sábado, 21 de mayo de 2011

ERA



Era una noche de invierno muy fría y solitaria, solo en la calle, el hombre avanzaba lentamente, en sentido contrario, una cartonera venía hacia el, por esas cosas del destino sus miradas se cruzaron, la cartonera, algo vio en sus ojos, botellas, papeles, trapos viejos, lo tiró en su changuito y se lo llevó.

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