lunes, 9 de mayo de 2011

VIAJE AL DESTINO

Napo, puso en marcha el viejo coche, tanteo en su sobaco el revolver calibre veintidós, miro una vez mas la foto, donde estaban su mujer y González, ambos caminando abrazados, por el parque General Mathew del pueblo vecino, arranco, un deseo de venganza lo impulsaba, si bien últimamente, no estaba en las mejores relaciones con Malena, no iba a permitir que nadie, se la sople, menos a el, que le decían Napo, por Napoleón ganador de todas las batallas, los encontraría seguro, Gonza se acordaría de el para siempre, bueno para siempre es un decir, porque Gonza después de toparse con el, seria finado, uno mas uno menos, lo mismo da, vería como se arreglaba con la cana, emoción violenta pensó, mientras apretaba al lado suyo, en el asiento del coche, el paquete que encontró en el dormitorio de Malena, con una tarjeta que decía: tuyo para siempre, Gonza. De bronca arrancó la tarjeta, hecha pedazos, la arrojo por la ventanilla, si, los iría a buscar hasta encontrarlos, una vez acorralados, antes de matarlos, les pediría que abran el paquete, se reía de antemano, viendo la escena, donde con mano temblorosa, tratarían de hacerlo sin éxito. Claro el miedo es jodido, aunque pensándolo bien. El nunca lo padeció, la verdad que pudo tenerlo de sobra, porque siempre le gusto llegar, al filo de lo legal, hacer plata de la forma que sea, pero hoy era diferente, lo estaban cagando en el cuerpo de Malena, otro tipo metía las manos, donde desde hace tres años, pensaba que solo el, lo estaba haciendo. Esta idea de por si, lo volvía loco, decidido a todo, recordó como conoció a Malena, cosa rara, a el no le gustaba bailar, pero esa noche, invitado por unos amigos, fue al cumpleaños del Cholo, aunque se sabia un patadura, no entendió como, termino bailando con Malena, quizás su cuerpo alto, tal vez su manera alegre de ser, porque no, su culo macizo y sus pechos pequeños pero firmes. Desde ese día no se separaron mas, parece que venia de la capital, el Cholo le dijo, es de Flores, anda vagando, quédatela y así fue, el se la quedó. La llevo a su casa, en ese entonces, su primera mujer, ya se había ido un tiempo atrás, no tenia problemas, la llevó y vivieron juntos. Buena chica, con las cosas del hogar, se manejaba bien, en la cama mucho mejor, claro, a veces el presentía cierta incomodidad en ella, seria tal vez la diferencia de edad, o que el a veces, como decirlo, venia un poco tomado y sus caricias, se volvían muy efusivas, casi como cachetazos, pero bueno, la verdad, debía reconocerlo, a el siempre le gusto, pegarle a las mujeres, no mucho, un poco, como su viejo, que lo hacia con su madre, pero a el a veces le sale mal, se le retoban, es como si perdiera autoridad carajo, será que el viejo fue mejor que el, o que las mujeres ahora no son como era su vieja, no importa, ya nada importa, debía encontrarlos y la veintidós, solucionaría todo. En estos tres años, la vida en común entre ellos, estuvo mas o menos bien, cogian cuando el quería, la tenia en casa, en fin, al menos el la pasaba bomba, en realidad debía decir, que no sabia si ella la pasaba bomba también, a veces la veía triste, entonces no sabiendo porque, le preguntaba por su familia, si tenia parientes, amigos, nunca pudo sacarle nada, le decía que si, que estaban en la capital en Flores, una villa, le pegaban, la trataban mal, se escapo y camino por todos lados, hasta que termino con él, si, Cholo le explico que era de Flores, tuvo suerte, linda es linda, muy potra, al final la ligo él, que a decir verdad, era malo, muy malo, pero bueno así son las cosas, hablando de que así son, de pronto hará ocho meses a esta parte apareció Gonza, ahora se daba cuenta, le cago la vida y la hembra, es sobrino de Benito, el dueño del almacén, llego y se puso a trabajar con el, tiene la misma edad que Malena, tenía bronca al decirlo, mas pinta que él, pero de seguro no tan malo, por eso lo iba a cagar, no entendía como se engancharon, pero bueno, el no estaba todo el día, detrás de Malena, laburaba, tenía sus negocios y debía atenderlos, seguro que en una de esas, estos hijos de puta se encontraron y allí empezó todo. Miro la ruta, todavía no había amanecido, pero ya se empezaban a ver casas, cada tanto, postes de luz, alguna usina, señal de que el pueblo estaba cerca, tocó la veintidós, se envalentono como portador de la muerte, sabia, le habían dicho, que estaban en una casa, casi al final del pueblo, al lado de una fabrica de calzado, le llevaría un tiempo, todavía llegar allí, pero conocía el lugar y creía, que antes de que aclare  totalmente, estaría llegando, pensó una vez mas en Malena, en sus besos, sus caricias, sus prolongados silencios, se dio cuenta que la amaba, que estaba en pos de la venganza, por amor, e imagino quizás, un poco desencajado, que un alocado amor, mata a nuestro ser querido, le volvió la bronca, de pronto, noto una molestia en el bolsillo de la camisa, metió la mano y saco el estorbo, la foto, los miro con rabia, ya no la necesitaba mas, para que, total ya estaba enterado, de lo que pasaba entre ellos, la destrozo en mil pedazos y la arrojo, al pavimento, mientras puteaba al Gonza. En ese momento se dio cuenta, que ya había atravesado todo el centro y se dirigía, a la casa donde esperaba encontrarlos, fue manejando con cuidado, observando bien el paisaje, que se le ofrecía, en la tenue claridad del amanecer, no sea cosa que se pierda, pero no, no era ningún boludo y sabia donde ir, si, después del almacén, en la otra cuadra, esta el aserradero, en la que le sigue la casa, si, ya veía la fabrica de zapatos, estaba llegando, los últimos metros, los hizo con el motor apagado, dejo que el coche pare solo, espero un poco, fijándose hacia todos lados, nadie, silencio total, no debía perder mas tiempo, ahora o nunca, ¡Vamos Napo! Se dio valor, descendió del auto, agarro el paquete bajo el brazo y empuño el arma, seria sencillo, en ese pueblo pobre, asta duermen con la puerta abierta, eso si, debía ser rápido con el revolver, cualquier sospecha y a tirar, después habría tiempo para las palabras, cruzo la calle y despacio, aprovechando la poca luz, se fue derecho a la entrada de la casa, tanteo la puerta, estaba como trabada, se apoyo con fuerza sobre ella y al ceder entro, se vio ante un ambiente amplio y mal iluminado, de pronto escucho que algo se movía, apunto en dirección al bulto con la veintidós, una, dos, tres veces, una descarga cerrada, de cuarenta y cinco reglamentaria, le contesto, Napo cayo, con el pecho atravesado, sobre la entrada, que apenas  pudo terminar de pasar. Un foco potente ilumino el lugar, de sitios estratégicos y bien protegidos, aparecieron un oficial y varios agentes, de la bonaerense

--Revísenlo, pensé que no entraría a los tiros, eso cambio todos los planes.
--Oficial el anónimo era correcto, aquí esta el paquete, con cinco panes de cocaína.
--Bárbaro, así podemos justificar los tiros, raro que halla caído este solo.






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