viernes, 16 de marzo de 2012

ESTOY DESGANADO


--Estoy desganado, pienso que si me tocaría dormir lo haría en una playa, de cara al sol, rodeado de cocoteros, mientras mi cabeza inclinada hacia el mar, me daría la posibilidad de ver el agua y el cielo, todo sería bello, la arena, el agua, el aire caliente que recorre el cuerpo. Estoy desganado, como me gustaría una hamaca paraguaya, entre dos frondosos árboles al borde de la selva, en la hora de la siesta, cuando todo es quietud y silencio, misterio de las hojas y las plantas, que forman túneles y cavernas, cubiertas por las ramas. Estoy desganado, si habitante fuera de un desierto árabe, al caer la noche ardiente y calurosa, me gustaría estar en un oasis, lleno de paz, con sus palmeras, su provisión de agua que brota de la tranquila arena y allí, en el centro del desierto, tierra roja que salva de los males, dormir desnudo, fresco, al aire. Estoy desganado, si fuera comerciante, industrial, hombre de dinero, mercader de la antigua Venecia, seguro dormiría sobre ostentosa cama, en hermoso Palacio y ya no solo, sino con una mujer al lado. Estoy desganado, si fuera villero, después de cartonear todo el día, me tiraría en cualquier lado, sucio, cansado, sin siquiera cama, solo unos trapos viejos, puestos sobre el suelo. Estoy desganado, si tuviera la ocasión de hacer lo que quiero, estaría sobre la cama del mejor telo, con la puta más cara que se me ofreciese, dormir desnudo sobre su cuerpo, sobre mi boca su boca, sobre mi sexo su sexo. Estoy desganado, si un buen burgués fuera, dormiría en mi cama, siempre muy bien puesta, con mi señora al lado y la mama de ella, en la otra pieza. Estoy desganado, si fuera joven, muy joven, dormiría en cama estrecha, dando vueltas y vueltas, soñando sobre sexo, de seguro, a medianoche entre tanto sueño, despertaría mojado. Estoy desganado, si fuera policía, dormiría en dos mitades, la mitad de mi cuerpo, que depende del ojo cerrado y la otra mitad, despierta con el ojo abierto. Estoy desganado, si fuera el novio de mi amada, sobre el mullido lecho no podría dormir, ella y yo seríamos, dos maquinas del amor despiertos. Estoy desganado, solo, sin animo, detrás de las rejas de mi calabozo, a veces pienso, dormir sobre una cama que no tengo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario