martes, 11 de octubre de 2011

Un cuento para Platón

Miró a su sombra reflejada en la pared, estaba armada, bajó la mirada y a sus pies se encontró con el cadáver de un hombre, herido de bala -siempre tan exagerada pensó, refiriéndose a ella- ambos el y su sombra, guardaron el arma y se alejaron juntos. Es que en ese mundo, se consideraban como verdaderas, a las sombras que las cosas proyectaban.

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