Voy a llorar mi última lágrima, sobre el papel deslizante de la sabana, sea el lecho, el altar donde entregue mi cuerpo a sus brazos, mi ser completo a su amor que me buscaba, el testigo fiel, de que hoy, todo ha terminado, concluido, ella a puesto fin a nuestra relación sentimental, ha decidido de común acuerdo con su alma y su corazón, apartarme del camino de su vida, solo dijo, mirándome a los ojos. “Esto se acabó Jorge, no quiero lastimarte, conocí a otro hombre que nunca pensé existiría, me voy”. ¿Cómo replicar al “nunca pensé que existiría”? Si de solo pensar, que podría existir un hombre tan favorable al amor de Ana, creo que sin dudarlo, por el amor que le tuve, yo mismo se la hubiese llevado, por el amor que le tengo, ¿Qué mejor que olvidarme de ella y verla feliz? ¿Es acaso posible, sentir rencor por la mujer amada, en su mayor instante de felicidad? Tal como lo pienso, fue un buen momento que se termino, estoy tranquilo y satisfecho, nunca imagine que este sería mi estado de ánimo, después de todo lo que me sucedió ¡Ana era mi vida! La mujer de mis sueños, el verdadero amor que creí, sería para siempre, pero no pudo ser, algo se rompió entre los dos y ella se fue, tras el hombre que nunca pensó, existiría. El amor no obnubilara mi mente, aunque debo reconocerlo, un ser humano, una persona por supuesto mejor que yo, se llevó su amor que ya no tengo, ¿Duele un poco verdad? Que la mujer amada que uno creyó única en su vida, se vaya y le diga encima, que con alguien mejor. Pero la verdad, aunque no lo crean, estoy tranquilo, increíblemente calmo, no solo eso, acepto de buen grado lo que me ocurrió, estoy bien, realmente bien, estaría perfecto, si no fuera por un pequeño detalle, que ni vale la pena mencionarlo, aunque se los comento. El maldito chaleco que me aprieta y la asquerosa cama del loquero donde estoy.
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