Mis amigos me llaman Fede, Federico para
los otros, soy un tipo que me hice solo,
de joven trabaje y estudie, hasta que me
recibí de abogado, debo decirles que soy piola, por lo tanto a partir de ese
momento todo me fue más fácil, forme mi estudio, y me dedique a los asuntos de
familia, tuve éxito, divorcios, adopciones, herencias, cuando
estaba establecido conocí a Clara, hermana de un abogado que posterior-
mente fue socio
mío, hermosa mujer, buen cuerpo, senos ni muy grandes ni muy chicos, excelente
culo, como dije me gusto, empezamos a salir, día a día, bailes, hoteles,
teatros, lugares de diversión, hasta que llegado el momento entendí que era la
mujer para mi, le pedí que nos casáramos, acepto, estamos juntos desde hace
ocho años, pero les diré algo, con el tiempo me dí cuenta que no podía estar en
cuerpo y alma con una sola mujer, mejor dicho en alma quizás si, pero en cuerpo
no, razón por la cual distintos asuntos de familia, me fueron acercando mujeres
que las convertí en amantes, pero atención con Clara todo bien, ella me cree el
más fiel de los esposos y yo disimulo como tal, a esta altura ya deben darse
cuenta que soy mentiroso como les manifesté también, que era un buen abogado,
pero, ¿porqué tanta charla en esta presentación? , sencillamente siempre hay un
pero, en una parte importante de nuestra relación, no puedo darle a Clara la
felicidad que ella quiere y necesita, lo que más desea es un hijo y no lo
podemos conseguir, en estos ocho años polvo va, polvo viene y nada, no queda
embarazada. Se hizo estudios ella, me hice estudios yo, y no se que, pero no
pasa nada, en estos momentos el asunto que mas nos complica la vida, la
tranquilidad, es que Clara no puede tener un hijo conmigo, estoy desesperado,
¿Qué hacer? En mi condición de abogado de familia le propuse una adopción, no
acepto, me miró fijo y expresó, ¡de los dos o nada! , y aquí estoy, sumergido
hace tiempo en esta nada existencial, sin saber que hacer, eso que
anteriormente me manifestaba piola, de tiempo completo, pero algo me esta
fallando, no se, otra cosa, creo que cometí una macana, estoy saliendo con una
amiga de mi señora, no se que me paso, por experiencia profesional un abogado
sabe que eso no debe hacerlo nunca, pero al final la culpable fue Clara, me la
metió en casa, venía siempre, algunas veces se quedaba a cenar , como es
divorciada yo tenia que llevarla a la casa, Fede lleva a Flor, es tarde para
que vaya sin compañia me decía, si Clara, y allí iba yo con Flor rumbo a su
departamento, vivía sola, linda, divorciada, fui un fiel chofer los tres
primeros viajes nunca más pude serlo, a Flor una potra, esto le pareció
divertido, sumamente excitante, era amiga de mi señora, y amante mía, es mas cumple
los dos roles a la perfección, no se le mueve un músculo, debo reconocer que
conocí a una persona más mentirosa que yo, ella no es abogada, es bioquímica,
tiene un pequeño laboratorio de análisis más el hospital, vive bien, tampoco
tiene hijos, dice que conmigo goza mucho y esta cómoda cojiendo, cartón lleno
pensaran ustedes, puede ser, pero yo que soy un profesional astuto, a veces
temo que este pleito termine mal y pase
a la condición de reo, debo confesarlo, también me gusta Flor, entiendo que Clara
debe tener un hijo, pero hasta el momento no encuentro la solución a todo esto,
y para colmo otro familiar más, voy a una entrevista con Joaquín, hermano de
Flor, abogado recién recibido que tanto Clara como ella insisten en que venga a
trabajar a mi estudio, no puedo evitarlo, lo voy a tomar, que hombre, abogado
inclusive, se resiste a la presión combinada de su esposa y su amante, nadie,
menos yo que soy piola. Caramba, ya estoy llegando, lo cite en este café de
Avenida Cabildo, Cabildo y Juramento, voy a ver si encuentro estacionamiento
por Ciudad de la Paz, dejo el auto y listo.
Federico estaciono
su auto y se dirigió rápido al café señalado, ya que llevaba unos minutos de
atraso, cuando entró, de acuerdo a los comentarios y fotos que ambas le mostraron,
enseguida ubicó a Joaquín, sentado en una de las mesas que daban a la calle
Juramento.
--¡ Que tal ¡, soy
Federico el esposo de Clara.
--Mucho gusto doc.
Joaquín, el hermano de Flor.
--Perfecto ya nos
presentamos, no me digas doc. llamame por mi nombre, si vamos a trabajar juntos, me gusta un
ambiente de camaradería, donde no haya títulos
rompiendo los oídos.
--Excelente, la
verdad yo también pienso lo mismo, para no perder más tiempo y entrando en
materia, aquí tiene mi curriculum y el estudio donde trabajo, además hace ya
casi un año que me recibí, quedo a su disposición para lo que quiera preguntar.
--No nada Joaquín,
esta todo bien, conozco a la competencia donde estas trabajando, si te tomaron
es porque sos bueno, el sueldo que ganas lo puedo pagar, en el estudio cada
juicio que se gane, un veinte, veinticinco por ciento se reparte entre los
profesionales, si traes vos un cliente, tendrás mejor retribución. Ahora
si, a mi me gusta ganar juicios no perderlos,
por lo tanto lo único que te pido, es atención en como acumular pruebas,
conseguir ventajas, de cualquier forma, eso de cualquier forma después lo
hablamos cuando llegue el momento ¿de acuerdo?
--Si Federico, me
gustaría mucho trabajar con ustedes son un estudio muy conocido y para mi un
principiante es todo un desafío y una oportunidad.
--Bárbaro, aquí te
dejo la dirección del estudio te espero mañana,
entramos a las nueve, ¡que joda! No vino el mozo y me quede sin café
pero debo irme, Clara me espera para el teatro y se está haciendo tarde, chau
Joaquín nos vemos.
--Vaya tranquilo
Federico, aquí los mozos no se preocupan, la gente sale y entra continuamente,
hasta mañana.
Federico salió en
busca de su auto, minutos mas tarde ya en él se dirigió rumbo a su hogar, donde
lo estaría esperando Clara como bien dijo para ir al teatro. Vivian en una
linda casita estilo moderno de planta baja y primer piso sobre la calle Moldes,
pasando Congreso en dirección a la provincia, estaba en un barrio tranquilo y a
la vez muy comercial, le gustaba. Acciono el portón del garaje y entró, dejó su
auto al lado del de su esposa y subió a los dormitorios donde suponía que Clara
estaría terminando de arreglarse, así fue efectivamente, la encontró frente al
espejo en los últimos detalles. Se besaron.
--¿Qué tal Clara
como estas, todo bien?
--Si Fede, ya
termino y podemos salir, estamos un poco justos de tiempo.
--No te preocupes,
me acomodo y ya nos vamos, me demore
porque tuve una entrevista con este chico Joaquín.
--Así, lo tomaste,
que te pareció, tenía razón Flor en que valía la pena.
--Si, la verdad
creo que con el tiempo será un buen profesional, eso es lo que necesita el
estudio. Bueno partimos si estas lista..
--De acuerdo
salgamos..
Volvieron al garaje
y Federico le pidió que vayan en el auto de ella porque él estaba cansado de
manejar. Así lo hicieron, buscaron Libertador, Avenida Pueyrredón, Alvear,
Talcahuano y ya estaban en la Avenida
Corrientes, en busca del teatro de revistas donde pensaban pasar un instante de
abandono total de los problemas.
--Clara mira, ahí
en esa playa hay lugar, entra y dejamos el auto ya que estamos a dos cuadras
del teatro, caminamos un poco, la noche esta linda.
--Te has puesto
sentimental, tengo miedo.
--No temas, sabes
que te amo y me gusta demostrarte mi cariño, llevarte del hombro por
Corrientes, porque no, mezclado entre la gente es cuanto mas te quiero, ya que
me doy cuenta cuanto vales.
--¡Para loco!, voy
a chocar el auto de la emoción, estas totalmente adolescente, espera ya
estaciono y vamos.
Salieron ambos del
estacionamiento como dos enamorados, tomados del hombro cruzados los brazos en
la espalda, se fueron rumbo al espectáculo que les pareció muy entretenido, divertido
y provocador, satisfechos y con el humor menos alterado, una vez que dejaron el
teatro decidieron ir a cenar a Puerto Madero, poco después, los encontramos
ubicados en coqueto restaurante de la zona de los diques, entregados al placer
de comer cosas ricas.
--Fede.
--Si Clara.
--Hoy conociste a
Joaquín, es un hecho que lo tomas en el estudio.
--Por supuesto, ya
te lo dije, mañana empieza, imagino que Flor se pondrá contenta, ambas me
hinchaban con eso.
--Calcula lo que es
para una hermana el futuro de su hermano, ella estaba preocupada, quería
colocarlo en un buen estudio y el tuyo lo es.
--Cierto, hablando
de Flor, hace unos días que no la veo en casa, ¿paso algo entre ustedes?
--Nada, que te
pasa, tiene mucho trabajo, eso es todo, pero mañana salimos a almorzar juntas,
así que no te preocupes si falto todo el día, a la noche hablamos.
--Por supuesto, que
inconveniente hay, me parece bomba que charlen entre ustedes y pasen un lindo
día juntas.
--Seguro, será un
día muy especial, porque pensamos disfrutarlo, salir en serio.
--Perfecto, total
justamente el de mañana ha de ser para mí un día muy complicado, tengo dos
audiencias de conciliación bastante bravas, especialmente porque no quiero que
se reconcilie nadie, pero bueno veremos.
--Amor, llama al
mozo y pedimos el postre, ya es tarde, mañana quiero estar lo más descansada
posible.
--Tenes razón,
¡mozo!, por favor.
Eligieron los
postres, después ella pidió te y él café, fueron al estacionamiento y
terminaron en Moldes, su hermosa casita, durmiendo placidamente en espera del
día de mañana.
Sonó el despertador
igual que siempre a las siete del otro día, Federico se levanto he hizo la
rutina, el baño, afeitarse, perfume, gel en el cabello y enseguida al placard,
camisa, traje, todo lo necesario para ser y parecer un buen profesional, estaba
terminando con su arreglo cuando apareció Clara en pijama.
--Fede, me levante
así desayunamos juntos, hace un tiempo que perdimos la costumbre, total en un
segundo preparo todo.
--Bueno, yo pensaba
desayunar en el café al lado del estudio, pero acepto, es un buen comienzo
tomar café con vos antes de salir.
--Por eso lo hago,
quiero que empecemos la mañana bien unidos, sentate y busca las tazas que en un
ratito sirvo todo.
Federico vino con
las tazas, las dejo en la mesa, sacó el dulce y la manteca de la heladera,
trajo unas galletitas de agua que le gustaban mucho, en ese instante sonó el
celular.
--Hola, sí.
--Federico, habla
Joaquín tengo un inconveniente. con empezar hoy a trabajar, no me dí cuenta
anoche pero tengo que pasar por el estudio en donde estoy ahora, para terminar
unos asuntos pendientes, pero mañana estaría seguro y libre de toda
preocupación, ¿puede ser?
--Si Joaquín esta
bien, no hay inconveniente entiendo que no puede uno irse de un trabajo de un
día para otro, te espero mañana.
--Gracias y
disculpe por no darme cuenta antes.
--Nada, todo bien,
hasta mañana.
Apago su celular en
ese preciso instante entraba a la cocina Clara con el café y la leche, mientras
los servia miró a su esposo y le pregunto.
--¿Quién llamó?
--Joaquín que en
ves de hoy empieza mañana, algo sin importancia.
--Que suerte así
podemos tomar el desayuno tranquilos, veni sentate, tene en cuenta que salgo casi todo el día con Flor, no te
preocupes por mi, después a la noche hablamos.
--De acuerdo, ya te
explique, hoy tengo una jornada muy agitada, no voy a estar para nadie.
Desayunaron,
charlaron de los titulares del diario, más adelante beso mediante y promesas de
cariño eterno Federico en su auto partió rumbo al estudio.
Clara se quedo
leyendo un rato el diario, después acomodo la cocina, decidió darse un baño
pues mas tarde tendría que salir y para ella era una salida muy importante, tan
importante, que se dio un hermoso baño de inmersión , salió de el, se perfumo
todo el cuerpo, y se vistió de la manera mas atractiva posible, sabia que lo
que hacia debía estar hecho a la perfección, ya que era el condimento mayor del
encuentro que se había propuesto realizar, ya lista a punto de irse llamó a
Flor.
--Hola Flor
--Que tal Clara
esperaba tu llamado.
--Todo listo.
--Si hable con el y
no hay ningún inconveniente, ya sabe perfectamente a que y para que va, quédate
tranquila es joven pero experimentado, hará bien su papel.
--Así espero Flor,
luego te llamo y nos vemos, para contarte como fue todo.
--De acuerdo, desde
ya te digo que será muy divertido, para mí como para vos.
--Por supuesto,
chau.
Salió al garaje, se
acomodo en su auto acciono el portón, y en poco tiempo se hallaba en medio del
transito, encaminandose a un café por la calle Honduras en Palermo, no le costo
mucho ubicarlo, dado que se preocupó en fijarse bien donde quedaba y el camino
para ir, tenía lugar en toda la cuadra para estacionar, por lo tanto hizo tal
cual le dijeron y dejo el auto lo más alejado posible del frente del local en
un lugar que pasaba inadvertido para cualquiera, se miró al espejo, estaba
hermosa como hacia tiempo no se veía, trabo el volante con la barra, abrió y
fue al encuentro de la persona que la esperaba, entró al café, poca gente en su
interior, sobre un costado en una mesa de difícil ubicación desde el exterior,
estaba sentado un hombre joven en actitud de espera, fue decidida a su
encuentro.
--¿Joaquín?
--Clara, ¡verdad?,
no puede ser otra, esta usted muy hermosa, tal como me la describió mi hermana.
Sientese por favor, ¿quiere tomar algo?
--Un cortado.
--Ya se lo pido.
Por favor un cortado.
--Flor es una gran
amiga, la única que tengo, y esta aventura que me propuso entre usted y yo,
aunque de momento me pareció totalmente loca, hoy la acepto, espero que la
pasemos lo mejor posible.
--Así será Clara,
no tenga miedo, esto que vamos a hacer es una simple aventura de amor, diríamos
romper la rutina no te parece.
--Tenes razón, a
veces no hay nada mejor que romper la rutina, renovarse, cambiar a ver si se
consiguen cosas nuevas, vamos. ¿pero adonde vamos?
--No te preocupes y
dejame a mí, en este asunto soy el experimentado, te propongo ir en mi auto y
el tuyo lo dejamos aquí, luego te traigo y nos separamos.
--De acuerdo
Joaquín veo que sos una persona previsora y responsable, esto es importante.
--Diría mas soy
totalmente reservado, en marcha.
Joaquín llamó al
mozo, pagaron y una vez ubicados en el coche de él se alejaron rumbo a lo
desconocido para Clara, estuvieron un tiempo sin hablar entretenido cada uno
con sus pensamientos, poco a poco la ciudad se fue haciendo más chata y un rato
después estaban en la Provincia por la zona de Olivos.
--¿Es la primera
vez?, pregunto Joaquín.
--Si, aunque
parezca mentira para todo hay una primera vez y espero que sea la última.
--Por mi parte yo
también, mira estamos llegando, este es un hotel muy reservado con mi auto
ingreso directamente frente a la habitación que nos toque, nadie nos verá
entrar y salir.
--Eso es lo más
importante para mí.
Joaquín ubico el
auto frente a una habitación alejada de la entrada, bajó y se encamino a
arreglar cuentas con el encargado, cuando volvió al rato, le dijo a Clara que
baje, cerró el coche y tomándola del brazo se dirigieron a la puerta de la
habitación, entraron.
--Clara vos
desnudate aquí y acostate en la cama, yo lo hago en el baño y luego me acuesto
con vos, es mejor que nuestros cuerpos se encuentren entre las sabanas.
Así lo hicieron,
Clara desnuda fue hacia el lecho y retiro las sabanas acostandose. Espero, no
sabia que, pero espero, hacia tantos años que estaba aguardando esa noticia,
que un tiempo más ya no hacia mella en ella, en ese momento, por primera vez se
dio cuenta que nada ni nadie seria más importante de lo que deseaba tener, así
decidida a utilizar para su provecho esta oportunidad que se le ofrecía espero,
hasta casi indiferente, a que el cuerpo de Joaquín se encontrara con el de
ella, y esto ocurrió de improviso, él abrió la puerta del baño y un segundo
después estaba junto a ella acariciándola, sus manos recorrieron su geografía
de mujer, buscaron sus pechos, su sexo, se refregaron por toda su piel, y un
estallido de besos y caricias, de susurros y palabras que solo entiende el
deseo se fueron generando entre ambos, hasta que el le penetró en el momento
que ella se ofrecía dulce y halagada, mas tarde la fatiga y el descanso, los
besos que llegaron sin saber, los dedos que entrecruzan los cuerpos, como hilos
que nos atasen para siempre.
Pasó un largo rato,
nadie hablaba, solo el pensamiento silencioso imperaba en el cuarto, cada cual
pensando las consecuencias y el porque.
--¿Qué hacemos
Clara? La vos de Joaquín interrumpió esa conversación sin palabras.
--Nos vamos, lo
mejor que podemos hacer, vos anda al baño y vestite, yo me visto aquí, cuando
estoy lista te llamo y salimos.
--De acuerdo.
Joaquín se
incorporó del lecho y fue al baño a prepararse para irse del lugar.
--¡Joaquín!
--¿Qué Clara’
--Tírame una toalla
o dos, una húmeda para higienizarme, así no puedo salir.
--De acuerdo tenes
razón.
Volvió al baño,
mojó una toalla la estrujo lo mejor que pudo y junto con otra seca las dejo en
la habitación.
--Aquí te dejo
Clara, avisa cuando estes lista.
Clara se levanto
buscó la toalla húmeda se la pasó entre las piernas, por el culo y en todos
aquellos lados que considero necesarios, se secó, y comenzó a vestirce, se
pintó y peino frente al espejo y ya en condiciones de salir llamó a Joaquín.
--Vamos estoy
lista.
--Yo también, al
coche entonces.
Fueron al auto y
arrancaron alejándose de allí en la búsqueda del coche de ella en el barrio de
Palermo.
--Clara.
--Si Joaquín.
--No se, quisiera
preguntarte algo que me llamo la atención, ¿porque esa insistencia de no usar
preservativo?
--Porque
precisamente es algo que odio y detesto nunca lo uso, después de todo yo tomo
la píldora, no hay ningún inconveniente, quédate tranquilo.
--No nada, tenes
razón, el preservativo es odioso, simple curiosidad.
--Ya que estamos,
una cosa quiero que quede bien aclarada entre nosotros, aunque tu hermana te lo
habrá explicado bien, lo que pasó hoy entre vos y yo es hoy y nunca más, yo no
te conozco, ni te conocí ni te conoceré, y vos tampoco, de acuerdo.
--Por supuesto
Clara, antes te manifesté que yo soy muy reservado, además como garante esta mi
hermana que es tu mejor amiga, y tu garantía más segura.
--Eso espero, lo
que pasó entre nosotros, pasó y listo, quizás debía pasar, después nada más,
bueno ya llegamos, apenas bajo del auto vos andate, yo me arreglo.
--Chau Clara.
--Chau, ¡hasta
nunca!
Joaquín aceleró y
se perdió en la tarde de Buenos Aires, Clara fue hacia su coche, aflojo la
barra del volante y se alejó en dirección a un café de Avenida Cabildo y Maure
donde se encontraría con Flor, a quien iba a llamar celular mediante, para
qué también se
encamine al mismo lugar, estuvo manejando como piloto automático, sin darse
cuenta bien por donde pero sabiendo lo que hacia, el paso que acababa de dar
era loco, totalmente loco, pero la misma intensidad de locura lo ocupaba su
deseo de ser madre, no se sentía culpable ni frente a su esposo, ni ante nadie,
solo le invadía el temor por el resultado final de la relación sexual, quien lo
podría saber, sería un desengaño mas, nada prendería en su vientre, quien puede
saberlo, acepto lo que hizo como su deseo de querer, se olvido en ese momento y
para siempre del hombre que un rato antes había estado con ella, y solo pensó
en encontrarse con su amiga, para recibir un bálsamo a sus dudas y la
confirmación de que lo que estaba hecho, había sido bien planeado, sin darse
cuenta estaba en Maure y Avenida Cabildo, por lo tanto, estaciono lo mas cerca
posible del café, y fue en busca de Flor, esta se hallaba en una mesa detrás de
la mampara de vidrio que separaba la puerta de entrada del interior del local.
--Que tal Flor
--Hola Clara, te
veo bien, mucho mejor de lo que esperaba.
Se sentó y pidió
una lágrima, mientras buscaba una silla cercana para dejar su cartera.
--Si, la verdad, no
es precisamente que me sienta bien, estoy satisfecha como si lo que hice fuera
tal cual, lo que debía hacer, y eso, ese presentimiento me da tranquilidad.
--Muy bien,
concuerda con mi pensamiento, yo opino como vos, por eso te lo propuse, nunca
lo vi como una idea alocada, sino como un intento mas en la búsqueda de un fin.
--Exacto así es, y
hablando de la búsqueda de un fin, hoy hace justo doce días que se me fue la
mestruación por lo tanto, espero tener suerte y que el fin se cumpla.
--La vas a tener,
tene fe, todo saldrá bien, el problema es tu actitud frente a Federico, sería
conveniente que hoy o mañana, mantengas una relación sexual con el, por otro
lado se cara de piedra y nadie se dará cuenta. Es mas por mi, nada sucedió, y
acá solo estamos hablando de cosas de mujeres, ¿correcto?
--Por supuesto a
partir de ahora mi cara es de cemento y si se me da, seré la mujer más feliz
del mundo, y mi hijo, la criatura que me hará olvidar todo para siempre.
Siguieron hablando
de otras cosas, varias y diferentes hasta que llegó la hora de volver a casa,
ambas se despidieron jurándose discreción absoluta, sabiendo que este secreto
las haría más amigas que nunca.
Clara volvió a su
casa cuando caía el atardecer, lo primero que hizo se metió en el baño con el
agua hasta el cuello, igual que antes de salir, pero mucho más relajada, se
quedó en pijama yendo a la cocina a preparar algo de cenar ya que el reloj
marcaba las diecinueve y treinta y seguro Federico estaría llegando alrededor
de las veintiuna, y tal cual cerca de esa hora escucho ruidos en el garaje,
poco después Federico hacia su entrada en la cocina donde su mujer cocinaba
para la cena, atraído sin duda por el irresistible olorcito de lo que Clara
estaba preparando.
--Hola amor por fin
llegaste, estaba cansada de estar sola, te necesitaba.
--Clara querida,
tuve un día terrible, viste que te hablé de las conciliaciones.
--¿Anduvo todo
bien?
--Mal, una concilie
y con la otra no, tuve empate y eso me da bronca, vos sabes que a mi siempre me
gusta ganar.
--Fede, sabes que
eso es imposible, como a todos alguna vez te toca perder.
--Tenes razón, pero
no importa, a vos ¿como te fue en la salida con Flor?
--Hermosa, función
completa, fuimos a almorzar, mas tarde al cine y luego a tomar el te, como vez
más no puedo pedir, charlamos de todo y de todos, nos pusimos al día.
--Bueno por lo
menos vos la pasaste bien, eso es lo más importante, tengo hambre ¿falta mucho
para comer?
--No, cambiate y
pone la mesa que esto ya está casi a punto.
Federico se dirigió
al dormitorio, hombre prolijo, se cambió, preparo su ropa para mañana, se puso
un pijama y volvió a la cocina en ayuda de su mujer dispuesto a preparar la
mesa para cenar.
--Ya esta querida
--Pone el pan y el
vino, sentate que ya llevo todo.
Se sentaron como
siempre en los mismos lugares hablando de sus cosas, contandose las novedades
del día, para posteriormente acomodar todo e irse a dormir en espera de mañana.
Haciendo caso de los consejos de Flor, Clara mantuvo una hermosa relación
sexual con su marido, libre de todo pecado, y viendo en él al hombre que por
fin después de esa noche la dejaría embarazada, al rato llegó la hora de dormir
y el silencio se hizo total. El tiempo pasó como todos sabemos que pasa y hoy
nos encontramos, un mes mas tarde de esa noche de amor, con un Federico eufórico
ingresando a su estudio comentándole a quien quiera oírle, que su mujer estaba
embarazada y por consiguiente el Federico iba a ser papá, evidentemente el más
piola de todos los papas del mundo, pues al fin había conseguido el solito,
resolver el problema más jodido de su vida matrimonial, por lo tanto a partir
de hoy Clara no le rompería mas con quiero un hijo, quiero un hijo, esta
novedad cerraba para él de una vez y para siempre , el círculo completo de su
condición de macho. Estaba refeliz, inusualmente feliz, por lo tanto una vez
que ingreso a su despacho privado, cerró bien la puerta con llave para que
nadie lo moleste, y marcó en su celular.
--Hola Flor amor.
--Fede mi vida ¿Qué
tal?
--Te voy a dar una
noticia inaudita.
--¿Cuál? decime no
me tengas en ascuas.
--Agarrate fuerte,
¡voy a ser papá!, ¡Clara quedó embarazada! ¿Qué te parece?
--¡Increíble! No lo
puedo creer, ¡una noticia semejante!
--Yo tampoco, pero
es así, hoy me lo dijo, estoy tan contento que voy a pedirte nos encontremos a
la tarde, para festejar como corresponde.
--De acuerdo mi
vida, me pongo hermosa y perfumada para vos y festejamos juntos, pero antes voy
a pedirte algo.
--¿Qué Flor?
--Quiero ser la
madrina.
.
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