martes, 8 de octubre de 2013

CERRO LA OFICINA



Cerró la oficina con la satisfacción de que era día viernes y no vendría más allí hasta el lunes, dos días para él pensó, mientras descendía por la escalera los tres pisos que lo separaban de la calle. Una vez abajo, saludo al conserje que hacía guardia en el hall del edificio y se dirigió a la calle, ya en ella comenzó a caminar entre la gente como un transeúnte más, gozando de su libertad y siendo el dueño de su tiempo, pensó que podía ir al café que se le ocurra a tomar un cortado, recorrer la cantidad de librerías de viejo que le viniesen en ganas, total era viernes, mañana dejaría el despertador apagado, total era viernes y hasta si lo quisiera la suerte, encontrar una chica e ir a algún lado. Estaba dispuesto a todo, a la aventura como a caminar lugares conocidos, por lo pronto iría al café de siempre, total al final, uno es uno y su rutina, dicho lo cual entró en el boliche que lo tenía como cliente diario, se sentó a una mesa, alegre, despatarrado.
--Che José una medialuna y un cortado.
El mozo lo miró sorprendido y le dijo.
--Cortado si medialuna no. ¿Tanto tiempo que venís y te olvidaste, que los jueves a la tarde no hay factura? ¡El panadero viejo! Acordate  ¡Hoy es jueves! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario