--¿Te importa si me voy?
--No.
--¿Y si me quedo?
--Tampoco.
--¿Entonces te da igual? ¿Ya no me queres?
--Si te quiero, pero no puedo impedir que
hagas lo que tengas ganas de hacer.
--Suena muy liberal lo que decís, o por el
contrario, das a entender que ya nada te interesa.
--Estas equivocada, me importa si te vas o si
te quedas.
--¿Cómo que te importa?
--Si por supuesto.
--Me estas mintiendo, tus respuestas en ambos
casos fueron idénticas.
--Si fueron las mismas, pero hay un pequeño
detalle.
--¿Cuál?
--Me estas diciendo que te vas y en realidad,
todavía no viniste a verme.
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