miércoles, 12 de junio de 2013

EZOMOQ - EL GEOMANTICO



--¿Me acompañas Romina?
--Por supuesto Anahí, esas cosas, todo lo que suene a adivinación, me atrae mucho.
--Si ya se, te conozco, por eso te pido que me acompañes.
--¿Pero para que queres ver a un geomántico? Un adivino que trabaja con líneas en la arena.
--Porque me han dicho que es muy bueno, sabe leer lo que le pasa a una, por otro lado, estoy loca con Diego, creo que me engaña con otra mujer.
--¿Diego te engaña? No lo puedo creer, si esta todo el día al lado tuyo, ¿Cuando tendría tiempo para salir con otra mujer?
--Mira, no me digas no se, pero viste, cuando a vos de repente, se te cruza una idea en la cabeza y es tal cual, bueno, el otro día de golpe, una actitud de él, me hizo pensar en eso, que tenía otra mujer.
--¿Qué actitud Anahí?
--Es algo intimo, pero a vos, mi amiga más intima que lo intimo mío, te lo puedo contar, siempre tenemos relaciones sexuales sin preservativo, pero el otro día, en el momento de estar con él, inesperadamente, no quiso saber nada, si no lo hacíamos con preservativo, eso me dejo mal, por un lado, debo estar agradecida que me cuida, pero por el otro, tal cambio en la rutina de él, de un momento a otro, me hace pensar y el pensar, me llevó a imaginar, ¿No andará con otra mujer y por eso, quiere usar forro? ¿Soy mala Romina, pienso mal?
--No se que decirte, pero si creo en la intuición femenina, sobre todo en estos casos no falla.
--Yo pienso igual que vos, le presto mucha atención a mi intuición, siempre me llevo por lo que ella me dice, te digo, nunca me equivoco, por eso lo del adivino, me dijeron que este es muy bueno, quiero ver lo que me dice. Pero te pido que me acompañes, no me gusta ir sola a esos lugares.
--Ningún problema, ¿Cuándo queres ir?
--Ahora, ¡Ya! Si podes, ahora mismo vamos.
--Esta bien, no tengo nada que hacer, te acompaño, ¿Dónde queda?
--En Vicente López, cerca del río, tengo la dirección, me dijeron como llegar, saco el auto y vamos.
--¿Lo queres a Diego?
--Si lo quiero, pero no me gustaría que me haga cornuda.
--¿Y si el tipo te dice que te hace cornuda?
--Después te cuento, que queres que te diga, tengo que ver, la confianza que me despierta el tipo, veni conmigo al garaje, en un rato veremos al geomántico.

Así lo hicieron, fueron al garaje, subieron al auto y una vez en la calle, se dirigieron en dirección a Vicente López., no estaban muy lejos, ya que Anahí vivía en Palermo, sobre Malabia y Arenales, tomaron por Avenida Libertador hasta llegar a la calle Roca, en la provincia, allí doblaron a la derecha hacia el río, casi llegando a él, frente a una casa pequeña, de estilo ingles, con jardín adelante y una sola planta, freno el coche Anahí, era la casa del geomántico, el lugar donde esperaba hallar todas las respuestas.

--¿Llegamos Anahí? ¿Es acá?
--Si, al menos esta es la dirección que me dieron, de la calle Roca, veni bajemos, no me aflojes ahora Romina.
--No, que voy a aflojar, pero sabes, siempre que vamos a ver a un adivino, nos parece que nos encontraremos, frente al demonio.
--Sos una exagerada, después de todo, somos dos ángeles y no habrá demonio, que se nos resistas, veni, pone buena onda y vamos.

Allá se fueron las dos, a tocarle el timbre al demonio, que lleno de sulfurosas ideas, maquinaba como leer el futuro y ver el pasado, de todos aquellos que solicitaban su colaboración, atrapados por la duda de la infidelidad, o por la mediocridad, de sus mal llevadas vidas humanas, el timbre sonó, le respondió el silencio, pero no por mucho tiempo, la puerta de la casa se abrió y una joven, las hizo ingresar a un pequeño vestíbulo, que era algo así, como la antesala previa, al lugar donde el geomántico, daba sus predicciones, la joven les dijo, que se sentaran y esperen, que ya él en persona, las iba a atender, así lo hicieron, la habitación donde se encontraban, daba a la calle, dos pequeñas ventanas en arco, con un vitro mostrando figuras geométricas, dejaban pasar los rayos del sol, bajando su luminosidad, hacia una leve penumbra, la pared que enfrentaba a la ventana, estaba cubierta por una amplia biblioteca, entrando a la izquierda, un sillón, donde ellas estaban sentadas, sobre sus cabezas, se destacaba un gran cuadro, con un inmenso mapamundi antiguo, rodeado de signos zodiacales, frente al sillón, una puerta, que ambas pensaban, sería el lugar, por donde aparecería el adivino, de un momento a otro, esto ocurrió, no por magia, sino porque él abrió la puerta y se mostró ante ellas, ambas quedaron impresionadas, en su fantasía imaginaban encontrarse, con un anciano, calvo, encorvado y con una incipiente y canosa barba en su mentón, vestido con livianas y holgadas ropas blancas, mostrando un rostro inescrutable y un mirar, frío e indiferente, pero fue todo lo contrario, quien las estaba mirando y las invitaba a pasar, era un hombre joven algunos años mayor que ellas, de yin y remera, pelo castaño y piel bronceada por el sol, natural o artificial, vaya uno a saberlo, sus ojos no denotaban timidez alguna, si bien no era, la simpatía en persona, podía muy bien, pasar por un tipo cordial, al menos así lo pareció, cuando dirigiéndose a ambas, les dijo.

--Pasen por favor, aquí  en mi estudio podremos hablar cómodamente.

Entraron y se encontraron, en una habitación casi idéntica, a la sala de espera, es más, se podría decir que en un momento, figuro como una sola y que la necesidad, pared y puerta mediante, la transformó en dos, en el centro había un escritorio, con un globo terráqueo, libros, papeles y una tabla, sobre la que se encontraba, una lámina de arcilla de modelar fresca, como dispuesta para escribir algo sobre ella, al costado de la misma unos palitos de madera, parecían cumplir la función de lápices, que posibilitaran dicha tarea, también frente a la ventana, había una biblioteca, en la pared, a espaldas de donde el geomántico se sentaba, las palabras,

               

                  TEJAS             PRITHIVI              VAYU             JALA

                  Fuego                Tierra                    Aire                Agua

nombres estos en sánscrito, de nuestros cuatro elementos universales. Una ves que entraron, las ubicó en dos silloncitos, en un costado del escritorio, el se sentó frente a ellas, se miraron un instante en silencio, el geomántico de pronto, dirigiendose a Anahí le preguntó.

--¿Por qué viene a verme?
--¿Qué porque vengo a verlo?
--Si, cual es el motivo, que hace que usted este en mi presencia, hoy, en este lugar.
--Bueno….el motivo….el motivo es el siguiente, mi novio, mejor dicho, el joven con quien convivo Diego, ese es el motivo, creo que me engaña, con otra mujer y necesito saberlo, por eso estoy acá.
--¿Por qué necesita saberlo, si usted ya lo sabe?
--Es que no lo se, lo presiento, pero saber, saber es otra cosa, necesito que usted me lo confirme, o me lo niegue de no ser así.
--¿Yo debo ser quien le de certeza, a su presentimiento?
--Tal cual, usted y solo usted, me podrá afirma mediante su magia, a través del zodiaco, si lo que pienso es verdad, o si me engaño.
--De acuerdo, para eso estamos yo y usted aquí, para encontrar en los hilos del destino, la verdad, del problema que su novio le causa, por lo tanto, le voy a hacer una pregunta y deseo, que la recuerde y se concentre, lo más posible en ella, ¿Hay en la vida de Diego otra mujer? Deje en blanco su mente, por favor, solo mantenga en ella, lo que le pregunte.  Invoco sobre mi, a los dioses del desierto, para que me despierten, el justo equilibrio sobre los hechos que debo juzgar, solicito la ayuda de las dieciséis casas de la geomancia para interpretarlos, tal cual son y busco el poder de los cuatro elementos sobre nosotros, TEJAS – PRITHIVI – VAYU  y  JALA, ya que en ellos está implícita la unidad y el sentido universal. Solicito del mundo de las sombras, la sabiduría de Zoroastro, junto al misticismo del Mándala, como representación simbólica del cosmos, dentro de esta pequeña partícula de él, que es el espacio circular, en donde nos encontramos, asumo la perfección del numero seis, ya que es la suma de sus divisores, 6=1+2+3, en consideración al asunto de que trato, convoco en mi auxilio, bajo conjuro de pertenecerle eternamente, al número de la boda, el cinco, cuya suma 5=3+2 es la unión de la pareja consagrada, dado que es consecuencia del número tres impar, por lo tanto mujer, en la concepción Pitagórica de la Aritmogeometría, más el número dos, par y hombre en la misma concepción. Pido al número 7, el sentido de la oportunidad, para mi y para Anahi, todo esto pido, dado que deberé saber, mediante las marcas, que ella realice en la lámina de arcilla, con el punzón de madera, que en este momento le entrego, si Diego la engaña, con otra mujer. Por favor Anahí, marque en la arcilla, cuatro líneas, de izquierda a derecha, separadas por el espesor de dos de sus dedos, en forma paralela, una de otra, invocando, mientras lo hace, al fuego, a la tierra, al aire y al agua, sabiendo como lo debe saber, que todo esta encerrado, dentro de los cuatro puntos cardinales, Este, punto cardinal del horizonte, Oriente, de donde viene la sabiduría, que hoy aquí develará su secreto, lugar de nacimiento de la luz, puerta abierta al ascenso del sol, sobre los cielos, Oeste, donde la luz se entrega y la sombra, de otra persona sobre uno, es liberada por el poder del mago, Norte o Septentrión, la unión del número 7 con el Buey, que hace más fuerte aún, al sentido de la oportunidad, en este conjuro que buscamos y por último, Sur o Mediodía, punto intermedio, que permite reflexionar sobre las figuras, consecuencia de las marcas, escritas sobre la lámina de arcilla, por quien quiere traer a la existencia, desde el fondo de las sombras del destino, a la mujer, que su cariño comparte, con el ser que ama. Anahí, si ya dibujo las cuatro líneas, como le pedí -veo que así lo ha hecho- forme grupos de puntos pares e impares, sobre ellas, hasta un máximo de dieciséis, una ves que usted haga eso, todo lo demás, la interpretación de las figuras formadas en las mismas, corre por cuenta mía, o mejor dicho, para no ser tan soberbio, por la representación del brahmán indiferenciado, que ha partir del punto central del Mándala, desarrolla la múltiple manifestación del cosmos, mientras que yo, por medio de la meditación del Yantra, soy ciervo de las fuerzas ocultas, que actúan sobre mi. Agruparemos en los extremos de las líneas, los puntos pares e impares, para formar las figuras, que me harán comprender mediante el concepto de sincronicidad o coincidencias significativas, su problema, la razón de su consulta. He aquí ante mis ojos, por los cuales mi mente, observa el pasado de las cosas, la primera figura de la geomancia que aparece, la “Conjunción”, que esta en la octava casa de la astrología. Escorpio, que será la casa, de quien pregunta, de la línea número dos, extraigo, la segunda figura de la geomancia que aparece, la “Fortuna Mayor” con el fin de proveer de buenas circunstancias, para el éxito, de nuestra adivinación, esta figura se encuentra, en la sexta casa de la astrología, Virgo, sigo observando las marcas dejadas por Anahí, en la lámina de arcilla, mi intuición me dice, que es importante la figura que aparece ahora, la de la “Fortuna Menor”, esto es así, por estar a continuación de la anterior, en las casa de la geomancia, lo que reforzaría el vinculo adivinatorio existente entre ambas, esta nueva figura en la astrología corresponde, a la séptima casa, Libra, lo que nos afirma aún más, el éxito en la adivinación, a la cual estamos entregados, protegidos por dioses astrales y ancestrales, desde los tiempos en donde, sobre todo en Egipto, reinaba la sabiduría, del Rey Ekatón, astrólogo al cual me encomiendo, para que refuerce mis humildes conocimientos, de traductor del pasado, ante la mirada algo incrédula de Anahí, la mujer que duda, que se angustia y necesita de mi, para que la libere de tal situación, por medio de las figuras de la geomancia, que el azar y el destino, van formando sobre la lámina de arcilla, a través del espíritu de Anahí, que la lleva a colocar, cada punto, par o impar, en el sitio necesario, para que mi poder adivinatorio, tenga la certeza de lo revelado, por la practica de las ciencias, que envuelven el misterio de la vida. Ahora nos queda por analizar, la cuarta y última línea, en el extremo de ella, aparece la figura de la geomancia “Comprensión” que corresponde a la onceava casa de la astrología, Acuario, esta figura, está sujeta a las fuerzas del tiempo y la estación, nos permitirá atraer hacia nosotros, a la sombra de la mujer tan buscada. Debo concentrarme entonces, en las figuras y extraer de ellas, la conclusión. Que debo darle a mi pregunta, contenida en la casa de Escorpio ¿Hay en la vida de Diego, otra mujer? Mi querida Anahi, la mayoría de las figuras consultadas, habitan casas que están bajo el Ecuador, para nosotros, miran al sur, Oriente desciende sobre las mismas, pese a que gozan del día, son las elegidas para ver eternamente la muerte de él, su mayor ventura es el aire, elemento imprescindible para ellas, dado que su mayor virtud es la estabilidad, si traigo el espíritu de Diego a esta habitación, a través de la octava casa de la geomancia, que me permite traer la sombra de otra persona, veo en su sombra, la influencia de la sexta casa de la geomancia, la única que es noche y establece en él, un nuevo principio. Si a Diego, le fue dada la estabilidad, que es lo que surge de todas las casas, la casa sexta le brindo la oportunidad, que es lo que necesitaba y la ocasión llego con el aire, que es impar y lleva consigo, la figura de mujer, Debes saber Anahí, que en todas las casas, que se presenta la estabilidad, para proteger vuestra unión, también esta presente la figura de mujer, número impar, como te dije, manifestada en el aire para sacarte a Diego, a través de la onceava casa de la geomancia, que acciona las fuerzas del tiempo y hará inevitablemente, que esta nueva mujer, haga que el amor que tiene Diego, lo vaya perdiendo, ya que tu figura principal, la casa séptima, es desde Oriente descendente, e influye en el amor de él para con vos, es inevitable que lo pierdas , porque de los cuatro elementos que se han presentado a mi conjuro, dos son mujer y están respaldados, por el nuevo principio y el Oriente descendente, con los cuales no podrás luchar, como no puede el día con la noche, quien debe entregarse a su sombra, para renacer después. De la misma manera por supuesto, vos también volverás a sentir el amor, en tu corazón, pero no cabe duda, ese amor no es el de Diego, será otro, cuando los astros sobre mi lámina de arcilla, si vos lo deseas, así lo anuncien. Se que en este conjuro, que estamos llevando a cabo, queda una pregunta que quisieras, te conteste, ¿Quién es ella? Pregunta que ninguna de las casas da con claridad,-soy un geomántico honesto- pero casi estoy seguro de una cosa, dada la proximidad de las casas, como las tres primeras figuras que formaste, son números sucesivos, estoy en condiciones de decirte, que la mujer que te engaña, está muy cerca de vos, casi seguro al lado tuyo, en este momento, eso es lo que interpreto de todas las figuras de la geomancia, que hiciste sobre las cuatro líneas, que trazaste de izquierda a derecha, desde el comienzo de tu corazón, hasta el final de tu alma, vos no has hablado, yo solo escuche lo que tu espíritu me trasmitía, a través de tu mano que lo representaba, sobre la arcilla, como la figura invertida de las flores, surge en la ribera de los ríos, solo quiero decirte una cosa, cuando cruzaste la puerta de este cuarto, centro del mundo, que cobija la historia de la vida, Diego para vos, era el comienzo del fin, ahora que sales de aquí, debes entender que Diego no existe más, yo en tu lugar, le haría ocupar el sitio, que ahora vos ocupas, al lado de tu amiga, Anahí. He terminado, la arcilla ya se seca, producto del aire que es mujer, no podrás escribir más nada en ella, ni yo sabre de vos, lo que quieras sepa, por lo tanto, hemos concluido la consulta, no te pelees con aquella, que te ha quitado a Diego, porque todos somos producto, de los avatares del destino, no fue ella, sino que en su destino estaba escrito, que te lo debía quitar, ¿Y porque no? En el tuyo quedará una marca más, -tantas tendremos- de un amor que no pudo ser, Anahí. Me despido de vos y de tu amiga, a la que no conozco, ni debo conocer, porque el geomántico, como persona y la geomancia, como sistema de adivinación, solo debe saber la identidad y el conocimiento, de aquel a quien se responde, todo lo demás esta fuera de su mundo. Adiós Anahí, los dioses nos imponen, que debemos ayudar al semejante, en función , del don que ellos nos han dado, te despido y ya te estas yendo, si algún día, cuando la nostalgia que tengas a partir de hoy, te hiciera volver, gustoso te estaré esperando, porque yo siempre, estoy abierto en mi mismo y si me miras, te sabrás ver, dado que nunca voy a jactarme, de que el futuro me depare un día feliz, adiós Anahí, te dejo en manos de tu conciencia, ella sola sabrá que hacer y a través de ella, resolverás tu problema, yo solo hable, de lo que vos me dijiste.

Salieron, ambas amigas de la casa del geomántico, no con el mismo grado de amistad. con el que habían venido, entre ellas, después de las palabras del adivino, creíbles o no, nació la duda, la desconfianza, que por ser femenina, era mucho más aguda y sutil, una ves en el coche, Anahí se dirigió hacia Palermo, donde vivía, no se habían hablado una palabra, desde que salieron de la casa del mago, fue Romina, la que rompió el largo silencio cuando estaban llegando a la General Paz.

--No te habrás creído, todo lo que dijo ese estúpido, no pensarás que yo y Diego, podemos hacerte algo así
--No pienso nada, solo pienso, que si esta ocurriendo, tendría que perdonarlos a ambos, según el mago.
--Dale con el mago, a que diablos viniste a verlo, una mujer inteligente como vos, no se como puede, darle bola, a todas las pelotudeces que dijo.
--A mi no me sonaron como pelotudeces, me parecieron más bien, factibles de que estén ocurriendo, ¿O acaso no te gustaría acostarte con Diego?
--¡Que estas diciendo Anahí!
--Eso, que estoy segura que te gustaría acostarte con Diego, es más, pienso, que si él ve la oportunidad, tampoco tendría reparos en acostarse con vos, voy a ser dura conmigo, te lo digo desde la convicción, que te se más linda que yo, o al menos, te vendes mejor sexualmente.
--Te vuelvo a decir, estas totalmente equivocada, comprando la locura de ese tipo, entre yo y Diego, no hay nada, absolutamente nada, sería el último tipo, con el cual me acostaría.
--¿Y si el último tipo, se te presentara primero, que harías Romina? Te voy a decir una cosa, que no se si noto el mago, pero yo si, cuando él hablaba, sobre todo abiertamente de que eras la mujer, que salía con Diego, te mire de reojo, apenas, como miro, para que nadie me vea que miro, te pusiste colorada Romina, por un segundo, talvez nada más que por un segundo, perdiste la calma, tus mejillas lo manifestaron, fue allí, cuando me dí cuenta, que el geomántico no era un boludo, que vos si lo eras, por no serme franca y venir a decirme, que te enganchaste con Diego, que se encamaron, que fue algo más fuerte, que la amistad entre nosotras y no pudiste evitarlo, entonces si sabes, lo hubiera comprendido, no tendría que haber ido a ver al geomántico, pero si, te habría dicho lo mismo que te digo ahora, quédate con Diego, es tuyo, te lo ganaste, pero con mi amistad no.
--¡Anahí que estas diciendo! ¿Te has vuelto loca? ¡Ese tipo te volvió loca! Decís las mismas incongruencias que él, te repito no tengo nada que ver con Diego.
--No se, no es el geomántico en última instancia, quien me dijo de vuestra relación y yo estúpida le creí, fuiste vos, con tus mejillas ruborizadas, quien me confirmo, lo que él estaba hablando, ahora tu actitud de negar todo, me pone más segura, de lo que esta pasando entre nosotros, tal ves algo parecido, al típico triángulo amoroso, ambas amigas, con el esposo de una de ellas, seguí negando, es tu política, pero no la mía.
--Niego, porque no es verdad lo que pensas y digo, que ojala a ese maldito geomántico, sus dioses lo hagan bolsa.
--Bueno no se, pero de lo que estoy segura, que esta noche lo sabré.
--¿Cómo que lo sabrás esta noche?
--Después te digo, ahora ya estamos en casa, baja y ándate Romina, no quiero más que seamos amigas.
--Pero Anahí, por culpa de ese geomántico, vas a terminar con nuestra amistad.
--No, por culpa de él no, sino por tu propia culpa, voy a terminarla, baja y ándate.

Romina bajo, paro un taxi, que pasaba en ese momento y se fue  hacia el Barrio de Monserrat, donde vivía, Anahí dejó el coche, en el garaje de su casa y directamente, se encamino al dormitorio, donde se cambió de ropa, para estar mas de entrecasa y poder ordenar todo, lo que debía hacer, eran las siete de la tarde, Diego como siempre, vendría alrededor de las ocho y la cena, ya debería estar casi lista, porque a él, le gustaba cenar temprano, para después ver tele, tranquilo en el living, aunque esa noche debería ser distinto, ya que Diego le había dicho, que tenía una reunión de trabajo y contra su costumbre, volvería a las diez de la noche, que entonces la cena estuviera lista para esa hora, pero a Anahí le surgió de golpe un presentimiento, que no iba a suceder tal como el le dijo, por el contrario, estaba casi convencida, que vendría como siempre a las ocho y con cara de ingenuo, le diría – sabes querida, la reunión se postergó- esa postergación no sería ni más ni menos, que la confirmación, de la revelación del geomántico, ¿Por qué esto? Porque estaba segura, que Romina hablaría con él y le diría, que suspendan todo, por hoy, dado que ella -Anahí- estaba enterada a medias, de lo que pasaba entre ambos, por eso esperaba a Diego con impaciencia, se encontraba convencida, que con su decisión, de llegar, a la hora de costumbre a su casa, terminaría por confirmarle, lo que en realidad para ella, ya a esta altura, no era necesario confirmar. Así las cosas, se entretuvo en la cocina, hasta que por casualidad, dos hechos coincidieron al mismo tiempo, las manecillas del reloj, marcando las ocho de la noche y Diego, haciendo su ingreso a la casa, directamente a la cocina, entrando como era su costumbre, por la puerta de servicio.

--Anahí amor, aquí me tenes, como siempre a las ocho, ¿Cómo estas? ¿Todo bien? La cena marcha, el olorcito que despide esa sartén es irresistible amor, eres lo más que tengo, sin vos, a veces me parece, que no sería nada, un beso amor.

Se besaron, como que no, hasta Judas beso a Cristo, hasta la mujer,  que sabe que su compañero tiene una amante, puede besarlo, por supuesto que si, sobre todo si piensa, que ese será el último beso, que va a darle en su vida, lo disfruta porque él, no lo sabe todavía, pero es el beso del adiós, el beso que precede a las palabras, que ella va a decirle en ese momento, en el preciso instante en que él se supone ganador, se cree que con su viveza, ha conseguido tapar la infidelidad que comete y esta decidido, a seguir cometiendo, ella hablo, porque quería, porque lo tenía pensado, porque necesitaba descargar su bronca, en esa noche, donde ni siquiera habría la última cena.

--¿Qué te pasa Diego, que me adulas tanto, me llenaste de palabras cariñosas? ¿Tanta es la culpa?
--¿Culpa? No entiendo amor, no se lo que me dices, yo no siento culpa de nada.
--Peor todavía, entonces sos más cretino de lo que imaginaba.
--¿Qué son esas palabras Anahí?
--Antes de explicarte, que son esas palabras, voy a tratar, que lo que te vaya diciendo, te lleve a vos solo, a la conclusión, del porque de esas palabras. Vamos por parte, primero hoy, cuando te fuiste, me dijiste de que ibas a venir, a las diez de la noche, -cosa rara en vos- porque tenías una reunión importante, en la empresa, ¿Qué paso, que estas aquí delante mío, a las ocho como siempre?
--Amor, lo más normal, la reunión, se suspendió, porque algunos, de los que debían estar en ella, tenían otras obligaciones y no podían asistir.
--Voy a decirte, quienes debían asistir a esa reunión y porque, se postergó, esa reunión, ese importante evento, del cual debías participar, no era otra cosa, que la simple reunión de dos personas, en un telo, previo paso por cualquier café, de la ciudad, esas dos personas eran vos y Romina, ¿Cual fue el motivo que la postergo? Muy simple, ella te hablo hoy a la tarde y te dijo, que yo me había enterado, aunque no de una manera cierta, al cien por ciento, de la relación de ustedes, entonces según Romina, lo mejor sería, suspender al menos por hoy, el encuentro entre ustedes, que vos te aparezcas a las ocho en casa, así yo, crédula de mi, me daba cuenta que seguías siendo, un chico normal, todo lo que yo estaba pensando, no era más que el producto, de mi loca imaginación, pero no, a Romina y a vos, les salió el tiro por la culata, precisamente yo me dije, esto es lo que va ha intentar hacer Romina, si Diego hoy viene a las ocho, en ves de a las diez, como me dijo, me confirma entonces, que me esta metiendo, los cuernos, con mi mejor amiga, de eso Diego, ahora estoy segura que lo haces, desde hace un tiempo a esta parte, te acostas con Romina y no tenes las bolas de reconocerlo, es más, porque empezaste a ser promiscuo, el otro día te negaste a coger sin forro, es eso Diego ¿Verdad? ¿Verdad que lo que te digo es cierto? ¿Entendes ahora porque te dije, que sos más cretino, de lo que imaginaba? No quiero hablar más, de parte mía, todo se acabo, agarra tus cosas y ándate, Romina tiene un buen departamento, ya te habrás dado cuenta que nos es mala mina, después de todo, debo aceptar que la vas a pasar bien, con ella, nuestra separación, no será nada traumática para vos.
--¿Pero Anahí, que te pasa? Vos sabes…
--Nada, yo se todo y no quiero verte más, tómatela Diego, ándate, o la sartén, que despide tan lindo olorcito, te la parto en la cabeza, ¡Ándate! Deja las llaves del lado de adentro de la puerta, cuando te vas.

Diego de pronto, supo que Anahí  sabía y que ya nada, podía arreglar lo irreparable, lo que quiso ocultar y no pudo, tal como le contara Romina, debido a un maldito adivino, que había ido a ver Anahí esa tarde, mala leche pensó o buena oportunidad, para irse con Romina, por lo que se dirigió al dormitorio, coloco en una maleta de viaje, toda su ropa, después otro tanto hizo, recorriendo la biblioteca de la casa, llevándose todos sus libros, algunas cosas más le quedaron por guardar, luego de dos horas de haber entrado, las llaves de Diego, quedaban colgadas, del lado de adentro de la puerta, no se despidieron, además Anahí, se encerró en la cocina y no salió, hasta que escucho que la puerta del living, se cerraba y ya nadie más caminaba, por la casa, el motor del auto de él, al alejarse, le dio el último aviso, de que ya no estaba más, Diego en su vida. Mientras se encontraba en la cocina, había cenado, con ese hermoso olorcito que salía de la sartén, por lo tanto, vería un poco de tele, se daría un baño y se iría a dormir, ya que mañana viernes, por ser el última día de vacaciones, tendría muchas cosas que hacer, dado que el lunes, de nuevo comenzaba a trabajar, ya que era contadora y estaba a cargo, de la parte contable, de una importante empresa de plaza. Pasó una noche tranquila y porque no agradable, hacia tiempo que no tenía para dormir, toda la cama para ella sola, en esta oportunidad, donde su cuerpo podía descansar, en todas las posiciones que se le ocurriera, dar vueltas y vueltas, sin chocar con nadie entre las frescas sabanas, le pareció que para nada era desagradable, más bien lo tomo, como un principio de libertad, que necesitaba. Boca arriba en la cama, con la luz tenue de las primeras horas de la mañana, entrando por la persiana apenas levantada, la encontró su mente, que estaba necesitando volver a recordar, todo el vértigo de las últimas horas, que de pronto se había colado como un huracán , en su vida, cambiándola drásticamente, de un día para otro. Era raro, pero ya no pensaba en Diego, era extraño, pero esa relación que llevaba tres años, se derrumbo de golpe, en una sesión de magia, frente a un hombre, que jamás había visto en su vida y que por casualidad, se lo recomendó su amiga Edith, aficionada a esas cosas, para colmo, ella era absolutamente reacia, a todo tipo de adivinación, o predicción del futuro, ¿Porqué había ido, no lo sabía? ¿Es más, porque eligió a Romina, justo a ella, como compañera suya, en esa experiencia? Menos lo entendía, pero así se dieron las cosas, en el fondo, se daba cuenta, que de no ver el rubor en la cara de Romina, mientras el mago la involucraba, jamás le hubiera creído a este, todo lo que decía, aunque debía reconocer, que lo que él decía, se apoyaba mucho, en lo que veía de ella y en su breve relato, esto sin duda era lo que le daba cierta certeza, a sus palabras, de cualquier manera, lo que paso, paso, de forma no muy comprensible para ella, producto de una extraña casualidad, pero ya está, fue, ha partir de ahora, debía estructurar su vida nuevamente, no por supuesto, en la parte social y profesional, que estaba perfectamente constituida, sino la otra, la sentimental, la que de golpe e inesperadamente, se le vino al suelo, en un segundo, desapareció como agua sobre agua, como brisa tras el viento, pero bueno, por el momento, era mejor dejar las cosas como están, seguir con la rutina diaria, ver lo que pasaba, se levantó, fue a la cocina y se preparo el desayuno, mientras lo tomaba, sonó el teléfono.

--Hola, ¿Anahí?
--Si, ella habla.
--Que tal Anahí, soy Edith ¿Cómo te va? Disculpa que te llame tan temprano, pero la verdad, me moría de curiosidad, por saber, como te había ido con el geomántico, que te recomendé, ¿Bien? ¿Pudo interpretar el problema que tenias, resolverlo?
--Que tal Edith, si todo bien, me supo dar una solución, al problema que tenía, por suerte lo pude solucionar.
--Mejor así, vos sabes que es un tipo macanudo, yo se lo recomiendo a todo el mundo, porque nunca me fallo.
--Mira voy a ser sincera, cuando vos me dijiste de ir a verlo, dude un poco, vos sabes que no creo en esas cosas, pero al final fui, te digo, con cierta aprehensión, como que estaba desoyendo a mandatos culturales, muy fuertes, como si de pronto, me hubiera convertido, en fanática lectora, de horóscopos de revista, que de hecho, no lo soy, ni nunca he sido, pero bueno, pese a todo eso, no se porque, me banque mis fuertes rechazos intelectuales, decidí ir a verlo, me senté frente a él, sin creer en nada, escuche su discurso, quizás mofándome de él interiormente, pero si hago un balance de lo que paso,  -para eso soy contadora- debo decirte que fue positivo, o tal vez, ese no sea el termino justo, te diría que él me ayudo, a confirmar lo que yo ya presentía, antes de ir a verle, te digo más, tuve la suerte de que una amiga, me acompañara y por rara casualidad, fue ella en definitiva quien avalo todo, lo que el geomántico decía, fue algo raro Edith, pero así paso y te lo comento.
--Todo en él es raro Anahí, pero lo raro, es lo que se distingue de lo cotidiano, lo que a veces necesitamos, para hacer clic y empezar de nuevo, yo lo veo así, cuando estoy enredada en un problema, voy a verlo, escribo sobre la lámina de arcilla, luego el de manera extraña, como te digo propia del saber que él posee, me lo va descifrando en palabras, que aciertan con mis dudas y me hacen encontrar, soluciones, donde no las veo, por supuesto, no voy a decir que sea un científico, no, si lo pensas bien, puede ser un chanta, si, tal ves sea eso, para tu intelecto, un chanta, un trucho si queres, pero yo te pregunto, ¿Si lo vas a ver y te hace bien, si le llevas un problema y salís con una solución? ¿Importa que sea trucho? ¿Interesa que sea chanta? O lo que en definitiva te debe preocupar, es que tu espíritu, encuentre la calma, para seguir viviendo, que halles la solución, a aquello que te preocupa y no le encontras la vuelta.
--Quizás tengas razón Edith, pero mi parte intelectual, no puede comprenderlo, algo peor, odio a los chantas y a los truchos, a los tipos, que asumen responsabilidades que no le corresponden, a los que se ponen en el lugar de la gente que estudio, para estar ahí y en el fondo, no saben nada, solo divagan, a través de una charla exotérica, no conducente y que no soporta, el más mínimo análisis lógico, odio todo eso, sin embargo fui y escuche a un trucho, sin embargo el trucho, me ayudo, sabes Edith, hoy me levante contenta, tranquila, pero ahora que hablo con vos, me doy cuenta, que estoy peleada con mi parte intelectual, siento que me dice, me defraudaste, buscaste el consejo de alguien, que no estudio, que no sabe nada, que en definitiva es un charlatán, que vende espejitos de colores, ¿Será tan así Edith? Cuando me senté frente a él, no me dio la sensación de estar frente a alguien, que no sabia, sino por el contrario, frente a alguien, que estaba seguro de lo que decía, aunque yo no compartía para nada sus saberes, me era imposible sustraerme, a la seguridad, con que los manifestaba, ese creer a ciegas en lo que decía, esa fe puesta al servicio de si mismo, pienso, que fue lo que me cautivo en él, he hizo que lo escuche y forme parte, del ritual que él armo, en ese momento.
--Es así Anahi, tiene fe en lo que hace y creo, es esa su mayor virtud, a la hora de estar frente a nosotros.
--Debe ser así como decís, pero rebobinando un poco y cambiando de tema, ¿Cómo andas vos, tus cosas?
--Bastante bien, sabes que me separé de Carlos.
--Si lo sabía.
--Resulta que sin proponérmelo, o tal ves queriendo hacerlo, sin entender porque, me enrosque hasta los huesos, con Sebastian, un amigo del club, que jugábamos tenis, con él y su pareja, pelotita va, pelotita viene, me mato, perdí en tres set seguidos, 0-6, 0-6, 0-6 y lo deje a Carlos y me fui con él, previa lámina de arcilla por supuesto, más largas interpretaciones del geomántico, pero todo salió bien, estoy contenta, tanto el como yo, creo que subimos un escalón, en relación a la pareja que antes teníamos, según decimos, porque nos hablamos todo y eso hace bien, nos llevamos mejor, nos sentimos más compañeros y en la cama, gozamos mucho, todo diferente a lo que nos sucedía antes, con nuestros ex, ¿Qué te parece?
--Bárbaro Edith, que más podes pedir, se te dio todo para mejor, la lámina de arcilla funciono.
--No se, no creas que estoy totalmente ajena, a todo lo que dijiste, comparto muchas cosas de las que hablaste, pero también, busco por cualquier medio estar bien yo, para que el que este conmigo, me disfrute y se sienta bien.
--Tenes toda la razón, debe ser así, como vos lo decís, estar bien para que los otros también lo estén, eso es importante.
--Anahí, no se cual problema resolviste, pero te pregunto, ¿Fue Diego el problema?
--Fue.
--¿Entonces estas sola, para esta noche de viernes?
--Si, ¿Por qué?
--Mira, te aprecio y me parece que si estas sola, es porque quisiste estarlo y es lo mejor, que te puede haber sucedido. Pero pienso que lo importante en estos casos, es que continúes con tu vida social, que no te encierres en vos misma.
--¿Entonces Edith?
--Esta noche hago una reunión en casa, poca gente, algo así como para charlar un poco y pasarla bien, entre amigos, me gustaría que vos estés en ella, ¿Te animas a venir?
--Una reunión, poca gente, buenos amigos, quizás eso sea justo, lo que me hace falta, Edith, acepto, ¿A que hora debo estar?
--A las nueve ¿Te parece bien, sabes la dirección de casa?
--Te separaste, no puedo saberla, no soy el geomántico.
--Tenes razón, anótala, La Pampa, 8907, es una casa, cerca de Alcorta, ¿Te espero entonces?
--Si iré, ¿Hay que llevar algo para la comidas?
--Si podes traer alguna cosa.
--¿Que te llevo entonces?
--Trae la bebida sin alcohol, calcula que más o menos somos diez.
--Bueno, deja eso por mi cuenta, a las nueve estoy por ahí, gracias por invitarme.
--Por favor Anahí, es un placer tenerte entre nosotros, te espero, veni tranquila, que es gente macanuda, nos vemos, chau.
--A las nueve estoy por tu casa, chau.

Colgó y fue hacia el living, donde en su escritorio, reviso el cuaderno, en que anotaba todo lo que debía hacer, día por día, una ves que se puso al tanto, de todos los tramites correspondientes, para el día de hoy, se vistió, dispuesta a salir, como estaría por el centro, decidió antes, llamar a su amiga Lorena, para almorzar juntas.

--¿Lorena?
--Si.
--Que tal, Anahí te habla, ¿Cómo te va?
--Bien Anahí, que sorpresa hace un tiempo que no nos vemos.
--Por eso te llamo, hoy voy a estar por el centro, ¿Queres que almorcemos juntas, tenes tiempo? Así charlamos.
--Ningún problema, ¿Dónde nos encontramos?
--Mira en Sáenz Peña y Tucumán, hay una parrilla, donde se come bien y no es caro, si te parece nos encontramos ahí, a eso de la una, ¿Te queda cómodo?
--Si Anahí, de acuerdo, a la una entonces.
--Chau nos vemos.

Perfecto, ya tenia arreglada la hora del almuerzo, la casa acomodada, ella, vestida para salir, entonces solo era necesario subir al auto, e irse, para empezar con las diligencias del día, así fue, que un tiempo después, se encontraba frente a la ventanilla del banco, depositando y retirando dinero, más tarde pasó por la AFIP, donde dejó distintos formularios, que debía presentar, posteriormente fue a la compañía de seguros, para renovar el del auto, que ya vencía, miró el reloj, la hora del almuerzo estaba cerca y ella, no muy lejos de la parrilla, en donde se encontraría con Lorena, Como circulaba por la Avenida Corrientes, busco una playa de estacionamiento, lo más próxima a Sáenz Peña, encontró una, dejo el auto, instantes más tarde, entraba en el restaurante y se sentaba, en una mesa, que justo cuando ella llegó, se desocupaba, el reloj marcaba la una y cuarto, Lorena estaría por venir en cualquier momento, mientras tanto, el mozo retiró, la vajilla del almuerzo anterior, le acerco el menú y ella le dijo, que estaba esperando a una amiga, cuando venga, lo llamaría para hacerle el pedido, al rato una mujer se acercaba a su mesa, era Lorena.

--Anahi, ¿Cómo estas? Que suerte que se te ocurrió que almorcemos juntas, hace un tiempo, que quería hablar con vos, te extrañaba.
--Yo también, lo que pasa es que tuve mucho trabajo y despelotes, personales, sentate, ahora te cuento, ¿Vos, como andas vos?
--Bien, siempre en mi puesto de profesora de filosofía, en la UBA, lidiando con mi pareja Osvaldo y tratando, de vivir lo mejor que se pueda.
--En eso estamos todos, ¿Sabes que me separe de Diego?
--No, no lo sabía ¿Cuándo fue?
--Ayer.
--Llego justo para consolarte.
--No, no es necesario Lorena, lo asumí de manera natural, es más, pienso que estaba escrito en mi vida, que fuera así.
--Escrito en tu vida, ¿Qué te pasa Anahí? Vos con ese pensamiento acrítico, propio de una resignación anticipada, no te conocía con esa personalidad.
--Cual, ¿La de creer en el destino? La de pensar que todo lo que nos pasa, esta escrito en el libro individual, de nuestra vida.
--Eso tal cual, ¿Qué te paso, desde la última ves que nos vimos? Hace ya tiempo, antes te reías de todo eso, hoy veo que lo tenes en cuenta, ¿Con quien te cruzaste?
--Con nadie, es decir, no frecuento a nadie que pueda influir en mi, con estas historias, solo que una ves, una ves únicamente y a consecuencia, del problema que tenía con Diego, me senté frente a un geomántico.
--¿Un geomántico?
--Si al menos así se presentó  él.
--Déjame adivinar un poco, …¿Hablaste con Edith?
--Si.
--¿Fue ella la que?
--Me recomendó a este tipo.
--Que vive en Vicente López.
--En la calle Roca.
--Ya se quien es, lo conozco, lo vi en una reunión, en la casa de Edith.
--¿Va a las reuniones que hace Edith, en su casa?
--Siempre, pienso si queres que te diga, Anahí, que Edith las hace, entre otras cosas para que el vaya y lo pueda mostrar, a todas sus relaciones.
--¿Te parece?
--Estoy segura.
--Hoy Edith, hace una reunión en su casa y me invito, para que vaya.
--Que increíble casualidad, no lo puedo creer, a mi también, volveremos a vernos otra ves hoy, sin pensarlo siquiera, después de tanto tiempo, dos veces en el mismo día, no, es asombroso.
--Lo asombroso, que yo me encuentre por segunda vez con el geomántico, en una misma semana, ¿Cómo es él Lorena?
--No se, a vos que impresión te dio, cuando lo viste.
--Ninguna, o tal ves si, la de un hombre dedicado egoístamente, a si mismo, ajeno a toda relación exterior, que pueda molestar, los fines por los cuales, el organiza su propia vida, me pareció ausente de lo social, dedicado a afirmar su individualismo, si bien te digo, que solo lo vi, como alguien que iba a hacerle una consulta, él se porto en todo momento, como la persona que es consultada por su saber, ¿Decime Lorena? ¿Sabes si es casado? ¿Tiene pareja? ¿Vive solo? ¿Qué diablos hace fuera de la geomancia?
--No lo se, la ves que lo vi estaba solo, por referencias de otra gente, que estuvo en distintas reuniones, que hace Edith, siempre lo vieron solo.
--O sea que Edith funciona, como la promotora de relaciones públicas, para él.
--Algo así, aunque no creo que el cien por ciento de las personas que atiende, provengan de Edith, por supuesto ella se preocupa mucho, por  llevarle, si los queres llamar “pacientes” entre comillas, al geomántico.
--Me molesta tener que nombrarlo como geomántico, ¿Cuál es su nombre? ¿Cómo te lo presento Edith, en su reunión?
--Te vas a reír, te parecerá ridículo o incomprensible, a mi me pareció todo eso, se hace llamar Ezomoq, cuando así lo nombras, el muy caradura se queda serio como una tapia, como si su madre lo hubiera bautizado así, es ridículo.
--Ezomoq, si suena a ridículo, pero yo que soy contadora, te puedo decir que es su marketing, suena como una, marca comercial, evidentemente es un chanta, que se rodea de toda una escenografía, que cautive, específicamente a todos los incautos que van a verle.
--¿Vos fuiste una incauta Anahí?
--Me cuestiono por eso, fui a verle, su promotora me recomendó, pero no se, hay algo en él que me hizo bien, por lo pronto, el adiós a Diego que se lo merecía, fue consecuencia de esa reunión, en eso debo reconocer que me ayudo.
--Bueno, si estas interesada en conocer mas de él, esta noche tendrás la oportunidad, ya que vendrá seguro, además te adelanto, los que vamos somos todas parejas, solamente van solos vos y él, así que te aconsejaría, ahora que estas cerca de la Avenida Corrientes, recorre sus librerías, cómprate un libro de geomancia y estúdialo, así tenes tema para hablarle, porque sino creo, te vas a aburrir toda la noche, solo habla de eso, en la reunión en la que estuve con Osvaldo, no solo hablo de eso, sino que todas las preguntas inducidas algunas por Edith, iban en esa dirección.
--¿No me digas? Así que preguntas del tipo,  -sin que nadie se entere- ¿Cuánto hace que no te acostas con una mujer? Podrían descontracturarlo.
--¿Podrían? Pero de seguro te diría, que eso debe consultarlo con la lámina de arcilla, te invitaría a su casa y eso, quizás se convierta en un problema para vos, porque tal vez, te termine diciendo, ves, hoy me acosté con una mujer.
--¿Me crees tan fácil Lorena?
--No, es un chiste Anahi, tómalo como un chiste y una leve advertencia, a ese tipo lo creo capas de cualquier cosa, por hacer algo, que le interese hacer. Si lo viste una ves y te pareció, que debes escarbar en él, para ver de que madera esta hecho y si te conviene, me parece bien, hacelo, pero desconfíale y tene cuidado, a veces se me ocurre, que esta dentro del lote de hombres que piensan, pájaro que comió voló.
--No pasa por tu imaginación, que a mi también, se me puede ocurrir, comer y volar, más en esta situación, de que me encuentro sola y puedo hacer de mi vida, lo que se me ocurra.
--Correcto, lo podes hacer, pero no te creo capaz de que lo hagas, como no te pienso proclive a aceptar, sin juicio critico todo lo esotérico. Si un tipo te gusta, te mueve el alma, pienso que te jugarías a una relación estable, lo otro, lo podes hacer, por supuesto, pero a costa de sufrir mucho y eso me parece, que es lo que no debes hacer.
--Amiga Lorena, has dado una descripción bastante exacta, de como son las cosas, es cierto todo lo que decís, por lo tanto te voy a hacer caso con el geomántico, perdón Ezomoq, andaré con mucho cuidado, en relación a mis sentimientos para con él, es más, de entrada, lo tomaré como una posible desilusión.
--Eso me parece mejor, anda precavida, deja que sea él, quien primero muestre las cartas, vos debes ser quien hable, sobre lo que el dice, analizar si lo que dice es cierto, o como se acomoda a su juego corporal, en el momento que lo habla.
--¿Juego corporal?
--Si Anahí, hablamos con el cuerpo y la palabra, la palabra es consecuencia de nuestros pensamientos, pero también de estos, se nutren nuestras reacciones y tic corporales, o sea, el cuerpo también expresa, lo que pensamos y decimos, debemos estar muy atentos con esto, los tic corporales y las palabras de Ezomoq, se deben corresponder, si esto no ocurre, te esta mintiendo, Anahí.
--Gracias por el dato Lorena, lo tendré muy en cuenta, te voy a confesar algo, yo puedo mentir, pero odio que me mientan.
--Es correcto, así debe ser.
--Lorena, debo irme, porque sino esta noche, voy a estar muy cansada, llegaré tarde a la reunión, esto más que un almuerzo fue una conferencia.
--Tenes razón, pero hacia mucho que no nos veíamos.
--Aunque el tema casi excluyente fue Ezomoq, te pido perdón, por no preguntarte por Osvaldo, ¿Cómo van en vuestra relación?
--Mira más o menos, otro día hablamos de esto, pero te digo, los hombres son un desastre, sin nosotras, se ahogarían en un vaso de agua, somos quienes debemos remar, para todos los despelotes de nuestra casa, ya estoy cansada.
--Anda a ver a Ezomoq.
--¿Te parece?
--Dame tiempo a contestarte, después de esta noche te digo.
--Parece que te pico la geomancia.
--No, no necesito libros de la Avenida Corrientes, porque en realidad, me pico el hombre, que hace geomancia, quien se esconde detrás, del esotérico mensaje publicitario, de Ezomoq.
--Suena a misterio.
--Lorena, siempre me atrajeron los misterios, de chiquita destripaba lombrices, en el jardín de mis padres, para ver como eran por dentro, me interesa saber, que hay detrás, de lo que parece ser.
--Bueno, como dijiste, es hora de irnos, ya comimos el postre, todo estuvo muy rico, este es un lugar que se puede recomendar, paguemos y nos vamos.

Llamaron al mozo, pagaron y ya en la calle, a punto de irse cada cual por su lado, Lorena le dijo.

--Anahí, después de esta noche, te doy tiempo, quiero ver que hago con Osvaldo.
--De acuerdo, espera un tiempo, imagino no muy largo, te prometo develar el misterio de Ezomoq, chau hasta esta noche, no comentes con nadie, que nos encontramos al mediodía, chau.
--Por supuesto, hasta luego, chau..

Anahí se fue, hacía la playa de estacionamiento, para volver a su casa, terminar unos trabajos contables y mas tarde, salir para la reunión, antes pasaría por el súper, para comprar las gaseosas, que debía llevar, así no perdería tiempo luego, bajo por la Avenida Córdoba, en busca de Palermo, llegó a su barrio, hizo las compras que debía hacer y un rato más tarde, en su escritorio, trataba de ordenar papeles y formularios, para ponerse a trabajar, en eso estaba, cuando se dio cuenta, que ya eran las siete y media de la tarde, decidió dejar todo y prepararse para salir, fue a su dormitorio y busco la ropa, que se pensaba poner, un vestido rojo escotado en la espalda, con un collar negro y zapatos haciendo juego, más un brazalete, que le interesaba llevar, puso todo sobre la cama, se desvistió y yendo hacia el  baño, se ducho, seco y perfumo su cuerpo, nuevamente en el dormitorio, se vistió con la ropa, que había  elegido, luego se sentó frente al espejo del toilettes, se maquillo, base en la cara, rimel en los ojos, le agrego un poco de sombra a los parpados, se pinto los labios color rojo, se puso dos colgantes como aros, que se notaban y le daban un buen marco al rostro, por último acomodo su pelo negro y mirándose al espejo, se encontró linda, sin saber porque, pensó que más linda, que cuando había ido por primera ves, a ver al geomántico, a todo esto, el reloj ya marcaba las ocho y media, era hora de partir, no quería llegar tarde, apagó casi todas las luces de la casa, menos una o dos, para que no diera la impresión de estar vacía, fue al garaje y salió con el coche, hacia Pampa al ocho mil, en realidad no sabía hacia donde, pero presentía –ese presentimiento femenino- que estaba yendo exactamente hacia el lugar donde quería ir, un rato más tarde, se encontraba frente a la casa de Edith, eran algo más de las nueve, estaciono el auto y bajo, del baúl saco las bolsas con gaseosas, con ellas en la mano se dirigió a la puerta, toco el timbre, Edith con una sonrisa, apareció en el marco de la entrada recibiéndola.

--Anahí, que alegría que has llegado, veni pasa, dame las botellas que las llevo a la cocina, pasa, que ya están todos, así te los presento.
--Toma Edith, te acompaño hasta la cocina, porque las bolsas pesan, después me presentas a la gente.

Así lo hicieron fueron a la cocina, dejaron las gaseosas en el frazer, para que se enfríen un poco, hecho esto, ambas salieron y se encaminaron al living, donde ya se encontraban todos los invitados, Edith la presentó, de forma general.

--Esta es Anahí, una amiga mía, espero que la pasemos bien y pronto la integremos a nuestra charla, Anahí, sentate al lado de Ezomoq, ¿Ya se conocen no es cierto?
--Si Edith, Ezomoq y yo ya nos conocemos, al menos nos hemos visto y hablado, no hace más de cuarenta y ocho horas, tiempo muy reducido, para habernos olvidado, si me permite.
--Como no señorita Anahí, es un honor para mí, tener al lado mío a una persona como usted.
--Gracias Ezomoq, debo decirle, que pienso de la misma manera, de usted.

Al otro costado de Anahí, se encontraba Osvaldo junto a  Lorena, después venían Mario con Cristina, ambos dueños de un comercio de ropa, en Flores, Anabel con Joaquín, ingeniero químico, jerárquico de un importante laboratorio, los dueños de casa, Edith y Sebastian, veterinario y dueño de una veterinaria, por la zona de Caballito. La conversación hábilmente manipulada por Edith, terminó rondando, los temas propios, de las circunstancias conflictivas de la convivencia, los problemas de pareja, las relaciones entre la gente, si uno estaba o no destinado, a ser lo que le sucedía en la vida, en este asunto, hubo diferentes puntos de vista, Joaquín sostuvo, que todo era imprevisible y ligado al azar, como lo era una reacción de líquidos desconocidos, por el contrario, Cristina la esposa de Mario, opino que lo que debía pasar, pasaría, se quiera evitar o no, Sebastian explico que la genética, influye en nuestros actos y decisiones, por lo cual, viendo a los padres, se sabrá como actuaran los hijos, Anahí hablo, con su vestido rojo, su collar negro y sus aros grandes, dijo, que si bien no estaba de acuerdo, en que una vida, fuera diseña para un fin y solo uno, a veces se daban circunstancias sorprendentes, en donde la casualidad, parecía obrar, en función de un plan premeditado, Edith imagino al destino, como la vía por la cual debemos transitar, cada uno de nosotros, Ezomoq manifestó, que todos tenían razón, que la razón del acto, justificaba por si mismo, el destino de cada cual, Edith aplaudió y recordó, que para solucionar problemas, con o sin destino, Ezomoq era una garantía y su consejo, iba más allá de molestar a nuestras propias creencias, el todo lo entendía y a cada cual, lo comprendía como es. Luego la conversación siguió, se hablo de política, de corrupción, de buenos y malos, surgieron temas sobre el espectáculo, los programas de chimentos, como había gente que veía semejantes cosas, el nivel cultural de cada uno, la decadencia del nivel educativo, hasta que como toda reunión, esta poco a poco, se fue opacando a medida, que las horas iban pasando y el momento, de retirarse, se hallaba cada ves más cercano, primero, se fueron yendo las parejas, el comerciante, sostuvo que Ezomoq era incompetente, para resolverle los problemas, que tenía con la importación china, pero lo mismo le pareció una persona, muy interesante, el ingeniero químico, dijo que la comida había estado muy buena y su metabolismo sin duda, agradecía eso, también pidió que lo tengan en cuenta, para otra reunión, mas tarde aún, le toco el turno a Lorena y su marido, esta, se despidió de los dueños de casa, de Ezomoq, cuando lo hizo de Anahí, le suplico que ya que hablaron del destino, piense que el tiempo, es muy importante en él, se cerro la puerta tras Leonor y solo quedaron, los dueños de casa, Ezomoq y Anahí.

--¿Chicos, quieren que sirva otra vuelta de café?

--Por mi si –respondió Ezomoq-
--Yo también quiero –dijo Anahi-
--Prefiero te -manifestó Sebastian-
--Enseguida vuelvo, así  hablamos un poco más, en la cocina tengo café y te casi listo.
--Ezomoq, ¿Cómo la pasaste? ¿Qué te pareció la gente?
--Sebastian, vos sabes, que en la casa de ustedes, siempre la paso bien, también sabes, que soy de poco hablar en público, me gusta más escuchar y ver, que participar de un dialogo colectivo, te digo la verdad, hablar en público, me cohíbe es algo, que me cuesta superar, me gusta opinar frente a una persona, una sola mente para mi palabra, para el sonido de mi vos, si debo dialogar con muchos, pienso que hay un cortocircuito, entre lo que yo pueda decir y la variedad de expectativas, de los que me escuchan, estoy hecho para sanar, desde lo individual, no tengo carisma, para convertirme en animador de tertulias familiares, en ese sentido siento que les fallo, pero bueno, como digo, no puedo cambiar, soy como ven que soy.
--¿En verdad sos como te ven que sos?
--Así es Anahí. Aunque te parezca raro, lo que pasa, es que a eso que decís debo preguntarle ¿Vos me queres ver tal cual soy, o como quisieras que sea?
--Un momento, un momento chicos, paren con estos diálogos filosóficos, aquí traigo el café, para todos nosotros y el te, para Sebastian.
--Mi querida esposa, interrumpiste un dialogo, que podía resultar muy interesante.
--Puede ser, pero los diálogos interesantes entre ellos, que se los escuchen ellos, yo estoy para las conversaciones generales, en cuanto a eso Ezomoq, me arriesgaría a decir, que en cualquier momento Lorena va a visitarte a Vicente López, lo que no se, si la dirección se la daré yo, o Anahí.
--¿Por qué supones Edith, que se la voy a dar yo, si hacia un montón que no nos veíamos?
--No se, por esa evocación que te hizo, en cuanto al tiempo, cuando se fue.
--No me di cuenta.
--Por otro lado me dijo, que su relación con Osvaldo, no pasa por el mejor momento, pero allá ellos, otro que creo pasará por Vicente López, es Mario, sus ventas últimamente, bajaron, por lo tanto sus despelotes con Cristina, subieron.
--Me estas dando mucho trabajo Edith.
--¿No te conviene?
--Si por supuesto que me conviene, espero que sea como vos decís, lo que yo te digo ahora, que ya tome el café –estaba muy rico- que es tarde, los sábados atiendo, me voy Edith, te agradezco a vos y a Sebastian, por vuestra deferencia, para conmigo y mi humilde saber, de invitarme seguido a tan hermoso hogar.
--Por favor Ezomoq, no digas nada, el placer es nuestro, no te parece Edith.
--Por supuesto Sebastian, Ezomoq, ya es como un familiar más, para nosotros.
--Yo también me voy, Edith, es demasiado tarde ya, el lunes se terminan mis vacaciones, mañana, debo preparar trabajos para empezar la semana.
--Bueno Anahí, como te parezca, ¿Te gusto la reunión? ¿Lo pasaste bien?
--Muy bien Edith, fue todo muy tranqui, me voy contenta.

Ambos, Esomoq y Anahí, fueron hacia la calle, Sebastian y Edith, los acompañaron a la puerta, se despidieron, cuando esta se cerró, los dos se quedaron en la vereda, la madrugada era cálida, el día todavía no había despertado, se miraron en silencio, fue entonces cuando Anahí pregunto.

--¿Que se te ocurre, que podemos hacer, solos los dos en esta madrugada?

--Vamos a un bar, un café, cualquier lado, donde halla una mesa y dos sillas, para sentarnos frente a frente, quiero tu respuesta a mi pregunta, ¿Me ves tal cual soy, o como vos queres que sea?
--Tenes mucho ego Ezomaq?
--No lo se.
--Esta bien si caminamos, si juntos recorremos dos cuadras, en la esquina de Pampa y Alcorta, hay un café, ahí trataré de contestarte la pregunta.
--De acuerdo, esta lindo para caminar, de paso, se ordenaran nuestras mentes y me podrás contestar mejor, vamos.

Caminaron, casi frente a los Lagos de Palermo, esas dos cuadras que faltaban y llegaron al café, a esa hora por supuesto poco concurrido, pero lo importante, que estaba abierto, entraron y se sentaron, en una mesa redonda donde, según Ezomoq, los diálogos fluyen más, porque no hay aristas que los perturben, salvo las del alma de quien habla, pidieron dos gaseosas porque estaban artos de te y café, cuando se retiro el mozo ambos quedaron solos, el local era inmenso, en tal amplitud con muy poca gente que lo ocupara, la soledad y al mismo tiempo, la compañía entre él y ella, se manifestaba de forma mucho más fuerte, por un momento Anahí, miró a los ojos de Ezomoq, quiso de pronto saber quien era ese hombre, el desconocido que tenía frente suyo, la persona, a la cual le iba a hablar sin saber que decirle, solo respondiendo a lo que el le pidiera que diga, nada encontró en esos ojos, que le dijeran quien era él, es más, si se debía llevar por lo que vio, diría que era un ser sin sentimientos, calculador y frío, que iba a envolverla , en el juego que el quisiera jugar, pero pese a darse cuenta también intuía, que le gustaría ser juguete de ese hombre, en las manos de un destino en el que no creía, pero al cual decidió entregarse y dejarse llevar, sea a donde sea. Pensó un poco, lo miró nuevamente y de pronto hablo, su vos no le parecía suya, la impresiono como la vos de un relato, que alguien le contara iría a sucederle, con el hombre que tenía al frente, el hombre de la mirada quieta.

--No se como eres y apenas te conozco, por consiguiente no puedo imaginarme como te quisiera ver, tampoco se porque estoy aquí, en este café sentada con vos, cuando fui a consultarte el otro día, pensé que no te vería nunca más, no había motivo para ello, después, la invitación de Edith a la reunión, hizo que
--¿Pero sabias que yo iría a esa reunión?
--Hizo que las cosas cambiaran y nuevamente, nos encontramos, si queres hablar de magia conmigo, es un tema que no me interesa, supongo que si pretendo yo hablar de balances y asientos contables, a vos tampoco se te movería un pelo, por todo esto te digo, te pregunto entonces ¿A que venimos y porque estamos juntos? ¿Justo hoy -imagino- tenes ganas de acostarte con una mujer? ¿Y la única mina que anda cerca soy yo? A todo esto, tengo una maligna curiosidad por arrancarte la máscara de geomántico, ver como eres, llamándote mediante un nombre cualquiera, por ahí, me iría contigo a un telo, por el simple hecho de verte en calzoncillos, no se, eso es lo que se me ocurre. Es más creo -pero de pronto es la idea que me viene a la cabeza- que estamos los dos aquí, porque vos queres tener sexo y yo soy muy curiosa, te quiero ver como un simple tipo que labura para ganarse el mango, quien ni fu ni fa me interesa demasiado, pero si me gustaría que hable y me cuente quien es, que hace, cuando se saca la mascara y le caen los miedos comunes a la gente, conocer que le pasa cuando esta solo, completa y absolutamente solo Ezomoq, como ahora siento que lo estas y tenes ganas, de salir con una mujer pero no sabes como hacerlo e intuís mediante tu lámina de arcilla, que por tu forma de ser, al menos hoy -te dejo una chance futura- no conseguirás nada, en cambio, yo creo, estoy casi segura, porque así me lo anuncian los astros, las figuras de geomancia, de puntos pares e impares, instalados sobre los extremos de las cuatro líneas, dibujadas de izquierda a derecha, que cuando me levante de esta mesa, cuando deje este lugar circular, en el cual nos encontramos sabre quien eres, -no se si para mi bien o para mi mal- porque necesitas confesarte a alguien, porque tu fe solitaria, puede con los demás, pero no puede con vos,. Si lo estuviste pensando, tenes razón, me puse el vestido rojo, con la espalda descubierta, décima figura de la geomancia, Capricornio en la casa del zodiaco, para que te fijes en mi, sabes que el rojo es una figura energética, oscura y violenta, me puse base, rimel, sombra, aros inmensos, para que me veas más linda que nunca, hice todo eso, para adueñarme de tu voluntad, dado que tu voluntad, es tu deseo y ahora tu deseo Ezomoq, me pertenece, soy la dueña de él, eres mi esclavo por esta noche, no te moverás de esa silla, porque no puedes, no dejaras de mirarme, porque me deseas y cuando me vaya, trataras de buscarme, porque aunque tus ojos no lo manifiesten, en el fondo de tu alma queres que sea tuya, , no por nada de lo que yo represente para vos, dado que no sabes quien soy pero entiendes perfectamente, aquí frente tuyo, lo que soy, entonces Ezomoq, me deseas más que todo, por el simple hecho de ser mujer, una mujer que se te subió a la cabeza, piso la lámina de arcilla, te la hizo trizas y quedaste preso de tus propios deseos, en la sombra de otra persona, que soy yo. Para romper el hechizo Ezomoq, para hacer que tu vida vuelva a la normalidad de tu lámina de arcilla, húmeda y lisa, lista para escribir, debes hablar y yo escuchar, yo soy la hechicera, soy la que poseo el conjuro, que te hará libre, mi sexo es el conjuro y la libertad, es entregarme a vos si me convences.
--Asombroso Anahí, hermosas palabras, como hermoso es tu vestido rojo, habitante de la décima casa del zodiaco, pero no es hermoso él, por ser vestido, sino porque te contiene a vos, como el capullo, al centro de la flor que le da vida. Me preguntas quien soy, quieres saber de mi, mas de lo que yo mismo se, me senté a esta mesa circular como dices, decidido a satisfacer todos tus deseos, no como imaginas, a realizar los míos, por lo tanto, si uno de los deseos que te envuelven y despiertan tu curiosidad, es saber de mi, sin la mascara puesta, te contare quien soy, nací en un barrio cualquiera de la ciudad, me llamaron Daniel, hice el primario, secundario, un día debí comer, ganarme la vida, mire a mi alrededor, para saber que hacía, mi madre tiraba las cartas, leía el TAROT, de ella, tal vez me venga esta intuición, sobre la magia, decidí seguir sus pasos, por el simple hecho de ganar dinero, de la oferta y la demanda, de la posibilidad, de crearme un trabajo independiente – ya aquí estoy usurpando tus conocimientos contables- que yo sea aquel , que goza de si mismo, porque es libre y maneja su tiempo, el más preciado capital que podemos tener. Así fue como me convertí en geomántico, porque de todo lo trucho que leí, me pareció era lo que más se avenía, a mi forma de ser, a mi carácter, de la misma manera como se monta, una obra de teatro, monte mi propio espectáculo personal, el dialogo, los personajes, la escenografía, el relato, mientras fue transcurriendo el tiempo de consulta, la gente, mis espectadores, me fueron dando el ritmo necesario, con ellos, fui aprendiendo como somos, que queremos y un día note, que lo teatral se alejaba cada ves más, de mi trabajo diario, que la practica de estar escuchando a los demás, aconsejando y porque no, recibiendo consejos de ellos también, me fue convirtiendo, en una persona que había desarrollado, el arte de entender, de saber mirar, de descubrir lo que se quiere ocultar, cuando se dice, “yo soy así”, a partir de ese momento, ya no me sentí más trucho, comprendí, que había adquirido el conocimiento de la Praxis y estaba en condiciones, de serle útil a la gente, que decidiera acudir a mi, en busca de ayuda espiritual. Esto a grandes rasgos, es quien fui, que soy, lo estas viendo vos en este momento, por otro lado, en cuanto a mi soledad y a mis miedos, no te engañes, si yo quisiera tener una relación sexual hoy, no estaría con vos, en esta mesa, no quiero lastimarte pero tendría con quien ir, no estoy con vos, porque espero acostarme a tu lado, sobre el lecho de un telo, ni necesito verte en tangas, para saber quien eres, Lo difícil en mi, lo imposible, lo que te confieso, para que calmes tu ansiedad y puedas, levantarte de esta mesa, sabiendo quien y que soy,  he aquí entonces mi mayor miedo, mi frustración sentimental, si quieres, es que nunca pude hacer coincidir sexo con amor, o lo uno o lo otro, aquella mujer que llamo y le digo, vamos al telo, viene, no exige nada, terminamos y se aleja, la otra, el amor platónico, que lo sigo y persigo, hasta que ella se cansa, me deja y se va. Este es mi problema y el problema, de algunas mujeres –no muchas- que quise y me dejaron , porque nunca me acosté con ellas, es como en la lámina de arcilla, sobre las líneas paralelas, en una va el amor, en otra el sexo, nunca se tocan, no puedo unir ambos, porque en mi interior, en el fondo de mi alma, donde nacen nuestros impulsos más primarios, algo me lo impide, me inhibe, me acorrala , “si amas, no podes profanar lo que quieres, ultrajándolo con el placer impuro” y en ese dilema, me debato y es esa la causa de mi soledad, aunque racionalmente, se y lo digo sobre la lámina de arcilla, que el placer, es la culminación del verdadero amor, aconsejo que así es y debe ser sentido, por todos nosotros, pero, al manifestarlo a los demás, me pregunto si les estoy mintiendo, o si por el contrario, les digo la verdad sin comprenderla. Pero no soy yo quien habla, en ese momento, es la lámina de arcilla, son las figuras de la geomancia, es la respuesta que se arma, en el extremo de cada línea, con los puntos pares e impares, yo solo soy el interprete que habla, no debo culparme por lo que digo, o no digo de las cosas, todo me es respondido por el destino, de quien me dice. Además Anahí, te pido por favor, que comprendas una cosa, lo peor que podría sucedernos en este momento, es que empezara a amarte, si así fuera, al mismo tiempo, comenzaría a perderte, porque nunca tu sexo, podría ser conjuro de mi libertad, porque jamás, me acostaría con vos, tampoco te quiero como simple aventura, que calme mi placer, dado que no puedo imaginarme, obligándote a hacer, lo que no quiero que seas. Por lo tanto tracemos las líneas, busquemos un acuerdo, si de mis deseos hablas, te tengo en el limbo, no ser que hacer con vos, pero quiero que sigas a mi lado, ¿Por qué será que quiero que estés conmigo? Si no pienso amarte, para no perderte, si no quiero que seas, una mujer fácil en mi vida. Sin embargo trato de hacer todo lo posible, para retenerte, en el laberinto de mi indecisión, ¿Qué me pasa con vos? ¿Que siento diferente? Que sin saber aún que es lo que sucede, no quiero que te vayas.
--Daniel, si te nombro, ya me parece que se todo de vos, porque estoy nombrando al sujeto ser que sos en la vida, invoco la palabra que todos te dijeron, cada ves que necesitaron de vos. Hoy, yo también te nombro, porque necesito hablarte y antes cuando lo hice, quizás dije cosas, que no debí decirte, pero están dichas y quedaran en tu memoria, para que las juzgues y me juzgues sobre ellas, lo que ahora hablo, es la interpretación de lo que dices, si no me puedes amar, porque empezaríamos a dejarnos, si no quieres acostarte conmigo, porque en el fondo me preservas, para amarme sin quererlo, Daniel, estamos ante un camino, que no tiene salida, el destino nos une, pero vos, que siempre lo llamas en tu auxilio, te niegas a aceptarlo, yo, que no creo en él, debo ver como hago para no perderte, buscar el equilibrio que no existe, entre el amor y el deseo, ¿Eso me pides? Renunciare a ambos, si así lo quieres, me convertiré en la sombra del “Umbral Inferior”-décima sexta casa de la geomancia- y esperaré, que algún día me liberes y aceptes, el amor y proclames el deseo, mientras, sin lo uno ni lo otro, estaré a tu lado, habiendo escuchado de tus propios labios, que nada de mi sexualidad te atrae, porque para vos, me ves en el mundo irracional de lo platónico. Te libero de que seas esclavo de mi, digo que tu voluntad, es la forma en la que vos, ves las cosas y solo te pido, que ha partir de hoy, me veas como quieras en tus sentimientos, pero no me dejes, yo se, porque quiero estar a tu lado, esperaré el tiempo suficiente y necesario, para nombrar a un Daniel, que se que existe, que algún día llegará, por la fuerza del destino, a mi lado.
--Me liberas, de que sea preso de tu deseo, dices que mi voluntad, es la forma en que yo actúo, me pides, que siga a tu lado, que estemos juntos,  ¿Sin tu deseo y con mi voluntad? ¿Es lo que quieres? Mi loca voluntad te pide, que no desees mi cuerpo, hecho por los dioses, para gozo del amor, mi corrompida alma , solo se agita por lo platónico del goce, por amarte sin poseerte, por mirar tus labios sin besarlos, quizás mis palabras te enloquezcan, en un divague de amor, sin sentido final, seguro que mi mano, nunca tocara la tuya, en el momento que quieras que eso ocurra, esa es mi voluntad, Anahí, ¿Hasta cuando podrás aceptarla, sin que tu deseo explote, me maldigas y te vayas? Esa es la pregunta que quisiera no contestes, porque sin deseo y hasta que yo geomántico, lo quiera, me has confesado que necesitas estar a mi lado, en ese “hasta que yo lo quiera” me ataste al carro de mi culpa, nada puede ser eterno, algún día dejare de “querer”, para empezar a quererte, sos astuta Anahí, te cabe la lisura, de la lámina de arcilla y el punzón de madera, en tu mano, para describir mi destino, que nunca dibuje, pero debo confesarte, que si haces el dibujo, encontraras que estoy solo y algo más, que estoy triste, pero estas son circunstancias, por las que no debo aceptar que estés a mi lado, en tren de confesiones, cuando te vi entrar, a mi consulta me dije, he ahí la mujer con la cual quisiera estar, si pudiera ser mía y no de otro, cuando formaste las figuras de geomancia, las mire sin verlas, porque el destino de Diego, ya estaba jugado en mis manos, arme su infidelidad, porque solo quería que lo dejes, para poder ser mía, con esto es más que suficiente, creo yo, percibo, siento, para que estés a mi lado, hasta que las cosas cambien, hasta el día que vos decidas, nunca seré yo quien diga, debes irte.
--Daniel todo bien, yo entendí lo que queres, vos sabes que comprendo, como será nuestra  relación y la acepto, pese a que soy distinta a vos, quiero probar como funcionamos juntos, lo de Diego no me interesa, pero si me halaga, que al verme entrar hallas pensado, que podría ser la mujer, con la cual quisieras estar, no soy astuta, simplemente no quiero apurar nada, pensa que podemos estar juntos, para gozar la vida, como, de que manera, lo veremos vos y yo, a medida que nos vayamos conociendo y vayamos resolviendo, las diferentes circunstancias, que se presenten en nuestra relación, yo también debo hacerte una confesión, nunca me amaron platónicamente ¿Cómo será? No lo se, espero que me lo sepas demostrar, para entenderlo, Daniel, soy una mujer y vos un hombre, con nuestras locuras y limitaciones, nuestras ambiciones y esperanzas, busquemos armonizarnos, tratemos de halla r el equilibrio, que nos permita ser felices, ha partir de hoy, fuera de la lámina de arcilla, estarás conmigo, ha partir de hoy, luego de mi trabajo, te buscare para que estemos juntos, no le pidamos a las líneas paralelas, nada más, que otra cosa podemos pedir amor ¿Perdón, te puedo decir amor?
--Por supuesto, suena muy platónico.
--¿Qué no suena muy platónico?
--Telo.
--Ah comprendo, estoy empezando a entenderte, entonces amor, paguemos y nos vamos, ya comienza a amanecer.

Salieron a la calle, en busca cada cual de su automóvil, para irse del lugar rumbo a sus casas. 

--Hermoso amanecer, ¿Verdad Daniel? Podes pasar tu brazo sobre mi hombro amor, salvo que tu platonismo te lo impida.

--Me lo impide.
--Tenemos que caminar dos cuadras, esta bien, si me tropiezo y caigo, será por culpa de tu platonismo, ahora también, ¿Es causa de él, que mientras caminamos estés tan callado? No quiero ser yo, la que hable sola como una loca.
--Anahí, ¿Qué quieres que te diga? Hablamos todo en el café, estoy cansado, nosotros nos cansamos antes que ustedes, sobre todo si de hablar se trata, pero bueno, es así, no se que decirte, si por mi fuera, caminaría en silencio, al lado tuyo, hasta donde están los autos, más allá, hasta donde vos quieras, porque igual que una conversación, en este momento estoy muy contento y feliz, rodeado del silencio y tu presencia, no quiero hablar, solo saber que estas a mi lado y caminando juntos, quizás nuestros cuerpos hablen, el idioma de los gestos, nuestras almas, se encuentren en el total silencio de las cosas, mientras nosotros vamos, dejando que nos lleven nuestros pasos, a través del espacio recorrido, como un sueño, como una metáfora del tiempo, en que inmersos estamos y juntos compartimos.
--¿Te gusta caminar Daniel?
--Al lado tuyo, si Anahí.
--Amaneció ya, vamos al lago, duermen aún los cisnes, con la cabeza erguida, en eterna pregunta, nos hará bien caminar, y ver el agua, las plantas y las flores, cuando nos cansemos, sentarnos en un banco, entonces ahí si, quiero que me hables y me cuentes, porque me gusta escuchar historias, salidas de tus labios.
--Vayamos en silencio, busquemos en el lago la paz tan necesaria, para empezar de nuevo, cada mañana, cada día, todos los días que formen, la relación que hoy comenzamos.

Recorrieron el borde del lago, el contorno de sus almas, el bullicioso silencio de sus mentes, la sensación de estar juntos y no tocarse, el tiempo, la distancia, la naturaleza, la luz solar, el día que llega y nos penetra, todo lo hermoso y bello cuando estamos y vamos, en silencio. Apareció el banco, el consabido banco, que uno encuentra, cuando la necesidad de hablar, se hace necesaria, cuando el cansancio llega al cuerpo, cuando sentados, recortamos el paisaje y solo vemos, eso que esta ahí, frente a nosotros, como un tiempo, detenido y preso.

--Tenes razón Anahí, es hora de sentarse y hablar, como dijiste.
--Tenes muy presente lo que dije, si no queres hablar no importa, sigamos en silencio.
--No por favor, solo quise hacerte notar, que estoy pendiente de lo que me pides, que deseo hacer, lo que me dices.
--¿Todo lo que te diga Daniel?
--Con las salvedades del caso, ya expuestas con anterioridad, todo.
--¿Quisiera un beso en la frente Daniel? Puede ser.
--La frente forma parte de tu cuerpo, no es ajena a él, guarda detrás todo lo que eres, fundamentalmente tu espiritualidad, que es lo que me interesa en vos, si la besaría encontraría lo que me niego a ver, el calor de tu cuerpo, el palpitar de tu alma, por consiguiente me perdería y te perdería para siempre, ¿Queres hacerlo? ¿Queres acabar con nuestra relación? Si lo deseas puedo intentarlo, aunque no quiero y porque te quiero, si me lo pides, si lo deseas, si lo necesitas, puedo hacerlo, habrás notado cuando salimos del café, al lado mismo pegado a él, hay un hotel alojamiento, vamos, te arrancare el vestido rojo y te dejaré el collar negro, con los aros grandes y seré tu amante, pero habrás hecho un pacto con el diablo, a cambio de eso, no te veré más.
--Dices quererme, pero me haces sentir mal, yo solo, te pedí un beso en la frente y me sales con una historia, que no entiendo.
--Dijiste que te gustaban mis historias.
--Esta no Daniel, es muy cruel, no me la merezco, vamos al auto, me voy a casa, sos un bobo, rompiste un momento encantador.

Se levantó y se fue, él la siguió nuevamente en silencio, cuando se vuelve con amargura de un lugar, que fuimos con alegría, el corazón nada siente, solo dolor, los ojos, no miran el paisaje ni los cisnes, con su pregunta eterna, es que las lágrimas invaden la mirada y solo vemos, los destrozos de un sueño que no fue. Llegaron a los autos, frente a la casa de Edith donde los habían dejado, ella sin decir palabra, subió al suyo y se alejo de allí, lo mismo hizo él. Pasaron los días y los meses, una mañana de un fin de semana largo, sonó el teléfono en casa de Anahí.

--Hola Anahí.
--Si.
--Soy Edith, ¿Cómo te va?
--Edith, tanto tiempo, ¿Cómo estas vos?, Yo por suerte bien, trabajando.
--Nada, te llamaba para ver como andabas y charlar un rato, después de esa reunión en casa, no hablamos más, quería saber algo de vos.
--No se que decirte Edith, últimamente salgo poco, mis novedades no son muchas.
--Si de novedades se trata, yo tengo una muy triste Anahí, por eso entre otras cosas, te llamaba, quería que lo sepas.
--¿Qué novedad Edith? Te escucho.
--¿Te acordas de Ezomoq, el geomántico?
--Si.
--Nuestro pobre Ezomoq, falleció a causa del sida, el martes pasado, nunca le dijo a nadie de su mal.









A veces los cuentos terminan, como el autor quiere, o puede, a veces el final de un cuento, la ultima actuación de los personajes, nos deja con un sentimiento de tristeza o alegría, tal cual la vida, que todos nosotros atravesamos, como un relato propio. En este caso, el autor, quedo triste por este final, no solo él, sino también Anahí, -ente de ficción imaginario- protagonista y coautora, en la imaginación de quien escribe, de muchos episodios que aquí se han contado. Hablamos con el ente, porque siempre hablamos, para avanzar con su coloración, por la urdimbre de la trama de la tela, en busca de ese cuento, que anhelamos. Entonces el ente, -Anahí- nos dijo, que se comunico con Ezomoq, con Edith, todos coincidieron- también yo- en que debíamos dejar escrito, otro final, para que el lector pueda ver, como el destino según quiera dirigirse, nos puede mostrar, como una moneda tirada al azar, las dos caras de la condición humana, la muerte o la continuidad de la vida. Todos nos propusimos entonces, escribir, este otro final.

 --Hola ¿Anahí?
--Si.
--Soy Edith, ¿Cómo te va?
--Edith, tanto tiempo ¿Cómo estas vos? Yo por suerte bien, trabajando.
--Nada, te llamaba para ver como andabas y charlar un rato, después de esa reunión en casa, no hablamos más, quería saber algo de vos.
--No se que decirte Edith, últimamente salgo poco, no tengo mucho que contar.
--Vos sabes que el otro día, estuve de Ezomoq, fui a visitarlo, porque también hacía un tiempo, que no nos hablábamos, precisamente, después de la última reunión en casa, lo encontré triste.
--No me digas, triste Ezomoq, ¿Por qué?
--Es lo que no se, me daría la impresión, solo la impresión, de que tiene una pena de amor.
--¿Algo así como un amor no correspondido?
--No creo que sea exactamente eso, más bien pienso en una desilusión, algo que él pensaría, sería de una manera y resulto de otra, no se, lo vi raro, pero no con la rareza de su profesión, que vos y yo conocemos en él, sino raro, porque lo vi apenado.
--¿Cual será la pena que lo apena, digo yo?
--Precisamente, para eso te llamaba.
--¿No pensarás que soy maga y yo ahora, adivino el problema, que tiene Ezomoq?
--No Anahí, seguro que se que vos, no sos maga, pero me parece entrever, en los pliegues de mis premoniciones, que sos parte de esa pena,
--¿Cómo parte de esa pena?
--Anahí, no quiero irme por las ramas, te voy a hacer una pregunta, que para mí es una certeza, ¿Decime, la noche que se fueron de casa, vos y Ezomoq, fueron a tomar algo juntos, verdad?
--Si, ¿Pero eso que tiene que ver?
--Nada, si fuera simplemente, tomar un café con un amigo, pero creo suponer, que después del café, hubo una conversación más sentimental, no me digas que vos, esa noche, no tenías la ilusión, de ganarte el corazón de Ezomog, te interesaba él, me dí cuenta Anahí.
--Si, tenes razón, no lo quiero negar, tuvimos una muy hermosa, conversación sentimental, es cierto también, que mi ilusión, era ganarme el corazón de Ezomoq, pero sabes Edith, en eso estábamos, cuando se pudrió todo.
--¿Se pelearon?
--No precisamente eso, no me gusto algo que él dijo, me pareció que estaba muy mal, de su parte, se lo dije, me sentí lastimada en mis sentimientos, me levante y me fui, ni el me dijo más nada, ni yo tampoco, cortamos de un tirón y para siempre.
--Por lo que note en él y escucho de vos, me parece que ambos tiraron, pero nada se corto y menos para siempre, Anahí, es un pecado, que no halla un intento, de reconciliación entre ustedes.
--¿Intento de reconciliación? ¿Qué estas diciendo? No te digo que nunca más, me llamó, ni pensar por mi parte, en una reconciliación, es él si quiere, si le interesa, quien debería dar el primer paso.
--Si el da ese primer paso, ¿Lo aceptarías?
--Si.
--Entonces mujer que estas esperando, hace de cuenta que lo dio, que si no fue así, yo te garantizo, que no es porque no se muera de ganas, por hacerlo, habrá otros motivos, que desconozco, por los cuales no lo hace, yo como lo ví, afirmó que estaría muy contento, si te volviera a ver.
--Jurarías que es tal cual me contas.
--Lo juro, por lo que vos quieras.
--Esta bien, te creo Edith, se que sos una mina, que no mentiría en esto.
--Es más Anahí, estas sola, el también lo esta, ¿Por qué será? En el fondo ambos saben, que tarde o temprano, volverán a estar juntos y se reservan para eso.
--Quizás tengas razón Anahí, no lo se, lo que te digo, que si el está triste, yo también lo estoy, no quiero negarlo, del día de tu reunión, que no volví a ser feliz, es como si un sueño, un bello sueño, se hubiera interrumpido y desperté de golpe, sin saber su final.
--Porque no tratas de buscar ese final, Anahí, háceme caso, olvídate de quien debe ser el primero, pensa en tu felicidad y anda a verlo, hoy es sábado, el trabaja hasta las dos de la tarde, todavía tenes tiempo de ir y hablar, simplemente eso, hablen, vuelvan a escucharse, como se escucharon la noche de mi reunión, depone tu orgullo, no sirve para nada el orgullo, si por causa de él, te niegas al amor. Anahí, te repito, Daniel esta solo, vos también, porque seguir así, anda a verlo, después me contas.
--Puede que tengas razón Edith, debo reconocer, que casi siempre la tenes, déjame pensarlo, cualquier cosa, según lo que decida, después te llamo.
--Bueno Anahí, perdona que a veces me meta en cosas, que se que no debo, pero sabes lo que pasa, los quiero a los dos, me da bronca que estén separados, pudiendo estar juntos.
--Lo se Edith, se de tus sentimientos y te agradezco, voy a ver lo que hago, tratare de hablar con mi orgullo, a ver si lo convenzo, nos hablamos, chau.
--Chau Anahí, suerte.

Colgó el teléfono y se quedo pensando, miró el reloj, las once de la mañana, todavía estaba a tiempo para decidirse, pero por primera vez se dio cuenta, que era orgullosa, prefería sufrir, antes que ir en busca, de quien la hacía padecer, para concluir con la tristeza que le producía, el no llegar a nada, con Ezomoq, pero la única manera de solucionar esto, era ir a verlo y hablar, lamina de arcilla de por medio, de lo que ella sentía y a nadie, contaba, por lo tanto se decidió, debía ir a la casa de la calle Roca, cerca del río, hacía días que pensaba en esto y la llamada de Edith, hoy, fue el último empujón, que necesitaba para hacerlo y lo haría,. Preparó el baño y se dio una ducha, que le vino muy bien, porque la relajo un poco, ya que estaba muy tensa, por cábala quizás, o por lo que fuera, decidió vestirse, de la misma manera, que lo había hecho para la reunión en casa de Edith, vestido rojo, collar negro, zapatos haciendo juego, brazalete y aros grandes, se maquillo igual y fue hacia el garaje, sacó el auto, tomo por la Avenida Libertador en dirección a  la provincia, hasta la calle Roca, giro a la derecha y casi llegando al río, freno, frente a una casa pequeña, de estilo ingles, con jardín adelante y una sola planta, estacionó, bajo y toco el timbre, la misma mujer joven, la hizo pasar y le dijo, que espere, en el lugar donde antes estuviera esperando, no tardo mucho en abrirse la puerta del estudio, Daniel nuevamente, se presento, en el marco de la entrada, quizás con idéntico yin y similar remera, a la que tenía puesta, la primera vez que se vieron.

--Anahí, vos aquí, como es esto, no me llamaste, nadie me dijo nada.
--¿Tengo que pedir turno, para venir a verte Ezomoq?
--Por favor Anahí, estoy feliz de que estés aquí y es un placer recibirte, lo que pasa, que nunca pensé que vinieras, veni pasa, ya conoces el lugar, sentate, donde te sentaste antes.
--Gracias Ezomoq, ¿Por qué  pensaste que nunca vendría a verte? Sos un profesional, la gente necesita de vos y hoy, yo te preciso.
--Una cosa Anahí, por favor entre nosotros, no soy Ezomoq, soy Daniel.
--Lo siento mucho, pero debo decirte, que hoy yo vine aquí, para hablar con Ezomoq, el geomántico, te dije que vengo por una consulta profesional, el hombre que quiero, no desea estar conmigo, aquel a quien amo, me dice que solo le despierto, amor platónico, Ezomoq, vengo a verte -no tengo suerte con mis parejas, siempre terminan en tu lámina de arcilla- porque la persona que quiero, no responde a mis ruegos y necesito, saber si me quiere de verdad, o me engaña, simulando, lo que en realidad no siente.
--¿Quién es esa persona Anahí? ¿Cómo se llama? Debo saber su nombre, para hacer el conjuro y responder la pregunta.
--Daniel se llama.
--¿Que queres preguntar sobre Daniel, para que la lámina de arcilla te conteste?
--Sobre Daniel quisiera preguntar, Ezomoq, lo que te dije antes, si me quiere, o simula quererme, tras la excusa de su amor platónico.
--¿Podré preguntar por Daniel? ¿Sabré responderte?
--Me dijeron de vos, que sos un buen mago, no tengo dudas que serás imparcial, a la hora de analizar, las figuras de geomancia, Ezomoq.
--¿Lo crees así?
--Estoy segura.
--Entonces vamos, voy a hacer la pregunta, pero sin invocar a nadie, solo al silencio que nos rodea, a tu mente y a la mía, al tiempo que nos lleve descifrar esas figuras.
--¿Queres Ezomoq que empiece, a escribir sobre la lámina de arcilla?
--Si Anahí.
--Tomo el punzón de madera, trazo cuatro líneas paralelas de izquierda a derecha, desde mi angustiado corazón, al fondo de mi alma, que cual arcano guarda todos mis secretos, me recomiendo a los cuatro elementos, fuego-tierra-aire y agua, soy consciente de la importancia de los puntos cardinales, mientras escribo sobre las líneas, grupos de puntos, pares e impares, hasta un total de dieciséis, que luego en los extremos de las mismas, iran a descifrar la pregunta, por medio de las figuras de la geomancia, que con su ciencia y su saber, extraerá Ezomoq, de los puntos por mi dibujados, ya esta Ezomoq, termine, es tu turno, pongo mi destino y el de Daniel, en tus manos, sufrí mucho, porque no volví a verle, es por eso que hoy recurro a tu magia, para descifrar, en el extremo de las líneas, que nos pasa.
--Muy bien Anahí, es mi turno, en este extraño juego que jugamos, sobre la lámina de arcilla a cara o cruz, nuestro destino, debo hacer la pregunta, la que vos queres que haga y yo no se, si mis conocimientos harán imparcial a mi cerebro y a mi alma, cuando en las figuras de geomancia, trate de interpretarla.
--No temas Ezomoq, serás imparcial, ya que todos dicen que eres bueno.
--Va entonces, pregunta Anahí, si Daniel, ¿La quiere, o simula quererla, tras la excusa de su amor platónico? ¿Es esto verdad? Lo que deseas saber de las figuras.
--Si eso es.
--Deja tu mente en blanco, que solo quede en ella, la pregunta, de la cual deseas su respuesta y permíteme a mí, ver y analizar las figuras de geomancia, que en el extremo de cada línea se formaron, por los grupos de puntos, pares e impares, que vos escribiste sobre las mismas. Primera línea, aparece la figura de geomancia, “El Niño”, que ubicamos en la casa primera del Zodiaco-Libra que corresponde a la casa de quien pregunta, esta figura atrae el sexo y da la oportunidad, de abrirse a una consciencia más lasciva, seguimos, la otra figura que nos llega es “claro”, tercera figura de la geomancia, que corresponde a la tercera casa del Zodiaco-Gemines, ella nos dará claridad, en nuestro discernimiento, ya que dispersa, la oscuridad de los espíritus, después nos encontramos, con la figura de la “Fortuna Menor”, que colocamos en la casa séptima del Zodiaco-Libra, es esta una figura, muy interesante, para nuestros fines, ya que garantiza que un conjuro tenga éxito, por último, analizamos la figura de geomancia de la cuarta línea, que es “La Niña”, que introducimos en la casa novena del Zodiaco-Sagitario, la ubicación de esta casa, tiene que ver con la femineidad, la sensación de carisma o encanto. Anahí, he terminado, con la representación de cada figura, ahora debo analizar, el significado total, de las cuatro, en relación a tu pregunta.
--¿Podrás hacerlo?
--Espero, porque no quiero defraudarme ni defraudarte, por lo tanto, empiezo y digo, encomendándome al bueno de Zoroastro, para que mi juicio, sea lo más lucido posible a la condición humana. Es notable, el equilibrio perfecto, que hay entre las casas, las virtudes que poseen dos de ellas, están perfectamente balanceadas, con los beneficios contrarios, de las otras dos, por lo que de ello deduzco, que vos y Daniel, están preparados para ser pareja, la primera casa, que es la casa de aquel que pregunta, “El Niño” trae nuevas ideas, atrae al sexo y la conducta lasciva, por lo tanto Daniel, atraído por vos –el sexo- y siendo la casa descendente, irá perdiendo su amor platónico frente a vos, yendo más bien a un amor que Platón, llamó familiar. En la cuarta línea, tenemos la casa novena, “La Niña”, esta casa junto con la tercera “Claro”, crean lo que se llama un nuevo principio, que es a mi juicio, una nueva interpretación del amor, por parte de Daniel, que hasta ahora solo lo veía, como una manifestación platónica, por último nos queda por analizar, la casa séptima “Fortuna menor”, en ella encontrarás, no cabe duda, el éxito que esperas tener, en tu relación con Daniel.
--Ezomoq, ¿Cuál es entonces, tu conclusión final a la pregunta?
--La pregunta, volvamos a ella es, ¿Si Daniel te quiere, o simula quererte, tras la excusa de su amor platónico? Mi conclusión es, que Daniel te quiere, por el equilibrio de todas las casas, no simula, ya que los cuatro elementos dentro de ellas, también manifiestan estabilidad, por último, estoy seguro, que el concepto de amor platónico, que el poseía hasta hoy, se irá perdiendo, hasta desaparecer, consecuencia fundamentalmente, de la casa “Del Niño”, primera casa y propia de aquel que pregunta, doy con esto, por finalizada mi adivinación Anahí, creo que en ella, has salido favorecida y espero encuentres, al amor con Daniel y ambos puedan, formar una buena pareja, es todo.
--Gracias Ezomoq, tendré muy en cuenta, la conclusión a la que llegaste.
--Pienso Anahí que es la correcta, ahora también pienso, que si Daniel estuviera aquí, quisiera saber, más allá de la magia, mis palabras y la lámina de arcilla, ¿Que es lo que pensas vos sobre él? fueron meses, de una triste soledad para Daniel, sobre todo, por la circunstancia que hallan dejado de verse, como lo hicieron, la verdad creyó, que ya nunca más se verían, e imagino, que tu amor, se había convertido en odio y que el odio, en olvido.
--¿Hablaste con él?
--Siempre hablo.
--¿Qué dice de mi?, me quiere, como yo lo amo, me necesita, como yo lo espero, decile cuando hables, que yo también sufrí, por nuestra separación y hoy, estoy aquí, para volver a estar juntos, nuevamente, como siempre debimos estarlo.
--Así le diré cuando lo vea, estoy seguro, que se pondrá muy contento, de que quieras volver a su lado, porque él, con la misma intensidad que vos, lo desea, es más, me ha dicho, que el día que vos vuelvas, yo deje de ser Ezomoq, para ser él, en tu presencia.
--Ezomoq, hay un sillón vacío, al lado mío, si cruzas la lámina de arcilla y vienes y te sientas, el pedido de él. se habrá cumplido, yo hablaré con Daniel y no contigo.
--Acá estoy Anahí, junto a vos sentado, paso mi brazo por tu hombro, te atraigo hacia mí y te pregunto ¿Qué le dices a Daniel? ¿Qué sale de tus labios?
--Que te amo. 

     



  




 


   



  








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