Aunque el sesenta venía completo lo tomó igual, estaba apurado y quería
llegar lo más rápido posible al centro, poco a poco y a medida que iban
descendiendo, se fue corriendo hacia el interior del colectivo. Se encontraba
parado al lado de la fila de asientos de un solo pasajero y en un momento dado,
se encontró con una joven que sentada leía un libro. Curioso, quiso saber cuál
era el título y pudo saberlo “Apuntes de Microbiología Médica” y entonces tuvo
miedo ¡Terror! Porque se dio cuenta que tal vez la joven del libro, instruida
en la ciencia de la microbiología, podría darse cuenta que él era un
microorganismo celular, formado por la división de una pequeña célula, no menos
de veinte minutos atrás y que si el sesenta no se apuraba, veinte minutos más
tarde no existiría más, dado que una
nueva división se produciría y le sería imposible entonces hacer lo que
pensara, pero ahora, si esa joven se diera cuenta de quién era pondría en evidencia
el secreto que nadie en la sociedad humana debía conocer –la extraña especie de
los microbios humanos- decididamente, prefirió la muerte antes que ser
descubierto, la organización microbiana era mucho más importante, que una célula
individual, tocó el botón rojo y descendió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario