Era afín a los solitarios, a los juegos de
carta en soledad, pero esa noche en el boliche mientras esperaba, solo le daba
por observar a la gente que transitaba la calle, su oficio consistía, en
aguardar una orden, llevar a alguien donde le indiquen y nada mas, de ese nada
más vivía, cubría sus gastos y alguna que otra vez, no entendía porque, recibía
una paga extra, le decían que el negocio andaba bien, para el eso satisfacía
todas sus expectativas, no le interesaba saber, cuando menos sabia mejor, solo
trataba de cumplir, se lo veía un hombre de unos treinta y cinco años, alto y
flaco, de carácter simpático y con porte, siempre dispuesto a ayudar, los que
lo conocían dicen, que vivía sin familia, en una casita por los barrios bajos
de la ciudad, al ruido del boliche se le agregó, el llamado de su celular.
--Hola.
--Si ¿Luis?
--Si Carlos ¿Qué?
--Ándate a San Luis cinco mil 3ºB, levantas y
llevas a la Boíte Azul de Martínez ¿De acuerdo?
--Correcto Carlos, chau.
Dejo la mesa y se fue, en el lugar tenia
cuenta corriente, era su parada habitual, el coche muy moderno lo guardaba en
un garaje, frente al boliche, ese lo usaba en los viajes, para moverse el,
tenia un auto mas antiguo, que también lo dejaba estacionado ahí, puso primera
y arranco, San Luis al cinco mil lo estaba esperando, la noche cálida y la
calle con mucho transito, lo pusieron un poco molesto, era la hora de los
espectáculos y, de las cenas en los restaurantes, por suerte las luces verdes
le jugaron a favor, ya estaba cerca, apagó los faros y estaciono un poco antes,
buscó el 3ºB, una vos femenina le contesto.
--¿Quién es?
--Tenemos que ir hasta Martínez así me
dijeron.
--Ya bajo.
Siempre llevaba minas, a veces a casas
particulares, a veces a Boíte, otras a departamentos céntricos, o viviendas de
barrios importantes, lo raro que casi nunca volvía para buscarlas, pero bueno,
ese no era su problema. Se acomodo en el auto listo para arrancar, esperando
que su pasajera baje, allí estaba ella, alta hermosa, le abrió la puerta
trasera y espero que se siente, todo listo, todo bien, hacia el Azul de Martínez
entonces, se encaminaron en dirección a Alem, iría por el bajo, ya que sería
mucho más fácil y más rápido.
--¿Tenes fuego?
La vos de la pasajera sonó extraña en sus oídos,
rara vez hablaba con las chicas, algo así como que el silencio, estaba
arreglado de antemano, pero bueno, a veces hasta lo mejor planeado falla.
--Si toma, si no tenes quédatelo, por el
encendedor no te hagas problema, tengo unos cuantos.
--Gracias me viene bien.
De repente hizo lo que pocas veces, miró por
el espejito a su pasajera, clavo un instante su mirada en ella, de pronto una
pregunta le cruzó la mente ¿Adonde y para que repartía el a todas esas mujeres?
A cual más hermosa y todas arregladas de primera, como esta que ahora llevaba,
uno puede hacer un trabajo mucho tiempo, nunca darse cuenta de lo que en
realidad esta haciendo, pero imprevistamente, por una mirada, por un rostro,
por asociar mujeres con sexo, uno se da cuenta, uno de golpe comprende, que es
el distribuidor de máquinas, para favores sexuales, que le acerca a aquellos
que pueden pagarlo, el goce puerta a puerta ¿Esta mal lo que hacia? ¿Entonces esta bien? ni bien ni mal ¡está! Le
convenía apurarse, el intenso tráfico de vuelta lo tenía acorralado en Avenida
Libertador, pero ya hacia un rato que había dejado atrás la General Paz, pronto
estaría en Martínez y en su bendito Azul, así fue, a las pocas cuadras, se
encontró con la Boíte, aminoro la marcha y se acercó a la puerta.
--Llegamos señorita por supuesto, usted sabe
adonde ir y lo que tiene que hacer.
--Exacto no te preocupes, esto es una rutina
para mi.
--Bueno, buenas noches entonces.
--A me olvidaba de algo, Carlos dijo que tenes
que volver a buscarme, cuando yo te lo indique.
--Pero nunca hago ese trabajo.
--Nunca es puede ser alguna vez, y hoy se te
dio así ¿Cómo te llamas?
--Luis.
--Bueno Luis me llamo Julia, cuando termino te
llamo chau.
Cerró la puerta, cerró su mundo detrás de
ella, Luis volvía hacia la Capital por La Panamericana, el sonido del celular
se le impuso nuevamente.
--¿Luis?
--Si Carlos.
--Viste esa mina de Santa Fe y Bulnes, anda a
buscarla, déjala en Acoyte al siete mil.
--Correcto, decime Carlos, la de aquí de
Martínez, me dijo que tengo que volver a buscarla.
--Si me había olvidado, ese es un servicio
especial.
--De acuerdo como vos digas.
Tuvo que ir hasta Santa Fe y Bulnes, después a
Barrientos al quinientos más tarde, así toda la noche, todas las noches su delivery,
movía un total de quince mujeres por día, a veces salía el sol y el seguía
llevando, lo que le molestaba, que ahora también debería traer, apareció esa
nueva formula “servicio especial,” la verdad y lo decía por primera vez, esto
se estaba convirtiendo en un quilombo, se hecho a reír, y en el momento de la
risa, sonó el celular, antes de atender miro su reloj, las nueve de la mañana,
todavía estaba dando vueltas por la calle.
--Hola.
--¿Luis?
--Si ¿quien habla?
--Soy Julia me venís a buscar.
--Bueno en veinte minutos estoy por ahí.
--Trata de venir lo más rápido posible estoy
cansada.
--Bueno tene paciencia, voy a ir lo más ligero
que pueda.
Miró las calles, ¿Dónde carajo estaba? Se había
mareado entre tanto laburo, no se acordaba de la zona en la cual se encontraba,
¡ah! Pueyrredón, Pueyrredón y Arenales, no estaba mal, de nuevo Libertador y al
Azul de Martínez, apuro la marcha todo lo mas que pudo, sabia que a esa hora el
trafico para la provincia, era muy poco, así que confió en llegar, dentro de
los veinte minutos ofrecidos y llegó, el Azul a la vista, el frente de la Boíte
ante sus ojos, toda la parafernalia de plantas y chiches, para crear un lugar
exótico lo acompañaban, pero de la mina nada, no la veía por ninguna parte, le
gustaba la rutina, hacer siempre lo mismo, esto de andar buscando minas y
encima no encontrarlas, estaba totalmente lejos de sus gustos, bajo del auto y
fue a ver donde podía estar, conocía de vista a la gente del lugar, cuando
entró se dirigió directamente a un tipo, que en la barra acomodaba las cosas.
--Che Mario que tal, vengo a buscar la mina
que traje anoche ¡No sabes donde está?
--¡Por fin llegaste! te voy a dar una mano
para subirla al coche.
--Como darme una mano para subirla al coche
¿Qué paso?
--Anoche la hicieron mierda, acá llamamos a un
medico de la casa, la acomodo un poco, pero tenes que llevártela cuanto antes,
nos compromete.
--Bueno que se yo, ningún problema, vamos a
buscarla, la traemos me la cargo y listo.
--Veni seguime.
Subieron a un primer piso que mas que Boíte
parecía un hotel, tenia un pasillo largo y alfombrado, en cuyos costados había
lujosos cuartos, con baños en suite según pudo ver Luis, ya que los estaban
limpiando y acomodando, la ambientación era espectacular, uno de ellos
permanecía cerrado, en el entró Mario y Luis le siguió, vestida y acostada en
la cama, estaba Julia, su hermosa cara, tenia un ojo morado y el labio inferior
partido, su nariz, un tapón de algodón con sangre coagulada, en sus brazos y
cuello también se ofrecían a la vista, las aureolas de recientes moretones,
Luis de pronto se dio cuenta, que estaba metido en un lío, pero también se dio cuenta,
que de el dependía que este lío no pase a mayores.
¿Si te levantamos podes caminar Julia?
--Si Luis aunque estoy algo mareada, si me
ayudan entre los dos, voy a poder llegar al auto.
--Muy bien Julia, deja que Mario y yo te
agarremos de los hombros, comenzá a alzarte lentamente, cuando estés sentada
sobre el borde de la cama, descansa un poquito, después te levantamos ¿De
acuerdo?
--Si Luis, si lo hacen despacio no habrá
ningún problema.
Mario y Luis levantaron a la joven y
lentamente, la llevaron a la planta baja, una vez allí, Luis trajo el auto lo
mas cerca posible de la entrada de la Boite, entre los dos, la sentaron en el
asiento delantero, colocándole el cinturón de seguridad.
--Gracias Luis por haber venido, te llevas un
paquete muy delicado para nosotros.
--Ningún problema Mario, yo me hago cargo de
ella, gracias por ayudarme en traerla al auto, chau.
--Chau viejo ¡suerte!.
--Desearía tenerla, espero que si, ¿Por qué
no?
Se sentó al volante y emprendió el regreso a
la capital, la miró a Julia sin hablar, el ojo lastimado de ella, daba sobre su
lado, el moretón sobre el mismo era importante, tal vez producto de una
trompada.
--¿Qué paso Julia?
--¡No te importa! no te metas en esto, no es
asunto tuyo, quédate en el molde, ¡No quiero hablar!
--Esta bien, esta bien, a que tantos no, no
esto no lo otro, te voy a decir un no, estas en lo cierto, no me interesa
¡arréglate como puedas! ¡No es asunto mío! Como ves yo también estoy negativo.
Volvió su atención a la Panamericana, al
transito que se ponía más denso, a medida que llegaban a la General Paz, de
pronto le sonó el bendito celular.
--¿Luis?
--Si Carlos.
--¿Estas con la mina allí en el coche?
--Si estoy con ella.
--Dos cosas, la primera vos no viste ni sabes
absolutamente nada.
--De acuerdo.
--La segunda, no la podemos llevar al
departamento en donde vivía hasta ahora en esas condiciones, alguien la puede
ver y se armaría un despelote que no nos conviene ¿Vos no tendrás un lugar
donde llevarla?
--Si tengo, es un sitio apartado, no habría
problemas.
--Muy bien ¿Cuánto tiempo supones que tardará
en recuperarse?
--Y como está por lo menos diez días.
--Bueno tomate franco y cuídala, ojo, sos su
carcelero ¿De acuerdo? Que no hable con nadie y fíjate bien lo que hace.
--¿Y mi laburo?
--No te calentes Luis, lo hace Ignacio que
sabe tanto como vos del tema, lo único que te pido que dejes el coche en el garaje.
--Por supuesto, voy para allá y ya mismo lo
dejo, además es buena hora para ir, porque en el garaje no hay nadie, ya
sacaron todos los coches, después te llamo Carlos y te informo como va todo.
--De acuerdo Luis llámame, Chau
No hablo más mientras manejaba, ni miró a
Julia una sola vez, ella tampoco hablaba, quizás porque con el labio partido le
molestara hacerlo, tal vez porque todos los golpes recibidos, le estarían
haciendo pensar que era de su vida, adonde terminaría todo esto, que comenzara
cinco años atrás y hoy, la tenía presa de otras personas, que dirigían y
manejaban lo que ella debía vivir. De improviso se encontraron, dentro del
tinglado de un garaje, había muy pocos autos guardados, Luis dirigió el coche
lo mas cerca posible del suyo, freno, le abrió a este las puertas delanteras,
volvió hacia Julia
--Trata de bajar por favor, apóyate en mi lo
mas que puedas, quiero sentarte aquí, en el asiento delantero de mi auto, ¿Lo
podremos hacer?
--Si tenes fuerza si Luis, aunque me duele
todo, puedo caminar hasta halla, lo que pasa es que necesito apoyarme en vos,
porque las piernas no me responden como quisiera.
--No hay problemas, dame el brazo y levántate
despacito, con la otra mano agárrate del volante, así te ayudas mejor, lo que
sobra es el tiempo, lo que importa, que estamos solos aquí dentro, es una gran
cosa, estamos con suerte.
La ayudo a incorporarse, caminaron lo más
lento posible hacia el auto de él, una vez que llegaron, Luis la subió en vilo
al asiento delantero, ya acomodada y con el cinturón puesto, cerró la puerta de
su lado, volvió al coche con el que habían venido, lo cerró dejando las llaves
en su interior, al hacerlo sintió, como si le ponía fin a una parte de su vida,
de golpe y sin saber porque, se dio cuenta que quizás, posiblemente tal vez,
nunca más volvería a manejar ese auto, las cosas que pasaron en estos días, su
reconocimiento bastante tardío por cierto, de lo que estaba haciendo en
realidad, llevando y trayendo mujeres de un lado para otro, le hicieron pensar
que sin proponérselo, se había convertido en un cafisio más, en un mal tipo que
vivía de las minas, solo eso, comía, jodía, en función del uso que otros, hacían
del cuerpo de las mujeres. Volvió a su auto, se sentó al lado de Julia y
arrancó, un pensamiento le vino a la cabeza ¿Qué podía hacer un tipo inútil que
nunca había hecho nada? Diferentes
laburos habían pasado por su vida, pero ninguno le había servido para definirlo
a el, económicamente, la casa que tenia, fue producto de la herencia de sus
padres, le quedó a el porque no tenia hermanos, el coche ni sabia como había podido
tenerlo, la verdad su vida era un quilombo y él, el principal organizador de
ese quilombo.
--¿Adonde me llevas, quisiera saberlo? ¿Este
no será, el último viaje de mi vida?
--Julia ¡por Dios! como pensas cosas
semejantes, te llevo a Barracas, un barrio humilde, alejado de los lugares que
solías frecuentar, allí en una casa, espero que te repongas lo mejor posible y
después.
¿Después que?
--Eso, lo difícil es el después, quiero decir
cuando estés bien, ya curada de todo, supongo que Carlos va ha decidir que
hacer con vos.
--¿Voy a estar sola en ese lugar?
--No, me dieron la orden de que yo este con
vos, me nombraron tu guardián, supongo que tienen miedo que te escapes.
--Y te tienen confianza que con vos, eso
seguro no va a ocurrir, para ellos sos el carcelero perfecto.
--Si lo pensas así, te doy la razón, es tal
como lo decís, seré el carcelero perfecto, pero no solo para ellos, también y
mucho más para vos.
--¿Qué te importo yo?
--Nada, lo mismo que puede importarme
cualquier mina, que nos cruzamos en este momento por la calle, pero no seas
boluda, estas hecha mierda, sobre tu cuerpo desataron las pasiones más oscuras,
que tenemos los hombres, alguien debe cuidarte hasta que te cures, y no se
porque carajo ese alguien soy yo, tal vez el menos indicado para ello, es
cierto, pero el único gil que estuvo al lado tuyo, cuando todos querían verte
lejos de ellos, así que estemos de acuerdo, los dos somos aparatos, que en
distintas funciones, trabajamos para la misma empresa, a un aparato vos, lo
hicieron pelota por uso indebido, otro aparato yo, debo cuidarte hasta que te
pongas bien y la empresa, pueda volver a ubicarte, en su circuito de aparatos
perfectos, lujosos y muy apetitosos, yo soy tu carcelero Julia, pero ambos
estamos presos de la guita fácil, de vivir la vida al pedo, ahora atención,
estamos llegando a la casa, como ves por esta zona hay muchas fabricas y pocas
viviendas, mucha mugre y soledad, el lugar ideal para pasar desapercibido un
tiempo, más adelante, cuando vayan pasando los días, veremos de que manera anda
todo, por el momento te pido que nos llevemos bien, apenas soy un poco más
bueno, que esos que te golpearon Julia, pero voy a cuidarte, no tengas miedo,
me estoy dando cuenta que soy un vago, pero un mal tipo de seguro no.
Frenó frente a una casa común, igual a todas
las otras que se vieran por la zona, sacó unas llaves de su bolsillo, abrió la
puerta, subió el auto a la vereda, la hizo bajar como podía a Julia, ya dentro,
esta se sentó sobre lo primero que encontró, Luis acomodo el coche en la calle,
volviendo a su lado.
--Bueno Julia esto es un poco romántico, debo
decirte, ya estamos en casa, nuestro hogar por unos días, te la voy a
presentar, estamos en un living, un televisor, algunos libros, porque sabes me
gusta leer, un aparato de música, me atrae escucharla, más allá la cocina,
siempre viví solo, algo maravilloso para vos, se cocinar, a continuación un
baño, por suerte sino sería un quilombo, dos dormitorios, elegí el que mas te
guste es tuyo, detrás de la cocina, un lavadero y un terreno chiquito, donde
hay plantadas algunas cosas, eso es todo Julia ¿Qué te parece?
--Me parece hermoso, pero ahora quiero
acostarme en una cama ¡por favor! No doy más, estoy reventada, me duele el ojo,
la boca los brazos, el sexo donde también me golpearon, ¡quiero estar sola! ¡Sin
nadie! Dormir y pensar, no te me acerques por dos días por lo menos, ¡odio el
Mundo! Tengo dolor y bronca, ganas de llorar, de putear, de putearme.
--Esta bien cálmate, ¿Qué te dijo el médico?
--Una serie de boludeces, me dio un
antiinflamatorio, para que tome hasta que se me bajen los hematomas, una
pastilla para los dolores.
--¿Tomaste todo eso?
--Si.
--Bueno el tiempo todo lo cura Julia, te
pondrás bien, tene paciencia, veni apóyate en mí, que te llevo a que te
acuestes.
La tomo del brazo y fueron a uno de los dos
dormitorios, una vez sentada en la cama, la dejó y salió, fue hacia la cocina a
preparar un desayuno, cuando volvió ella estaba acostada.
--Acomódate y come algo, te hará bien.
--Déjalo por ahí, no tengo ganas de nada, te
dije que solo quiero descansar, ¡andate! necesito estar sola ¡no me jodas! Si preciso
algo yo te llamo.
--Como quieras chau.
La verdad que no estaba acostumbrado, a
quedarse tanto tiempo en una casa encerrado, menos la suya, esta situación se
le ponía complicada, aunque sabia debía tener paciencia, no le quedaba otra, le
pagaban para que se quede en ese lugar ¿Qué hacer? Podía leer, escuchar música,
arreglar la casa, ver tele, escaparse y desaparecer, que se yo, cualquier cosa
podía hacer, pero en realidad no encontraba que, el también estaba cansado, sin
darse cuenta se quedo dormido en el sillón, donde se hallaba sentado, lo
despertó la vos de Julia que lo llamaba.
--¡Luis! ¿Dónde estas Luis?
--Si ya voy Julia.
--¿Pasa algo?
--Nada quería hablar, de repente me sentí muy
sola, demasiado sola, como para no pedir ayuda.
--Julia como vas a estar sola, estoy yo y esta
tu juventud, esto pasará y podrás decidir que hacer.
--¿Decidir que hacer?
--¡Si!, Si queres seguir siendo una puta fina,
con el riesgo que te vuelvan a golpear, o un día te maten, o queres ser una
mujer común, aquella que trabaja, tiene su casa hijos, no lo se, quizás esto
último sea muy difícil y aquello, más fácil y cómodo. ¿Pero valen tantos
golpes? ¿Tanto encierro en una caja de cristal? ¿Qué conseguís con todo esto
Julia?
--¿Vos sos amigo de Carlos o enemigo de él?
¿Para quién trabajas Luis? ¿Por qué me estas haciendo el bocho de esta manera?
Ya te pedí que no te metas en mi vida, solo a mi me interesa, los golpes me los
banco yo y no otro ¿De acuerdo?
--¡No! No estoy de acuerdo, me importa un
carajo lo que vos pienses de tu vida, te estoy diciendo como la veo yo, si
apagamos todas las luces, si sacamos los espejitos de colores, me parece que tu
vida es una mierda, con lo que te digo, debo aceptar que se parece bastante a
la mía, en cuanto si estoy a favor o no de Carlos, hasta ayer a la noche cuando
llegué a la boite, era un incondicional , después que te ví golpeada, cuando
asocie, en que condiciones te había dejado ahí y en que condiciones te
devolvían, me di cuenta que todo había terminado con ellos, cuando en el garaje,
cerré la puerta del auto me dije, este es el último viaje y no habrá ninguno
más, solo estoy con Carlos ahora por vos, cuando te pongas bien no vuelvo, no
les tengo miedo, no creo que me busquen, pero se defenderme si quieren joderme,
se tirar, tengo arma, puedo matar y se donde les duele, para obligarlos a que
se olviden de mi, no me creas tonto Julia, no soy pelotudo, puede ser que me
haga el pelotudo para pasarla bien, pero nada más que eso, si me lo propongo en
este ambiente, soy un tipo de cuidado como cualquier otro, alguien que de
improviso, se saco la careta de boludo y puede ser malo, muy malo Julia si lo
quieren joder, por eso estoy tranquilo termino con vos, te pones bien y me
largo, que se vayan al mismísimo carajo, no los aguanto más, ahora vos hace lo
que te venga en ganas, solo te digo que si necesitas ayuda, porque te queres
abrir, te la puedo dar, sino también vos entras en la cantidad de gente, que me
importa un pito que hacen de su vida. ¿! Te quedo claro!?
--Si me quedo, no se que hacer, estoy muy
acostumbrada a todo esto y a las palizas también, esta es la cuarta que recibo,
el servicio especial de estos hijos de puta, es entregarte a un grupo de sicópatas,
para que hagan de vos lo que quieran, menos matarte, la verdad que les sale
bien, llegan hasta el limite justo, después te dejan allí tirada, el paso
siguiente es la intervención del médico reanimándote, tuve suerte las cuatro,
¡safe!.
--¿Y porque diablos aceptas estas cosas?
--Ellos ganan mucha guita con esto, yo si me
niego no trabajo más en la vida, además me tomo un sedante, no me doy cuenta ni
de lo que me hacen. El problema es cuando tomo conciencia, los golpes, la
sangre, los machucones el dolor, pero que queres que haga, estoy en esto y no
puedo cambiar, no se como salir, mi circulo son las demás chicas, ellos los
clientes son aves de paso, a las que solo le interesa tu cuerpo, no el
sufrimiento y el dolor de ese cuerpo, vienen y se van, pagan y adiós.
--Bueno, bueno, estas hablando mejor, te estas
sincerando más, te reconoces dentro de un laberinto, del cual no podes salir,
eso es un paso adelante Julia, por cada golpe, puede haber una caricia en tu
vida, a cada dolor, lo puede compensar una alegría futura, solo debes caminar
el laberinto, que no es otro que vos misma, encontrarle una salida, los dos
necesitamos terminar con todo esto, tendríamos que pensar juntos como hacerlo.
--Puede que tengas razón Luis, pero dame unos
días más para intentarlo, ahora quisiera
comer algo, tengo hambre y me gustaría ir al baño también.
--Al final ¿no comiste nada de lo que te traje?
--Me quede dormida, recién me despierto,
dormir me hizo bien, me ayudas a levantarme, creo que despacio ya puedo caminar.
--Yo pienso lo mismo, a ver ¡fuerza! Levántate.
Julia se levanto y fue despacito, agarrandose
de las cosas que encontraba en su camino hacia el baño, Luis se llevo el
desayuno que había dejado antes, fue a la cocina para preparar que comer, tenia
churrascos y papa, podía hacer un puré y carne a la plancha, por ahí unos
tomates, se convertirían en una rica ensalada, preparo todo eso, cuando lo tuvo
listo salió al living , Julia estaba sentada a la mesa con mejor semblante ,
acerco unos platos, vasos, una gaseosa, por supuesto también lo principal la
comida.
--Bueno Julia creo haber cumplido con vos, en
el primer día de residencia en este hotel, aquí traigo la cena ¿Cómo estas de
animo? ¿Mejor que hoy a la mañana?
--Si algo mejor y con esta rica cena que has
hecho, pienso recuperarme bastante.
--¿De donde venís Julia, como es tu vida si la
puedo conocer?
--Demasiado preguntón amigo Luis, pero voy a
develar mis misterios, soy oriunda de Colonia en el Uruguay, mi familia es de
allá y tiene un pequeño campo, que lo explotan comercialmente, yo no se porque,
se me dio por otros horizontes, aterrice en Buenos Aires, donde termine como
puta de lujo, según tus palabras.
--¡Ah! Me guardas rencor, yo te dije de que
trabajabas, pero no te considero para nada una puta, me parece que sos una mina
normal, como tantas que conocí, lo otro es algo tuyo que lo debes resolver.
--¿Es cierto que no queres seguir trabajando
con Carlos? ¿Y si toma alguna represalia?
--Si es cierto, no creo lo de la represalia,
pero ya estoy pensando lo que hacer, voy a alejarme lo más posible de ellos,
quiero cambiar de vida Julia.
--¿Y la guita? ¿Tenes plata para cambiar de
vida?
--Creo que si, o al menos eso espero, mira
este es un barrio de mierda, pero tengo la suerte que al lado de mi casa, hay
una fábrica que le va muy bien, el dueño necesita ampliarla si o si, precisa de
mi propiedad para ello, no quería vender, pero pensándolo bien, mañana lo voy a
ver y le digo que si, se la vendo y en diez días, cuando vos te sientas mejor
se la entrego y me voy.
--¿A dónde vas a ir? ¿En que vas a invertir la
guita?
--Muy buenas preguntas que necesitarían de una
rápida respuesta, pero todavía no la tengo, es lo que debo resolver cuanto
antes, algo se me va a ocurrir estoy seguro.
--¿Estas soltero Luis?
--Por supuesto, ¿Me ves cara de casado? ¡no!
Prefiero seguir así, atendeme Julia, mañana te dejo un rato sola, porque voy a
ver al dueño de la fábrica, no te mandes ninguna cagada por favor, que confío
en vos.
--Adonde queres que encuentre un lugar más
seguro para mi, que este, quédate tranquilo, si puedo te acomodo la casa, hago
algo, una cosa Luis, estoy con lo puesto, tengo la plata que llevaba esa noche
que es poca, necesitaría algo de ropa para cambiarme, asi lavar la que llevo
puesta.
--No te preocupes, hace un detalle de lo que
te hace falta, mañana cuando voy a ver al tipo, te lo compro, ahora déjame que
junte los platos y los lavo, vos si queres mira tele, ya vuelvo.
Rápido como un soldado, fue Luis a lavar y
acomodar los cacharros de la cena, mientras su pensamiento, no lo dejaba en paz
¿en que momento le convenía rajar y hacia donde? esta gente de Carlos, por diez
días lo iría a dejar tranquilo, pensarían con justa razón que la estaba cuidando,
por lo tanto debía escapar lo mas urgente posible, cuando tenga la guita, el
problema era Julia, ¿Qué hacía con ella? la abandonaba, que se arregle como
pueda, le proponía si quería venir con el, o la llevaba a Colonia, donde está
su familia, por ahí esta le parecía la mejor solución, terminaría y hablaría
con ella, antes de tener la guita necesitaba saber que hacer.
--¿Qué ves Julia en la tele?
--Una película sin importancia puedo apagar.
--Mejor, porque necesito hablar con vos.
--Listo Luis hablemos.
--Julia yo y vos, tenemos diez días de
libertad condicional, Carlos ni se acuerda de nosotros porque sabe, que te
estas recuperando y yo cuidándote, debemos huir ya, mañana mismo de ser
posible.
--¿Como debemos? ¡Ándate vos! Yo me arreglo
solita, a los diez días vuelvo con Carlos y listo, que otra cosa puedo hacer
¡Estas loco!
--Loco no, atendeme un poco, a que carajo vas
a volver a trabajar de puta, ¿Cuánto más puede aguantar tu cuerpo, tres, cuatro
años y después, los lagos de Palermo Julia, déjate de joder, es necesario que
cambies tu vida, ahora es el mejor momento para ello.
--¿Mejor momento porque? Si lo pienso, es el
momento que mas jodida estoy.
--Precisamente por eso, ellos estarán
tranquilos dada tu situación, nadie piensa en vigilarte, pues tu carcelero soy
yo, pero yo tu carcelero, te propongo que nos escapemos juntos.
--Juntos los dos ¿Y a donde? ¿Con que guita?
¿Para que?
--Adonde, te lo digo ya , a Colonia donde esta
tu familia, es el mejor lugar para vos Julia, la guita, no te olvides que
mañana vendo la casa, el para que, surgirá sin que nos demos cuenta, de
cualquier forma nada te ata a mi, ni yo asumo ningún compromiso con vos,
llegados a Colonia, nos despedimos como buenos amigos y chau, yo de última,
estoy interesado en seguir para Entre Ríos, ver de comprar algo por esos lados,
me parece lo mejor para ambos, debemos apurarnos, ya que el tiempo juega a nuestro
favor.
--Luis por favor me volves loca, vos decides
por mi, yo quiero quedarme, quiero ser puta me gusta.
--Bueno si es así estamos fritos, lo único que
podemos hacer, vendo la casa, le firmo la entrega para dentro de diez días, te dejo unos mangos y vos te arreglas sola
aquí, al décimo día llamas a Carlos, le
decís que te levantaste y no me encontraste en la casa, que desaparecí yo y el
coche, que vengan a buscarte, ¿Esa te gusta más?
--Por supuesto, esta más de acuerdo con lo que
yo quiero hacer, acepto esa última propuesta.
--Listo no se habla mas del asunto, vamos a
dormir, mañana nos espera un día complicado, ¿Che Julia estas tomando todos los
remedios?
--Todos, no te preocupes ¿No me ves un poco
mejor?
--Si te estas curando, a dormir necesitamos
descansar, en marcha que el día termina.
A la mañana siguiente, Luis dejó sola a Julia
en la casa, fue a entrevistarse con el dueño de la fábrica, estuvieron
discutiendo un buen tiempo, de precios y boletos de compra venta, hasta que
todo quedo arreglado, para el día siguiente a la mañana , el Escribano lo
estaría esperando, firmaría y le darían la guita, el prefirió hacer la
operación en un banco, así depositaba lo que cobraba, en el mismo lugar que se
lo pagaban, se evitaba complicaciones, todo perfecto , con la lista de ropa que
había confeccionado Julia, fue a comprar todo lo que le hacia falta, también un
par de anteojos negros, como cábala, por si se decidía a venir con él, así cubría el ojo hinchado y pasaba más
desapercibida, también se corrió al super y llevo algo de comida, con todo ello
volvió a la casa, ya era pasado el mediodía, Julia lo esperaba con el almuerzo
listo, en la mesa del living.
---¡Julia! ¡Julia! Hoy me ha salido todo
redondo, ¡la venta se hizo! mañana cobro la guita, toda tu ropa aquí te la
traigo, tal como la pediste, quedarás preciosa con ella, traje comida para unos
días, por si mañana me voy solo, con lo que compre, podrás comer hasta el
décimo día que te quedes acá, después no te olvides, que Carlos debe sacarte y
yo me fui, ese mismo día.
--¿Y esos anteojos de sol?
--No se, si te sientes bien y queres venir
conmigo, para cubrir el ojo morado, producto del golpe que te dieron.
--¿Ir con vos adonde?
--¡Otra vez! A tu casa, a Colonia, a cambiar
tu vida ¿Por qué no intentas, total siempre tenes tiempo de volver a esta
mierda?
--Sos tozudo Luis ¡Te dije que no y es no!
Estoy muy cómoda siendo puta.
--¿Estas muy cómoda siendo puta? Entonces
hagamos una cosa ¿Quiero hacharme un polvo, cuanto me cobras?
--Ahora estoy destruida no puedo.
--A mi no me importa eso, yo quiero coger
señora puta, eso es lo único que me interesa, la quiero poner, y su ojo
hinchado es problema suyo, su boca partida también, sabe lo único que me preocupa,
que su concha este bien, la pueda penetrar y acaba en ella, ese es mi deseo,
usted es una puta que debe aceptar lo que yo quiero, así que antes de cambiarse
de ropa, en el momento que este desnuda, acostada en la cama, me llama, yo voy,
dejo la plata sobre la mesita de luz y pago, eso es lo que vamos a hacer ¡que
joder! al final el único pelotudo soy yo, tengo una puta conmigo y la dejo
pasar de largo.
--Luis me estas lastimando no me lo merezco.
--No te estoy lastimando Julia, te estoy
tratando, como lo que vos queres ser, tal vez trato de hacerte ver, lo cruel de
tu postura, como te entregas sin luchar, a un destino que si te lo propones,
podes cambiar, pensalo Julia no quiero nada de vos, no te tocaría un pelo, solo
quiero que pienses, si es cierto que tanto te interesa, seguir siendo puta.
--Y si sabiendo que fui puta Luis, que me
acosté con muchos tipos, que me pagaron, ¿Vos te acostarías conmigo por amor?
¿Podrías soportar que tu pareja, allá sido puta Luis? en el momento de besarme,
de penetrarme ¿que pasaría entre nosotros con mi pasado? Si me pides que deje
de ser puta, me gustaría saber tu actitud, frente a una ex puta, que vos
conociste ejerciendo la prostitución ¿Qué hay del amor Luis?
--Julia, si te cruzaste en mi camino, si una
mañana te encontré, como te encontré y te traje a esta casa, y yo me enamoraría
de vos, lo único que te pediría es eso, que dejes de ser puta, que juntos
enterremos tu pasado y que cada beso, cada caricia, fuera el reconocimiento, de
que volviste de una vida equivocada, de la cual te costo salir, te amaría por
lo que sos hoy, en este momento y ha partir de ahora, no por lo que fuiste ayer,
cuando no tenias fuerzas ni ocasión, de romper
el circulo prostibulario, que te tenia atrapada, por eso insisto, este
es el mejor momento, quizás el único para los dos, después si el tiempo pasa,
Carlos y compañía nos pueden hacer pelota, yo estoy decidido no se vos ¿Seguís
pensando como siempre?
--No quiero contestarte de nuevo la misma
pregunta, me aburre repetirme, es mejor que salgamos un poco, estoy repodrida
de estar encerrada, hoy me siento mejor ya puedo caminar bastante bien, además
los anteojos negros, son una buena solución para mi ojo.
--Mira en este barrio, a nadie llamaría la atención,
una mina con un ojo hinchado, si queres salimos, vestite lo más sencilla
posible, fíjate que solo vas a ver miseria, nada más, esto no es Palermo o
Belgrano.
--Quiero caminar Luis, no otra cosa.
--Bueno, espera que acomodo los platos y
salimos.
--Esta bien, mientras, yo arreglo un poco el
living.
Los platos fueron acomodados, el living lo
mismo y ambos, ella con sus lentes negros, salieron a caminar un poco, la zona
era humilde, pero por suerte tranquila, además Luis conocía los lugares por
donde se metía, la gente del lugar sabía quien era el. A Julia le quedo picando,
la última conversación de Luis con ella , eso de a toda costa convertirla en puta
y acostarse con ella, le había molestado bastante, no pensaba en él, más que
como una de las tantas personas, que estaban al servicio de Carlos, que en ese
momento especial de su vida, la estaba cuidando por orden de aquel, de alguna
forma era un compañero de trabajo, así lo veía y de esa manera imaginaba verlo
así, siempre ¿Pero podría ser el, una tabla de salvación en su vida? Eso de
dejarla con su familia, para luego desaparecer, no le parecía una mala idea,
pensándolo bien, de que otro modo ella podría regresar a Colonia, a una vida
más normal, de ninguna, salvo la que le ofrecía Luis, de eso estaba segura y a
partir de esa seguridad, comenzó un cambio en su pensamiento, sobre que debía
hacer, mientras caminaba, la miseria del barrio la desarmaba, estaba conociendo
los dos extremos sociales de este mundo, aquel que siendo puta, ella frecuento
un montón de veces, este su contratara, que veía por primera vez como puta
golpeada, caminaban juntos pero sueltos, como pueden hacerlo dos amigos, de
toda la vida.
--Luis.
--Si Julia, ¿que ronda tu cabecita y me queres
decir?
--Mi cabecita te quiere decir, que pensándolo
bien, acepta tu ofrecimiento de llevarme a Colonia, para luego vos seguir
camino a Entre Río ¿Qué te parece?
--Que es una gran idea Julia, una hermosa
decisión de parte tuya, mañana partimos, en casa hay bolsos de viaje, apenas
vuelva de la venta de la casa, guardamos todo y nos vamos.
--Acepto Luis, estoy dispuesta a hacer todo lo
que digas, ahora volvamos a casa, dentro de un rato comenzara a oscurecer, es
mejor no andar por estos lugares, además estoy un poco cansada
--Ningún problema, damos vuelta por aquí y
siguiendo esa calle, en un rato llegamos a casa.
Tal como lo explico Luis ocurrió, un poco mas
tarde ambos estaban en el living, sentados a la mesa.
--Julia ¿No queres intentar darte un baño?, ya
tenes el cuerpo mejor y el ojo menos hinchado, el agua caliente no te vendrá
mal.
--Justamente eso es lo que estaba pensando,
antes de salir, preparé la ropa que me voy a cambiar.
--Muy bien, después de vos, me baño yo y esta
todo listo, mientras estas bajo el agua, preparo algo para cenar, mas tarde
entro yo a la ducha, vos podes terminar con la cena y servirla, así comemos y
nos vamos a dormir temprano.
--Eso es lo mejor que podemos hacer, de
acuerdo ya mismo voy a la ducha.
--Y yo a la cocina.
Mientras preparaba la cena, Luis escuchaba el
ruido del agua, que de seguro, recorría el cuerpo de Julia y la iría liberando,
de todos sus dolores, pero sin darse cuenta, un malestar invadía su alma, del
cual le costaba liberarse, tenia la sensación de que Julia, estaba cambiando
para el, ya no la miraba como una chica más, en el asiento trasero de su auto,
sin identidad ni pertenencia, sabiéndola imposible de conquistar, por el
contrario, ahora se daba cuenta de que estaba cerca, muy cerca de su mano y
porque no, pegada a su corazón, pero percibía que a ella no le pasaba lo
mismo, en el fondo presentía que para
Julia, seguía siendo el chofer, que la llevaba a los diferentes lados donde
debía ir, tal vez pensó, el viaje a Colonia sea para ella, el último viaje que
haría con el, luego el chofer saldría de su vida para siempre, pero así estaba
marcado, aparentemente, el camino del destino y el no lo iba a torcer, que sea
lo que deba ser, ya se vera, por lo pronto tenia que mantener la cabeza bien
fría, para vender la casa y preparar el viaje , Colonia sería el último acto y
lo único que vale, es como llegarían los actores, a esa escena.
--Luis ya salí, el baño estuvo hermoso, porque
no entras vos, así yo termino la cena.
--¿Estas vestida?
--Por supuesto ¡que imaginas!
--Nada es un chiste, toma acá ya esta todo
preparado, termínalo mientras yo me baño.
--Déjame, anda que yo sigo.
Luis llevó su ropa al baño, dispuesto a darse
una buena ducha, debió ser así porque tardo un largo rato en salir, cuando
volvió al living, la cena ya estaba servida y Julia, lo esperaba sentada a la
mesa.
--Que bien servido Julia, da gusto cenar con
vos.
--Gracias, vos también colaboraste en esto, lo
hicimos entre los dos.
--Bueno, entonces como hemos conversado, esta
decidido nos vamos, mañana, una vez que salgo del banco, me meto en un
locutorio y por Internet, compro los pasajes para Colonia, en el catamarán que
salga primero.
--De acuerdo, cuando vos te vas, yo voy a ir
guardando, así ganamos tiempo, lo que me extraña Luis, es que Carlos no halla
llamado.
--No te preocupes, hace muy poco que te paso
lo que te pasó, por otro lado confía en mi, siempre hice las cosas bien y hoy
siento, que las estoy haciendo también bien, aunque le juegue en contra, le
habrán informado que estabas muy golpeada, eso lo tiene más tranquilo, hace
tiempo, para cuando llame, le diga que todo esta en orden, el es así, dilata
las cosas para que se solucionen solas.
--Eso nos conviene.
--Sin duda, por eso te vengo diciendo que esta,
es tu única oportunidad, debemos irnos lo más rápido posible, sin que ellos se
imaginen ni remotamente, lo que esta pasando, ya terminamos la cena Julia,
estoy cansado, el baño me termino de planchar, levantamos, lavamos y nos vamos
a dormir ¿Qué te parece?
--Que es lo mejor que podemos hacer.
Luis se despertó temprano, desayuno, acomodo
todos los comprobantes, de la venta de la casa, titulo, impuestos, una vez esto
terminado, lo metió todo en una carpeta, así le resultaba más cómodo, mostrarlo
en la operación de venta, en eso estaba, cuando Julia entró en el living.
--¿Ya desayunaste Luis?
--Si, si queres te preparo el desayuno a vos.
--No deja, me lo preparo yo y vengo a tomarlo
con vos, no me gusta hacerlo sola.
--Mientras te espero guardo, así cuando me voy,
lo tengo todo a mano y no me olvido de nada.
Se escucho hervir la pava en la cocina, el
ruido de las tazas con sus platos, el abrir y cerrar de alacenas, al rato
volvió Julia, con su desayuno humeante en una bandeja.
--Llego el día Luis, espero que todo salga
bien.
--Porque no, lo pensamos para que salga bien,
no tiene porque haber problemas, mira ya salgo para el banco, vos anda
guardando todo, no se el tiempo que voy a tardar, cualquier cosa me llamas al
celular ¿tenes mi número no?
--No lo tengo.
--Anótalo por favor.
--Listo ya esta.
-Me voy Julia, nos vemos más tarde, como te
dije si consigo pasajes, apenas llego nos vamos, tene todo listo.
--Anda tranquilo, termino este café con leche
y empiezo a preparar todo, chau.
--Hasta luego Julia.
Luis salio, subió al auto y se fue hacia el
banco, tenia la esperanza que el tramite fuera, lo más rápido posible, así le quedaba
el día libre para todo lo demás, llegó casi a la par que el dueño de la
fábrica, ambos entraron juntos.
--Que tal Luis ¿todo bien?
--Si Ernesto sin ningún problema, ¿A que
sección debemos ir?
--Vení conmigo, el Gerente nos espera, ya esta
con el Escribano y todo quedará terminado en poco tiempo.
Se dirigieron ambos a la Gerencia y entraron,
dos hombres y una mujer ocupaban la oficina, uno de ellos le fue presentado a
Luis como el Gerente, el otro paso a ser el Escribano, todos se sentaron en un
escritorio largo, el Escribano empezó a leer el boleto de compra venta, a ver
si las partes estaban de acuerdo, a continuación Luis, le alcanzó el titulo de
propiedad y los demás comprobantes que llevaba, comprobó el Escribano que todo
estaba en orden, y, a los efectos de concluir con el acto comercial, Luis y
Ernesto, en calidad de vendedor y comprador, firmaron todos los papeles, la
operación estaba cerrada, el Gerente se dirigió a Luis.
--¿Que hacemos con el dinero? ¿Va a abrir una
cuenta en este banco?
--Si pero quiero hacerle una pregunta ¿El
banco tiene sucursal en Montevideo?
--Si señor la tenemos ¿Por qué?
--No, entonces si se puede, prefiero
transferir el dinero al Uruguay, abrir en su sucursal allá, una cuenta ¿Hay
algún problema?
--No ninguno, en cuanto a la chequera.
--De eso no se preocupe, porque cuando viaje a
Montevideo, la retiro personalmente de la sucursal de ustedes ¿Puede ser no?
--Si, aguárdeme un momento que hacemos el depósito
y, le entrego a usted todos los comprobantes, incluida la transferencia a
Montevideo, cuando usted vaya por allá, retirara su chequera.
--Muy bien lo espero.
--Luis me has hecho un gran favor vendiéndome
tu casa, la fábrica me quedaba demasiado chica ya, ahora puedo expandirme como
quiero.
--Me alegro mucho Ernesto, creo que ambos nos hemos
hecho un favor, yo quería irme del barrio, su oferta me vino muy bien para
ello, otra cosa, hoy mismo le dejo la casa libre, a la tarde antes de irme,
cierro y le dejo las llaves a su portero ¿De acuerdo?
--De acuerdo ¿Te vas al Uruguay?
--No por el momento no, me conviene por mi
trabajo, mudarme más al centro, lo del Uruguay decidí hacerlo, porque me
dijeron que era mejor tener la guita afuera, nada más.
--Mira ahí vuelve el Gerente Luis, ya
terminamos por suerte, siempre pone un poco tenso estas operaciones de compra
venta.
--No se Ernesto, es la primera vez que lo hago,
quizás usted tenga razón, lo importante que todo a terminado bien, lo hemos
hecho sin perder tiempo.
--Exacto, bueno espero vernos algún día Luis,
es un gusto haber hecho esta compra con vos, te estoy muy agradecido.
--El agradecido soy yo, espero que la
ampliación de la fábrica sea un éxito, chau gracias por todo
--Chau Luis, hasta siempre.
Salió del banco y termino en un locutorio, buscando
en Internet pasajes para Colonia, tuvo suerte, salía un catamarán a las seis de
la tarde y quedaban pasajes, saco dos, los pagó con su tarjeta y se fue, en
busca de Julia a su casa, que ya no le pertenecía, mejor asi pensó, terminaba
para siempre una etapa de su vida, lo importante que todavía estaba en plena
juventud, seguro trabajaría en otra actividad, que le brinde mejor futuro, que
el que había tenido hasta ahora, estaciono el auto junto al cordón, ya le
quedaba el tiempo justo para comer y partir.
--Llegaste Luis ¡por fin! Esta espera se me
hizo una eternidad.
--¿Alguna novedad? ¿Todo bien?
--Todo bien, novedad, que cada vez me siento
mejor y tengo más ganas de irme.
--¡Bárbaro! Preparemos comida y nos vamos.
--No hay nada que preparar, ya tengo todo
hecho Luis, ¿Qué pensas que soy?
--Pienso que sos una mina macanuda Julia, y
cada vez que paso más tiempo al lado tuyo, más macanuda te veo.
--Gracias ¿Lo tengo que tomar como un piropo?
--Tómalo como un piropo si te gusta, porque
no, pero también es un reconocimiento a tu persona.
--Gracias Luis, sos muy bueno ¿Cómo te fue en
el banco, bien supongo?
--Salió mejor de lo que pensaba, ya estamos en
una casa que no es la mía ¿Qué hora es?
--Las tres de la tarde.
--Como te digo, ya no es mía y poco me
importa, a las cuatro y media o antes salimos para el puerto, a las seis sale
el catamarán que nos dejará en Colonia, una vez ahí, nos separamos, yo sigo
viaje para Entre Ríos, vos te encontrarás con tu familia.
--Es lo que quiero Luis, alejarme de todo esto
y ver lo que hago, la mejor forma de saberlo es estar junto a los míos,
necesito recibir un poco de cariño gratis, sin ninguna doble intención.
--Así será Julia, pero trae la comida que se
nos hace tarde.
Comieron en silencio, ambos trataban de
ordenar sus pensamientos, imaginando que hacer con el otro, y la verdad, que no
estaban conforme con lo que pensaban, porque en algún caso, el corazón se
separaba de la razón, y en otro, la razón le hacia ver que su sueño era eso,
nada más que un sueño, alejado de la realidad.
--Julia terminamos de comer sin hablar nada,
¿Qué nos pasa? Estamos tristes por la partida, o tal vez no sabemos como
terminará todo.
--Puede ser eso último Luis, que no sepamos
como terminará todo, pero quien puede saber el final de las cosas, nadie, lo
mejor es no hacer planes y esperar los acontecimientos, lo primero que debemos
hacer es lavar los platos e irnos, aunque sea a las cuatro, pero salir de aquí
Luis, imagino que en el viaje encontraremos la solución.
--¿La solución a que Julia?
--A lo que pensas vos, a lo que sueño yo, al
futuro de ambos Luis, eso, ¿que será de tu vida y de la mía, en el mañana
inmediato?, cuando en Colonia nos digamos adiós, para no vernos más.
--Es difícil saberlo Julia.
--Por eso, porque es difícil saberlo, no
intentemos averiguar nada, esperemos los acontecimientos, ayúdame con estas
cosas, veni conmigo a la cocina, en un segundo terminamos con todo esto.
Y así fue, terminaron con los platos, cargaron
los bolsos en el auto, se fijaron que no se olvidaban de nada, Luis cerró la
casa y fue al lado, a la fábrica, en donde le dejo las llaves al portero, para
que se las de al dueño, volvió al auto, donde ya lo esperaba Julia y arrancó
hacia el puerto, atrás quedaba el pasado y hacia adelante el presente, que se
debía construir día a día, para crear un futuro mejor, pronto se encontró en
General Paz y dobló hacia la Lugones.
--¿Hermoso día no Luis?
--Mejor imposible ¿Te encontras bien de salud
Julia, como esta tu ojo que no lo veo, oculto por tus anteojos de sol?
--Muy bien, por otro lado estoy muy contenta
de haberte hecho caso, decidir irme con vos a Colonia, para encontrarme con mi
familia, me ayudaste mucho, pero mucho en tomar esa decisión, te lo agradezco.
--Sabes una cosa, quien está muy contento de
ir hacia Colonia con vos, soy yo Julia, entonces, si ambos estamos contentos
aunque por diferentes motivos, esto indica que acertamos, con la decisión que
hemos tomado.
--Ya estamos llegando a Lugones ¿Me trajiste
alguna ves en el auto de Carlos, por estos lugares?
--No se, no me interesa en absoluto ni
siquiera pensar en Carlos y en su maldito auto, lo que quiero es olvidarme
totalmente de esa parte de mi vida, a
propósito, te voy a hacer una pregunta Julia ¿Podrás no acordarte más de mi,
como tu chofer de citas? Me da lastima que solo en tu cabeza, me valores como
un empleado de Carlos nada más, mientras me veas como un chofer a tu servicio,
no conseguirás ubicarme en tu corazón, como un hombre que esta a tu lado.
--Como un hombre que esta a mi lado.
--¡Si!, no soy un artefacto de lavar la ropa,
ni un televisor, ni un tarado total, entiendo de las cosas, tengo sentimientos,
no soy insensible a la presencia de una mujer, no soy insensible a las
situaciones, de compartir una vida diaria con una mujer, y soy libre de elegir
y de pensar, y soy libre de callarme lo que pienso, y de ocultar mis
pensamientos , pero también como persona, tengo el derecho de pedirte por favor,
que pienses en mi como fui y soy, a partir de la noche que te traje a casa, y
no antes, el antes no existe más Julia, ni para vos ni para mí.
--Tenes razón estas en lo cierto, te veo como
la persona, que aparecía en mi departamento y me llevaba a todas las citas de
mi vida, pero puede ser, no se, que también te vea, como la persona, que dejo
de llevarme a todos esos sitios que odio y olvido, y comenzó a estar a mi lado,
cuidarme y hablarme, como no me habían hablado antes, con palabras curativas,
que me hicieron comprender muchas cosas equivocadas que llevaba dentro, y no
podía sacar, hoy estoy mejor del alma Luis, creo que te lo debo a vos y solo a
vos, no se o me da miedo saber, cuales son tus sentimientos hacia mí, y
necesito aclarar los míos para con vos, dame tiempo, necesito pensar, necesito
quitarme de mi, la imagen del hombre que tuve todos estos últimos años,
necesito rebobinar, decirme es cierto, puede haber sentimientos desinteresados hacia
mi, de una persona, es posible amar y ser amada, sin pagar nada, sin recibir un
cachetazo, teniendo como único fin que sea querida, solo querida y nada más.
--Julia sos querida, no tengas dudas, y podes
ser amada, solo te pido que dejes llevarte por tus sentimientos, no pongas frenos
a los dictados de tu corazón, ahora cambiando de tema, te informo que estamos
frente a la estación de Buque Bus, allí enfrente tenes una confitería, bájate y
espérame, yo voy a ver si puedo dejar el coche en la bodega.
--Como quieras Luis, apúrate que no me gusta
estar sola.
--No te preocupes enseguida vuelvo.
Julia bajo y fue a la confitería que le
indicara Luis, encontró una mesa y se sentó. Solo habían pasado apenas tres
días, de esa terrible noche que tuvo en la Boíte Azul, parecía como si hubiese
pasado un siglo y hoy, en este preciso momento, Luis le estaba pidiendo que lo
quiera y ella, no sabia que hacer, necesitaba darse tiempo, ¿Pero cuanto
tiempo? una vez que crucen el río, Luis se iría a Entre Ríos, una ves que
crucen el río, en el trayecto del catamarán ella debía impedir esa partida,
pero a su vez tendría que ser sincera consigo misma, ¿Lo amaba realmente? ¿O
solo era agradecimiento, por haberla tratado tan bien, por estar a su lado, en
el momento más difícil de su vida, sacarla a flote? No sabia que, pero algo le
estaba ocurriendo, la ausencia de Luis allí en la confitería, la molestaba, su
presencia, eso, la ternura física del hombre, empezaba a volverse sentimiento
en su interior, de pronto se decidió, como le dijera él, a dejarse llevar por
los sentimientos, Luis entraba y se acercaba a donde ella estaba.
--Todo arreglado ya embarque el auto, a las
seis sale el catamarán, tenemos casi una hora de espera, si no te parece mal,
voy a hacer algo desagradable , muy desagradable, pero necesario, para mantener
las aguas tranquilas, voy a hablar con Carlos , debo informarle como esta todo,
así lo dejamos calmado y no empieza a pensar pavadas.
--Te parece Luis, es necesario hablar con ese
hijo de puta.
--Si, todavía aquí, debemos cuidarnos de ese
hijo de puta, es mejor mantenerlo al tanto, de lo que supuestamente pasa,
mediante el celular, si pide hablar con vos, cosa que dudo pero puede ser,
ásete la moribunda, decile que recién hoy te sentís un poco mejor, pudiste
levantarte de la cama ¿De acuerdo?
--Si Luis adelante, llámalo si no hay más
remedio.
--Hola Carlos.
--Que tal Luis ¿Cómo van las cosas?
--Bueno precisamente te llamo para eso, para
que sepas como van las cosas por acá, esta mejor, recién hoy se levanto de la
cama, pese a que la herida del labio la jode un poco, pudo comer algo, el ojo
es lo mas jodido, por que el hinchazón es rebelde para bajar, pero esta tomando
los antiinflamatorios que le dijo el medico, todo camina bien, ¿Vos alguna novedad?
--No ninguna ¿cuando crees que pueda volver?
--Y mira ya pasaron tres días de la paliza,
cálculo una semana más, seguro ya podrá volver a su departamento y yo a seguir
siendo chofer ¿A proposito como anda Ignacio?
--Bien sin ningún problema, bueno por lo que
veo todo esta en orden, lo único te vuelvo a decir, vigílala por favor, no
quiero líos.
--En eso quédate absolutamente tranquilo, le
saque el celular y la controlo en lo que hace, yo tampoco quiero líos, mucho
menos con vos Carlos.
--Fenómeno viejo, deja pasar dos o tres días,
llámame de nuevo, así me voy enterando de cómo están las cosas.
--De acuerdo Carlos, nos hablamos chau.
--Chau Luis, ¡suerte!.
Luis colgó y la miro a Julia.
--Me dijiste que es un hijo de puta, sin
embargo me deseo suerte, justo lo que más preciso en este momento, esta
conversación con él fue importante, se quedo tranquilo y confiado, si tiene que
hablar conmigo, solo sabe mi celular, por lo tanto yo siempre estoy en la casa,
aunque la allá vendido, por otro lado, a tu celular y al mío, lo hacemos pelota, apenas cruzamos el charco ¿Estaré
empezando a tener suerte Julia?
--Puede ser Luis, puede ser, quizás llegues a
tener más suerte, de la que te imaginas.
--Seria hermoso imaginar la suerte, y que esta
nos recompense, convirtiéndose en realidad, pero bueno, tengo hambre, pidamos
dos cafés con leche con medialunas, antes de ir al catamarán, que ya nos espera
y quiere salir.
Merendaron a la orilla del río, por primera
vez contentos y tranquilos, el problema ellos lo sabían, no estaba aquí, sino
en la otra orilla, cuando frente a frente, deban mostrar sus sentimientos,
hablarse cara a cara, confesarse que querían el uno del otro, si en Julia había
nacido el amor, o solo en ella anidaba la gratitud. Si él seguiría camino a
Entre Ríos, o trataba de quedarse allí en Colonia, para estar cerca suyo y
pelearle su cariño, ¿Quién de ellos pensaba alguna de estas cosas? ¿Cuál estaba
seguro de sus sentimientos? ¿Quién dudaba, cada vez menos? El viaje tan corto,
las palabras solo las palabras, podrían alargarlo, todo esto junto, viaje y
palabras, iría a develar el destino de ellos dos, como pareja.
-Vamos Julia, ya no quiero más pisar este
suelo, que se vuelve peligroso para nosotros, la libertad tuya y mía, debe
estar lejos, de Carlos y su gente, nos tenemos que ir para no volver a caer en
sus manos, el catamarán es la única puerta, que nos queda, debemos cruzarla, es
mejor que vayamos a bordo.
--Estoy totalmente de acuerdo con vos, ya
pagamos nos podemos ir, sentarnos allá y esperar que se aleje del puerto, para
que llegue a otro puerto, donde si bien en mi caso, saben quien soy, nunca
imaginaran lo que he sido, eso me da la posibilidad de empezar, una nueva
manera de encarar mi vida.
--Así debe ser, vamos Julia ya es hora.
Caminaron por los pasillos y entre la gente,
rumbo al embarcadero, mostraron sus pasajes, subieron al catamarán y se ubicaron donde correspondía, esperaron el
momento de zarpar, este llego, cuando las puertas se cerraron, y el balanceo del
buque en movimiento, comenzó a hacerse notar en su interior.
--¡Partimos Luis! estoy contenta de tenerte a
mi lado en este momento, y se me ocurre pedirte una cosa, que sigas junto a mi,
en los sucesivos momentos de mi vida, se que en estos días, que estuvimos
juntos, quizás sin darte cuenta, me empezaste a querer, te enamoraste de mi
Luis, yo siento que en todos esos días, de otra manera quizás, yo también
empecé a necesitar de vos, de tu compañía, de tu cariño, una vez en Colonia, no
sigas a Entre Ríos, vamos a casa de mi familia, a ver que podemos hacer el uno
para el otro, no debemos separarnos porque los dos nos necesitamos.
--Estoy a tu lado Julia, vos eras consiente
que solo te iba a dejar, si me obligabas a ello, en la casa te empecé a querer
sin darme cuenta, te tome cariño y luego este se transformo en amor, pero que
importa el que o el como, lo que interesa ahora, que ayas podido romper esa
barrera que te bloqueaba, y me reconozcas como hombre, precises de mi amor, lo
mismo que yo del tuyo, vayamos a ver a tu familia, quedémonos en Colonia,
tratemos los dos de abrirnos camino, crear nuestro propio mundo, después de
todo, nada es imposible estando juntos.
--Dame un beso Luis.
--¿Y el labio partido?
--Ya se curo.
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