todo el mundo se bajo, ella también, el recorrido había terminado, miró
donde estaba, tal cual como le dijera Nicole, era la calle Baywaster al mil, se
fijó para donde aumentaba la numeración y hacia allí fue, en busca del mil
quinientos, su lugar de destino, las cinco cuadras que debió caminar,
estuvieron ocupadas por la niebla, la miseria y el smog, pero su presencia por
suerte, paso como una más y pudo llegar, a la cervecería, sin ningún
contratiempo, una ves frente al establecimiento, entró, el silencio de la calle
cambió, por el infernal ruido del local, a esa hora casi lleno, se detuvo indecisa
¿Dónde estaría John Durber? Si era un
parroquiano, habitual del lugar, alguno de los mozos lo sabría, tenia uno cerca
de ella y le pregunto, con un gesto, le indicó una mesa del fondo, fue hacia
ella y se detuvo, frente a tres hombres, que dejaron de hablar y la miraron
sorprendidos, ella, clavó su mirada en uno de ellos y le dijo.
--John Durber, necesito hablar con usted, ya
mismo, por un asunto que me interesa, ¿Puede venir conmigo?
John sorprendido, la reconoció en el acto ¿Como
era posible que la señora Katie Ellis, esposa de su amigo Malcolm? Se
encontrase en ese lugar, vestida de esa forma tan vulgar, siendo casi noche, en
un barrio tan peligroso, rápidamente se acercó a su lado.
--Señora Katie, que hace usted sola y a estas
horas, así vestida en este lugar, por favor explíquese, porque no entiendo nada
y me vuelvo loco.
--No se vuelva loco John, precisamente estoy
aquí, porque necesito de usted, pero lo quiero cuerdo, ¿No habrá una mesa donde
sentarnos y poder hablar un poco? Es más, tengo un deseo John, me gustaría
mucho, que sea la misma mesa, donde Malcolm planeo mi muerte, con usted.
--Señora Katie ¿Qué está diciendo?
--Nada que lo sorprenda John, le estoy
recordando para que, una mañana ¿Por qué fue una mañana no? Vino a este mismo
lugar y hablo con mi esposo, le estoy diciendo, que se quien es usted, de la
misma manera que usted sabe, quien soy yo, ¿Cuál es la mesa John, tengo la
suerte de que este vacía?
--Si señora, es aquella y tiene la suerte, o
no, depende de cómo se vea, que esta vacía, venga, nos sentamos y hablaremos,
todo lo que quiera, le digo que ha partir de este momento, me convierto en la
garantía, de que nada le va ha pasar en este lugar, imagínelo como el más
tranquilo y elegante de Londres.
--Así lo imagino John, vamos a la mesa quiero
hablarle.
Ambos se dirigieron al sitio, donde Malcolm
planeara su muerte, tiempo atrás, se sentaron, pidieron una cerveza ligera,
larger, una fuerte stout, John aguardo escuchar, lo que iban a decirle.
--John he venido aquí, por dos motivos, el
primero es sencillo de entender, no se el lugar actual, donde vive mi marido,
necesito encontrarme hoy con el, sí o sí, por lo tanto le pido que me lleve,
adonde el vive, una vez frente a la puerta de su casa, usted se va y yo me
arreglo sola, para verle, ¿Puede ser John? Le retribuiré con dinero, la perdida
de su tiempo.
--Puedo hacerlo y lo haré, porque conozco
donde vive actualmente, lo único que le pido, que nunca le diga a él, que fui
yo quien la lleve, invente cualquier otro motivo, que sea creíble.
--No se preocupe John, se mentir y se guardar
un secreto.
--En cuanto al dinero, me ofende usted, como
cobrarle por una cosa tan simple, lo hago como un favor nada más, espero que no
me guarde rencor, por lo que planeamos hacer.
--No se sienta ofendido, es su tiempo y mi
dinero, nada mas, en cuanto a lo otro, no es culpa suya John, usted no
planifico nada, la segunda cosa que quisiera pedirle, es un poco más
complicada, tampoco es para hacerla ya, todo depende de lo que me pase esta
noche, de lo que vea y sienta esta noche, pero lo cierto, que ha partir de mi
pregunta, va ha comprender, porque quise sentarme a esta mesa John, porque le
voy a hacer la proposición inversa, a la que le hicieron aquí, hace mucho
tiempo ¿John, estaría usted dispuesto a matar a Malcolm Smith? ¿Con un puñal en
el corazón, asestado en la calle y en la niebla de Brixton? Y si estaría
dispuesto ¿Cuanto saldría este servicio para usted, John?
--Señora ¡Que me esta diciendo! Malcolm es mi
amigo, me sería muy difícil hacer lo que usted me pide, no podría.
--Por eso mismo, lo difícil hace al precio de
las cosas, dejemos la amistad de lado, ¿Cuánto vale matar a Malcolm Smith?
--Vale tanto, que no puedo hacerlo señora, no
piense en mi para eso, búsquese otra persona, siempre encontrará alguien,
dispuesto a cualquier cosa, si le pagan lo que pide.
--¿Y usted no esta dispuesto, a cualquier cosa,
si le pagan lo que pide John?
--Con Malcolm no señora, no estoy dispuesto a
nada, que vaya contra sus intereses.
--¡Esta bien, no hablemos más del asunto! Ya
que acepto, una de mis dos proposiciones,
lléveme a casa de Malcolm, cuanto antes mejor.
--Salgamos ya señora, debemos tomar el mismo
tranvía, que la trajo hasta aquí, el vive más hacia el centro, en un barrio de
clase media.
Pagaron y se fueron, ya las sombras cubrían
todas la cosas y todas las cosas, eran cubiertas por la niebla, sin hablar, muy
cerca uno del otro, caminaron hasta el tranvía, subieron a uno que estaba por
salir y un rato después, se dirigieron al encuentro de Macolm, en su nuevo domicilio,
tan diferente del que había compartido con Katie.
--¿Adonde vamos John?
--Al barrio de Islington señora, esta a mitad
de camino, entre Brixton, de donde venimos y el lugar, donde usted vive.
--¿Qué calle?
--Salisbury cuarenta, es una casa de planta baja, sobre una esquina.
--¿Vive solo allí Malcolm, John?
--Que yo sepa si señora, es más, lo he visto
siempre solo, desde que se separaron.
--¿Nos deja lejos el tranvía?
--No a dos cuadras, el tranvía va por
Bryanston, nos bajamos al cien y caminamos a la izquierda, en la dirección que
lleva el tranvía, la segunda paralela, es Salisbury, si tiene que volver, le
será fácil hacerlo.
--Gracias John por sus indicaciones.
--Señora, estamos llegando, prepárese que es
la próxima parada.
Bajaron y tal como lo indicó John, un rato
después, Katie estaba frente a una casita de planta baja, con su techo de tejas
hacia la calle, ventanas de celosía y puerta verde de madera, John desapareció
y la dejó sola, espero un rato ante la puerta, sin saber que hacer y porque,
había venido, pero si quiso venir, es que debía hacerlo, debía afrontarse con
su pasado, para terminar con el, ya había concluido su relación en la parte
legal, solo –lo más importante- le quedaba definir, de una vez y para siempre,
su parte sentimental, era joven y quería arreglar su vida, pero estaba atada a
un amor, que le impedía hacerlo, lo más triste, presumía que la otra parte, ya
no quería saber nada más con ella, pero necesitaba que se lo dijera en la cara,
escuchar de sus labios, no te quiero, hemos terminado para siempre, ándate y
hace tu vida, esta realidad que la abofetearía, sería lo único que le
permitiría, olvidarse de él para siempre, tratar de buscar nueva pareja. La
otra parte Malcolm, se encontraba detrás de esa puerta verde, de esas celosías
del mismo color, de las paredes blancas que todo lo cubrían, se decidió por fin
y apretó el timbre, del otro lado de la puerta, se escucharon unos pasos, la
llave se accionó y Malcolm, apareció ante sus ojos, enmarcado por la luz
interior
--¿Puedo entrar Malcolm, quiero hablar con
vos?
--¿Que haces en este barrio, a estas horas,
así vestida? ¿Qué te pasa, te has vuelto loca?
--¿Por qué no me invitas a pasar? Nos sentamos
y después veraz, cuales son a tu criterio, mis condiciones mentales, no puedo
quedarme eternamente, en la puerta, mirando el interior de tu living, Malcolm.
--Tenes razón, perdóname, lo que sucede que la
sorpresa, me desoriento un poco, pasa por favor, disculpa mi aturdimiento,
nunca imagine verte aquí, en estas circunstancias, tan imprevistamente y a una
hora, fuera de lo común, adentro tomaremos algo y podremos charlar ¿Qué tomas?
--Nada solo quiero hablar.
--¿De que queres hablar Katie?
--De nosotros dos Malcolm, hoy se ha terminado
nuestra relación matrimonial, por imperio de la ley, hemos dejado de ser marido
y mujer, ya estas en condiciones, de formar una nueva familia, o seguir solo en
esta casa, lo mismo rige para mí, ha partir de hoy, puedo encontrarme con el
hombre que quiera, rehacer mi vida, formar un nuevo hogar y tener alguien, con
quien compartir las noches en mi lecho, que me ame, como supuse que vos lo hacías,
en los momentos que pasamos juntos, como estoy dispuesta a rehacer mi vida, a
buscar esa pareja, te pregunto, ¿Que pensas vos, de todo esto que te digo? Me
aceptas fuera de vos, con otra pareja que me bese y acaricie, me haga feliz,
como un día lo hiciste vos, en mi vida ¿Toleras, que no nos veamos nunca más,
que nuestros corazones, no se den una segunda oportunidad? Es lo que vengo a saber
de tus labios, quiero tomar una decisión que me cuesta mucho, necesito saber tu
opinión, porque tus palabras, abrirán o cerraran para siempre, las puertas de
mi corazón para vos, Malcolm.
--Katie voy a ser claro, por lo tanto voy a
ser cruel, ya no te quiero, no se me da por besar tu boca, acariciar tu cuerpo,
estas acá frente mío, sola, indefensa, a mi merced y no produces en mi, ningún
deseo, estoy muerto para vos Katie, solo pienso, en que todo a terminado para
nosotros, te doy la libertad absoluta que quieras, búscate una nueva pareja,
forma el hogar que deseas y no lo pudiste hacer conmigo, se feliz y olvídame, es
lo mejor que te puede pasar, yo también te olvidare Katie y a la final, lo mismo que vos, tratare de
rehacer mi vida porque no, ambos tenemos los mismos derechos, a no amarnos más.
--Hablaste Malcolm, dijiste lo que tu corazón
quería que dijeras, todo esta dicho por tu boca, eso era lo último que necesitaba
escuchar, para arrancarte de mi vida ¡ya esta! Me siento libre, legal y
sentimentalmente, solo me resta volver a casa y empezar, una nueva vida, adiós
Malcolm, se feliz con lo que desees hacer.
--Katie, no me gusta que vayas sola, a estas
horas de la noche, por este barrio, te acompaño.
--No Malcolm, vine sola y no me pasó nada,
tampoco nada pasará si vuelvo sola, es mejor así, tu compañía no es conveniente
ya, prefiero valerme por mi misma, adiós.
Abrió la puerta verde y se encontró en la
calle, la noche era fría y una leve llovizna, acompañaba a la niebla, no le
importo, retrocedió dos cuadras, en sentido contrario al que había venido, se
encontró con la parada del tranvía y lo espero, como se espera a alguien, que
se sabe que vendrá, al poco rato, los focos amarillos, en la lejanía de las
vías, le indicaron que allí estaba y venia hacia ella, le hizo señas de que
pare, lo tomo, pudo sentarse porque estaba casi vacío, vio pasar a Londres
dormido y silencioso, vio también, que la miseria cada vez se alejaba más de
ella, en la medida en que estaba llegando, al lugar donde vivía y de pronto, se
encontró con el comienzo del barrio de Notting Hill, su barrio, por primera vez
se dio cuenta, que toda ella había dependido siempre, de ese barrio, como Malcolm
y John de Brixton, dos puntos tan antagónicos, unidos por las vías del tranvía,
de pronto supo que debía bajar, fue hacia el motorman y le indicó, donde quería
descender, la misma soledad e igual llovizna, aunque mucha menos niebla, la
acompañaron hasta su casa, entró y fue directamente hacia su cuarto, se encerró
en el, tomando papel y una estilográfica, escribió la siguiente carta.
“Maggie, vos lo sabes aunque yo te lo diga,
no culpes a nadie de mi muerte, solamente yo, tomo la decisión de quitarme la
vida, tengo el corazón destrozado, un tiro en él, poco daño le hará, en
consideración al que ya tiene, no pude conseguir que me quieran, supongo que
jamás lo conseguiré, porque mis bienes materiales, son tan grandes, que ocultan
totalmente a mis sentimientos, nadie se acercaría a mi, por un amor
desinteresado y nunca, estaré segura, de quien me bese, lo haga por amor, debo
partir como llegue, sin haber querido ser la que soy, dueña de algo tan
poderoso, que al final, dejo de pertenecerme, solo arruina mi vida y me impide
ser feliz. En este escrito, en pleno uso de mis facultades mentales, te nombro
depositaria y custodia, de todos mis bienes, con pleno derecho sobre los
mismos, la Compañía está en orden, plenamente integrada a la multinacional, que
la maneja. La ironía de la vida Maggie, en el momento que he decidido quitarme
la vida, Malcolm, no saldrá en nada, favorecido de esta decisión, quizás sea
mejor así, me pidió que lo olvide y la muerte Maggie, lo contrario de la vida,
te hace olvidar de todo, hasta de vos misma, no te escribo más, no quiero
alargar este acto, que en realidad, debe ser lo más corto posible, tan corto,
que el simple movimiento de un gatillo, cuestión de segundos, me hará pasar, de
la totalidad de las cosas, a la nada absoluta del misterio, adiós Maggie,
fuiste una gran amiga y te agradezco, todo lo que hiciste por mi, se que
quedaré en este mundo, flotando en tu recuerdo, hasta el último día de tu vida,
adiós, Katie”
Fue hasta su tocador, dejo la carta en el y
abrió un pequeño cofre, que estaba sobre el mismo, de el extrajo una pistola
calibre veintidós, se descubrió el seno izquierdo y puso, el caño del arma,
debajo de el contra su pecho, en el momento que en ese cuarto, iba a sonar, el
seco estampido de un disparo, sonó el celular, este ruido familiar y mundano,
la desoriento, no supo que hacer y automáticamente, retirando el arma de su
cuerpo, contesto.
--Hola.
--Katie, ¿Llegaste bien? Soy Malcoln, estaba
preocupado por vos, te fuiste en plena noche y de un barrio, que no conocías,
me reprocho el no haberte acompañado, espero que no te halla pasado nada.
--Llegue bien Malcolm, sin ningún problema, ¿A
que viene tu preocupación? Si como me afirmaste hace un rato, estas muerto para
mí.
--Escucha Katie la verdad, me dolió mas tu ausencia,
que tu presencia, cuando te fuiste, solo cuando me dejaste, comprendí que te
necesitaba al lado mío.
--No creo lo que me decís Malcolm, te repito,
hace un rato nada más, en tu casa, no dejabas traslucir para nada, lo que me
estas diciendo ahora, es más, me ibas a decir la verdad, por lo tanto, ser
cruel conmigo y lo fuiste Malcolm, ¿Por qué en tan corto tiempo, se dieron
vuelta tus sentimientos?
--Por favor Katie, no sigamos esta
conversación por teléfono, quiero verte ya, ahora mismo y charlar con vos,
frente a frente.
--¿Queres eso Malcolm?
--¡Si quiero eso! Lo que te estoy pidiendo,
hablar hoy con vos.
--Esta bien, acepto Malcolm, vamos a darnos
esta oportunidad, pero no quiero que sea en casa, en esta casa, que nos vio
tantas veces juntos, mejor hablemos en un bar, seguro que para venir, vas a
toma el tranvía treinta, si es así, al bajarte en la calle Strand, a la altura
de casa, seguí por ella una cuadra más, allí esta el café Portobello, que tiene
abierto toda la noche, te espero en el Malcolm.
Conozco el lugar, tené cuidado cuando salgas,
porque es muy tarde.
--No te preocupes, me cuidare.
Cortaron, un largo silencio se produjo en el
cuarto, un cambio de actitud, en el alma de Katie, recogió la carta y el arma
del tocador y las puso en su cartera, no se arreglo, tal cual había venido,
volvió a salir, un rato después casi sola, ya que muy pocos parroquianos, a esa
hora de la noche, estaban en el lugar, se quedo esperando a Malcolm, sentada en
una mesa del Portobello, por un instante, pensó que si Malcolm no la habría
llamado, jamás hubiera estado en ese sitio, ni en ningún otro, su vida habría
terminado, poco tiempo atrás, que extraño todo, Malcolm que la quizo matar, fue
quien ahora, sin saberlo siquiera, le salvo la vida, ¿De que necesitaría hablarle?
¿Por qué este cambio repentino, hacia ella? Eso es lo que esperaba saber,
sentada a la mesa, del Portobello, en el momento justo, que Malcolm llegaba.
--Katie por fin llego, estaba preocupado por
vos, es muy tarde y no me gusta, que estés esperando sola, en ningún bar de
Londres.
--No te preocupes, no hace mucho que estoy,
como podes ver, algo de gente hay en el local.
--Quiero seguir con la conversación, que
tuvimos hace un rato Katie, como te digo, es cierto, mis palabras de casa, no
condicen para nada, con el dialogo en nuestros celulares, pero pongamos como
ejemplo, que halla en mi casa, hable con el maldito cerebro y cuando te fuiste,
me di cuenta que había sido un tonto, deje pasar la mejor oportunidad en
nuestras vidas, de juntos, tratar de encontrar al amor, que alguna vez estuvo
entre nosotros.
--¿Alguna vez Malcolm? En lo que a mi respecta,
siempre lo tuve presente, siempre te quise, el problema sos vos, ¿Qué pasa con
vos? Que no terminas de definir, si me aceptas, como la mujer de tu lecho, si
entendes de una vez por todas, que el amor, es la entrega hacia el otro y no,
la especulación sobre el otro, Malcolm, fui a tu casa porque te quería, sino no
habría ido jamás y salí de ella, convencida que te sigo queriendo, pero no veo
lo mismo en vos, allá me explicaste, que no despertaba ningún deseo en vos, acá
me dices, que debemos buscar el amor, que alguna vez estuvo entre nosotros, no
Malcolm, el que debe decidir si me quiere o no, el que debe pensarse, como el
compañero, que me quiso y me quiere, sos vos, yo estoy muy segura de mi amor,
Malcolm, siento que vos no lo estas, que me citaste aquí, para lo mismo, para
refregarme tu indecisión y hacerme sufrir, ya estoy cansada, estoy triste, me
doy cuenta que lucho, contra una pared y esa pared, es tu carácter Malcolm, me
pregunto, te pregunto ¿Sabes amar? ¿Comprendes lo que es querer al otro, sufrir
por el otro? Yo si, yo lo entiendo, por eso estoy sufriendo en este momento,
siempre me pregunto lo mismo, ¿Vale la pena sufrir por vos? Es preciso que no
pueda querer a nadie, sino resuelvo esto con vos, puede ser que sea necesaria
mi muerte, para que me sientas de otra manera, ¿Porque desde que nos separamos?
¿Nunca saliste con ninguna mujer? y hoy, estas al lado mío, fuiste vos que me
dijiste no quererme, quien después me llamó, desesperado para hablar conmigo,
no aguanto más tus dudas Malcolm, porque me las trasmites a mí, por momentos
pienso, me quiere y de repente, no, todo se acabo, quiero que seamos nuevamente
pareja, estimo que nunca lo dejamos de ser, pero para ello son necesarios dos
Malcolm, no una y una duda, debes decidirte, te lo voy a preguntar para que
entiendas ¿Me amas Malcolm? ¿Estas dispuesto a que estemos juntos otra vez? No
como antes, en mi casa, a la que no quiero nunca mas, volver con vos, sino en la
tuya, en la de puerta y celosías verdes, en la de gente común, como nunca he
sido, así quiero volver con vos Malcolm, hoy, que no necesitas de mi para vivir,
hoy, que ganas tu dinero, que puedes mantener una familia, yo quiero esa vida al
lado tuyo Malcolm, yo tengo plata, pero se quedará en un lugar, donde no
estorbe, donde no arruine nuestros sueños, a la Compañía Malcolm, ya no la
manejo más, esta en manos de una multinacional, yo solo veo mi cuenta bancaria,
sin preocuparme por nada más, mi casa esta que tengo, será exclusivamente mi
refugio de trabajo, cuando lo necesite, o quizás la venda, que sería lo mejor,
demasiado lujo y demasiada gente a mi alrededor, para llevar la vida que
quisiera con vos, ese, el de nosotros en mi casa, fue un tiempo que no quiero
que vuelva, Mallcolm, solo quiero estar a tu lado y vos junto a mi, en la
casita en que vives , ser dos seres comunes Malcolm, que pueden caminar, tomar
sol -si alguna vez hay sol en Londres- vivir como la gente que ví, desde el tranvía
al ir esta noche hacia Brixton, el dinero, no me puede dar la felicidad de que
me ames, Malcolm, el que me la puede dar, sos solamente vos, pero no quiero que
tampoco, nos contaminemos con mi dinero, necesito vivir del tuyo Malcolm, del
que ganas trabajando, igual que todos, no quiero ser el banco de Londres a tu
lado, Malcolm, quiero ser esa mujer que se acuesta y se levanta con vos, que
lava y hace la comida y como sabe de finanzas, te ayuda en tu trabajo, para que
ganes un poco más y podamos vivir mejor, esta noche Malcolm, mientras viajaba
en el tranvía y tenía contacto, con la gente común, por primera vez en mi vida,
me di cuenta, que en el fondo te costaba amarme, porque yo soy y siempre fui,
del barrio de Notting Hill, vos por el contrario, toda tu vida estuviste en
Brixton Malcolm, entonces pensé, como sería yo, si también hubiera pasado toda
mi vida, en Brixton, no me quise responder, porque me di cuenta lo que sería,
al comprenderlo, instantáneamente sentí, como se me terminaban mis ínfulas de
clase, porque en realidad Malcolm, nosotros no somos, lo que quisimos ser, la
casualidad nos llevo a ello, por lo tanto Malcolm, pensé en vos, en el Brixton
de toda tu vida y me pensé a mi, en Notting Hill siempre, y decidí, que debíamos
buscar un termino medio, para estar juntos Malcolm, de otra forma, todo
volvería a ser como antes y nuestra pareja, naufragaría nuevamente. Por la
casualidad de los hechos, que se producen sin saberlo, se me ocurrió vivir con
vos, en Islington, a mitad de camino de ambos barrios, allí, en la casita de
puerta y celosías verdes, tejas rojas y paredes que fueron blancas, debemos
rehacer nuestra vida Malcolm, yo más que vos, adaptarnos a la idiosincrasia, de
la gente del lugar, mezclarnos con ellos, ser ellos, terminara por convertirnos
en nosotros, eso es lo que quiero para vos y para mi, yo estoy dispuesta a
hacerlo, es más quiero hacerlo, porque lo madure en mi, no se cuan maduro estas
vos para ello, pero créeme, ahora que te veo frente mío, en medio de la
madrugada, solos en un café casi vacío, te ofrezco la oportunidad, de que
vivamos juntos, de una manera muy distinta, a la que lo hemos hecho, necesito
entonces Malcolm, que en esta soledad, como te digo, tus palabras completen, el
plan que te propongo, habla Malcolm, te escucho en el silencio, que es la mejor
forma de oírte.
--Si desde que nos separamos Katie, nunca
frecuente otra mujer, ni se me ocurrió hacerlo, era porque me sentía tuyo y no
quería defraudarte, tampoco tenía el coraje de encontrarme con vos, a veces
aunque no lo creas Katie, sobre todo en cuestiones del corazón, soy cobarde,
esperaba, solo esperaba que algún día, fueras vos, quien volviera a mi, porque
sabía que lo harías, cuando fuera el momento exacto para ello, el momento llegó,
esta noche en casa y esta noche en casa, como te costumbre, fui un tonto, te
dije cosas, que al irte vos y caer yo de nuevo, en la soledad más absoluta, me
di cuenta que no siento, que son falsas, consecuencia tal vez del barrio de
Brixton, de mi crianza en el, de mi
maldito machismo, ¡te amo Katie! Puedo besar tu boca y acariciar tu cuerpo,
sintiendo el mayor placer por ello, sintiendo que lo estoy haciendo, con mi
verdadera compañera, la mujer que me aguanto, todas las locuras de mi vida,
siempre esperé que vuelvas a ser mía , te abrí todas las puertas que pude para
ello, de ahí que firmara el divorcio, rechazando toda tu fortuna, de ahí que
aceptara todo lo que vos proponías, porque sabia, que lo que vos tratabas de
hacer, sería para beneficio de los dos y algún día, vendrías a ofrecerme,
compartir con vos, el nuevo mundo que estabas creando, no le di a tu abogada mi
dirección, porque no quise que pensaras, que estaba necesitando de que vengas a
verme, aunque si te digo, lo precisaba y sufrí mucho, pensé y en eso acerté,
que tu sola cuando lo consideres necesario, vendrías a buscarme y aunque nadie
me lo dijo, se que mi amigo John, estuvo detrás de esto, lo que me asombra
Katie, es tu audacia, ¿Cómo fuiste a Brixton, a la cervecería Baywaster? No lo
entiendo Katie, ni yo hubiera ido solo y sin armas, a la hora que vos fuiste,
ahí entendí cuanto me amabas, pero volví a ser un tonto ¿Será mi amor propio?
No lo se, volví a ocultar mis sentimientos hacia vos, te dije cosas como ser,
ya no te quiero estoy muerto para vos, no produces ningún deseo en mi, cuando
en realidad, te hubiera comido a besos y caricias, no lo hice, ¡peor todavía!
Produje en vos decepción y tristeza, sensación, de que todo había terminado
entre nosotros, con esa penas rondando en tu corazón, te ví partir Katie, sola
rumbo a no se que, ¿Fue mi caracter? ¿No puedo manifestar mis sentimientos?
¿Hay una barrera en mi, que desconecta al cerebro, con el corazón? No lo se
Katie, quizás me lo puedas decir vos, que sos más suspicaz que yo, en cuanto a
como recrear nuestra pareja, estoy total y completamente de acuerdo, en todo lo
que hablaste Katie, sos mucho más inteligente que yo, para planificar nuestro
futuro, es verdad, debemos terminar con viejos símbolos, que más que acercarnos,
nos separan, tu dinero, ese que heredaste de tus padres, déjalo donde esta, espero
no tengas que tocarlo nunca, no me interesa en lo mas mínimo y ya te he dado
prueba de ello, crearemos como vos decís, nuestro propio dinero, trabajando
juntos, viviendo en Islington Salisbury cuarenta, que será una fusión, de
Notting Hill y Brixton, ya no seremos ni vos ni yo, seres opuestos, que se
encontraron por casualidad, seremos nosotros dos juntos, unidos por lo que
queremos ser y no, por lo que quisieron que seamos, ¡Te quiero Katie! ¡Te
necesito! Más allá de mis dudas y mi incertidumbre, mas allá de mi educación y
del barrio, de donde vengo, que hoy por primera vez vos conociste, es una nueva
vida la que iniciamos, teneme paciencia, si a veces mi adaptación a ella, se
hace un poco más lenta, de lo que vos pretendes, pero ayúdame y cuando te diga
una expresión equivocada, como -encontrar el amor que alguna vez estuvo entre
nosotros- dame un beso, decime que ese amor no hace falta buscarlo, porque
siempre estuvo entre nosotros, si te aguarde en soledad todo este tiempo Katie,
es porque te quiero y más aún, te necesito, como mujer al lado mío, no me puedo
pensar sin vos, no quiero que mi cama la ocupe otra, que no seas vos. Hay una
sombra en mi conciencia, que creo que es espejo, de otra que estará en la tuya,
el ¡maldito día! Que me reuní con John, en la cervecería Baywaster, para
planear tu muerte Katie, eso es lo que todavía, me hace dudar, de que puedas
haber olvidado, semejante hecho, que el mismo no influya, en nuestro amor.
--Lo olvide Malcolm, fue un hecho de nuestras
vidas, que lo comprendo y no quiero recordar, lo di por definitivamente olvidado,
cuando estuve en la cervecería Baywaster, con John, para exorcizarlo, le pedí
que nos sentáramos en la misma mesa, en donde habían sellado ese acuerdo,
Malcolm, cuando estuvimos en ella, me transforme en vos, le dije que quería
matarte Malcolm, que le ponga precio a tu vida.
--¿Qué dijo John, porque se lo habrás
propuesto seriamente?
--Si Malcolm, seriamente, me contesto que no
lo haría por ningún precio, que busque a otro para eso, el nunca lo llevaría a
cabo Malcolm, eso me hizo igualarme a vos, ambos habíamos ofrecido lo mismo,
por consiguiente, estábamos iguales en nuestras malas intenciones, pero hay
referente a esto, otro hecho sorprendente Malcolm, que pasó entre nosotros,
esta misma noche, lee esta carta Malcolm.
Malcolm tomo la carta que Katie escribiera, cuando
estaba decidida a matarse, la leyó dos veces, porque no entendía lo que pasaba.
--Katie amor ¿Qué horror quisiste cometer?
¡Porque hiciste esto!
--Porque creí que ya había tocado fondo, que
ya basta conmigo, pero justo cuando agarre la veintidós, que tenía en casa, vos
me llamaste por el celular, ese timbre, tu llamado Malcolm, evitó que me mate,
por lo tanto estas redimido ante mis ojos, para siempre, si ayer quisiste
matarme, hoy amor sin darte cuenta, me salvaste la vida.
--¿Dónde tenes el arma Katie?
--En la cartera.
--¡Que locura! Por favor amor, dámela.
--Aquí la tenes.
--Para colmo esta sin seguro, es un peligro un
arma, en estas condiciones.
--Quería matarme Malcolm.
--¿Lo habrías hecho?
--Me salvaste la vida
--Katie por Dios
amor, lo que hoy hace un momento, intentaste llevar a cabo, no se te debió
haber ocurrido nunca ¿Qué sería de vos y de mí, si no hubiera llamado? ¿Si la
casualidad, no hubiera entrado en tu habitación, en ese instante? Creo
que este diálogo, entre nosotros, no
hubiera sido posible jamás, un frío helado me recorre el alma, al
imaginar una situaron así.
--Lo pensé, si que
lo pensé, mientras hablábamos, pensé que no era yo, que era una nueva nacida,
la que hablaba con vos, pero Malcolm, todo paso, te pido perdón por lo que
quise hacer, estaba loca ¿Malcolm entiendes? Loca.
--Comprendo, quiero
comprender y no sentirme culpable, Katie, se que fui el disparador, de todo lo que
te paso, el idiota que te trató mal, cuando debió amarte y entregarse a vos,
como en el fondo quería.
--Por favor Malcolm,
no te eches más culpas, ni me las eches a mi, dejemos todo como esta, nos
encontramos de nuevo amor, estamos juntos, eso es lo que importa, del hoy hacia
adelante.
--De acuerdo Katie,
tenes razón dejemos esto, veamos como nace el nuevo día, la luz del amanecer
juega, con la niebla de Londres, es hora de irnos de aquí, de este café, que
muy pronto, se llenará de gente nuevamente, ¿Vamos a casa Katie?
--¿Lo deseas de
verdad Malcolm? ¿Estas dispuesto a
llevarme a tu casa, nuestra casa? Y amarme como corresponde, estas dispuesto a
que tu boca, muerda mi boca, a que la palma de mi mano, juegue con tu pecho, te
crees capaz de penetrarme y demostrarme, todo el amor que necesito, deseas que
sea tuya, como yo deseo poseerte, hacerte depositario, de todos mis deseos, de
mi amor, como yo se receptora, de todo el sexo que me brindes Malcolm, ¿Serás
capaz? Quiero amarte, siento la necesidad de que me ames, preciso sentir, que
estoy en la cama, del hombre que es mío y se entrega a mi, con toda su alma y
su pasión, no te guardes nada de lo que piensas darme, porque ansío todo lo que
tienes, para mi Malcolm, en estas condiciones y con la esperanza que se cumplan,
voy a tu casa, nuestra casa, a vivir en ella, lo que planee y quiero vivir
¿Aceptarás el reto que te envío, amor de mi vida sueño mío?
--En estas condiciones y con la seguridad, de
que se cumplan, vendrás a mi casa, a nuestra casa, a mi lecho, a mi vida
nuevamente, porque te amo y siempre supe, aunque trate de ocultarlo, que no
puedo vivir sin vos, que es preciso que estemos juntos, para no separarnos más.
--Entonces vamos Malcolm, vamos a Islington, a
la casita de puertas y celosías verdes, al lugar donde quiero estar con vos,
unidos para siempre Malcolm.