“Querido Gabriel, no nos vamos a ver nunca
más, hemos terminado nuestra relación porque vos me abandonaste por otra mujer,
por lo tanto”….y continuaba el relato, de una mujer dolida por el abandono del
hombre que fuera su compañero durante cinco años de su vida, concluyó su
lectura y decidió que así estaba bien, que había expresado, en letras, todo lo
que le diría si estuviese frente a él en ese momento. Busco un sobre, puso
adentro sus penas y lo cerró, lentamente se encaminó al frente de la casa y
salió a la calle, sus pasos, la pasearon por el barrio y terminó en el correo,
le agrego la dirección al sobre y lo despachó, ahora si, su dolor se iba con
él, no es que fuera a sentirse libre de la angustia y la tristeza, pero estaba
en paz consigo misma, lo que no pudo decirle, en el doloroso momento de la
separación, hoy más tranquila, se lo decía a través de esa carta, cosa extraña,
su relación con Gabriel había comenzado con un mail, en definitiva palabras y
escritura y hoy, para ella al menos, concluía de igual manera a través de una
carta. Lo difícil sería, volver a empezar, conectarse de nuevo con el amor y la
pareja, con los sueños y las desilusiones, después de todo, con Gabriel no le
había ido tan mal, fueron felices hasta ese maldito momento, en el que él busco
de asociarse con Andrea, en el estudio jurídico que tenía en el centro, ha
partir de ahí y ahora lo comprendía mejor, día a día, las cosas fueron
cambiando entre ellos, hubo menos salidas, menos charlas en común, mayor tiempo
fuera de casa, aumentaron las excusas y un día, hacia de esto un mes, lo
imprevisible, Gabriel faltó una noche entera a dormir, al otro día cuando
volvió, fue para desatar con sus palabras la tormenta de la ruptura, es más
fuerte que yo, dijo sin siquiera inmutarse. El amor que siento por Andrea, me
domina, es preferible que lo sepas ya a que te siga engañando, la pasión que
una vez nos uniera en mi ya no existe, estoy decidido, ¡Me voy! Te pido el
divorcio. Dio media vuelta, tan decidido estaba que ni espero que le diga nada
–tampoco se lo habría dicho tal su asombro y desesperación- y se fue, así de
simple. Esa media vuelta, en su casa y ha pleno día, terminó para siempre con
las ilusiones de una vida en común, con un hombre al que amo es más, que
todavía amaba, rompió con lo que siempre creyó, en la pareja indestructible, en
la posibilidad de vivir juntos a través del tiempo. Sos una antigua le dijo
Rosa, una amiga de la infancia, eso ya no existe más, hoy te conocen, tienen
dos o tres relaciones sexuales y se van, ¿Será así? Es muy posible, ahora me
hago cargo que más que antigua soy tonta, ¿No veía yo alrededor mío? Un montón
de amigas separadas. Como pretender ser la excepción a lo común que está
pasando, pero algunas hasta ahora siguen con la misma pareja pese a todo, tal
vez sean más afortunadas que yo, o sepan llevar a sus hombres de una manera
diferente a la forma que yo utilice para vivir con Gabriel, no se, soy
masoquista, se me da por pensar ¡Ojala Andrea tenga más suerte que yo y lo sepa
llevar! ¡Ya nada importa! Sea como sea él decidió y yo debo aceptar, no debo
darle más vueltas al asunto, si él lo quiso así., aunque yo no lo quiera, es
así, por lo tanto, lo mejor que puedo hacer, es reorganizar mi vida, hacerle
caso a Rosa, no pensar más en la pareja estable, dedicarme a vivir el amor de
época, no como yo pretendo que sea, sino como las circunstancias sociales lo
van conformando, de acuerdo al momento que se vive ¡Me siento una Rosa total!,
¿Tendré éxito, o lo que pienso es muy de manual? Es más bien ¿Un plan que no se
cumplirá? O ¿Una mentira, para calmar el alma lastimada? Pase lo que pase la
verdad, que cada paso que dé en una nueva relación, lo consultaré con Rosa y
borraré de mi mente la palabra ilusión, aunque de todas maneras ella existirá siempre dentro
mío, así pensando llegó a su casa, cuando entro en ella lo primero que noto fue
que quizás se debía una nueva carta, Gabriel la estaba esperando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario