Se sentó en el sillón del living el mismo, que tantas veces lo eligiera
para leer los libros que mucho le atraían pero esta vez, el asunto era
diferente, distinto a otras veces, hoy entre sus manos no había un libro, sino
un Reader y algo más interesante todavía que le producía una ansiedad extra, el
hecho de que por medio de internet, se anotó al servicio opcional mediante el
cual, le enviarían a su Reader un libro pero no uno cualquiera, sino uno, que lo iría recibiendo por
capítulos, o renglón por renglón, o palabras sueltas, según el escritor del
mismo en tiempo real lo vaya escribiendo y eso era lo fascinante, compartir la
creación de una pieza literaria con su creador, paso a paso, hasta el momento
que él dice termine mi libro y el contestaría, yo termine
de leerlo. Algo a todas luces interesante y único, además otro detalle a tener
en cuenta, uno puede solicitar que el texto que se le envía capítulo a capítulo,
frase a frase o palabra a palabra, sea de un autor determinado elegido por uno
¡Maravilloso! Lo mejor que le pueda pasar a un verdadero lector y a él, como le
gustaba mucho la escritura de Esther Vial, pidió que el texto que ingresara a
su Reader sea el de ella -por supuesto cuando Vial empiece a escribir aclaro-
le dijeron que no había inconvenientes, ni tampoco que sería mucha la espera
porque a una determinada cantidad de Reader que soliciten lo mismo, el escritor
arranca con su libro. Pareció ser que Esther Vial estaba muy solicitada, porque
a la semana de pedirla la empresa le anuncio que Esther Vial mañana por hoy,
comenzaría con el primer capítulo de la novela, capitulo que como estaba
convenido, a medida que lo vaya escribiendo, entraría en su Reader, eso sí,
solo había un pequeño problema pero que para él, no le sería imposible
solucionarlo, Esther solo escribía de noche, por lo tanto o bien se quedaba sin
dormir, casi como lo hacia ella o lo leía al otro día, que en ese caso por
supuesto, seria con varias horas de atraso fuera del tiempo real, mencionado en
el contrato. No hay problema se dijo, al principio me quedaré de noche y
después veré, así fue que esa noche de un viernes, cancelo todas sus salidas y
sentado en su sillón preferido, espero paciente que en la iluminada pantalla de
su Reader, apareciera poco a poco el texto que Esther escribiría al mismo
tiempo, que él lo estaría leyendo. Se quedó pensativo, la pantalla por el
momento se encontraba en blanco, de pronto aparecieron letras a x z o que
fueron rápidamente borradas, después comenzaron las primeras palabras del
primer capítulo, que Esther escribía en la computadora de su casa y el, vía
internet recibía en su Reader. Comenzó a leer palabra tras palabra, al mismo
tiempo que ella comenzó a escribir palabra tras palabra, como consecuencia de
su imaginación acaso, o quizás por la compenetración en lo que ella escribía,
el tuvo la sensación de no estar más en el living ni en ningún lado, que todo
su instante en este mundo eran las letras y oraciones, que comenzaban a surgir
en la pantalla de su Reader, se dejo llevar por el texto tomo forma en el lo
que ella escribía. (A partir de aquí texto que ingresa al Reader)
Pablo cancelo todos sus compromisos esa noche y decidió esperarla, sabía
que ella vendría, porque así se lo decía en un mail que le enviara al mediodía
“Amor -le escribió- una vez más como siempre esta noche voy a verte. Como vos
bien sabes, el deseo viene hacia mi cuando las sombras llegan a ocupar el
espacio, que la luz deja en el atardecer de todos los días. Laura” Poético
texto pensó él, pero Laura era así, aparecía siempre de noche y se esfumaba en
el alba, siempre sola, nunca quería que la vayan a buscar o que la acompañen
cuando se iba, a veces pensaba, que debía tener muchos amantes y a todos los
trataba por igual, haciéndoles esperar su presencia hasta el momento que ella
hubiera elegido para verlos, sea cómodo
o incomodo a él le toco ser el “visitado de noche.” Como un esclavo más en la
corte de esa reina, espero pacientemente el momento de su turno y este llegó al
rato, cuando escucho el timbre que anunciaba su presencia… (Fin del texto del Reader)
De pronto el living volvió a tomar su dimensión correspondiente, después
de mirar fijamente la pantalla de su Reader, al ver que el tiempo pasaba y
ninguna palabra más ingresaba a la misma, se dio cuenta que Esther ya por esa
noche no escribiría más y él, se vería obligado por esa causa a dejar de leer.
La verdad pensó, que esto de que el texto se interrumpa sin ninguna aclaración
lo deja a uno intranquilo ¿Le habrá pasado algo a ella? ¿Entraron ladrones o
algún imprevisto la obligo a dejar, pese a no querer hacerlo? ¿Volvería a
escribir o ya no lo haría por esa noche? Preguntas todas que lo angustiaban y
la Empresa no previo resolver, la verdad que cuando el escritor concluya con su
relato, debería emitir un código a continuación, que diga el motivo por el cual
lo hizo, por ejemplo DDE -deje de escribir- SMT -sigo más tarde- o EAE -empiezo
a escribir- algo así por el estilo, que haga que el lector no tenga duda alguna
como ahora él y por el contrario, se vaya a dormir tranquilamente, volvió a
mirar la pantalla después de “presencia” nada más, suspiró por Esther, se habrá
cansado -pensó- espero que sea eso y no otra cosa -se dijo- mañana le mandaría
un mail a la Empresa por eso de los códigos y ahora se iría a dormir. Se
levantó temprano y lo primero que hizo consulto su Reader ¡Maldición! Esther
había vuelto a escribir y el estaba durmiendo en ese momento, leyó atentamente…
(A partir de aquí texto que ingresa al Reader)
Dejo lo que estaba haciendo y fue hacia la puerta de entrada de su casa
abriéndola, a pasos de él, detrás de la reja que separaba el frente de la casa
de la calle, estaba Laura linda como siempre, lo saludo de lejos con un agitar
de manos y una sonrisa mientras le decía.
--Hola Pablo ¿Como estas?
--Bien Laura, muy contento de verte, de que hoy me haya tocado a mí.
--Siempre te toca a vos tonto, aunque no quieras creerlo, aunque
desconfíes de mí, yo te digo que siempre te toca a vos.
Abrió y abrazándola la beso en la boca, profundamente, como si fuera la
fruta que desde mucho tiempo deseara comer, ella se aferró a él y también lo
beso con pasión…(Fin del texto del Reader)
Lo último entonces que hacia unas horas escribiera Esther mientras el
dormía, que bonita frase “besar con pasión” algo que él nunca hizo en su vida y
lo que es peor, no sabía si llegaría a hacerlo. Se dirigió al baño y después de
ducharse se preparó un desayuno, lo tomo con ganas tenía hambre, más tarde y
una vez que acomodara la cocina y ordenara todo para salir rumbo a su trabajo,
fue a la computadora y le mando un mail a la Empresa que explotaba este nuevo
servicio de Reader, era por el asunto del código, para cuando quien escribía
terminara de hacerlo - DDE - SMT – EAE -
una vez hecho esto apago y cerró todo, yéndose por supuesto con su Reader a
cuestas, no sea cosa que a Esther se le ocurriera escribir durante el día, pero
no fue así, la jornada transcurrió normal
y horas después, ya casi noche volvió a su departamento, previa visita
al restaurant del cual era habitué para cenar. Una vez dentro de su casa, abrió
todo para que se ventile y en la cocina se hizo un té, volvió al living y
preparo el ambiente para recibir en su Reader, la continuación de la novela de
Esther, que de seguro ella comenzaría a escribir, apenas la noche ocupe definitivamente
todo el espacio de las cosas. Se sentó en su sillón favorito, dejó el ambiente
a media luz fijando su atención en la pantalla del Reader, esperó por supuesto
con ansiedad la continuación del texto. Pasaron diez minutos, treinta, sesenta
y la pantalla seguía sin poblarse de frases y palabras nuevas, de letras
necesarias, de cosas que se piensan…sin darse cuenta y a su pesar se quedo
dormido. (A partir de aquí texto que ingresa al Reader)
--Entremos Pedro -le dijo- no quiero mostrar en la calle nuestro amor.
Una vez dentro se miraron, ambas manos se conocieron y abrazaron, los
dedos desnudaron los cuerpos y los labios abrieron las bocas, los sexos se
buscaron entre roces, gemidos y misterios, tirados en la alfombra sin llegar a
la cama, gozaron en el suelo como en el mejor de los lechos. Rato después que
el fuego del encuentro fuera brasa consumida por el deseo él le dijo -mientras
estaban abrazados, mezclados y felices como un solo cuerpo-
--Laura te amo, aunque vengas cuando quieras y huyas de mi cuando te
venga en ganas.
Ella nada le dijo y solo suspiro, el se quedo intrigado…(Fin de texto de
Reader)
Se despertó de golpe y ¡Maldita sea! Otra vez se perdió de leer a medida
que Esther escribía, leyó rápidamente el texto que no sabía en qué momento
apareció en su Reader y al terminarlo, se quedo expectante esperando su
continuación, pero la pantalla indiferente a su ansiedad, permanecía iluminada
pero sin recibir letra alguna, espero media hora y dado lo avanzado de la noche,
llegó a la conclusión que ella se había ido a dormir y ya nada saldría de su
pluma hasta mañana. Así las cosas, volvió a leer lo último que apareciera en su
pantalla y lo avanzado de la noche, lo más o menos erótico del texto, su
soledad, todo eso junto o separado, hizo que de pronto se despertara en él el
deseo sexual, trato de evitarlo pero no pudo, cada vez más tenía el deseo de
eyacular, fue al baño y mientras estaba bajo la ducha tibia y agradable, se
masturbo hasta terminar, si el Reader fuera humano, dejado sobre el sillón como
estaba, de seguro hubiera escuchado los entrecortados quejidos que escapaban de
su alma, mientras al mismo tiempo el semen huía de su cuerpo. Un poco flojo de
piernas, menos tenso sexualmente, se termino de bañar y se fue a dormir, antes
apago el Reader que estaba sobre el sillón, pensó mientras lo hacía, que era
necesario encontrar una solución para que no esté dormido, cuando Esther
empieza a escribir y esa solución, sería que la Empresa incorpore un ruido, una
llamada, en el momento que ella empiece a hacerlo, mañana sin falta le mandaría
otro mail a la Empresa, para proponer esto, otra cosa, ¿Habrá cogido Esther
sobre una alfombra alguna vez? La verdad, ¡Sería bueno saberlo! Ya en la cama
apagó la luz y se quedó dormido, al otro día a punto de salir para la oficina,
se acordó del mail y volvió sobre sus pasos para mandarlo “Necesito saber
cuando la escritora empieza a escribir, agreguen por favor una llamada de
atención en la pantalla del Reader para eso pago” -escribió- y partió para el
trabajo. Al mediodía como siempre, como todos los días, fue al restaurant de la
media cuadra a almorzar, después de hacerlo y mientras estaba tomando un café
tuvo una corazonada, sin saber porque busco su Reader y lo abrió ¡Cosa
increíble! La pantalla del mismo estaba recibiendo texto, algo había fallado
pero no sabía que, ya que Esther además de ser una escritora nocturna como le
dijeran, también se daba el lujo de escribir durante el día, pésimo servicio se
dijo, pero menos mal que tuvo suerte, se le ocurrió prender el Reader en el
mismo momento que ella continuaba el texto de su nueva novela, que él tenía el
privilegio de leer -previo contrato y pago- a medida que ella la iba
escribiendo, lo que se dice casi en tiempo real, dejo el café que estaba
caliente y centro su atención, en el texto que llegaba desde una computadora
lejana y que aparentemente, pese a su lejanía lo calentaba…(A partir de aquí
texto que ingresa al Reader)
Por un rato no hablaron, después el se incorporó y la ayudo a
levantarse.
--¿Qué pasa Pablo?
--Nada amor, el suelo es incomodo para dormir, vamos a la cama.
--¿Pablo?
--¿Qué?
--Recién entre dormida soñé algo raro que me perturbo un poco.
--¿Qué de raro soñaste Laura?
--Mientras estábamos abrazados soñé que otra persona, un hombre para ser
más exacta, estuvo gozando -mientras nos espiaba- con nuestro acto sexual y
tanto es así, que lo vi masturbarse -en el sueño por supuesto- recordando el
momento de amor que nosotros pasamos.
--¡Por favor Laura! ¿Qué estás diciendo? Aquí es imposible que alguien
nos espié, estamos solos amor, completamente solos.
--Si lo sé, pero eso es lo extraño que en mi sueño, ese hombre no estaba
aquí, estaba ubicado en otra dimensión, como fuera de nuestro mundo, puesto
allí solo para observarnos.
--Laura amor los sueños son sueños, inexplicables la mayor de las veces,
situaciones que solo se dan en nuestra imaginación no en la vida real, cuando
despertamos volvemos a ella y el hechizo del sueño termina ¿De acuerdo?
--Si tenes razón, me sentí con miedo pero ahora que te lo conté estoy
tranquila, es cierto uno se despierta y la pesadilla se termina, vamos a la
cama tengo sueño.
--Yo también, vamos.
Ambos fueron al dormitorio se acostaron y abrazados pronto se durmieron,
no hay mejor sabana que un cuerpo desnudo
para el sueño, ni mayor descanso que sentirse apretado sobre el cuerpo
del ser que uno ama…(Fin de texto de Reader)
Dejo de leer en el momento que ella dejo de escribir y el nuevo texto, incorporado por Esther al Reader lo
sobresalto más de la cuenta. ¿Cómo puede ella saber lo que le paso a él la
noche anterior, a consecuencia de lo que había escrito? ¿Debido a que? Puso en
boca de Laura, el relato de la calentura que él vivió, todo muy extraño. Una
sensación de miedo se apoderó imprevistamente de él ¿No sería que a través del Reader,
de la misma forma que el la leía a ella, en tiempo real, ella lo estaría
viendo, observándolo por medio de su pantalla en la computadora y de esa manera,
mientras el leía, Esther le iba suministrando el texto de sus propios actos -no
siempre- pero seguro podía hacerlo cuando se le ocurriese, como en este caso
que le llamaba tanto la atención, algo tenía que hacer y de pronto tuvo una
idea brillante, sacaría la camarita de su computadora, le colocaría un pedazo de cinta aisladora a
la cámara de su notebook, todo eso haría para anular los ojos electrónicos, de
los que se podría valer ella para espiarlo, dado que aunque él no lo supiera,
Esther podría estar utilizándolos para observarlo y porque no, como imagino
antes, usar algunas de sus actitudes como argumento para sus textos, se le hacía
tarde pago y volvió a la oficina, cuando llegue a su hogar –pensó- se pondría
antes que todo, a anular las cámaras, más tranquilo atravesó el molinete del
edificio de oficinas donde trabajaba y ascensor mediante, se encamino a su
trabajo. Terminando el día volvió al bar y pidió un cortado y una media luna,
mientras lo tomaba abrió el Reader, la pantalla se encontraba blanca nada nuevo
en ella, las últimas palabras que vio escritas eran de la entrada anterior y
decían “El cuerpo del ser que uno ama” linda frase dijo, la podría haber
escrito yo, cuando uno lee en tiempo real, se da cuenta que cada frase pudo
haberle pertenecido y que en definitiva, al final lo único interesante en esto
de escribir, es la historia que se forma con el uso del lenguaje común a todos
nosotros. Pagó y apago, el café y el Reader y se fue hacia su casa, todavía
preocupado de cómo Esther pudo llegar a escribir, lo que él había hecho la otra
noche, estando absolutamente solo en su departamento y por supuesto, sin que
persona alguna lo viera, extraño, muy extraño ¿Sería maga Esther y gozaría de
atributos mas allá de los que confiere esta nuestra vida? Lo que no era extraño
que ya se encontraba frente a la puerta de su hogar y esto era así, debido al
colectivo que lo trajo hasta allí. Abrió la puerta del edificio y entró, al
llegar a su departamento prendió todas las luces y reviso por todos los
rincones, estaba solo hoy igual que ayer, entonces nada más quedaba que
deshacerse de las cámaras, de la computadora retiró la que tenía en la parte
superior de la pantalla, la desconecto y la metió en un cajón, levantó la tapa
de su notebook y con cinta aisladora que guardaba arriba de un mueble, obturo
varias veces el objetivo de la cámara, luego cerró la notebook y respiró
aliviado ¡Ahora sí! Se encontraba solo, completamente solo en esa casa y a
Esther de querer espiarlo, le sería imposible. Decidió preparar la cena de esa
noche porque Esther dentro de una hora más o menos, comenzaría a escribir y
quería leer desde el comienzo todo, sin perderse ni una coma. En la cocina se
preparo de cenar y ya comido se sentó en su sillón favorito y esperó, con el
living a media luz y con el Reader conectado entre sus manos, la misma pose que
venía practicando noche a noche, desde unos días a esta parte. Paso el tiempo,
una, dos horas, cansado de esperar se le ocurrió pensar, que Esther no
escribiría esa noche ya que lo había hecho al mediodía, por ahí esta noche
tendría que hacer y adelanto el trabajo ¿Pero que tendría que hacer Esther esa
noche? ¿Salir con un hombre? ¿Divertirse con ese hombre? ¿Gozar? Para después
mañana, al leer en el texto que ella le mande todo lo que hizo, se entere el de
aquello que pasó. Una sensación rara lo invadió, de pronto se dio cuenta, ¡Tenía
celos! ¡Celos de que Esther saliera con otro tipo! Porque solo la imaginaba
como perteneciéndole a él, de pronto escucho un ruido que provenía del Reader y
en la pantalla aparecieron las letras EAE, de lo cual dedujo que empezaba a
escribir y así fue, la pantalla comenzó a narrarle nuevamente ¡Estaba loco de
alegría! La Empresa había aceptado su código de ruido y letras, que explicasen
la situación por la cual Esther estuviera pasando en el momento de contactarse
con él. Se puso muy contento y decidió prestar atención a lo que ella escribía…
(A partir de aquí texto que ingresa al Reader)
Estaba amaneciendo cuando Pablo se despertó sobresaltado, ya no sentía
el contacto del cuerpo de Laura sobre el suyo, se incorporó en la cama y vio
que vestida ya y desde la puerta de la habitación, lo miraba con esa mirada
cargada de misterio tan característica en ella.
--¡Otra vez Laura! Otra vez te vas al amanecer y ni siquiera desayunamos
juntos.
--Así es Pablo como siempre ¿De qué te asombras? Si nuestra relación está
hecha de esta forma, encuentros nocturnos en tu casa, ¡Muy hermosos! La pasamos
bárbaro y antes que amanezca me voy, ese es el trato.
--¡Tu trato!
--Nuestro trato porque vos lo aceptas y te avienes a él.
--Está bien acepto, acepto como sos y lo que haces.
--Por eso estamos juntos Pablo y ahora me voy, chau amor.
--Espera que me levanto y te acompaño hasta la puerta al menos.
--Quedate estas rendido, cierro y dejo la llave en el lugar de siempre,
allí la vas a encontrar cuando te levantes.
--Ok tenes razón no doy más, me asombras vos como te levantas tan
temprano durmiendo tan poco, yo no puedo.
Ella se acercó a él y le dio un beso, se besaron, chau le dijo y se fue,
ya en la calle dejo la llave en el lugar de siempre y tomo un taxi a retiro, al
menos eso es lo que se escucho que le dijo al chofer. Se dedico a mirar la
ciudad que a esa hora tan temprana, recién se despertaba del largo sueño de la
noche que quedo atrás, las calles se hicieron cada vez más y más céntricas,
hasta que llego un momento en que el
conductor le anuncio, que ya estaban llegando a destino, circunstancia de la
cual por supuesto ella ya se había dado cuenta.
--¿Dónde la dejo? -pregunto el chofer-
--Siga por Libertador, después de Plaza San Martin a la izquierda Hotel
Cien Estrellas.
--Como no señorita.
El taxi siguió por Libertador y doblo tal cual le indicara Laura, un
rato después paraba frente al Cien Estrellas, un hermoso Hotel Internacional
construido no hacía mucho en la ciudad, ella bajo y se dirigió directamente al
conserje.
--¿Qué tal Raúl, todo bien? ¿Llego tarde?
--No Laura llegas justo.
--¿Justo para qué?
--Para empezar a trabajar, de la habitación treinta y seis pidieron una
acompañante anda, te digo que el acompañante debe ser muy especial.
--¿Porque Raúl de que se trata? ¿Es un jovato? ¿Un político? ¿Un tipo de
la tele muy conocido?
--Frio, frio no estas acertando.
--¡Como que no estoy acertando! ¿Quién es? ¿Un jefe tribal africano
acaso?
--Tal vez para vos algo parecido.
--¿Qué?
--Una mujer.
--¿Una mujer? ¡No cuentes conmigo!
--Tenes que ir, ella te eligió en el libro y te está esperando, con una
sonrisa me dijo que eras muy fotogénica, tanto que la habías vuelto loca solo
de verte en una foto.
--¡Raúl! Sabes qué.
--No sé nada Laura es tu laburo si vos no vas no volves más, es la regla
aquí, déjate de joder y ponete las pilas, no quiero ir al dueño con la alcahuetería
de que no fuiste a cumplir con un servicio y cagarte para siempre, ¿Te das
cuenta?
--Está bien, entiendo Raúl ¿Qué cuarto dijiste?
--Treinta y seis.
--Ok jugale mañana, allá voy.
--¡Suerte! Después date un buen baño.
--No jodas chau.
Se acerco al ascensor marco el tercer piso y poco más tarde, estaba
frente a la puerta de la habitación, golpeo con los nudillos y escucho unos
pasos que se aproximaban, hubo como una vacilación de quien estaba en el
interior y por un instante escucho que se detuvo, luego los pasos decididos se
oyeron más fuertes y la puerta se abrió, frente a ella una hermosa mujer joven,
casi tan joven como ella la estaba mirando.
--Soy Laura, el conserje…usted pidió.
--Si pasa Laura, pasa, yo me llamo Esther y pedí una compañía femenina
para pasar un rato con ella, solo un rato no más, el tiempo justo para
satisfacer mi deseo oculto a los demás y siempre presente en mí, me es
necesario satisfacerlo con alguien que no conozco ni me conoce ni sabe nada de mí,
ni nunca lo sabrá como es tu caso y a quien no volveré a ver más ¿Comprendes
Laura?
--¿Porque me pedís a mi comprensión? Que soy como lo dijiste una extraña
en tu vida, que no te conozco ni me conoces y que en realidad, poco me importa
lo que te pase y los gustos que tengas, siendo que además esto lo hago porque
me pagan y no por otra cosa y de última te digo, lo peor de todo ¡No me gusta
hacer el amor con mujeres!
--¿Y a que venís entonces si sabias que yo era una mujer? ¡Ándate! A mí
tampoco me gusta acostarme con mujeres que no me hagan gozar.
--Cálmate un poco y no nos peleemos, si no vengo a esta habitación donde
vos estas me echan y pierdo el trabajo ¿Entendes?
--Si entiendo Laura ¿Qué hacemos entonces?
--Vamos a ser profesionales, mejor dicho voy a ser profesional.
--Si.
--Volve al cuarto y ponelo en penumbras, espérame acostada en la cama,
sin cubrirte con las sabanas, ¿Entendes? ¡Desnuda! sobre las sabanas y espérame
así en esa posición, yo me doy una ducha vengo y me acuesto con vos ¿Me dijiste
que querías gozar Esther?
--Eso te dije.
--Bueno espérame en la cama que ya voy, espero conseguirlo ¡Pero
atención!
--¿Si qué?
--Solo hoy y nunca más, nunca.
--Para eso vine al Cien Estrellas Laura, para encontrarme por una única
vez, es como comer un postre cada tanto ¿Comprendes?
--Creo que si anda que ya voy.
Esther se fue hacia su cuarto a esperar a Laura como esta le había
pedido, desnuda entre las sabanas de la cama, mientras tanto Laura se
encaminaba al baño a darse una ducha, una vez allí cambió de opinión y decidió
darse un baño de inmersión, lleno la bañadera de agua caliente y hecho unas
sales dentro, para luego introducir su cuerpo en el agua gozando con ello
mientras lo hacía, pensó que esto era mejor que la ducha, dado que tardaría un
tiempo más largo en ir con Esther y la encontraría más caliente y más propensa
al orgasmo, cuando lo tuviera chau, ella ya había cumplido con su trabajo, se
levantaría y se iría lo más rápido posible así se sacaba ese problema de
encima, destapo la bañadera y dejo que el agua corra hasta desagotarse, cuando
estaba desnuda, el ruido del agua al irse por la cañería la ponía caliente y
era mejor ir caliente, al encuentro de Esther, porque sino todo sería un
suplicio, abrió la lluvia y se ducho, paso suavemente los dedos por su clítoris
para calentarse aún más, cuando lo consiguió, se seco con una toalla y fue
hacia el cuarto donde estaba Esther desnuda esperándola, la verdad que se
sintió preparada para el combate, después de todo ahí se dio cuenta que era una
profesional. A través de la penumbra divisó el cuerpo de ella, que acostada
boca arriba con los pechos duros y con las piernas abiertas la esperaba, se
dejo caer de costado y busco la boca de Esther, una lengua ansiosa la recibió,
mientras sintió que una mano se introducía en su sexo y descubría su clítoris,
mientras la otra la estrechaba fuertemente para que los senos de ambas se
mezclen, entre los pechos apretados, se revolcaron, se estrujaron hasta que las
bocas buscaron los sexos y así terminaron, duro el bajo vientre por el espasmo,
más morenos los pezones, vino de nuevo el orgasmo, después la calma y el
silencio, después se acomodaron en el lecho y boca arriba, teniendo como cielo
el cielorraso que tenía pintado un cielo de mentira, juntas pero sin tocarse,
dejaron pasar el tiempo, la primera que hablo después de el relax, mientras
poco a poco el silencio dejaba de notarse fue Esther.
--Me dijiste que no te gustaba acostarte con mujeres.
--¿Y? -pregunto Laura-
--Bastante bien por no gustarte yo diría maravilloso.
--Exageras, lo que no te das cuenta que soy una profesional.
--Me doy cuenta de que me cogiste
bien.
--Ok hablando de otra cosa y queriendo conocerte un poco, solo un poco
¿De qué trabajas Esther? ¿Qué haces? Vos me llevas la ventaja de que sabes lo
que yo hago.
--Quiero recordarte que me dijiste solo hoy, nunca más, nada entre
nosotras, ¿A qué te interesa saber algo de mí? No tiene sentido si no vamos a
vernos nunca más, salvo que me uses como trofeo para colgarte del pecho y decir
por ahí, yo me comí a esta trola.
--Esther yo jamás haría eso, no me conoces.
--Ni tendré oportunidad de hacerlo ¿Para qué quieres saber de mi
entonces?
--Tenes razón no me digas nada.
--Ahora te lo voy a decir, así te pavoneas por ahí diciendo ves yo hice
terminar a esa mina en un telo.
--Estas agresiva Esther ¿Que te pasa?
--Me pone mal la situación, me pone mal el gozar siempre con alguien que
no me ama y le pago por eso, me desprecio y te desprecio y encima como propina,
me pedís que te diga quién soy y que es lo que hago.
--Deja, no me digas nada, perdóname fui una estúpida, no me di cuenta
que me estaba metiendo en tu vida y eso no me corresponde.
--¿Sabes Laura? Estoy cansada de no decir nada, tal vez por no decir
nada escriba tanto.
--¿Escribas tanto?
--Si soy la escritora Esther Vial.
--Me pongo de pie, cogí con la escritora Esther Vial, descubrí que las
escritoras también tiene clítoris.
--No te burles.
--No me burlo, sos vos que estas dramatizando un buen momento que
pasamos.
--¿Qué estás diciendo Laura? ¿Un buen momento que pasamos? ¿Pero no era
que odiabas acostarte con mujeres?
--Así era.
--¿Entonces?
--¿Entonces qué?
--Nada Laura, nada.
--Te voy a confesar algo que me surgió ahora en este instante.
--Si.
--Goce con vos no me digas porque, ni yo lo entiendo pero goce con vos y
en un momento cuando nos estábamos amando, no te vi ni como un hombre ni como
una mujer, te vi solo como un deseo, un deseo compartido y bien llevado por las
dos. ¿Te parece un buen argumento Esther?
--Por ser escritora te diría que sí.
--Y por ser escritora y yo por ser curiosa te pregunto ¿Qué estas
escribiendo ahora?
--¿Ahora?
--Si ahora en este momento, un rato antes quizás que nos encontremos.
--Tal vez sin darme cuenta, este escribiendo el encuentro de nosotras
dos.
--Sería algo así como que yo estoy formando parte de tu novela y soy un
personaje de la misma, nuestro encuentro en este hotel ¿Es un episodio que se
narra en ella?
--Algo así porque no, pero también estoy en un proyecto en Reader, todas
las noches prendo mi computadora y escribo una novela y miles de Reader, la
reciben al momento.
--Escribirías este encuentro.
--Como te dije antes, si encajaría en el argumento seguro que lo haría.
--¿Y qué necesitarías para ello?
--Un personaje de mi historia que sirva de nexo con este momento.
--¿No podría ser yo?
--¿Estas loca Laura? Imposible a vos recién te conozco ¿Como te iba a
poner en mi argumento?
--Tal vez tengas razón Esther pero deberías saber, se me ocurre como
escritora que eres, que el personaje de
uno a veces no es otro que el deseo que se escribe.
--Puede ser porque no tal vez la cosa sea por ese lado, pero prefiero
tenerte como amiga y no como personaje.
--Yo también, vamos al baño nos duchamos juntas y después nos vamos.
--¿Juntas?
--Si juntas y desnudas en la ducha, es hermoso vas a ver, en cuanto a
retirarnos de la habitación, lo vamos a hacer por separado, no quiero que el
conserje nos vea, cambiamos teléfonos y después nos hablamos a ver qué hacemos.
--Ok Laura será hermoso.
--Ah… y otra cosa.
--¿Si?
--Seguí escribiendo para los tipos del Reader pero no le cuentes esto
eh.
--Quédate tranquila, no lo voy a contar seguro que no. DDE (Fin del
texto del Reader)
La pantalla se torno totalmente blanca parpadeo un segundo hacia los
grises apenas perceptibles y después, aparecieron las letras ¡Si! Un texto
nuevo comenzaba a entrar y atónito poco a poco, fue siguiendo el relato de ese
texto, en el mismo vio asombrado como su escritora, con la que el soñaba con
que sea su posible amante, en realidad era una trola que visitaba distintos
hoteles, en busca de mujeres que le hagan compañía y que incluso, consiguió
conquistar a Laura que ahora se daba cuenta, la usaba también como protagonista
de sus cuentos y con la cual, jugaba distintas situaciones sexuales para
indudablemente calentarlo a él, incluso el mismo fue usado en su novela ¿El
haberlo usado daría lugar a sospechar que habría querido tener algo con él? En
el fondo lo estaría buscando para acostarse, en uno de los tantos hoteles que visitaba
para ello, la verdad que mal no le vendría, lo cierto que era un pelotudo en
masturbarse, en tirar su semen a la cloaca, debería hacer algo mejor.
¡Buscarla! ¡Encontrarla! Y decirle que él era el lector del Reader, para el
cual ella le escribía casi en tiempo presente y en ese tiempo presente, el se
había calentado con lo que ella decía en sus textos y la quería coger, mucho
mejor que Laura en el hotel, o bastante mejor que Pablo a Laura ¿Flor de puta
había resultado Laura no? De última él quería llevarla a escribir el texto más
porno de su vida, para que fundiera todas las pantallas de los Reader
conectados a su computadora ¿Pero cómo hacer para ello? ¿Dónde estaba Esther
Vial? ¿Dónde vivía? ¿Qué lugares frecuentaba? De pronto se quedo helado, duro
como un palo seco ¿Pero de que estaba hablando si le gustaban las mujeres? ¡Era
lesbiana! Nunca le daría bola ¡Pedazo de pelotudo! Volvió a lo mismo, se dio
cuenta que al final solo podría masturbarse por ella, si por ella y con Laura
junto a Pablo, solo le quedaba masturbarse, dado que una lesbiana y escritora
era una realidad imposible de superar y Laura hermosa puta ficcional estando
con todos los que estaba, también entraba en la razón de lo imposible, con el
texto terminado “no lo voy a contar” y con esta última frase en su memoria se
dio cuenta, que también Esther era mentirosa y al final usaba a todo el mundo
en pos de su argumento, ya no dejo el Reader perfectamente acomodado en su
escritorio, sino que lo dejó hundido en su sillón preferido, perdido entre
almohadones y se fue a dormir, mañana de seguro al levantarse le dolería la
cabeza y así fue, se levantó y debió tomar un analgésico, desayuno como todos
los días y salió rumbo al trabajo, en el trayecto se le ocurrió pensar que
sería interesante encontrarse con Laura, esa amante de Esther bisexual, que a
su vez ella la usaba como personaje en su novela, pero ¿Como hacerlo? Ese era
el acertijo imposible que le hubiera gustado develar, ya estaba llegando al
trabajo, tocó el timbre y bajo en la cuadra del restaurant, camino media cuadra
hacia atrás y cruzó el molinete subiendo al ascensor, se perdió entre los
empleados que hacían lo mismo que el. Paso el mediodía, con el paréntesis del
almuerzo llego la tarde y después, la cena en el lugar de siempre para volver
al hogar, como todos los días y a enfrentarse con su sillón favorito. Ansioso
buscó el Reader, allí estaba ente los almohadones y apenas con un ángulo de luz
sobresaliendo de los mismos, lo primero que hizo fue llevarlo a cargar, porque
seguro tendría poca batería, después se baño como siempre y se preparo su
clásico café, desenchufo el Reader que ya estaba con su batería cargada y se
dirigió a su sillón favorito, a la espera de la continuación del relato pero
mientras así lo hacía, no se podía sacar de la cabeza la presencia de Laura, en
ella era una imagen completamente desnuda y a él abrazada, suspiro hondo muy
hondo y se dijo para sí ¡Sería lindo! Y fue cuando noto que su miembro
comenzaba a ponerse viril, le dio un cachetazo para calmarlo y no lo joda, se
acomodo la bragueta sentándose en su sillón favorito con su Reader, a la espera
del texto casi en tiempo real, como todas las veces al principio no paso nada,
como siempre despacio pero en continuo, su ansiedad fue en aumento, hasta que
como flores que estallaran en el espacio de un jardín, de pronto aparecieron
las letras EAE y un corto ruido salido del Reader le hizo entender que el texto
escrito por Esther Vial comenzaba de nuevo a aparecer…(A partir de aquí texto
que ingresa al Reader)
Laura dejó el hotel y caminando subió por la calle San Martin en
dirección hacia el centro, entró a un pequeño boliche que le gustaba mucho y la
ponía tranquila y de buen humor, siempre que sola tomaba algo en el, una vez
sentada y bebiendo lo que pidió, de pronto no supo debido a que, le vino a la
menoría la imagen del sueño que tuvo cuando estaba con Pablo, la del joven
aquel que se masturbaba mientras veía a ambos teniendo relaciones sexuales y
fue entonces, que imprevistamente apareció en su mente la idea de que, si ese
joven la había visto una vez en la casa de Pablo, la estaría viendo siempre,
este donde este sería “la observada en todo momento” por “aquel que siempre mira”
y esto a la vez que la intranquilizaba, en cierta forma la tranquilizaba
también, porque lo que no le había dicho a Pablo la última vez que tuvieron
relaciones en su casa, era que en el
sueño ella además de ver al hombre masturbándose, vio su sexo acariciado por el
mismo y eso, la calentó muchísimo y cosa rara, esa imagen de aquel sueño, pasó
a ser la imagen que la estaba calentando ahora, tuvo ganas de verlo y debido a
su deducción anterior, segura de que el la estaría viendo cualquiera sea el
lugar donde estuviera ella, quiso hablarle, más que querer hablarle se le había
vuelto una necesidad hacerlo, por lo tanto hablo.
--Nos vimos, yo en un sueño y vos a mí en la casa de Pablo y lo que más
quiero en este instante, es volverte a ver, como se que controlas mi imagen, te
pido que me contestes en donde te encuentras y si es posible que nos veamos ya.
En su sillón favorito él se sintió asombrado, tembló, no sabía si de
ansiedad o de miedo, el Reader se le cayó de las manos, rápido lo tomo
nuevamente y ya no tuvo dudas, la veía a Laura sentada en el café hablándole y
no podía describir lo que sentía dentro suyo, pero si atraparlo en su
conciencia, fue en ese instante en que le hablo.
--Si te estoy viendo Laura es más, no solo te veo y escucho como si
estaríamos separados por una pantalla de skipe, sino que estoy atento a lo que
me digas y dispuesto a hacerlo.
--No te pido mucho, solo decime adonde vivís, iré a tu casa ¡Quiero
verte!
--No tengo alfombra como Pablo.
--Pero tendrás un lecho.
--Tal cual de eso no tengas dudas, te digo donde vivo y no solo te doy
la dirección, sino que te pido vengas pronto, porque en el tiempo que tardes en
venir, perderé tu presencia al no tener el texto que ingrese a mi Reader.
--No temas no perderás nada, porque Esther seguirá escribiendo de mi
recorrido hacia tu casa.
--¡Que suerte! Entonces te podre leer en el Reader mientras vienes.
--No te olvides que pagaste el servicio de casi tiempo real, espérame que
ya llego.
Laura salió del boliche y una vez
en la calle busco un taxi y recordó la dirección que le diera, que fue la misma
que le dijo al taxista ¿Cómo sería el encuentro entre ellos? Quiso imaginarlo
pero solo pensó en una relación sexual, un jadeo de cuerpos entre un hombre y
una mujer, nada tan simple como complicado a la vez. Ya se encontraba en el
comienzo de la calle donde él vivía, unas cuadras más adelante el taxi se
detuvo frente a un edificio azul vidriado, por la dirección ese sería el lugar,
pago y se bajo acercándose a la puerta de entrada y llamó en el quinto B,
alguien que sería el le contesto.
--¿Quién es?
--Laura.
--Ya bajo a abrir espérame.
Una vez más ese sexo alocado que la perseguía siempre había hecho presa
de ella, o tal vez sería Esther Vial la que solo pensaba en coger, pero quien
sea de las dos, lo cierto que allí estaba como siempre en el cuento, dedicada a
su papel de amante insaciable dejó de pensar, porque escucho un ascensor que
abría sus puertas y a través del vidrio de la entrada al edificio, vio a un
hombre joven que se acercaba a su encuentro.
--¿Laura?
--Si no hace falta que te diga que soy Laura, porque ya me conoces de
verme varias veces, pero a vos yo recién te conozco, dado que antes te vi solo
en un sueño.
--Espero que no te haya defraudado.
--No por el contrario me caes bien.
--Macanudo veni pasa, vamos arriba.
La tomó del hombre y fueron hacia el ascensor, apretó el quinto y se
volvió hacia ella, se abrazaron, se besaron y porque no se mordieron el cuello,
el lóbulo de las orejas y los labios. Sus manos recorrieron las ropas palpando
el cuerpo que se escondía bajo ellas, cuando llegaron al quinto el abrió las
dos puertas, las del ascensor y la de su departamento como si fueran solo una,
corrieron al cuarto y una vez dentro, el la desnudo y ella le arranco la ropa,
tomó entre sus manos el sexo de él, para redimirlo de haber sido masturbado y
elevándose apenas en sus dos pies, lo introdujo en su sexo, el se dejo hacer lo
que ella quería y luego choco su sexo contra el clítoris de ella una, dos,
varias veces, los senos duros contra el pecho de él, parecían flores apretadas
por la tierra, las espaldas con leves gotas de sudor, calas blancas sobre un
fondo negro -la oscuridad de la habitación- y las manos de ambos, pájaros que
volaban tratando de entrar en todos los nidos que encontraran, el movimiento
rítmico y pausado se congelo de golpe y un grito dulce se escapó de unos labios
y otro entrecortado, huyo de una boca, se dejaron caer sobre la cama, como lo tenía
probado pensó ella, no había nada mejor que coger de parados. Se quedaron boca
arriba juntos, igual a todos los amantes que terminan y luego de terminar así
se quedan. El tuvo la precaución de dejar el Reader en su mesita de luz, lo
agarro y leyó el texto que había aparecido, el relato era la relación sexual
que ellos estaban protagonizando casi en tiempo real, supuso que Esther estaría
como loca o por ahí no, gozaría como simple espectadora y hasta posiblemente en
este momento, estaría acariciándose su clítoris frenéticamente, en busca de un
orgasmo en soledad, nada de eso le llamo la atención, estaba seguro de que todo
ello ocurriría, se volvió a Laura para decirle.
--Todo ha sido hermoso Laura, la verdad que no me gustaría dejarte ni
que me dejes.
--Ella le respondió mientras su mano jugaba con el sexo de el, ahora
pequeño e insignificante, después de haber eyaculado, eso es imposible.
--¿Porqué? -pregunto el- mientras le acariciaba el clítoris, que se
había convertido en apenas una semilla muy pequeña.
--Porque si te leíste todos los textos del Reader que te aparecían en
tiempo real, te abras dado cuenta que Esther me quiere como mujer y además como
amante, de los distintos encuentros que su mente calenturienta va buscando, a
través de la trama de la novela.
--Ya lo sé ¿Pero no puede cambiar eso? Te amo más que ella y te quiero
más que Pablo y de seguro más que todos los amantes, que en sus futuros textos
se le ocurran.
--No sé, también vos despertas en mí un deseo diferente, distinto a los
otros deseos que sentí hasta ahora, pero lo que me propones no puede ser.
--¿Por qué no puede ser?
--Por algo tan simple como que yo no soy quien escribe el texto, estoy
esclava de mi rol, soy un personaje que aparece en los Reader, sobre su
pantalla luminosa y vos me lees casi en
tiempo real, la que escribe es Esther, ella es la dueña de la trama y del
tiempo y del sentido de mis actos, no yo.
--Tengo una idea.
--¿Cuál?
--Presta atención a lo que te diga y después decime si lo que pienso, es
equivocado o no.
--Adelante te escucho -su mano noto que el sexo de el dejaba de estar
tan fláccido-
--Si Esther Vial es la escritora responsable del texto de los Reader y
vos su personaje que aparece en ellos, por supuesto yo no puedo estar con vos,
el mundo de los Reader es extraño a mí, además hay otra razón importante, yo
soy lector de Esther y no su personaje, por lo tanto nunca formaría parte de
sus textos -la mano de el sintió que la semillita del clítoris comenzaba a
germinar-
dado lo cual solo queda un camino para estar juntos y te lo voy a
explicar.
--¿Y hasta ahora que estuviste haciendo?
--Tratando de que entiendas todo esto que se me ocurre. Sigo entonces,
vos sos escrita por Esther y leída por mí en la iluminada pantalla del Reader,
pero yo a su vez, soy también personaje condenado a esa lectura, por la pluma
de otro autor que no es Esther, a la cual la hace ficcional y escribe en papel
sobre todos nosotros, incluyendo en una sola, a las novelas donde participas
vos y a la cual pertenezco yo, como es el caso de este encuentro especial y
aparentemente fuera de tema que estamos viviendo juntos.
--¿Hay otro autor escribiendo además de Esther?
--Seguro que hay otro autor y si sigo la opinión de muchos, el mundo
real no es sino la continuación interminable de una ficción sobre otra, de un
autor explicando o creando a otro autor y así indefinidamente, pero dejemos
esto.
--¿Porque no hablamos entonces con tu autor y le planteas que quieres
estar conmigo? –dijo Laura-
--Acertaste y si, existiría la posibilidad de que yo hable con él para
que te retire del texto de Esther y pases a su propio texto, que escribe sobre
papel.
--¿Fuera del Reader?
--Si lejos de él.
--¿Como fue toda la vida y no como ahora, que tengo la posibilidad de
que me vayan leyendo en tiempo real?
--Exacto, el sacrificio de estar conmigo es que no te leerán más en
tiempo real, formaras parte de un texto leído, que fue previamente terminado y
corregido, para luego ser vendido en una librería, para que alguien sentado en
su sillón favorito lo lea y lo subraye.
--¿Ese es el destino que me ofreces para estar a tu lado?
--Te ofrezco el tiempo en que dure el papel para estar juntos-su mano
noto que la semillita del clítoris ya germinada era una ramita muy, muy pequeña,
pero llena de calor ¿Qué decidís Laura?
--Habla con tu escritor y decile que me queres y que yo también quiero
estar con vos -la mano de ella noto que el sexo llegaba a una firmeza perfecta
para hacer el amor-
No espero más y olvidándose de
todo lo que estaban hablando y si iba a ser sí o no personaje de no sabía qué
cosa, no le importo mucho, lo atrajo hacia sí y lo beso en la boca, sus labios
se refregaron por su pecho y fueron hacia el ombligo, mientras la lengua todo
lo humedecía a su paso, cuando llego a su sexo se lo beso y giro sobre sí misma,
para que el haga lo mismo con el de ella, se amaron en silencio, un silencio
que cada tanto era atravesado, por dulces quejidos de felicidad. Paso un largo
tiempo que estuvieron abrazados, hasta que la transpiración de sus cuerpos se
seco entre sus abrazos y la piel de ellos, absorbió la humedad que el deseo
había dejado sobre ella y el. Los labios de Laura volvieron a pronunciar un…
--Quiero estar con vos.
Entonces el dijo… voy a resolverlo. Se vistió lo más rápido posible y la
dejo en la cama cubriéndola con una sabana, le dio un beso y dejo el texto ya
impreso en papel, saliendo del mismo por el margen izquierdo, apoyado en el vio
la pluma de aquel que escribía, dejando manchas de azul sobre la superficie
blanca, como bandadas de pájaros en busca del futuro.
--Autor -le dijo-
--El escritor dejo de escribir y todo se detuvo, el Reader, Esther,
Pablo, Laura y el por un instante, los mundos dejaron de superponerse y todo
fue un desierto plano y expectante.
--¿Qué? -pregunto el autor-
Entonces el explico lo que aquel ya sabía, por el solo hecho que lo
había escrito segundos antes, pero lo que no sabía el autor, era lo que sucedería
a continuación, porque todavía no había dado respuesta a la pregunta de él,
pero volviendo a tomar la pluma dijo.
--De acuerdo.
Y todo volvió a ser como era, los mundos se acoplaron, nuevamente las
palabras, las frases y los textos poblaron el desierto, Esther, Pablo ya sin
Laura volvieron a ser ficcionales a un nuevo texto, que comenzó a poblar las
pantallas de los Reader, lo único distinto de lo cual nadie se daría mucha
cuenta, salvo contadas excepciones es que a Laura, ya no se la podía leer más
casi en tiempo real, se había convertido en un personaje de papel.
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