lunes, 22 de octubre de 2012

QUERIENDO COMER PAPAS



--Ahora recordé lo que te dije
--Que fue?
--Que las papas no se comen crudas
--Cierto te di la razón, las papas no se comen crudas
--Me diste la razón Pero cocinaste las papas?
--No, sabes que no, el agua no llego a hervir, el fuego no fue suficiente
--Eso no es una excusa, vos eras el encargado del fuego
--Fracase debo admitirlo y lo que es peor, ahora caigo en la cuenta de que no sería capaz, de preparar un fuego para cocinar ¡Las dichosas papas!
--Dado lo cual supongo yo Me estás diciendo que nunca comeremos papas?
--Si admitimos ambos, como lo hacemos, que las papas no se comen crudas, entonces debo decirte que sí, que tenes razón, que dado mi impericia con el fuego, nunca comeremos papas
--La verdad me estas defraudando, creo que recién ahora empiezo a conocerte, cuando acepte ser tu pareja, nunca imagine que no iba a poder comer papas con vos
--Ni yo que debía cocinarlas, sino te hubiera confesado que soy un inútil para el fuego
--Pero todos los hombres saben prender su fuego.
--Todos?
--Si todos, mis amigas y las amigas de mis amigas comen papas, sus compañeros las cocinan
--Lamento defraudarte una vez más, mis amigos y los amigos de mis amigos me han manifestado muchas veces, que no siempre pueden cocinar las papas, que a veces puestos a preparar el fuego fallan en su intento
--¡Pero las papas no se comen crudas!
--Así es, pero en mi caso y vos dependes de mi caso, porque estás conmigo, no sé hacer el fuego para cocinar las papas que vos queres comer.
--Entonces?
--Convidado a discernir -por tu pregunta- con el pensamiento puesto en las papas crudas, debo decirte algo que ya vos  a esta altura de los acontecimientos debes suponer,
--Que?
--Estas en pareja con el hombre equivocado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario