martes, 31 de mayo de 2011

EN EL LAGO


En el lago, junto a la orilla, donde las malezas se mezclaban con las flores silvestres y una gramilla creaba, un sendero suave y fresco de hierba plana y bien dispersa, había un cisne, secando su plumaje blanco y reluciente, como las inmensas nubes, atravesadas por el sol, en los cielos de oriente, con su pico absorbía, las gotitas del agua y peinaba sus plumas, húmedas y frescas. Mientras esto hacia, como quien no quiere mirar, miraba atentamente, la figura de un joven, que un rato atrás llegara al lugar y al verlo, se dirigía hacia el con paso lento, pudo haber volado, tan fácil desplegar sus alas e irse, pero no sabía porque, se quedó como estaba, a la orilla del lago, con su pico secando las plumas del pecho, con sus alas cerradas sobre el cuerpo, el joven se acercó resuelto, el tampoco sabía mucho, porque hacia lo que estaba haciendo, pero irreflexivamente ya casi al lado del cisne, acarició su cuello con la palma abierta y cerró sus dedos, sobre la mano de una hermosa joven, que en el lugar donde el cisne había estado, apareció de pronto, bella, muy bella a su lado.

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