martes, 17 de mayo de 2011

EL VIEJO HECHIZERO



El Viejo hechicero de la tribu nómada, miro hacia el desierto, hacia el reflejo extraño del mar, que las sombras de la noche producían, sobre la arena, el silencio, un componente mas de ese misterio, cubría todos los espacios del ondulante suelo, los contornos borrosos de los árboles y las plantas del oasis, colmaban la imaginación de ensueño, como elementos rituales de la magia, el viento, apenas si soplaba, todo era paz y sueño, en ese remoto lugar, la nada, aquello desprovisto del ser y la conciencia, era dueña y señora de los que allí estaban, entregados al descanso de sus cuerpos. Noche propicia pensó, para el conjuro y el deseo, para conocer sobre lo blanco de la arena, invocando a las figuras del oscuro, todo lo que habrá de pasar en nuestro tiempo, en la parte de él, que los hombres, aquellos desprovistos de poderes, llaman futuro. Sus ojos buscaron en el cielo, alguna señal, algún presagio, que le anunciara verla, solo se encontró con los innumerables huecos, de las brillantes estrellas, ninguna constelación le dio el alerta, ninguna estrella solitaria, aquella que esperaba, cayo sobre su alma, nada, el cielo se transformo en un manto indefinido, de un azul brillante, que no sabia decir, solo escuchaba, al igual que el desierto circundante, era solo un silencio de ruidos increíbles. Del presagio no supo, no sabia de su existencia, acaso se dio cuenta, que si era viejo para amar, tal vez lo fuera igual, para ser mago, recordó que hay un momento, un instante, un límite, como el oasis en el desierto, donde de golpe, la arena termina y lo verde vegetal, lo que nunca imaginamos ver, se nos aproxima, ¿Habrá llegado? Impuesto por los dioses, aquellos hacedores de dones y favores, de vidas simples e ignoradas, de todo lo que ocurre en este suelo, habrá llegado ya, el fin de sus misterios, tembló, aunque no hacia frío, de golpe, encontró el camino sin luz de la tristeza y cayo abatido, será acaso pensó, que le llegaba la certeza, que habia perdido el amor, la magia, sus atributos y que por el devenir eterno de las cosas, en blanco quedaría su cabeza. De la mano del azar, en el olvido, todo puede suceder, todo es posible, el fin del mago, después de todo, no es algo que suene, en el sonar de las cosas, tan imposible.

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