--¿Me acompañas Romina?
--Por supuesto Anahí, esas cosas, todo lo que
suene a adivinación, me atrae mucho.
--Si ya se, te conozco, por eso te pido que me
acompañes.
--¿Pero para que queres ver a un geomántico?
Un adivino que trabaja con líneas en la arena.
--Porque me han dicho que es muy bueno, sabe
leer lo que le pasa a una, por otro lado, estoy loca con Diego, creo que me engaña
con otra mujer.
--¿Diego te engaña? No lo puedo creer, si esta
todo el día al lado tuyo, ¿Cuando tendría tiempo para salir con otra mujer?
--Mira, no me digas no se, pero viste, cuando
a vos de repente, se te cruza una idea en la cabeza y es tal cual, bueno, el
otro día de golpe, una actitud de él, me hizo pensar en eso, que tenía otra
mujer.
--¿Qué actitud Anahí?
--Es algo intimo, pero a vos, mi amiga más
intima que lo intimo mío, te lo puedo contar, siempre tenemos relaciones
sexuales sin preservativo, pero el otro día, en el momento de estar con él,
inesperadamente, no quiso saber nada, si no lo hacíamos con preservativo, eso
me dejo mal, por un lado, debo estar agradecida que me cuida, pero por el otro,
tal cambio en la rutina de él, de un momento a otro, me hace pensar y el
pensar, me llevó a imaginar, ¿No andará con otra mujer y por eso, quiere usar
forro? ¿Soy mala Romina, pienso mal?
--No se que decirte, pero si creo en la
intuición femenina, sobre todo en estos casos no falla.
--Yo pienso igual que vos, le presto mucha
atención a mi intuición, siempre me llevo por lo que ella me dice, te digo,
nunca me equivoco, por eso lo del adivino, me dijeron que este es muy bueno,
quiero ver lo que me dice. Pero te pido que me acompañes, no me gusta ir sola a
esos lugares.
--Ningún problema, ¿Cuándo queres ir?
--Ahora, ¡Ya! Si podes, ahora mismo vamos.
--Esta bien, no tengo nada que hacer, te
acompaño, ¿Dónde queda?
--En Vicente López, cerca del río, tengo la
dirección, me dijeron como llegar, saco el auto y vamos.
--¿Lo queres a Diego?
--Si lo quiero, pero no me gustaría que me
haga cornuda.
--¿Y si el tipo te dice que te hace cornuda?
--Después te cuento, que queres que te diga,
tengo que ver, la confianza que me despierta el tipo, veni conmigo al garaje,
en un rato veremos al geomántico.
Así lo hicieron, fueron al garaje, subieron al
auto y una vez en la calle, se dirigieron en dirección a Vicente López., no
estaban muy lejos, ya que Anahí vivía en Palermo, sobre Malabia y Arenales,
tomaron por Avenida Libertador hasta llegar a la calle Roca, en la provincia,
allí doblaron a la derecha hacia el río, casi llegando a él, frente a una casa
pequeña, de estilo ingles, con jardín adelante y una sola planta, freno el
coche Anahí, era la casa del geomántico, el lugar donde esperaba hallar todas
las respuestas.
--¿Llegamos Anahí? ¿Es acá?
--Si, al menos esta es la dirección que me
dieron, de la calle Roca, veni bajemos, no me aflojes ahora Romina.
--No, que voy a aflojar, pero sabes, siempre
que vamos a ver a un adivino, nos parece que nos encontraremos, frente al
demonio.
--Sos una exagerada, después de todo, somos
dos ángeles y no habrá demonio, que se nos resistas, veni, pone buena onda y
vamos.
Allá se fueron las dos, a tocarle el timbre al
demonio, que lleno de sulfurosas ideas, maquinaba como leer el futuro y ver el
pasado, de todos aquellos que solicitaban su colaboración, atrapados por la
duda de la infidelidad, o por la mediocridad, de sus mal llevadas vidas
humanas, el timbre sonó, le respondió el silencio, pero no por mucho tiempo, la
puerta de la casa se abrió y una joven, las hizo ingresar a un pequeño
vestíbulo, que era algo así, como la antesala previa, al lugar donde el
geomántico, daba sus predicciones, la joven les dijo, que se sentaran y
esperen, que ya él en persona, las iba a atender, así lo hicieron, la
habitación donde se encontraban, daba a la calle, dos pequeñas ventanas en
arco, con un vitro mostrando figuras geométricas, dejaban pasar los rayos del
sol, bajando su luminosidad, hacia una leve penumbra, la pared que enfrentaba a
la ventana, estaba cubierta por una amplia biblioteca, entrando a la izquierda,
un sillón, donde ellas estaban sentadas, sobre sus cabezas, se destacaba un
gran cuadro, con un inmenso mapamundi antiguo, rodeado de signos zodiacales,
frente al sillón, una puerta, que ambas pensaban, sería el lugar, por donde
aparecería el adivino, de un momento a otro, esto ocurrió, no por magia, sino
porque él abrió la puerta y se mostró ante ellas, ambas quedaron impresionadas,
en su fantasía imaginaban encontrarse, con un anciano, calvo, encorvado y con
una incipiente y canosa barba en su mentón, vestido con livianas y holgadas
ropas blancas, mostrando un rostro inescrutable y un mirar, frío e indiferente,
pero fue todo lo contrario, quien las estaba mirando y las invitaba a pasar,
era un hombre joven algunos años mayor que ellas, de yin y remera, pelo castaño
y piel bronceada por el sol, natural o artificial, vaya uno a saberlo, sus ojos
no denotaban timidez alguna, si bien no era, la simpatía en persona, podía muy
bien, pasar por un tipo cordial, al menos así lo pareció, cuando dirigiéndose a
ambas, les dijo.
--Pasen por favor, aquí en mi estudio podremos hablar cómodamente.
Entraron y se encontraron, en una habitación
casi idéntica, a la sala de espera, es más, se podría decir que en un momento,
figuro como una sola y que la necesidad, pared y puerta mediante, la transformó
en dos, en el centro había un escritorio, con un globo terráqueo, libros,
papeles y una tabla, sobre la que se encontraba, una lámina de arcilla de
modelar fresca, como dispuesta para escribir algo sobre ella, al costado de la
misma unos palitos de madera, parecían cumplir la función de lápices, que
posibilitaran dicha tarea, también frente a la ventana, había una biblioteca,
en la pared, a espaldas de donde el geomántico se sentaba, las palabras,
TEJAS PRITHIVI VAYU JALA
Fuego Tierra Aire Agua
nombres estos en sánscrito, de nuestros cuatro
elementos universales. Una ves que entraron, las ubicó en dos silloncitos, en
un costado del escritorio, el se sentó frente a ellas, se miraron un instante
en silencio, el geomántico de pronto, dirigiendose a Anahí le preguntó.
--¿Por qué viene a verme?
--¿Qué porque vengo a verlo?
--Si, cual es el motivo, que hace que usted
este en mi presencia, hoy, en este lugar.
--Bueno….el motivo….el motivo es el siguiente,
mi novio, mejor dicho, el joven con quien convivo Diego, ese es el motivo, creo
que me engaña, con otra mujer y necesito saberlo, por eso estoy acá.
--¿Por qué necesita saberlo, si usted ya lo
sabe?
--Es que no lo se, lo presiento, pero saber,
saber es otra cosa, necesito que usted me lo confirme, o me lo niegue de no ser
así.
--¿Yo debo ser quien le de certeza, a su
presentimiento?
--Tal cual, usted y solo usted, me podrá
afirma mediante su magia, a través del zodiaco, si lo que pienso es verdad, o
si me engaño.
--De acuerdo, para eso estamos yo y usted
aquí, para encontrar en los hilos del destino, la verdad, del problema que su
novio le causa, por lo tanto, le voy a hacer una pregunta y deseo, que la
recuerde y se concentre, lo más posible en ella, ¿Hay en la vida de Diego otra mujer?
Deje en blanco su mente, por favor, solo mantenga en ella, lo que le
pregunte. Invoco sobre mi, a los dioses
del desierto, para que me despierten, el justo equilibrio sobre los hechos que
debo juzgar, solicito la ayuda de las dieciséis casas de la geomancia para
interpretarlos, tal cual son y busco el poder de los cuatro elementos sobre
nosotros, TEJAS – PRITHIVI – VAYU y JALA, ya que en ellos está implícita la
unidad y el sentido universal. Solicito del mundo de las sombras, la sabiduría
de Zoroastro, junto al misticismo del Mándala, como representación simbólica
del cosmos, dentro de esta pequeña partícula de él, que es el espacio circular,
en donde nos encontramos, asumo la perfección del numero seis, ya que es la
suma de sus divisores, 6=1+2+3, en consideración al asunto de que trato,
convoco en mi auxilio, bajo conjuro de pertenecerle eternamente, al número de
la boda, el cinco, cuya suma 5=3+2 es la unión de la pareja consagrada, dado
que es consecuencia del número tres impar, por lo tanto mujer, en la concepción
Pitagórica de la Aritmogeometría, más el número dos, par y hombre en la misma
concepción. Pido al número 7, el sentido de la oportunidad, para mi y para
Anahi, todo esto pido, dado que deberé saber, mediante las marcas, que ella
realice en la lámina de arcilla, con el punzón de madera, que en este momento
le entrego, si Diego la engaña, con otra mujer. Por favor Anahí, marque en la
arcilla, cuatro líneas, de izquierda a derecha, separadas por el espesor de dos
de sus dedos, en forma paralela, una de otra, invocando, mientras lo hace, al
fuego, a la tierra, al aire y al agua, sabiendo como lo debe saber, que todo
esta encerrado, dentro de los cuatro puntos cardinales, Este, punto cardinal
del horizonte, Oriente, de donde viene la sabiduría, que hoy aquí develará su
secreto, lugar de nacimiento de la luz, puerta abierta al ascenso del sol,
sobre los cielos, Oeste, donde la luz se entrega y la sombra, de otra persona
sobre uno, es liberada por el poder del mago, Norte o Septentrión, la unión del
número 7 con el Buey, que hace más fuerte aún, al sentido de la oportunidad, en
este conjuro que buscamos y por último, Sur o Mediodía, punto intermedio, que
permite reflexionar sobre las figuras, consecuencia de las marcas, escritas
sobre la lámina de arcilla, por quien quiere traer a la existencia, desde el
fondo de las sombras del destino, a la mujer, que su cariño comparte, con el
ser que ama. Anahí, si ya dibujo las cuatro líneas, como le pedí -veo que así
lo ha hecho- forme grupos de puntos pares e impares, sobre ellas, hasta un
máximo de dieciséis, una ves que usted haga eso, todo lo demás, la
interpretación de las figuras formadas en las mismas, corre por cuenta mía, o
mejor dicho, para no ser tan soberbio, por la representación del brahmán indiferenciado,
que ha partir del punto central del Mándala, desarrolla la múltiple
manifestación del cosmos, mientras que yo, por medio de la meditación del
Yantra, soy ciervo de las fuerzas ocultas, que actúan sobre mi. Agruparemos en
los extremos de las líneas, los puntos pares e impares, para formar las
figuras, que me harán comprender mediante el concepto de sincronicidad o
coincidencias significativas, su problema, la razón de su consulta. He aquí
ante mis ojos, por los cuales mi mente, observa el pasado de las cosas, la
primera figura de la geomancia que aparece, la “Conjunción”, que esta en la
octava casa de la astrología. Escorpio, que será la casa, de quien pregunta, de
la línea número dos, extraigo, la segunda figura de la geomancia que aparece,
la “Fortuna Mayor” con el fin de proveer de buenas circunstancias, para el
éxito, de nuestra adivinación, esta figura se encuentra, en la sexta casa de la
astrología, Virgo, sigo observando las marcas dejadas por Anahí, en la lámina
de arcilla, mi intuición me dice, que es importante la figura que aparece
ahora, la de la “Fortuna Menor”, esto es así, por estar a continuación de la
anterior, en las casa de la geomancia, lo que reforzaría el vinculo
adivinatorio existente entre ambas, esta nueva figura en la astrología
corresponde, a la séptima casa, Libra, lo que nos afirma aún más, el éxito en
la adivinación, a la cual estamos entregados, protegidos por dioses astrales y
ancestrales, desde los tiempos en donde, sobre todo en Egipto, reinaba la
sabiduría, del Rey Ekatón, astrólogo al cual me encomiendo, para que refuerce
mis humildes conocimientos, de traductor del pasado, ante la mirada algo
incrédula de Anahí, la mujer que duda, que se angustia y necesita de mi, para
que la libere de tal situación, por medio de las figuras de la geomancia, que
el azar y el destino, van formando sobre la lámina de arcilla, a través del
espíritu de Anahí, que la lleva a colocar, cada punto, par o impar, en el sitio
necesario, para que mi poder adivinatorio, tenga la certeza de lo revelado, por
la practica de las ciencias, que envuelven el misterio de la vida. Ahora nos
queda por analizar, la cuarta y última línea, en el extremo de ella, aparece la
figura de la geomancia “Comprensión” que corresponde a la onceava casa de la
astrología, Acuario, esta figura, está sujeta a las fuerzas del tiempo y la
estación, nos permitirá atraer hacia nosotros, a la sombra de la mujer tan
buscada. Debo concentrarme entonces, en las figuras y extraer de ellas, la
conclusión. Que debo darle a mi pregunta, contenida en la casa de Escorpio ¿Hay
en la vida de Diego, otra mujer? Mi querida Anahi, la mayoría de las figuras
consultadas, habitan casas que están bajo el Ecuador, para nosotros, miran al
sur, Oriente desciende sobre las mismas, pese a que gozan del día, son las
elegidas para ver eternamente la muerte de él, su mayor ventura es el aire,
elemento imprescindible para ellas, dado que su mayor virtud es la estabilidad,
si traigo el espíritu de Diego a esta habitación, a través de la octava casa de
la geomancia, que me permite traer la sombra de otra persona, veo en su sombra,
la influencia de la sexta casa de la geomancia, la única que es noche y
establece en él, un nuevo principio. Si a Diego, le fue dada la estabilidad,
que es lo que surge de todas las casas, la casa sexta le brindo la oportunidad,
que es lo que necesitaba y la ocasión llego con el aire, que es impar y lleva
consigo, la figura de mujer, Debes saber Anahí, que en todas las casas, que se
presenta la estabilidad, para proteger vuestra unión, también esta presente la
figura de mujer, número impar, como te dije, manifestada en el aire para
sacarte a Diego, a través de la onceava casa de la geomancia, que acciona las
fuerzas del tiempo y hará inevitablemente, que esta nueva mujer, haga que el amor
que tiene Diego, lo vaya perdiendo, ya que tu figura principal, la casa
séptima, es desde Oriente descendente, e influye en el amor de él para con vos,
es inevitable que lo pierdas , porque de los cuatro elementos que se han
presentado a mi conjuro, dos son mujer y están respaldados, por el nuevo
principio y el Oriente descendente, con los cuales no podrás luchar, como no
puede el día con la noche, quien debe entregarse a su sombra, para renacer
después. De la misma manera por supuesto, vos también volverás a sentir el
amor, en tu corazón, pero no cabe duda, ese amor no es el de Diego, será otro,
cuando los astros sobre mi lámina de arcilla, si vos lo deseas, así lo
anuncien. Se que en este conjuro, que estamos llevando a cabo, queda una
pregunta que quisieras, te conteste, ¿Quién es ella? Pregunta que ninguna de
las casas da con claridad,-soy un geomántico honesto- pero casi estoy seguro de
una cosa, dada la proximidad de las casas, como las tres primeras figuras que
formaste, son números sucesivos, estoy en condiciones de decirte, que la mujer
que te engaña, está muy cerca de vos, casi seguro al lado tuyo, en este
momento, eso es lo que interpreto de todas las figuras de la geomancia, que
hiciste sobre las cuatro líneas, que trazaste de izquierda a derecha, desde el
comienzo de tu corazón, hasta el final de tu alma, vos no has hablado, yo solo
escuche lo que tu espíritu me trasmitía, a través de tu mano que lo
representaba, sobre la arcilla, como la figura invertida de las flores, surge
en la ribera de los ríos, solo quiero decirte una cosa, cuando cruzaste la
puerta de este cuarto, centro del mundo, que cobija la historia de la vida,
Diego para vos, era el comienzo del fin, ahora que sales de aquí, debes
entender que Diego no existe más, yo en tu lugar, le haría ocupar el sitio, que
ahora vos ocupas, al lado de tu amiga, Anahí. He terminado, la arcilla ya se
seca, producto del aire que es mujer, no podrás escribir más nada en ella, ni
yo sabre de vos, lo que quieras sepa, por lo tanto, hemos concluido la consulta,
no te pelees con aquella, que te ha quitado a Diego, porque todos somos
producto, de los avatares del destino, no fue ella, sino que en su destino
estaba escrito, que te lo debía quitar, ¿Y porque no? En el tuyo quedará una
marca más, -tantas tendremos- de un amor que no pudo ser, Anahí. Me despido de
vos y de tu amiga, a la que no conozco, ni debo conocer, porque el geomántico,
como persona y la geomancia, como sistema de adivinación, solo debe saber la
identidad y el conocimiento, de aquel a quien se responde, todo lo demás esta
fuera de su mundo. Adiós Anahí, los dioses nos imponen, que debemos ayudar al
semejante, en función , del don que ellos nos han dado, te despido y ya te
estas yendo, si algún día, cuando la nostalgia que tengas a partir de hoy, te
hiciera volver, gustoso te estaré esperando, porque yo siempre, estoy abierto
en mi mismo y si me miras, te sabrás ver, dado que nunca voy a jactarme, de que
el futuro me depare un día feliz, adiós Anahí, te dejo en manos de tu
conciencia, ella sola sabrá que hacer y a través de ella, resolverás tu
problema, yo solo hable, de lo que vos me dijiste.
Salieron, ambas amigas de la casa del
geomántico, no con el mismo grado de amistad. con el que habían venido, entre
ellas, después de las palabras del adivino, creíbles o no, nació la duda, la
desconfianza, que por ser femenina, era mucho más aguda y sutil, una ves en el
coche, Anahí se dirigió hacia Palermo, donde vivía, no se habían hablado una
palabra, desde que salieron de la casa del mago, fue Romina, la que rompió el
largo silencio cuando estaban llegando a la General Paz.
--No te habrás creído, todo lo que dijo ese
estúpido, no pensarás que yo y Diego, podemos hacerte algo así
--No pienso nada, solo pienso, que si esta
ocurriendo, tendría que perdonarlos a ambos, según el mago.
--Dale con el mago, a que diablos viniste a
verlo, una mujer inteligente como vos, no se como puede, darle bola, a todas
las pelotudeces que dijo.
--A mi no me sonaron como pelotudeces, me
parecieron más bien, factibles de que estén ocurriendo, ¿O acaso no te gustaría
acostarte con Diego?
--¡Que estas diciendo Anahí!
--Eso, que estoy segura que te gustaría
acostarte con Diego, es más, pienso, que si él ve la oportunidad, tampoco
tendría reparos en acostarse con vos, voy a ser dura conmigo, te lo digo desde
la convicción, que te se más linda que yo, o al menos, te vendes mejor
sexualmente.
--Te vuelvo a decir, estas totalmente
equivocada, comprando la locura de ese tipo, entre yo y Diego, no hay nada,
absolutamente nada, sería el último tipo, con el cual me acostaría.
--¿Y si el último tipo, se te presentara
primero, que harías Romina? Te voy a decir una cosa, que no se si noto el mago,
pero yo si, cuando él hablaba, sobre todo abiertamente de que eras la mujer,
que salía con Diego, te mire de reojo, apenas, como miro, para que nadie me vea
que miro, te pusiste colorada Romina, por un segundo, talvez nada más que por
un segundo, perdiste la calma, tus mejillas lo manifestaron, fue allí, cuando
me dí cuenta, que el geomántico no era un boludo, que vos si lo eras, por no
serme franca y venir a decirme, que te enganchaste con Diego, que se encamaron,
que fue algo más fuerte, que la amistad entre nosotras y no pudiste evitarlo,
entonces si sabes, lo hubiera comprendido, no tendría que haber ido a ver al
geomántico, pero si, te habría dicho lo mismo que te digo ahora, quédate con
Diego, es tuyo, te lo ganaste, pero con mi amistad no.
--¡Anahí que estas diciendo! ¿Te has vuelto
loca? ¡Ese tipo te volvió loca! Decís las mismas incongruencias que él, te
repito no tengo nada que ver con Diego.
--No se, no es el geomántico en última
instancia, quien me dijo de vuestra relación y yo estúpida le creí, fuiste vos,
con tus mejillas ruborizadas, quien me confirmo, lo que él estaba hablando,
ahora tu actitud de negar todo, me pone más segura, de lo que esta pasando
entre nosotros, tal ves algo parecido, al típico triángulo amoroso, ambas
amigas, con el esposo de una de ellas, seguí negando, es tu política, pero no
la mía.
--Niego, porque no es verdad lo que pensas y
digo, que ojala a ese maldito geomántico, sus dioses lo hagan bolsa.
--Bueno no se, pero de lo que estoy segura,
que esta noche lo sabré.
--¿Cómo que lo sabrás esta noche?
--Después te digo, ahora ya estamos en casa,
baja y ándate Romina, no quiero más que seamos amigas.
--Pero Anahí, por culpa de ese geomántico, vas
a terminar con nuestra amistad.
--No, por culpa de él no, sino por tu propia
culpa, voy a terminarla, baja y ándate.
Romina bajo, paro un taxi, que pasaba en ese
momento y se fue hacia el Barrio de
Monserrat, donde vivía, Anahí dejó el coche, en el garaje de su casa y
directamente, se encamino al dormitorio, donde se cambió de ropa, para estar
mas de entrecasa y poder ordenar todo, lo que debía hacer, eran las siete de la
tarde, Diego como siempre, vendría alrededor de las ocho y la cena, ya debería
estar casi lista, porque a él, le gustaba cenar temprano, para después ver
tele, tranquilo en el living, aunque esa noche debería ser distinto, ya que
Diego le había dicho, que tenía una reunión de trabajo y contra su costumbre,
volvería a las diez de la noche, que entonces la cena estuviera lista para esa
hora, pero a Anahí le surgió de golpe un presentimiento, que no iba a suceder
tal como el le dijo, por el contrario, estaba casi convencida, que vendría como
siempre a las ocho y con cara de ingenuo, le diría – sabes querida, la reunión
se postergó- esa postergación no sería ni más ni menos, que la confirmación, de
la revelación del geomántico, ¿Por qué esto? Porque estaba segura, que Romina
hablaría con él y le diría, que suspendan todo, por hoy, dado que ella -Anahí-
estaba enterada a medias, de lo que pasaba entre ambos, por eso esperaba a
Diego con impaciencia, se encontraba convencida, que con su decisión, de
llegar, a la hora de costumbre a su casa, terminaría por confirmarle, lo que en
realidad para ella, ya a esta altura, no era necesario confirmar. Así las
cosas, se entretuvo en la cocina, hasta que por casualidad, dos hechos
coincidieron al mismo tiempo, las manecillas del reloj, marcando las ocho de la
noche y Diego, haciendo su ingreso a la casa, directamente a la cocina,
entrando como era su costumbre, por la puerta de servicio.
--Anahí amor, aquí me tenes, como siempre a
las ocho, ¿Cómo estas? ¿Todo bien? La cena marcha, el olorcito que despide esa
sartén es irresistible amor, eres lo más que tengo, sin vos, a veces me parece,
que no sería nada, un beso amor.
Se besaron, como que no, hasta Judas beso a
Cristo, hasta la mujer, que sabe que su
compañero tiene una amante, puede besarlo, por supuesto que si, sobre todo si
piensa, que ese será el último beso, que va a darle en su vida, lo disfruta
porque él, no lo sabe todavía, pero es el beso del adiós, el beso que precede a
las palabras, que ella va a decirle en ese momento, en el preciso instante en
que él se supone ganador, se cree que con su viveza, ha conseguido tapar la
infidelidad que comete y esta decidido, a seguir cometiendo, ella hablo, porque
quería, porque lo tenía pensado, porque necesitaba descargar su bronca, en esa
noche, donde ni siquiera habría la última cena.
--¿Qué te pasa Diego, que me adulas tanto, me
llenaste de palabras cariñosas? ¿Tanta es la culpa?
--¿Culpa? No entiendo amor, no se lo que me
dices, yo no siento culpa de nada.
--Peor todavía, entonces sos más cretino de lo
que imaginaba.
--¿Qué son esas palabras Anahí?
--Antes de explicarte, que son esas palabras,
voy a tratar, que lo que te vaya diciendo, te lleve a vos solo, a la
conclusión, del porque de esas palabras. Vamos por parte, primero hoy, cuando
te fuiste, me dijiste de que ibas a venir, a las diez de la noche, -cosa rara
en vos- porque tenías una reunión importante, en la empresa, ¿Qué paso, que
estas aquí delante mío, a las ocho como siempre?
--Amor, lo más normal, la reunión, se suspendió,
porque algunos, de los que debían estar en ella, tenían otras obligaciones y no
podían asistir.
--Voy a decirte, quienes debían asistir a esa
reunión y porque, se postergó, esa reunión, ese importante evento, del cual
debías participar, no era otra cosa, que la simple reunión de dos personas, en
un telo, previo paso por cualquier café, de la ciudad, esas dos personas eran
vos y Romina, ¿Cual fue el motivo que la postergo? Muy simple, ella te hablo
hoy a la tarde y te dijo, que yo me había enterado, aunque no de una manera
cierta, al cien por ciento, de la relación de ustedes, entonces según Romina,
lo mejor sería, suspender al menos por hoy, el encuentro entre ustedes, que vos
te aparezcas a las ocho en casa, así yo, crédula de mi, me daba cuenta que
seguías siendo, un chico normal, todo lo que yo estaba pensando, no era más que
el producto, de mi loca imaginación, pero no, a Romina y a vos, les salió el
tiro por la culata, precisamente yo me dije, esto es lo que va ha intentar
hacer Romina, si Diego hoy viene a las ocho, en ves de a las diez, como me
dijo, me confirma entonces, que me esta metiendo, los cuernos, con mi mejor
amiga, de eso Diego, ahora estoy segura que lo haces, desde hace un tiempo a
esta parte, te acostas con Romina y no tenes las bolas de reconocerlo, es más,
porque empezaste a ser promiscuo, el otro día te negaste a coger sin forro, es
eso Diego ¿Verdad? ¿Verdad que lo que te digo es cierto? ¿Entendes ahora porque
te dije, que sos más cretino, de lo que imaginaba? No quiero hablar más, de
parte mía, todo se acabo, agarra tus cosas y ándate, Romina tiene un buen
departamento, ya te habrás dado cuenta que nos es mala mina, después de todo,
debo aceptar que la vas a pasar bien, con ella, nuestra separación, no será
nada traumática para vos.
--¿Pero Anahí, que te pasa? Vos sabes…
--Nada, yo se todo y no quiero verte más,
tómatela Diego, ándate, o la sartén, que despide tan lindo olorcito, te la
parto en la cabeza, ¡Ándate! Deja las llaves del lado de adentro de la puerta,
cuando te vas.
Diego de pronto, supo que Anahí sabía y que ya nada, podía arreglar lo
irreparable, lo que quiso ocultar y no pudo, tal como le contara Romina, debido
a un maldito adivino, que había ido a ver Anahí esa tarde, mala leche pensó o
buena oportunidad, para irse con Romina, por lo que se dirigió al dormitorio,
coloco en una maleta de viaje, toda su ropa, después otro tanto hizo,
recorriendo la biblioteca de la casa, llevándose todos sus libros, algunas
cosas más le quedaron por guardar, luego de dos horas de haber entrado, las
llaves de Diego, quedaban colgadas, del lado de adentro de la puerta, no se
despidieron, además Anahí, se encerró en la cocina y no salió, hasta que
escucho que la puerta del living, se cerraba y ya nadie más caminaba, por la
casa, el motor del auto de él, al alejarse, le dio el último aviso, de que ya
no estaba más, Diego en su vida. Mientras se encontraba en la cocina, había
cenado, con ese hermoso olorcito que salía de la sartén, por lo tanto, vería un
poco de tele, se daría un baño y se iría a dormir, ya que mañana viernes, por
ser el última día de vacaciones, tendría muchas cosas que hacer, dado que el
lunes, de nuevo comenzaba a trabajar, ya que era contadora y estaba a cargo, de
la parte contable, de una importante empresa de plaza. Pasó una noche tranquila
y porque no agradable, hacia tiempo que no tenía para dormir, toda la cama para
ella sola, en esta oportunidad, donde su cuerpo podía descansar, en todas las
posiciones que se le ocurriera, dar vueltas y vueltas, sin chocar con nadie
entre las frescas sabanas, le pareció que para nada era desagradable, más bien
lo tomo, como un principio de libertad, que necesitaba. Boca arriba en la cama,
con la luz tenue de las primeras horas de la mañana, entrando por la persiana
apenas levantada, la encontró su mente, que estaba necesitando volver a
recordar, todo el vértigo de las últimas horas, que de pronto se había colado
como un huracán , en su vida, cambiándola drásticamente, de un día para otro.
Era raro, pero ya no pensaba en Diego, era extraño, pero esa relación que
llevaba tres años, se derrumbo de golpe, en una sesión de magia, frente a un
hombre, que jamás había visto en su vida y que por casualidad, se lo recomendó
su amiga Edith, aficionada a esas cosas, para colmo, ella era absolutamente
reacia, a todo tipo de adivinación, o predicción del futuro, ¿Porqué había ido,
no lo sabía? ¿Es más, porque eligió a Romina, justo a ella, como compañera
suya, en esa experiencia? Menos lo entendía, pero así se dieron las cosas, en
el fondo, se daba cuenta, que de no ver el rubor en la cara de Romina, mientras
el mago la involucraba, jamás le hubiera creído a este, todo lo que decía,
aunque debía reconocer, que lo que él decía, se apoyaba mucho, en lo que veía
de ella y en su breve relato, esto sin duda era lo que le daba cierta certeza,
a sus palabras, de cualquier manera, lo que paso, paso, de forma no muy
comprensible para ella, producto de una extraña casualidad, pero ya está, fue,
ha partir de ahora, debía estructurar su vida nuevamente, no por supuesto, en
la parte social y profesional, que estaba perfectamente constituida, sino la
otra, la sentimental, la que de golpe e inesperadamente, se le vino al suelo,
en un segundo, desapareció como agua sobre agua, como brisa tras el viento,
pero bueno, por el momento, era mejor dejar las cosas como están, seguir con la
rutina diaria, ver lo que pasaba, se levantó, fue a la cocina y se preparo el
desayuno, mientras lo tomaba, sonó el teléfono.
--Hola, ¿Anahí?
--Si, ella habla.
--Que tal Anahí, soy Edith ¿Cómo te va?
Disculpa que te llame tan temprano, pero la verdad, me moría de curiosidad, por
saber, como te había ido con el geomántico, que te recomendé, ¿Bien? ¿Pudo
interpretar el problema que tenias, resolverlo?
--Que tal Edith, si todo bien, me supo dar una
solución, al problema que tenía, por suerte lo pude solucionar.
--Mejor así, vos sabes que es un tipo
macanudo, yo se lo recomiendo a todo el mundo, porque nunca me fallo.
--Mira voy a ser sincera, cuando vos me
dijiste de ir a verlo, dude un poco, vos sabes que no creo en esas cosas, pero
al final fui, te digo, con cierta aprehensión, como que estaba desoyendo a
mandatos culturales, muy fuertes, como si de pronto, me hubiera convertido, en
fanática lectora, de horóscopos de revista, que de hecho, no lo soy, ni nunca
he sido, pero bueno, pese a todo eso, no se porque, me banque mis fuertes
rechazos intelectuales, decidí ir a verlo, me senté frente a él, sin creer en
nada, escuche su discurso, quizás mofándome de él interiormente, pero si hago
un balance de lo que paso, -para eso soy
contadora- debo decirte que fue positivo, o tal vez, ese no sea el termino
justo, te diría que él me ayudo, a confirmar lo que yo ya presentía, antes de
ir a verle, te digo más, tuve la suerte de que una amiga, me acompañara y por
rara casualidad, fue ella en definitiva quien avalo todo, lo que el geomántico
decía, fue algo raro Edith, pero así paso y te lo comento.
--Todo en él es raro Anahí, pero lo raro, es
lo que se distingue de lo cotidiano, lo que a veces necesitamos, para hacer
clic y empezar de nuevo, yo lo veo así, cuando estoy enredada en un problema,
voy a verlo, escribo sobre la lámina de arcilla, luego el de manera extraña,
como te digo propia del saber que él posee, me lo va descifrando en palabras,
que aciertan con mis dudas y me hacen encontrar, soluciones, donde no las veo,
por supuesto, no voy a decir que sea un científico, no, si lo pensas bien,
puede ser un chanta, si, tal ves sea eso, para tu intelecto, un chanta, un
trucho si queres, pero yo te pregunto, ¿Si lo vas a ver y te hace bien, si le
llevas un problema y salís con una solución? ¿Importa que sea trucho? ¿Interesa
que sea chanta? O lo que en definitiva te debe preocupar, es que tu espíritu,
encuentre la calma, para seguir viviendo, que halles la solución, a aquello que
te preocupa y no le encontras la vuelta.
--Quizás tengas razón Edith, pero mi parte
intelectual, no puede comprenderlo, algo peor, odio a los chantas y a los
truchos, a los tipos, que asumen responsabilidades que no le corresponden, a
los que se ponen en el lugar de la gente que estudio, para estar ahí y en el
fondo, no saben nada, solo divagan, a través de una charla exotérica, no
conducente y que no soporta, el más mínimo análisis lógico, odio todo eso, sin
embargo fui y escuche a un trucho, sin embargo el trucho, me ayudo, sabes
Edith, hoy me levante contenta, tranquila, pero ahora que hablo con vos, me doy
cuenta, que estoy peleada con mi parte intelectual, siento que me dice, me
defraudaste, buscaste el consejo de alguien, que no estudio, que no sabe nada,
que en definitiva es un charlatán, que vende espejitos de colores, ¿Será tan
así Edith? Cuando me senté frente a él, no me dio la sensación de estar frente
a alguien, que no sabia, sino por el contrario, frente a alguien, que estaba
seguro de lo que decía, aunque yo no compartía para nada sus saberes, me era
imposible sustraerme, a la seguridad, con que los manifestaba, ese creer a
ciegas en lo que decía, esa fe puesta al servicio de si mismo, pienso, que fue
lo que me cautivo en él, he hizo que lo escuche y forme parte, del ritual que
él armo, en ese momento.
--Es así Anahi, tiene fe en lo que hace y
creo, es esa su mayor virtud, a la hora de estar frente a nosotros.
--Debe ser así como decís, pero rebobinando un
poco y cambiando de tema, ¿Cómo andas vos, tus cosas?
--Bastante bien, sabes que me separé de
Carlos.
--Si lo sabía.
--Resulta que sin proponérmelo, o tal ves
queriendo hacerlo, sin entender porque, me enrosque hasta los huesos, con
Sebastian, un amigo del club, que jugábamos tenis, con él y su pareja, pelotita
va, pelotita viene, me mato, perdí en tres set seguidos, 0-6, 0-6, 0-6 y lo
deje a Carlos y me fui con él, previa lámina de arcilla por supuesto, más
largas interpretaciones del geomántico, pero todo salió bien, estoy contenta,
tanto el como yo, creo que subimos un escalón, en relación a la pareja que
antes teníamos, según decimos, porque nos hablamos todo y eso hace bien, nos
llevamos mejor, nos sentimos más compañeros y en la cama, gozamos mucho, todo
diferente a lo que nos sucedía antes, con nuestros ex, ¿Qué te parece?
--Bárbaro Edith, que más podes pedir, se te
dio todo para mejor, la lámina de arcilla funciono.
--No se, no creas que estoy totalmente ajena,
a todo lo que dijiste, comparto muchas cosas de las que hablaste, pero también,
busco por cualquier medio estar bien yo, para que el que este conmigo, me
disfrute y se sienta bien.
--Tenes toda la razón, debe ser así, como vos
lo decís, estar bien para que los otros también lo estén, eso es importante.
--Anahí, no se cual problema resolviste, pero
te pregunto, ¿Fue Diego el problema?
--Fue.
--¿Entonces estas sola, para esta noche de
viernes?
--Si, ¿Por qué?
--Mira, te aprecio y me parece que si estas
sola, es porque quisiste estarlo y es lo mejor, que te puede haber sucedido.
Pero pienso que lo importante en estos casos, es que continúes con tu vida
social, que no te encierres en vos misma.
--¿Entonces Edith?
--Esta noche hago una reunión en casa, poca
gente, algo así como para charlar un poco y pasarla bien, entre amigos, me
gustaría que vos estés en ella, ¿Te animas a venir?
--Una reunión, poca gente, buenos amigos,
quizás eso sea justo, lo que me hace falta, Edith, acepto, ¿A que hora debo
estar?
--A las nueve ¿Te parece bien, sabes la
dirección de casa?
--Te separaste, no puedo saberla, no soy el
geomántico.
--Tenes razón, anótala, La Pampa, 8907, es una
casa, cerca de Alcorta, ¿Te espero entonces?
--Si iré, ¿Hay que llevar algo para la
comidas?
--Si podes traer alguna cosa.
--¿Que te llevo entonces?
--Trae la bebida sin alcohol, calcula que más
o menos somos diez.
--Bueno, deja eso por mi cuenta, a las nueve
estoy por ahí, gracias por invitarme.
--Por favor Anahí, es un placer tenerte entre
nosotros, te espero, veni tranquila, que es gente macanuda, nos vemos, chau.
--A las nueve estoy por tu casa, chau.
Colgó y fue hacia el living, donde en su
escritorio, reviso el cuaderno, en que anotaba todo lo que debía hacer, día por
día, una ves que se puso al tanto, de todos los tramites correspondientes, para
el día de hoy, se vistió, dispuesta a salir, como estaría por el centro,
decidió antes, llamar a su amiga Lorena, para almorzar juntas.
--¿Lorena?
--Si.
--Que tal, Anahí te habla, ¿Cómo te va?
--Bien Anahí, que sorpresa hace un tiempo que
no nos vemos.
--Por eso te llamo, hoy voy a estar por el
centro, ¿Queres que almorcemos juntas, tenes tiempo? Así charlamos.
--Ningún problema, ¿Dónde nos encontramos?
--Mira en Sáenz Peña y Tucumán, hay una
parrilla, donde se come bien y no es caro, si te parece nos encontramos ahí, a
eso de la una, ¿Te queda cómodo?
--Si Anahí, de acuerdo, a la una entonces.
--Chau nos vemos.
Perfecto, ya tenia arreglada la hora del
almuerzo, la casa acomodada, ella, vestida para salir, entonces solo era
necesario subir al auto, e irse, para empezar con las diligencias del día, así
fue, que un tiempo después, se encontraba frente a la ventanilla del banco,
depositando y retirando dinero, más tarde pasó por la AFIP, donde dejó
distintos formularios, que debía presentar, posteriormente fue a la compañía de
seguros, para renovar el del auto, que ya vencía, miró el reloj, la hora del
almuerzo estaba cerca y ella, no muy lejos de la parrilla, en donde se
encontraría con Lorena, Como circulaba por la Avenida Corrientes, busco una
playa de estacionamiento, lo más próxima a Sáenz Peña, encontró una, dejo el
auto, instantes más tarde, entraba en el restaurante y se sentaba, en una mesa,
que justo cuando ella llegó, se desocupaba, el reloj marcaba la una y cuarto,
Lorena estaría por venir en cualquier momento, mientras tanto, el mozo retiró,
la vajilla del almuerzo anterior, le acerco el menú y ella le dijo, que estaba
esperando a una amiga, cuando venga, lo llamaría para hacerle el pedido, al
rato una mujer se acercaba a su mesa, era Lorena.
--Anahi, ¿Cómo estas? Que suerte que se te
ocurrió que almorcemos juntas, hace un tiempo, que quería hablar con vos, te
extrañaba.
--Yo también, lo que pasa es que tuve mucho
trabajo y despelotes, personales, sentate, ahora te cuento, ¿Vos, como andas
vos?
--Bien, siempre en mi puesto de profesora de
filosofía, en la UBA, lidiando con mi pareja Osvaldo y tratando, de vivir lo
mejor que se pueda.
--En eso estamos todos, ¿Sabes que me separe
de Diego?
--No, no lo sabía ¿Cuándo fue?
--Ayer.
--Llego justo para consolarte.
--No, no es necesario Lorena, lo asumí de
manera natural, es más, pienso que estaba escrito en mi vida, que fuera así.
--Escrito en tu vida, ¿Qué te pasa Anahí? Vos
con ese pensamiento acrítico, propio de una resignación anticipada, no te
conocía con esa personalidad.
--Cual, ¿La de creer en el destino? La de
pensar que todo lo que nos pasa, esta escrito en el libro individual, de
nuestra vida.
--Eso tal cual, ¿Qué te paso, desde la última
ves que nos vimos? Hace ya tiempo, antes te reías de todo eso, hoy veo que lo
tenes en cuenta, ¿Con quien te cruzaste?
--Con nadie, es decir, no frecuento a nadie
que pueda influir en mi, con estas historias, solo que una ves, una ves
únicamente y a consecuencia, del problema que tenía con Diego, me senté frente
a un geomántico.
--¿Un geomántico?
--Si al menos así se presentó él.
--Déjame adivinar un poco, …¿Hablaste con
Edith?
--Si.
--¿Fue ella la que?
--Me recomendó a este tipo.
--Que vive en Vicente López.
--En la calle Roca.
--Ya se quien es, lo conozco, lo vi en una
reunión, en la casa de Edith.
--¿Va a las reuniones que hace Edith, en su
casa?
--Siempre, pienso si queres que te diga,
Anahí, que Edith las hace, entre otras cosas para que el vaya y lo pueda
mostrar, a todas sus relaciones.
--¿Te parece?
--Estoy segura.
--Hoy Edith, hace una reunión en su casa y me
invito, para que vaya.
--Que increíble casualidad, no lo puedo creer,
a mi también, volveremos a vernos otra ves hoy, sin pensarlo siquiera, después
de tanto tiempo, dos veces en el mismo día, no, es asombroso.
--Lo asombroso, que yo me encuentre por
segunda vez con el geomántico, en una misma semana, ¿Cómo es él Lorena?
--No se, a vos que impresión te dio, cuando lo
viste.
--Ninguna, o tal ves si, la de un hombre
dedicado egoístamente, a si mismo, ajeno a toda relación exterior, que pueda
molestar, los fines por los cuales, el organiza su propia vida, me pareció
ausente de lo social, dedicado a afirmar su individualismo, si bien te digo,
que solo lo vi, como alguien que iba a hacerle una consulta, él se porto en
todo momento, como la persona que es consultada por su saber, ¿Decime Lorena?
¿Sabes si es casado? ¿Tiene pareja? ¿Vive solo? ¿Qué diablos hace fuera de la
geomancia?
--No lo se, la ves que lo vi estaba solo, por
referencias de otra gente, que estuvo en distintas reuniones, que hace Edith,
siempre lo vieron solo.
--O sea que Edith funciona, como la promotora
de relaciones públicas, para él.
--Algo así, aunque no creo que el cien por
ciento de las personas que atiende, provengan de Edith, por supuesto ella se
preocupa mucho, por llevarle, si los
queres llamar “pacientes” entre comillas, al geomántico.
--Me molesta tener que nombrarlo como
geomántico, ¿Cuál es su nombre? ¿Cómo te lo presento Edith, en su reunión?
--Te vas a reír, te parecerá ridículo o incomprensible,
a mi me pareció todo eso, se hace llamar Ezomoq, cuando así lo nombras, el muy
caradura se queda serio como una tapia, como si su madre lo hubiera bautizado
así, es ridículo.
--Ezomoq, si suena a ridículo, pero yo que soy
contadora, te puedo decir que es su marketing, suena como una, marca comercial,
evidentemente es un chanta, que se rodea de toda una escenografía, que cautive,
específicamente a todos los incautos que van a verle.
--¿Vos fuiste una incauta Anahí?
--Me cuestiono por eso, fui a verle, su
promotora me recomendó, pero no se, hay algo en él que me hizo bien, por lo
pronto, el adiós a Diego que se lo merecía, fue consecuencia de esa reunión, en
eso debo reconocer que me ayudo.
--Bueno, si estas interesada en conocer mas de
él, esta noche tendrás la oportunidad, ya que vendrá seguro, además te
adelanto, los que vamos somos todas parejas, solamente van solos vos y él, así
que te aconsejaría, ahora que estas cerca de la Avenida Corrientes, recorre sus
librerías, cómprate un libro de geomancia y estúdialo, así tenes tema para
hablarle, porque sino creo, te vas a aburrir toda la noche, solo habla de eso,
en la reunión en la que estuve con Osvaldo, no solo hablo de eso, sino que
todas las preguntas inducidas algunas por Edith, iban en esa dirección.
--¿No me digas? Así que preguntas del
tipo, -sin que nadie se entere- ¿Cuánto
hace que no te acostas con una mujer? Podrían descontracturarlo.
--¿Podrían? Pero de seguro te diría, que eso
debe consultarlo con la lámina de arcilla, te invitaría a su casa y eso, quizás
se convierta en un problema para vos, porque tal vez, te termine diciendo, ves,
hoy me acosté con una mujer.
--¿Me crees tan fácil Lorena?
--No, es un chiste Anahi, tómalo como un
chiste y una leve advertencia, a ese tipo lo creo capas de cualquier cosa, por
hacer algo, que le interese hacer. Si lo viste una ves y te pareció, que debes
escarbar en él, para ver de que madera esta hecho y si te conviene, me parece
bien, hacelo, pero desconfíale y tene cuidado, a veces se me ocurre, que esta
dentro del lote de hombres que piensan, pájaro que comió voló.
--No pasa por tu imaginación, que a mi
también, se me puede ocurrir, comer y volar, más en esta situación, de que me
encuentro sola y puedo hacer de mi vida, lo que se me ocurra.
--Correcto, lo podes hacer, pero no te creo
capaz de que lo hagas, como no te pienso proclive a aceptar, sin juicio critico
todo lo esotérico. Si un tipo te gusta, te mueve el alma, pienso que te
jugarías a una relación estable, lo otro, lo podes hacer, por supuesto, pero a
costa de sufrir mucho y eso me parece, que es lo que no debes hacer.
--Amiga Lorena, has dado una descripción
bastante exacta, de como son las cosas, es cierto todo lo que decís, por lo
tanto te voy a hacer caso con el geomántico, perdón Ezomoq, andaré con mucho
cuidado, en relación a mis sentimientos para con él, es más, de entrada, lo
tomaré como una posible desilusión.
--Eso me parece mejor, anda precavida, deja
que sea él, quien primero muestre las cartas, vos debes ser quien hable, sobre
lo que el dice, analizar si lo que dice es cierto, o como se acomoda a su juego
corporal, en el momento que lo habla.
--¿Juego corporal?
--Si Anahí, hablamos con el cuerpo y la
palabra, la palabra es consecuencia de nuestros pensamientos, pero también de
estos, se nutren nuestras reacciones y tic corporales, o sea, el cuerpo también
expresa, lo que pensamos y decimos, debemos estar muy atentos con esto, los tic
corporales y las palabras de Ezomoq, se deben corresponder, si esto no ocurre,
te esta mintiendo, Anahí.
--Gracias por el dato Lorena, lo tendré muy en
cuenta, te voy a confesar algo, yo puedo mentir, pero odio que me mientan.
--Es correcto, así debe ser.
--Lorena, debo irme, porque sino esta noche,
voy a estar muy cansada, llegaré tarde a la reunión, esto más que un almuerzo
fue una conferencia.
--Tenes razón, pero hacia mucho que no nos
veíamos.
--Aunque el tema casi excluyente fue Ezomoq,
te pido perdón, por no preguntarte por Osvaldo, ¿Cómo van en vuestra relación?
--Mira más o menos, otro día hablamos de esto,
pero te digo, los hombres son un desastre, sin nosotras, se ahogarían en un
vaso de agua, somos quienes debemos remar, para todos los despelotes de nuestra
casa, ya estoy cansada.
--Anda a ver a Ezomoq.
--¿Te parece?
--Dame tiempo a contestarte, después de esta
noche te digo.
--Parece que te pico la geomancia.
--No, no necesito libros de la Avenida
Corrientes, porque en realidad, me pico el hombre, que hace geomancia, quien se
esconde detrás, del esotérico mensaje publicitario, de Ezomoq.
--Suena a misterio.
--Lorena, siempre me atrajeron los misterios,
de chiquita destripaba lombrices, en el jardín de mis padres, para ver como
eran por dentro, me interesa saber, que hay detrás, de lo que parece ser.
--Bueno, como dijiste, es hora de irnos, ya
comimos el postre, todo estuvo muy rico, este es un lugar que se puede
recomendar, paguemos y nos vamos.
Llamaron al mozo, pagaron y ya en la calle, a
punto de irse cada cual por su lado, Lorena le dijo.
--Anahí, después de esta noche, te doy tiempo,
quiero ver que hago con Osvaldo.
--De acuerdo, espera un tiempo, imagino no muy
largo, te prometo develar el misterio de Ezomoq, chau hasta esta noche, no
comentes con nadie, que nos encontramos al mediodía, chau.
--Por supuesto, hasta luego, chau..
Anahí se fue, hacía la playa de
estacionamiento, para volver a su casa, terminar unos trabajos contables y mas
tarde, salir para la reunión, antes pasaría por el súper, para comprar las
gaseosas, que debía llevar, así no perdería tiempo luego, bajo por la Avenida Córdoba,
en busca de Palermo, llegó a su barrio, hizo las compras que debía hacer y un
rato más tarde, en su escritorio, trataba de ordenar papeles y formularios,
para ponerse a trabajar, en eso estaba, cuando se dio cuenta, que ya eran las
siete y media de la tarde, decidió dejar todo y prepararse para salir, fue a su
dormitorio y busco la ropa, que se pensaba poner, un vestido rojo escotado en
la espalda, con un collar negro y zapatos haciendo juego, más un brazalete, que
le interesaba llevar, puso todo sobre la cama, se desvistió y yendo hacia
el baño, se ducho, seco y perfumo su
cuerpo, nuevamente en el dormitorio, se vistió con la ropa, que había elegido, luego se sentó frente al espejo del
toilettes, se maquillo, base en la cara, rimel en los ojos, le agrego un poco
de sombra a los parpados, se pinto los labios color rojo, se puso dos colgantes
como aros, que se notaban y le daban un buen marco al rostro, por último
acomodo su pelo negro y mirándose al espejo, se encontró linda, sin saber
porque, pensó que más linda, que cuando había ido por primera ves, a ver al
geomántico, a todo esto, el reloj ya marcaba las ocho y media, era hora de
partir, no quería llegar tarde, apagó casi todas las luces de la casa, menos
una o dos, para que no diera la impresión de estar vacía, fue al garaje y salió
con el coche, hacia Pampa al ocho mil, en realidad no sabía hacia donde, pero
presentía –ese presentimiento femenino- que estaba yendo exactamente hacia el
lugar donde quería ir, un rato más tarde, se encontraba frente a la casa de
Edith, eran algo más de las nueve, estaciono el auto y bajo, del baúl saco las
bolsas con gaseosas, con ellas en la mano se dirigió a la puerta, toco el
timbre, Edith con una sonrisa, apareció en el marco de la entrada recibiéndola.
--Anahí, que alegría que has llegado, veni
pasa, dame las botellas que las llevo a la cocina, pasa, que ya están todos,
así te los presento.
--Toma Edith, te acompaño hasta la cocina,
porque las bolsas pesan, después me presentas a la gente.
Así lo hicieron fueron a la cocina, dejaron
las gaseosas en el frazer, para que se enfríen un poco, hecho esto, ambas
salieron y se encaminaron al living, donde ya se encontraban todos los
invitados, Edith la presentó, de forma general.
--Esta es Anahí, una amiga mía, espero que la
pasemos bien y pronto la integremos a nuestra charla, Anahí, sentate al lado de
Ezomoq, ¿Ya se conocen no es cierto?
--Si Edith, Ezomoq y yo ya nos conocemos, al
menos nos hemos visto y hablado, no hace más de cuarenta y ocho horas, tiempo
muy reducido, para habernos olvidado, si me permite.
--Como no señorita Anahí, es un honor para mí,
tener al lado mío a una persona como usted.
--Gracias Ezomoq, debo decirle, que pienso de
la misma manera, de usted.
Al otro costado de Anahí, se encontraba Osvaldo
junto a Lorena, después venían Mario con
Cristina, ambos dueños de un comercio de ropa, en Flores, Anabel con Joaquín,
ingeniero químico, jerárquico de un importante laboratorio, los dueños de casa,
Edith y Sebastian, veterinario y dueño de una veterinaria, por la zona de
Caballito. La conversación hábilmente manipulada por Edith, terminó rondando,
los temas propios, de las circunstancias conflictivas de la convivencia, los
problemas de pareja, las relaciones entre la gente, si uno estaba o no destinado,
a ser lo que le sucedía en la vida, en este asunto, hubo diferentes puntos de
vista, Joaquín sostuvo, que todo era imprevisible y ligado al azar, como lo era
una reacción de líquidos desconocidos, por el contrario, Cristina la esposa de
Mario, opino que lo que debía pasar, pasaría, se quiera evitar o no, Sebastian
explico que la genética, influye en nuestros actos y decisiones, por lo cual,
viendo a los padres, se sabrá como actuaran los hijos, Anahí hablo, con su
vestido rojo, su collar negro y sus aros grandes, dijo, que si bien no estaba
de acuerdo, en que una vida, fuera diseña para un fin y solo uno, a veces se
daban circunstancias sorprendentes, en donde la casualidad, parecía obrar, en
función de un plan premeditado, Edith imagino al destino, como la vía por la
cual debemos transitar, cada uno de nosotros, Ezomoq manifestó, que todos
tenían razón, que la razón del acto, justificaba por si mismo, el destino de
cada cual, Edith aplaudió y recordó, que para solucionar problemas, con o sin
destino, Ezomoq era una garantía y su consejo, iba más allá de molestar a
nuestras propias creencias, el todo lo entendía y a cada cual, lo comprendía
como es. Luego la conversación siguió, se hablo de política, de corrupción, de
buenos y malos, surgieron temas sobre el espectáculo, los programas de
chimentos, como había gente que veía semejantes cosas, el nivel cultural de
cada uno, la decadencia del nivel educativo, hasta que como toda reunión, esta
poco a poco, se fue opacando a medida, que las horas iban pasando y el momento,
de retirarse, se hallaba cada ves más cercano, primero, se fueron yendo las
parejas, el comerciante, sostuvo que Ezomoq era incompetente, para resolverle
los problemas, que tenía con la importación china, pero lo mismo le pareció una
persona, muy interesante, el ingeniero químico, dijo que la comida había estado
muy buena y su metabolismo sin duda, agradecía eso, también pidió que lo tengan
en cuenta, para otra reunión, mas tarde aún, le toco el turno a Lorena y su
marido, esta, se despidió de los dueños de casa, de Ezomoq, cuando lo hizo de
Anahí, le suplico que ya que hablaron del destino, piense que el tiempo, es muy
importante en él, se cerro la puerta tras Leonor y solo quedaron, los dueños de
casa, Ezomoq y Anahí.
--¿Chicos, quieren que sirva otra vuelta de
café?
--Por mi si –respondió Ezomoq-
--Yo también quiero –dijo Anahi-
--Prefiero te -manifestó Sebastian-
--Enseguida vuelvo, así hablamos un poco más, en la cocina tengo café
y te casi listo.
--Ezomoq, ¿Cómo la pasaste? ¿Qué te pareció la
gente?
--Sebastian, vos sabes, que en la casa de
ustedes, siempre la paso bien, también sabes, que soy de poco hablar en
público, me gusta más escuchar y ver, que participar de un dialogo colectivo,
te digo la verdad, hablar en público, me cohíbe es algo, que me cuesta superar,
me gusta opinar frente a una persona, una sola mente para mi palabra, para el
sonido de mi vos, si debo dialogar con muchos, pienso que hay un cortocircuito,
entre lo que yo pueda decir y la variedad de expectativas, de los que me
escuchan, estoy hecho para sanar, desde lo individual, no tengo carisma, para
convertirme en animador de tertulias familiares, en ese sentido siento que les
fallo, pero bueno, como digo, no puedo cambiar, soy como ven que soy.
--¿En verdad sos como te ven que sos?
--Así es Anahí. Aunque te parezca raro, lo que
pasa, es que a eso que decís debo preguntarle ¿Vos me queres ver tal cual soy,
o como quisieras que sea?
--Un momento, un momento chicos, paren con
estos diálogos filosóficos, aquí traigo el café, para todos nosotros y el te,
para Sebastian.
--Mi querida esposa, interrumpiste un dialogo,
que podía resultar muy interesante.
--Puede ser, pero los diálogos interesantes
entre ellos, que se los escuchen ellos, yo estoy para las conversaciones
generales, en cuanto a eso Ezomoq, me arriesgaría a decir, que en cualquier
momento Lorena va a visitarte a Vicente López, lo que no se, si la dirección se
la daré yo, o Anahí.
--¿Por qué supones Edith, que se la voy a dar
yo, si hacia un montón que no nos veíamos?
--No se, por esa evocación que te hizo, en
cuanto al tiempo, cuando se fue.
--No me di cuenta.
--Por otro lado me dijo, que su relación con
Osvaldo, no pasa por el mejor momento, pero allá ellos, otro que creo pasará
por Vicente López, es Mario, sus ventas últimamente, bajaron, por lo tanto sus
despelotes con Cristina, subieron.
--Me estas dando mucho trabajo Edith.
--¿No te conviene?
--Si por supuesto que me conviene, espero que
sea como vos decís, lo que yo te digo ahora, que ya tome el café –estaba muy rico-
que es tarde, los sábados atiendo, me voy Edith, te agradezco a vos y a
Sebastian, por vuestra deferencia, para conmigo y mi humilde saber, de
invitarme seguido a tan hermoso hogar.
--Por favor Ezomoq, no digas nada, el placer
es nuestro, no te parece Edith.
--Por supuesto Sebastian, Ezomoq, ya es como
un familiar más, para nosotros.
--Yo también me voy, Edith, es demasiado tarde
ya, el lunes se terminan mis vacaciones, mañana, debo preparar trabajos para
empezar la semana.
--Bueno Anahí, como te parezca, ¿Te gusto la
reunión? ¿Lo pasaste bien?
--Muy bien Edith, fue todo muy tranqui, me voy
contenta.
Ambos, Esomoq y Anahí, fueron hacia la calle,
Sebastian y Edith, los acompañaron a la puerta, se despidieron, cuando esta se
cerró, los dos se quedaron en la vereda, la madrugada era cálida, el día
todavía no había despertado, se miraron en silencio, fue entonces cuando Anahí
pregunto.
--¿Que se te ocurre, que podemos hacer, solos
los dos en esta madrugada?
--Vamos a un bar, un café, cualquier lado, donde
halla una mesa y dos sillas, para sentarnos frente a frente, quiero tu
respuesta a mi pregunta, ¿Me ves tal cual soy, o como vos queres que sea?
--Tenes mucho ego Ezomaq?
--No lo se.
--Esta bien si caminamos, si juntos recorremos
dos cuadras, en la esquina de Pampa y Alcorta, hay un café, ahí trataré de
contestarte la pregunta.
--De acuerdo, esta lindo para caminar, de
paso, se ordenaran nuestras mentes y me podrás contestar mejor, vamos.
Caminaron, casi frente a los Lagos de Palermo,
esas dos cuadras que faltaban y llegaron al café, a esa hora por supuesto poco
concurrido, pero lo importante, que estaba abierto, entraron y se sentaron, en
una mesa redonda donde, según Ezomoq, los diálogos fluyen más, porque no hay
aristas que los perturben, salvo las del alma de quien habla, pidieron dos
gaseosas porque estaban artos de te y café, cuando se retiro el mozo ambos
quedaron solos, el local era inmenso, en tal amplitud con muy poca gente que lo
ocupara, la soledad y al mismo tiempo, la compañía entre él y ella, se manifestaba
de forma mucho más fuerte, por un momento Anahí, miró a los ojos de Ezomoq,
quiso de pronto saber quien era ese hombre, el desconocido que tenía frente
suyo, la persona, a la cual le iba a hablar sin saber que decirle, solo
respondiendo a lo que el le pidiera que diga, nada encontró en esos ojos, que
le dijeran quien era él, es más, si se debía llevar por lo que vio, diría que
era un ser sin sentimientos, calculador y frío, que iba a envolverla , en el
juego que el quisiera jugar, pero pese a darse cuenta también intuía, que le
gustaría ser juguete de ese hombre, en las manos de un destino en el que no
creía, pero al cual decidió entregarse y dejarse llevar, sea a donde sea. Pensó
un poco, lo miró nuevamente y de pronto hablo, su vos no le parecía suya, la
impresiono como la vos de un relato, que alguien le contara iría a sucederle,
con el hombre que tenía al frente, el hombre de la mirada quieta.
--No se como eres y apenas te conozco, por consiguiente
no puedo imaginarme como te quisiera ver, tampoco se porque estoy aquí, en este
café sentada con vos, cuando fui a consultarte el otro día, pensé que no te
vería nunca más, no había motivo para ello, después, la invitación de Edith a
la reunión, hizo que
--¿Pero sabias que yo iría a esa reunión?
--Hizo que las cosas cambiaran y nuevamente,
nos encontramos, si queres hablar de magia conmigo, es un tema que no me
interesa, supongo que si pretendo yo hablar de balances y asientos contables, a
vos tampoco se te movería un pelo, por todo esto te digo, te pregunto entonces
¿A que venimos y porque estamos juntos? ¿Justo hoy -imagino- tenes ganas de
acostarte con una mujer? ¿Y la única mina que anda cerca soy yo? A todo esto,
tengo una maligna curiosidad por arrancarte la máscara de geomántico, ver como
eres, llamándote mediante un nombre cualquiera, por ahí, me iría contigo a un
telo, por el simple hecho de verte en calzoncillos, no se, eso es lo que se me
ocurre. Es más creo -pero de pronto es la idea que me viene a la cabeza- que
estamos los dos aquí, porque vos queres tener sexo y yo soy muy curiosa, te
quiero ver como un simple tipo que labura para ganarse el mango, quien ni fu ni
fa me interesa demasiado, pero si me gustaría que hable y me cuente quien es,
que hace, cuando se saca la mascara y le caen los miedos comunes a la gente,
conocer que le pasa cuando esta solo, completa y absolutamente solo Ezomoq,
como ahora siento que lo estas y tenes ganas, de salir con una mujer pero no
sabes como hacerlo e intuís mediante tu lámina de arcilla, que por tu forma de
ser, al menos hoy -te dejo una chance futura- no conseguirás nada, en cambio,
yo creo, estoy casi segura, porque así me lo anuncian los astros, las figuras
de geomancia, de puntos pares e impares, instalados sobre los extremos de las
cuatro líneas, dibujadas de izquierda a derecha, que cuando me levante de esta
mesa, cuando deje este lugar circular, en el cual nos encontramos sabre quien
eres, -no se si para mi bien o para mi mal- porque necesitas confesarte a
alguien, porque tu fe solitaria, puede con los demás, pero no puede con vos,.
Si lo estuviste pensando, tenes razón, me puse el vestido rojo, con la espalda
descubierta, décima figura de la geomancia, Capricornio en la casa del zodiaco,
para que te fijes en mi, sabes que el rojo es una figura energética, oscura y
violenta, me puse base, rimel, sombra, aros inmensos, para que me veas más
linda que nunca, hice todo eso, para adueñarme de tu voluntad, dado que tu
voluntad, es tu deseo y ahora tu deseo Ezomoq, me pertenece, soy la dueña de
él, eres mi esclavo por esta noche, no te moverás de esa silla, porque no
puedes, no dejaras de mirarme, porque me deseas y cuando me vaya, trataras de
buscarme, porque aunque tus ojos no lo manifiesten, en el fondo de tu alma
queres que sea tuya, , no por nada de lo que yo represente para vos, dado que
no sabes quien soy pero entiendes perfectamente, aquí frente tuyo, lo que soy,
entonces Ezomoq, me deseas más que todo, por el simple hecho de ser mujer, una
mujer que se te subió a la cabeza, piso la lámina de arcilla, te la hizo trizas
y quedaste preso de tus propios deseos, en la sombra de otra persona, que soy
yo. Para romper el hechizo Ezomoq, para hacer que tu vida vuelva a la
normalidad de tu lámina de arcilla, húmeda y lisa, lista para escribir, debes
hablar y yo escuchar, yo soy la hechicera, soy la que poseo el conjuro, que te
hará libre, mi sexo es el conjuro y la libertad, es entregarme a vos si me
convences.
--Asombroso Anahí, hermosas palabras, como
hermoso es tu vestido rojo, habitante de la décima casa del zodiaco, pero no es
hermoso él, por ser vestido, sino porque te contiene a vos, como el capullo, al
centro de la flor que le da vida. Me preguntas quien soy, quieres saber de mi,
mas de lo que yo mismo se, me senté a esta mesa circular como dices, decidido a
satisfacer todos tus deseos, no como imaginas, a realizar los míos, por lo
tanto, si uno de los deseos que te envuelven y despiertan tu curiosidad, es
saber de mi, sin la mascara puesta, te contare quien soy, nací en un barrio
cualquiera de la ciudad, me llamaron Daniel, hice el primario, secundario, un
día debí comer, ganarme la vida, mire a mi alrededor, para saber que hacía, mi
madre tiraba las cartas, leía el TAROT, de ella, tal vez me venga esta
intuición, sobre la magia, decidí seguir sus pasos, por el simple hecho de
ganar dinero, de la oferta y la demanda, de la posibilidad, de crearme un
trabajo independiente – ya aquí estoy usurpando tus conocimientos contables-
que yo sea aquel , que goza de si mismo, porque es libre y maneja su tiempo, el
más preciado capital que podemos tener. Así fue como me convertí en geomántico,
porque de todo lo trucho que leí, me pareció era lo que más se avenía, a mi
forma de ser, a mi carácter, de la misma manera como se monta, una obra de
teatro, monte mi propio espectáculo personal, el dialogo, los personajes, la
escenografía, el relato, mientras fue transcurriendo el tiempo de consulta, la
gente, mis espectadores, me fueron dando el ritmo necesario, con ellos, fui
aprendiendo como somos, que queremos y un día note, que lo teatral se alejaba
cada ves más, de mi trabajo diario, que la practica de estar escuchando a los
demás, aconsejando y porque no, recibiendo consejos de ellos también, me fue
convirtiendo, en una persona que había desarrollado, el arte de entender, de
saber mirar, de descubrir lo que se quiere ocultar, cuando se dice, “yo soy
así”, a partir de ese momento, ya no me sentí más trucho, comprendí, que había
adquirido el conocimiento de la Praxis y estaba en condiciones, de serle útil a
la gente, que decidiera acudir a mi, en busca de ayuda espiritual. Esto a
grandes rasgos, es quien fui, que soy, lo estas viendo vos en este momento, por
otro lado, en cuanto a mi soledad y a mis miedos, no te engañes, si yo quisiera
tener una relación sexual hoy, no estaría con vos, en esta mesa, no quiero
lastimarte pero tendría con quien ir, no estoy con vos, porque espero acostarme
a tu lado, sobre el lecho de un telo, ni necesito verte en tangas, para saber
quien eres, Lo difícil en mi, lo imposible, lo que te confieso, para que calmes
tu ansiedad y puedas, levantarte de esta mesa, sabiendo quien y que soy, he aquí entonces mi mayor miedo, mi
frustración sentimental, si quieres, es que nunca pude hacer coincidir sexo con
amor, o lo uno o lo otro, aquella mujer que llamo y le digo, vamos al telo,
viene, no exige nada, terminamos y se aleja, la otra, el amor platónico, que lo
sigo y persigo, hasta que ella se cansa, me deja y se va. Este es mi problema y
el problema, de algunas mujeres –no muchas- que quise y me dejaron , porque
nunca me acosté con ellas, es como en la lámina de arcilla, sobre las líneas
paralelas, en una va el amor, en otra el sexo, nunca se tocan, no puedo unir
ambos, porque en mi interior, en el fondo de mi alma, donde nacen nuestros
impulsos más primarios, algo me lo impide, me inhibe, me acorrala , “si amas,
no podes profanar lo que quieres, ultrajándolo con el placer impuro” y en ese
dilema, me debato y es esa la causa de mi soledad, aunque racionalmente, se y
lo digo sobre la lámina de arcilla, que el placer, es la culminación del
verdadero amor, aconsejo que así es y debe ser sentido, por todos nosotros,
pero, al manifestarlo a los demás, me pregunto si les estoy mintiendo, o si por
el contrario, les digo la verdad sin comprenderla. Pero no soy yo quien habla,
en ese momento, es la lámina de arcilla, son las figuras de la geomancia, es la
respuesta que se arma, en el extremo de cada línea, con los puntos pares e
impares, yo solo soy el interprete que habla, no debo culparme por lo que digo,
o no digo de las cosas, todo me es respondido por el destino, de quien me dice.
Además Anahí, te pido por favor, que comprendas una cosa, lo peor que podría
sucedernos en este momento, es que empezara a amarte, si así fuera, al mismo
tiempo, comenzaría a perderte, porque nunca tu sexo, podría ser conjuro de mi
libertad, porque jamás, me acostaría con vos, tampoco te quiero como simple
aventura, que calme mi placer, dado que no puedo imaginarme, obligándote a
hacer, lo que no quiero que seas. Por lo tanto tracemos las líneas, busquemos
un acuerdo, si de mis deseos hablas, te tengo en el limbo, no ser que hacer con
vos, pero quiero que sigas a mi lado, ¿Por qué será que quiero que estés
conmigo? Si no pienso amarte, para no perderte, si no quiero que seas, una mujer
fácil en mi vida. Sin embargo trato de hacer todo lo posible, para retenerte,
en el laberinto de mi indecisión, ¿Qué me pasa con vos? ¿Que siento diferente?
Que sin saber aún que es lo que sucede, no quiero que te vayas.
--Daniel, si te nombro, ya me parece que se
todo de vos, porque estoy nombrando al sujeto ser que sos en la vida, invoco la
palabra que todos te dijeron, cada ves que necesitaron de vos. Hoy, yo también
te nombro, porque necesito hablarte y antes cuando lo hice, quizás dije cosas,
que no debí decirte, pero están dichas y quedaran en tu memoria, para que las
juzgues y me juzgues sobre ellas, lo que ahora hablo, es la interpretación de
lo que dices, si no me puedes amar, porque empezaríamos a dejarnos, si no
quieres acostarte conmigo, porque en el fondo me preservas, para amarme sin
quererlo, Daniel, estamos ante un camino, que no tiene salida, el destino nos
une, pero vos, que siempre lo llamas en tu auxilio, te niegas a aceptarlo, yo,
que no creo en él, debo ver como hago para no perderte, buscar el equilibrio
que no existe, entre el amor y el deseo, ¿Eso me pides? Renunciare a ambos, si
así lo quieres, me convertiré en la sombra del “Umbral Inferior”-décima sexta
casa de la geomancia- y esperaré, que algún día me liberes y aceptes, el amor y
proclames el deseo, mientras, sin lo uno ni lo otro, estaré a tu lado, habiendo
escuchado de tus propios labios, que nada de mi sexualidad te atrae, porque
para vos, me ves en el mundo irracional de lo platónico. Te libero de que seas
esclavo de mi, digo que tu voluntad, es la forma en la que vos, ves las cosas y
solo te pido, que ha partir de hoy, me veas como quieras en tus sentimientos,
pero no me dejes, yo se, porque quiero estar a tu lado, esperaré el tiempo
suficiente y necesario, para nombrar a un Daniel, que se que existe, que algún
día llegará, por la fuerza del destino, a mi lado.
--Me liberas, de que sea preso de tu deseo,
dices que mi voluntad, es la forma en que yo actúo, me pides, que siga a tu
lado, que estemos juntos, ¿Sin tu deseo
y con mi voluntad? ¿Es lo que quieres? Mi loca voluntad te pide, que no desees
mi cuerpo, hecho por los dioses, para gozo del amor, mi corrompida alma , solo
se agita por lo platónico del goce, por amarte sin poseerte, por mirar tus
labios sin besarlos, quizás mis palabras te enloquezcan, en un divague de amor,
sin sentido final, seguro que mi mano, nunca tocara la tuya, en el momento que
quieras que eso ocurra, esa es mi voluntad, Anahí, ¿Hasta cuando podrás
aceptarla, sin que tu deseo explote, me maldigas y te vayas? Esa es la pregunta
que quisiera no contestes, porque sin deseo y hasta que yo geomántico, lo
quiera, me has confesado que necesitas estar a mi lado, en ese “hasta que yo lo
quiera” me ataste al carro de mi culpa, nada puede ser eterno, algún día dejare
de “querer”, para empezar a quererte, sos astuta Anahí, te cabe la lisura, de
la lámina de arcilla y el punzón de madera, en tu mano, para describir mi
destino, que nunca dibuje, pero debo confesarte, que si haces el dibujo,
encontraras que estoy solo y algo más, que estoy triste, pero estas son
circunstancias, por las que no debo aceptar que estés a mi lado, en tren de
confesiones, cuando te vi entrar, a mi consulta me dije, he ahí la mujer con la
cual quisiera estar, si pudiera ser mía y no de otro, cuando formaste las
figuras de geomancia, las mire sin verlas, porque el destino de Diego, ya
estaba jugado en mis manos, arme su infidelidad, porque solo quería que lo
dejes, para poder ser mía, con esto es más que suficiente, creo yo, percibo,
siento, para que estés a mi lado, hasta que las cosas cambien, hasta el día que
vos decidas, nunca seré yo quien diga, debes irte.
--Daniel todo bien, yo entendí lo que queres,
vos sabes que comprendo, como será nuestra
relación y la acepto, pese a que soy distinta a vos, quiero probar como
funcionamos juntos, lo de Diego no me interesa, pero si me halaga, que al verme
entrar hallas pensado, que podría ser la mujer, con la cual quisieras estar, no
soy astuta, simplemente no quiero apurar nada, pensa que podemos estar juntos,
para gozar la vida, como, de que manera, lo veremos vos y yo, a medida que nos
vayamos conociendo y vayamos resolviendo, las diferentes circunstancias, que se
presenten en nuestra relación, yo también debo hacerte una confesión, nunca me
amaron platónicamente ¿Cómo será? No lo se, espero que me lo sepas demostrar,
para entenderlo, Daniel, soy una mujer y vos un hombre, con nuestras locuras y
limitaciones, nuestras ambiciones y esperanzas, busquemos armonizarnos,
tratemos de halla r el equilibrio, que nos permita ser felices, ha partir de
hoy, fuera de la lámina de arcilla, estarás conmigo, ha partir de hoy, luego de
mi trabajo, te buscare para que estemos juntos, no le pidamos a las líneas
paralelas, nada más, que otra cosa podemos pedir amor ¿Perdón, te puedo decir
amor?
--Por supuesto, suena muy platónico.
--¿Qué no suena muy platónico?
--Telo.
--Ah comprendo, estoy empezando a entenderte,
entonces amor, paguemos y nos vamos, ya comienza a amanecer.
Salieron a la calle, en busca cada cual de su
automóvil, para irse del lugar rumbo a sus casas.
--Hermoso amanecer, ¿Verdad Daniel? Podes
pasar tu brazo sobre mi hombro amor, salvo que tu platonismo te lo impida.
--Me lo impide.
--Tenemos que caminar dos cuadras, esta bien,
si me tropiezo y caigo, será por culpa de tu platonismo, ahora también, ¿Es
causa de él, que mientras caminamos estés tan callado? No quiero ser yo, la que
hable sola como una loca.
--Anahí, ¿Qué quieres que te diga? Hablamos
todo en el café, estoy cansado, nosotros nos cansamos antes que ustedes, sobre
todo si de hablar se trata, pero bueno, es así, no se que decirte, si por mi
fuera, caminaría en silencio, al lado tuyo, hasta donde están los autos, más
allá, hasta donde vos quieras, porque igual que una conversación, en este momento
estoy muy contento y feliz, rodeado del silencio y tu presencia, no quiero
hablar, solo saber que estas a mi lado y caminando juntos, quizás nuestros
cuerpos hablen, el idioma de los gestos, nuestras almas, se encuentren en el
total silencio de las cosas, mientras nosotros vamos, dejando que nos lleven
nuestros pasos, a través del espacio recorrido, como un sueño, como una
metáfora del tiempo, en que inmersos estamos y juntos compartimos.
--¿Te gusta caminar Daniel?
--Al lado tuyo, si Anahí.
--Amaneció ya, vamos al lago, duermen aún los
cisnes, con la cabeza erguida, en eterna pregunta, nos hará bien caminar, y ver
el agua, las plantas y las flores, cuando nos cansemos, sentarnos en un banco,
entonces ahí si, quiero que me hables y me cuentes, porque me gusta escuchar
historias, salidas de tus labios.
--Vayamos en silencio, busquemos en el lago la
paz tan necesaria, para empezar de nuevo, cada mañana, cada día, todos los días
que formen, la relación que hoy comenzamos.
Recorrieron el borde del lago, el contorno de
sus almas, el bullicioso silencio de sus mentes, la sensación de estar juntos y
no tocarse, el tiempo, la distancia, la naturaleza, la luz solar, el día que
llega y nos penetra, todo lo hermoso y bello cuando estamos y vamos, en
silencio. Apareció el banco, el consabido banco, que uno encuentra, cuando la
necesidad de hablar, se hace necesaria, cuando el cansancio llega al cuerpo,
cuando sentados, recortamos el paisaje y solo vemos, eso que esta ahí, frente a
nosotros, como un tiempo, detenido y preso.
--Tenes razón Anahí, es hora de sentarse y
hablar, como dijiste.
--Tenes muy presente lo que dije, si no queres
hablar no importa, sigamos en silencio.
--No por favor, solo quise hacerte notar, que
estoy pendiente de lo que me pides, que deseo hacer, lo que me dices.
--¿Todo lo que te diga Daniel?
--Con las salvedades del caso, ya expuestas
con anterioridad, todo.
--¿Quisiera un beso en la frente Daniel? Puede
ser.
--La frente forma parte de tu cuerpo, no es
ajena a él, guarda detrás todo lo que eres, fundamentalmente tu espiritualidad,
que es lo que me interesa en vos, si la besaría encontraría lo que me niego a
ver, el calor de tu cuerpo, el palpitar de tu alma, por consiguiente me
perdería y te perdería para siempre, ¿Queres hacerlo? ¿Queres acabar con
nuestra relación? Si lo deseas puedo intentarlo, aunque no quiero y porque te
quiero, si me lo pides, si lo deseas, si lo necesitas, puedo hacerlo, habrás
notado cuando salimos del café, al lado mismo pegado a él, hay un hotel
alojamiento, vamos, te arrancare el vestido rojo y te dejaré el collar negro,
con los aros grandes y seré tu amante, pero habrás hecho un pacto con el
diablo, a cambio de eso, no te veré más.
--Dices quererme, pero me haces sentir mal, yo
solo, te pedí un beso en la frente y me sales con una historia, que no
entiendo.
--Dijiste que te gustaban mis historias.
--Esta no Daniel, es muy cruel, no me la
merezco, vamos al auto, me voy a casa, sos un bobo, rompiste un momento
encantador.
Se levantó y se fue, él la siguió nuevamente en
silencio, cuando se vuelve con amargura de un lugar, que fuimos con alegría, el
corazón nada siente, solo dolor, los ojos, no miran el paisaje ni los cisnes,
con su pregunta eterna, es que las lágrimas invaden la mirada y solo vemos, los
destrozos de un sueño que no fue. Llegaron a los autos, frente a la casa de
Edith donde los habían dejado, ella sin decir palabra, subió al suyo y se alejo
de allí, lo mismo hizo él. Pasaron los días y los meses, una mañana de un fin
de semana largo, sonó el teléfono en casa de Anahí.
--Hola Anahí.
--Si.
--Soy Edith, ¿Cómo te va?
--Edith, tanto tiempo, ¿Cómo estas vos?, Yo
por suerte bien, trabajando.
--Nada, te llamaba para ver como andabas y
charlar un rato, después de esa reunión en casa, no hablamos más, quería saber
algo de vos.
--No se que decirte Edith, últimamente salgo
poco, mis novedades no son muchas.
--Si de novedades se trata, yo tengo una muy
triste Anahí, por eso entre otras cosas, te llamaba, quería que lo sepas.
--¿Qué novedad Edith? Te escucho.
--¿Te acordas de Ezomoq, el geomántico?
--Si.
--Nuestro pobre Ezomoq, falleció a causa del
sida, el martes pasado, nunca le dijo a nadie de su mal.
A veces los cuentos terminan, como el autor
quiere, o puede, a veces el final de un cuento, la ultima actuación de los
personajes, nos deja con un sentimiento de tristeza o alegría, tal cual la
vida, que todos nosotros atravesamos, como un relato propio. En este caso, el
autor, quedo triste por este final, no solo él, sino también Anahí, -ente de
ficción imaginario- protagonista y coautora, en la imaginación de quien
escribe, de muchos episodios que aquí se han contado. Hablamos con el ente,
porque siempre hablamos, para avanzar con su coloración, por la urdimbre de la
trama de la tela, en busca de ese cuento, que anhelamos. Entonces el ente,
-Anahí- nos dijo, que se comunico con Ezomoq, con Edith, todos coincidieron-
también yo- en que debíamos dejar escrito, otro final, para que el lector pueda
ver, como el destino según quiera dirigirse, nos puede mostrar, como una moneda
tirada al azar, las dos caras de la condición humana, la muerte o la
continuidad de la vida. Todos nos propusimos entonces, escribir, este otro
final.
--Hola
¿Anahí?
--Si.
--Soy Edith, ¿Cómo te va?
--Edith, tanto tiempo ¿Cómo estas vos? Yo por
suerte bien, trabajando.
--Nada, te llamaba para ver como andabas y
charlar un rato, después de esa reunión en casa, no hablamos más, quería saber
algo de vos.
--No se que decirte Edith, últimamente salgo
poco, no tengo mucho que contar.
--Vos sabes que el otro día, estuve de Ezomoq,
fui a visitarlo, porque también hacía un tiempo, que no nos hablábamos,
precisamente, después de la última reunión en casa, lo encontré triste.
--No me digas, triste Ezomoq, ¿Por qué?
--Es lo que no se, me daría la impresión, solo
la impresión, de que tiene una pena de amor.
--¿Algo así como un amor no correspondido?
--No creo que sea exactamente eso, más bien
pienso en una desilusión, algo que él pensaría, sería de una manera y resulto
de otra, no se, lo vi raro, pero no con la rareza de su profesión, que vos y yo
conocemos en él, sino raro, porque lo vi apenado.
--¿Cual será la pena que lo apena, digo yo?
--Precisamente, para eso te llamaba.
--¿No pensarás que soy maga y yo ahora,
adivino el problema, que tiene Ezomoq?
--No Anahí, seguro que se que vos, no sos
maga, pero me parece entrever, en los pliegues de mis premoniciones, que sos
parte de esa pena,
--¿Cómo parte de esa pena?
--Anahí, no quiero irme por las ramas, te voy
a hacer una pregunta, que para mí es una certeza, ¿Decime, la noche que se
fueron de casa, vos y Ezomoq, fueron a tomar algo juntos, verdad?
--Si, ¿Pero eso que tiene que ver?
--Nada, si fuera simplemente, tomar un café
con un amigo, pero creo suponer, que después del café, hubo una conversación
más sentimental, no me digas que vos, esa noche, no tenías la ilusión, de
ganarte el corazón de Ezomog, te interesaba él, me dí cuenta Anahí.
--Si, tenes razón, no lo quiero negar, tuvimos
una muy hermosa, conversación sentimental, es cierto también, que mi ilusión,
era ganarme el corazón de Ezomoq, pero sabes Edith, en eso estábamos, cuando se
pudrió todo.
--¿Se pelearon?
--No precisamente eso, no me gusto algo que él
dijo, me pareció que estaba muy mal, de su parte, se lo dije, me sentí
lastimada en mis sentimientos, me levante y me fui, ni el me dijo más nada, ni
yo tampoco, cortamos de un tirón y para siempre.
--Por lo que note en él y escucho de vos, me
parece que ambos tiraron, pero nada se corto y menos para siempre, Anahí, es un
pecado, que no halla un intento, de reconciliación entre ustedes.
--¿Intento de reconciliación? ¿Qué estas
diciendo? No te digo que nunca más, me llamó, ni pensar por mi parte, en una
reconciliación, es él si quiere, si le interesa, quien debería dar el primer
paso.
--Si el da ese primer paso, ¿Lo aceptarías?
--Si.
--Entonces mujer que estas esperando, hace de
cuenta que lo dio, que si no fue así, yo te garantizo, que no es porque no se
muera de ganas, por hacerlo, habrá otros motivos, que desconozco, por los
cuales no lo hace, yo como lo ví, afirmó que estaría muy contento, si te
volviera a ver.
--Jurarías que es tal cual me contas.
--Lo juro, por lo que vos quieras.
--Esta bien, te creo Edith, se que sos una
mina, que no mentiría en esto.
--Es más Anahí, estas sola, el también lo
esta, ¿Por qué será? En el fondo ambos saben, que tarde o temprano, volverán a
estar juntos y se reservan para eso.
--Quizás tengas razón Anahí, no lo se, lo que
te digo, que si el está triste, yo también lo estoy, no quiero negarlo, del día
de tu reunión, que no volví a ser feliz, es como si un sueño, un bello sueño,
se hubiera interrumpido y desperté de golpe, sin saber su final.
--Porque no tratas de buscar ese final, Anahí,
háceme caso, olvídate de quien debe ser el primero, pensa en tu felicidad y
anda a verlo, hoy es sábado, el trabaja hasta las dos de la tarde, todavía
tenes tiempo de ir y hablar, simplemente eso, hablen, vuelvan a escucharse,
como se escucharon la noche de mi reunión, depone tu orgullo, no sirve para
nada el orgullo, si por causa de él, te niegas al amor. Anahí, te repito,
Daniel esta solo, vos también, porque seguir así, anda a verlo, después me
contas.
--Puede que tengas razón Edith, debo
reconocer, que casi siempre la tenes, déjame pensarlo, cualquier cosa, según lo
que decida, después te llamo.
--Bueno Anahí, perdona que a veces me meta en
cosas, que se que no debo, pero sabes lo que pasa, los quiero a los dos, me da
bronca que estén separados, pudiendo estar juntos.
--Lo se Edith, se de tus sentimientos y te
agradezco, voy a ver lo que hago, tratare de hablar con mi orgullo, a ver si lo
convenzo, nos hablamos, chau.
--Chau Anahí, suerte.
Colgó el teléfono y se quedo pensando, miró el
reloj, las once de la mañana, todavía estaba a tiempo para decidirse, pero por
primera vez se dio cuenta, que era orgullosa, prefería sufrir, antes que ir en
busca, de quien la hacía padecer, para concluir con la tristeza que le
producía, el no llegar a nada, con Ezomoq, pero la única manera de solucionar
esto, era ir a verlo y hablar, lamina de arcilla de por medio, de lo que ella
sentía y a nadie, contaba, por lo tanto se decidió, debía ir a la casa de la
calle Roca, cerca del río, hacía días que pensaba en esto y la llamada de
Edith, hoy, fue el último empujón, que necesitaba para hacerlo y lo haría,.
Preparó el baño y se dio una ducha, que le vino muy bien, porque la relajo un
poco, ya que estaba muy tensa, por cábala quizás, o por lo que fuera, decidió
vestirse, de la misma manera, que lo había hecho para la reunión en casa de
Edith, vestido rojo, collar negro, zapatos haciendo juego, brazalete y aros
grandes, se maquillo igual y fue hacia el garaje, sacó el auto, tomo por la
Avenida Libertador en dirección a la
provincia, hasta la calle Roca, giro a la derecha y casi llegando al río,
freno, frente a una casa pequeña, de estilo ingles, con jardín adelante y una
sola planta, estacionó, bajo y toco el timbre, la misma mujer joven, la hizo
pasar y le dijo, que espere, en el lugar donde antes estuviera esperando, no
tardo mucho en abrirse la puerta del estudio, Daniel nuevamente, se presento,
en el marco de la entrada, quizás con idéntico yin y similar remera, a la que
tenía puesta, la primera vez que se vieron.
--Anahí, vos aquí, como es esto, no me
llamaste, nadie me dijo nada.
--¿Tengo que pedir turno, para venir a verte
Ezomoq?
--Por favor Anahí, estoy feliz de que estés
aquí y es un placer recibirte, lo que pasa, que nunca pensé que vinieras, veni
pasa, ya conoces el lugar, sentate, donde te sentaste antes.
--Gracias Ezomoq, ¿Por qué pensaste que nunca vendría a verte? Sos un
profesional, la gente necesita de vos y hoy, yo te preciso.
--Una cosa Anahí, por favor entre nosotros, no
soy Ezomoq, soy Daniel.
--Lo siento mucho, pero debo decirte, que hoy
yo vine aquí, para hablar con Ezomoq, el geomántico, te dije que vengo por una
consulta profesional, el hombre que quiero, no desea estar conmigo, aquel a
quien amo, me dice que solo le despierto, amor platónico, Ezomoq, vengo a verte
-no tengo suerte con mis parejas, siempre terminan en tu lámina de arcilla-
porque la persona que quiero, no responde a mis ruegos y necesito, saber si me
quiere de verdad, o me engaña, simulando, lo que en realidad no siente.
--¿Quién es esa persona Anahí? ¿Cómo se llama?
Debo saber su nombre, para hacer el conjuro y responder la pregunta.
--Daniel se llama.
--¿Que queres preguntar sobre Daniel, para que
la lámina de arcilla te conteste?
--Sobre Daniel quisiera preguntar, Ezomoq, lo
que te dije antes, si me quiere, o simula quererme, tras la excusa de su amor
platónico.
--¿Podré preguntar por Daniel? ¿Sabré
responderte?
--Me dijeron de vos, que sos un buen mago, no
tengo dudas que serás imparcial, a la hora de analizar, las figuras de
geomancia, Ezomoq.
--¿Lo crees así?
--Estoy segura.
--Entonces vamos, voy a hacer la pregunta,
pero sin invocar a nadie, solo al silencio que nos rodea, a tu mente y a la
mía, al tiempo que nos lleve descifrar esas figuras.
--¿Queres Ezomoq que empiece, a escribir sobre
la lámina de arcilla?
--Si Anahí.
--Tomo el punzón de madera, trazo cuatro
líneas paralelas de izquierda a derecha, desde mi angustiado corazón, al fondo
de mi alma, que cual arcano guarda todos mis secretos, me recomiendo a los
cuatro elementos, fuego-tierra-aire y agua, soy consciente de la importancia de
los puntos cardinales, mientras escribo sobre las líneas, grupos de puntos,
pares e impares, hasta un total de dieciséis, que luego en los extremos de las
mismas, iran a descifrar la pregunta, por medio de las figuras de la geomancia,
que con su ciencia y su saber, extraerá Ezomoq, de los puntos por mi dibujados,
ya esta Ezomoq, termine, es tu turno, pongo mi destino y el de Daniel, en tus
manos, sufrí mucho, porque no volví a verle, es por eso que hoy recurro a tu
magia, para descifrar, en el extremo de las líneas, que nos pasa.
--Muy bien Anahí, es mi turno, en este extraño
juego que jugamos, sobre la lámina de arcilla a cara o cruz, nuestro destino,
debo hacer la pregunta, la que vos queres que haga y yo no se, si mis
conocimientos harán imparcial a mi cerebro y a mi alma, cuando en las figuras
de geomancia, trate de interpretarla.
--No temas Ezomoq, serás imparcial, ya que
todos dicen que eres bueno.
--Va entonces, pregunta Anahí, si Daniel, ¿La
quiere, o simula quererla, tras la excusa de su amor platónico? ¿Es esto verdad?
Lo que deseas saber de las figuras.
--Si eso es.
--Deja tu mente en blanco, que solo quede en
ella, la pregunta, de la cual deseas su respuesta y permíteme a mí, ver y
analizar las figuras de geomancia, que en el extremo de cada línea se formaron,
por los grupos de puntos, pares e impares, que vos escribiste sobre las mismas.
Primera línea, aparece la figura de geomancia, “El Niño”, que ubicamos en la
casa primera del Zodiaco-Libra que corresponde a la casa de quien pregunta,
esta figura atrae el sexo y da la oportunidad, de abrirse a una consciencia más
lasciva, seguimos, la otra figura que nos llega es “claro”, tercera figura de
la geomancia, que corresponde a la tercera casa del Zodiaco-Gemines, ella nos
dará claridad, en nuestro discernimiento, ya que dispersa, la oscuridad de los
espíritus, después nos encontramos, con la figura de la “Fortuna Menor”, que
colocamos en la casa séptima del Zodiaco-Libra, es esta una figura, muy
interesante, para nuestros fines, ya que garantiza que un conjuro tenga éxito,
por último, analizamos la figura de geomancia de la cuarta línea, que es “La
Niña”, que introducimos en la casa novena del Zodiaco-Sagitario, la ubicación
de esta casa, tiene que ver con la femineidad, la sensación de carisma o
encanto. Anahí, he terminado, con la representación de cada figura, ahora debo
analizar, el significado total, de las cuatro, en relación a tu pregunta.
--¿Podrás hacerlo?
--Espero, porque no quiero defraudarme ni
defraudarte, por lo tanto, empiezo y digo, encomendándome al bueno de
Zoroastro, para que mi juicio, sea lo más lucido posible a la condición humana.
Es notable, el equilibrio perfecto, que hay entre las casas, las virtudes que
poseen dos de ellas, están perfectamente balanceadas, con los beneficios
contrarios, de las otras dos, por lo que de ello deduzco, que vos y Daniel,
están preparados para ser pareja, la primera casa, que es la casa de aquel que
pregunta, “El Niño” trae nuevas ideas, atrae al sexo y la conducta lasciva, por
lo tanto Daniel, atraído por vos –el sexo- y siendo la casa descendente, irá
perdiendo su amor platónico frente a vos, yendo más bien a un amor que Platón,
llamó familiar. En la cuarta línea, tenemos la casa novena, “La Niña”, esta
casa junto con la tercera “Claro”, crean lo que se llama un nuevo principio,
que es a mi juicio, una nueva interpretación del amor, por parte de Daniel, que
hasta ahora solo lo veía, como una manifestación platónica, por último nos
queda por analizar, la casa séptima “Fortuna menor”, en ella encontrarás, no
cabe duda, el éxito que esperas tener, en tu relación con Daniel.
--Ezomoq, ¿Cuál es entonces, tu conclusión
final a la pregunta?
--La pregunta, volvamos a ella es, ¿Si Daniel
te quiere, o simula quererte, tras la excusa de su amor platónico? Mi
conclusión es, que Daniel te quiere, por el equilibrio de todas las casas, no
simula, ya que los cuatro elementos dentro de ellas, también manifiestan
estabilidad, por último, estoy seguro, que el concepto de amor platónico, que
el poseía hasta hoy, se irá perdiendo, hasta desaparecer, consecuencia
fundamentalmente, de la casa “Del Niño”, primera casa y propia de aquel que
pregunta, doy con esto, por finalizada mi adivinación Anahí, creo que en ella,
has salido favorecida y espero encuentres, al amor con Daniel y ambos puedan, formar
una buena pareja, es todo.
--Gracias Ezomoq, tendré muy en cuenta, la
conclusión a la que llegaste.
--Pienso Anahí que es la correcta, ahora
también pienso, que si Daniel estuviera aquí, quisiera saber, más allá de la
magia, mis palabras y la lámina de arcilla, ¿Que es lo que pensas vos sobre él?
fueron meses, de una triste soledad para Daniel, sobre todo, por la
circunstancia que hallan dejado de verse, como lo hicieron, la verdad creyó,
que ya nunca más se verían, e imagino, que tu amor, se había convertido en odio
y que el odio, en olvido.
--¿Hablaste con él?
--Siempre hablo.
--¿Qué dice de mi?, me quiere, como yo lo amo,
me necesita, como yo lo espero, decile cuando hables, que yo también sufrí, por
nuestra separación y hoy, estoy aquí, para volver a estar juntos, nuevamente,
como siempre debimos estarlo.
--Así le diré cuando lo vea, estoy seguro, que
se pondrá muy contento, de que quieras volver a su lado, porque él, con la
misma intensidad que vos, lo desea, es más, me ha dicho, que el día que vos vuelvas,
yo deje de ser Ezomoq, para ser él, en tu presencia.
--Ezomoq, hay un sillón vacío, al lado mío, si
cruzas la lámina de arcilla y vienes y te sientas, el pedido de él. se habrá
cumplido, yo hablaré con Daniel y no contigo.
--Acá estoy Anahí, junto a vos sentado, paso
mi brazo por tu hombro, te atraigo hacia mí y te pregunto ¿Qué le dices a
Daniel? ¿Qué sale de tus labios?
--Que te amo.
.
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