lunes, 23 de mayo de 2011

EL CUERPO Y EL AMOR

Desde Tacna hasta Punta Arenas, una larga espalda de mujer, recorre y contiene al turbulento océano Pacífico, desde el sur hasta el norte, sus aguas frías y templadas, revuelven y acomodan las arenas, con el ir y venir incesante del oleaje, todo es silencio y mar, bandadas de gaviotas sobrevuelan el aire y hacia el oeste, casi al fin del mundo –si ver se lo pudiera- está Australia, isla clavada en medio de la nada, desierto de arena rodeado por un anillo verde, frente a frente, ambos colosos territoriales, bañados por el mismo mar, indiferentes transcurren el paso de los siglos, periodo inevitable que forma y los deforma, que los asume en tiempos y días interminables, nada saben estas rocas, estas formas impuestas por el devenir, de la gente que las habita y en ellas sufre ama y vive, los sueños y penurias, que el esquivo destino quiere. En un lugar perdido de ambas costas, un hombre y una mujer habitan, el tuvo un sueño. Soñó que llevado en un vuelo de gaviota, atravesó las aguas de ese océano infinito y llegó a una playa, donde una mujer beso sus labios y en español le dijo, yo te amo. Despertó de golpe en el anillo verde y se encontró sumido en un amor extraño, profundo e incomprendido, que le tocaba el anhelante corazón herido por esas tres palabras, yo te amo, dichas en español cautivo. Al mismo tiempo, más hacia el norte, sobre la playa contenida en la espalda de la mujer hecha costa, en un poblado cercano, de pescadores de redes y de lanchas, en una choza  muy cerca del mar, una hechicera Pelom –aquella que puede conocer el futuro- y a su vez Machi –intermediaria entre los mundos de lo visible e invisible- interpretaba los sueños de una joven Mapuche arrodillada frente a ella, cerca de una piedra circular, que significaba el claro del bosque, único templo donde las divinidades Mapuches habitan, fue entonces que la hechicera hablo. En un sueño, besaste los labios de un hombre traído por otro sueño, a orillas de estas costas, proveniente del lugar de donde los espíritus del mal llegan, pero el Wekufe, ese espíritu maligno que besaste, -el futuro me lo dice-  no es tan fiero, porque la tierra donde andamos –Nag Mapu- alcanza para cambiar por buenos a los malos, lo importante para vos es que el sufre, porque en el beso que se dieron se llevó tu alma, unida a la suya y ambas se quieren y lo hacen sufrir, porque falta un cuerpo que las separe y con vos forme pareja. Como esto que te digo es tal cual como sucede, invocaré a Pu-am alma universal, para que te devuelva la tuya y junto con Ngen engendre un  hombre, que tome el espíritu de aquel que tuvo un sueño, detrás del infinito de las aguas y sea tu pareja, aquí en las tierras mojadas por la espalda de mujer sobre la playa, vuelve a tu casa, esta noche, alguien soñara que está contigo y mañana, comenzaras a amar de nuevo.

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