martes, 3 de julio de 2012

LA CLAVE SUIZA


Si uno debiera meterse en el misterio y atravesarlo en busca de hallar soluciones, seguro no hubiera hecho lo que hizo Mabel, quien sin saberlo se acerco al misterio y convivió con el, no importándole conocer ni descubrir nada, solo le interesaba vivir bien, darse los gustos y disfrutar el día a día, lo demás si a alguien le importaba a ella seguro que no. Tenia juventud y un lindo cuerpo, sabía estar con la gente y era una persona que en todos lados caía bien, por lo tanto, su éxito social estaba asegurado, conquistaba con facilidad a los hombres, siempre los fue seleccionando, para de esta forma estar cada vez mejor en la vida, en su vida, que era lo único importante para ella. Últimamente vivía con Pablo, un tipo diferente en todo a Mabel, introvertido, silencioso, de pocos amigos, imposible penetrar en su personalidad, solo dejaba mostrar lo que quería y a cuentagotas, se conocieron por amigos comunes y empezaron a salir, una vez que Mabel comprobó, que las finanzas de Pablo estaban de acuerdo a sus exigencias y sus deseos de una vida fácil y cómoda. Tal vez por ser opuestos se complementaban bien, cuando el necesitaba conseguir simpatías y atenciones sociales era ella la que actuaba, por el contrario, si fuera necesario manifestar rudeza, imponer el criterio propio, allí estaba Pablo haciéndolo a la perfección, parecían dos actores con roles específicos, que estaban juntos vaya uno a saber porque, ambos se necesitaban para tapar las falencias del otro, hacer ver de esa manera que eran socialmente correctos. Vivían en pleno centro, porque así a Pablo le resultaba mas cómodo moverse a sus distintos lugares de trabajo, aunque Mabel detestaba el centro, poco le importaba, dado que rara vez se quedaba mucho tiempo en su casa, le gustaba salir, ir a Shopping, cafés, galerías, cualquier lugar donde pueda distraerse y comprar, por otro lado, él salía de su casa a la mañana y regresaba por la noche, razón por la cual ella tenía, todo el tiempo libre y lo aprovechaba. Un día como tantos, se encontraba en Patio del Este, agotada de caminar entró a tomar un café en busca de descanso, una vez que se lo sirvieron y mientras revolvía el azúcar que le había puesto, recorrió el salón con la mirada, nada distinto a otros lugares, muy coqueto, mozas atractivas y pocos clientes, tal vez porque era pasado el mediodía, notó también que un hombre joven sentado casi frente a ella, la miraba con atención, sin importarle en lo más mínimo que ella lo supiera, desvió la mirada, no le interesaban levantes que comprometieran su relación con Pablo, pero debió admitir, que el joven era interesante, alto, delgado, parecía dar el tipo de una persona tranquila, volvió a observarlo de reojo, el la seguía mirando, decidió terminar con esa situación algo incomoda, llamó a la moza, pagó y se fue. Salio a Avenida Libertador en busca de su auto, serian, no se porque le intereso la hora en ese momento, la una de la tarde, llegó a su coche, lo abrió y una vez en marcha, decidió encaminarse a la Provincia, hacia Martínez, tenía allí una amiga, Rosa, quedaron en que hoy iría a visitarla, tomó por Avenida Libertador hacia General Paz, el día correspondía a una hermosa primavera, era un placer para los ojos, atravesar los jardines y las plazas, ver el sol entre el verde follaje, se desvió por Alcorta, quería ir por el bajo, a la altura del club Gimnasia un coche efectuó una mala maniobra, y la obligó a aminorar la marcha, quiso seguir pero debió frenar, de manera insólita el auto de la brusca maniobra, estaba atravesado en su camino, lo que era mas raro todavía, del coche descendió un hombre pistola en mano, quien resueltamente rompió el cristal de la ventanilla  del lado del conductor, abrió la puerta, la arrancó del asiento y segundos después estaba tirada en el piso, en el asiento trasero del otro coche, que arrancó velozmente, sentado en el asiento, y apretándola con sus pies, estaba el joven simpático y alto, que momentos antes la estuviera observando en el café, le habían colocado en la boca una cinta adhesiva y en los brazos cruzados a la espalda lo mismo, le tiraron una tela encima para cubrir su cuerpo, nadie cruzó una sola palabra, después de mucho andar, el auto dejó bruscamente el camino y continuó por otro, que supuestamente sería de tierra, dado que los tumbos y saltos de pozos se hacían muy frecuentes. Un rato más tarde el coche se detuvo. Alguien abrió un portón y terminaron dentro de un garaje, el hombre alto y delgado, le sacó los pies de encima, abrió la puerta, la levantó y ayudo a salir, se encontró en lo que aparentemente era el garaje de una casa, tal vez pensó de fin de semana, le hicieron una seña y la obligaron a caminar, atravesaron una cocina, un comedor, terminaron escaleras arriba en una habitación, que por lo visto sería uno de los dormitorios de la casa, el único que estaba con ella, el hombre alto y delgado, la miró un segundo y de golpe le arrancó la venda de la boca.

--¿Donde estoy? ¿Qué quieren de mí? ¿Por qué me trajeron a este lugar? ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué les hice yo?
--Muchas preguntas, como toda respuesta te voy a decir que es mi forma de conquistar a las mujeres, me gustaste y pumba, me dije esta es mía y me la llevo a casa, dicho y hecho, soy un tipo raro, pero actúo así, no te violo, no te voy a hacer nada, simplemente te traje, quería tenerte, como otros roban joyas, dinero, merca, hacen gitaneadas, yo no, mi arte es robar mujeres y tu arte por el momento será que te quedes piola, no quiero ningún lío, ningún grito, me va la vida si algo sale mal, por lo tanto Mabel,
--¿Cómo sabes mi nombre?
--No importa eso, se mucho más que tu nombre sobre vos, pero no viene al caso, pórtate bien y hace todo lo que te diga, solamente eso, y nadie te tocará un pelo, menos yo, te voy a traer comida, este dormitorio tiene un baño, báñate y ponete linda todas las veces que quieras, como vez allí tenes una tele, levanta la cortina y toma sol, la casa es un viejo casco de estancia, podes gritar todo lo que quieras, que no hay nadie en cien leguas a la redonda, nadie no, estoy yo, y soy una persona que me gustan el silencio y la obediencia, de vanidoso te digo, a algunas las pude seducir y nos amamos, pero a la mayoría debo decirte que no, este es un juego que vamos a jugar juntos vos y yo, veremos como sale, para tu tranquilidad te informo que todas volvieron sanas y salvas a sus casas y no hubo denuncia alguna. Mis amigos me toman por un tipo de buen corazón, y el hecho de llevar una pistola sobre el lado izquierdo de mi cintura, te lo confieso aunque no debería hacerlo, no cambia en nada lo que soy, a veces tengo miedo, eso si el temor, mi temor, me hace ser muy rápido con el arma, y como buen bueno, soy muy malo si me dan motivo, no intentes hacer nada, porque no quisiera ver tu hermoso cuerpo agujerado de un balazo, bueno date vuelta, voy a liberarte los brazos, algunas me dieron una bofetada otras me arañaron, espero que vos te comportes como una dama, a ver, apretá los dientes que tiro de la cinta, listo ya estas libre.

Mabel se dio vuelta y ambos se quedaron mirando frente a frente, en los ojos de ella había una pregunta, los de el se mostraban burlones, dominadores de la situación.

--No creo absolutamente nada del largo discurso que te mandaste, pienso que sos un vil secuestrador y que andas detrás del dinero de Pablo, pero el cuando se entere te lo hará pagar caro, vendrá por mi y te matará.
--Pablo ¿tu compañero no? Algunos tienen suerte y aunque no se lo merezcan, saben conseguir todo en la vida, posición social, dinero, mujeres, todo al borde del abismo de lo ilícito sin caer en él, no son como yo, tipo tonto si los hay, que para conseguir debo violentar, para hablar con vos tengo que prácticamente raptarte, pero así somos, cada cual es lo que es, volviendo a Pablo a quien conozco, debo aclararte algo, si acá en vez de vos frente a mí, estaría la madre de Pablo y mi cuarenta y cinco le apuntaría en la cabeza para destrozarla, el no vendría, el nunca viene, el siempre va, a el nada le interesa, desde este momento fuiste, te sacó de la compu, quizás haga bien pero solo piensa en el, te lo aseguro.
--No te creo, estas ensuciando a Pablo para agrandarte vos, tratas de hacerme creer que él me abandonará así te resulta más fácil controlarme, destrozas mis sentimientos hacia él, para convertirte en el macho bueno que todo lo perdona, ¡sos un hijo de puta! y lo único cierto que dijiste que sos un miedoso, por eso te mandaron a que te quedes conmigo, no servís para otra cosa, más que para violar y maltratar mujeres, ¡cobarde!
--Algunos dicen que nada hiere más que la lengua de una mujer cuando se lo propone, estoy sintiendo en carne propia lo que se dice, mira podes pensar lo que quieras, nada que diga te sonará cierto, estas en tu derecho, pero no te equivoques esto no es una cuestión de faldas, no es una cuestión de grabar en la culata de un revolver, con cuantas mujeres me acosté, esto es una cuestión de negocios, no míos ni tuyos, pero si de Pablo y de los que están por encima de nosotros, no quiero ser el pato de la boda, aunque suene extorsivo, tampoco me gustaría que lo fueras vos, así que quédate tranquila esperemos los acontecimientos y veamos que hace Pablo o lo que hacen con Pablo, ahí tenes la tele, si hacen o no hacen con Pablo, por ese cuadrado luminoso te vas a enterar, ahora te traigo de comer, te das un baño y a la cama, hoy sin darte cuenta anduviste muchos kilómetros, más de los que imaginas, contra el piso de un auto y teniendo encima mis pies, ¿mucho no? Te hará bien descansar, ahora vengo con la cena.
--Una pregunta ¿Cómo te llamas? Vos sabes mi nombre y yo no se el tuyo.
--No tengo nombre, no conviene en mi profesión tener nombres, soy un fantasma, si jefe, no jefe, lo que ustedes digan se hará.
--Pero idiota como vamos ha hablar si no se a quien dirigirme, que me importa tu nombre, decime el que se te ocurra.
--Caramba, hablaste con profunda lógica, cierto puedo mentir, total vos no sabes nada, déjame pensar, voy a bautizarme, me podes llamar Julio, ahí esta suena lindo, desde hoy y para vos soy Julio, espero que un día no le digas a la cana, si uno que se hacia pasar por Julio, sería deplorable para mí, cosa que no creo, comprobar que fuiste una traidora.
--Esta bien Julio, tráeme la cena que tengo hambre, la verdad ya estoy podrida de escucharte.
--De acuerdo enseguida vuelvo.

Julio salió, en la planta baja fue a la cocina, por lo que se podía ver, además de él, en la casa había cuatro hombres más y una mujer, esta aparentemente cocinaba.

--Ya tenes la cena lista Berta.
--Si Julio
--Día bravo hoy, la verdad no quiero hablar mucho.
--Como vos quieras Julio, ya tengo todo listo para ella y para ustedes.
--La nuestra servila en el comedor la de ella dámela que se la llevo, ¿hubo alguna novedad mientras estaba arriba?
--Nada, todo tranquilo.
--Bueno mejor así, ahora vuelvo para cenar.

Julio por la escalera llegó al primer piso frente al cuarto donde estaba Mabel, acciono la llave y antes de entrar golpeo, un silencio detrás de la puerta, fue todo lo que obtuvo como respuesta, abrió esta, la habitación estaba vacía, el murmullo del agua de la ducha llegaba hasta él, una leve nube de vapor se filtraba dentro del cuarto y las ropas interiores de mujer, desparramadas por la cama, daban la sensación de una pieza de hotel veraniego, donde una pareja vuelve de la playa y se prepara para comer. Se sintió algo incomodo, descubrió ante sus ojos una familiaridad que no le convenía, dejo la cena sobre una mesita y se retiró sin decir nada, volvió a la planta baja y fue derecho al comedor donde ya cuatro hombres sentados a la mesa devoraban la comida con pasión.

--Que tal muchachos como va todo.
--Bien jefe sin novedad.
--Fenómeno, vos Nacho y vos Loco esta noche patrullan los alrededores, mejor que todo este controlado no quiero sorpresas, vos Tano y vos Lucho, a dormir que mañana será otro día y veremos que ordenes nos dan, ahora los dejo, yo también necesito cama estoy muy cansado, chau muchachos.
--Chau jefe que descanse.

Mientras los otros se quedaban un rato más charlando en el comedor, Julio fue a su cuarto contiguo al que le fuera designado a Mabel, se tiró en la cama, vestido como estaba y de cara al cielorraso, trato de pensar en todo lo que estaba sucediendo, pero se quedo dormido, y recién pudo volver a pensar, cuando aproximadamente a eso de las siete de la mañana, fuertes golpes a su puerta lo despertaron

--¿Quien es? ¿Qué pasa?
--Soy yo jefe Nacho, llaman por el radio de jefatura, quieren hablar con usted, dicen que es urgente.
--Gracias che, enseguida voy.

Salto del lecho y se dirigió a la planta baja, en una esquina del comedor se encontraba un aparato de radio enviando sonidos atemorizantes, tomo el parlante y hablo

--Si jefe escucho.
--Mira Julio la situación esta espesa, Pablo no afloja y necesitamos si o si arreglar este asunto, la clave del Banco Suizo, donde el hijo de puta mandó toda la guita es fundamental, si lo hacemos boleta nada sabremos, debemos asustarlo.
--¿Cómo jefe?
--Mátale la mina y tirasela en la casa.

Julio no contesto, hubo un largo silencio, el sabia que sería una muerte inútil, ya que Pablo, bien lo conocía no iba a aflojar por eso, por otro lado, si no la mataba otro lo haría y el pasaría a ser hombre muerto, por primera vez  sintió miedo, no sabia que hacer.

--Y Julio, que pasa, te quedaste mudo ¡contesta!
--Nada jefe estaba pensando como.
--¿Cómo que?
--De que forma la mato.
--¡Pero estas pelotudo hoy! ¡De que forma carajo! Vas le pegas un tiro y listo, o queres que usemos dos tiros, uno para ella y otro para vos.
--No jefe no, sabe que siempre le cumplí a la perfección, y por otro lado amo mucho vivir.
--Macanudo, así me gusta, pero presta atención a una cosa, hoy sos mi hombre de confianza, si perdes mi estima fuiste, estés donde estés te mando matar, ¿entendido? ¿Qué pensas hacer?
--Lo siguiente jefe, espero la noche, cuando duerme la mato, levanto el cadáver y se lo tiro a Pablo frente a su edificio, ¿le parece bien o quiere algo distinto?
--No esta bien áselo así, después quédate un tiempo guardado en el casco ¿de acuerdo?
--Si jefe quédese tranquilo todo saldrá bien, como siempre tenga confianza en mí.
--La tengo Julio la tengo, hace mucho que nos conocemos ¿es linda la mina?
--Mas o menos jefe ¿Por qué?
--Por nada, te siento raro, no mezcles los sentimientos en esto, que te puede costar la vida.
--Lo se jefe, de nuevo quédese tranquilo, se donde estoy parado, se los intereses en juego, no tengo sentimientos, soy una máquina que trabaja para usted, y se hará lo que usted diga, chau jefe, nos hablamos, mañana por la mañana lo sabrá por la tele.
--Muy bien Julio, seguís con mi confianza espero que todo salga bien, chau
--Así será pierda cuidado.

Apago el radio y tiró el micrófono lejos de si, una sensación de impotencia y bronca lo consumía, por primera ves se dio plena cuenta que el preso, era quien gozaba de libertad, o sea él,  debía matar y estaba convencido que no podría hacerlo, no la mataría, pero otros los convertirían en cadáveres a ambos, ¿Qué hacer? Nada se le ocurría, porque en el fondo era imposible cambiar las circunstancias, que gente mas poderosa que el le habían impuesto, trató de calmarse, por lo pronto disimular frente a su gente ahí, que todo estaba tranquilo y normal, con el correr de las horas vería que hacer, decidió llevarle el desayuno a Mabel, fue a la cocina y se encontró con Berta

--¿Que tal Berta todo bien?
--Si Julio ¿buen día como estas?
--Por suerte descanse bien anoche, y estoy como nuevo, ¿tenes listo el desayuno para arriba? Así se lo llevo.
--Si Julio, espera que te lo acomodo en una bandeja es más cómodo para llevar.
--Gracias Berta sos una madre para nosotros,  no se que haríamos sin vos, cuidas nuestro estomago y limpias nuestra vivienda algo importante sin dudas.
--Además no hago preguntas y soy una tumba, te tengo fidelidad, ¿verdad Julio?
--Eso también es más que importante, impagable, siempre lo tengo en cuenta Berta, ¡siempre! Valoro la persona que me es fiel, más en este trabajo que nunca sabemos con quien estamos, pero no hablemos más, dame la bandeja que nuestra huésped debe tener hambre, y debemos hacerle lo más grata posible su estadía en este Hotel cinco estrellas.
--Gracias por tus palabras Julio, aquí está la bandeja, llévasela ya porque sino el desayuno se enfría.

Tomo la bandeja y fue al encuentro de Mabel, no sabia porque, pero de pronto pensó que el verle y hablar con ella calmaría su estado de animo, es más, quizás podría encontrar alguna solución, llegó frente a la habitación, puso la llave, golpeo y esta vez una vos de mujer joven, respondió a su llamado.

--Adelante, podes pasar, la verdad que esperaba tu llegada.

Entró, la cortina levantada hacia que la claridad del día, llenase toda la habitación, Mabel sentada en la cama, se le quedo mirando sin decirle nada, los platos de la cena, lavados, descansaban sobre la mesa, tuvo el presentimiento de que en ese orden y tras esa claridad su vida aventurera de mafioso, se rompía en mil pedazos, no sabia porque, tuvo la sensación que se encontraba mas cerca de una mujer, que nunca antes en su vida, y tuvo miedo, pues sabia manejar mejor su revolver que su corazón, retiró sus ojos de los de ella que lo miraban, de los acusadores resplandores que lo señalaban sin piedad, con desprecio, y dejo el desayuno sobre la mesa, y sin dirigirle la mirada le hablo.

--Espero que hallas pasado una buena noche, todo aquí es calma y se puede dormir tranquilo.
--¡Porque te fuiste anoche sin hablarme? ¿Tenías miedo de tener una mujer en bolas tan cerca de vos? ¿Te debes a tus jefes y pensas que puedan reprocharte, si te salís del libreto establecido? Mi asqueroso Julio.
--Te debo decir la verdad tuve miedo, pero no de un cuerpo de mujer desnudo, sino de un cuerpo al que esta noche debo matar, y me horroriza el desnudo de mi victima, será algo genético lo mismo que eso de ser asqueroso.
--¿Qué me estas diciendo Julio? ¿Sos capaz de matarme? ¡Que te hice yo! ¿Quién eres para hacerlo? ¡Quiero vivir hijo de puta!
--¡Cálmate! Todavía faltan veinticuatro horas para que mueras, vos no hiciste nada, pero nos cruzamos por azar en un negocio muy fulero, y los que manejan todo decretaron que vos debes morir, y soy yo, quien te debe matar, ¡malditas cosas del destino si las hay! Me preguntas quien soy yo para matarte, nadie, no tengo ningún derecho, pero ocurre un pequeño detalle, si no te mato, me matan y te matan, por lo tanto en este bingo, vos de cualquier forma sos fiambre, yo en cambio si te mato, gozo de prestigio ante el jefe, soy el mas duro de los duros, y eso significa mejor paga, ¿Entendes ahora porque debo matarte? no tengo otra salida, igual que vos estoy acorralado, somos juguetes en las manos de gente muy poderosa.
--¿Serias capas de matarme? no lo creo, cuando te vi en el bar del Shopping pensé, este es un buen tipo, esos tipos que de seguro no joden a nadie.
--Mira, cuando yo te miraba en el bar empezaba a entender, que me estaba metiendo en un negocio que no me convenía, un presentimiento me decía que esto para mi, terminaba mal, ¡y tuve razón carajo! Ahora estamos en este despelote de matarte ¿Para complacerte, deseas un tiro en la cabeza o en el corazón?
--Deseo que no te burles de mi ¿es cierto todo lo que me contas? Te dieron la orden de matarme? ¿Por qué?
--No me burlo, con vos no haría eso, todo lo que dije es cierto, y el motivo es el hijo de mil putas de Pablo, se afanó una guita y la mando a Suiza, no quiere aflojar el numero de cuenta, se resiste a todo lo que se le propone, entonces decidieron comenzar a asustarlo para que arrugue, tu cadáver frente al edificio donde suponen que esta o frecuenta, va a ser el primer aviso de que la cosa es en serio, evidentemente en ves de mandarle una carta documento, te envían a vos con un tiro en la cabeza, yo cumplo dos papeles, el de verdugo y el de cartero, ambos necesarios en toda sociedad, pero la verdad no tengo ganas de actuar en función de esos personajes.
--¿Qué estas diciendo? Como que no tenes ganas, tu obligación acabas de explicarme, es ejecutarme esta noche, te va la vida en ello Julio.
--No se que me pasa, casi nunca dudo, menos si de matar se trata, pero hoy no quiero practicar tiro al blanco con tu cuerpo, tampoco soy un héroe, tengo miedo, porque si no lo hago como te dije soy boleta, quiero hablar con vos Mabel a ver si le encuentro solución a este quilombo. Te digo cual es mi plan –aunque no estoy seguro de llevarlo a cabo- vengo a tu cuarto a las once de la noche por supuesto decidido a matarte, traigo conmigo sangre animal, saco la cuarenta y cinco, te hago a un costado y disparo dos tres balazos sobre la almohada, para que la atraviesen y sean testigos de mi crimen, luego ensucio con la sangre que traigo parte de la cama, donde se presume vos dormías, ya te mate, pero no, estas viva y al lado mío, te tiro un poco de sangre en el vestido, te cargo al hombro y nos dirigimos hacia el coche que ya esta en marcha, te tiro adentro y vamos no se donde, pero vamos, salimos de acá. Eso es lo que pienso hacer, ¿podré hacerlo? A la mañana siguiente, ningún televisor dirá de ningún cadáver en el frente de un edificio, en veinticuatro horas La Organización estará tras nuestros pasos, y lo que hagan con nosotros, seguro no será simulacro, en definitiva te doy un poco mas de vida y me entrego a la muerte.
--Julio, ¿Por qué vas ha hacer todo lo que contas? En beneficio de que, cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía, estoy empezando a dudar de todo lo que me decís, es más creo que tu único miserable fin es querer cogerme, estas armando toda esta novela, para que yo dulce y mansa, me entregue al macho salvador que sos vos, no te creo un carajo, es más no te veo capaz de matar a nadie, ni a una mosca !estúpido! búscate otro argumento.
--No hay otro argumento, vos vas a decidir que queres que haga, por otro lado, no me interesa coger con vos, no sos de las hembras que me calientan, a mi me pueden las putas de los quilombos, esas que te hacen lo que te gusta sin preguntar nada, vos no, vos no me calentas, no sos una puta, para nosotros sos una nena cool, no va conmigo, tu tipo de mujer no me calienta. Tenes tiempo para pensar lo que voy a decirte, el único que nos puede salvar es Pablo, ¡tu hijo de puta! Si pudiéramos conseguir la clave podríamos negociar nuestra liberación.
¡Porque no me matas y listo! Es más fácil para vos.
--Por eso estoy aquí frente tuyo carajo, explicándote que no se que hacer, aunque si se lo que debería hacer, pero no quiero matarte, es una joda para mi, pero no quiero.
--¿Por qué?
--No se, tal vez porque no sos una puta de quilombo, que se yo, para el almuerzo vengo, pensa algo, chau

Sin  mirarla cerró la puerta con llave y fue al comedor para desayunar el también, los muchachos ya lo habían hecho, solo estaba Berta sentada a la mesa, ocupo su lugar y ella le sirvió el café con leche y le acercó un plato con pan y la manteca, más el dulce que le gustaba, se quedaron en silencio ambos, manejando sus pensamientos por largo rato, de improviso Berta rompió el silencio.

--¿Que te pasa Julio? ¿Dieron orden de matarla? Te veo preocupado y maquinando algo que no tenes deseos de hacer ¿Me equivoco?

Julio miró unos instantes a la mujer de unos cincuenta, cincuenta y cinco años que tenia frente suyo, se conocían de mucho tiempo, entraron casi juntos a La Organización y siempre se llevaron bien, sería el momento de confiar en ella o callarse la boca, debía esperar que ella no contaría a nadie, lo que el estaba planeando hacer, le pregunto a boca de jarro.

--¿Estamos solos? ¿Dónde están los demás?
Dos en la casa de huéspedes durmiendo, y los otros dos los veo de la ventana, recorriendo el lugar para evitar sorpresas.
--Muy bien, tal como se los pedí, en cuanto a la pregunta que vos me haces ¿Cómo debo tomarla? De parte de quien viene.
--De parte de una persona que ha vivido muchos momentos con vos, fáciles y difíciles, quien te ha tomado cariño, hoy por hoy te considera como un hijo, por eso me doy cuenta de tus estados de animo y trato de ayudarte, ahora bien vos sos libre de hacer lo que quieras, queres contestarme, contéstame, no estas dispuesto o no te conviene hacerlo, igual de amigos como siempre, seguimos con el desayuno y hablamos de bueyes perdidos.
--Esta bien Berta así tengo más claro todo, tenes razón me dieron orden de matarla y eso me preocupa ¿no?
--Por supuesto Julio. No es matar una mosca, entiendo tu preocupación.
--Es más, debo hacerlo esta noche, y para ello no me preguntes porque, necesito sangre animal, te será fácil conseguirla.
--Yo no pregunto, cumplo tus órdenes Julio, trato de ayudarte sin contar a nadie tus extravagancias, ¿sangre animal? Es un elemento extraño no, si ya vas a tener sangre de sobra cuando la mates.
--Tal cual vos lo decís, pero debo hacerte una confesión que nunca hice, me da miedo matar, pero si previamente veo sangre al igual que Drácula me transformo, la faena me sale perfecta, conseguímela por favor Berta en un frasquito.
--No te preocupes, hoy a la noche cenaremos cerdo y vos tendrás lo que me pides, mataré uno.
--Gracias Berta, por supuesto ni una palabra a nadie, esto aunque te parezca mentira, puede ir contra mi reputación.
--Quédate tranquilo Julio, soy y seré una tumba, sobre todo si es algo que te concierne a vos.
--Gracias Berta, siempre confié en tu discreción cuando te pido un favor.

Sin pensarlo se le había solucionado un problema, ya tenia la sangre necesaria para el crimen que no iría a cometer, ahora necesitaba caminar un poco y despejar su cabeza, buscando algún plan que lo saque de esa locura, sonó el handy, era el jefe.

--Hola Julio
--Si jefe ¿alguna novedad?
--Lo de esta noche se mantiene tal cual, lo diferente es que el hijo de puta cambió de domicilio, ahora lo tenes viviendo en una casa del barrio de Belgrano, Pampa treinta mil trece, frente al lago, allí debes dejar el fardo ¿de acuerdo?
--Entendido, ya estoy tomando nota, conozco la zona, va a ser más fácil que en el centro, ¿algo más jefe?
--Que estes tranquilo y hagas todo bien.
--Olvídese estoy tomando todas las precauciones para que así sea, y esto del cambio de zona nos viene mejor, se lo aseguro chau.

Apagó el handy y siguió dando vueltas por el parque, no quería encontrarse con ninguno de los muchachos y por suerte para él, los dos como lo podía ver desde su lugar estaban casi sobre la ruta, dio vuelta a la casa e involuntariamente levantó la mirada, los ojos de Mabel desde la ventana abierta y a través de la reja de seguridad, lo estaban observando detenidamente, se sintió como un tonto, no sabia que hacer, si saludar, si bajar la cabeza y seguir caminando como tal cosa, irónicamente pensó, lastima que no sea una puta de cabaret, pero al instante se arrepintió de ello, no obstante siguió caminando y trato de ignorarla, sería mejor verla luego en la hora del almuerzo. Cuando miró el reloj se sorprendió, el tiempo había volado, y lo lamentable que ninguna solución, ningún plan le venia en mente, es que si habría una solución ya tendría resuelto el problema, decidió no pensar más e ir a la casa, ya estarían los muchachos por almorzar y no era conveniente que lo hagan sin él, entró en el comedor, estaban todos, se ubico como uno más entre ellos, hablaron de cualquier cosa hasta que llegó Berta con la comida.

--¿Julio te sirvo o antes vas a llevar el almuerzo arriba?
--No arriba que espere, primero servime a mi, lo de ella pónelo en una vianda para que no se enfríe, después se lo llevo, a comer muchachos, que esto huele muy bien y no podemos despreciar a Berta que es una gran cocinera.

Cuando los hombres comen, casi siempre comen y beben bien, así que Berta tuvo que llenar los platos abundantemente, luego del café reparador, Julio ordenó el cambio de guardia, y los que hoy serían nocturnos el Tano y Lucho se deberían ir a dormir, cada cual se dirigió al lugar donde debía estar, Julio se quedó solo, terminó lentamente su café, fue hacia la cocina, retiró la vianda  y comenzó a caminar hacia el lugar que hacia rato quería ir y se resistía a hacerlo, la llave ingreso fácil y segura, la cerradura se corrió y un segundo después estaba frente a Mabel, quien lo recibió extrañamente tranquila y hasta a el le pareció, de manera cordial.

--¿Qué tal Mabel como vas? Acá te traigo un exquisito almuerzo preparado por Berta, cómelo que hoy a la noche necesitamos estar fuertes, tal vez para morir mejor.
--¿Es cierto todo lo que contaste Julio? ¿Por qué harías vos por mí, lo que yo seguro no haría por vos? Somos jóvenes Julio, no quiero morir, yo quiero gozar de la vida un poco más, tampoco deseo que te pase nada, estas en mi misma situación.
--Mantengamos la cabeza fría, tu error fue meterte con el hombre equivocado, sos la pareja de un cagador,  yo doy fe de ello porque lo conozco más que la madre, siendo la pareja de un cagador debes asumir las cagadas que el se mande y en este caso fueron muy grosas, tanto que el precio a pagar es la vida misma, por otro lado yo me metí en un laburo peligroso, pero me dije,  yo soy piola a mi no me van a hacer nada, soy canchero los paso a todos por encima, y hoy cuando quiero hacer la mía, entonces me doy cuenta que no hay la mía, solo está la de ellos, te vuelvo a explicar no soy un héroe, más que todo soy un miedoso, con una cuarenta y cinco, pero no se porque carajo, hoy estoy decidido a hacer lo que quiero yo y no lo que quieren ellos.
--Julio. ¿Cómo vamos a hacer para safar? No podemos ir a ningún lado si ellos nos persiguen , estamos condenados.
--Cierto, pero liquidados por liquidados vamos a jugar una última carta, es necesario encontrarlo y hablar con Pablo, él es la clave de todo, lo más probable es que no consigamos nada, y sea él quien nos mate, pero hay que ver, si tenemos la suerte de saber algo de la clave suiza allí estará nuestra salvación.
--¿Por qué va a matarnos?
--La condición de él, para hablar con nosotros será que entremos desarmados.
--No entiendo yo soy su compañera, su amor, como va a matarme si no hice nada.
--Muy simple, supone que hoy en día ya sabes de sus asuntos y podes ser un peligro para él, por otro lado si nos mata es un mensaje más para los de arriba, está decidido a todo. Pero dejemos esto, es inútil hablar del futuro, pensemos en el ahora, no te voy a ver en la merienda, solo voy a volver para la cena, entonces hablaremos un poco más, pero desde ya pensa a ver si encontras otra manera de hacer las cosas, yo lo veo así, de los capos no podemos escapar ellos quieren la guita, el que la tiene es Pablo, si conseguimos hablar con él, tal vez terminemos como quieren ellos, o quizás de casualidad encontremos una solución. Solo eso vamos a hacer. ponernos en manos del destino.
--Julio.
--¿Qué?
--Empiezo a ser una puta de quilombo para vos.
--Te mentí, a las putas de quilombo no las conozco, cuando pude salí con alguna que otra mujer, eso es todo, chau a la noche nos vemos y terminamos de arreglar este asunto.

Volvió al comedor estaba vacío, trató de encontrar a Berta y la hallo en la cocina preparando el cerdo para la cena.

---Que tal Berta, ¿conseguiste lo que te pedí?
--Si Julio toma aquí tenes la sangre del animal ¿algo más?
--Solo una cosa quiero saber  ¿los muchachos por donde andan?
--Donde vos le dijiste que esten, dos duermen y los otros dos andan por los alrededores cuidando.
--Perfecto después nos vemos.
--Espera Julio te quería avisar, esta noche salgo, una ves terminada la cena me voy con el coche a ver a mi hijo, vuelvo mañana para el desayuno, ¿puede ser?
--No hay problema, nada mas que cuídate, ah, quiero decirte algo, sabes del asunto que tengo entre manos, de verdad no se como va a salir, presiento algo raro en el ambiente, por los alrededores del jefe, de cualquier manera si no me volves a ver, porque tuve que borrarme por un tiempo, quiero decirte que siempre pensé en vos, como una buena mujer, alguien con quien uno podía contar, en este ambiente, esto te lo agradezco sinceramente.
--Julio por favor muchas gracias por todo lo que me decís, yo también pienso lo mismo por vos, pero no seas tan dramático, es un simple trabajo igual que tantos, estoy segura que todo saldrá bien
--¿Te parece?
--Si mi intuición de mujer veterana me lo dice.
--Ojala tu intuición veterana no se equivoque, de cualquier forma lo que te dije lo llevaba dentro y quería largarlo, ahora voy a preparar algunos detalles, otra cosa, la merienda a la de arriba servisela vos, yo no quiero verla hasta la cena. Chau.

Se encaminó directamente a su dormitorio, una vez en el buscó en el placard una sabana, fue al baño y la mancho con un poco de sangre, acto seguido la colgó para que se seque, de vuelta saco de la mesita de luz una bolsa de plástico negra con una pesada piedra en su interior, salió y bajo al parque, camino un rato distraídamente fijándose atentamente si alguien se encontraba por las inmediaciones, nadie, fue hacia su auto de vidrios polarizados y dejó junto a la palanca de cambios, la bolsa de plástico cerró y volvió a caminar como si nada, a través del campo, alrededor de la casa, como quien se fija si esta todo tranquilo y si se cumplen sus órdenes. Al final decidió ir a dormir un poco, desistió de pensar hacia largo tiempo, se dio cuenta que lo mejor era estar bien descansado para lo que fuera a suceder esa noche. Lo despertaron golpes en la puerta.

--¿Qué pasa?
--Nada Julio, soy yo Berta, te llamo porque voy a servir la cena.
--Gracias Berta ya bajo.

El tiempo había volado realmente, y él sin darse cuenta, mejor así, estaba por comenzar lo que nunca hubiera querido pero las circunstancias no las podía manejar, se pegó una ducha rápida, se vistió apresuradamente, sentado en la cama revisó su cuarenta y cinco, todo en orden, el cargador completo estaba listo para ser descargado, imagino tener en la pistola un amigo, un ser que lo protegía, pero inexorablemente lo empujaba a la tumba, se rió de esta última idea, guardo su arma en el costado y fue a la cocina, allí se encontró con Berta.

--¿Serviste la cena?
--Estoy en eso.
--¿Alguien preguntó por mí?
--No nadie, los chicos de la guardia de esta noche recién se levantan.
--Voy al comedor servime a mi también y prepara una vianda para arriba ¿Cómo estaba cuando le llevaste la merienda?
--La ví tranquila pero no dijo nada, merendó y listo.
--Voy al comedor, espero que no tengas problemas en el viaje de esta noche, suerte.
--Lo mismo para vos Julio, ya llevo la cena.

 Se acerco a la mesa donde ya sentados sus cuatro compañeros charlaban alegremente.

--¡Hola muchachos! Que tal ¿Cómo van las cosas?
--Bien jefe, hasta el momento todo tranquilo, incluso nadie llamó por el radio, parece que nos tienen olvidados.
Mejor así, quiero decirles algo para que estén al tanto, si hoy a la noche escuchan fuegos artificiales quédense tranquilos que soy yo que estoy festejando fin de año, ¿entendido?
--Seguro jefe, los dos que duermen ni los escucharan, quienes estamos haciendo guardia sabiendo de que se trata ni nos daremos por enterados.
--Muy bien eso es lo que quiero, nadie vio nada, ni sabe nada, ni pregunta nada, ahora a cenar, que ya veo a Berta viniendo con una hermosa bandeja llena de elementos comestibles.

La cena transcurrió por conversaciones de hombres que viven despreocupados, saben que otros actúan por ellos, y que solo deben hacer lo que se les manda y recibirán por ello buena paga todos los meses, mientras no se equivoquen o se pasen de piolas, al terminar la cena, sonó el radio, Julio fue a ver de que se trataba.

--Hola
--¿Julio?
--Si jefe el mismo, todo bien por acá, la paloma sigue en la jaula esperando volar.
--Precisamente por eso te llamo, espero que a esa paloma la bajes de un tiro esta misma noche y la entregues en su palomar.
--Tal cual usted manda, así lo haré, como le dije antes, la paloma mañana será noticia en la tele y usted habrá dado un paso más hacia su objetivo final.
--Eso es lo que quiero, y para conseguirlo, hoy no debes fallar.
--Tranquilo jefe, tengo al nene cargado y llorara su llanto sobre la paloma, a la hora justa y en el lugar indicado la tirare.
--Muy bien Julio, espero que sepas para curarte en salud, lo que debes hacer, chau suerte.
--Chau jefe, la tendré.

Colgó, miro a sus hombres charlaban entre ellos, todo normal, llegó a la cocina justo en el momento que Berta terminaba de preparar la vianda.

--Dámela que se la llevo.
--Toma Julio, aprovecho para saludarte, ya que lavo los platos, acomodo, y me voy, no quiero buscarte por allí para saludarte estarás ocupado
--Un beso, nos vemos Berta, nuevamente tene cuidado no me gusta que andes sola y de noche por la ruta.
--Conozco el camino, todo saldrá bien chau.

Mabel apenas entró lo encaró de forma violenta estaba nerviosa y se le notaba, la proximidad de un desenlace no sabia cual, la tenía a mal traer.

--Julio, estoy harta de todo, de este encierro de vos, de lo que me vaya a pasar, de no ser culpable de nada y de estar metida en este lío, ¡te odio! ¡Te aborrezco! Vos me secuestraste, vos sos el único culpable de que este hoy aquí sufriendo, no sabiendo lo que va a pasar con mi vida, si no me vas a matar, tal vez porque me quieras un poco, no se, por ese leve cariño que me estas teniendo, ¡dame la libertad! déjame salir de acá, no le diré nada a nadie, ¡te lo juro!
--Cálmate Mabel, ¡por favor! Cálmate, me estas pidiendo cosas imposibles, que yo no puedo hacer, por eso trato de no amarte, y te engañas, si piensas que no hago lo que tengo que hacer, por cierto cariño hacia vos, , no, es más simple, no quiero hacerlo, me niego a ser yo quien termine con tu vida, pero al mismo tiempo se que no puedo impedir que todo termine mal para nosotros, por lo tanto, esta noche debemos irnos juntos los dos de aquí, ver lo que nos pasa fuera, nada más que eso, así de fácil, tenemos una única tirada de dados y vamos a ver si seguimos jugando, ahora come, más a la noche vuelvo, y nos iremos juntos, no se adonde pero entiendo porque, chau cariño come tranquila, que te hará falta mantener la calma, nos vemos.

Cerró la puerta y volvió afuera al fresco de la noche, no quería estar encerrado en la casa esperando, sentía como si le faltara el aire, el cielo, todo claridad lleno de estrellas, dejaba caer su luz sobre las sombras, más lejos veía los puntitos brillantes cual insectos, de los cigarrillos de quienes hacían vigilancia, el auto de Berta no estaba, ya se había ido, pronto también el suyo se pondría en marcha, hacia un sitio del camino, hacia una encrucijada que hasta ahora no sabia resolver, confiaba porque no, que a medida que los hechos se vayan sucediendo, por si solos, los mismos acontecimientos le indicarían que hacer, como solucionar para bien lo que se le venia encima, pero se daba cuenta que solo el, con su actitud, había enquilombado todo, ¿si la mataba? algo tan sencillo, en vez de tirar sobre la almohada, apuntaba a su cabeza y listo, Julio, él, seguiría viviendo como un duque, los jefes lo protegerían y su vida seria común y normal, igual que lo había sido hasta hoy, ¡maldita sea! No entendía cual era la causa por lo que no lo hacia. ¿Estaría enamorado? ¿Tenia lastima de ella? ¿Estaba cansado de la forma de llevar su vida y no quería saber mas nada con su presente? ¿Cómo darse cuenta? ¿Cómo comprender lo que no se entiende? Está bien, a que joder tanto, lo quiero así y me lo banco, no esta muerto quien pelea, ¿pero porque carajo peleo yo? No se. Miró el reloj sin darse cuenta ya eran casi las doce, fue a su cuarto , recogió la sabana manchada con sangre, el frasco que le diera Berta, y los metió dentro de una bolsa, a continuación se dirigió al cuarto contiguo, entró, Mabel dormía vestida en la cama, no noto que el entraba en el cuarto, su cabeza de pelo negro resaltaba sobre la blanca almohada, de pronto sacó su pistola y la acerco a la cabeza de ella, la muerte y la vida se confundieron por un segundo, por un segundo, en ese pensamiento de supervivencia, el dedo del gatillo vacilo, se quedo quieto, mudo, traspiraba, de pronto sus músculos se aflojaron y retiro el arma.

¡Mabel despertate!
--¿Qué pasa? Julio ¿Qué pasa?
--Nada, por favor salí de la cama y tápate los oídos.

Salto pronto del lecho y con los oídos tapados huyo al baño, él acerco la pistola a la almohada y con mucha rabia disparo dos, tres tiros sobre la misma, esto lo relajo, se sintió tranquilo, se dio cuenta que por fin había elegido lo que quería hacer, a partir de ahora no habría retorno, sacó el frasco y derramó sangre sobre la almohada y la cama, puso en el suelo la sabana y fue hacia el baño.

--Que pasa Mabel, ya estas muerta, y yo libre de matarte, es el momento de irnos, no supo porque, de pronto se abrazaron por mucho rato e intensamente, no quería perder mas tiempo y se desprendió de sus brazos.
--Veni conmigo al dormitorio, ponete los zapatos, tengo en el suelo una sabana con manchas de sangre seca, no te vas a ensuciar, acostate encima de ella y apoya tu cabeza en la sangre, envuelvo tu cuerpo y te cargo al hombro, así te llevo al auto dejándote en el piso, entre el asiento delantero y el trasero, no te muevas mientras te llevo, se un peso muerto, si alguien nos ve salir imaginará que llevo un cadáver, no estoy seguro del jefe, no se si alguno de los que está acá, será quien avise que te mate, por lo tanto todo debe ser real, vamos acostate como te dije, que te llevo en el hombro.

Antes de acostarse Mabel miró a su alrededor, lo que vio le dio horror, un olor a pólvora impregnaba el ambiente y dos, tres orificios negros en la almohada eran el reflejo de lo que le podría haber pasado, y por suerte o por Julio no fue, una gran mancha de sangre se extendía por casi todo el lecho ¿y si hubiera sido su sangre?

--Que te pasa Mabel, estas petrificada, hace rápido lo que te pedí, no podemos perder más tiempo.
--Disculpa Julio, me da miedo esta habitación, de que manera esta, lo que me pudo haber sucedido aquí dentro, si Julio tenes razón quiero irme lo mas rápido de aquí, ya.

Hizo tal cual Julio le indicara, de pronto se sintió levantada de golpe y quedó sobre el hombro de él, Julio con dificultad abrió la puerta, no le importó para nada como estaba el cuarto, cuanto mayor desorden mejor, tomo la precaución de llevar la bolsa con el frasco, nada fuera de lo normal debía quedar allí dentro, vacilante bajo las escaleras, abrió la puerta principal y fue hacia su auto, aparentemente nadie se encontraba por los alrededores, si lo estaban espiando a mayor distancia mejor así, sería más difícil para quien estaría mirando darse perfecta cuenta de lo que pasaba, llegó frente al auto, ubico el cuerpo de Mabel en la parte de atrás sobre el piso, cerró la puerta, frente al volante encendió los focos e ilumino el camino, puso primera y arranco, al rato estaba deslizándose sobre la ruta al encuentro de Pablo, si de alguna manera lo podría encontrar, ensimismado en sus pensamientos, se había olvidado completamente de Mabel, pero la vos de esta lo volvió a la realidad.

--Que hago ahora Julio, esta posición me resulta terriblemente incomoda estoy acostumbrada a viajar sentada.
--Perdón Mabel, por favor, perdón, me enrede tanto con mis cosas, con lo que nos espera, que me olvide de vos. Sácate la sabana y pásamela, sentate cuando este seguro de un lugar en la ruta paro y te pasas adelante conmigo, quiero tenerte cerca, saber con tu proximidad que en esto estamos juntos.
--Bueno Julio ya me saque la sabana, toma, vos sabrás que hacer con ella.
--Más adelante cruzamos un puente muy solitario a estas horas, ese va a ser el lugar indicado para que vengas a mi lado, tengo aquí una bolsa con una piedra pesada en su interior voy a colocar en ella la sabana que me diste, junto con el frasco de sangre va a ir al fondo del río no me gusta quedarme más tiempo con estas cosas.
--Sos inteligente Julio.
--No me cargues, mas que eso precavido, se con los bueyes que aro y no quiero dejar ningún cabo suelto, a propósito y ya que nos hemos convertido en compinches, te digo
que a partir de este momento debemos tirar para el mismo lado.
--Julio, estoy dispuesta a seguirte hasta el final tene confianza en mi.
--Fíjate estamos cerca del puente que te hable, por lo que veo el lugar esta mas que solitario, cuando freno vos venite adelante,  ¿de acuerdo?
--Entendido Julio, apenas frenas me paso.

Una vez en medio del puente, Julio frenó abrió la ventanilla y arrojo la bolsa al agua, en ese momento noto que Mabel estaba a su lado, se miraron.

--Que diferencia con el viaje de ida no Mabel, antes te llevaba apretada con mis piés contra el suelo, y ahora estas a mi lado y te miro a los ojos, todo lo que quiero, como en el Shopping ¿Qué cambió entre nosotros? ¿Por qué cuando te tengo cerca incluso acepto morir por protegerte? ¿Me podes explicar lo que me pasa, no lo entiendo?
--No se Julio, por un lado me decís que solo te interesan las putas de quilombo ya que solo ellas te hacen gozar, -yo no pertenezco a ese mundo- a continuación borras todo eso diciendo que fue una mentira, después manifiestas que no sientes cariño y menos amor por mi, se me ocurre pensar que me tomaste como una hija, deberás tener un gran amor paternal por mi, debido a eso me proteges.
--¿Soy un padre entonces?
--Si así lo siento, sos un padre y encima súper protector.
--¿Oíste hablar del complejo de Edipo?
--No creo que lo tengas es mas, siento deseos en ves de llamarte Julio decirte papá, tal cosa papá, tal otra papá, Julio no se que carajo te pasa ni porque mierda estamos juntos, pero algo raro me cruza la mente quiero estar a tu lado, te necesito, aún en el simple hecho de tenerte cerca, quizás como te digo, seas ese padre que nunca pueda tener.
--Que mal me veo hija mía, no estoy preparado para nada de lo que dices de mi, pero yo también estoy feliz a tu lado y no me separaría de vos, ahora en este auto y en este viaje hacia el mañana, me doy cuenta que no te mate, porque te necesitaba, nunca te haría daño Mabel, estaba solo y un día te obligue a que te cruces en mi camino, y desde ese momento, desde el momento de la mesa del Shopping, supe que no podría alejarme de vos, por lo que a mi vale no es tu vida por la mía, es la vida por dos, esa operación matemática que suma cariño y dolores, amores y esperanzas, pero que crea una unidad indisoluble, tan unida, que no se si lo sabes, pero yo si lo se, juntos vamos mas fácil a salvarnos que a morir, en el fondo creo poder safar ¿sabes porque? Porque te conocí cuando más te necesitaba, encontré en vos la mitad que me faltaba.
--¡Julio!  Cambiaste el discurso completamente que me estas diciendo, hace cuarenta y ocho horas yo era la pareja de Pablo, convivía con el, estaba feliz –no quiero lastimarte- vos me arrancaste de todo eso, ¿Qué te hace pensar que puedo estar enamorada de vos? ¿Qué pude haber cambiado tanto en cuarenta y ocho horas?
--Por ahí tenes razón y no cambiaste nada, por ahí te digo boludeses y si estamos frente a Pablo de pronto tengo dos enemigos en contra  mío, todo puede ser, no manifiesto nada de lo que siento, soy introvertido, pero la puta que los parió, cuando se me ocurrió decirte porque pasa lo que pasa entre nosotros, vos me salís con Pablo, tu vida en pareja, tu comodidad, hagamos una cosa cuando estemos en la calle Pampa frente a la casa de Pablo, en ves de arrojarte muerta, te arrojo viva y me las tomo, vos arréglate con el que yo tratare de escaparme al exterior y listo, mira hablando de pronto encontramos la manera más fácil, de tan fácil parece tonta de resolver el problema, eso es lo que vamos a hacer para bien de los dos, será lo mejor, vos arréglate con tu Pablo, decile que julio te ayudo a escapar porque el también se las toma, que este completamente tranquilo en todo, ya que no te cogí en el encierro y que lo quieres y que estas contenta de volver a el, ya esta de dejo y agarro Libertador, General Paz, Ezeiza y a otro país, no creo que el jefe se preocupe por matarme, no sabrá ni donde estoy, ¡gracias Mabel! Encontramos la solución a todo este quilombo, sabia que entre ambos esto seria posible. Son las dos, dentro de dos horas más estaremos en lo de Pablo, aquí cerca hay una estación de servicio, bajamos y hablas con el, le informas que vas para halla, que yo te llevo y voy a dejarte en tu casa, hockey.
--Como mas te guste.

Dejaron de hablarse y se dedicaron a pensar cada cual su situación, estaban enojados, una sensación de incertidumbre marcaba el tiempo que faltaba, en llegar a la estación de servicio, un rato mas tarde la vieron recortada al borde de la ruta, sus luces alumbraban un pequeño sector de la desolada planicie, dando la sensación que ese lugar era el único donde podría existir vida humana, Julio paro el auto, alejado de las luces, en un lugar que apenas se veía, bajó y se dirigió al bar de la estación, por suerte todo estaba tranquilo, apenas uno o dos camioneros que dormían en sus mesas, una empleada que atendía el mostrador, nada fuera de lo normal, podía entonces tomar un café y arreglar sus asuntos, volvió al coche.

--Mabel
--Si Julio que debo hacer.
--Mira recorrí un poco y ví todo bien, no creo que nadie nos este siguiendo, por lo tanto nos encontramos solos acá, somos una pareja común que viaja, veni conmigo pedimos un café y hablas con Pablo.
--Ya estoy bajando Julio, ¿te parece que debo hablar con Pablo?
--Si, por un lado vos dijiste que lo seguís queriendo, sos su compañera, debes hablarle quizás te necesita, por otro lado es necesario tomar contacto con el, saber lo que piensa, si quiere que vuelvas a su lado, te dejo en la casa y nunca nos vimos, si por el contrario no quiere verte, yo de cualquier manera  quiero estar frente a el, es la última oportunidad que tengo para resolver este asunto, no se que va a suceder en ese encuentro, pero algo me dice que debo tratar de que se haga.
--¿En que mesa nos sentamos?
--Fíjate aquella, esta oculta de miradas curiosas y al lado de la cabina telefónica, esa nos conviene, sentate que voy a pedir el café y te lo traigo.
--Uno que sea cortado mitad y mitad Julio, te espero.

Se dirigió al mostrador donde lo aguardaban la moza y la máquina de café, volvió a la mesa y se sentó frente a Mabel.

--Bueno ahora pongamos en marcha el primer plan, vamos a la cabina y hablas vos con el ¿conoces los teléfonos de la calle Pampa o su celular?
--No te preocupes, tengo mi libretita con todo eso, veni que hablo.

Dentro de la cabina marco el número de Pablo, Julio algo ansioso a su lado esperaba ver los resultados de tal llamada.

--Hola Pablo, soy Mabel amor, pude escapar luego te explico, llamo para decirte que voy a casa,, allí en Pampa, quédate tranquilo que en dos horas llego, no tengo nada, me trataron bien, estoy libre porque un tal Julio que decidió abrirse de la banda me ayudo a escapar, viene conmigo y me dejará en casa ¿de acuerdo amor? Te quiero mucho.

Del otro lado de la línea Pablo guardo un prolongado silencio, estaba valorando la situación, le parecía raro que Julio uno de los principales laderos del jefe, halla decidido desertar y traerse a Mabel para su casa, por otro lado ya no le importaba más Mabel, en estos dos días de encierro, se habrá dado cuenta de algunas cosas sobre su persona, eso no le convenía, ¡no! Definitivamente ¡no! Mabel fue, de pronto lo volvió a la realidad la vos de ella que repetía angustiada.

--¡Pablo! ¡Pablo!  ¿Estas ahí? ¿Por qué no contestas?
--Mabel precisamente estaba pensando que te debía contestar, desconfío de la historia que me estas contando, no creo que Julio se halla abierto de la banda, es un tipo frío y sin corazón y está tramando algo, por eso te soltó a vos para usarte como carnada, es un mentiroso crónico, no le creas nada de lo que dice, por otro lado no quiero verte, ya nuestro amor terminó, sos parte de la trama oculta de mi vida y no quiero saber más nada con vos, trata de salvarte, si no te mata otro Julio lo hará, es un mercenario
--¡Pablo que estas diciendo! Yo no hice nada, solo quiero volver a mi casa.
--Vos no tenes casa, lárgate y trata de organizar tu vida.

Dado el giro que tomaba la conversación, que evidentemente iba contra sus planes de enfrentarse con Pablo, Julio tomo el teléfono.

--Escúchame Pablo, sabes quien soy, por lo tanto esto me evita dar demasiadas explicaciones, me fui de la banda aunque no lo creas, agarre a Mabel y me la traje, porque pensé que todavía te interesaba, pero eso es problema tuyo no mío, si la queres muerta arreglamos precio, lo que me interesa es verte, imagino que mi visita podría servirte de algo.
--Creo que estas contando una novela sin sentido, pero tal vez a mí también me sirva tu presencia aquí, veni con Mabel, no la quiero muerta todavía, en cuanto a las condiciones para el ingreso a casa, es que antes que vos entre tu cuarenta y cinco, y después que este en mi poder podes pasar, ¿de acuerdo? ¿A que hora vendrías?
--De acuerdo, no lo vas a entender, estoy desarmado aunque lleve la cuarenta y cinco encima, llegaremos alrededor de las cuatro.
--Los espero chau.

Pagaron y volvieron al coche como suponía Julio de un principio, la solución más fácil no sería la posible, solo quedaba afrontar lo desconocido, y ver de que manera poder resolver su libertad y la de Mabel, arrancó y lo puso en medio de la ruta camino a la capital, en esas horas que faltaban para las cuatro trataría de ver si todavía le encontraba una posible solución a todo este lío, busco a Mabel con la mirada, estaba llorando, las lagrimas de sus ojos rodaban por las mejillas y caían del mentón hacia un abismo de tristeza, no dijo nada, no sabia que decir, prefirió callar y la senda que la luz de los focos le iba marcando, ocupo toda su atención, por otro lado un desengaño a tiempo es mejor que una vida infeliz pensó, mientras aceleraba porque las cuatro estaban cada vez más cerca y quería ser puntual.

--Julio, tenías razón con Pablo, no quiere saber nada de mí, no le intereso más.
--Nunca le interesaste, nadie le importa, Pablo solo piensa en el, y si te tuvo a su lado, porque eras un adorno bonito, le serias útil en sus malditas relaciones sociales.
-- ¿Que pensas de mi? ¿Vas ha dejarme vos también, acaso no te sirvo dado que para nada te preocupa la vida social que puedas tener?
--No se, no quiero contestarte ahora, se que voy a una encrucijada por primera ves en mi vida y no quiero hablar, ni con vos ni con ningún otro, solo quiero que mi mente escuche el silencio y lea en el, estoy a tu lado, solo eso, estoy a tu lado y te pido que no te separes de mi, por lo menos hasta que termine con Pablo, o el acabe con nosotros, un dilema que me gustaría resolver cuanto antes, y por lo que veo dentro de media hora ya sabremos que pasa.

Estaban entrando en la ciudad, las calles completamente solitarias, parecían fantasmas atravesados de luces y sombras, cada tanto un cartonero tardío, un perro vagabundo, algún auto que escapaba de la noche, todo era desolación y abandono, Julio se dio cuenta que iban a la cita con Pablo en la hora que más le convenía, cuando la soledad, haría imposible que nadie se entere, de las cosas que iban a pasar, los coches extraños al barrio no serian tenidos en cuenta. Redujo la velocidad del auto, ya estaba prácticamente en la casa donde lo esperaban, arrimó al cordón de la vereda y paro unos metros antes.

--Vamos amor llego la hora, bajemos al encuentro de lo inesperado, cuando conociste a Pablo no sabias de su secreto, y esa ignorancia termino jodiendote la vida, hoy conocerás quien es, y si sabes quien es, no debes llorar por el, lamentablemente para vos tenes a tu lado a un hombre que tampoco puede alardear mucho de sus virtudes, pero hoy vengo aquí para tratar de terminar con mi pasado, para que lo entiendas te lo digo, lo único que rescato de mi ayer es el haberte conocido, saber que estas a mi lado, no se que será de nosotros aquí dentro, lo que necesito decirte antes de enfrentar los acontecimientos que van a suceder, es que me gustaría que sigamos juntos, ahora en marcha, hace todo lo que Pablo diga y no hables nada, hace de cuenta que eres invisible, que en esta casa vamos a estar solo el y yo.

Tocó el timbre, desde el portero eléctrico una vos conocida respondió.

--¿Quién es?
--No hace falta que te lo diga me estas viendo por el visor
--Esta bien, abro la puerta, tiras tu cuarenta y cinco, cuando te lo indique primero entra Mabel y después vos.
--Listo.

Desenfundo su cuarenta y cinco y la arrojó a través de la puerta semiabierta, escucho unos pasos detrás y como levantaron el arma

--Ahora que entre Mabel y detrás vos.

Así lo hicieron, Mabel primero y el y el la siguió, ingresaron a un living amplio muy confortable, con un gran ventanal que daba a la calle, lo primero que noto un leve aroma de nafta en el ambiente, no le dio importancia, estaría abierta la puerta del garaje pensó, a lo que si le presto debida atención fue a la figura de Pablo, parado en el medio del living los apuntaba con la cuarenta y cinco que minutos antes estaba en su poder, escucho que la puerta de calle se cerraba automáticamente, de reojo vio  el terror en el rostro de Mabel y a su frente comprobó en los ojos de Pablo que estaba decidido a matarlos
--Buenas noches señores, es una pareja muy agradable la que me visita esta noche, debo decirte Mabel que Julio no desentona para nada con vos, si todavía me encontraría enamorado estaría celoso de verlos juntos, pero ya no, solo quiero salvarme, escapar del maldito jefe y sus secuaces, ustedes caídos del cielo me han dado la oportunidad de hacerlo, tengo mi plan y en este mismo momento empiezo a ponerlo en practica. Mabel arriba de la mesa hay cinta de enmascarar, que Julio ponga sus brazos detrás de la espalda y átales las muñecas con eso.

Mabel temerosa no sabía que hacer, Julio acudió en su ayuda.

--Mabel hace lo que dice Pablo, átame las manos a la espalda, lo que pasa que querrá hablar con nosotros y quiere esta seguro de que no le hagamos nada.

Ella recogió la cinta de la mesa y fue en busca de Julio quien ya tenia los brazos en la espalda, le ató las muñecas lo mas fuerte que pudo, no sabia porque, pero cumplió la orden a conciencia.

--Ahora Mabel veni hacia mi, dame la espalda con los brazos detrás,  yo te los atare de la misma manera, luego colócate al lado de Julio, los quiero tener a los dos a tiro de pistola por cualquier cosa

Mabel retrocedió y se acerco a Julio este la miro y por lo bajo le dijo.

--Tranquila siempre terminamos uno al lado del otro.
--Julio quiero que me contestes la pregunta del millón,  ¿a que carajo estas aquí en mi casa? a merced de mis deseos.
--Nunca lo sabre Pablo y no es por pelotudo que te lo digo, no, sencillamente no lo se, te cuento un poco, me dieron la orden de secuestrar a tu pareja, dado que vos te habías mandado una gran cagada en contra de La Organización, así lo hice, al segundo día me ordenaron que la mate y te la tire en frente de esta casa donde estamos ahora, y ahí  empezó todo el lío, por ves primera me puse a discutir una orden en mi vida, tal vez no tenga condiciones para ello, pero terminé mal, decidí no cumplirla, y aquí estoy frente tuyo con Mabel viva, sabes mejor que yo lo que eso significa, ahora seremos dos los muertos, ella y yo, pero como no me gusta morir vine a verte, con la corazonada de que podría conseguir algo de vos para salvarme.
--¿!Algo de mi!?  ¿Que queres de mí un  tiro?
--No necesito la clave suiza
--!Estas loco!
--para terminar con esto, preciso que me la entregues para salvarte y salvarme, caso contrario, Pablo lo sabes muy bien, moriremos todos, prefieres la plata a la vida,  ¿cuantos dólares valen los cuarenta años más que de seguro todavía podes vivir?
Siempre fuiste un estúpido pusiste la plata por delante y te estas muriendo por alcanzarla, ¡nunca lo lograrás Pablo! Si no me entregas la clave La Organización terminará contigo, ellos de cualquier forma la tendrán, ¿Por qué no dársela? Reconocer que el negocio salió mal y seguir vivo,  ¿es tan difícil eso Pablo? Si alguna vez fuiste feliz piensa en ello.
--¡Basta! ¡Basta! Con moralinas estúpidas, siempre te considere un boludo Julio, lo sos, ya estoy jugado, tenes razón no me interesa la vida, estoy en este mundo para gozar el poder del dinero, si no lo tengo no me interesa vivir, vos no podes entenderlo, porque sos un nabo que te conformas con lo que te dan, para mi por el contrario quiero todo, si no lo tengo arraso con lo que venga hasta conseguirlo.
--Aya vos Pablo estaba seguro de que ibas a contestarme todos esas cosas que no comprendo, no puedo, no te alcanzo a comprender, cuando veo el nacimiento humano, la lucha por querer vivir, ese vivir a traves del tiempo, vos lo desprecias por el hoy y ahora, por tener en una gaceta oscura de un sótano suizo, un paquete de dólares, que no te salvarán de la muerte segura en un par de horas más, estas en lo cierto soy un nabo y no te entiendo, sabes que si lo pienso un poco te tengo lastima, la usura te quemó el corazón, perdiste el sentido de lo bello, no te importan las cosas, solo el interés que podes sacar de ellas, el tanto por ciento mensual, cuanto más alto mejor, y esta vuelta Pablo, presiento que ese interés tan alto que conseguiste es tu propia vida.
--Acábala y basta de charla, antes que amanezca estaré lejos de aquí, y les informo pobres chicos, que para mis planes ustedes dos serán cadáveres, la pareja encontrada en la casa de Pampa entre las cenizas del incendio.
--¡Ahora entiendo el olor a nafta cuando entré!
--Mejor, así la explicación será más corta, este es mi plan, seguro La Organización sabrá que no mataste a Mabel, por supuesto Mabel volvió conmigo, y vos para que no te maten huiste al extranjero, los cadáveres hallados en el incendio todos entenderán, que son los de Pablo y Mabel, esto hasta que no se efectúen las pericias correspondientes, que llevan mucho tiempo, lo cual me permitirá a mi escapar con cierta tranquilidad,  cuando se den cuenta del error, ya estaré tan lejos que puedo considerarme a salvo de La Organización. Por otro lado, habré sacado los fondos de suiza y enviado a un sitio mas seguro, ¿Qué te parece Julio?
--Un buen plan Pablo siempre reconocí tus dotes de contador, pero me parece que el punto flojo son los fondos en suiza, perderás mucho tiempo reuniendo la documentación para su retiro.
--¡Vas a morir estúpido! Puedo comunicarte que todo el trámite ya esta
 listo en mi maletín, imbécil tengo todo preparado para huir, el tiempo que descubran quienes son ustedes, lo empleare integro para escapar.
--No tengo más que decir Pablo, solo reconocer que perdí, de cualquier manera cambio de verdugo, ya estaba condenado, si puedo pedir un  favor no se porque lo quiero, mata primero a Mabel, no tires a la cabeza, quiero ver su rostro sano y puro por última ves.
--Te daré el gusto Julio, que carajo me interesa quien va a morir primero.

Giro un poco su cuerpo y apunto al pecho de Mabel, quien pálida y muda de terror estaba clavada en su sitio, igual que un animal a punto de morir, Julio se fijó en el dedo sobre el gatillo, que lentamente hacia que este retrocediera en busca del proyectil, sonó el disparo un ruido seco y espantoso, el disparo que terminaba para siempre con la vida de la mujer, que el no había podido matar, se volvió hacia Mabel, buscando en el suelo su rostro tan querido, Mabel se encontraba a su lado como siempre, en el suelo con el pecho atravesado de un balazo Pablo agonizaba, en una de las puertas del living estaba la figura de Berta, con un humeante revolver en la mano y una naciente sonrisa en los labios.

--¿!Berta que haces acá¡’ ¿!Como es posible que lo hallas matado a este hijo de mil putas¡?
--Te seguí Julio era mentira no fui a ver a mi hijo, sabia que estabas en un lío grande y no podrías salir de el sin ayuda, te espere en la ruta y cuando te vi pasar repito, te seguí, conozco a Pablo de hace tiempo, y no tuve remordimiento alguno de reventarlo de un tiro, por otro lado era el o ustedes ¿alguien en su sano juicio puede no darse cuenta por quien elegir?
--Gracias Berta no se, estoy confundido, siempre te tuve por alguien leal y hoy me lo hiciste saber con creces. Te debemos la vida y eso no tiene precio, ni por todo el dinero suizo, desátanos Berta debo hacer algo antes de irnos de esta horrible casa.

Berta se acerco a ambos y los desato, Julio se volvió a Mabel y se confundieron en un estrecho abrazo  ¡volvían a vivir!

--Amor quédate aquí un segundo con Berta, debo buscar la garantía de nuestras vidas.

Recorrió la casa, en una de las habitaciones presumiblemente donde dormía Pablo, sobre la cama encontró todo lo que uno prepara para viajar, maleta con ropa, documentos y un maletín, abrió este y respiro aliviado en su interior encontró dos carpetas una gruesa que decía banca suiza y otra mucho más pequeña, casilla de correo Uruguay, se guardo esta última entre sus ropas, busco dinero, una caja fuerte en la habitación despertó su curiosidad, adentro dólares y joyas, ningún documento, contó los dólares, cincuenta mil, los guardo en el maletín, busco hasta en el rincón más insignificante, ni asomo de plata o documentación, por lo tanto todo lo relacionado a la banca tal como lo manifestó Pablo estaba en el maletín, más tranquilo volvió al living, las dos mujeres conversaban entre ellas y lo estaban esperando, miro el cuerpo sin vida de Pablo, revisó sus ropas, todo lo que hallo fue una billetera, saco el dinero que tenia y la tiró, le retiro de las manos su pistola que por suerte no había podido utilizar contra ellos.

--Berta acércate sentemosno en ese sillón, vos también Mabel, tenemos que ver entre todos como terminamos este lío. El asunto es así, en este maletín hay papeles muy importantes para La Organización, Pablo los robo y estaba extorsionando a los capos, de ahí el despelote que se armo,  de que estos papeles lleguen de nuevo a poder de ellos lo más rápido posible, depende mi vida y la de Mabel, si yo se los llevo, desobedecí ordenes y en caliente se vengaran, si se los hago llegar de otra forma, al tenerlos en su poder la bronca se les pasará y nos dejaran tranquilos, la otra forma de llegar a ellos Berta sos vos, no me digas nada todavía y reflexiona un poco mientras me hago esta pregunta ¿Te parece que habrá represalias contra vos si apareces con los papeles? Mi idea es hablarles yo antes, decirles que te llame a vos, porque me parecía la persona mas indicada para ello, y que vos los llevas sin saber nada del contenido del maletín, una orden más de las tantas que yo te daba a diario, ¿Cómo ves esto Berta?
--Lo veo perfecto Julio, no es la primera vez que me encargaste lleve cosas a los capos de arriba, pienso que lo tomaran como un hecho común más, y te digo, se hacerme la boluda muy bien cuando hace falta.
--Macanudo, entonces escucha bien, te doy el maletín, dentro están los papeles que son el resguardo de nuestras vidas, también mi pistola descargada, decidí irme, estoy podrido, por eso como mensaje les mando el arma, por otro lado en ese maletín hay cincuenta mil dólares que saque de la caja fuerte de ese hijo de puta, llévatelos, cuando vas rumbo al casco se los dejas a tu hijo, no quiero que lleves plata allá, no, no digas nada, dentro de un rato esta casa desaparecerá bajo el fuego, y hay cosas que no deben quemarse porque otros las necesitan, los dólares por ejemplo, que no te los doy porque nos salvaste la vida, sino porque se presento la oportunidad de recordar el tiempo que trabajamos juntos, ¿Qué vas a decir Berta?
--Está bien acepto si vos lo decidiste así, así será, ahora los dejo, vuelvo al casco, llevo el maletín conmigo y lo voy a entregar sin ningún problema, quédate tranquilo Julio teneme confianza.
--¡por favor! Confianza en vos es lo que me sobra, después ponete en contacto con ellos,  arregla la entrega del maletín, mañana te hablo a ver como salió todo.
--Chau Julio, adiós Mabel, una cosa quería decirte a vos antes de irme, pienso que podes encontrarte con un buen compañero. Chau

Berta se fue tan sigilosamente como vino, Julio se levantó y recorrió la casa, prestando atención en que lugar estaba el combustible para propagar el fuego y cual era el punto que se debía prender para conectarse con todos los demás, afuera todavía era noche cerrada y el silencio imperaba en el barrio, tomo a Mabel de las manos y le pidió salir, una vez ambos en la puerta de entrada, prendió un fósforo y lo acerco a un hilo de nafta sobre el suelo, igual que lagartos zigzagueantes débiles huellas de fuego empezaron a entrecruzarse en todos los ambientes.

--Vamos Mabel al coche dentro de un rato esto será un infierno.

Se perdió en la ciudad manejando hacia el puerto, pero sin saber por donde, aunque seguro llegaría, por primera vez después de tres diabólicos días estaba feliz, por primera vez después de tres diabólicos días, no sabía como iba a continuar su relación con Mabel, aunque lo importante por el momento estaban juntos, la miró, ella al igual que el estaba distendida, jugaba con su pelo enrulándolo y desenrulándolo entre los dedos, mientras trataba de aparentar que Julio no existía cerca de ella, de pronto no aguanto más el silencio de el y pregunto.

--¿Adonde vamos Julio?  ¿No te parece que soy grandecita y debo saber que has decidido hacer conmigo?
--Mira una opción seria simple  me das la dirección de alguna amiga tuya te dejo en su casa y listo, pero no, no chilles amor esa no me gusta, lo que haremos es ir al Uruguay, Montevideo, descubrí de pronto que debo cerrar un asunto que lo tenia olvidado,  preciso para ello ir con vos, siempre y cuando quieras venir, sino a tus ordenes.
--Después de todo lo que me hiciste sufrir, no ir de paseo con vos sería una locura ¿avión? o  ¿buque bus?
--Buque bus quiero ir con el auto.
--Pues entonces debo hacerte ver que ya estamos cerca del puerto, allá si no me equivoco son las oficinas de la empresa.
--Tal cual dejemos el coche por  aquí, sacamos los pasajes y vamos a tomar algo,  necesito hablar con los capos, pero vayamos al café primero, miremos la tele a ver que dicen de la fogata que preparamos.

Frente a la ventanilla de pasajes se preocuparon en comprar las mejores ubicaciones, el catamarán saldría dentro de dos horas, el tiempo les sobraba, una vez en la confitería, Mabel pidió te con sándwich tostados y el café con leche y medialunas, tal como esperaban, al rato una noticia de último momento, lujosa casa en barrio de Belgrano arrasada por el fuego, sus moradores perecieron en el siniestro, Julio se levantó y fue a la cabina telefónica, marcó un número que muchas veces había marcado, sin poder creer que esta sería la última vez que lo haría.

--Hola jefe.
--¡quien habla!
--Julio jefe  ¿Cómo le va?
--Que carajo te importa como me va, el que tiene que preocuparse como le va a ir sos vos, te declaro la pena de muerte, ¿Qué es eso de casa incendiada en Belgrano? ¡Hijo de mil putas! ¡Pablo se fue con nuestros papeles a la tumba? Yo te mando matar ya mismo, por otro lado me desobedeciste, ¡no tenes perdón! Tampoco mataste a esa puta que estaba con vos, seguro te la estas cogiendo eso es lo que pasa, pero los dos son cadáveres antes que lo piensen.
--Cálmese jefe deje que le explique, y después condene, resulta que si, estoy enamorado de la puta y cojemos muy pero muy bien, no podía matarla jefe, justo ahora que se me da una, pero soy su hombre de confianza y tampoco puedo fallarle, así que decidí ir con la puta a ver a Pablo, ya que ella conocía la casa y sabia como entrar, llegamos justo jefe, lo sorprendimos cuando ya tenia todo preparado para volar, luchamos tuve suerte y lo mate, y mucha más suerte tuve cuando revisando sus papeles encontré todo lo de la banca suiza perfectamente ordenado, me traje conmigo el maletín y decidí prenderle fuego a la casa, con Pablo dentro, para disimular el crimen jefe, espere, no me interrumpa ya sigo, tenía miedo de llevarle el maletín personalmente, la puta estaba viva, no sabia que haría usted en caliente, por eso la llame a Berta y le entregue el maletín diciéndole que eran cosas reservadas e importantes, seguro jefe los papeles ya están en el casco, póngase usted de acuerdo con Berta así se los entrega, otra cosa jefe, en el maletín le mando también mi cuarenta y cinco que tantos años estuvo a su servicio, no sigo más jefe, me quedo con la puta, como le digo, coge muy bien,  ¿Tiene algo para decir jefe?
--Sos un hijo de mil putas, ándate  y hace tu vida chau.

Julio colgó aliviado, totalmente aliviado, el plan que nunca planifico había salido perfecto y estaba contento, contento de ser libre.

--¡Como te fue Julio, pudiste hablar con el jefe?
--Por suerte si, al principio estaba loco, pero cuando entendió se calmo, me deseo suerte en mi nueva vida, de más esta decirte que espero, que de ella participes vos.
--¿Hablaron de mi?
--Ni una palabra, incluso creo que entendió porque desobedecí sus ordenes y no te mate, aunque no fui muy explicito en ello.
--Falta media hora para salir, vamos al catamarán me gusta que el agua me bambolee, más si al brazo de un hombre lo siento apoyado sobre mi hombro.
--Mabel, debo confesarte algo, soy una persona muy vergonzosa, me sentare a tu lado hablaremos y gozaremos de estar juntos, pero no me pidas que te abrace en publico me resulta anímicamente imposible, es extraño, puedo matar a una persona sin chistar, pero me da vergüenza y pudor manifestar públicamente mi cariño, o más concretamente mi calentura.
--¿Y donde manifiestas concretamente tu calentura? ¡Por Dios! Es lo único que quisiera saber.
--Ya lo sabrás a su debido tiempo, pero te adelanto también soy raro en ese aspecto.
--¿Por qué no me dijiste todo esto antes de secuestrarme?
--Imposible, entonces no hubiera podido hacerlo, pero basta de charla amor, caminando como dos amigos uno al lado del otro, debemos ir al catamarán.
--Vamos, sos un plomazo ¡no te aguanto!   ¿Qué te pasa?

Julio se callo la boca, la tomo de la mano y rato mas tarde estaban los dos en el catamarán esperando que este parta para Montevideo.

--¿Julio a que vamos al Uruguay?
--A develar otro de los misterios de Pablo, el último de todos y ese estoy seguro te pertenece a vos.
--¿Por qué estas seguro, yo con Pablo no compartí ningún secreto?
--Exacto, porque el evitó prolijamente que sepas nada de su vida, y hoy nos encontramos en condiciones de saber más de lo que el no te contó nunca, eso lo usaremos a nuestro favor, pero no quiero mas charla sobre Pablo, hablemos de nosotros Mabel, no tengo más una pistola en la mano, no te tengo encerrada en una habitación, hasta setenta y dos horas atrás ni sabias que existía, mi futuro es incierto, deje de ser mafioso a sueldo y quizás sea para lo único que sirvo, entonces te pregunto –le paso un brazo por los hombros- ¿Por qué no te vas Mabel?  ¿Por qué no agarras un taxi y desaparezco de tu vida? Cuando te desate las manos en la habitación del casco, quisiste darme una cachetada y tus ojos despedían furor, ¡odio!  ¿No soy merecedor aún de esa cachetada, por todo lo que te hice sufrir?  ¿En que cambie yo para vos? ¡Necesito saberlo!, Porque si a algo le tengo espanto, es a ser herido en mis sentimientos, te mentí, es cierto, salía con putas, pero ¿sabes porque? Porque nunca me hacia ilusiones con ellas, pagaba y nada más, no cabía otra cosa, pero desde el instante que te vi en el Shopping todo cambio para mi, comprendí que con vos de nada valía pagar, pero también supe por primera vez en mi vida que el desengaño podía rozar mi corazón, destrozar mi alma, y tuve miedo, y tras el miedo empecé a amarte, del primer momento fui tuyo sin que vos lo sepas, te cuide y evite matarte, porque eras la primera mujer que estaba y estas, en condiciones de consumir mi ser enamorado.  ¿Entonces porque te quedas, si fui tu carcelero y no tu esclavo?
--Julio amor, déjame que piense, porque no paro un taxi subo y salgo de tu lado, lo más obvio pero también lo más cruel seria decirte porque me salvaste la vida, eso más que necesidad de ser tuya, sería obligación de entregarme a vos como pago o recompensa de algo que hiciste por mi, y eso no me va, no me entra en la cabeza, te habría dicho adiós y muchas gracias por haberte conocido, gracias por todo Julio, esto se acabó y entonces si, en taxi hubiera partido para no verte más, nunca más, te hubiera odiado, soy libre y vos lo sabes, soy dueña de mi en todos los actos, aquellos que hago y los que no, y eso está presente en vos, desde aquella noche que me cargaste en tu hombro y me tiraste dentro de tu coche, en ese instante entre vos y yo, todo estaba saldado, sabias que yo volvía a mi misma , pero yo también estaba al tanto que en ese momento, vos dejabas de ser, quien por mucho tiempo fuera, entonces Julio, estando los dos juntos en la cabina del auto, en medio de la noche, entre las sombras palabras de las cosas, entendí
que te amaba, me di cuenta de ello, porque habiendo deseado huir de vos intensamente, ya no podía hacerlo y estaba entregada a seguir tu destino, como lo estoy ahora, como lo estaré siempre, ¿Te cabe entonces porque no me voy?  ¿Por qué me quedo? Simplemente porque te amo, quizás sin saberlo desde cuando esa mesa del Shopping cruzó nuestras miradas,

El catamarán entraba al puerto de Montevideo, las aguas del río lo movían de un lado para otro, mientras los marineros, rápidamente trataban de amarrarlo al muelle mediante cables tensos y nudos apretados, Julio no volvió a decir palabra después  de lo dicho por Mabel, callado, estuvo reflexionando un rato sin soltarle el hombro, no quería mirarla, estaba perdido en vaya a saber que cosa, cuando de pronto reaccionó, pedían ir a la bodega para descender con los autos.

--Vamos Mabel acompáñame, así nos alejamos cuanto antes de aquí, no me gustan los puertos es un lugar donde llega y se despide la gente, un teatro donde los actores vienen y van, entran y salen, me pone mal tanto movimiento, vamos a la bodega.

Del hombro y juntos sin hablar, pero felices allá fueron. Ya en el auto tomaron por la  Dieciocho de Julio, llegando al centro trataron de encontrar hotel, les agrado uno pequeño que había sobre la Avenida, una vez en el hall le dijo a Mabel que lo esperara y fue a arreglar con el conserje, volvió hacia donde estaba ella hojeando una revista distraída.

--Mabel vamos a recorrer uno o dos locales y te compro ropa, inclusive ropa interior amor, quiero también para mi remeras y pantalón, zapatillas, con todo este lío que pasamos estamos desnudos.
--Tenes razón amor vamos.

Entraron en Tiendas y Shopping y tal como querían se aprovisionaron de ropa que les hacia falta ya que habían llegado al Uruguay con lo puesto.

--Listo Julio con todo lo que compramos es suficiente, vamos al hotel así nos bañamos y después salimos  ¿no te parece?
--No espera un poco con eso, estamos en horario bancario y lo más importante es que vayamos a hacer el trámite por el cual vinimos a Montevideo
--¿Qué tramite?
--Ya te lo dije el del misterio, veni, ¡seguime!

Con bolsas y todo la tomo de la mano y la llevó frente al Correo Central, una vez dentro se encaminaron al subsuelo, donde se hallaban las cajas postales en que la gente guardaba objetos personales que no les interesa tener en su casa, busco algo en su bolsillo, era una llave no muy grande que tenia un número, ciento setenta y dos, con la mirada busco la cifra igual, cuando la encontró, la llave abrió con facilidad una gaveta de la cual extrajo lo único que contenía, un paquete, algo grande prolijamente envuelto en papel de diario, lo retiró y volvió a cerrar. Salieron, caminaron dos pasos, solos dos, ya que al lado del correo se encontraba un banco, pidió hablar con el Gerente de Cuentas, le indicaron que espere un segundo, y al rato este le hizo pasar.

--Señor  ¿a que debemos su presencia en el banco, en que podemos servirle?
--Mire Gerente yo soy el Contador de la señorita Mabel Iluzurraga, mi nombre es Julio Ortiz, la señorita en Buenos Aires –ya que somos oriundos de allá- acaba de cobrar un dinero en dólares parte de una herencia de sus padres, le he aconsejado que deposite este dinero en el banco, en cuenta corriente en dólares, para posteriormente ver que operaciones podremos efectuar con el mismo, por lo tanto lo que de momento necesitamos es abrir una cuenta nada más.
--¿Cuántos dólares son señor?
--Doscientos cincuenta mil, lo que me gustaría y a usted también por supuesto, es que venga algún empleado, los cuente y verifique su autenticidad, ¿No le parece?
--Completamente de acuerdo  -llamó por el conmutador-  ¡que venga López por favor!

López  entró, contó el dinero, era la suma que había dicho Julio y todos los billetes de curso legal.

--Muy bien Contador, le voy a confeccionar una boleta de deposito, a la ves hacemos todos los papeles necesarios, usted comprenderá que no todos los días se abre una cuenta así.
--Seguro ni todos los días se cobra una herencia, pero estas cosas suceden seguido sobre todo en la Argentina
--Tiene usted razón señor la cuenta a nombre de quien va.
--Como le dije señorita Mabel Iluzurraga a sola firma.
--Perfecto, entonces señorita por favor firme en todos estos lugares que puse un punto así terminamos con la operación.

Mabel que en toda la charla con el Gerente no salía de su asombro, aunque lo disimulo muy bien y acompaño a Julio en sus gestos y afirmaciones, firmo todo lo que el Gerente le digiera sin chistar, dándole el número y mostrándole, todos los documentos que este le pidiera.

--Muy bien señorita esta todo perfecto, a partir de este momento usted es una muy bienvenida clienta de la casa, podrá efectuar todas las operaciones comerciales que desee, solo un pequeño detalle, en que Domicio la hacemos figurar Contador.
--Decidimos que a la señorita Mabel de ser posible, le interesaría fuera un domicilio de aquí, en la Ciudad de Montevideo. No hay ningún problema Contador, así se hará, bueno no hay mas de que tratar, llévese su boleta de deposito, en cualquier momento repito espero verla por el banco.
--Así será Gerente, pierda cuidado nos vera pronto.
--A sus ordenes, buenas tardes la pasen ustedes muy bien.

Se retiraron del banco, rumbo a la calle y al hotel donde pegarse un baño y descansar un poco, pero apenas estuvieron fuera, Mabel no pudo contenerse y estallo molesta, incomoda, por ignorar todo lo que Julio había decidido por su propia cuenta, sin consultarla para nada, lo que es peor de golpe y porrazo haberla hecho dueña de semejante cantidad de plata, que ni siquiera sabia de que negocio sucio habrá salido y que, nuevamente esto la involucraba a ella en situaciones, que más que favorecerla, seguro la habrían de perjudicar, muy a su pesar de pronto pensó que este Julio era un loco rematado, o no, que sabia ella, pero en este mismo momento todo se iría a aclarar, ya va a ver , esto pensando lo paro a Julio de golpe enojada y le dijo.

--Mira Julio lo que hiciste rebasa todos los limites de mi tolerancia, me siento usada por un nuevo Pablo, de donde diablos sacaste toda esa plata y porque yo figuro como dueña de ella, ¡Te exijo una explicación!
--Tenes toda la razón del mundo y mucho mas, perdóname amor si no te dije nada antes, y todo lo decidí yo solo, pero ahora trataré de explicarte, veni entremos en este café, antes de ir al hotel hablamos, por favor amor si me queres un poco, un instante nomás del parpadear de tus bellos ojos, teneme confianza.

Fueron y se sentaron en la primer mesa que encontraron, pronto se pusieron a hablar.

--Quiero que entiendas lo que esta pasando Mabel, amor mío, para ello voy a explicarte lo que no sabes. Cuando revise la casa de la calle Pampa y encontré el maletín, dentro estaban los papeles de la banca suiza, por supuesto eran de La Organización y los puse en sus manos, también los cincuenta mil dólares que Pablo en su huída llevaría para gastos corrientes, que encontré en una caja fuerte, allí pensé en Berta que nos había salvado la vida y bien que le vendrían, por lo tanto fueron de ella, a esta altura deberías saber que Pablo estaba solo en el mundo, no tiene familiar alguno que yo conozca, por último encontré un sobre con una llave dentro, la que abrimos el cofre, y una nota, -aquí guarde doscientos cincuenta mil dólares, dinero de mis negocios particulares, ajenos a los propios de La Organización- estaba por prenderle fuego a toda la casa, que hago pensé, quemo esta guita o la salvo para alguien  ¿Quién debería ser la dueña de ella?  ¿Quién fue la última pareja de Pablo?  Vos, entre comillas ¿Quien es su viuda?  vos, por consiguiente quien hereda a Pablo vos, de ahí entonces que me dije lo voy a hacer, no le digo nada, porque no quiero un mango de esa plata, si te avisaba antes de la existencia de ella estaríamos discutiendo, es tuya es mía, para que, así me pareció mejor, problema no vas a tener ninguno, es plata que estaba en un lado que nadie sabia donde y ahora está en otro que se sabe de quien es, si más adelante hay que pagar impuestos, justificar operaciones comerciales, se hará y listo, todo tiene solución. Y lo más importante para mi, tenes tu futuro asegurado, no vas a depender de nadie, mas que de vos misma y de lo que puedas hacer, si te molesto, si te jodí porque no te dije nada, te pido perdón y no quisiera que nos peleemos por eso ¿Todo bien amor?
--Esta bien Julio, lo que explicas es consecuencia de cómo vos ves las cosas, no te voy a discutir por eso, además confieso que estoy cansada no doy más, quiero ir al hotel darme un baño y a dormir, vamos, nunca estuvimos juntos en un hotel y menos en una cama.
--De acuerdo espera que pago y salimos.

A las pocas cuadras se encontraron con el hotel, el conserje le entrego las llaves a Julio, y llegaron al primer piso en donde estaban sus cuartos, cansados con paquetes y con ganas de estar juntos.

--¡Por fin! Julio estoy muerta  ¿Cuál es la habitación?
--La ciento catorce.
--Bárbaro entremos.
--Espera antes que te explique una cosa.
--Siempre te la pasas explicando Julio.
--No mira, en mi mano tengo dos llaves, la de la ciento catorce que es la de tu habitación, la de la ciento diez y seis al lado que es la mía.
--¡Que decís!  ¿Sacaste habitaciones separadas? ¡Yo te mato!
--No me mates, yo soy así, me gusta dormir tranquilo y que vos también lo hagas.
--¡Julio por favor estas loco!
--Pensa lo que quieras yo me voy a dormir, acordate que no puedo estar lejos de vos, por eso estoy en la habitación de al lado chau.

La habitación se tragó a Julio, Mabel loca y evitando hacer un escándalo entro en la suya.-volvamos a nuestro hombre- una vez que se saco toda la ropa se metió en la ducha donde gozo un hermoso baño de agua caliente, esto lo reanimo bastante, hacia calor, en calzoncillos se tiró en la cama y como siempre que miraba un cielorraso, se le dio por pensar. ¿Por qué en las cosas del amor, nunca estaba seguro de nada y llevaba las situaciones al límite?  ¿Sería para probar al otro o para justificarse el?  no lo entendía, la quería a Mabel como nunca antes había querido a ninguna mujer, le gustaría dormir abrazado a ella y pasar la noche juntos, solo eso, por ahora, por este momento de la relación, pasar la noche juntos abrazados en una habitación, lo demás vendría después, nunca lo había apurado mucho la relación sexual, la veía como la culminación de otras muchas cosas , y dentro del universo de las muchas, el cariño y la ternura del ser amado lo mataban, entonces ¿Por qué sacó habitaciones separadas para ambos?  ¿ sintió un impulso mas fuerte que su razonamiento y lo hizo? Algo mucho más allá de sus deseos a veces gobernaba sus actos, no sabia de molestias, pero estaba molesto, no sabia de aflojes pero gustoso en ese momento habría ido en busca de Mabel , no sabia, que no pudo continuar con sus pensamientos , unos golpes en la puerta, lo sacaron de su reflexión.

--¿Quién es?
--Soy Mabel  ¡Abrí por favor!
-- ¿Si que pasa te sucede algo?
--Nada, quiero hacerte una sola pregunta que me dejaría tranquila, esta noche y el resto de mi vida.
--¿Cuál?
--¿Sos puto Julio?
--Vení entra.

La agarró de un brazo y cerró la puerta, le sacó el camisón que llevaba, quedo en tanga y corpiño, con su mano entre sus cabellos jugo con ellos mientras suavemente le decía lo que su corazón hablaba.

--Pronto de darás cuenta que no lo soy, te pido perdón por lo de los dos cuartos, a veces mis impulsos me traicionan y sin poder evitarlo te lastimo, estoy arrepentido de ello y solo te pido que te quedes conmigo, necesito tu amor y tu compañía, preciso de tu cuerpo junto al mío, pero por hoy solo, por hoy te propongo un juego , juguemos a estar enamorados, más enamorados que dominados por el deseo y abrazados, tengamos el sueño más feliz, porque este sueño es el primero que nos encuentra unidos, es tarde, mañana nos levantamos y salimos para Punta del Este, a esta altura del año, hay poca gente halla y me gusta mucho la soledad de ese lugar.

Mabel sintió que dos brazos la levantaban y dejaban sobre el lecho, Julio apagó la luz y se acostó a su lado, boca a boca, apretados en un abrazo pronto se quedaron dormidos.         

      

    

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