Estoy aquí, este es mi mundo, sobre la costa de un país cualquiera, frente al océano, en lo alto del acantilado, miro el mar y la bahía donde estoy se pliega, sobre si misma, se acerca mas al continente y da la vuelta, para volver huyendo nuevamente, al encuentro del mar y de las olas, esta extraña forma del azar quedo plasmada, en la figura de la suerte, en la herradura de hierro primitiva, que mas de una vez tire al azar, de espaldas al pasado, inquiriéndole al presente por mi vida. Que me dirá la lejanía escrita, que se pierde tras las letras palabras de la espuma, solo aparece un texto indescifrable, sobre el húmedo mar, bañado por la luz del sol, oculto en las profundas aguas, donde anidan la sombra y su negrura. ¿Cómo puedo saber lo que sucede, en el cambiante corazón que yo poseo? Mi rostro es rostro de mujer, mis actitudes, mascaras que cambian, que dejo caer según lo quiera o me convenga, pero siempre, tratando de obligar al otro a que me ame y cuando lo consigo, cuando su pasión despierto, cuando destrozado cae al lado mío, huyo de él, no lo puedo evitar, es como si hubiera de pronto y para mi deseo, muerto. A mi cuerpo lo baña la brisa que del oriente viene, juega conmigo y juega con la arena, que vuela por la playa y acaricia los recuerdos, que bullen en mi mente, necesito agradar, ser mas de lo que soy, aferrarme a la imaginación del otro, para que me crea omnipotente, única, invalorable, juego con el parecer del no ser y actúo, buscando la superficie de las cosas y no, adentrándome en lo profundo del problema, soy en cuanto a sentimientos, fría como el mar, apenas buena, lo suficiente para convencerlo que estoy con él, aunque no lo quiera, solo sabrán de mi que soy histérica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario