miércoles, 21 de agosto de 2013

LA PRINCESA Y EL MAGO



Volaba su imaginación, volaba como el trineo azul que la llevaba, tirado por duendes misteriosos rumbo al castillo donde el Príncipe vivía, era un arreglo entre padres, nadie a ninguno amaba, simplemente iba a ser dada en casamiento, al heredero de una gran corona. Así estaban las cosas cuando de pronto, por causa del destino o de la nieve acumulada, volcó el trineo, salió despedida la Princesa y los Hados del bosque se asustaron, ninguno quería que le pasara nada y todos corrieron enseguida a socorrerla, pero antes que todos ellos llego primero el Arlequín del Rey quien al reconocerla, la tomó en sus brazos y la llevó a su choza y la acostó en su lecho, luego se quedo a su lado, esperando que ella despertara de semejante golpe, para ello le hizo oler perfumes de flores ignoradas y refresco su frente, con agua de cascada milagrosa porque se debe tener presente, que el Arlequín era además Mago. Hizo algo más, pronuncio tres palabras y exhalo un suspiro, todo esto acompañado de un profundo deseo, que la Princesa despertara. Tanto tratamiento al final dio resultado, poco a poco la Princesa movió su cuerpo, sus parpados, sus manos hasta que de pronto, abrió los ojos y vio la luz de la selva embrujada, pero como ella no conocía el lugar donde estaba, pregunto con una débil vos.
--¿Dónde estoy?
--En la choza de Efraín el Mago, Arlequín del Rey y servidor de vos Princesa, hasta que estés curada.
--¿Este curada? ¿Qué me ha pasado?
--Volcó el trineo y saliste despedida, te rescate de entre la nieve y te traje al calor de mi choza, los duendes están arreglando el trineo y cuando estés bien, seguirás viaje.
--Debo agradecerte Efraín que me salvaste de mi caída, sino el frio de la nieve se hubiera convertido en frio de la muerte.
--No he hecho más que materializar el pensamiento de los Hados, son ellos que influenciaron en mi, para que me dé cuenta de lo que estaba sucediendo y actué de inmediato.
--Gracias a los Hados también entonces ¿Saben mis padres? ¿Saben mis futuros suegros?
--Nadie sabe nada Princesa ni nada sabrá, porque el tiempo se ha detenido para vos en este Reino,  hasta que estés bien y puedas continuar tu viaje, será para tus actos el mismo siempre, como si no hubiera transcurrido y estés en el trineo sobre la nieve blanca sin accidente alguno.
--No entiendo muy bien de que me hablas pero lo acepto Efraín, ya que viene de los Hados tal mandamiento. Tengo hambre Efraín.
Este hizo un chasquido con los dedos y apareció en el lecho, al alcance de la mano de la princesa, pollo, arroz, fruta y un vaso de agua casi lleno.
--Come te hará bien estoy seguro, veo en tus ojos que estas mejorando.
La princesa comió y una vez que lo hizo todo desapareció plato, vaso, cubiertos, todo. Sobresaltada miró al Mago que la veía, sentado en una silla cerca de ella.
--¿Que está pasando esto es magia?
--Me valgo de la magia para cuidarte y hasta el momento que estés bien y te vayas de aquí la seguiré usando, porque los poderes me fueron concedidos para ser bien usados y creo que ejerciéndolos con vos, eso hago.
--Gracias Efraín, cuando sepan mis padres de tu bondad serás recompensado.
--Nadie debe saber nada.
--¿Por qué Efraín a que ocultarlo?
--No recuerdas lo que te dije antes, el reloj de arena no funciona la sombra esta clavada, cuando arranque de nuevo vos estarás en tu trineo, como si nada hubiera pasado.
--¿Pero está pasando?
--Entre nosotros y los Hados nada más Princesa.
--Quiere decir Efraín, que lo que pase en tu choza entre vos y yo jamás el tiempo lo grabará en su libro, pondrá en su memoria, agregara al paso de los días.
--Así es Princesa, lo que pase en esta choza morirá en el trineo cuando arranque de nuevo.
La Princesa miró a Efraín, Efraín a la princesa y de pronto este Mago, el que mucho sabía pero no de todo lo que pasaba en otros reinos, le preguntó a la Princesa.
--¿Por qué haces este viaje atravesando el Reino, en tu trineo azul sobre la nieve blanca?
--Voy al Reino del Este, mi padre me ha dado por esposa al hijo de aquel Rey.
Entonces el Mago chasqueo los dedos y en el centro de la choza, apareció un globo y en el globo, un palacio y dentro de el, una habitación donde se veía a un hombre joven. La Princesa asustada de esa aparición  se fijó en el joven allí expuesto y sin saber porque, sintió aversión por ese donjuanesco. Pagado de si mismo, autoritario y pedante, parecía quizás el hijo del Rey tal como debía ser en su palacio -se dijo la Princesa- mientras miraba al Mago.
--¿Quién está en ese globo que tu magia suspendió en el aire y lo hizo transparente, como una pecera para que yo viera dentro de él lo que pasaba? ¿Es mi futuro esposo?
--Así es, y te lo mostré para que sepas adonde te conduce tu trineo, porque a él lo mueve tu deseo ya que los Hados que lo conducen, no hacen más que lo que tú quieres.
--¡No me gusta ese hombre!
Al decir esto la Princesa el globo desapareció y en su lugar, quedo una esfera que mostraba parte del bosque encantado donde ellos se encontraban.
--¿Ese es tu Reino Mago? -Preguntó la Princesa-
Si pero nadie debe saberlo y si vos lo sabes hoy, lo olvidaras mañana cuando vuelvas al Reino de tu padre, a decirle lo que sientes.
--¿Qué es lo que siento?
--Que no quieres ser la esposa de un Príncipe que no te agrada.
--¿Cómo lo sabes?
--Soy Mago. Pero además vos misma lo dijiste hace un instante, al verlo en su palacio como era y no como imaginabas que sería.
--Es así tal cual lo manifiestas, pero ahora que tengo conciencia de mis actos y se del futuro lo que fuera a sucederme, Mago, debo confesarte que el haberte conocido, Efraín me hizo presa del bosque encantado y quisiera estar en él para siempre, a tu lado.
--¿Cómo vera tu padre que fuiste en busca de un Príncipe y te quedas con un Mago?
--De lo que está pasando aquí nunca sabrá nada y con tu magia, te presentaras en Palacio convertido en un Príncipe poderoso, de cualquier reino que se te ocurra serlo. Solo te es necesario un chasquido de dedos y mi padre verá tal pompa frente a él, que aceptará el pedido de mi mano y estará entregando seguro a su hija, sin acordarse ya del Príncipe del Este ¿Lo harás Efraín, no soy maga y no puedo saber qué piensas?
--Princesa lo que pienso que los Hados, conocedores de todos los misterios provocaron el accidente, para que pudiéramos conocernos y encontrar el amor en nuestros ojos y que las palabras hablen para que ello se consuma, te tomo como Reina de este Imperio del Bosque Encantado, a partir de hoy y para siempre y con un chasquido de mis dedos, hare el trineo más fuerte y poderoso que Rey alguno ver pudiera y nos iremos en el de inmediato, para que vuestro padre el Rey nos vea y nos de la bendición para casarnos en el acto.
Dicho lo cual hubo un chasquido y un trineo, el más hermoso que pudiera verse en todos los reinos apareció en la choza, treinta perros blancos de él tiraban y su tapizado, era color turquesa y en sus agarraderas y en su piso, esmeraldas verdes lo iluminaban, como antorchas clavadas en la nieve, conducido estaba por los Hados y cuando Efraín y la Princesa a él subieron, arrancó veloz rumbo a Palacio, a anunciarle al Rey que su hija la Princesa se casaría con Efraín el Mago, el Rey del reino más poderoso de todos los conocidos hasta entonces.   

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