viernes, 5 de octubre de 2012

EL READER EN TIEMPO REAL



Se sentó en el sillón del living el mismo, que tantas veces lo eligiera para leer los libros que mucho le atraían pero esta vez, el asunto era diferente, distinto a otras veces, hoy entre sus manos no había un libro, sino un Reader y algo más interesante todavía que le producía una ansiedad extra, el hecho de que por medio de internet, se anotó al servicio opcional mediante el cual, le enviarían a su Reader un libro pero no uno cualquiera,  sino uno, que lo iría recibiendo por capítulos, o renglón por renglón, o palabras sueltas, según el escritor del mismo en tiempo real lo vaya escribiendo y eso era lo fascinante, compartir la creación de una pieza literaria con su creador, paso a paso, hasta el momento que él dice   termine mi libro y el contestaría, yo termine de leerlo. Algo a todas luces interesante y único, además otro detalle a tener en cuenta, uno puede solicitar que el texto que se le envía capítulo a capítulo, frase a frase o palabra a palabra, sea de un autor determinado elegido por uno ¡Maravilloso! Lo mejor que le pueda pasar a un verdadero lector y a él, como le gustaba mucho la escritura de Esther Vial, pidió que el texto que ingresara a su Reader sea el de ella -por supuesto cuando Vial empiece a escribir aclaro- le dijeron que no había inconvenientes, ni tampoco que sería mucha la espera porque a una determinada cantidad de Reader que soliciten lo mismo, el escritor arranca con su libro. Pareció ser que Esther Vial estaba muy solicitada, porque a la semana de pedirla la empresa le anuncio que Esther Vial mañana por hoy, comenzaría con el primer capítulo de la novela, capitulo que como estaba convenido, a medida que lo vaya escribiendo, entraría en su Reader, eso sí, solo había un pequeño problema pero que para él, no le sería imposible solucionarlo, Esther solo escribía de noche, por lo tanto o bien se quedaba sin dormir, casi como lo hacia ella o lo leía al otro día, que en ese caso por supuesto, seria con varias horas de atraso fuera del tiempo real, mencionado en el contrato. No hay problema se dijo, al principio me quedaré de noche y después veré, así fue que esa noche de un viernes, cancelo todas sus salidas y sentado en su sillón preferido, espero paciente que en la iluminada pantalla de su Reader, apareciera poco a poco el texto que Esther escribiría al mismo tiempo, que él lo estaría leyendo. Se quedó pensativo, la pantalla por el momento se encontraba en blanco, de pronto aparecieron letras a x z o que fueron rápidamente borradas, después comenzaron las primeras palabras del primer capítulo, que Esther escribía en la computadora de su casa y el, vía internet recibía en su Reader. Comenzó a leer palabra tras palabra, al mismo tiempo que ella comenzó a escribir palabra tras palabra, como consecuencia de su imaginación acaso, o quizás por la compenetración en lo que ella escribía, el tuvo la sensación de no estar más en el living ni en ningún lado, que todo su instante en este mundo eran las letras y oraciones, que comenzaban a surgir en la pantalla de su Reader, se dejo llevar por el texto tomo forma en el lo que ella escribía. (A partir de aquí texto que ingresa al Reader)
Pablo cancelo todos sus compromisos esa noche y decidió esperarla, sabía que ella vendría, porque así se lo decía en un mail que le enviara al mediodía “Amor -le escribió- una vez más como siempre esta noche voy a verte. Como vos bien sabes, el deseo viene hacia mi cuando las sombras llegan a ocupar el espacio, que la luz deja en el atardecer de todos los días. Laura” Poético texto pensó él, pero Laura era así, aparecía siempre de noche y se esfumaba en el alba, siempre sola, nunca quería que la vayan a buscar o que la acompañen cuando se iba, a veces pensaba, que debía tener muchos amantes y a todos los trataba por igual, haciéndoles esperar su presencia hasta el momento que ella hubiera elegido para verlos,  sea cómodo o incomodo a él le toco ser el “visitado de noche.” Como un esclavo más en la corte de esa reina, espero pacientemente el momento de su turno y este llegó al rato, cuando escucho el timbre que anunciaba su presencia… (Fin del texto del Reader)
De pronto el living volvió a tomar su dimensión correspondiente, después de mirar fijamente la pantalla de su Reader, al ver que el tiempo pasaba y ninguna palabra más ingresaba a la misma, se dio cuenta que Esther ya por esa noche no escribiría más y él, se vería obligado por esa causa a dejar de leer. La verdad pensó, que esto de que el texto se interrumpa sin ninguna aclaración lo deja a uno intranquilo ¿Le habrá pasado algo a ella? ¿Entraron ladrones o algún imprevisto la obligo a dejar, pese a no querer hacerlo? ¿Volvería a escribir o ya no lo haría por esa noche? Preguntas todas que lo angustiaban y la Empresa no previo resolver, la verdad que cuando el escritor concluya con su relato, debería emitir un código a continuación, que diga el motivo por el cual lo hizo, por ejemplo DDE -deje de escribir- SMT -sigo más tarde- o EAE -empiezo a escribir- algo así por el estilo, que haga que el lector no tenga duda alguna como ahora él y por el contrario, se vaya a dormir tranquilamente, volvió a mirar la pantalla después de “presencia” nada más, suspiró por Esther, se habrá cansado -pensó- espero que sea eso y no otra cosa -se dijo- mañana le mandaría un mail a la Empresa por eso de los códigos y ahora se iría a dormir. Se levantó temprano y lo primero que hizo consulto su Reader ¡Maldición! Esther había vuelto a escribir y el estaba durmiendo en ese momento, leyó atentamente… (A partir de aquí texto que ingresa al Reader)
Dejo lo que estaba haciendo y fue hacia la puerta de entrada de su casa abriéndola, a pasos de él, detrás de la reja que separaba el frente de la casa de la calle, estaba Laura linda como siempre, lo saludo de lejos con un agitar de manos y una sonrisa mientras le decía.
--Hola Pablo ¿Como estas?
--Bien Laura, muy contento de verte, de que hoy me haya tocado a mí.
--Siempre te toca a vos tonto, aunque no quieras creerlo, aunque desconfíes de mí, yo te digo que siempre te toca a vos.
Abrió y abrazándola la beso en la boca, profundamente, como si fuera la fruta que desde mucho tiempo deseara comer, ella se aferró a él y también lo beso con pasión…(Fin del texto del Reader)
Lo último entonces que hacia unas horas escribiera Esther mientras el dormía, que bonita frase “besar con pasión” algo que él nunca hizo en su vida y lo que es peor, no sabía si llegaría a hacerlo. Se dirigió al baño y después de ducharse se preparó un desayuno, lo tomo con ganas tenía hambre, más tarde y una vez que acomodara la cocina y ordenara todo para salir rumbo a su trabajo, fue a la computadora y le mando un mail a la Empresa que explotaba este nuevo servicio de Reader, era por el asunto del código, para cuando quien escribía terminara de hacerlo -  DDE - SMT – EAE - una vez hecho esto apago y cerró todo, yéndose por supuesto con su Reader a cuestas, no sea cosa que a Esther se le ocurriera escribir durante el día, pero no fue así, la jornada transcurrió normal
y horas después, ya casi noche volvió a su departamento, previa visita al restaurant del cual era habitué para cenar. Una vez dentro de su casa, abrió todo para que se ventile y en la cocina se hizo un té, volvió al living y preparo el ambiente para recibir en su Reader, la continuación de la novela de Esther, que de seguro ella comenzaría a escribir, apenas la noche ocupe definitivamente todo el espacio de las cosas. Se sentó en su sillón favorito, dejó el ambiente a media luz fijando su atención en la pantalla del Reader, esperó por supuesto con ansiedad la continuación del texto. Pasaron diez minutos, treinta, sesenta y la pantalla seguía sin poblarse de frases y palabras nuevas, de letras necesarias, de cosas que se piensan…sin darse cuenta y a su pesar se quedo dormido. (A partir de aquí texto que ingresa al Reader)
--Entremos Pedro -le dijo- no quiero mostrar en la calle nuestro amor.
Una vez dentro se miraron, ambas manos se conocieron y abrazaron, los dedos desnudaron los cuerpos y los labios abrieron las bocas, los sexos se buscaron entre roces, gemidos y misterios, tirados en la alfombra sin llegar a la cama, gozaron en el suelo como en el mejor de los lechos. Rato después que el fuego del encuentro fuera brasa consumida por el deseo él le dijo -mientras estaban abrazados, mezclados y felices como un solo cuerpo-
--Laura te amo, aunque vengas cuando quieras y huyas de mi cuando te venga en ganas.
Ella nada le dijo y solo suspiro, el se quedo intrigado…(Fin de texto de Reader)
Se despertó de golpe y ¡Maldita sea! Otra vez se perdió de leer a medida que Esther escribía, leyó rápidamente el texto que no sabía en qué momento apareció en su Reader y al terminarlo, se quedo expectante esperando su continuación, pero la pantalla indiferente a su ansiedad, permanecía iluminada pero sin recibir letra alguna, espero media hora y dado lo avanzado de la noche, llegó a la conclusión que ella se había ido a dormir y ya nada saldría de su pluma hasta mañana. Así las cosas, volvió a leer lo último que apareciera en su pantalla y lo avanzado de la noche, lo más o menos erótico del texto, su soledad, todo eso junto o separado, hizo que de pronto se despertara en él el deseo sexual, trato de evitarlo pero no pudo, cada vez más tenía el deseo de eyacular, fue al baño y mientras estaba bajo la ducha tibia y agradable, se masturbo hasta terminar, si el Reader fuera humano, dejado sobre el sillón como estaba, de seguro hubiera escuchado los entrecortados quejidos que escapaban de su alma, mientras al mismo tiempo el semen huía de su cuerpo. Un poco flojo de piernas, menos tenso sexualmente, se termino de bañar y se fue a dormir, antes apago el Reader que estaba sobre el sillón, pensó mientras lo hacía, que era necesario encontrar una solución para que no esté dormido, cuando Esther empieza a escribir y esa solución, sería que la Empresa incorpore un ruido, una llamada, en el momento que ella empiece a hacerlo, mañana sin falta le mandaría otro mail a la Empresa, para proponer esto, otra cosa, ¿Habrá cogido Esther sobre una alfombra alguna vez? La verdad, ¡Sería bueno saberlo! Ya en la cama apagó la luz y se quedó dormido, al otro día a punto de salir para la oficina, se acordó del mail y volvió sobre sus pasos para mandarlo “Necesito saber cuando la escritora empieza a escribir, agreguen por favor una llamada de atención en la pantalla del Reader para eso pago” -escribió- y partió para el trabajo. Al mediodía como siempre, como todos los días, fue al restaurant de la media cuadra a almorzar, después de hacerlo y mientras estaba tomando un café tuvo una corazonada, sin saber porque busco su Reader y lo abrió ¡Cosa increíble! La pantalla del mismo estaba recibiendo texto, algo había fallado pero no sabía que, ya que Esther además de ser una escritora nocturna como le dijeran, también se daba el lujo de escribir durante el día, pésimo servicio se dijo, pero menos mal que tuvo suerte, se le ocurrió prender el Reader en el mismo momento que ella continuaba el texto de su nueva novela, que él tenía el privilegio de leer -previo contrato y pago- a medida que ella la iba escribiendo, lo que se dice casi en tiempo real, dejo el café que estaba caliente y centro su atención, en el texto que llegaba desde una computadora lejana y que aparentemente, pese a su lejanía lo calentaba…(A partir de aquí texto que ingresa al Reader)
Por un rato no hablaron, después el se incorporó y la ayudo a levantarse.
--¿Qué pasa Pablo?
--Nada amor, el suelo es incomodo para dormir, vamos a la cama.
--¿Pablo?
--¿Qué?
--Recién entre dormida soñé algo raro que me perturbo un poco.
--¿Qué de raro soñaste Laura?
--Mientras estábamos abrazados soñé que otra persona, un hombre para ser más exacta, estuvo gozando -mientras nos espiaba- con nuestro acto sexual y tanto es así, que lo vi masturbarse -en el sueño por supuesto- recordando el momento de amor que nosotros pasamos.
--¡Por favor Laura! ¿Qué estás diciendo? Aquí es imposible que alguien nos espié, estamos solos amor, completamente solos.
--Si lo sé, pero eso es lo extraño que en mi sueño, ese hombre no estaba aquí, estaba ubicado en otra dimensión, como fuera de nuestro mundo, puesto allí solo para observarnos.
--Laura amor los sueños son sueños, inexplicables la mayor de las veces, situaciones que solo se dan en nuestra imaginación no en la vida real, cuando despertamos volvemos a ella y el hechizo del sueño termina ¿De acuerdo?
--Si tenes razón, me sentí con miedo pero ahora que te lo conté estoy tranquila, es cierto uno se despierta y la pesadilla se termina, vamos a la cama tengo sueño.
--Yo también, vamos.
Ambos fueron al dormitorio se acostaron y abrazados pronto se durmieron, no hay mejor sabana que un cuerpo desnudo  para el sueño, ni mayor descanso que sentirse apretado sobre el cuerpo del ser que uno ama…(Fin de texto de Reader)
Dejo de leer en el momento que ella dejo de escribir y el nuevo texto,  incorporado por Esther al Reader lo sobresalto más de la cuenta. ¿Cómo puede ella saber lo que le paso a él la noche anterior, a consecuencia de lo que había escrito? ¿Debido a que? Puso en boca de Laura, el relato de la calentura que él vivió, todo muy extraño. Una sensación de miedo se apoderó imprevistamente de él ¿No sería que a través del Reader, de la misma forma que el la leía a ella, en tiempo real, ella lo estaría viendo, observándolo por medio de su pantalla en la computadora y de esa manera, mientras el leía, Esther le iba suministrando el texto de sus propios actos -no siempre- pero seguro podía hacerlo cuando se le ocurriese, como en este caso que le llamaba tanto la atención, algo tenía que hacer y de pronto tuvo una idea brillante, sacaría la camarita de su computadora,  le colocaría un pedazo de cinta aisladora a la cámara de su notebook, todo eso haría para anular los ojos electrónicos, de los que se podría valer ella para espiarlo, dado que aunque él no lo supiera, Esther podría estar utilizándolos para observarlo y porque no, como imagino antes, usar algunas de sus actitudes como argumento para sus textos, se le hacía tarde pago y volvió a la oficina, cuando llegue a su hogar –pensó- se pondría antes que todo, a anular las cámaras, más tranquilo atravesó el molinete del edificio de oficinas donde trabajaba y ascensor mediante, se encamino a su trabajo. Terminando el día volvió al bar y pidió un cortado y una media luna, mientras lo tomaba abrió el Reader, la pantalla se encontraba blanca nada nuevo en ella, las últimas palabras que vio escritas eran de la entrada anterior y decían “El cuerpo del ser que uno ama” linda frase dijo, la podría haber escrito yo, cuando uno lee en tiempo real, se da cuenta que cada frase pudo haberle pertenecido y que en definitiva, al final lo único interesante en esto de escribir, es la historia que se forma con el uso del lenguaje común a todos nosotros. Pagó y apago, el café y el Reader y se fue hacia su casa, todavía preocupado de cómo Esther pudo llegar a escribir, lo que él había hecho la otra noche, estando absolutamente solo en su departamento y por supuesto, sin que persona alguna lo viera, extraño, muy extraño ¿Sería maga Esther y gozaría de atributos mas allá de los que confiere esta nuestra vida? Lo que no era extraño que ya se encontraba frente a la puerta de su hogar y esto era así, debido al colectivo que lo trajo hasta allí. Abrió la puerta del edificio y entró, al llegar a su departamento prendió todas las luces y reviso por todos los rincones, estaba solo hoy igual que ayer, entonces nada más quedaba que deshacerse de las cámaras, de la computadora retiró la que tenía en la parte superior de la pantalla, la desconecto y la metió en un cajón, levantó la tapa de su notebook y con cinta aisladora que guardaba arriba de un mueble, obturo varias veces el objetivo de la cámara, luego cerró la notebook y respiró aliviado ¡Ahora sí! Se encontraba solo, completamente solo en esa casa y a Esther de querer espiarlo, le sería imposible. Decidió preparar la cena de esa noche porque Esther dentro de una hora más o menos, comenzaría a escribir y quería leer desde el comienzo todo, sin perderse ni una coma. En la cocina se preparo de cenar y ya comido se sentó en su sillón favorito y esperó, con el living a media luz y con el Reader conectado entre sus manos, la misma pose que venía practicando noche a noche, desde unos días a esta parte. Paso el tiempo, una, dos horas, cansado de esperar se le ocurrió pensar, que Esther no escribiría esa noche ya que lo había hecho al mediodía, por ahí esta noche tendría que hacer y adelanto el trabajo ¿Pero que tendría que hacer Esther esa noche? ¿Salir con un hombre? ¿Divertirse con ese hombre? ¿Gozar? Para después mañana, al leer en el texto que ella le mande todo lo que hizo, se entere el de aquello que pasó. Una sensación rara lo invadió, de pronto se dio cuenta, ¡Tenía celos! ¡Celos de que Esther saliera con otro tipo! Porque solo la imaginaba como perteneciéndole a él, de pronto escucho un ruido que provenía del Reader y en la pantalla aparecieron las letras EAE, de lo cual dedujo que empezaba a escribir y así fue, la pantalla comenzó a narrarle nuevamente ¡Estaba loco de alegría! La Empresa había aceptado su código de ruido y letras, que explicasen la situación por la cual Esther estuviera pasando en el momento de contactarse con él. Se puso muy contento y decidió prestar atención a lo que ella escribía… (A partir de aquí texto que ingresa al Reader)
Estaba amaneciendo cuando Pablo se despertó sobresaltado, ya no sentía el contacto del cuerpo de Laura sobre el suyo, se incorporó en la cama y vio que vestida ya y desde la puerta de la habitación, lo miraba con esa mirada cargada de misterio tan característica en ella.
--¡Otra vez Laura! Otra vez te vas al amanecer y ni siquiera desayunamos juntos.
--Así es Pablo como siempre ¿De qué te asombras? Si nuestra relación está hecha de esta forma, encuentros nocturnos en tu casa, ¡Muy hermosos! La pasamos bárbaro y antes que amanezca me voy, ese es el trato.
--¡Tu trato!
--Nuestro trato porque vos lo aceptas y te avienes a él.
--Está bien acepto, acepto como sos y lo que haces.
--Por eso estamos juntos Pablo y ahora me voy, chau amor.
--Espera que me levanto y te acompaño hasta la puerta al menos.
--Quedate estas rendido, cierro y dejo la llave en el lugar de siempre, allí la vas a encontrar cuando te levantes.
--Ok tenes razón no doy más, me asombras vos como te levantas tan temprano durmiendo tan poco, yo no puedo.
Ella se acercó a él y le dio un beso, se besaron, chau le dijo y se fue, ya en la calle dejo la llave en el lugar de siempre y tomo un taxi a retiro, al menos eso es lo que se escucho que le dijo al chofer. Se dedico a mirar la ciudad que a esa hora tan temprana, recién se despertaba del largo sueño de la noche que quedo atrás, las calles se hicieron cada vez más y más céntricas, hasta que llego un momento en que  el conductor le anuncio, que ya estaban llegando a destino, circunstancia de la cual por supuesto ella ya se había dado cuenta.
--¿Dónde la dejo? -pregunto el chofer-
--Siga por Libertador, después de Plaza San Martin a la izquierda Hotel Cien Estrellas.
--Como no señorita.
El taxi siguió por Libertador y doblo tal cual le indicara Laura, un rato después paraba frente al Cien Estrellas, un hermoso Hotel Internacional construido no hacía mucho en la ciudad, ella bajo y se dirigió directamente al conserje.
--¿Qué tal Raúl, todo bien? ¿Llego tarde?
--No Laura llegas justo.
--¿Justo para qué?
--Para empezar a trabajar, de la habitación treinta y seis pidieron una acompañante anda, te digo que el acompañante debe ser muy especial.
--¿Porque Raúl de que se trata? ¿Es un jovato? ¿Un político? ¿Un tipo de la tele muy conocido?
--Frio, frio no estas acertando.
--¡Como que no estoy acertando! ¿Quién es? ¿Un jefe tribal africano acaso?
--Tal vez para vos algo parecido.
--¿Qué?
--Una mujer.
--¿Una mujer? ¡No cuentes conmigo!
--Tenes que ir, ella te eligió en el libro y te está esperando, con una sonrisa me dijo que eras muy fotogénica, tanto que la habías vuelto loca solo de verte en una foto.
--¡Raúl! Sabes qué.
--No sé nada Laura es tu laburo si vos no vas no volves más, es la regla aquí, déjate de joder y ponete las pilas, no quiero ir al dueño con la alcahuetería de que no fuiste a cumplir con un servicio y cagarte para siempre, ¿Te das cuenta?
--Está bien, entiendo Raúl ¿Qué cuarto dijiste?
--Treinta y seis.
--Ok jugale mañana, allá voy.
--¡Suerte! Después date un buen baño.
--No jodas chau.
Se acerco al ascensor marco el tercer piso y poco más tarde, estaba frente a la puerta de la habitación, golpeo con los nudillos y escucho unos pasos que se aproximaban, hubo como una vacilación de quien estaba en el interior y por un instante escucho que se detuvo, luego los pasos decididos se oyeron más fuertes y la puerta se abrió, frente a ella una hermosa mujer joven, casi tan joven como ella la estaba mirando.
--Soy Laura, el conserje…usted pidió.
--Si pasa Laura, pasa, yo me llamo Esther y pedí una compañía femenina para pasar un rato con ella, solo un rato no más, el tiempo justo para satisfacer mi deseo oculto a los demás y siempre presente en mí, me es necesario satisfacerlo con alguien que no conozco ni me conoce ni sabe nada de mí, ni nunca lo sabrá como es tu caso y a quien no volveré a ver más ¿Comprendes Laura?
--¿Porque me pedís a mi comprensión? Que soy como lo dijiste una extraña en tu vida, que no te conozco ni me conoces y que en realidad, poco me importa lo que te pase y los gustos que tengas, siendo que además esto lo hago porque me pagan y no por otra cosa y de última te digo, lo peor de todo ¡No me gusta hacer el amor con mujeres!
--¿Y a que venís entonces si sabias que yo era una mujer? ¡Ándate! A mí tampoco me gusta acostarme con mujeres que no me hagan gozar.
--Cálmate un poco y no nos peleemos, si no vengo a esta habitación donde vos estas me echan y pierdo el trabajo ¿Entendes?
--Si entiendo Laura ¿Qué hacemos entonces?
--Vamos a ser profesionales, mejor dicho voy a ser profesional.
--Si.
--Volve al cuarto y ponelo en penumbras, espérame acostada en la cama, sin cubrirte con las sabanas, ¿Entendes? ¡Desnuda! sobre las sabanas y espérame así en esa posición, yo me doy una ducha vengo y me acuesto con vos ¿Me dijiste que querías gozar Esther?
--Eso te dije.
--Bueno espérame en la cama que ya voy, espero conseguirlo ¡Pero atención!
--¿Si qué?
--Solo hoy y nunca más, nunca.
--Para eso vine al Cien Estrellas Laura, para encontrarme por una única vez, es como comer un postre cada tanto ¿Comprendes?
--Creo que si anda que ya voy.
Esther se fue hacia su cuarto a esperar a Laura como esta le había pedido, desnuda entre las sabanas de la cama, mientras tanto Laura se encaminaba al baño a darse una ducha, una vez allí cambió de opinión y decidió darse un baño de inmersión, lleno la bañadera de agua caliente y hecho unas sales dentro, para luego introducir su cuerpo en el agua gozando con ello mientras lo hacía, pensó que esto era mejor que la ducha, dado que tardaría un tiempo más largo en ir con Esther y la encontraría más caliente y más propensa al orgasmo, cuando lo tuviera chau, ella ya había cumplido con su trabajo, se levantaría y se iría lo más rápido posible así se sacaba ese problema de encima, destapo la bañadera y dejo que el agua corra hasta desagotarse, cuando estaba desnuda, el ruido del agua al irse por la cañería la ponía caliente y era mejor ir caliente, al encuentro de Esther, porque sino todo sería un suplicio, abrió la lluvia y se ducho, paso suavemente los dedos por su clítoris para calentarse aún más, cuando lo consiguió, se seco con una toalla y fue hacia el cuarto donde estaba Esther desnuda esperándola, la verdad que se sintió preparada para el combate, después de todo ahí se dio cuenta que era una profesional. A través de la penumbra divisó el cuerpo de ella, que acostada boca arriba con los pechos duros y con las piernas abiertas la esperaba, se dejo caer de costado y busco la boca de Esther, una lengua ansiosa la recibió, mientras sintió que una mano se introducía en su sexo y descubría su clítoris, mientras la otra la estrechaba fuertemente para que los senos de ambas se mezclen, entre los pechos apretados, se revolcaron, se estrujaron hasta que las bocas buscaron los sexos y así terminaron, duro el bajo vientre por el espasmo, más morenos los pezones, vino de nuevo el orgasmo, después la calma y el silencio, después se acomodaron en el lecho y boca arriba, teniendo como cielo el cielorraso que tenía pintado un cielo de mentira, juntas pero sin tocarse, dejaron pasar el tiempo, la primera que hablo después de el relax, mientras poco a poco el silencio dejaba de notarse fue Esther.
--Me dijiste que no te gustaba acostarte con mujeres.
--¿Y? -pregunto Laura-
--Bastante bien por no gustarte yo diría maravilloso.
--Exageras, lo que no te das cuenta que soy una profesional.
--Me doy cuenta de  que me cogiste bien.
--Ok hablando de otra cosa y queriendo conocerte un poco, solo un poco ¿De qué trabajas Esther? ¿Qué haces? Vos me llevas la ventaja de que sabes lo que yo hago.
--Quiero recordarte que me dijiste solo hoy, nunca más, nada entre nosotras, ¿A qué te interesa saber algo de mí? No tiene sentido si no vamos a vernos nunca más, salvo que me uses como trofeo para colgarte del pecho y decir por ahí, yo me comí a esta trola.
--Esther yo jamás haría eso, no me conoces.
--Ni tendré oportunidad de hacerlo ¿Para qué quieres saber de mi entonces?
--Tenes razón no me digas nada.
--Ahora te lo voy a decir, así te pavoneas por ahí diciendo ves yo hice terminar a esa mina en un telo.
--Estas agresiva Esther ¿Que te pasa?
--Me pone mal la situación, me pone mal el gozar siempre con alguien que no me ama y le pago por eso, me desprecio y te desprecio y encima como propina, me pedís que te diga quién soy y que es lo que hago.
--Deja, no me digas nada, perdóname fui una estúpida, no me di cuenta que me estaba metiendo en tu vida y eso no me corresponde.
--¿Sabes Laura? Estoy cansada de no decir nada, tal vez por no decir nada escriba tanto.
--¿Escribas tanto?
--Si soy la escritora Esther Vial.
--Me pongo de pie, cogí con la escritora Esther Vial, descubrí que las escritoras también tiene clítoris.
--No te burles.
--No me burlo, sos vos que estas dramatizando un buen momento que pasamos.
--¿Qué estás diciendo Laura? ¿Un buen momento que pasamos? ¿Pero no era que odiabas acostarte con mujeres?
--Así era.
--¿Entonces?
--¿Entonces qué?
--Nada Laura, nada.
--Te voy a confesar algo que me surgió ahora en este instante.
--Si.
--Goce con vos no me digas porque, ni yo lo entiendo pero goce con vos y en un momento cuando nos estábamos amando, no te vi ni como un hombre ni como una mujer, te vi solo como un deseo, un deseo compartido y bien llevado por las dos. ¿Te parece un buen argumento Esther?
--Por ser escritora te diría que sí.
--Y por ser escritora y yo por ser curiosa te pregunto ¿Qué estas escribiendo ahora?
--¿Ahora?
--Si ahora en este momento, un rato antes quizás que nos encontremos.
--Tal vez sin darme cuenta, este escribiendo el encuentro de nosotras dos.
--Sería algo así como que yo estoy formando parte de tu novela y soy un personaje de la misma, nuestro encuentro en este hotel ¿Es un episodio que se narra en ella?
--Algo así porque no, pero también estoy en un proyecto en Reader, todas las noches prendo mi computadora y escribo una novela y miles de Reader, la reciben al momento.
--Escribirías este encuentro.
--Como te dije antes, si encajaría en el argumento seguro que lo haría.
--¿Y qué necesitarías para ello?
--Un personaje de mi historia que sirva de nexo con este momento.
--¿No podría ser yo?
--¿Estas loca Laura? Imposible a vos recién te conozco ¿Como te iba a poner en mi argumento?
--Tal vez tengas razón Esther pero deberías saber, se me ocurre como escritora que eres,  que el personaje de uno a veces no es otro que el deseo que se escribe.
--Puede ser porque no tal vez la cosa sea por ese lado, pero prefiero tenerte como amiga y no como personaje.
--Yo también, vamos al baño nos duchamos juntas y después nos vamos.
--¿Juntas?
--Si juntas y desnudas en la ducha, es hermoso vas a ver, en cuanto a retirarnos de la habitación, lo vamos a hacer por separado, no quiero que el conserje nos vea, cambiamos teléfonos y después nos hablamos a ver qué hacemos.
--Ok Laura será hermoso.
--Ah… y otra cosa.
--¿Si?
--Seguí escribiendo para los tipos del Reader pero no le cuentes esto eh.
--Quédate tranquila, no lo voy a contar seguro que no. DDE (Fin del texto del Reader)
La pantalla se torno totalmente blanca parpadeo un segundo hacia los grises apenas perceptibles y después, aparecieron las letras ¡Si! Un texto nuevo comenzaba a entrar y atónito poco a poco, fue siguiendo el relato de ese texto, en el mismo vio asombrado como su escritora, con la que el soñaba con que sea su posible amante, en realidad era una trola que visitaba distintos hoteles, en busca de mujeres que le hagan compañía y que incluso, consiguió conquistar a Laura que ahora se daba cuenta, la usaba también como protagonista de sus cuentos y con la cual, jugaba distintas situaciones sexuales para indudablemente calentarlo a él, incluso el mismo fue usado en su novela ¿El haberlo usado daría lugar a sospechar que habría querido tener algo con él? En el fondo lo estaría buscando para acostarse, en uno de los tantos hoteles que visitaba para ello, la verdad que mal no le vendría, lo cierto que era un pelotudo en masturbarse, en tirar su semen a la cloaca, debería hacer algo mejor. ¡Buscarla! ¡Encontrarla! Y decirle que él era el lector del Reader, para el cual ella le escribía casi en tiempo presente y en ese tiempo presente, el se había calentado con lo que ella decía en sus textos y la quería coger, mucho mejor que Laura en el hotel, o bastante mejor que Pablo a Laura ¿Flor de puta había resultado Laura no? De última él quería llevarla a escribir el texto más porno de su vida, para que fundiera todas las pantallas de los Reader conectados a su computadora ¿Pero cómo hacer para ello? ¿Dónde estaba Esther Vial? ¿Dónde vivía? ¿Qué lugares frecuentaba? De pronto se quedo helado, duro como un palo seco ¿Pero de que estaba hablando si le gustaban las mujeres? ¡Era lesbiana! Nunca le daría bola ¡Pedazo de pelotudo! Volvió a lo mismo, se dio cuenta que al final solo podría masturbarse por ella, si por ella y con Laura junto a Pablo, solo le quedaba masturbarse, dado que una lesbiana y escritora era una realidad imposible de superar y Laura hermosa puta ficcional estando con todos los que estaba, también entraba en la razón de lo imposible, con el texto terminado “no lo voy a contar” y con esta última frase en su memoria se dio cuenta, que también Esther era mentirosa y al final usaba a todo el mundo en pos de su argumento, ya no dejo el Reader perfectamente acomodado en su escritorio, sino que lo dejó hundido en su sillón preferido, perdido entre almohadones y se fue a dormir, mañana de seguro al levantarse le dolería la cabeza y así fue, se levantó y debió tomar un analgésico, desayuno como todos los días y salió rumbo al trabajo, en el trayecto se le ocurrió pensar que sería interesante encontrarse con Laura, esa amante de Esther bisexual, que a su vez ella la usaba como personaje en su novela, pero ¿Como hacerlo? Ese era el acertijo imposible que le hubiera gustado develar, ya estaba llegando al trabajo, tocó el timbre y bajo en la cuadra del restaurant, camino media cuadra hacia atrás y cruzó el molinete subiendo al ascensor, se perdió entre los empleados que hacían lo mismo que el. Paso el mediodía, con el paréntesis del almuerzo llego la tarde y después, la cena en el lugar de siempre para volver al hogar, como todos los días y a enfrentarse con su sillón favorito. Ansioso buscó el Reader, allí estaba ente los almohadones y apenas con un ángulo de luz sobresaliendo de los mismos, lo primero que hizo fue llevarlo a cargar, porque seguro tendría poca batería, después se baño como siempre y se preparo su clásico café, desenchufo el Reader que ya estaba con su batería cargada y se dirigió a su sillón favorito, a la espera de la continuación del relato pero mientras así lo hacía, no se podía sacar de la cabeza la presencia de Laura, en ella era una imagen completamente desnuda y a él abrazada, suspiro hondo muy hondo y se dijo para sí ¡Sería lindo! Y fue cuando noto que su miembro comenzaba a ponerse viril, le dio un cachetazo para calmarlo y no lo joda, se acomodo la bragueta sentándose en su sillón favorito con su Reader, a la espera del texto casi en tiempo real, como todas las veces al principio no paso nada, como siempre despacio pero en continuo, su ansiedad fue en aumento, hasta que como flores que estallaran en el espacio de un jardín, de pronto aparecieron las letras EAE y un corto ruido salido del Reader le hizo entender que el texto escrito por Esther Vial comenzaba de nuevo a aparecer…(A partir de aquí texto que ingresa al Reader)
Laura dejó el hotel y caminando subió por la calle San Martin en dirección hacia el centro, entró a un pequeño boliche que le gustaba mucho y la ponía tranquila y de buen humor, siempre que sola tomaba algo en el, una vez sentada y bebiendo lo que pidió, de pronto no supo debido a que, le vino a la menoría la imagen del sueño que tuvo cuando estaba con Pablo, la del joven aquel que se masturbaba mientras veía a ambos teniendo relaciones sexuales y fue entonces, que imprevistamente apareció en su mente la idea de que, si ese joven la había visto una vez en la casa de Pablo, la estaría viendo siempre, este donde este sería “la observada en todo momento” por “aquel que siempre mira” y esto a la vez que la intranquilizaba, en cierta forma la tranquilizaba también, porque lo que no le había dicho a Pablo la última vez que tuvieron relaciones en su casa,  era que en el sueño ella además de ver al hombre masturbándose, vio su sexo acariciado por el mismo y eso, la calentó muchísimo y cosa rara, esa imagen de aquel sueño, pasó a ser la imagen que la estaba calentando ahora, tuvo ganas de verlo y debido a su deducción anterior, segura de que el la estaría viendo cualquiera sea el lugar donde estuviera ella, quiso hablarle, más que querer hablarle se le había vuelto una necesidad hacerlo, por lo tanto hablo.
--Nos vimos, yo en un sueño y vos a mí en la casa de Pablo y lo que más quiero en este instante, es volverte a ver, como se que controlas mi imagen, te pido que me contestes en donde te encuentras y si es posible que nos veamos ya.
En su sillón favorito él se sintió asombrado, tembló, no sabía si de ansiedad o de miedo, el Reader se le cayó de las manos, rápido lo tomo nuevamente y ya no tuvo dudas, la veía a Laura sentada en el café hablándole y no podía describir lo que sentía dentro suyo, pero si atraparlo en su conciencia, fue en ese instante en que le hablo.
--Si te estoy viendo Laura es más, no solo te veo y escucho como si estaríamos separados por una pantalla de skipe, sino que estoy atento a lo que me digas y dispuesto a hacerlo.
--No te pido mucho, solo decime adonde vivís, iré a tu casa ¡Quiero verte!
--No tengo alfombra como Pablo.
--Pero tendrás un lecho.
--Tal cual de eso no tengas dudas, te digo donde vivo y no solo te doy la dirección, sino que te pido vengas pronto, porque en el tiempo que tardes en venir, perderé tu presencia al no tener el texto que ingrese a mi Reader.
--No temas no perderás nada, porque Esther seguirá escribiendo de mi recorrido hacia tu casa.
--¡Que suerte! Entonces te podre leer en el Reader mientras vienes.
--No te olvides que pagaste el servicio de casi tiempo real, espérame que ya llego.
Laura salió del boliche y una  vez en la calle busco un taxi y recordó la dirección que le diera, que fue la misma que le dijo al taxista ¿Cómo sería el encuentro entre ellos? Quiso imaginarlo pero solo pensó en una relación sexual, un jadeo de cuerpos entre un hombre y una mujer, nada tan simple como complicado a la vez. Ya se encontraba en el comienzo de la calle donde él vivía, unas cuadras más adelante el taxi se detuvo frente a un edificio azul vidriado, por la dirección ese sería el lugar, pago y se bajo acercándose a la puerta de entrada y llamó en el quinto B, alguien que sería el le contesto.
--¿Quién es?
--Laura.
--Ya bajo a abrir espérame.
Una vez más ese sexo alocado que la perseguía siempre había hecho presa de ella, o tal vez sería Esther Vial la que solo pensaba en coger, pero quien sea de las dos, lo cierto que allí estaba como siempre en el cuento, dedicada a su papel de amante insaciable dejó de pensar, porque escucho un ascensor que abría sus puertas y a través del vidrio de la entrada al edificio, vio a un hombre joven que se acercaba a su encuentro.
--¿Laura?
--Si no hace falta que te diga que soy Laura, porque ya me conoces de verme varias veces, pero a vos yo recién te conozco, dado que antes te vi solo en un sueño.
--Espero que no te haya defraudado.
--No por el contrario me caes bien.
--Macanudo veni pasa, vamos arriba.
La tomó del hombre y fueron hacia el ascensor, apretó el quinto y se volvió hacia ella, se abrazaron, se besaron y porque no se mordieron el cuello, el lóbulo de las orejas y los labios. Sus manos recorrieron las ropas palpando el cuerpo que se escondía bajo ellas, cuando llegaron al quinto el abrió las dos puertas, las del ascensor y la de su departamento como si fueran solo una, corrieron al cuarto y una vez dentro, el la desnudo y ella le arranco la ropa, tomó entre sus manos el sexo de él, para redimirlo de haber sido masturbado y elevándose apenas en sus dos pies, lo introdujo en su sexo, el se dejo hacer lo que ella quería y luego choco su sexo contra el clítoris de ella una, dos, varias veces, los senos duros contra el pecho de él, parecían flores apretadas por la tierra, las espaldas con leves gotas de sudor, calas blancas sobre un fondo negro -la oscuridad de la habitación- y las manos de ambos, pájaros que volaban tratando de entrar en todos los nidos que encontraran, el movimiento rítmico y pausado se congelo de golpe y un grito dulce se escapó de unos labios y otro entrecortado, huyo de una boca, se dejaron caer sobre la cama, como lo tenía probado pensó ella, no había nada mejor que coger de parados. Se quedaron boca arriba juntos, igual a todos los amantes que terminan y luego de terminar así se quedan. El tuvo la precaución de dejar el Reader en su mesita de luz, lo agarro y leyó el texto que había aparecido, el relato era la relación sexual que ellos estaban protagonizando casi en tiempo real, supuso que Esther estaría como loca o por ahí no, gozaría como simple espectadora y hasta posiblemente en este momento, estaría acariciándose su clítoris frenéticamente, en busca de un orgasmo en soledad, nada de eso le llamo la atención, estaba seguro de que todo ello ocurriría, se volvió a Laura para decirle.
--Todo ha sido hermoso Laura, la verdad que no me gustaría dejarte ni que me dejes.
--Ella le respondió mientras su mano jugaba con el sexo de el, ahora pequeño e insignificante, después de haber eyaculado, eso es imposible.
--¿Porqué? -pregunto el- mientras le acariciaba el clítoris, que se había convertido en apenas una semilla muy pequeña.
--Porque si te leíste todos los textos del Reader que te aparecían en tiempo real, te abras dado cuenta que Esther me quiere como mujer y además como amante, de los distintos encuentros que su mente calenturienta va buscando, a través de la trama de la novela.
--Ya lo sé ¿Pero no puede cambiar eso? Te amo más que ella y te quiero más que Pablo y de seguro más que todos los amantes, que en sus futuros textos se le ocurran.
--No sé, también vos despertas en mí un deseo diferente, distinto a los otros deseos que sentí hasta ahora, pero lo que me propones no puede ser.
--¿Por qué no puede ser?
--Por algo tan simple como que yo no soy quien escribe el texto, estoy esclava de mi rol, soy un personaje que aparece en los Reader, sobre su pantalla luminosa  y vos me lees casi en tiempo real, la que escribe es Esther, ella es la dueña de la trama y del tiempo y del sentido de mis actos, no yo.
--Tengo una idea.
--¿Cuál?
--Presta atención a lo que te diga y después decime si lo que pienso, es equivocado o no.
--Adelante te escucho -su mano noto que el sexo de el dejaba de estar tan fláccido-
--Si Esther Vial es la escritora responsable del texto de los Reader y vos su personaje que aparece en ellos, por supuesto yo no puedo estar con vos, el mundo de los Reader es extraño a mí, además hay otra razón importante, yo soy lector de Esther y no su personaje, por lo tanto nunca formaría parte de sus textos -la mano de el sintió que la semillita del clítoris comenzaba a germinar-
dado lo cual solo queda un camino para estar juntos y te lo voy a explicar.
--¿Y hasta ahora que estuviste haciendo?
--Tratando de que entiendas todo esto que se me ocurre. Sigo entonces, vos sos escrita por Esther y leída por mí en la iluminada pantalla del Reader, pero yo a su vez, soy también personaje condenado a esa lectura, por la pluma de otro autor que no es Esther, a la cual la hace ficcional y escribe en papel sobre todos nosotros, incluyendo en una sola, a las novelas donde participas vos y a la cual pertenezco yo, como es el caso de este encuentro especial y aparentemente fuera de tema que estamos viviendo juntos.
--¿Hay otro autor escribiendo además de Esther?
--Seguro que hay otro autor y si sigo la opinión de muchos, el mundo real no es sino la continuación interminable de una ficción sobre otra, de un autor explicando o creando a otro autor y así indefinidamente, pero dejemos esto.
--¿Porque no hablamos entonces con tu autor y le planteas que quieres estar conmigo? –dijo Laura-
--Acertaste y si, existiría la posibilidad de que yo hable con él para que te retire del texto de Esther y pases a su propio texto, que escribe sobre papel.
--¿Fuera del Reader?
--Si lejos de él.
--¿Como fue toda la vida y no como ahora, que tengo la posibilidad de que me vayan leyendo en tiempo real?
--Exacto, el sacrificio de estar conmigo es que no te leerán más en tiempo real, formaras parte de un texto leído, que fue previamente terminado y corregido, para luego ser vendido en una librería, para que alguien sentado en su sillón favorito lo lea y lo subraye.
--¿Ese es el destino que me ofreces para estar a tu lado?
--Te ofrezco el tiempo en que dure el papel para estar juntos-su mano noto que la semillita del clítoris ya germinada era una ramita muy, muy pequeña, pero llena de calor ¿Qué decidís Laura?
--Habla con tu escritor y decile que me queres y que yo también quiero estar con vos -la mano de ella noto que el sexo llegaba a una firmeza perfecta para hacer el amor-
 No espero más y olvidándose de todo lo que estaban hablando y si iba a ser sí o no personaje de no sabía qué cosa, no le importo mucho, lo atrajo hacia sí y lo beso en la boca, sus labios se refregaron por su pecho y fueron hacia el ombligo, mientras la lengua todo lo humedecía a su paso, cuando llego a su sexo se lo beso y giro sobre sí misma, para que el haga lo mismo con el de ella, se amaron en silencio, un silencio que cada tanto era atravesado, por dulces quejidos de felicidad. Paso un largo tiempo que estuvieron abrazados, hasta que la transpiración de sus cuerpos se seco entre sus abrazos y la piel de ellos, absorbió la humedad que el deseo había dejado sobre ella y el. Los labios de Laura volvieron a pronunciar un…
--Quiero estar con vos.
Entonces el dijo… voy a resolverlo. Se vistió lo más rápido posible y la dejo en la cama cubriéndola con una sabana, le dio un beso y dejo el texto ya impreso en papel, saliendo del mismo por el margen izquierdo, apoyado en el vio la pluma de aquel que escribía, dejando manchas de azul sobre la superficie blanca, como bandadas de pájaros en busca del futuro.
--Autor -le dijo-
--El escritor dejo de escribir y todo se detuvo, el Reader, Esther, Pablo, Laura y el por un instante, los mundos dejaron de superponerse y todo fue un desierto plano y expectante.
--¿Qué? -pregunto el autor-
Entonces el explico lo que aquel ya sabía, por el solo hecho que lo había escrito segundos antes, pero lo que no sabía el autor, era lo que sucedería a continuación, porque todavía no había dado respuesta a la pregunta de él, pero volviendo a tomar la pluma dijo.
--De acuerdo.
Y todo volvió a ser como era, los mundos se acoplaron, nuevamente las palabras, las frases y los textos poblaron el desierto, Esther, Pablo ya sin Laura volvieron a ser ficcionales a un nuevo texto, que comenzó a poblar las pantallas de los Reader, lo único distinto de lo cual nadie se daría mucha cuenta, salvo contadas excepciones es que a Laura, ya no se la podía leer más casi en tiempo real, se había convertido en un personaje de papel.   




        




               
 

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