lunes, 18 de junio de 2012

LEUCIPO



De átomos hablaba, fue escuchado por los hierofantes, lanzadores de conjuros divinos, quiénes mediaron ante Ashipu, para que este, mediante sus encantamientos, recitara las formulas mágicas. Uso el poder de Ea, fuente de toda sabiduría, determino entonces: " que de lo que no existe, nada se hace, ni en lo que no es, nada se corrompe".Camino por el mundo. En la india escucho, a los filósofos desnudos, en Persia, leyó el Avesro, el libro sagrado de Zoroastro, allí entendió, que los átomos son infinitos, tanto en la magnitud, como en el número. Que estos átomos, forman el alma y que esta, no es diversa de la mente. En Melos, siendo discípulo de Zenón, se unió a Demócrito, juntos fueron en la búsqueda, de los cinco planetas, que llamaban, intérpretes de los treinta astros, consejeros de los dioses. Buscaron del zodiaco, los doce señores, quienes sostenían, que el mundo era eterno, sin principio ni fin, pero que todas las cosas existían, según un orden, siendo la necesidad, la causa de la generación del universo. Luego, el fuego fue su camino, aprendieron con Heráclito, que la única y verdadera sabiduría, es conocer la mente, de Demeter, recibieron la faja roja para protegerse, más el anillo de hierro expuesto, al poder divino, de las piedras magnéticas. Entendieron que "este cosmos, que es el mismo para todos, no ha sido hecho, por ninguno de los dioses, ni de los hombres, sino que siempre fue, es y será, un fuego eterno y vivo, que se enciende y se apaga, obedeciendo a medida".Supieron que lo uno, ha de concebirse como un todo, aunque el devenir, es la consecuencia de las cosas, el cambio, origina el cambio, y lo anterior hoy, se vuelve posterior mañana. Dejaron de pensar, el cofre y la cesta con tapa sagrada, guardan el misterio de los giros infinitos, convertidos en átomos, solo se sabe, que la verdad, esta escondida en lo profundo de aquello que acontece.


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