martes, 17 de mayo de 2011

TITERES


Era verano de un tiempo ya muy lejano, yo estaba a ahorcajas, sobre el muñón de un árbol derribado, frente a la ventana del cuarto de mi tía Julia, dispuesto a oír y ver la función de títeres, que ella, día a día y usando el hueco de la ventana abierta, como escenario, me ofrecía. Esperaba ansioso y anhelante, la aparición de la mano de la tía, con su muñeco dentro, contando con palabras los vaivenes, que le hacia dar a este, mientras ora reía, ora lloraba, suspiros y quejas iban y venían, según la circunstancia de la escena, que allí por ella inventada transcurría y si así lo exigiera, cambiaba el argumento, para que yo me ria, disfrute o sufra, llevado y traído mi animo de niño, por los movimientos, para mi casi humanos, que mi tía Julia, imprimía a sus ágiles dedos y a sus bellas manos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario