viernes, 25 de febrero de 2011

Bailarin de Tango

La estoy esperando, en Avenida Cabildo, en una de esas cadenas comerciales de cafés, llenas de ruido, gel con alcohol y mesas pequeñas, donde no podes acomodar, tus libros y mochila. Todos hablan y se miran a hurtadillas, mientras las ligeras mozas, llevan y traen pedidos, que hacen al alquiler del lugar que uno ocupa. Al frente, la avenida  con su intenso tráfico, al costado, el largo mostrador, con su maquina cafetera y su caja que recibe dinero, al fondo, como siempre o casi siempre, escondido, perdido, el baño. La estoy esperando, ¿Vendrá?  ¿No vendrá?

--¿Que va ha tomar?
--Una lagrima chica, liviana, con poco café.

Soy...debo presentarme, bailarín de tango y si, la conocí en esos bailes de Avenida de Mayo, la volví a ver, en la rotonda de Barrancas de Belgrano, la perdí entre compases de trabajo y obligaciones, no se si la volveré a ver, porque dudo de que venga, además tengo miedo de que venga. ¿Porqué siempre habrá muchas mujeres? Jóvenes, bellas, deseadas  ¿Porque? ¿Atarme a una me da miedo?

--La lagrima.
--Gracias

Soy de esos tipos, que por maldición hereditaria, han recibido la orden, de que si estas con una chica, no podes joder con nadie mas, esa es tu ultima aventura, quédate quieto y dedícate a ella. Por otro lado, toda mujer que veo en este café, en la calle a través de la vidriera, yendo al fondo hacia el baño, me calienta, quisiera estar con ella, quisiera estar con todas, aunque no se deba, aunque mi mandato genético fiel, me lo impida, sufro. Tomo el café que se enfría lentamente, lo hago muy despacio. Que bien esta la moza y aquella chica, que lee distraída -demasiado distraída para mi gusto- ¡Que hermosa es! Divago, miro el reloj, pasa el tiempo.

--Por favor otra lagrima.
--Si.
--Acordate liviana.

Debo confesar, lo que no me gusta decir a nadie, ni a la cucharita de café mientras revuelvo. Soy tímido, espantosa timidez, que siempre ha sido compañera, de todos mis actos.

--Su lagrima señor.
--Gracias.

Se imaginan ustedes, miles de horas parado al borde de la pista, sin bailar, infinidad de chicas que se fueron, por no saber que decirle ¿Como se maneja esto?   ¡Hay la puta como quema este café!
Si fuera lindo, pintón, ellas te ayudan, facilitan las cosas, pero no, precisamente soy mas bien común y la verdad, debo decirlo, poco piola,  -¿Que cacada no?- Esto complica. ¿Como aprendí a bailar el tango?, Buena pregunta....espere, espere que se esta levantando la chica lectora que no mira, la verdad, quiero ver que culo tiene, que piernas, que talones, como juegan alegres sus deditos, dentro de las sandalias de cuero.  ¡Ah! ya está, ahí se va yendo, hermoso lo que veo. A veces quisiera saber, porque nos gusta el culo, tanto como un todo, que llena nuestra cabeza de contenido sexual, exuberante, lo ignoro. Bueno ya se fue, sigamos. Como decía, aprender a bailar me costo muchísimo, varias academias, hasta que al final, una sufrida prima mía, se propuso convertirme en un bailarín, y terca, lo consiguió, hoy, el baile es mi arma de combate, el único truco que poseo, para acercarme a una chica  ¡Bailarín!  Voy a Avenida de Mayo, San Telmo, la Boca, donde se baila tango y observen, me planto tranquilo, ahora no soy mas el recontra tímido, soy el profesional, bailo de una, ha través de lo que hago, adquiero seguridad, les cuento algo, como todo tímido, una vez que me dan la mano, me tomo el brazo, la cintura y bajo la bikini, de cualquier entrepierna, me agarro al cuerpo, la boca, los ojos y el bajo vientre, de toda mujer.¿Saben porque? Porque soy tímido, pero soy bailarín y hablo, cuento el relato de lo que los otros quieren oír, me convierto en la vos del deseo, de su deseo, se que la palabra es todo, cosa rara, el tímido cuando habla, quizás por un hecho de autoprotección, sabe siempre lo que decir, para que el otro acepte lo que propone,  ¡ah! tanto hablar me agarro hambre, aquí los alfajores de chocolate, son muy ricos, voy a pedir uno.

--Tráeme un alfajor, el más grande, de chocolate.

¡Que fuerte esta chica, grande moza! En este lugar hay un quilombo bárbaro, voy a mear al baño y vuelvo, si ya se, es hacia el fondo.  ¿Estaba diciendo? -ya vine me lave las manos con gel de alcohol, y estoy comiendo hermoso alfajor, no les voy a dar.- Partamos del comienzo, soy bailarín y hoy me salvo por eso, pero ha veces bailando, quedo enganchado en una cintura y unos ojos negros, en una chica alta con una piel de pétalos, eso  me da miedo, si me meto con alguien, de lo loco que soy, se me hace un inmenso complejo de culpa, me gusta otra y no puedo dejarla por esta, empiezo a pisarle los pies a la que tengo, ¡La puta que los parió! No se lo que me pasa, termino pateando las paredes y bailando solo. Como tarda esta chica ¿Vendrá? Ya se, después de esto ustedes dirán, anda a ver a un sicólogo   -y fui-...Debo decirles que para sicoanalizarme, a mi me gusta un profesional hombre, pero no se que paso, se metió mi prima -esa que me enseño a bailar- y me recomendó una sicóloga...no se, hablando de mi prima, a veces pienso si me la debería coger, pero no, soy muy tímido para ello, volviendo a la sicóloga, fui a verla, calle Chenaut, hermosas arboledas, piso cuarto, detrás de los cuarteles, perpendicular a Luis María Campos. Todo perfecto.

--¿Que lo trae por acá?
--Soy tímido, me cuesta salir con una chica, cuando consigo una, quiero a todas, no puedo ser infiel y me destrozo.

Se la hago cortita, fui varias sesiones, siempre tímido, supe lo que hablar en función del otro, la sicóloga estaba sola, dije si me permite, si me entendes, esto no puede ser, salgamos, la invite a bailar, vino, pudo ser impulsada por Freud, o por su propio deseo, pero en la Rotonda de Barrancas, apreté su cintura entre mis brazos, metí mi pierna entre sus piernas, bailamos, sin timidez, como corresponde a un paciente y su sicóloga, después, por supuesto, como piensan ustedes, degenerados como yo, nos acostamos  ¡Maldita sea! Volví a ser enganchado por otra mujer, no, el complejo de culpa, no pudo calmarlo ella, salí enloquecido, tras las otras chicas de Belgrano, el centro, Palermo, que se yo todas. Un momento, que rico estaba el alfajor, el de la caja, me esta mirando raro, hace mucho que estoy, con muy  poca consumición ¡Pero que quieren! Es la chica, mi hermosa bailarina que no viene, ¡A ver si arreglo esto!

--Me traes otra lágrima, con una medialuna de manteca.
--Bueno.

Todo es así, vivo angustiado, vivo en la duda eterna, me quedo con esta teta, me gusta mas aquella, ¡Ah no!  ¡No!  Ese culo es impresionante. Sin embargo, debo explicar para vuestro asombro, que mucho, pero mucho, me gustaría juntarme con una chica, tener hijos, llevar el cochecito, darles la mamadera, cambiar pañales, porque no, bailar tango solamente con ella, en cumpleaños y fiestas de navidad, ¡Pero como hago!, Alguien por ahí dijo que el hombre, es su carácter, la verdad entiendan, mi carácter es muy jodido, aunque parezca muy callado y serio, quisiera cogérmelas a todas. Que malo lo anterior, muy malo, lo desdigo no lo desdigo, lo dejo como ejemplo, de un bailarín torturado, pero que quiere ser fiel, que trata de serlo, que tiene un inmenso complejo de culpa por ello, pero que quizás, tenga suerte y esto algún día cambie  ¡Ah! La lagrima con medialuna.

--¿La hiciste liviana?
--Si.
--Gracias

¿Viene o no viene  esta chica?  Estuvimos bailando anoche, quedamos en encontrarnos hoy, ¿Se habrá arrepentido? No, lo que pasa que es de la provincia, viví en Berazategui, desde allí hasta Belgrano, hay un tirón, la verdad que si viene, se le debería levantar un monumento, pero sigamos, rica medialuna che. Pero bueno, como ustedes saben, el problema nuevamente es, que soy tímido, que dudo mucho, que me gustan todas. ¿Alguno de todos los chicos, que están en este café, será como yo?, Pregunto, alguno querrá sin querer, amara cuando no es amado, dejara ir al sueño de su vida, por no poder decirle, te quiero quédate conmigo, yo soy vos, mientras estamos juntos. No se, siempre imagino, ¿Que porcentaje de toda la población será tímido? Dubitativo e imposibilitado por definirse en algo. Si fuéramos muchos, deberíamos salir todos juntos, obligar a la sociedad, a que ponga normas de convivencia, que nos ayuden en nuestras limitaciones  ¿o no?  ¡De pie! Tímidos y tímidas, frecuentadores del miedo y de la duda.  ¿Podremos alcanzar la paz?  ¡Con la genética no se jode! En este café de cadena comercial, la lagrima, para que te la sirvan liviana, tenes que pedir un jarrito de leche, las medialunas son de otra cadena comercial, me reservo la opinión ante ustedes.  ¡Ah por fin!  Aquí esta entrando mi bailarina de Berazategui, pero no se, las mujeres son siempre una sorpresa, viene acompañada, ya me vio, empezó a sortear mesas  -no me gusta que los hombres, miren a las mujeres que bailan conmigo-  otra mas, soy celoso, muy propietario de lo mío, bueno no hablemos, esta llegando, se acabo.

--¿Que tal Ricardo?  ¡Estoy muerta!  ¡Cansada!

-me llamo Ricardo-

--¡Por fin! Natalia, creí que no llegabas.
--¡Toma! No te quedes sentado como un idiota ,agarra a tu hijo, que pesa un montón y te digo, es la ultima vez que voy sola a Berazategui, a ver a mama, de ahora en mas, me acompañas siempre.
--Un café doble por favor.




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