Se refregó la frente con los dedos de la mano izquierda y los arcos de
las cejas varias veces, como si fuera Aladino frotando su lámpara en busca del
genio, que lo ayudara a escribir, pero ese día, esa mañana de otoño, ninguna
historia pasible de ser contada aparecía, por más que la frotara, su mente no
hacía surgir al genio que la inspirara, para colmo, le llegaba desde la cocina
el rumor de la tele, que su señora estaba viendo y peor aún, también el ruido
en la calle de una sirena de auto, que se había largado sola a desparramar su
sonido, por todo el barrio y para colmo, agreguemos a esto que era domingo y la
feria municipal de la otra cuadra, convertía al silencioso barrio, en un
trajinar de coches, gente y comentarios del estilo, que barata esta la verdura,
no si esta al mismo precio que en el súper
de los chinos, el fiambre eso sí que está barato y el pollo también, hermosos diálogos
que hacían a la comida cercano el mediodía, justo debajo de su ventana, cuando
mas necesidad de silencio él tenía. Así las cosas, el relato no salía y las
palabras que esperan en lo oculto de la mente, como asustados pájaros huían
sobre el papel en blanco, que frente a el desafiante se le aparecía, por más
que su frente refregara con sus dedos, nada de ello hacia posible ningún relato,
quizás sea la consecuencia de ello fuera, el domingo, la mañana, la feria y el
comentario de a cuanto la verdura, barata o cara se vendía, el fiambre ¿Conviene
comprarlo? El súper de los chinos, el televisor y la sirena del auto y él, que seguía
igual sin ningún relato, pese a todo aunque les parezca absurdo, se siguió frotando
la frente con la mano izquierda y recordando a Aladino, la froto más fuerte,
hasta formar pliegues en la piel, en eso estaba, cuando cerró los ojos y su
mente quedó clara y cuadrada, como una pantalla digital cuando de golpe se la
apaga, de esa cuadratura presagio de un asombro, sobre la esquina superior
derecha, en diagonal hacia abajo como se miden las pantallas de los LCD,
apareció una idea, fue como un chispazo rosa, idéntico al que veía cuando abría
el anterior blogspot de Melpómene Mag y a continuación, se hizo presente la historia
que serviría tal vez como un relato, o terminaría como bollo de papel en la
papelera…dudo un instante, el momento en que pensamos hacer o no lo que nos
cuesta, pero como relator no le quedaba otro camino, allí estaba el argumento,
de el dependía descifrarlo, se decidió y no espero más, apretó SAVE sobre un
circulo de múltiples colores y fue entonces cuando se encontró con la SIMBALL
COLE, el papel cuadriculado y el deseo de contar, todo mezclado.
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