jueves, 17 de octubre de 2013

ESPERARLA




El museo de alfombras rojas y obras de autores modernos abría sus puertas -le habían dicho- a las diez de la mañana, ella, impostergablemente llueve o truene, se acercaba al mismo alrededor de esa hora. Es cuestión de esperarla.  Encontrarse con ella es tan solo eso, esperarla cerca de las diez de la mañana a la entrada del museo de alfombras rojas. Por lo tanto, esperándola ahí estaba el ese día, esperándola sin impaciencia, porque estaba seguro que vendría, tan seguro, que cuando se quiso acordar la tenía a su lado y como vaciló por un instante al querer abordarla, sin poder evitarlo se le escapo y entró. Maldiciendo su mal comienzo, rápido entró detrás de ella y fue a su encuentro. Entonces notó algo extraordinario, algo raro muy raro, ella que caminaba delante de él, de pronto embistió una pared y se convirtio en un cuadro.

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