ESPERARLA
El museo de alfombras rojas y obras de autores modernos abría sus
puertas -le habían dicho- a las diez de la mañana, ella, impostergablemente
llueve o truene, se acercaba al mismo alrededor de esa hora. Es cuestión de
esperarla. Encontrarse con ella es tan
solo eso, esperarla cerca de las diez de la mañana a la entrada del museo de
alfombras rojas. Por lo tanto, esperándola ahí estaba el ese día, esperándola
sin impaciencia, porque estaba seguro que vendría, tan seguro, que cuando se
quiso acordar la tenía a su lado y como vaciló por un instante al querer
abordarla, sin poder evitarlo se le escapo y entró. Maldiciendo su mal
comienzo, rápido entró detrás de ella y fue a su encuentro. Entonces notó algo
extraordinario, algo raro muy raro, ella que caminaba delante de él, de pronto
embistió una pared y se convirtio en un cuadro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario