--Hay un sinfín de oportunidades y dicen que
“El mundo es ancho y ajeno” Pero no siendo tuyo y a la vez inconmensurable en
cuanto a la comprensión que de él puedas tener, igualmente estas en condiciones
de encontrar tu lugar, tu cobijo, el hueco desde el cual puedas incluirte en el
mapa social que te haya tocado en suerte, estés donde estés, nazcas donde
nazcas tendrás un lugar para vos, solo ese es el sitio que te corresponde y
esta marcado por tu carácter y tu personalidad y aunque no quieras buscarlo,
aunque torpemente insistas en ocupar otro espacio, en función del deseo que
está más allá de tu carácter y personalidad, todo será en vano, como la esfera
que rueda, un día inevitable, caerás en el agujero que exactamente te contenga,
para bien o para mal serás el que viniste para ser, aunque esto te suene
fatalista y muy determinante, así se observa que es el destino de las cosas en
este mundo que vivimos, estar en lo alto o en lo bajo, según sepa aprovechar
las circunstancias aquel que nació preparado para ello….
Así hablo el Chaman, el Elegido, aquel que
tira los dados de siete caras sobre la mesa de tres patas, en la carpeta de
raíz de nogal en la que brillan dibujadas con cenizas de un fuego muy reciente,
las sendas incomprendidas de una vida humana, en el lugar donde la esfera de la
tierra esconde sus misterios y la vida otorga y quita cualidades y atributos
sin importarle nada, mecánicamente, como lo hace una reacción química, según
sean los componentes de aquellos que van a dar formas a ella y se vayan
presentando. Ya se alejaba el Chaman el rostro hacia el camino, cuando se
volvió de pronto y suavizó su gesto, mientras se le oyó decir.
--Desde siempre el orden de las cosas es el
azar y vos sos, la consecuencia de un golpe de dados.
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